En los últimos años ha surgido cierta polémica sobre el trastorno de TDAH en infancia existiendo científicos que afirman sobre un sobrediagnóstico de los niños.
Es por ello que surgen estudios que analizan los datos relativos a la sintomatología asociada con el TDAH para poder concluir y con ello acabar con la polémica.
Un trastorno que resulta invalidante no solo para la convivencia del pequeño con sus progenitores y hermanos, si no que también provoca dificultades a nivel académico y de convivencia con el resto de los compañeros de su clase.
En concreto estos niños tienen dificultades en distinguir entre estímulos relevantes y no relevantes, sin poder centrarse en una sola tarea, «olvidando» todo lo que hay a su alrededor.
Aspectos que para algunos no es suficiente para configurar un cuadro clínico con entidad suficiente.
De ahí que se precise de más investigación para comprobar qué efectos produce el TDAH en los menores, para así poder establecer un diagnóstico adecuado.
9PGEE2vFgww https://youtu.be/9PGEE2vFgww
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Es lo que trata de averiguar un reciente estudio realizado conjuntamente por la Universidad de Shepherd y la Escuela de Medicina de la Universidad de Wake Forest (USA) recientemente publicado en la revista científica Psychology.
En este estudio han participado 46 estudiantes universitario, 32 chicas y 14 chicos, de los un tercio tenía altos niveles de TDAH, otro tercio niveles moderados y otros no tenían TDAH (grupo control).
Hay que aclarar que a los participantes no se les realizó un diagnóstico de TDAH por un profesional, si no que la separación de los participantes en los distintos grupos se basa en la respuesta a un cuestionario estandarizado para adultos sobre TDAH.
El objetivo era analizar precisamente las fallas mostradas por los TDAH en cuanto a la procesos de inhibición, categorización y las habilidades de cambio.
Para ello se seleccionaron varias pruebas como el Stroop (palabra-color) o el Test de clasificación de cartas de Wisconsin (WCST).
No se encontraron diferencias significativas entre ninguno de los grupos, ni siquiera entre los más extremos, con alto TDAH frente al grupo control, ni al comparar los resultados de la pruebas de Stroop ni en los del WCST.
Los autores informan sobre que no han conseguido su objetivo, sin entrar a valorar el motivo de ello, aduciendo sobre la incorreción del diseño, del número de participantes o de los instrumentos de medida.
Entre las limitaciones del estudio es que no ha establecido un rango razonable de edad de los participantes, ya que este va de los 18 a los 50 años, no informando sobre las medias de edad de cada uno de los tres grupos.
Tampoco informa la separación entre géneros de los participantes en cada grupo, pudiendo ser esta una variable extraña para poder obtener conclusiones claras.
Este sería un estudio más de los que en vez de aclarar la cuestión del TDAH, lo «enciende» aún más, apoyando sin quererlo a quienes defienden del sobrediagnóstico de TDAH.
h2 style=»text-align: justify;»>Si pensamos en por qué tomamos unas decisiones en vez de otras, probablemente no lleguemos a darnos cuenta de la importante influencia de la personalidad en ello.
Aunque a veces creamos que nuestras elecciones importantes de la vida son fruto de un proceso madurado y objetivo, donde se tienen en cuenta las variables positivas y negativas de la decisión, la verdad es que en la mayoría de las ocasiones no es así.
Muchas investigaciones ha descubierto que hay «detrás» muchas más razones de las que son conscientes las personas, de ahí que algunos emplean metodologías para conocer las «intenciones no conscientes» como son el procedimiento de test de asociación implícita (I.A.T.) o el test de Stroop. Esta metodología se ha empleado para investigar sobre las preferencias y sentimientos de racismo o discriminación. Aspectos que son muy difíciles de investigar debido a que las personas tienden a «manipular» su respuesta para ofrecer la imagen que socialmente es más aceptada
El desarrollo de estas pruebas ha permitido comprobar cómo los sentimientos de discriminación se incrementan en las regiones limítrofes, y que estas suelen expresarse principalmente hacia sus vecinos.
Algunos autores hablan de que todas nuestras decisiones están gobernadas de forma no consciente, y que una vez adoptadas «ponemos palabras» de forma consciente, «justificando» aquella decisión.
Entonces a la hora de elegir carrera, ¿Qué hace que nos decidamos por una carrera o a otra?
Si atendemos a que la elección de estudios va a determinar el futuro profesional de la persona, y en definitiva al curso de su vida, la pregunta es de gran envergadura.
MOOIBm-Z0zI https://youtu.be/MOOIBm-Z0zI
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Esto es precisamente lo que ha tratado de resolver una reciente investigación realizada por el Instituto de Psicología Aplicada de la Universidad de Zhengzhou (China) publicado en la revista científica Psychology.
En el estudio participaron 50 estudiantes universitarios, 32 chicas y 18 chicos, a los cuales se les pasó por una prueba de I.A.T., en donde los participantes tenían que elegir entre dos estímulos visuales en el menor tiempo posible, se empleó 18 palabras, la mitad de ellas relacionadas con un comportamiento altruista y la otra mitad no.
Los resultados informan sobre que los estudiantes que tienen una tendencia hacia las áreas de ciencias muestran menos «interés» por las actividades artríticas, frente a los que prefieren las áreas de artes que muestran mayor «interés» por dichas actividades altruistas.
El estudio además informa de que no se encontraron diferencias en cuanto género con respecto a la tendencia hacia el comportamiento altruismo.
Entre las limitaciones del estudio señalar la escasa variedad de carreras estudiadas, una mejor selección de estímulos podría haber proporcionado más información sobre las elecciones entre carreras sanitarias o técnicas por ejemplo.
Igualmente y antes de poder extrapolar los resultados se precisa de nueva investigación para comprobar si los resultados se mantienen en otras poblaciones, aunque los datos parecen ser bastante claros al respecto.
El resultado está dentro de los esperable, que las personas más interesadas en el bien común se dediquen a carreras más asociadas con las salud y las humanidades, mientras que las menos preocupadas por el bien común, puedan declinarse por carreras más técnicas, donde se trabaja más con planos, instrumentos y herramientas que con el trato diario de las personas.
¿Qué importancia tiene la resiliencia en la escuela? Todos estamos expuestos al estrés diario, pero un desarrollo adecuado de la resiliencia es importante para superarlo, por ello es importante enseñarlo a escolares.
El boom de los años 80 sobre la Psicología Emocional, y en concreto de su rama más aplicada de la Inteligencia Emocional, ha permitido el desarrollo de todo un vocabulario tan específico que a veces no estamos familiarizados con todos ellos, como es el caso de la Resiliencia, que puede ser entendida como el conjunto de capacidades y habilidades personales que tiene a disposición la persona para hacer frente a las situaciones más difíciles y salir victorioso de las mismas.
Aunque algunos lo han identificado con una cualidad personal con la que se nace, algo así como el carisma, mayoritariamente se considera que es algo que se puede entrenar y mejorar, permitiendo así tener las herramientas adecuadas para superar el día a día.
Algo que como vemos es fundamental para cualquier trabajo o profesión, pero ¿A partir de qué edad es adecuado aprender a manejarse incrementando así la Resiliencia?.
E_LnRk4wYco https://youtu.be/E_LnRk4wYco
Esto es precisamente lo que ha tratado de resolver un reciente estudio realizado por la Universidad de Hong-Kong recientemnete publicado en el Universal Journal of Public Health.
En el estudio participaron 257 estudiantes de instituto entre 16 y 20 años (86%) y más de 20 el resto. A todos ellos se les adminsitró una serie de cuestionarios para conocer su nivel de estrés, si existía sintomatología física asociada al estrés, la presencia de depresión, el nivel de autoconfianza, autoestima y optimismo del estudiante.
Los resultados informan que sobre la mitad de los participantes consideran que tienen una buena resiliencia unido con en nivel de autoestima y de autocontrol personal.
Con respecto a la diferenciación entre géneros, participaron la mitad chicos y la mitad chicas, encontraron mayores niveles de ansiedad y estrés con una menor percepción social entre las participantes que entre los chicos.
Con respecto a los hijos de familias monoparentales que se corresponde con el 10% de los participantes, se observó que mostraban menores niveles de resiliencia y de autoestima comparado con el resto de sus compañeros.
Los resultados son cuanto menos preocupantes, debido a que la mitad de los estudiantes tienen una baja resiliencia, algo que se puede entrenar y que resulta muy útil tan para aumentar la autoestima como el desempeño académico, además tal y como mencionan los autores, una escasa resiliencia puede acarrear problemas de sueño, asociados a la ansiedad, así como otros psicosomáticos.
El estudio nos recuerda que son pequeños en formación, y al igual que se preocupan desde el centro educativo de que hagan deporte porque están desarrollándose físicamente, también sería conveniente establecer programas de enseñanza de resiliencia, con lo que mejorar su inteligencia emocional y con ello hacerles más competentes a la hora de afrontar el estrés y la ansiedad, algo que por otra parte parece afectar en mayor medida a las chicas que a los chicos, al respecto a pesar de haber sido encontrado en otros estudios anteriores no parece estar todavía suficientemente explicado.
Entrevista a Dª. Beatriz Mena Pujol, Directora de la Fundación Privada Adana, quien nos explica la labor que realizan con los afectados por TDAH y sus familiares.
– ¿Qué es la Fundación Privada Adana y cuál es su objetivo?
Fundación privada Adana es una entidad sin ánimo de lucro con la finalidad de mejorar la calidad de vida de niños, jóvenes y adultos con TDAH y sensibilizar a padres, profesionales de la salud, profesores y escuelas, y a la sociedad en general, para que se dé un cambio de actitud y se aprendan estrategias para su manejo. Reconocida por la Generalitat de Catalunya e inscrita con el número 1.102 en el Registro de Fundaciones Privadas. Adana es miembro de la Coordinadora Catalana de Fundacions, ADHD-Europe, miembro de CHADD EE.UU, miembro del Foro Iberoamericano de CHADD y Miembro de Honor de la Federación Española de Asociaciones.
– ¿Cómo surge la Fundación Privada Adana y hacia quien va dirigido?
Fundación Adana nace hace más de 15 años fruto de una experiencia familiar . Lo que se inició con cinco personas es ahora un equipo de más de veinte profesionales , que a lo largo de estos años han ido desarrollando un proyecto sólido e integral de ayuda a las personas con TDAH . Para ello ofrece un gran abanico de actividades y recursos que acompañan a las familias desde el momento en que se detecten las dificultades hasta la elaboración y seguimiento de un plan de ayuda personalizado y adecuado a las necesidades de cada caso . En Adana los niños , jóvenes , adultos y sus familias pueden encontrar actividades como grupos de ayuda mutua , escuela de padres y madres , reeducaciones psicopedagógicas , formación a padres y maestros , actividades deportivas adaptadas , estancias de verano para niños y jóvenes…
– ¿A partir de que edad se puede detectar el TDAH?
Datos muy recientes sitúan la edad de detección más habitual en España de los 6 a los 11 años, aunque no son pocos los padres de niños/as, posteriormente diagnosticados de TDAH, que manifiestan que ya en edades muy tempranas (2 o 3 años) presentaban dificultades en la educación de sus hijos, hecho que les llevaba a consultar con la maestra, familiares o con el pediatra qué podían hacer. Muchas de las respuestas que recibían eran “ya madurará”, “los problemas desaparecerán cuando crezca”… y a pesar de que en algunos casos era así, en otros no, y los síntomas de falta de atención, distracción, impulsividad y/o hiperactividad; conocidos como TDA/H, perdurarían en el tiempo.
La clave para el diagnóstico del TDA/H es una pauta crónica y dominante de la sintomatología (déficit atencional, impulsividad y/o hiperactividad), que es inadecuada de forma significativa a la edad del niño y que no puede explicarse mejor por la posibilidad de otras condiciones. Por ello hay que ser cauteloso a la hora de diagnosticar durante la edad pre-escolar, ya que la conducta de los niños en este periodo es típicamente bastante variable pudiendo resultar difícil evaluar si los comportamientos son propios de su edad o podrían formar parte de un cuadro de TDAH.
– ¿Cómo se ha de tratar a un TDAH?
El tratamiento del TDAH es multimodal y multidiscilplinar, esto quiere decir que las propuestas de tratamiento son diferentes en función de las dificultades del niño y de cómo afecte el trastorno a su vida cotidiana y conllevará el trabajo conjunto entre diferentes profesionales. Entre los componentes posibles del tratamiento podemos encontrar: intervención cognitivo-conductual con el niño-a de cara a mejorar su comportamiento y ayudarlo a organizar su pensamiento, ayuda y asesoramiento a los padres y maestros, refuerzo psicopedagógico con el fin de mejorar el rendimiento en la escuela y/o tratamiento farmacológico.
Se hace difícil exponer en un espacio breve cómo tratar a estos niños/as y todo lo que precisan de su entorno, pero en términos generales podríamos decir que:
Es importante no pretender solucionar todas sus dificultades a la vez e irse marcando objetivos uno tras otro, evitando comparar lo que el niño es capaz de hacer con las posibilidades de otros niños e ir aumentando el grado de dificultad progresivamente.
El niño-a siempre tendrá más interés en hacer lo que se le pide si obtiene algún privilegio a cambio de su esfuerzo, el elogio y el reconocimiento son imprescindibles en la educación de estos niños. Es muy importante que el niño-a con TDAH sea consciente de que el padre/madre o el profesor valora sus esfuerzos por estarse quieto o por tener un buen rendimiento.
Debemos, también, cuidar mucho la comunicación que mantenemos con él. Ser cercanos a sus dificultades, utilizar un lenguaje positivo, no centrarnos sobre sus errores, destacar sus virtudes, etc.
Para el niño con TDAH es muy difícil mantener una buena organización por lo que el ambiente que le rodea deberá ser ordenado y organizado en cuanto al espacio y a los horarios o rutina diaria.
En relación a las tareas escolares el niño con TDAH requiere mayor supervisión. Es importante el uso de la agenda como medio de comunicación con el maestro y de control de las tareas.
Para contrarrestar el agotamiento físico y emocional que comporta educar a estos niños, es importante que los padres busquen algún tipo de apoyo o ayuda. Los padres necesitan trabajar en estrecha colaboración con profesionales para desarrollar un plan de actuación adecuado. Asistir a actividades organizadas por asociaciones de pacientes les llevará a conocer a otros padres en situación similar con los que puedan darse apoyo mutuo.
– ¿Es conveniente integrar a los alumnos con TDAH en centro normales o en centro especiales?
Los niños y jóvenes con TDAH no tienen por qué estar escolarizados en centros especiales. Todos ellos pueden aprender igual que los demás, únicamente precisan de ayudas específicas. El conocimiento, por parte de los maestros y profesores, del trastorno y de las adecuaciones que precisa un alumno con estas características, se hace necesario para que estos niños puedan estar felizmente integrados en las aulas.
– ¿Cuáles son los efectos negativos del TDAH?
El primer efecto negativo que puede aparecer en una persona con TDAH es el hecho de no haber sido diagnosticado. Aún con la preocupación actual por parte de mucha gente, sobre la posibilidad de que exista un sobrediagnóstico de esta enfermedad, nos encontramos con numerosísimos casos donde no se ha detectado el trastorno o el diagnóstico no se ha establecido hasta edades muy avanzadas. Ello, en la mayoría de estos casos, conducirá a la aparición de otras dificultades o incluso patologías de mucho peor pronóstico que el propio TDAH.
En general, la persona con TDAH que no recibe tratamiento adecuado o a tiempo, puede presentar una evolución personal, social y/o académica seriamente afectada. La mayoría de ellos presentarán dificultades de aprendizaje, muchos de ellos presentarán sintomatología propia del trastorno oposicionista o negativismo desafiante y otros, fruto de sus dificultades en el manejo de sus emociones, presentarán sintomatología depresiva o ansiosa. Lo que nos da esperanza es que sabemos que un tratamiento combinado y de instauración precoz puede ofrecer nuevas perspectivas a la vida del niño y a su futuro.
– ¿Cómo se puede incrementar la calidad de vida de un TDAH?
El conocimiento del trastorno por parte de los adultos que rodean al niño/a, de las repercusiones en la vida de la persona que lo padece y de las estrategias que se muestran más efectivas en su manejo son, probablemente, los factores más determinantes en la calidad de vida del niño y de su familia. Para ello se hace necesario un mayor conocimiento del TDAH por parte de la sociedad y una mayor dotación de recursos para las familias, para que éstas tengan acceso al tratamiento adecuado, independientemente de su situación socioeconómica. El coste del tratamiento para una familia puede ascender hasta 3.000€ anuales.
– ¿Cuáles son las ideas erróneas que ha podido detectar en la población general sobre el TDAH?
La que más dolor me produce es la de “el TDAH no existe, no es más que un invento de la industria farmacéutica” Al que lo dice, si tengo ocasión, le suelo responder que pase un día conmigo en la fundación, que conozca a las familias, a los niños, a los jóvenes, a los maestros que nos vienen a pedir ayuda… y que una vez finalizado el día reflexione sobre si realmente cree que se lo ha inventado alguien.
También solemos escuchar que hay un sobre diagnóstico. Actualmente en España los datos nos demuestran que no es así. Es cierto que podemos encontrar casos de “mal diagnóstico” o “diagnósticos que parecen precipitados” y por ello desde la fundación luchamos para que esto no se produzca, intentado a través de nuestros cursos de formación, como el curso de Postgrado de especialización en TDAH, ofrecer a los profesionales de la educación y de la salud la información más actualizada y rigurosa.
– ¿Cuentan con psicólogos especializados en la Fundación Privada Adana y cuál es es su papel?
Fundación Adana en el año 1997 inicia su actividad con un grupo de 8 niños. Actualmente en Adana se llevan a cabo más de 40 actividades diferentes, atendiendo directamente a más de 500 niños, jóvenes y adultos. Las demandas de las familias afectadas, conocedoras éstas de que el mejor tratamiento es el multimodal, y en muchas ocasiones tras constatar la falta de recursos, ha llevado a la fundación a crear de forma permanente nuevas actividades, líneas de actuación y proyectos, ampliando así el equipo de profesionales. Un equipo de más de 20 profesionales, la mayoría de ellos psicólogos, desarrollan su actividad en la fundación diseñando y dirigiendo actividades como reeducaciones psicopedagógicas, grupos de habilidades sociales, exploración diagnóstica, tratamiento psicológico individual y grupal, programas de actuación en las escuelas, actividades lúdicas y deportivas, cursos de formación, grupos de apoyo a las familias, etc.
– ¿Cuáles son los logros alcanzados en la Fundación Privada Adana?
Nuestra experiencia de más de diez años de trabajo, junto a nuestro espíritu por crecer y mejorar cada día, nos lleva a pensar que todo nuestro esfuerzo de trabajo conjunto ha dejado una huella imborrable en el actual conocimiento y tratamiento del trastorno. Hoy podemos decir que en nuestro entorno más cercano todos los profesionales de la educación conocen el TDAH, en mayor o menor medida, aunque tal vez no tengan tanto conocimiento del abordaje que este trastorno requiere.
La enorme satisfacción que nos proporciona nuestro trabajo viene principalmente dada por la constancia de los beneficios que proporcionamos cada día a un gran número de niños, jóvenes, adultos y sus familias. Además confiamos en que nuestras acciones tengan un efecto multiplicador y proporcionen bienestar y calidad de vida a muchos más afectados de los que podremos llegar a conocer.
– ¿Cuáles son los objetivos a alcanzar en un futuro en la Fundación Privada Adana?
Fundación Adana en su objetivo de lograr el pleno desarrollo personal y la integración social de las personas que padecen TDAH se encuentra permanentemente buscando vías de ayuda y colaboración para poder desarrollar programas de innovación que permitan cubrir las necesidades que estos niños, jóvenes y adultos precisan. Entre estos programas cabe destacar:
“Educador Itinerante” un programa pionero en España de ayuda a las escuelas.
“Grupo Terapéutico Preescolar” para atender a aquellos niños más pequeños que se encuentran en riesgo de presentar fracaso escolar y riesgo social de exclusión.
“Espacio Joven” como programa enfocado a la prevención de conductas de riesgo en la adolescencia.
Para más información www.fundacionadana.org y www.adanatraining.org donde encontrarán mucha más información sobre el trastorno, recursos, publicaciones, bibliografía, formación…
Para contactar conmigo pueden dirigirse por correo electrónico a bmena@fundacionadana.org y para informarse sobre F. Adana info@fundacionadana.org
Desde aquí mi más sentido agradecimiento a Dª. Beatriz Mena Pujol, Directora la Fundación Privada Adana, por habernos acercado un poco más a la labor diaria que se realiza con pacientes con TDAH y sus familiares.
Cuando somos pequeños las madres asumen la función de enseñarnos a emplear el vocabulario, pero ¿hasta qué punto están preparadas para educarnos adecuadamente?
Cuando somos pequeños nuestros padres se convierten en nuestras figuras de referencia, siendo ellos quienes nos premian o castigan según lo que hagamos, pero de entre los dos, la figura de la madre se muestra especialmente cercana con los pequeños, siendo la encargada de su crianza en muchos casos.
En muchos casos la madre además de ser quien le da la alimentación, y el cuidado, también es la encargada de introducir las primeras palabras y conceptos, tarea que va a seguir realizando incluso cuando ya el pequeño recibe su formación reglada, al ayudar a éste a realizar sus tareas.
Desde la lectura de cuentos antes de irse a dormir, a explicarle el significado de las palabras que desconoce el pequeño, la tarea educadora de la madre parece no acabar nunca, y además ella se muestra como si tuviese todas las respuestas que necesita su pequeño.
Mucho se ha hablado sobre el instinto maternal, y cómo éste confiere una especie de «halo» de saber lo que se hace, que lleva a los niños a pensar que «mamá nunca se equivoca».
Una creencia basada en la experiencia de los pequeños, y que utiliza la madre para corregir y educar a sus pequeños, pero ¿es cierto ésta afirmación?
2ogxJv7-wb0 https://youtu.be/2ogxJv7-wb0
Esto es precisamente lo que trata de averiguar un estudio conjunto realizado por la Universidad de Michigan, la Universidad de Nueva York (EEUU.) y la Universidad de Lakehead (Canadá) publicado recientemente en Child Development Research.
En el estudio participaron 45 diadas madre-hijo a las que se las observó mientras realizaban distintas tareas como la lectura de cuentos o ante conversaciones alrededor de algún término nuevo o conocido.
Igualmente se evaluó el desempeño de los pequeños en las tareas de conocimiento del vocabulario y comprensión lectora, para conocer el nivel de desarrollo del mismo.
Una vez obtenido estos datos se analizaron de forma cruzada para observar si el nivel de vocabulario y explicación que la madre emplea con su hijo se corresponde con el nivel de desarrollo del pequeño.
Los resultados indican que el conocimiento de la madre no siempre se corresponde con lo que necesita el pequeño. Siendo el principal vehículo que se utiliza la transmisión del conocimiento por la vía oral, ya sea en conversaciones o en juegos que se establecen en la diada madre-hijo.
A pesar de ello, las madres siempre contestan con gran seguridad independientemente de la exactitud de la información que tiene que dar.
Las madres por otra parte tratan de ajustar su conocimiento al nivel evolutivo del pequeño, lo que les permite a estos entender y desarrollarse adecuadamente.
Basado en estas conclusiones y siendo tan importante la estimulación que recibe el pequeño, se debería de establecer programas de fomento cultural entre las madres, para que puedan incrementar su nivel, y con ello poder proporcionar la suficiente influencia positiva para poder ayudar a sus hijos.
Para los padres un índice de que todo va bien es precisamente el buen ambiente familiar que se mantiene, si éste se enrarece o se estropea se debe de intervenir.
Una de las consultas más recurrentes de los padres al orientador de la escuela, o incluso al psicólogo es cuando tiene un hijo pequeño o en edad adolescente y éste empieza a dar tantos problemas que se hace difícil la convivencia.
Los padres en ocasiones han ido permitiendo pequeños desagravios y conductas que van desde el capricho hasta casi la insolencia, y todo ello lo han asumido de forma callada, esperando que con el tiempo el pequeño recapacite y mejore su comportamiento.
Pero lejos de mejorar, cuando un pequeño ha optado por un comportamiento disruptivo, ya se en sus demandas que pueden llegar a ser exigencias, e incluso en ocasiones a producirse agresiones verbales y físicas contra sus progenitores para hacer lo que quiera.
Este comportamiento desadaptativos no sólo va a afectar a la relación con sus padres, si no también con el resto de sus compañeros de clase y por supuesto, se va a ver reflejado en una caída drástica del rendimiento académico, entre otros motivos por las continuas ausencias a clases e incluso por el abandono escolar.
Esto va a ser fuente de estrés dentro de la unidad familiar, que si bien es difícil criar un hijo adolescente, debido a sus cambios de humor provocados por la «tormenta hormonal» que sufre, propia de su edad de desarrollo, ahora además se deben de enfrentar a un problema añadido.
Seguramente habrá podido entender que se habla de un problema tan cercano como el de su localidad, pero el siguiente estudio está realizado en Japón, debido a un incremento de casos de niños problemáticos y de sus desastrosas consecuencias, ¿Pero hay solución ante estos comportamientos inadecuados y desadaptativos de los jóvenes?
Esto a esta cuestión a la que trata de dar respuesta desde el Hospital para niños problemáticos de Ibaraki, la Universidad Tsukuba y la Universidad Internaciónal de Tsukuba, según un estudio recientemente publicado en Journal of Psychological Abnormalities in Children.
Para ello los autores del estudio van a poner a prueba una técnica que surgió a finales de los años 90 y que se ha mostrado muy eficaz en otras tipo de intervenciones con jóvenes, está técnica se denomina de Triple P, y hace referencia al Programa Parental Positivo.
Con la intervención de la Triple P se modifica la forma de interacción de la familia, cambiándola por otra basada en los principios del aprendizaje social, en donde se modifican las capacidades y conocimientos de los padres con el objetivo de reducir los problemas emocionales y de comportamiento de los más jóvenes.
El estudio se realizó con 54 participantes, hijos entre 2 y 12 años que mostraban problemas de comportamiento, y que había sido objeto de consulta en el hospital.
Las madres de estos pequeños fueron entrenados con la Triple P, siguiendo los cinco fases de la técnica.
Se realizaron seis medidas, sobre el comportamiento del pequeño, sobre el estilo parental, sobre los niveles de estrés-depresión de la familia, el nivel de conflictividad familiar, la satisfacción y los datos demográficos, todas estas se llevaron a cabo en tres momentos diferentes, una previa a la intervención, otra a los 3 meses y la última a los 6 para evaluar la estabilidad en el tiempo de los efectos del tratamiento.
Los resultados muestran una mejora significativa en el ámbito emocional y en el comportamiento de los pequeños, lo que se ha traducido en una reducción del nivel de estrés-depresión percibido en la familia debido a una reducción de la conflictividad familiar.
Pero lo más importante del estudio es que estos resultados positivos se mantienen incluso pasado seis meses de la intervención, por lo que se pueden considerar cambios estables en el tiempo.
Entre las limitaciones del estudio está el bajo número de participantes, así como el carácter de un grupo control de comparación. Igualmente el haber realizado la intervención Triple P exclusivamente en madre, no permite extrapolar los resultados a todos los casos, ni siquiera a las familias monoparentales.
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