¿Se puede mejorar la ejecución en ciencias exactas mediante la metacognición?


Las ciencias exactas que incluyen física, química o matemáticas suelen ser más difíciles para el alumnado, especialmente las matemáticas durante la infancia e incluso la universidad, creando en alumnos casos hasta “aversión” por la asignatura.

Problemas con las matemáticas

Muchas investigaciones han tratado de analizar los motivos de esta aversión y se han dado cuenta que intervienen factores motivacionales, al verse incrementada la dificultad año por año, lo que requiere de un mayor esfuerzo por el alumno, no sólo para afrontar la nueva lección si no por recordar y mantener todo lo aprendido sobre lo cual se basa.
A pesar de lo cual se ha observado cómo “mejorando” la didáctica de la clase, acercando las teorías y teoremas abstractos a ejemplos prácticas de la vida, se ha comprobado cómo los alumnos responden mejor a la clase, al ver cierta “utilidad” a los cálculos, probabilidades e incluso integrales, pero ¿Se puede mejorar la ejecución en ciencias exactas mediante la metacognición?

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Mejorando las matemáticas

Esto es lo que ha tratado de averiguarse con una investigación realizada desde la Universidad Negeri Makassar (Indonesia) cuyos resultados han sido publicados en el 2018 en la revista científica The Online Journal of New Horizons in Education.
En el estudio participaron treinta y cinco estudiantes universitarios, a la mitad de los cuales se les administró una técnica de reforzamiento de la metacognición basada en preguntas (Known-Asked Strategy – KAS) mientras que a la otra mitad se les entrenó para que reflexionaran sobre sus propias estrategias a la hora de afrontar las tareas (Knowledge Sketch Strategy – KSS).


Mejorando la metacognición en matemática

Los resultados muestran diferencias significativas en la ejecución de los alumnos cuando se aplicaba una técnica basa en estrategias sobre la técnica basada en las preguntas.
Entre las limitaciones del estudio se encuentra que no ha separado los resultados en función del género, ni en función del nivel de inteligencia, aspectos que pueden influir en un mayor aprovechamiento o no de las técnicas anteriores. Igualmente no se ha llevado a cabo un seguimiento en cuanto el tiempo en que los efectos positivos se mantienen, por lo que se precisa de nueva investigación al respecto.
A pesar de lo anterior, queda claro que cualquier tipo de intervención por mejorar la capacidad de pensar de los alumnos sobre las materias de las ciencias exactas va a ayudarles en su desarrollo, es decir, reforzando la metacognición.
Aunque cuando se usa este reforzamiento suele realizarse mediante preguntas por parte del docente, a veces sin esperar respuesta de los alumnos, pero que les sirve para pensar sobre en dónde han fallado, es decir, el sistema más común que se emplea en las clases es el de Known-Asked Strategy – KAS.
En cambio estos resultados apuntan que a pesar de los evidentes beneficios del Known-Asked Strategy – KAS estos pueden mejorarse si se cambian la forma de entrenar la metacognición empleando el Knowledge Sketch Strategy – KSS, donde se hace pensar a los alumnos sobre qué estrategias están disponibles a la hora de resolver un problema, cuál serían más convenientes y cuáles no, y qué problemas pueden presentarse. Todo ello va a ayudar a desarrollar el pensamiento autónomo del alumno a la hora de afrontar los problemas, y por ende mejora su ejecución futura.