¿Se puede enseñar a disfrutar con lo que hace en su trabajo?

Una de las mayores dificultades que tienen los empleadores, profesores e incluso padres, es conseguir que la persona se implique en aquello que hace a diario.

Condiciones de Trabajo

Existe la creencia de que «uno vale pare el estudio», o que «este trabajo no está hecho para mí», como si viniésemos «pre-programados» para determinadas actividades y no para otras.
Al respecto desde la Psicología Social se ha tratado de estudiar las diferencias entre la motivación intrínseca y extrínseca, siendo las primeras, las que «nacen» de la persona y las segundas las «impuestas» por la sociedad.
Habiéndose comprobado que cuando existe motivación intrínseca, la persona disfruta con aquello que está haciendo, luego lo hace con más ilusión y le cuesta menos, es decir, rinde más y mejor, algo que es lo que buscan todos los empleadores, profesores e incluso padres.
En cambio la motivación extrínseca requiere estar siempre «encima» de la persona, ofreciéndole incentivos ya sean económicos (salario) o sociales (reconocimiento con una placa del mejor trabajador del mes), algo que requiere cada vez de más «cantidad» para mantener el interés del trabajador.
Pero la motivación extrínseca no sólo se consigue con «premios» si no también con «castigos», que penaliza el incumplimiento de las tareas encomendadas, que al igual que en el caso de los incentivos puede ser material, como una multa, o también socialmente, como en el caso de los insultos y agravios.
Con respecto a por qué unas personas tienen una mayor tendencia a la motivación intrínseca, mientras que otros a la motivación extrínseca, algunas teorías comentan que la motivación intrínseca o extrínseca es una característica individual con la que nacemos, y nos formamos, es decir, hay personas que buscan el incentivo externo, mientras que otros realizan las actividades por el gusto que ello le genera.
Otros autores hablan de que es una cualidad que se aprende, y se transmite, y por lo tanto puede ser modificado gracias a una intervención terapéutica, pero ¿Es posible convertir la motivación extrínseca en motivación intrínseca?, es decir, ¿Es posible conseguir que la persona se motive por aquello que queremos?

Mejorando las condiciones de Trabajo

Al menos es lo que trata de averiguarse con una investigación realizada desde la Universidad de Stanford (EE.UU.) cuyos resultados han sido publicados en el 2014 en la revista científica Journal of Experimental Social Psychology.
Para poder establecer una conclusión clara los autores realizaron cinco experimentos donde manipulaban la presencia o no de otros, así como las actividades que estos realizaban.
En el estudio participaron 254 estudiantes universitarios, 35 en el primero, 43 en el segundo, 42 en el tercero, 47 en el cuarto, 87 en el quinto experimento.

Motivación intrínseca vs. extrínseca

Los resultados muestran que se puede conseguir aumentar la motivación intrínseca, es decir, el que le guste a uno la tarea que realiza si ve cómo otros la están desempeñando aunque él/ella no participe en ese momento de ello.
El estudio aunque es bastante exhaustivo, únicamente ha analizado el comportamiento de alumnos universitarios, lo que limita los resultados a una población juvenil, con lo que no se puede concluir que los adultos, e incluso los más pequeños se puedan ver influenciados igualmente, por lo que se requiere nueva investigación al respecto.