¿Nuevos tratamientos de socialización en Autistas?


A pesar de las limitaciones en la comunicación por parte de los pequeños con Autismo, este no es el único problema que sufren.

Las dificultades en el Trastorno del Espectro Autista

El retraso en el lenguaje va a ser un síntoma, quizás el más grave, que va a traer acarreado en muchos casos de incomprensión e incluso hasta cierto punto de aislamiento por parte del menor, sobre todo de los pequeños de su edad.
Aunque los esfuerzos por la integración son muchos, las características de algunos de estos pequeños hacen que sea difícil para el resto de sus compañeros.
Entre esta característica se encuentra el manejo emocional del mismo, donde no sólo se le hace difícil interpretar las emociones de los demás, sino incluso expresar las propias.
Algo que no hace si no entorpecer el proceso de socialización tan necesario en esta época de la vida.
Para evitar la estigmatización de los pequeños con autismo se han diseñado multitud de técnicas de intervención donde se trata de ir modulando y enseñando las distintas habilidades para su desarrollo lingüístico, pero ¿Existen nuevos tratamientos de socialización en Autistas?

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Entrenando emociones en el Autismo

Esto es lo que ha tratado de resolverse con un estudio desde el Department of Educational Psychology and Counseling junto con el Department of Special Education, National Taiwan Normal University (Taiwan) cuyos resultados acaban de ser publicados en la revista científica Psychiatry Research.
Participaron veinte estudiantes adolescentes de los cuales únicamente una era mujer, con edades comprendidas entre los 12 a 18 años.
Todos ellos con autismo según resultados del Clancy Behavior Scale y del Behavioral Rating Scale for Children with Autism; con niveles de inteligencia por encima de 70 según el cuestionario estandarizado WAIS-III.
Se realizaron dos grupos, uno que recibiría una intervención basada en el humor y otro no, que funcionaría como grupo control con el que comparar la efectividad de la intervención.
En el grupo de intervención pasó por tres clases al día de humor, cinco días de la semana. En total 15 horas de entrenamiento, donde se les enseñaba tanto el conocimiento sobre el humor como a copiar el humor, realizando imitaciones.
Para evaluar el nivel de comprensión del humor se usaron dos sesiones en donde se mostraban veinte situaciones diferentes de humor; igualmente se usó el cuestionario de humor denominado Humor Style Questionnaire, que distingue entre cuatro tipos de humor, el afiliativo, el agresivo, el autorreferencial positivo y el autorreferencial negativo.
Los resultados muestran un incremento significativo en el conocimiento sobre el humor, produciéndose una tendencia significativa hacia el humor de filiación entre los que recibieron entrenamiento frente a los que no lo recibieron.


Mejora de la comunicación en el Autismo

Entre las limitaciones del estudio se encuentra el escaso número de participantes, y que únicamente hubiese una chica entre ellos, por lo que no se puede estimar que los resultados sean semejantes o no para ambos géneros.
Igualmente, el grupo seleccionado no es representativo de todo el colectivo de adolescentes con autismo, ya que se ha establecido a priori una «nota de corte» en función del C.I.
A pesar de los resultados positivos, estos han sido menores a los que los autores esperaban, produciéndose mejoras únicamente en uno de los cuatro estilos de humor; eso no quita la efectividad de la intervención.
Hay que tener en cuenta el limitado entrenamiento recibido, únicamente durante una semana, se esperaría que, si se continuase en el tiempo dicho entrenamiento, los efectos alcanzados podrían ser mayores.