Etiqueta: cuales son los síntomas de la depresión

  • ¿Qué efectos conlleva una madre con problemas mentales?

    ¿Qué efectos conlleva una madre con problemas mentales?

    En ocasiones las consecuencias de una madre con problemas mentales van mucho más allá de la educación que pueda ofrecer a sus hijos.

    Diada Madre-Hijo

    Algunos autores han definido a la especie humana como ella que es más defensa durante mayor que en todos los veces cuando nacen precisan del cuidado y la atención de sus semejantes, incluso de su protección ante los depredadores de otras especies, o incluso de sus congéneres. Pero si bien este es un proceso natural, como en todos los animales, en la especie humana se ve alargado del tiempo, más allá que en otras especies.
    Así a las pocas horas, días, o semanas las crías ya pueden caminar, saltar o nadar libremente, pero los seres humanos tenemos que estar continuamente auxiliados hasta que consigamos un desarrollo neuromotor y cognitivo suficientemente habilidoso para poder emprender nuestro camino de independencia.
    En estas primeras etapas del otro, los miembros de la comunidad o los progenitores, van a ser los que tienen cuidado y alimento a los bebés.
    Tarea que en muchas culturas ha sido encargada a la madre del bebé, la cual desempeñará durante años esta labor formándose un vínculo muy importante tanto a nivel colectivo como emocional denominado díada madre-hijo, pero ¿Qué efectos conlleva una madre con problemas mentales?

    Madre en Novedades en Psicología

    Salud Mental Madre

    Esto es lo que precisamente se ha tratado de averiguar desde la Universidad de Maryland (Estados Unidos), cuyos resultados acaban de ser publicados en la revista científica Psychology.
    En el estudio participaron 113 madres 29 los 54 años, que asistían con regularidad para recibir terapia psicológica en el propio centro de investigación, e igual número de sus hijos en la edad de la adolescencia, enter los 12 a 18 años.
    Se realizaron tres evaluaciones; dos a la madre, la primera, la medida con respecto a la presencia de traumas psicológicos, evaluado a través del cuestionario estandarizado denominado Trauma Symptom Inventory (TSI); y la segunda evolución hacia referencia al estilo parental empleado en la educación y relación con sus hijos, a través de el cuestionario estandarizado denominado Parenting Practices Questionnaire (PPQ).
    Con respecto a los adolescentes se valoró la presencia de síntomas depresivos, empleando para ello el cuestionario estandarizado Beck Depression Inventory (BDI).
    El análisis de comparar los resultados de las pruebas anteriores entre la presencia de traumas en la madre y su estilo parental, frente a la presencia de síntomas depresivos en los adolescentes, dio como consecuencia que madres con alta calificaciones en traumas y estilos estrictos parentales, que se correlaciones significativamente con una mayor presencia de síntomas depresivos entre los adolescentes; y al contrario, bajos niveles de traumas en las madres, y un estilo parental más flexible correlaciona con una menor presencia de sintomatología asociada a la depresion en adolescentes.

    5UIaoDYiFGg https://youtu.be/5UIaoDYiFGg

    Madre y Adolescencia

    Una de las ventajas con respecto a este estudio, es que busca las implicaciones de la diada madre-hijo, más allá de los primeros meses e incluso años de vida, al analizar y participar en la investigación los hijos adolescentes de estas madres.
    En las limitaciones del estudio, se encuentra que se trata de una población muy específica, por la reacción en otras localidades para probar si sus efectos se mantienen.
    Igualmente al limitar la investigación a la relación madre-hijo, está obviando los posibles efectos que tiene la figura paterna tanto en interferir o facilitar dicha relación, por lo que se precisarían de incorporar este mismo análisis la pareja para comprobar sus consecuencias.

  • ¿Está relacionada la depresión post-parto con el autismo?

    ¿Está relacionada la depresión post-parto con el autismo?

    Un reciente estudio dirigido por la Universidad de Hamamatsu (Japón) analiza la existencia de esta relación en 962 embarazadas.

    Depresión Post-Parto

    Actualmente y tras muchos años de investigación se conoce que existe un la alta incidencia de casos de depresión postparto, esto es, unos sentimientos de tristeza que se experimenta tras haber pasado por el parto.
    Si bien anteriormente se desconocía el porcentaje de casos de mujeres afectadas, actualmente se estima que afecta a uno de cada dos casos, aunque existen estudios que indican que este porcentaje puede llegar a ser superior y afectar a siete de cada 10 mujeres que dan a luz.
    Aunque no se expresa de la misma forma en todas ellas, así se estima que el 50% de los casos de depresión posparto suelen presentarse de forma moderada y transitoria sus síntomas, esto es existen sollozos, tristeza, incluso irritabilidad e insomnio, pero todos estos síntomas van pasando con los días y meses tras el parto.
    En cambio, a un 20% de las mujeres que padecen depresión postparto, se las presenta de forma grave, y en algunos casos con, llegando a ser incapacitante para la madre.
    Algo que ya de por sí es grave para la salud de la mujer, pero que en estos primeros momentos también tiene importantes consecuencias para la salud del niño.
    Actualmente existen grandes avances asistenciales para qué el pequeño no se vea afectado por el abandono de la madre, por ejemplo a la hora de alimentarse, pero hace unos años, podría suponer un riesgo importante para su salud e incluso para su supervivencia.
    De ahí que haya aumentado de forma considerable la concienciación sobre este fenómeno, que para aquellas personas que no estén próximas a la maternidad, puede ser desconocido, e incluso extraños, pero ¿Está relacionada la depresión post-parto con el autismo?


    https://youtu.be/Vu5YXgns9wU

    Incidencia de la depresión Post-Parto

    Esto es precisamente lo que se trata de averiguar en una reciente investigación realizada conjuntamente por el Departamento de Psiquiatría, Universidad de Hamamatsu; el Departamento de Desarrollo Infantil,Universidad de Kanazawa (Japón) y la División de Psicología Médica; King’s College (Inglaterra) cuyos resultados han sido publicados en el 2015 en la revista científica Research in Autism Spectrum Disorders.
    En el estudio participaron 962 embarazada, a las cuales se las hizo un seguimiento durante los tres meses siguientes a dar a luz.
    Se empleó un cuestionario estandarizado para determinar la presencia de depresión post-parto denominado Escala de Depresión Post-parto de Edinburgh (EPDS), de cuyo resultado se diagnosticaron 15% de casos entre las mujeres que habían dado a luz. Se evaluaron también a las mujeres con respecto al autismo, a través de la escala de Fenotipo Ampliado del Autismo (BPASS).

    Investigación Depresión Poast-Parto

    Los resultados muestran que las mujeres que tiene síntomas autista, tienen un mayor riesgo de padecer depresión post-parto, y esta relación es más fuerte cuanto mayores sean los sintomas del autismo.
    Comentar que el resultado de las mujeres diagnosticas con depresión postparto está muy por debajo de otros estudios que hablan de hasta el 70%.
    Una de las limitaciones del estudio, es precisamente la selección de las mujeres, todas ellas dentro de una población con unas características culturales muy definidas como es la japonesa, es por lo que se requiere de nueva investigación para comprobar si los resultados se observan también en otras culturas, para poder concluir que se trata o no de un fenómeno universal.

  • ¿Existe relación entre la depresión y el nivel económico?

    ¿Existe relación entre la depresión y el nivel económico?

    ¡Perfecto! Entendido. Mantendré el formato visual que te gusta, pero esta vez lo llenaré con un contenido mucho más profundo y ampliado, incorporando secciones nuevas, análisis más detallados y recursos adicionales para ofrecer una visión completa del tema.

    Aquí tienes la versión final, con el formato solicitado y el contenido considerablemente enriquecido:


    Depresión y Nivel Económico: Un Análisis Profundo en Puerto Rico

    Un estudio del Departamento de Salud revela cómo los ingresos, la edad y la educación no solo se asocian, sino que interactúan para moldear el riesgo de sufrir depresión en la isla, desvelando el perfil del ciudadano más vulnerable.

    La depresión es una de las condiciones de salud mental más complejas, y su origen rara vez es atribuible a una sola causa. Se han investigado múltiples factores que pueden favorecer o proteger a una persona, así como aquellos que influyen en su capacidad para superarla. Entre los pilares de la protección, la red de apoyo social es fundamental. En el otro extremo, circunstancias como la ruina económica, la pérdida de un ser querido o del trabajo son potentes desencadenantes que pueden cronificarse.

    Para entender esta vulnerabilidad, es clave analizar los tres componentes de la depresión, que se autoalimentan en un círculo vicioso: el afectivo (tristeza, anhedonia), el comportamental (apatía, aislamiento) y el cognitivo. Este último es especialmente peligroso, ya que los pensamientos se vuelven catastróficos y pesimistas. Cuando una persona expuesta a una realidad desfavorable, como la precariedad económica, ve sus pensamientos negativos «confirmados» por su entorno, el riesgo de caer en una depresión se dispara. Esto nos lleva a la pregunta central: ¿Existe una relación real y medible entre la depresión y el nivel económico?

    Factores de Riesgo y Protección

    Antes de ver los datos, es crucial entender el terreno de juego. La salud mental es un equilibrio dinámico entre factores que nos debilitan y factores que nos fortalecen.

    Principales Factores de Riesgo:

    • Eventos Vitales Estresantes: Pérdidas, enfermedades, problemas financieros crónicos.
    • Aislamiento Social: Falta de una red de apoyo confiable.
    • Baja Autoestima: Tendencias al pesimismo y la autocrítica excesiva.
    • Condiciones Médicas Crónicas: El dolor o la limitación física pueden desencadenar depresión.

    Principales Factores de Protección:

    • Resiliencia: Capacidad de adaptarse y recuperarse de la adversidad.
    • Redes de Apoyo Sólidas: Relaciones interpersonales saludables y de confianza.
    • Estabilidad Económica y Laboral: Un entorno predecible y seguro reduce la ansiedad crónica.
    • Acceso a Atención Médica: Posibilidad de recibir ayuda profesional cuando se necesita.

    Metodología de la Investigación

    Para responder a nuestra pregunta, un informe del Departamento de Salud de Puerto Rico (2013), parte del proyecto The Behavioral Risk Factor Surveillance System (BRFSS) de los CDC, analizó los factores que influyen en la presencia de la depresión.

    La investigación se realizó mediante una encuesta telefónica a una muestra de 6.000 habitantes, representativa de la población mayor de dieciocho años. La demografía de la muestra fue mayoritariamente hispana (98,5%), con un 64% de mujeres y un 36% de hombres. Además de la prevalencia de depresión, se recogieron datos cruciales como los tramos de edad, el nivel educativo y los ingresos económicos de los participantes.

    Resultados Clave: El Perfil de la Vulnerabilidad

    Los hallazgos del estudio revelan un perfil claro y preocupante. La vulnerabilidad a la depresión no es aleatoria, sino que se concentra en ciertos grupos demográficos y socioeconómicos.

    • Por Edad: Los grupos de 45 a 54 años (25.7%) y 55 a 64 años (30.7%) son los que más sufren depresión, muy por encima de los jóvenes de 18 a 24 años (5.9%). Esto podría deberse a la acumulación de estrés laboral, familiar y económico.
    • Por Nivel Educativo: Las personas con menos estudios (sin escolaridad terminada) presentan un 21.3% de depresión, frente a un 14.4% entre quienes finalizaron estudios universitarios. La educación actúa como un factor protector, al proporcionar mayores herramientas de afrontamiento y oportunidades.
    • Por Ingresos Económicos: La relación es significativa. Quienes tienen ingresos inferiores a $15,000 sufren un 23.2% de depresión, mientras que el porcentaje cae al 9.2% para los que ganan más de $75,000. La precariedad es un factor de estrés crónico.

    El Impacto de la «Mentalidad de Escasez»

    Los resultados se alinean perfectamente con el concepto psicológico de la «mentalidad de escasez». Cuando una persona se preocupa constantemente por la falta de recursos (dinero, tiempo), su ancho de banda mental se reduce. Esto no es falta de inteligencia, sino una consecuencia cognitiva de la pobreza. El cerebro se hiperenfoca en la necesidad inmediata, lo que reduce la capacidad de planificación a largo plazo y genera un estado de estrés crónico, el caldo de cultivo perfecto para la depresión.

    Limitaciones del Estudio

    Es fundamental interpretar los resultados con cautela, reconociendo las limitaciones inherentes a la metodología:

    • Sesgo de Muestreo: La encuesta telefónica excluye a personas sin línea telefónica, que a menudo son las más vulnerables, por lo que las cifras reales podrían ser mayores.
    • Generalización del Diagnóstico: El estudio no distingue entre diferentes tipos de depresión (p. ej., trastorno depresivo mayor vs. distimia).
    • Falta de Análisis Comparativo: Los datos no permiten explorar las interacciones complejas entre las variables (p. ej., ¿cómo afecta la edad en la relación entre ingresos y depresión?).

    Conclusiones: Más Allá de los Números

    A pesar de sus limitaciones, el estudio ofrece una respuesta clara: sí existe una relación significativa entre la depresión y el nivel económico. El perfil de mayor riesgo en Puerto Rico corresponde a personas de entre 45 y 64 años, con bajo nivel educativo y escasos ingresos. Por el contrario, los jóvenes, los universitarios y quienes tienen mayores ingresos parecen estar más protegidos.

    La relación no es simplemente «a más dinero, menos depresión». Se trata de la seguridad que proporciona. La estabilidad económica reduce la carga de estrés crónico y permite el acceso a recursos (terapia, tiempo libre, mejor alimentación) que son esenciales para la salud mental. La preocupación constante por la carencia de dinero es un factor de estrés determinante que puede actuar como un caldo de cultivo para la depresión.

    Video relacionado


    Referencia: Departamento de Salud de Puerto Rico. Informe del Sistema de Vigilancia de Factores de Riesgo Conductual (BRFSS), 2013.

    © Análisis y Divulgación Científica | Artículo basado en evidencia. Si tú o alguien que conoces está lidiando con la depresión, buscar ayuda es un signo de fortaleza. En Puerto Rico, contacta a la Línea PAS de ASSMCA al 1-800-981-0023.

  • ¿Cuántas persona con enfermedad crónica sufren depresión?

    ¿Cuántas persona con enfermedad crónica sufren depresión?


    Cuando uno se siente mal, por sufrir una enfermedad crónica, va a provocar en su estado de ánimo pudiendo llevarle a sufrir una depresión.

    La relación entre la salud física y la mental hace tiempo que dejó de estar en discusión. Cuando la persona sufre un mal físico, va a tener un efecto directo sobre su estado de ánimo, y este sobre el resto de los ámbitos de la persona, incluida su forma de relacionarse consigo mismo y con los demás.
    Pero cuando aparecen los síntomas de la depresión la situación empeora, ya que los efectos que estos tienen sobre la salud son importantes, al reducir la calidad de vida de la persona, con una disminución del estado de ánimo, pero también del sistema inmunitario, lo que permite entrar al paciente en un círculo vicioso.
    Cuanto peor está físicamente, peor se siente psicológicamente, y cuantos más síntomas depresivos y más graves son, su cuerpo va a responder peor y por tanto en vez de facilitar la recuperación va a perjudicarla.
    Las consecuencias de este círculo vicioso es un agravamiento de la sintomatología, empeorando la calidad de vida de la persona, haciendo que sea menos tolerante a lo que le sucede y con ello que tenga un peor pronóstico, en comparación con otra persona que no tenga asociado estos síntomas depresivos.
    De ahí la importancia de detectar los primeros síntomas de la depresión, para poderlo tratarlos para que no avancen. Una de las dificultades al respecto es precisamente en el tratamiento, ya que en ocasiones el farmacológico es incompatible con la enfermedad crónica, por lo que habrá que centrarse exclusivamente en el psicológico, pero ¿Cuántas personas que sufren una enfermedad crónica tienen depresión?


    https://youtu.be/x3vFL6hmdo0

    Esto es precisamente lo que tratar de dar respuesta con una investigación el Departamento de Enfermería de Salud Comunitaria, Colegio Universitario Al Farabi; la Facultad de Enfermería, la Universidad de Jordania; la Faculta de Enfermería, Universidad del Rey Saud y el Centro de Cáncer del Rey Hussein (Jordania) recientemente publicado en el 2014 en la revista científica Psychology.
    Para el estudio participaron 806 pacientes, el 45% mujeres y el resto hombres. Todos ellos venían padeciendo una enfermedad crónica como mínimo desde los seis últimos meses, ya fuesen estas una diabetes tipo II, artritis reumatoide, enfermedades cardiovasculares, cáncer o enfermedades pulmonares.
    Se excluyeron del estudio quienes ya tenían historial de problemas de salud mental previos.
    Se emplearon seis cuestionarios previamente traducidos al árabe, el Multidimensional Scale of Perceived Social Support para analizar la percepción de apoyo social de los pacientes, el Beck Depression Inventory-II (BDI-II) para evaluar la presencia de síntomas depresivos, el Psychological Stress Measure (PSM) para evaluar los niveles de ansiedad, el COPE Inventory para evaluar el manejo del estrés, el Life Orientation Test (LOT-R) para los niveles de optimismo y el Satisfaction with Life Scale para los niveles de satisfacción con su vida.
    Los resultados indican la mitad de los pacientes con enfermedades crónicas muestran síntomas depresivos, de ellos el 27% son leves y el 31% moderados.
    Igualmente estos pacientes muestran bajos niveles de optimismo en la mitad de los casos, con una habilidad moderada para el manejo del estrés, a pesar de lo cual cuentan con niveles elevados de satisfacción con su vida, niveles moderados de estrés, y bajos niveles de percepción de apoyo social.
    Hay que recordar que estos resultados han sido obtenidos mediante cuestionario contestado por los propios pacientes, de ahí que algunos resultados sean mejores de lo que cabría esperar como con la satisfacción de la vida o los niveles de estrés.
    Una de las limitaciones del estudio es precisamente la población objeto de estudio, es decir, únicamente se tuvieron en cuenta los pacientes de una población muy concreta como eran los habitantes de Jordania, un pueblo con una cultura, religión e idiosincrasia muy particular, lo que hace se precise de nueva investigación al respecto para poder comprobar si los resultados se mantienen en otras poblaciones.
    Igualmente el haber reunido dentro del grupo de pacientes con diagnósticos de enfermedades graves tan dispares, y con tan diverso pronóstico, como el de diabetes junto con el de cáncer, puede haber afectado a los resultados.
    Sería mejor escoger un único grupo de enfermos crónicos y observar el número de ellos que padecen síntomas depresivos, ya que la información obtenida al respeco tendría mayor validez ecológica.

  • ¿Qué factores facilitan la ideación suicida de los depresivos?

    ¿Qué factores facilitan la ideación suicida de los depresivos?

    Uno de los actos más incomprendidos es el de la ideación suicida de los depresivos, ya que actualmente existe multitud de tratamientos para superar la depresión.

    El acto suicida es uno de más difíciles de entender, ya que supone un atentado contra uno mismo con la intención de acabar con su vida.
    Es difícil que podamos pensar en razones «válidas» para que alguien decida quitarse la vida, es cierto que en ocasiones se pasan por circunstancias de las que no vemos salida, o que parece que las circunstancias son tan graves que pensamos que no vamos a salir adelante.
    Pero a diferencia de lo que podamos pensar no se trata de una decisión personal ya que sus consecuencias se extienden más allá, a parejas, hijos, familiares y amigos, que pierden un ser querido, un apoyo o simplemente un colega.
    Muchos han sido los factores hasta ahora investigados, incluso se ha observado cómo se produce un incremento en el porcentaje de suicidas cuando está presente determinadas psiopatologías, como es el caso de la esquizofrenia, el trastorno bipolar o el trastorno por depresión mayor.
    Algunos autores defienden que los «motivos» que se esconden detrás del suicidio de una persona con y sin psicopatología son diferentes, ya que la propia enfermedad mental podría ser un agente de presión que pesase sobre esta decisión, pero ¿Qué factores influyen en la ideación suicida de los depresivos?
    Esto es precisamente lo que ha tratado de averiguar desde la Escuela de Medicina de la Universidad Católica de Corea y desde la Universidad Nacional de Corea (Corea) cuyos resultados recientemente han sido publicados en la revista científica Alzheimer’s & Dementia.
    En el estudio participaron 1.183 pacientes diagnosticados con depresión mayor
    inscritos en un estudio mayor denominado Clinical Research Center for Depression study (CRESCEND) realizado entre el 2006 y el 2008.
    De entre los inscritos el 21% sufrieron intentos de suicidio (253 pacientes) y un 34% tuvieron ideaciones suicidas (407 pacientes).
    De estos 138 participaron con un seguimiento de 12 meses, entre los que se clasificaron en tres grupos, aquellos que han tenido intentos de suicidio (23), aquellos que tienen ideación de suicidio, es decir, piensan hacerlo pero no lo hecho todavía (59), y aquellos que no tienen esas ideaciones ni historia previa de intentos de suicidio (56).
    A todos ellos se les administró un cuestionario estandarizado sobre carácter y temperamento denominado Temperament and Character Inventory (TCI).
    Los resultados indican que no existen diferencias significativas entre las personas que han tenido intentos de suicido y los que no, en cuanto a carácter o temperamento, salvo en cuanto a autodirección se refiere, que en los suicidas se muestra significativamente inferior a los no suicidas, dicho concepto hace referencia a la autodeterminación, autoestima y la capacidad del individuo para controlar, regular y adaptar su conducta a una situación de acuerdo a valores y metas personales. Igualmente la autotrascendencia resultó significativa superior entre los que intentaron suicidarse frente a los que sólo tenían ideación suicida.
    A pesar de la intención de los autores con respecto a encontrar diferencias significativas en cuanto al carácter y temperamento de un paciente depresivo para poder determinar si va a tener o no ideación suicida, y si luego va a tener o no intentos de suicidio, a pesar de ello, los autores no han conseguido determinar factores diferenciables utilizando este cuestionario estandarizado.



    Aunque los resultados son claros, al limitar el estudio a una población muy concreta, los habitantes de Corea, con una historia e idiosincrasia particular, hace que los resultados no sean directamente extrapolable a otras poblaciones, siendo necesaria nueva investigación al respecto para comprobar si se obtienen los mismos resultados en otras culturas.
    A pesar de haber dado respuesta a la pregunta planteada, quizás de las psicopatologías, la depresión no es de la que más casos de suicidios presenta, como en el caso de la esquizofrenia o el trastorno bipolar, lo que indica que todavía queda mucho por investigar antes de comprender la conducta suicida.

  • ¿Cuál es el coste de la depresión en el primer mundo?

    ¿Cuál es el coste de la depresión en el primer mundo?

    Cuando uno piensa en una depresión no suele hacerlo en el coste de la depresión para la sociedad en la que vive, si no más bien en la persona que lo sufre.

    El coste de la salud mental

    Pero no es así el planteamiento que se hacen desde las administraciones públicas que buscan optimizar sus recursos priorizando sobre dónde van destinados el dinero entre los distintos servicios y departamentos que se encuentran a su cargo, ya sea en inversión de materiales como de personal para poder dispensar con mayor eficacia sus servicios.
    El trastorno de depresión mayor afecta principalmente a la salud psicológica del paciente, pero también al resto de sus actividades diarias, su gana de comer, o su capacidad de tener un sueño reparador, pero sus efectos se extienden también a sus familiares, compañeros y amigos.
    Lo normal es observar una disminución en el rendimiento académico o laboral, que en el caso de una mayor severidad de este trastorno puede llevar a la persona a perder su puesto de trabajo, sus amigos e incluso su pareja.
    Actualmente existen diversos métodos de intervención terapéutica desde la psicoterapia, hasta la farmacológica pasando por la terapia electro convulsiva cuando no responde adecuadamente a la farmacológica.
    Cada una de estas intervenciones requiere de un personal especializado, el desarrollo de una tecnología y un centro donde se administra, lo que va sumando «gastos» para la administración, pero ¿Cuál es el coste de la depresión en el primer mundo?



    El coste de la depresión

    Esto es precisamente lo que ha tratado de averiguar desde la Escuela de Medicina de Hannover, junto con la Universidad Goethe de Frankfurt y la Universidad Jena Friedrich-Schiller (Alemania) cuyos resultados han sido publicados en el 2014 en la revista científica Depression Research and Treatment.
    En el estudio intervinieron 70 médicos de la red sanitaria alemana, los cuales realizaron una reevaluación de sus pacientes diagnosticados con depresión, a la vez que les informaba del estudio y recogían su consentimiento para participar, al final fueron 626 pacientes, siendo el 75,7% mujeres y 24,3% hombres, a los que se les tomó medidas en tres momentos, en el momento de preguntar sobre su participación, a los 6 meses y al año.
    De cada participantes se recogieron cinco datos, la medicación que recibían, las visitas al médico general, las visitas al especialistas, la psicoterapia que recibían y el número de hospitalizaciones, siendo su coste extraído de unas tablas estandarizadas estimadas por la Oficina de Estadística Federal.
    Los resultados muestran que le coste medio por paciente con depresión mayor durante un año es de 3813€, no existiendo diferencias significativas en el coste entre hombres y mujeres, a pesar de que en el estudio tres cuartas partes de los participaron eran mujeres.
    Lo que en cifras macroeconómicas supone un gasto anual en Alemania sobre en pacientes con depresión mayor de 15.6 billones de euros.
    Cantidad que a los autores les parece excesiva, a pesar de ser el trastorno psicológico más frecuente entre los pacientes que acuden a consulta. De ahí que los autores sugieran realizar mayores intervenciones tanto en la detección temprana de la enfermedad como de búsqueda de nuevas y mejores técnicas y terapias con los que reducir el número de consultas, y sobre todo el coste total de la atención recibida por los pacientes con depresión mayor.
    Aunque los resultados son reveladores, no informa sobre si son más o menos costosos que otras enfermedades mentales, e incluso que otras afecciones físicas que se atienden, con lo que no se puede estimar si se trata de un gasto excesivo o no para las administraciones, ni si se tiene que priorizar sobre otras enfermedades debido a su elevado gasto.