¿Es beneficioso aplicar la danza al autismo?


Uno de los problemas principales del autismo es la diversidad de sintomatología positiva y negativa que muestra.

Síntomas en el autismo

La sintomatología positiva, es aquella que no debería de estar ahí y que está presente precisamente por sufrir autismo; mientras que los síntomas negativos hace referencia a comportamientos o conductas que deberían de estar presentes en el autismo y no se hallan debido al trastorno.
A parte de esta distinción, existen multitud de «deficiencias» que se han de trabajar una a una para ayudar al pequeño en su progreso.
En ocasiones estos mini-procesos están encadenados, de forma que para lograr uno de orden superior se requiere de un entrenamiento dominio del de orden inferior, tal y como se conceptualiza don el método A.B.A.
A pesar de este modelo de intervención actualmente se están explorando otras alternativas que sean más rápidas en cuanto al tiempo que se requiere, e igualmente que se traten más conductas de una vez.
Un de estos modelos es la danza, algo que se ha observado beneficioso en otros tipo de intervenciones como en los casos de pequeños con Retraso Mental.
Técnica que le confiere un mejor dominio de su cuerpo, a la vez que fomenta la interacción con los demás, pero ¿Es beneficioso aplicar la danza al autismo?


Vídeo Recomendado: Trastornos del espectro autista

La danza en el autismo

Esto es precisamente lo que se ha tratado de resolver con una investigación realizada desde el Department of Psychology y el Department of General Psychiatry, University of Heidelberg, junto con el Department of Creative Arts Therapies and Therapy Sciences, Alanus University, y el Department of Therapy Sciences, SRH University Heidelberg (Alemania) cuyos resultados se acaban de publicar en Behavioral Sciences.
En el estudio participaron setenta y ocho pacientes con trastorno del espectro adulto de los cuales doce eran mujeres, con edades comprendidas entre los 14 a 65 años.
A la mitad de los mismos se les asignó al grupo experimentales: Con intervención de 10 semanas en un programa especifico para desarrollo de habilidades de danza; el resto perteneció al grupo control con el que comparar la efectividad de la intervención.
Las sesiones de danzaterapia fueron de 60 minutos a razón de diez sesiones semanales durante 10 semanas.
Se realizó una evaluación pre y post intervención y una última con un seguimiento de seis meses; esta evaluación se llevó a cabo con el Scale for the Assessment of Negative Symptoms (SANS) que evalúa la presencia de síntomas negativos del autismo.
Los resultados muestran tendencias significativas hacia una reducción de la sintomatología negativa del autismo, siendo únicamente significativo para algunos subtipos de dicha sintomatología.


Aplicación de la danza en el autismo

Una de las limitaciones del estudio se encuentra en el rango tan amplio de edad de los participantes, lo que no permite conocer si estos resultados son específicos de una rango concreto o no.
No se ha realizado un análisis de los resultados por género, por lo que no se puede conocer si la danza mejora más o menos la sintomatología del autismo en hombres o en mujeres, o lo hace por igual.
Con todo lo anterior, parece que la danza como terapia en el autismo no da los resultados esperables; sí es cierto que sirva para mejorar algunos síntomas, pero son insuficientes para concluir sobre los beneficios de la danza en el tratamiento del autismo.
Este tipo de investigación, aunque arrojen resultados negativos, permiten conocer y descartar entre aquellas intervenciones eficaces y las que no lo son; para de esta forma poder ofrecer a los pacientes y sus familias tratamientos efectivos con el que mejorar su sintomatología y calidad de vida.