¿Cuál es el papel de los padres en el trastorno obsesivo-compulsivo?

En los últimos años se ha investigado mucho sobre las características de personalidad implicadas en el comportamiento obsesivo-compulsivo.

La idea es conocer los factores que predisponen a la aparición de este trastorno del comportamiento obsesivo-compulsivo para evitar su aparición y cronificación.

Trastorno obsesivo

El trastorno obsesivo-compulsivo se caracteriza por un doble componente, uno conductual, con los comportamientos reiterativos denominados rituales y el cognitivo, con pensamientos invasivos que provocan altos niveles de ansiedad hasta que realiza el ritual correspondiente.
Una combinación que en ocasiones dificulta el poder llevar una vida «normal» y adaptada a la persona que lo padece.
Circunstancia que por otra parte parece ser sensible a los niveles de ansiedad, así, la persona en una situación de estrés va a ver incrementada su tendencia a tener rituales, pero ¿Cuál es el papel de los padres en el trastorno obsesivo-compulsivo?

Trastorno compulsivo

Esto es lo que se ha tratado de responder mediante una investigación realizada por el Center for Student Counseling y el Formerly at the Center for Developmental Clinical Psychology and Psychiatry, Nagoya University, junto con el Graduate School of Education, Naruto University of Education, y el Research Center for Child Mental Development, Hamamatsu University School of Medicine, Hamamatsu, Japan 5Sasagawado-ri General Clinic (Japón) cuyos resultados han sido publicdos en la revista científica Psychology.
En el estudio participaron ciento dieciséis madres con hijos entre tres y cinco años.
A todas ellas se les administró un cuestionario estandarizado para evaluar el comportamiento obsesivo de sus hijos denominado Child Routines Inventory (C.H.I.), igualmente rellenaron un cuestionario sobre la actitud de los padres hacia sus hijos a través del Parental Attitudes toward Child Rearing Scale (P.A.C.R.S.), para evaluar la presencia de síntomas depresivos en la madre se empleó la escala estandarizada denominada Center for Epidemiologic Studies Depression Scale (C.E.S.-D.) y por último se empleó una escala creada ad-hoc sobre las vivencias emocionales del menor.
Los resultados informan sobre que no existe relación entre el estado de ánimo de las madres y el padecimiento de compulsiones por parte de los pequeños, el cual es también independiente de las actitud de los padres sobre el problema.
Con respecto a las vivencias emocionales del menor, únicamente el enojo ha resultado significativo con el padecimiento de compulsiones.

Trastorno obsesivo-compulsivo

Queda señalar que existe una discusión en el ámbito científico sobre si realmente se puede considerar que un niño tan pequeño pueda sufrir un Trastorno Obsesivo-Compulsivo, sobre todo cuando no tiene desarrollado el componente cognitivo lo suficiente para sustentar dicho trastorno.
De ahí que algunos expertos nieguen la posibilidad de ser clasificados como tal a edades tan tempranas, e igualmente desaconsejen el uso del tratamiento farmacológico empleado para el Trastorno Obsesivo-Compulsivo que le habrá de acompañar el resto de su vida.
Hay que señalar que únicamente se ha entrevista a la madre, por lo que faltaría realizar las mismas entrevistas a los padres pare conocer su papel.
Sería necesario incorporar alguna medida observacional para complementar la información basado en informes de la madre, para poder tener una panorámica más exacta del problema.
Igualmente el haber realizado la investigación sobre una edad muy concreta, de tres a cinco años, no permite comprender si esta relación enojo-compulsión se va a mantener en el tiempo o no.
La diada madre-hijo, tan importante en el desarrollo de las capacidades del pequeño no parecen jugar un papel relevante cuando se trata del comportamiento obsesivo-compulsivo del menor.
A pesar de las limitaciones anteriores cabe destacarse de los resultados que el enojo va a ser un desencadenante decisivo en la aparición de compulsiones por parte del menor, de ahí la importancia de su educación mediante Inteligencia Emocional, con el que aprender a detectar las circunstancias que le enojan, y a responder de otra forma en esos momentos.