Entrevista a la Esp. Valeria Moletto sobre las Estrategias de Intervención para promover los Derechos de los Niños cuidando su Neurodesarrollo




¿Qué consecuencias tienen los abusos en menores?

Cuando un niño no logra elaborar aquello que está vivenciando hace síntoma y este es el mayor indicador de alteración de su proceso de desarrollo.
Partiendo del concepto de Infancia establecido en la Convención de Amnistía Internacional donde se declararon los derechos de los niños, la cual se llevó a cabo en Cataluña en el año 2005 la infancia, que significa mucho más que el tiempo que transcurre entre el nacimiento y la edad adulta, se refiere al estado y la condición de la vida de un niño: la calidad de esos años. Y siendo conscientes que es durante ese tiempo en el que se produce el especializado proceso de desarrollo de los sistemas Neurosensoriales en un niño, el impacto que genera el abuso infantil deja secuelas permanentes a nivel de la corteza cerebral.
Esto es debido a que se afecta al Neurodesarrollo, proceso que implica la formación del sistema nervioso desde el momento en el que se unen espermatozoide y óvulo, hasta que el individuo llega al estado adulto, adquiriendo y desechando un sinnúmero de capacidades y funciones (Pinto, 2008); cualquier situación traumática que viva un niño durante este período, va a condicionar el resto de su vida.
Cuando un niño recibe algo para lo que no está preparado indefectiblemente se irrumpe su proceso de desarrollo y si bien, frente a una situación de estrés, el sistema nervioso segrega cortisol y adrenalina, las hormonas que dan lugar al olvido como mecanismo de defensa, la memoria emocional quedará para siempre. El recuerdo emocional se reactivará y podrá traer esa situación de realidad a lo largo de toda la vida.


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¿Qué papel tiene las hormonas ante el abuso?

Las experiencias negativas o traumáticas activan hormonas como el Cortisol. Citando a Almudena Reguero Saá, titulada en nutrición y dietética, en su artículo “El Cortisol, la hormona del estrés” quien plantea que en situaciones normales las células de nuestro cuerpo utilizan el 90% de la energía en actividades metabólicas tales como reparación, renovación y formación de nuevos tejidos. Pero cuando se produce una situación de alarma y estrés nuestro cerebro envía un mensaje a las glándulas adrenales para que liberen cortisol, esta hormona hace que el organismo libere glucosa a la sangre para enviar cantidades masivas de energía a los músculos.
De esta forma todas las funciones anabólicas de recuperación, renovación y creación de tejidos se paralizan y el organismo cambia a metabolismo catabólico para resolver esa situación de alarma.
Cuando la situación de estrés es puntual, una vez superada la emergencia los niveles hormonales y los procesos fisiológicos vuelven a la normalidad, pero cuando el estrés es prolongado, se disparan en el organismo los niveles de cortisol, y al ser el único proveedor de glucosa del cerebro tratará de conseguirla por diferentes vías, bien sea destruyendo tejidos, proteínas musculares, ácidos grasos y cerrando la entrada de glucosa a los otros tejidos.
Los niveles hormonales de cada individuo generaran el modo en que este se predisponga y actúe frente a ciertos desafíos o situaciones que deberá enfrentar a lo largo de su vida.

¿Qué consecuencia legal tiene el abuso infantil?

Desde el marco legal es importante comprender que, frente a una denuncia de violencia o abuso, la relación jurídica es un juego de estrategias, donde el juez equilibra las fuerzas entre la acusación y la defensa.
La Dra. Lía Rincón, plantea que al niño que denuncia un acto de abuso hay que creerle más allá de la verdad fáctica. Si denuncia una situación de abuso es porque el abuso existe en alguna parte. Es importante creerle porque si no el niño queda desamparado.
La Dra. Susana Ciruzzi, Abogada Hospital de Pediatría SAMIC Prof. Dr. Juan P. Garrahan. Miembro de su Comité de Ética de dicho hospital, hace importante mención a la revictimación. Cada instancia donde el niño debe contar una y otra vez lo ocurrido y que, frente a una denuncia de este tipo, la defensa utiliza el SAP, Síndrome de Alienación Parental.

¿Cómo hay que proceder ante un caso de abuso infantil?

Frente a una denuncia de esta índole hay que dirigirse a la Defensoría General de la Nación y a las Defensorías específicas.
Actualmente en la Argentina se están implementando estrategias de intervención para preservar los derechos de los niños. Cumpliendo lo establecido por el Artículo 12, incisos 1) y 2) de la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, Artículo 8° del Pacto de San José de Costa Rica y del artículo 27 de la Ley 26.061, créase en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires la figura del Abogado del Niño, quien deberá representar los intereses personales e individuales de los niños, niñas y adolescentes legalmente ante cualquier procedimiento civil, familiar o administrativo que los afecte, en el que intervendrá en carácter de parte, sin perjuicio de la representación promiscua que ejerce el Asesor de Incapaces.


¿Cuál es el papel del psicólogo en este proceso judicial?

Sin embargo, esto no alcanza, es necesario crear equipos de profesionales altamente capacitados y formados en dicha problemática, cuya formación e incumbencias profesionales faciliten tanto los procesos de evaluación del niño, como los de revinculación en los casos que se considere oportuno. Y más importante aún, que sus niveles éticos y morales sean concordantes con la suprema responsabilidad que implica ser parte de equipos pediátricos que integran tanto los fueros de familia como los penales.
Una vez judicializada la denuncia de abuso infantil es común escuchar que el niño es interrogado.
A partir de los años 90 con la Declaración Internacional de los Derechos del Niño y el principio de que ante dos situaciones enfrentadas prima el interés superior del niño, se empieza a escuchar más al chico. Esto es escucharlo profesionalmente. Los jueces y funcionarios del Poder Judicial dijeron no estar capacitados para eso. Así, en la ley sale que los que deben hacer esta declaración testimonial son otros profesionales, en este caso, psicólogos especialistas en niños

¿Qué es la Cámara Gesell?

La Cámara Gesell es un instrumento para tomar la denuncia. Consta de dos habitaciones divididas por un espejo de un lado y un transparente del otro.
Este instrumento permite evaluar y registrar la denuncia del niño, para evitar someterlo a contar una y otra vez lo sucedido, evitando la revictimación.

¿Qué secuelas tiene el abuso infantil?

Cuando apelamos al concepto de plasticidad cerebral, apelamos a la capacidad que tiene el cerebro de generar conexiones de neuronas nuevas y la capacidad de generar nuevas neuronas a partir de las células madres.
En aquellos casos en que se produce un traumatismo ya sea físico o emocional, frente a la aparición de secuelas orgánicas u emocionales, se hace evidente la necesidad de intervenir tempranamente apelando a este concepto.
Gracias a los avances en el campo de la epigenética se sabe que los impactos emocionales vivenciados, que han ingresado por diferentes vías, dejan surcos a nivel central y estos dejan huellas en los genes, lo cual se transmitirá a otras generaciones.

¿Cómo intervenir ante el abuso infantil?

El objetivo de la intervención temprana es guiar el desarrollo de una manera armónica, y poder utilizar o estimular de cierta manera aquellas hormonas que favorecen a ese proceso es una estrategia terapéutica.
Activar genes relacionados con los neurotransmisores de la inteligencia y de los estados positivos. Dormir oncogenes. El cerebro puede cambiar porque existe la neuroplastividad la cual tiene dos facetas:
• La conexión de neuronas nuevas.
• La generación de nuevas neuronas a partir de células madre.
Estás nuevas neuronas de la memoria y el aprendizaje tienen conexiones con la corteza cerebral, ósea que estamos reinventando nuestro cerebro.
La mayoría de nosotros hemos nacido y crecido en una sociedad cuya trama se tejió y constituyó dentro de sistemas sociopolíticos fagocitados por la burocracia y las conductas violentas.
El hecho de realizar intervenciones tempranas en la vida de niños que presentan desvíos en su desarrollo, ya sea por una causa orgánica, emocional y/o social, nos coloca en un lugar de suprema responsabilidad, ya que, al momento de realizar nuestra evaluación, debemos comprender que está ocurriendo a nivel de sus sistemas Neurosensoriales, pero con absoluta atención a sus procesos Emocionales y consecuentemente Sociales. Realizar una proyección de aquellas situaciones que podrían presentarse en su cotidianidad, nos permite generar estrategias de acción y fomentar aquellas que mejoren su calidad de vida.


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¿Qué cambios sociales requiere la erradicación de los abusos infantiles?

Estamos en momentos de cambio y el emergente social deja de manifiesto la necesidad de priorizar la integridad de los niños.
Las instituciones educativas han incorporado, en sus programas de estudio, diversas actividades que promueven la concientización de los derechos del niño, para que sean ellos mismos, mediante la adquisición del conocimiento, los protagonistas de este cambio.
En los procesos judiciales se propone la utilización de espacios verdes como estrategia de intervención durante los procesos de revinculación, favoreciendo así nuevos escenarios de abordaje, promoviendo que el proceso se produzca en un ambiente de armonía y disfrute, fomentando estrategias de inclusión social acordes a las necesidades de cada niño.
La urgencia es generar conciencia; promover las acciones adecuadas para modificar los Sistemas Educativo, de Salud y de Justicia en pos de asegurar los derechos de los niños.
Dejar bien claro que a las niñas y a los niños “No se los golpea”; ni en el cuerpo, ni en la mente, ni en el alma…

Mi más profundo agradecimiento al Dr. Pablo Ferrari, Juez de Familia, al Dr. Milton j. Lenz y al Dr. Guido Cresta por el asesoramiento jurídico y al Reportero Gráfico Sebastián Vricella por su orientación y apoyo incondicional.

Bibliografía Empleada:

Aguilar, F. (2003). Plasticidad cerebral. Revista Médica del Instituto Mexicano de Seguridad Social (RevMed IMSS) 41 (1), 55-64.
Artigas-Pallarés, J & Narbona, J. (2011). Trastornos del Neurodesarrollo. Barcelona-España: Viguera Editores.
Pinto, F. (2008). Lo maravilloso y mágico del Neurodesarrollo humano. Revista Chilena de Pediatría, 79 (1), 18-20.
Portellano, J. (2008). Neuropsicología Infantil. España: Editorial Síntesis
Roselli, M., Matute, E. & Ardila, A. (2010). Neuropsicología del desarrollo infantil. México: Manual Moderno.




Desde aquí mi agradecimiento a Dª Valeria Moletto, Especialista en Intervención Temprana, Seguimiento Prematuros de Alto Riesgo Servicio de Neonatología Hospital Evita Pueblo, por habernos acercado a las Estrategias de Intervención para promover los Derechos de los Niños cuidando su Neurodesarrollo.