Una de las circunstancias más desconcertantes para quien lo sufre, es saber que es más propenso a sufrir Bullying.

Propenso a sufrir Bullying

Si pensamos en Bullying o acoso, lo solemos hacer en el ámbito escolar entre iguales. Una situación que llevaba unos años abriendo los telediarios, hasta que se han empezado a implementar una serie de medidas, que facilitan tanto la denuncia por parte del pequeño que sufre acoso, como por parte de los profesores a la hora de detectar los síntomas del Bullying.
El aislamiento del parte o todos sus compañeros, un bajada destacada en las calificaciones e incluso el miedo a ir a clase son síntomas claros para padres y profesores de que algo va mal en la escuela, los cuales tienen que ser oídos y atendidos por los adultos, pues es la forma que en muchas ocasiones tienen los menores de «quejarse» del Bullying.
Unas medidas que incluyen la intervención policial e incluso judicial cuando así es requerida por las circunstancias concretas del Bullying. Tal es así, que se ha creado un teléfono de denuncia anónima, a semejanza del teléfono para atender los casos maltrato a la mujer, pero ¿Sabes si tu hijo es propenso a sufrir Bullying?



Adolescencia y Bullying

Esto es lo trata de averiguarse desde CFK Salud Pública y Calidad de Mejoramiento central Dinamarca Región y la Universidad de Estudios Clínicos, la de Parken, la de Aalborg (Dinamarca) cuyos resultados se han publicado en la revista científica BMC Psychology.
En el estudio participaron 3.681 alumnos con edades entre los 14 y 15 años. Estos mismos alumnos fueron evaluados a la edad de los 17 a 18 años, pero únicamente completaron el estudio 2.181 alumnos.
De los cuales en esta segunda medida, 125 estaban trabajando, 348 tenían un contrato de aprendiz, 1.305 compaginaban estudios y trabajo y 478 no tenían trabajo.
De todos ellos se obtuvieron datos demográficos, como los ingresos familiares, nivel educativo de los padres,…
A los participantes se les hizo tres preguntas en los dos momentos de medida, donde debían identificar si estaban sufriendo Bullying, y de ser así con qué frecuencia lo sufrían.
Igualmente tuvieron que contestar un cuestionario estandarizado sobre la relación del joven con la familia a través del Parental Bonding Instrument y del Family Assessment Device – General Functioning scale (FAD-GF).
Se evaluaron dos marcadores de salud, como fueron el número de cigarrillos que consumían diariamente y la presencia o no de sobrepeso.
Por último se evaluó la personalidad de los adolescentes mediante una escala de autoestima, el Rosenberg’s global self-esteem scale y el Brief COPE Scale para evaluar la capacidad de afrontamiento de las situaciones estresantes.
Los resultados informan de una reincidencia en las víctimas que ya sufrieron Bullying, pero que ahora lo sufren en el ámbito laboral.
Los autores analizaron las características implicadas en esta reincidencia, y determinaron que los que más lo sufren son aquellos que muestran bajos niveles de autoestima, con unos padres sobreprotectores, un nivel socio económico intermedio y bajo sentido de la coherencia.
El sobrepeso también hace que el alumno sea propenso a sufrir Bullying tanto nivel escolar como laboral.
Por lo que los autores concluyen, que el alumno que muestre el perfil anteriormente indicado es más propenso a sufrir Bullying durante toda su vida, si no consigue desarrollar las habilidades necesarias para hacer frente a este proceso de victimización en que se encuentra.

Escuela y Bullying

Hay que tener en cuenta que los resultados se corresponden con una sociedad concreta donde muchos jóvenes se incorporan al mundo laboral nada más terminar el instituto, una realidad que difiere en mucho de otras localizaciones, por lo que se precisa de nueva investigación al respecto para poder obtener conclusiones válidas.
Tal y como señalan los autores del estudio, hay que hacer hincapié en la formación de habilidades de afrontamiento de las situaciones de estrés desde la escuela, y por supuesto, establecer y ejecutar las medidas de detección del acoso en la escuela.
Pero estas medidas no deben ir solo encaminadas a detener la conducta de acoso, sino también, a reforzar las habilidades de la víctima del acoso, pues tal y como se ha visto en el estudio, si no se hace así, en un futuro, ya sea en el instituto o en el ámbito laboral va a volver a sufrir este acoso.
La intervención psicológica, por tanto debe incidir tanto en las habilidades sociales, con las que expresar sus emociones, así como en el control del estrés, y reforzando la autoestima del pequeño.
Un papel protagonista que tendrá que ir asumiendo el psicólogo escolar, ya que es el más preparado tanto para la detección como para la intervención posterior.