¿Se puede presentar el Autismo junto con el BorderLine?


El problema es que en ambos casos, tanto en el autismo como en el Bordeline se producen cambios en el entendimiento, respuestas emocionales, y en las funciones interpersonales.

Autismo y BorderLine

El problema es que por separado, cada uno comparte con el otro alguna sintomatología en común, lo que dificulta en ocasiones el diagnóstico adecuado, y más cuando estos se presentan al mismo tiempo en la persona.
Aspecto fundamental a la hora de determinar la intervención terapéutica donde se ha de priorizar entre la sintomatología que causa más “problemas” tanto al paciente como a las personas que le rodean.
El BorderLine por su parte se caracteriza por, comportamientos impulsivos, relaciones interpersonales cambiantes, estados de ánimo inestables y sentimientos de vacío.
A pesar de poder tener un nivel de inteligencia normal, suele mostrar un desempeño académico inferior además de dificultades laborales.
Por su parte, en el Autismo, se pueden presentar dificultades en las relaciones interpersonales, con altos niveles de frustración e incluso enojo con todos debido a su incapacidad de comunicarse adecuadamente, con un desempeño académico y laboral deficiente en comparación con sus compañeros, pero ¿Se puede presentar el Autismo junto con el BorderLine?

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Diagnóstico diferencia Autismo y BorderLine

Esto es lo que ha tratado de averiguarse con una investigación realizada desde la
el Centro de Investigación del Autismo, Departamento de Psiquiatría, Universidad de Cambridge; junto con el Servicio de Salud Mental de la Ciudad de Cambrigde, Universidad Coventry, y la Clínica CLASS, Fundación Trust (Inglaterra) cuyos resultados han sido publicado en septiembre del 2017 en la revista científica Plos One.
En el estudio participaron seiscientos veinticuatro pacientes con autismo; veintitrés con Borderline y dieciséis con comorbilidad de ambos trastornos; cuyos resultados serían comparados frente a los logrados por dos mil ochenta y un controles que no mostraban ni autismo ni BoderLine, con edades comprendidas entre los 27 a 51 años.
A todos se les administraron tres cuestionarios estandarizados, el primero para detectar sintomatología asociada al autismo denominado Autism Spectrum Quotient (AQ); el segundo para evaluar el nivel de empatía a través del Empathy Quotient (EQ) y el último para determinar la capacidad de sistematización a través del Systemizing Quotient-Revised (SQ-R).
Los resultados informan que el AQ permite distinguir entre los grupos, obteniéndose mayores puntuaciones entre los que tienen autismo, seguido de los que presentan BorderLine, seguido de aquellos en que se presenta la comorbilidad, y por último los controles.
Con respecto al EQ se obtuvieron mayores puntuaciones en los BorderLine, seguido de los que tienen comorbilidad, los que tiene autismo y por último los controles.
Con respecto al SQ-R tanto los que tenían autismo como BorderLine obtuvieron puntuaciones más elevadas que los controles.


Comorbilidad Autismo y BorderLine

A destacar que el estudio no realiza ninguna distinción en función de la edad o género o cualquier otra variable sociodemográfica por lo que no se puede determinar si estos resultados van cambiando con el tiempo, por ejemplo.
Igualmente la investigación no permite conocer si estos resultados se pueden hallar a edades más tempranas, ya que el rango de edad se circunscribe a la edad adulta.
A pesar de lo anterior, la combinación de estos tres cuestionarios estandarizados son suficientes para establecer el diagnóstico diferencial entre el autismo, el BorderLine y la presencia de comorbilidad entre ambos.
Algo imprescindible en la clínica, donde en muchas ocasiones no se cuenta con el instrumento adecuado para el diagnóstico diferencial, lo que facilita diagnósticos erróneos y por tanto, la intervención que se aplique no tendrá la eficacia esperada.