¿Tiene consecuencias psicológicas padecer embolia pulmonar?
Cuando se presenta alguna enfermedad física crónica trae consecuencias en la vida cotidiana a la cual se debe de adaptarse para sobrellevarlo lo mejor posible.

Tal es el caso de la embolia pulmonar sintomática, en donde se producen la obstrucción de
de una arteria pulmonar lo que puede provocar falta de oxigenación de la sangre, sobrecarga del corazón e incluso infarto.
Entre los síntomas más comunes entre las personas que sufren una embolia pulmonar esta el dolor torácico, tos con expulsión de sangre, y sensación de ahogo por insuficiencia respiratoria.
A pesar del tratamiento específico con oxígeno o anticoagulantes, se ha comprobado cómo la embolia pulmonar tiene importantes consecuencias físicas, incluso dos años después de haberlo sufrido, con un notable empeoramiento de la calidad de vida del paciente, pero ¿Tiene consecuencias psicológicas padecer embolia pulmonar?


rDu4Qdp71Ug https://youtu.be/rDu4Qdp71Ug

Esto es lo que tratan de descubrir desde la Universidad de Cardiff, la Universidad de Swansea y el Hospital Nevill Hall (Inglaterra) publicado recientemente en la revista científica BMJ Open.
En el estudio participaron 4 mujeres y 5 hombres, entre 18 y 70 años, los cuales recibieron atención especializada en el Hospital Nevill Hall.
A todos ellos se les realizó una entrevista semiestructurada de tipo cualitativo donde se exploraba la influencia en los aspectos psicológicos, sentimientos, actitudes y creencias, así como en las rutinas y actividades diarias, durante doce meses que duró el estudio.
Entre las consecuencias del estudio destaca la gran influencia de este evento en la vida de los pacientes, que lo denominan como un acontecimiento estresantes que les cambió la vida, centrando sus resultados en tres áreas:
– El malestar provocado por el incidente con la embolia pulmonar y el riesgo para la vida que ello conlleva, lo que requirió para algunos un «cambio de rumbo» en sus vidas, incluso mencionado conductas de evitación de aquellas actividades que entendía incrementaban el riesgo de volver a padecerlo.
– Elevados niveles de estrés, que los autores lo equipararon a los que padecen un trastorno de estrés post-traumático, debido a la presencia de flashbacks, hipervigilancia y al embotamiento emocional.
– Un incremento en la necesidad de sentirse apoyado y ayudado por otras personas, sensación de la que carecían con anterioridad, especialmente notable en la necesidad de acceso a información y al propio personal especializado que pudiese atenderle.
Los autores justifican la realización de este estudio debido a que el tromboembolismo venoso, presentado tanto como trombosis venosa profunda como embolia pulmonar, sigue siendo una de las principales causas de morbilidad y mortalidad, afectando a 1 de cada 1.000 pacientes al año.
Tal y como indican los autores del estudio, éste tiene importantes carencias empezando por el escaso número de participantes lo que impide realizar una generalización de sus resultados.
Igualmente cabría señalar que se podría haber utilizado algún instrumento de medida de tipo cualitativa para evaluar los niveles de estrés psicológico soportado por estos pacientes, con los que cuantificar el efecto de la embolia pulmonar en la vida psicológica.