¿Hasta qué punto son susceptibles las emociones de los pequeños?


La personalidad se va conformando durante la infancia, un período crítico incluso para las emociones.

Emociones en la infancia

Si pensamos que es precisamente en estos momentos cuando el individuo se va conformando se ha de entender que el medio ambiente donde vive es fundamental para un correcto desarrollo.
A edades tempranas la opinión, corrección e incluso reprimendas es la forma en que pueden educar los padres; papel que se amplía a los profesores con el tiempo; y a los compañeros a edades de preadoslecencia y adolescencia.
La privación de una estimulación adecuada puede estar en la base de un desarrollo incompleto por parte del menor, de ahí que en la infancia sea positiva cuanta mayor estimulación se requiera para aumentar las posibilidades de desempeño posterior.
Pero si bien, la estimulación positiva va a ayudar al menor ¿Qué pasa cuando se les castiga o se les dice eso de «eres tonto»?, pero ¿Hasta qué punto son susceptibles las emociones de los pequeños?


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El papel del correctivo

Esto es lo precisamente lo que se ha tratado de averiguar con una investigación realizada desde el Departamento de Estudios Clínicos Infantiles y Familiares, y el Departamento de Psicología del Desarrollo, Universidad de Utrecht (Países Bajos) junto con el Departamento de Psicología, Universidad de Utah (EE.UU.) cuyos resultados han sido publicados en el 2017 la revista científica Journal of Experimental Child Psychology.
En el estudio participaron 280 menores, de los cuales el 45,4% eran niñas, con edades comprendidas entre los 4 a 6 años.
Todos ellos respondieron a unas fotografías con emociones positivas y negativas, las cuales debían de identificar correctamente; igualmente se evaluó el temperamento de los menores a través del Children’s Behavior Questionnaire–Short Form.
Se separaron a los participantes en dos grupos, el primero pasó con una intervención encaminada a manipular sus emociones y el resto perteneció al grupo control.
En el primer grupo los pequeños recibían feedback positivo o negativo según el diseño experimental, es decir, previamente establecido por el experimentador.
Tras la intervención se realizaba nuevamente la evaluación emocional de los menores; al grupo control se le realizó la misma evaluación, pero sin que recibiese ningún tipo de feedback emocional.


Efectos emocionales en la infancia

Los resultados muestran que aquellos pequeños que reciben reprimendas verbales se sienten significativamente peor, reduciendo las emociones positivas.
Y, al contrario, cuando se avala al menor se aumentan las emociones positivas, aunque en menor medida en aquellas situaciones prosociales en que es esperable.
Y todo lo anterior independiente del temperamento o de la emoción previa de los menores.
Entre las limitaciones del estudio está en la selección de un único rango de edad, no pudiendo conocer qué pasa en etapas más tempranas o tardías a las estudiadas.
Igualmente, no se ha realizado un seguimiento de los pequeños del grupo de intervención para conocer hasta qué punto se mantiene en el tiempo las modificaciones emocionales en función de la intervención
Tal y como afirman los autores, los resultados dejan en evidencia no sólo la susceptibilidad emocional de los menores sino su vulnerabilidad.
Así los adultos podemos variar temporalmente nuestras emociones en función de las circunstancias externas, volviendo a nuestra emocionalidad «normal».
En cambio, los menores no han desarrollado todavía esa identidad emocional «normal», por lo que las circunstancias a las que se ven sometidos los menores pueden definir su vivencia emocional.