Hay que tener en cuenta que la labor del cuidador se complica cuando la persona a la que cuida sufre alguna enfermedad como la del Párkinson.

Sobre el cuidador de Párkinson

En muchas ocasiones se trata de cuidadores informales, es decir, personas con buena voluntad, pero con escasa preparación sobre cómo tratar al paciente, lo que sin duda le va a generar altos niveles de ansiedad.
Igualmente, el tener que atender a un paciente que sufre una enfermedad neurodegenerativa, como es el Párkinson, va a aumentar ese estado de ansiedad debido a la incertidumbre generada por que día a día se va agravando la sintomatología.
Eso añadido a que se trata normalmente de un familiar, con el que se tiene una vinculación emocional y por el que se sufre al verle en esa situación, pero ¿Cuál es el impacto del Párkinson en el cuidador?


Vídeo Recomendado: Parkinson: beneficiario, cuidador y proveedor
.

Riesgos para el cuidador de Párkinson

Esto es lo que ha tratado de responderse con una investigación realizada desde el Institute of Neuroscience, Newcastle University junto con el Centre for Clinical Brain Sciences, University of Edinburgh (Inglaterra) y el School of Medicine and Menzies Health Institute Queensland, Grifth University (Australia) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica International Journal of Geriatric Psychiatry.
En el estudio participaron sesenta y seis cuidadores informales, con una edad superior a los 32 años, que tenían a su cargo pacientes con la enfermedad de Párkinson, de los cuales el 81% eran mujeres.
Se realizaron tres medidas, tras el diagnóstico de Párkinson siguiendo los criterios del Queen’s Square Brain Bank, a los 18 y 36 meses posteriores al mismo.
Se evaluó al cuidador para detectar si mostraba síntomas depresivos a través del Hospital Anxiety and Depression Scale (HADS); igualmente se emplearon el Neuropsychiatric Inventory (NPI) y el NPI Carer Distress (NPI-D) para ver si mostraba otros síntomas neuropsiquiátricos; por último, se evaluó el nivel de calidad de los cuidadores a través del Scale of Quality of Life of Care-Givers (SQLC).
Con respecto al paciente se realizaron evaluaciones para conocer la gravedad de los síntomas de la enfermedad de Párkinson que padecía a través del Movement Disorder Society (MDS) junto con el United Parkinson’s Disease Rating Scale (UPDRS); también se evaluó la presencia de sintomatología depresiva mediante el Geriatric Depression Scale (GDS-15); la calidad de vida a través del Parkinson’s Disease Questionnaire (PDQ-39); las funciones cognitivas y visoespaciales mediante el Mini-Mental State Examination (MMSE) y el Montreal Cognitive Assessment (MoCA); la atención mediante el Cognitive Drug Research Battery; la memoria y el ejecutivo central a través del Cambridge Neuropsychological Test Automated Battery.
Igualmente se tomaron registro de los datos sociodemográficos, edad, género, nivel educativo tanto del paciente como del cuidador y las horas de la semana dedicada al cuidado del paciente.
Los resultados informan que aquellos cuidadores que atienden a pacientes de Párkinson muestran significativamente unos menores niveles de calidad de vida, comparado con los cuidadores que atienden a pacientes con deterioro cognitivo leve y a personas sin psicopatologías de la misma edad.
Siendo el déficit de atención un predictor sobre el deterioro de la calidad de vida de los cuidadores, comparado con otras variables evaluadas.


Atendiendo al cuidador de Párkinson

Entre las limitaciones del estudio comentar el bajo número de participantes, y que no se realizó un análisis para determinar si había diferencias en función del género y las variables evaluadas.
Tal y como afirman los autores del estudio, el cuidador de los pacientes de Párkinson debe de recibir la atención adecuada, ya sea con formación, e incluso terapia para ayudarles a sobrellevar la tarea que deben de realizar, no sólo para hacerla de forma satisfactoria para con el paciente, sino para que no tenga consecuencias negativas sobre el propio cuidador, afectándole en su calidad de vida.
Serán pues las instituciones públicas, las encargadas de velar por el cuidado de los cuidadores, proporcionándoles las herramientas adecuadas para que puedan hacer frente a sus propios problemas para superar estos y que no afecten a la importante labor que realizan de cuidar a un paciente de Párkinson.