Uno de los problemas relacionados con el Párkinson son los síntomatología no relacionado con los de la movilidad como es el problema del sueño.
Parkinson y Sueño
Los problemas de movilidad aumentan a medida que avanza el Parkinson, que al tratarse de una enfermedad neurológica negativa trae como consecuencia un incremento de las dificultades que ha de padecer el paciente, que va reduciendo progresivamente su independencia.
Aunque los síntomas más evidentes de la enfermedad de Parkinson son precisamente los temblores, existen otros no relacionados con los movimientos como es el problema del sueño, con una prevalencia que afecta entre un 40 a 90% de los que padecen esta enfermedad ya sea con insomnio, exceso de somnolencia diurna, apnea del sueño, o problemas durante el mismo.
Para aquellas personas que no sufren este tipo de problemas, no suelen llegar a entender lo invalidante que resulta no recuperarse, descansar, y poder iniciar un nuevo día.
Una de las dificultades que tienen los pacientes con la enfermedad de Parkinson es que cuando se muestran los problemas del sueño estos no se pueden tratar adecuadamente, ya que tal y como se ha salvado la medicación que se suele emplear para tratar el sueño, suele ser incompatibles con la que se recibe por el tratamiento de la propia enfermedad del Parkinson.
Igualmente algunos ejercicios indicados para estos pacientes, no resultan todo lo prometedores que se esperaría, manteniendo así las dificultades del sueño, y los problemas que eso conlleva a cualquier persona, pero ahora agravado por la enfermedad de Parkinson, pero ¿Se pueden superar los problemas de sueño del Parkinson?
K-88RA2SoF8 https://youtu.be/K-88RA2SoF8
Párkinson y Sueño
Esto es precisamente lo que se ha estado de averiguar conjuntamente desde por el hospital de “S.Isidoro”, la Fundación S. Maugeri IRCCS, el Hospital “Le Terrazze”, el Hospital Moriggia Pelascini, el Insituto Clínico de Perfeccionamiento (Italia) y el Instituto de rehabilitación JFK Johnson, el Centro de Desórdenes de Movimiento NYU, y la Universidad de la ciudad de Nueva York (EE.UU.), cuyos resultados acaban de publicarse en la revista científica Journal of Clinical Movement Disorders.
En el estudio participaron 138 pacientes, 77 mujeres y 61 hombres, con una edad media de 69 años. Se separaron en dos grupos a los participantes, el primero con 89 pacientes, que recibió conjuntamente tratamiento farmacológico y entrenamiento físico, y el otro, con 49 participantes, que únicamente recibió tratamiento farmacológico.
A todos se les examinó para comprobar su diagnóstico, a través de pruebas estandarizadas la escala de sintomatología de Párkinson denominada Hoehn-Yahr y el Mini-Mental State.
Después de 28 días se volvieron a examinar a todos los participantes para comprobar si se producen efectos diferenciales entre los dos grupos, empleando en esta ocasión la escala estandarizada denominada Unified Parkinson’s Disease Rating Scale (UPDRS).
Los resultados muestran mejoras significativas en el tratamiento conjunto entre farmacológico y ejercicios diseñados al efecto, produciéndose un decremento de los problemas de sueño, en cambio no se encontraron diferencias en el grupo control que solo recibieron tratamiento farmacológico para tratar los problemas de sueño asociados.
Mejorar Sueño del Párkinson
Entre las limitaciones del estudio está el no tener un tercer grupo de investigación, que reciban exclusivamente el entrenamiento, para comprobar si se producen o no efectos positivos deseados.
Igualmente el realizar una única evaluación a los 28 días, no garantiza que los efectos positivos en la mejora de los problemas del sueño se mantengan a lo largo del tiempo, por lo que se requeriría de una o dos posteriores evaluaciones, para ver si se mantienen en el tiempo.
Igualmente falta establecer distintas fases de la enfermedad de Párkinson, para comprobar en qué momento es más o menos efectivo este tratamiento conjunto.
También hay que diseñar nuevas investigaciones con las que aumentar el número de pacientes analizados, con lo que poder llegar a una conclusión definitiva al respecto.
Una de las mayores dificultades a la hora de diagnosticar el Párkinson es distinguirlo de otras patologías que muestran síntomas positivos similares.
Diagnósticar Párkinson
Cuando uno piensa en las implicaciones de una enfermedad como el Parkinson rápidamente recordamos esos movimientos involuntarios de manos o brazos, o esas dificultades a la hora de andar por realizar algunas labores manuales.
Se suele generalizar estos síntomas con respecto a la enfermedad de Parkinson, pero cuando se trabaja en el área clínica hay que saber distinguir esta enfermedad de otras con sintomatología diferente.
Ya que no sólo va a poder llegar a tener un diagnóstico diferente, sino incluso el tratamiento que ha de seguir el paciente puede ser totalmente distinto y contraindicado a otros padecimientos.
Por lo tanto la sintomatología tanto activa, es decir aquella que se puede ver y medir con una capacidad, aquella que no está presente pero que si debía producirse, es suficiente indicativo para una primera aproximación, pero en algunos casos no es todo lo determinante que se requiere.
Otros trastornos negros degenerativos, o de otro tipo como el producido por accidentes cerebrovasculares, o por la intoxicación de algunas sustancias, también producen temblores en las extremidades, o dificultades en el andar.
Es por ello que se requiere de nuevas técnicas que faciliten el diagnóstico y con ello poder establecer un tratamiento adecuado a cada caso, pero ¿Se puede diagnosticar la enfermedad del Párkinson en función de la piel?
fHpTMUwwbuA https://youtu.be/fHpTMUwwbuA
Diagnóstico diferencial de Párkinson
Esto es precisamente lo que está tratando de averiguar conjuntamente desde la Faculta de Medicina de la Universidad de Hirosaki, el Hospital Ohta Nishinouchi y el Hospital Central de la Preceptura Aomori (Japón) cuyos resultados han sido recientemente publicados en la revista científica Parkinson’s Disease.
En este estudio participaron 51 pacientes, de los cuales 26 estaban diagnosticados con la enfermedad de Parkinson (23 mujeres y 15 hombres, con una edad media próxima a los 65 años) mientras que otros 13 de similares características socio demográficas sufrían atrofias musculares no debidas al Parkinson.
En los pacientes con Parkinson a pesar de ya tener el diagnóstico fueron vueltos a evaluar con un test estandarizado denominado Unified Parkinson’s Disease Rating Scale (UPDRS) para comprobar su destreza motora.
A todos ellos se les extrajo una muestra de piel para tratar de comprobar si es posible determinar a qué grupo pertenecía cada uno simplemente observando dicha muestra.
Dos son las técnicas empleadas para determinar si existen evidencias en cuanto a la piel para el diagnóstico diferencial del Parkinson.
La doble inmunofluorescencia, método que revela depósitos anormales de α-sinucleína en las fibras nerviosas de los pacientes, no permitió realizar la distinción correctamente. Esta proteína sináptica se encuentra en la demencia de los cuerpos de Lewy y en el Párkinson.
El análisis microscópico intraepidermal para la densidad de las fibras nerviosas mostraron resultados significativamente diferentes entre la enfermedad de Parkinson y el grupo control que mostraba sintomatología motora no asociada al Parkinson.
Por lo tanto los autores descartan la primera técnica como válida para el diagnóstico diferencial, mientras recomiendan la segunda para poder realizar esta labor tan importante.
Diagnósticar la enfermedad de Párkinson
Aunque los resultados son claros en cuanto al objetivo de distinguir entre distintas patologías, el uso exclusivo de un grupo control con sintomatología dispersa, impide realizar un análisis más fino entre cada uno de las otras patologías que pueden conllevar síntomas motores.
Igualmente indicar que se trata de un estudio con un número poblacional bastante limitado, por lo que habrá que realizar nuevas investigaciones en donde se incluya un mayor número de pacientes para poder dar por válida estas conclusiones.
Por último señalar que el padecimiento de los pacientes que han pertenecido al grupo de Parkinson llegaban como media casi seis años padeciendo dicha enfermedad, mientras que los del grupo control, con sintomatología parecida, únicamente llegaban tres años padeciéndolo.
Un elemento que puede estar jugando en contra de los resultados mostrados ya que el diagnóstico puede estar basado no tanto en elementos diferenciales, como en el tiempo en que la enfermedad está haciendo mella en la salud. Es por lo que se recomienda que nuevas investigaciones se empleen grupos de controles más precisos y homogéneos.
A pesar de todo lo anterior, sin duda es un gran avance, que con un simple análisis de piel, una biopsia, se pueda pensar en establecer un diagnóstico diferencial.
Todo ello, por supuesto, complementado con los resultados de las pruebas neuropsicológicas por las que ha de pasar el paciente antes de obtener el diagnóstico de la enfermedad del Parkinson.
¿Por qué se produce en jóvenes la adicción a la tecnología? Recientemente han surgido una serie de problemas de comportamiento relacionado con el uso y el abuso de la tecnología, pero ¿por qué se producen estos?
Adicción a la Tecnología
De hecho, son pocos todavía los países que lo consideran como un problema en el que deban de tener un plan de intervención al respecto.
La falta de estadísticas, e incluso de teorías explicativas sobre la presencia de este fenómeno tan reciente, hace que los profesionales no tengan unas pautas claras sobre cómo intervenir al respecto.
De ahí que cuando aparezca se utilicen los modelos generales de atención e intervención en adicciones, en este caso comportamentales.
Como una conducta adictiva, cumple con sus requisitos de ocupar demasiado tiempo la persona, incluso sus pensamientos cuando no dedica a esa actividad, con consecuencias para su vida laboral, social, personal y familiar.
Aunque todavía no existen demasiados reportes al respecto, si se puede observar como el uso de los medios tecnológicos se ha incrementado considerablemente en los últimos años.
Pero no hay ningún problema cuando se trata de un uso responsable, no deja de ser una herramienta que puede servir incluso para establecer nuevas relaciones sociales.
En cambio los jóvenes son los que más están expuestos a los efectos negativos de esta tecnología, cuando se produce un abuso de la misma, pero ¿Por qué se produce en la adicción a la tecnología?
Adicción Tecnológica
Esto es precisamente lo que ha analizado un reciente estudio realizado por la Universidad Nacional Kongju (Corea) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Advanced Science and Technology Letters.
En el estudio participaron 598 estudiantes de enfermería de dicha universidad. Todos los estudiantes se les pasó una prueba estandarizada para detectar adicción a la tecnología denominado he Korean Smartphone Addiction Proneness Scale for Youth and Adult, así como una prueba sobre la empatía más ya que estos autores consideran que esta debe ser la variable más relevante para explicar esta adición a las tecnologías, empleando para ello el cuestionario estandarizado adaptado al coreando Interpersonal Reactivity Index (IRI).
Los resultados fueron preocupantes, ya que un 17,5% de los estudiantes demostraban sufrir adicción al smartphone o estar en riesgo de padecerlo, es decir 105 estudiantes. Porcentaje inferior al que habían encontrado estudios precedentes que situaban la adicción a las tecnologías como en concreto para el smartphone entre los estudiantes universitarios alrededor del 24 al 27%.
Con respecto a los resultados de la empatía, encontraron que la adicción a las tecnologías se relacionaban positivamente con el número de amigos y el nivel de angustia personal, es decir cuánto más amigos o angustia personal parecía el estudiante mayor posibilidad de que sufriese una adición a la tecnología.
Igualmente se comprobó cómo existe una correlación negativa con el número de grupos en lo que facilitaba y el rendimiento académico, esto es actuar como factores de protección, en cuanto más número de grupos se participase o en cuanto el estudiante tuviese un mejor rendimiento académico, se parecía menos trastornos de adicción a las nuevas tecnologías.
RxLCdcJ8Ql0 https://youtu.be/RxLCdcJ8Ql0
Ciberadcción
Como carencias de esta investigación está precisamente en el que no informa ni sobre el género ni la edad de los participantes, aspecto importante sobre todo cuando los autores del mismo señalan que estas adiciones a los smartphone son más frecuentes entre las mujeres que entre los hombres.
Además la carrera de enfermería eminentemente ha sido una de las más elegidas por las féminas en muchos países, por lo que se podría deducir de que la mayoría de las respuestas de esta investigación ha sido otorgada por mujeres.
Aspecto que resultaría muy destacable, si se hubiese informado al respecto, realmente en la vida es otro dato importante ya que no es lo mismo el pensamiento y el comportamiento de un adolescente está iniciando estudios con 18 años, comparado con otros está apunto de acabar su carrera con 22 o 23 años.
El estudio está muy focalizado en una determinada población universitaria como estudiantes de enfermería, por lo que los estados deben ser considerados en este marco poblacional, no pudiendo extraer conclusiones con respecto de otras poblaciones e incluso edades inferiores al mismo, siendo necesario una investigación al respecto para poder dar una mejor explicación a este fenómeno de la adicción a la tecnología.
Igualmente entre las características de los estudiantes de inglés técnico de carrera, está la orientación hacia los demás, por lo que otras carreras, por ejemplo en las tecnológicas, pueden mostrar no sólo un mayor índice de personas afectadas por esta adicción a las tecnologías, si no unas teorías explicativas diferentes a las mismas.
También hay que señalar que la adición estos estudiantes únicamente se ha evaluado con respecto al uso de teléfonos inteligentes o smartphone, tan habituales entre los jóvenes, pero la tecnología va mucho más allá, estando disponibles también a través de computadoras o televisión, aspecto que no han sido tenidos en cuenta en esta investigación.
Una de las situaciones más complicadas durante la adolescencia es cuando se presenta la anorexia pero ¿se imagina que coexista la Anorexia junto al Autismo?
Anorexia y Autismo
Una de las situaciones más complejas durante la adolescencia, tanto para el joven, la familia, e incluso para el profesional de la salud, es la presencia de los trastornos de la alimentación.
Entre los más conocidos se encuentra la la anorexia o la bulimia. Sin querer establecer un criterio de gravedad entre los mismos, ya que cada uno tiene una serie de consecuencias negativas para la persona que lo sufre, la anorexia nerviosa es además un riesgo para la propia vida del joven que la padece.
Muchas son las consecuencias que tienen en el desarrollo del joven, ya sea por una falta de alimentación, o por un exceso de ejercicio. Pero si éste trastorno de la alimentación, que requiere de una intervención especializada, para poderse superar, si además se presenta en personas que sufren otro tipo de trastornos del desarrollo como es el trastorno del espectro autista, esto va a dificultar aún más su tratamiento.
Para la familia, y en especial para los padres, esta situación puede ser doblemente dramática, ya que no sólo tiene que atender a las características especiales que su hijo o hija tiene por el trastorno del espectro autista, sino que se tiene que enfrentar a los cambios que sufre cualquier adolescente, y además la posibilidad de sufrir un trastorno de la alimentación tan grave como es la anorexia, pero ¿Qué consecuencias tendría la coexista la Anorexia junto al Autismo en el joven?
https://youtu.be/2btfuKAaH4c
Anorexia y Adolescencia
Esto es precisamente lo que ha analizado un reciente estudio realizado por la Clínica de Psiquiatría Infantil (Dinamarca), la Universidad de Gothenburg (Suecia), la Universidad de Strathclyde y la Universidad College (Inglaterra), y la Universidad Lund (Suecia) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Molecular Autism.
En el estudio participaron 102 jóvenes, 51 adolescentes que sufren anorexia nerviosa y otros 51 que no lo sufren, que actuará como grupo control. De ellos 32 fueron diagnosticados con trastorno del espectro autista.
Se realizaron tres momentos de evaluación para comprobar la evolución de la anorexia a lo largo del tiempo, registrándose a los 16, 21 y 24 años respectivamente.
Se empleó un instrumento estandarizado de evaluación de síntomas de la anorexia denominado Morgan-Russell scales (MROAS), el cual permite observar cambios gracias al tratamiento.
Los resultados muestran que con el tiempo algunos síntomas van mejorando, sobre todo en cuanto a ingesta de la alimentación, el peso corporal y el patron menstrual. Perdurando la sintomatología en cuanto a los contactos íntimos de pareja y el desarrollo psicosexual.
Con respecto a la comparación entre jóvenes con o sin trastorno del espectro autista, no existen diferencias en cuanto a la mortalidad de los jóvenes en función de la presencia o no de Austismo. Igualmente los síntomas que perduran son más relevantes en el caso de los jovenes que padecen Austismo.
Autismo y Adolescencia
Aunque los resultados son bastante esclarecedores, en cuanto a la relación entre las consecuencias de la presencia de la anorexia en jóvenes con trastornos del espectro autista. Todavía queda por determinar cuáles son los factores que pueden estar detrás de la aparición de esta anorexia.
Muchos autores defienden las teorías sociológicas que explicarían la anorexia, como una consecuencia de la presión grupal, a través de los modelos establecidos, cánones difíciles de alcanzar, pero que están en todos los medios de comunicación como el ideal de belleza.
En el caso de los jóvenes que sufren trastorno del espectro autista, no está claro si ellos perciben la misma presión social sobre esos cánones de belleza, por lo que queda pendiente de realizar nueva investigación para tratar de determinar qué factores en concreto puede afectar a estos jóvenes. Para poder así establecer y diseñar programas de prevención específicos que eviten más sufrimiento tanto a los jóvenes como a sus familiares.
Una de las limitaciones con respecto a los resultados, es en cuanto a la falta de especificación y análisis de los mismos atendiendo al género de los jóvenes.
Desde hace mucho se conoce en la literatura que la anorexia a pesar de no ser exclusiva del género femenino, si se da en un mayor porcentaje en que las chicas. Las teorías explican que ellas son las que más sufren la presión social, y por tanto las que están más expuestas a estos trastornos.
Quedaría pues entre analizar los datos anteriores separándolos por género para poder comprobar si los resultados se mantiene lo mismo en chicos que en chicas.
Entrevista a D. Bernardo Ruiz Victoria, Psicólogo Clínico, quien nos introduce al difícil mundo del tratamiento de adicciones, presentando su innovador programa denominado Programa Victoria.
– ¿A partir de qué edad se puede diagnosticar con adicción?
En mi experiencia he encontrado casos de adicción al alcohol, y a otras substancias, a partir de los 15 años, aunque siempre hay que evaluar los casos individualmente para sacar conclusiones.
– ¿Qué consecuencias tienen las adicciones?
La principal consecuencia de la adicción, independientemente de la substancia de que se trate, es la progresiva pérdida de libertad del sujeto. La persona adicta va viendo como cada vez le cuesta más trabajo controlar su propia conducta, lo cual le produce sentimientos contradictorios, de culpabilidad, de impotencia, etc. Una lucha interior que es una constante fuente de ansiedad y de sufrimiento.
Otras consecuencias son el progresivo deterioro de la vida familiar, del rendimiento laboral, aislamiento social, trastornos de ansiedad o depresión, conducta violenta, etc.
Aparte de esto están las consecuencias sobre el propio organismo debido al abuso de la substancia que se trate, y que pueden variar mucho de unos individuos a otros, y en función de las diferentes substancias consumidas, pero que en todos los casos representan un daño creciente a la salud, tanto en el plano orgánico como en el psicológico.
En resumen, la adicción daña de una forma progresiva la salud, el bienestar interior, la vida social y familar, el rendimiento laboral y, en definitiva, hace a la persona que la padece y a quienes le rodean, profundamente infelices.
– ¿Cuáles son las principales dificultades para dejar las adicciones?
La mayor dificultad está en reconocerse a uno mismo como víctima de la adicción.
El proceso adictivo se basa en dos pilares fundamentales: la mentira y la soberbia.
La mentira comienza en el momento en el que el sujeto adicto atribuye sus problemas a otras causas. La persona tiende a pensar que no es el alcohol lo que está dañando su vida, sino que las cosas le van mal por cualquier otro motivo.
La persona se deja engañar por los mensajes ambiguos y equívocos que se pueden encontrar en medios de comunicación o en la sociedad en general, por ejemplo, que beber alcohol moderadamente es bueno para la salud. De ahí se saca la errónea conclusión de que uno bebe siempre moderadamente – «yo bebo como todo el mundo, lo normal» – y cuesta mucho reconocerse como bebedor abusivo, y mucho menos como adicto.
Otra mentira, o más bien autoengaño, es la de afirmarse a si mismo o a otros cosas como «yo lo puedo dejar cuando quiera», «yo no soy alcohólico» o «yo lo controlo». Dado que uno siempre conoce a personas que, aparentemente, beben o consumen más cantidad, o sufren peores efectos y consecuencias, el autoengaño conduce a la autojustificación – «yo no soy como Fulano» – y por lo tanto puedo seguir bebiendo, o consumiendo drogas porque «yo se controlarme». Y suma y sigue.
También la mentira llega un momento en que lleva al sujeto a intentar engañar a los demás fingiendo que bebe, o consume, menos de lo que en realidad hace. Puede directamente negarlo cuando se le pregunta, o bien minimizarlo diciendo, por ejemplo – «solo he tomado una» – o alegar que se encuentra perfectamente, que cumple en su trabajo, o recurrir a cualquier otra justificación.
Otras veces el sujeto «pasa a la clandestinidad», es decir, empieza a beber o consumir a escondidas, a solas, o en lugares diferentes a los que frecuenta en su vida social «normal», con la vana pretensión de que de esa manera logrará engañar a las personas que le conocen y que, probablemente, ya han empezado a preocuparse por él y tal vez a recriminarle su comportamiento.
Todos estos comportamientos, consecuencia de la mentira y el autoengaño, tienen como resultado que la persona sigue empeorando en su adicción.
En cuanto a la soberbia, se manifiesta en los pensamientos que tiene el sujeto adicto en relación a su capacidad de controlar o superar su adicción sin ayuda de nadie.
Cuando se hace evidente que el problema existe, frente a la familia por ejemplo, la persona adicta tiende a creer, y a proclamar, que solo es una cuestión de fuerza de voluntad y determinación personal, y que si se lo propone, dejará de beber, o de consumir drogas, por si mismo. De ahí vienen las promesas, que al no ser capaz de mantener en la práctica, conducen de nuevo a la mentira y al autoengaño. Y vuelta a empezar.
Tanto la mentira, como la soberbia, dificultan mucho que el paciente de los pasos que resultan fundamentales para superar el problema:
1.- Reconocer que existe una adicción
2.- Aceptar que es necesaria una terapia para superarla
– ¿Cómo surge el Instituto Detox y a quién va dirigido?
El Instituto Detox es un equipo profesional especializado en el tratamiento de las conductas adictivas, el alcoholismo y otras adicciones. Su actividad va dirigida a todas las personas afectadas de una u otra forma por los problemas derivados del abuso y dependencia del alcohol y otras drogas, ofreciendo servicios profesionales de tratamiento y prevención para individuos, familias, instituciones públicas y empresas de todo tipo.
– ¿Qué serivicios ofrece el Instituto Detox?
El principal de todos es el Programa Victoria, que es un método terapéutico original, fruto de años de estudio, trabajo e investigación, para tratar la adicción y sus consecuencias. El lema del Programa Victoria es «Aprender a Vivir sin Adicción».
También ofrecemos servicios de Prevención para el mundo de la empresa, orientados a evaluar tempranamente los casos de riesgo de abuso o dependencia del alcohol y de otras drogas, y aplicar un método de intervención preventiva que ayude a corregir los hábitos de abuso cuando todavía es posible, remitiendo a las personas adictas al Programa Victoria para completar su tratamiento y superar la adicción.
Otros servicios que ofrecemos son, por ejemplo, asesoramiento a instituciones públicas sobre políticas de actuación en el ámbito de las adicciones, formación para profesionales de la salud, padres, educadores, etc.
– ¿Qué pecularidades tiene el Programa Victoria?
El Programa Victoria tiene varios rasgos diferenciales que lo hacen único:
1.- Todos los pacientes que participan en él comienzan la fase residencial de la terapia a la vez, lo cual permite estructurar los contenidos terapéuticos de una forma lógica y secuencial y abreviar mucho el tiempo de tratamiento. De este modo conseguimos que la duración sea tan solo de 10 días.
2.- El tratamiento se realiza en un hotel, no en un hospital psiquiátrico, ni general. Tampoco en una comunidad terapéutica. El hotel está siempre ubicado en un lugar tranquilo, alejado de centros urbanos y ambientado de forma que invite a la relajación y a la introspección.
3.- El grupo de pacientes es muy reducido, máximo ocho personas en cada ocasión, lo que permite un trato muy individualizado y personalizado, con un acceso directo e inmediato a los terapeutas, que siempre están disponibles durante los diez días de terapia residencial. No solo en las sesiones formales de terapia sino también en las comidas y en los ratos libres.
4.- Las técnicas terapéuticas que conforman el Programa Victoria se combinan de una manera única para maximizar su efecto positivo. Los componentes principales son los siguientes:
4.1.- El ABC de la conducta adictiva. Enseña los conceptos del análisis funcional de la conducta aplicándolos al caso particular de las adicciones de los pacientes de cada grupo.
4.2.- Terapia de Rechazo. Técnica terapéutica basada en los principios del condicionamiento clásico para asociar mental y emocionalmente las bebidas alcohólicas, y otras substancias objeto de adicción, con sensaciones negativas y desagradables, para cambiar así el paradigma mental y dejar de percibirlas como algo atractivo y tentador, y en su lugar sentirlas como algo negativo, desagradable y merecedor del más profundo de los rechazos.
4.3.- Técnicas de Autocontrol Emocional. A través de la Relajación, la Visualización y los Pensamientos Positivos, los pacientes aprenden a manejar los estados de ánimo negativos que han sido desendadenantes de su conducta adictiva, preparándose así para prevenir las recaídas.
4.4.- Documentales y Películas. Mediante el visionado y comentario de diferentes materiales audiovisuales los pacientes tienen la oportunidad de identificarse con otras personas que han padecido problemas de adicción similares, de expresar sus propios sentimientos, de tomar conciencia de las situaciones que han vivido, etc.
4.5.- Lecturas y Trabajos Individuales. Los pacientes reciben un material de trabajo personal que van elaborando y completando día a día y que les ayuda a fijar los conocimientos que van adquiriendo en las distintas sesiones terapéuticas y a consolidar los cambios de actitudes y de conducta.
– ¿Qué exito tiene el Programa Victoria?
Es difícil dar unos datos fiables sobre el éxito terapéutico de cualquier tratamiento para la adicción, dado que depende mucho del tiempo transcurrido para valorar la evolución de los pacientes.
En nuestro caso estamos enormemente satisfechos de los resultados obtenidos, a pesar de que existen recaídas en un número que siempre resulta doloroso para los terapeutas por mucho que sea inferior a lo que se reseña en la literatura científica seria sobre la materia.
Hace unos años, un estudio independiente realizado por el Dr. Joaquín Bedia de los Servicios Médicos de Lagun-Aro (entidad encargada a la sazón de la asistencia médica de los cooperativistas del Grupo Mondragón) que nos había enviado muchos pacientes al Programa Victoria, hizo un seguimiento a casi un centenar de pacientes una vez que habían pasado entre 5 y 8 años de su tratamiento y encontró solamente un 6 % de recaídas confirmadas. Más de un 67 % de los pacientes seguían sin beber, un 2 % habían fallecido y sobre el resto no se pudieron recabar datos por diferentes motivos.
Desde aquí mi agradecimiento a D. Bernardo Ruiz Victoria, por habernos acercado al mundo del tratamiento de las adicciones y a su innovador programa Victoria del Instituto Detox.
Un reciente informe científico trata de comprobar los efectos beneficiosos de la práctica del Tai Chi en pacientes con Párkinson.
Tai Chi
El Tai Chi es una práctica milenaria que se puede practicar de forma individual o en grupo, donde se realizan ejercicios establecidos considerado como una meditación en movimiento.
Muchos han sido los beneficios que se han atribuido a este arte marcial milenario sobre todo los relacionados con la relajación y el control interno, indicado para el tratamiento complementario de patologías como el dolor crónico, la ansiedad, la artritis o la depresión.
El control de la respiración, la focalización en los movimientos y la práctica al aire libre parecen estar detrás de estos beneficios, a lo cual se le suma la flexibilidad y destreza motora que se va adquiriendo con la práctica y la repetición de los movimientos.
En algunas culturas orientales su práctica es habitual desde jóvenes, lo que facilita que sus efectos beneficiosos se extiendan a lo largo de toda la vida, sirviendo como preventivo de algunas patologías, sobre todo aquellas relacionadas con el sedentarismo y la hipertensión.
Pero cuando alguien piensa en una enfermedad neurodegenrativa como es el Párkinson, no suele hacerlo en ejercicios como los del Tai Chi, si no en la búsqueda de un tratamiento farmacológico que detenga el avance de la enfermedad y con ello proporcione más tiempo o que por lo menos pueda ofrecer una mejor calidad de vida a los pacientes.
La pérdida progresiva del control de la motricidad final y gruesa suelen ser los síntomas más evidentes de esta enfermedad, que se expresa con temblores, así como con dificultad para realizar actividades tan simples como la de llevarse la cuchara a la boca para comer, por lo que se produce un progresivo deterioro que mengua su independencia, requiriendo de una mayor asistencia de un familiar o profesional, preocupado más por suplir las carencias que por buscar cómo mejorar su control sobre la motricidad, pero ¿Es efecto el tratamiento de Párkinson mediante el Tai Chi?
Parkinson
Esto es precisamente lo que trata de averiguarse desde el Centro Médico Overlook (EE.UU.) cuyos resultados han sido recientemente publicados en la revista científica Advances in Parkinson’s Disease.
En el estudio participaron 44 pacientes diagnosticados con Párkinson, a la mitad de los cuales se les entrenó en la práctica del Tai Chi, mientras que al resto no se les entrenó.
A los que aprendieron Tai Chi, siguieron un entrenamiento de 16 clases semanales de una hora cada sesión.
A todos los participantes se les adminitraron pruebas estandarizadas para evaluar su desempeño motor a través de Unified Parkinson’s Disease Rating Scale (UPDRS), la calidad de vida del paciente mediante PD Questionnaire-39 (PDQ-39), igualmente para comprobar su estado de ánimo se administró el Geriatric Depression Scale (GDS).
Los resultados a pesar de mostrar beneficios entre los que recibieron el entrenamiento en Tai Chi, no fue suficientemente significativo, sobre todo en cuanto a mejora del estado de ánimo.
Ejercicio parkinson
A pesar de los resultados positivos hay que tener en cuenta que se trata de un número pequeño de participantes, por lo que se requiere de mayor investigación antes de poder dar por establecida esta relación beneficiosa.
Una de las limitaciones del estudio es en cuanto a que no informa, por que no ha sido evaluado, en qué fase de la enfermedad se encuentra, normalmente clasificado en cinco etapas, a cada cual más incapacitante, ya que no es lo mismo encontrar beneficios entre los pacientes de las primeras etapas que entre los de las últimas.
Tampoco se especifica en el estudio el tiempo de duración del entrenamiento, ya que si los pacientes siguen su practica durante un tiempo considerable, unos meses e incluso años, es posible que sí resulten significativos los efectos positivos apuntados por los estudios anteriores, sobre todo en cuanto al estado de ánimo, como en el caso de la depresión. Algo que por otra parte es muy importante debido a la alta incidencia de depresiones entre los pacientes que sufren la enfermedad de Prákinson, que agravada aún más la situación, pues ahora el paciente se debe enfrentar a dos enfermedades por superar.
Igualmente sería conveniente comprobar si en aquellos países donde existe una práctica habitual del Tai Chi, el porcentaje de la población afectada por la enfermedad de Párkinson es menor, lo que daría cuenta de unas propiedades preventivas beneficiosas, y aun manteniendo la misma tasa de incidencia, si la edad de inicio es superior a la media, informaría de un beneficio en cuanto al retraso en la aparición de la enfermedad.
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