Una de las situaciones más complicadas durante la adolescencia es cuando se presenta la anorexia pero ¿se imagina que coexista la Anorexia junto al Autismo?

Anorexia y Autismo

Una de las situaciones más complejas durante la adolescencia, tanto para el joven, la familia, e incluso para el profesional de la salud, es la presencia de los trastornos de la alimentación.
Entre los más conocidos se encuentra la la anorexia o la bulimia. Sin querer establecer un criterio de gravedad entre los mismos, ya que cada uno tiene una serie de consecuencias negativas para la persona que lo sufre, la anorexia nerviosa es además un riesgo para la propia vida del joven que la padece.
Muchas son las consecuencias que tienen en el desarrollo del joven, ya sea por una falta de alimentación, o por un exceso de ejercicio. Pero si éste trastorno de la alimentación, que requiere de una intervención especializada, para poderse superar, si además se presenta en personas que sufren otro tipo de trastornos del desarrollo como es el trastorno del espectro autista, esto va a dificultar aún más su tratamiento.
Para la familia, y en especial para los padres, esta situación puede ser doblemente dramática, ya que no sólo tiene que atender a las características especiales que su hijo o hija tiene por el trastorno del espectro autista, sino que se tiene que enfrentar a los cambios que sufre cualquier adolescente, y además la posibilidad de sufrir un trastorno de la alimentación tan grave como es la anorexia, pero ¿Qué consecuencias tendría la coexista la Anorexia junto al Autismo en el joven?


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Anorexia y Adolescencia

Esto es precisamente lo que ha analizado un reciente estudio realizado por la Clínica de Psiquiatría Infantil (Dinamarca), la Universidad de Gothenburg (Suecia), la Universidad de Strathclyde y la Universidad College (Inglaterra), y la Universidad Lund (Suecia) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Molecular Autism.
En el estudio participaron 102 jóvenes, 51 adolescentes que sufren anorexia nerviosa y otros 51 que no lo sufren, que actuará como grupo control. De ellos 32 fueron diagnosticados con trastorno del espectro autista.
Se realizaron tres momentos de evaluación para comprobar la evolución de la anorexia a lo largo del tiempo, registrándose a los 16, 21 y 24 años respectivamente.
Se empleó un instrumento estandarizado de evaluación de síntomas de la anorexia denominado Morgan-Russell scales (MROAS), el cual permite observar cambios gracias al tratamiento.
Los resultados muestran que con el tiempo algunos síntomas van mejorando, sobre todo en cuanto a ingesta de la alimentación, el peso corporal y el patron menstrual. Perdurando la sintomatología en cuanto a los contactos íntimos de pareja y el desarrollo psicosexual.
Con respecto a la comparación entre jóvenes con o sin trastorno del espectro autista, no existen diferencias en cuanto a la mortalidad de los jóvenes en función de la presencia o no de Austismo. Igualmente los síntomas que perduran son más relevantes en el caso de los jovenes que padecen Austismo.

Autismo y Adolescencia

Aunque los resultados son bastante esclarecedores, en cuanto a la relación entre las consecuencias de la presencia de la anorexia en jóvenes con trastornos del espectro autista. Todavía queda por determinar cuáles son los factores que pueden estar detrás de la aparición de esta anorexia.
Muchos autores defienden las teorías sociológicas que explicarían la anorexia, como una consecuencia de la presión grupal, a través de los modelos establecidos, cánones difíciles de alcanzar, pero que están en todos los medios de comunicación como el ideal de belleza.
En el caso de los jóvenes que sufren trastorno del espectro autista, no está claro si ellos perciben la misma presión social sobre esos cánones de belleza, por lo que queda pendiente de realizar nueva investigación para tratar de determinar qué factores en concreto puede afectar a estos jóvenes. Para poder así establecer y diseñar programas de prevención específicos que eviten más sufrimiento tanto a los jóvenes como a sus familiares.
Una de las limitaciones con respecto a los resultados, es en cuanto a la falta de especificación y análisis de los mismos atendiendo al género de los jóvenes.
Desde hace mucho se conoce en la literatura que la anorexia a pesar de no ser exclusiva del género femenino, si se da en un mayor porcentaje en que las chicas. Las teorías explican que ellas son las que más sufren la presión social, y por tanto las que están más expuestas a estos trastornos.
Quedaría pues entre analizar los datos anteriores separándolos por género para poder comprobar si los resultados se mantiene lo mismo en chicos que en chicas.