Uno de los problemas crecientes más preocupantes es el de la violencia de género entre los adolescentes.

Definiendo la Violencia Machista

Si bien no es un fenómeno nuevo, parece que en los últimos años se ha acuciado, aspecto que ha motivado que los poderes públicos traten de prevenirlo. En muchos casos esta violencia no es física si no psicológica, y suele producirse en las relaciones de íntimas y de pareja.
A pesar de los esfuerzos de las últimas décadas por erradicar la violencia de género, el que esto se presente tan tempranamente como en la adolescencia hace que se requiera de nuevas intervenciones orientadas específicamente hacia este colectivo.
Sabiendo que, si no se hace, el maltratador mantendrá su conducta en su vida adulta, y sus víctimas sufrirán su acoso y agresión, provocándolas secuelas físicas y psicológicas que requerirán de intervención psicológica especializada y de años para “cicatrizar” dichas heridas.
Con respecto a las políticas públicas para combatir este problema, se centran principalmente en la información y en facilitar la denuncia, con campañas tanto publicitarias como en los propios centros educativos, incluso se han propuesto como alternativa al ocio el deporte, dado los grandes beneficios tanto físicos como sociales para quien lo practica, pero ¿Puede el deporte prevenir la violencia de género en adolescentes?


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La violencia de género entre los jóvenes

Esto es precisamente lo que se ha tratado de averiguar desde la Division of International Sport and Leisure, Hankuk University of Foreign Studies (Corea) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica International Journal of u- and e- Service, Science and Technology.
Los datos se obtuvieron de un macro estudio de 3.449 estudiantes de secundaria, analizados entre 2003 y 2008 denominado Korean Youth Panel Data. Se analizaron hasta diez variables diferentes para ver si correlacionaban con la presencia de violencia física.
Los resultados informan sobre las correlaciones significativas entre la violencia física y el género, siendo este mayor en varones frente a las mujeres; con la falta de autocontrol; con la propia valoración de la violencia, es decir, cuando alguien “justificaba” la violencia era más probable que la pudiese usar; y la aptitud frente a la escuela, de forma que cuanto mejor valoración tuviese hacia la escuela menor violencia exhibida. No encontrándose correlaciones significativas con la práctica del deporte.


La relación entre la prevención de la violencia de género y el deporte

Hay que tener en cuenta que a pesar del extenso número de participantes no se realizó un seguimiento sobre su evolución con respecto a la violencia mostrada y sus aptitudes.
Igualmente, no es estableció un plan de intervención ni evaluó la eficacia del mismo, ya fuese este con el deporte o no.
La falta de correlación negativa entre la práctica deportiva y la violencia es explicada por parte de los autores del estudio porque el deporte pueda “facilitar” los comportamientos antisociales sobre otros jóvenes.
A pesar de lo anterior no hay que descartar el deporte entre los jóvenes debido a sus beneficios físicos, y quizás habrá que “mejorar” las estrategias deportivas para fortalecer las relaciones sociales, encaminadas hacia la integración; ya que, tal y como muestra el estudio, no es suficiente el deporte por el deporte.