15 Hábitos de una persona Emocionalmente Inteligente

En este artículo se ofrece una descripción de las características de la persona Emocionalmente Inteligente a través de quince hábitos.

Artículo escrito por Dª. Alexandra Gil Castillo, estudiante de la Corporación Universitaria Minuto de Dios (Colombia) gracias al acuerdo de colaboración con dicha institución representada por la docente Dª. Nancy Jiménez.

La inteligencia emocional

El psicólogo estadounidense Daniel Goleman, en su obra más representativa “Inteligencia Emocional”, afirma que: “entre el 70 y el 80% de la felicidad de un ser humano depende de su nivel de Inteligencia Emocional”.
Esta concepción inicial, no es consecuente con la realidad actual de la mayoría de la población en el mundo, teniendo en cuenta que el estilo de vida humano evoluciona con su entorno, actualmente la estructuración de un prototipo de existencia basado en responsabilidades laborales, académicas y sociales ha hecho que las personas olviden la importancia de su estado emocional.
Los seres humanos han adoptado una personalidad conductualmente superficial. Es por esto que se ha definido una lista de quince (15) hábitos que, si usted los ejecuta adecuadamente, lograran convertirlo en una persona emocionalmente inteligente.

Emocionalmente inteligente

1. Identificar la emoción momentánea
Una persona emocionalmente inteligente auto conoce sus emociones, es decir aprende a identificar los estímulos externos y su reacción humana que caracterizan su actitud frente a cada situación. De igual forma debe observar y conocer el estado emocional de las personas que lo rodean, a fin de determinar asertivamente el momento oportuno y el vocabulario adecuado para acercarse a ellas, sin ocasionar choques emocionales.
2. Ingeniería emocional
Consiste en desarrollar estrategias para utilizar de manera eficiente sus emociones y sentimientos. Un ingeniero emocional sabe transformar sensaciones negativas en acciones inteligentes y extraordinariamente creativas. Sabe rescatar el náufrago en el huracán, cambiando la perspectiva de cada situación.
3. Aprender a actuar
Una persona emocionalmente inteligente conoce la arquitectura de su personalidad y sabe que actitudes son pertinentes para lograr que las personas perciban y definan su personalidad tal como se quiere. Teniendo en cuenta que la relación que existe entre el estilo de actuar y la manera en la que el entorno lo percibe, implica aprender a transmitir de manera entendible la idea que se tiene, siendo honesto con sigo mismo y con los demás.
4. Fortalecer el auto concepto
Saber cuáles son sus virtudes y conocer su talón de Aquiles le permite: tener plena claridad de las oportunidades emocionales en las que debe trabajar, no tomar tan apecho las opiniones de terceros y aprender a diferenciar entre aquellos juicios que son constructivos y aquellos que degradan su concepción de ser.
5. Dominar el reloj biológico y análogo
Hace referencia al equilibrio que existe entre el cuerpo y la mente, si una persona quiere interactuar de forma armónica con su entorno debe inicialmente satisfacer sus necesidades fisiológicas más básicas; el descanso, una rutina de ejercicio, una agenda laboral sobria y un manejo consciente y equilibrado del tiempo le permiten crecer emocionalmente.
6. Hablar de realidad
Una persona emocionalmente inteligente sabe identificar la forma y el fondo de una situación, no se deja llevar por las apariencias, nunca emite un juicio basado en la primera impresión, o en rumores de suposiciones de terceros, porque es consiente que cuestionar sin conocer lo expone a juzgar sin saber.
7. Visión proactiva
La palabra imposible no existe es su diccionario, es una persona visionaria, no se limita ante las dificultadas, se aleja de los conceptos negativos, organiza una estrategia, piensa en los futuros contras y trabaja desde el presente para evitar su llegada. En consecuencia, es listamente positivo, se enfoca en lo que le agrega valor y sabe que todo tiene una razón de ser. Es un líder que se hace, es el alma de un equipo, es el marinero que ve el islote cerca, cuando el barco se va a hundir.

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8. Vaciar la papelera de reciclaje
La tarea de consolidar una personalidad emocionalmente equilibrada, se resume en aprender a identificar aquellos elementos de la cotidianidad, que son negativos para su estilo de vida, eliminar comentarios que no sean constructivos, liberar los sentimientos que lo mantienen atado a un pasado doloroso, en esencia, consiste en eliminar aquello que lastima y atraer todo lo que construye
9. Comunicación asertiva
Lograr una firmeza personal, cosiste en identificar ¿Quién es usted?, ¿Qué define su carácter?, y ¿Cuál es su razón de ser?, esto le permite confiar en su criterio, eliminar inseguridades y conseguir lo que se quiere de la manera más eficiente con su entorno. Una persona pierde relevancia cuando duda de sus percepciones y contradice sus afirmaciones.
10.Proxemia constructiva
El adagio popular “Dime con quién andas y te diré quién eres”, es filosofía de vida para una persona emocionalmente inteligente cuyos objetivos se basan en atraer hacia su círculo social más cercano, aquellas personas que lo reten intelectualmente, que le permitan crecer emocionalmente, que sean felizmente solidarios y que aprovechen el tiempo y las oportunidades hasta su máximo esplendor.
11. Soltar el ancla del pasado
Vivir una experiencia negativa, prueba su capacidad emocional y su fortaleza humana, sin embargo, lo realmente importante es aprender de esta y depurarla rápidamente, evitando lamentarse de lo que hizo o dejó de hacer. Se debe pasar la página y enviar directamente a la historia aquellos momentos lacerantes, que hoy solo son un mal recuerdo; reinventarse y reenfocarse es clave para vivir a plenitud en el presente.
12.Observar tu espejo
Es importante aprender de las experiencias de otros, más allá de mirar, es relevante observar el trasfondo de su entorno, ver el toro desde la barrera, permite identificar más objetivamente las causas, las consecuencias y el impacto de determinada situación, logrando comprar una experiencia, aprendiendo de esta, sin tener que vivirla. Las cosas no pasan por inercia natural siempre están condicionadas a un objetivo y tienen una razón de ser.
13. Aceptar la condición de ser humano
Es consciente que existen dificultades, sin embargo, sabe que existe una solución viable, en la que el camino retomará su rumbo. Una persona emocionalmente inteligente no utiliza las dificultades para generar lástima en otros, soluciona sus obstáculos y evita pensar en ello, para disminuir su impacto y superarlo rápidamente.
14. Valorar lo inmaterial
Es una persona que se autogenera momentos de felicidad, le encuentra el sentido y la gracia a cada situación, le gusta construir momentos trascendentales no dar detalles superficiales, conoce su entorno económico y material, se siente a gusto con lo que tiene, sabe que es necesario para vivir pero que su felicidad no depende de los ingresos que perciba y nunca juzga por la apariencia, aprende de la esencia.
15. Aprendizaje vitalicio
El principal objetivo de una persona emocionalmente inteligente es determinar el momento, el lugar y la manera exacta de actuar, no importa cuántos años han trascurrido, nunca es tarde para emprender un proyecto, sabe que aunque el tiempo pase y cada vez se acumulen más décadas en su calendario biológico, piensa firmemente en que su proceso de aprendizaje es continuo, siempre está abierto a los comentarios y cuestionamientos constructivos porque es consciente que esto le permite mejorar continuamente, tiene una disposición permanente a descubrir y evita que su natural resistencia a los cambios nunca sea más grande que su deseo de crecer integralmente.


La persona emocionalmente inteligente

Hay que tener en cuenta que la persona emocionalmente inteligente, hace referencia a un ideal de desarrollo de la Inteligencia Emocional, el final del camino al que aspirar y por el que trabajar. Hasta llegar a este final se ha de avanzar mucho en mejorar nuestro autoconocimiento de las emociones, en identificar correctamente las emociones de los demás y saber dar la respuesta adecuada a cada situación.
Para ello el profesional de la psicología puede ofrecer formación en las técnicas y habilidades que se precisen desarrollar para ayudar a convertirese en una persona emocionalmente inteligente.

Desde aquí mi agradecimiento a Dª. Alexandra Gil Castillo, por su trabajo aquí expuesto sobre la Inteligencia Emocional, y a Dª. Nancy Jiménez, docente de la Corporación Universitaria Minuto de Dios (Colombia).