¿Se da violencia de género entre los ancianos?

Una de las preocupaciones más importantes hoy en día es con respecto a frenar el aumento de casos de violencia de género que está sufriendo la sociedad.

Violencia de Genero

Aunque la realidad de la violencia de género no es nueva, en los últimos años se a tomado conciencia del problema, e implementado multitud de políticas para paliar sus efectos, desde la creación de normativas especiales para la protección de las víctimas, así como para la persecución y condena del agresor; de lo cual se encargar tribunales especiales. Igualmente desde los organismos públicos se han desarrollado políticas de protección y cuidado de las víctimas, una vez que estas han denunciado, y buscan salir del medio ambiente en donde se encuentran.
El principal problema de estas políticas es dar el primer paso, es decir, denunciar, ya sea por parte de la víctima o de sus familiares o amigos. Denuncia que activa una serie de mecanismo sociales que tratan de separar al agresor de su víctima, proporcionando a este ayuda social y psicológica para hacer frente a las secuelas que le haya podido provocar estas agresiones.
Por lo que desde el campo de la psicología también se ha avanzado mundo, tanto en el conocimiento del perfil del agresor y de la víctima, como en el desarrollo de programas especialmente orientados a trabajar la autoestima, las emociones y la autoimagen de estas víctimas, todo ello con el objetivo de ayudarles para superar esta situación traumatizante y que puedan llevar una vida lo más normal posible, a pesar de la historia vivida, pero ¿Se da violencia de género entre los ancianos?


https://youtu.be/QzMMsZuE8BY

Violencia a Mujer

Esto es lo que trata de averiguarse desde la Universidad de Sao Paulo (Brasil) y la Universidad de Ryerson (Toronto), cuyos resultados se han publicado en la revista científica International Journal for Equity in Health.
El estudio se realizó a veintiuna mujeres, de las cuales únicamente se tuvieron en cuenta los resultado de once de ellas.
El perfil de las participantes fueron, mujeres, entre los 66 a 85 años, con una media de 5 hijos, y diez años de viudedad. Viviendo en sus propias casas, y con un nivel educativo elemental. Todas ellas víctimas de violencia doméstica.
A todas se les realizó una entrevista semiestructurada, que luego fue categorizada para su análisis.
Los resultados indican, que la violencia doméstica, proviene principalmente de los familiares, tanto de hombres como de mujeres, siendo estos, hermanos/as, hijos/as e incluso nietos/as; pero también provienen de sus cuidadores.
Las formas más comunes detectadas son el abuso psicológico, financiero y la falta de respeto hacia las ancianas, lo que provocaba en ellas sentimientos de tristeza, ira, dolor e incluso miedo hacia su agresor.
Situación que por otra parte no podían cambiar, primeramente por que dependían de dicho abusador tanto emocional como financieramente, y segundo, porque los cambios que habían intentado incluir los propios ancianos para evitar el maltrato no habían dado el resultado esperado.

Violencia Ancianidad

Como en el estudio solo se incluyen a mujeres que viven sola o que conviven con sus familiares, pero sin pareja, debido a su viudedad, lo que hace dudar que sea reflejo de la sociedad en donde se vive, o impide analizar el caso más común de violencia de género dentro de la propia pareja.
Hay que destacar el escaso número de participantes en el estudio, lo que limita la extrapolación de sus resultados al resto de la población.
Igualmente hay que tener en cuenta las características de la población objeto de estudio, Brasil, por lo que para poder concluir al respecto se precisa nueva investigación en otros países, para ver si se trata de un fenómeno local o es algo global.
A pesar de todo lo anterior destacar la importancia de esta investigación en el ámbito de la violencia de género, que normalmente se circunscribe a la vida adolescente y adulta, olvidándose en muchos casos a los de la tercer edad, como si a ellos no les afectase.
Igualmente destacar de este estudio la necesidad de establecer políticas de detección, denuncia e intervención para poder paliar en la medida de lo posible el sufrimiento que el/la anciana están sufriendo.
Igualmente, y tal y como señalan los propios autores del estudio, se deben diseñar intervenciones de rehabilitación de estas personas, basados en el apoyo comunitario.