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  • ¿Cuál es el papel de la psicoterapia en el Párkinson?

    ¿Cuál es el papel de la psicoterapia en el Párkinson?


    Cuando uno piensa en la enfermedad de Párkinson lo suele hacer con respecto a sus consecuencias físicas y motoras en el paciente.

    Consecuencias del Párkinson

    Al tratarse de una enfermedad neurodegenerativas, los simples temblores van a ir dando paso cada vez más a problemas de todo tipo relacionados con el control voluntario de los movimientos lo cual se va a expresar tanto en la forma de andar, hablar y hasta en los movimientos más simples.
    Pero este, quizás sea el signo más evidente de esta enfermedad, aunque no el único, ya que se van a producir también afectaciones a nivel de desempeño cognitivo.
    Unido a todo lo anterior hay que tener en cuenta el gran impacto emocional que supone verse enfermo, sabiendo que en la actualidad todavía no tiene cura, lo que poco a poco le va a ir llevando a mucha menor independencia y calidad de vida.
    Igualmente, en muchas ocasiones el paciente va a ir retirándose de la vida social y de sus amistades, en ocasiones avergonzado por su sintomatología, en otras, para no tener que dar explicaciones sobre su enfermedad.
    Un aislamiento que es muy frecuente y de gran impacto emocional, tanto que existe un alto porcentaje de pacientes con Párkinson que además sufren depresión.
    A pesar de lo anterior, buena parte de la intervención terapéutica se centra, casi en exclusiva en los aspectos físicos y motores del paciente, tratando de que mantenga el mayor tiempo posible su independencia, alargando así su calidad de vida, “olvidando” en ocasiones, los aspectos emocionales del paciente, pero ¿Cuál es el papel de la psicoterapia en el Párkinson?


    Vídeo Recomendado:Radio IMPo Los Años Dorados «La atención a pacientes con Parkinson»

    Intervención ante el Párkinson

    Esto es lo que ha tratado de averiguarse con una investigación desde el Departamento de Neurología y el Centro de Neurociencia Clínica, Facultad de Medicina and Hospital General Universitario, Universidad Charles junto con el Centro de Neurociencias Aplicadas e Imágenes del Cerebro, Instituto Nacional de Salud Mental (República Checa) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Parkinson’s Disease.
    En el estudio participaron 368 pacientes con la enfermedad de Párkinson y a 221 fisioterapeutas que trabajan a diario con este tipo de pacientes.
    Se evaluó a los pacientes con Párkinson con el PADLS (Patients’ Limitations in Activities of Daily Living) para conocer el nivel de afectación de la enfermedad en las distintas funciones de la vida, en seis áreas la marcha, la destreza manual, la estabilidad y el número de caídas, la postura y la condición física general.
    El cuestionario creado ad-hoc evalúa el conocimiento sobre la enfermedad de Párkinson, el tratamiento recibido, y detalles sobre la terapia recibida.
    Los resultados informan que únicamente el 28% de los pacientes con Párkinson recibieron la prescripción para recibir psicoterapia complementaria a la terapia física, de los cuales el nivel de satisfacción con la intervención psicoterapéutica es de un 79% en los últimos 3 meses.


    Psicoterapia ante el Párkinson

    Entre las limitaciones del estudio comentar que se trata de una población muy específica la checa, en donde la cobertura de su sistema de salud para los pacientes con enfermedad de Párkinson incluye la intervención psicoterapéutica, aspecto que no es así en todos los países.
    No se informa sobre el número de mujeres del estudio, ni de la edad de los pacientes, o de otros aspectos socioeconómicos, imprescindible para comprender si los resultados se matizan en función de alguna de estas variables individuales.
    Igualmente no se ofrecen detalles con respecto al tipo de psicoterapia, tipo de aplicación (individual o colectiva), número de sesiones semanales, duración,…
    Los resultados, a pesar de las limitaciones ofrece información significativa sobre los beneficios de la aplicación de la psicoterapia, a destacar el escaso número de prescripciones para recibir psicoterapia, de ahí la necesidad de dar a conocer los beneficios para los pacientes y familiares de la inclusión de este abordaje terapéutico, como complemento necesario a la terapia física.

  • ¿Existe relación entre Síndrome de Pisa y el Párkinson?

    ¿Existe relación entre Síndrome de Pisa y el Párkinson?

    En ocasiones las enfermedades, trastornos o síndromes son desconocidos incluso para los profesionales, este es el caso del denominado síndrome de Pisa.

    El síndrome de Pisa se define como una desviación lateral del cuerpo de al menos diez grados.

    Síndrome de Pisa

    A pesar de lo que se pueda pensar, tanto los profesionales como las personas ajenas a las ciencias de la salud, tienen cierto conocimiento sobre las patologías y psicopatologías más frecuentes, pero además existe todo un abanico de enfermedades, trastornos y síndromes que son desconocidos ya sea por su escaso nivel de incidencia o porque no recibe la suficiente atención de los medios de comunicación.
    Es por ello que existen los manuales de consulta como el Vademécum en el caso de los médicos y los manuales de diagnóstico, como el CIE-10 o el DSM-V en el caso de los psicólogos y psiquiatras.

    A estos se suele acudir cuando un caso no es todo lo suficientemente claro como debiera, existen síntomas que no pertenecen al cuadro clínico que se tiene, o porque no se puede establecer un diagnóstico que conforme todos los síntomas observados.
    Pero son tantas las clasificaciones en categorías y subcategorías, sobre síntomas y síndromes, trastornos y enfermedades, que se requiere de cierta especialización para poder dar una mejor atención. Así los profesionales se especializan por edades, por ejemplo, en los trastornos del desarrollo en la infancia, o por grupos de enfermedades que comparten algunos elementos en común, como por ejemplo las enfermedades neurodegenerativas.
    A pesar de todo lo anterior, los profesionales de la salud deben actualizarse periódicamente para conocer las “nuevas enfermedades” o aquellas que han cambiado su incidencia en la población y que ahora son más comunes, o que se presentan en conjunto con otras enfermedades o trastornos, pero ¿Existe relación entre Síndrome de Pisa y la Enfermedad de Párkinson?


    https://youtu.be/6meLRqOgvDw

    Enfermedad de Párkinson

    Esto es precisamente lo que trata de explorarse desde el Hospital “Moriggia-Pelascini”, el Instituto de Ciencias de Pavia, el Instituto de Ciencias de Montescano (Italia) y la Universidad de Tel-Aviv (Israel), cuyos resultados han sido recientemente publicados en la revista científica Parkinson’s Disease.
    El Síndrome de Pisa se define como una torsión sostenida del tronco de al menos 10 grados, que se puede observar tanto mientras se permanece sentado o de pie, pero que desaparece en cuanto la persona se acuesta.
    En el estudio 74 pacientes diagnosticados con la enfermedad de Párkinson, a los cuales se les tomaron medidas electromiográficas (E.M.G.), para comprobar el nivel de desviación de la persona, para ello se realizaron en distintas posturas, incluido mientras permanecían acostados. Se evaluaron en tres momentos diferentes, en reposo, contraídos hacia la posición natural de los músculos y contraídos al lado contrario al natural.
    Se observó que en el 78% de los pacientes se mostraban diferencias significativas en cuanto a la desviación muscular, especialmente sensible para ello el músculo oblicuo externo del abdomen, que fue el que más información proporcionó de todos los evaluados.

    Relación entre Síndrome de Pisa y el Párkinson

    Hay que tener en cuenta que tal y como informan los autores, se trata de una primera aproximación para la determinación de un método válido para detectar la presencia del Síndrome de Pisa en pacientes con la enfermedad de Párkinson, por lo que se requiere de nueva investigación al respecto para poder así establecer un procedimiento de diagnóstico más efectivo
    El estudio no informa sobre las características sociodemográficas de los pacientes de la enfermedad de Párkinson, ni su edad, ni su género,… aspectos fundamentales si se quiere extrapolar los resultados a otras poblaciones.
    A pesar de lo anterior, el uso de la electromiografía, técnica muy simple y extendida en la práctica médica, hace que el diagnóstico del Síndrome de Pisa sea más sencillo y eficaz sobre todo si se realiza la evaluación sobre el músculo oblicuo externo del abdomen.
    Hay que tener en cuenta, que como en cualquier otro caso, el padecer dos patologías al mismo tiempo, en este caso la enfermedad de Párkinson y el Síndrome de Pisa no hace sino empeorar el pronóstico de la persona, dificultando su recuperación. Además, el infra diagnóstico del Síndrome de Pisa sólo sirve para ocultar síntomas que van a estar presente, interfiriendo con la calidad de vida del paciente con enfermedad de Párkinson, mientras no reciba el tratamiento oportuno.
    A este respecto, todavía falta de conocer cómo se ha de tratar el Síndrome de Pisa, y si este va a conllevar algún tipo de contraindicación o no con el recibido para la enfermedad de Párkinson.

  • ¿Qué consecuencias tiene el Síndrome de las Piernas Inquietas?

    ¿Qué consecuencias tiene el Síndrome de las Piernas Inquietas?

    Un estudio realizado desde el Hospital Baylor-Scott and White en conjunto con el Hospital Presbiteriano de Texas (EE.UU.) desentraña las consecuencias en la calidad de vida del Síndrome de las Piernas Inquietas.
    La sintomatología similar, como es en el caso de los temblores, puede hacer sospechar que sea debido a la enfermedad de Párkinson, pero no es el único trastorno neurológico que conlleva estos problemas.

    https://soundcloud.com/juanmoises/que-consecuencias-tiene-el-sindrome-de-las-piernas-inquietas

    Síndrome de las Piernas Inquietas

    La calidad de vida de la persona se define basándose en muchas características, ya sea a nivel económico, social o de desarrollo personal. Sólo hay que recordar la Pirámide de Necesidades de Maslow para recordar que existe una gran variedad de «necesidades» que atender para estar satisfechos.
    El problema es que todo ello se ve truncado cuando surge una enfermedad, pero si esta es de tipo neurodegenerativo, las consecuencias son aún más graves.
    Quizás el más conocido es la enfermedad de Párkinson, cuyas consecuencias va poco a poco abarcando y afectando a todos los campos de la persona, impidiéndole llevar una vida «normal» en detrimento de su calidad de vida, hasta que en las fases más avanzadas de la enfermedad se puede convertir en dependiente de otra persona para las acciones más simples como vestirse o comer.

    Este es el caso del síndrome de las piernas inquietas, también conocido como enfermedad de Willis-Ekbom, el cual no es tan conocido como el caso de la enfermedad de Párkinson, pero que igualmente se trata de un trastorno neurológico, por el cual la persona que lo padece siente incomodidades y hasta calambres en las piernas, lo que hace que tenga que mover estas, pero ¿Qué consecuencias tiene el Síndrome de las Piernas Inquietas?



    Enfermedad de Párkinson

    Esto es lo que se ha tratado de averiguar desde el Hospital Baylor-Scott and White en conjunto con el Hospital Presbiteriano de Texas (EE.UU.) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Journal of Parkinsonism and Restless Legs Syndrome.
    En el estudio participaron ciento diez mujeres; treinta y seis pacientes diagnosticadas con el síndrome de las piernas inquietas, siguiendo los criterios diagnósticos del International RLS Syndrome Study Group; treinta y dos de ellas tenían la enfermedad de Párkinson; y cuarenta y dos mujeres sin ninguna de las patologías anteriores, como grupo control.
    A todas ellas se les entrevistaron mediante non-motor symptoms assessment scale for PD (NMSPD) para conocer la gravedad de la sintomatología motora que sufrían; el Beck Depression Inventory II scale, para determinar si había presencia o no de síntomas depresivos; el Epworth Sleep Scale, para conocer la incidencia sobre el sueño; y el Montreal Cognitive Assessment scale para comprobar si se veían afectadas otras habilidades cognitivas.
    Toda esta información se complementó con entrevistas a cuidadores y familiares, así como con los datos sociodemográficos y el historial médico de cada paciente.
    Los resultados indican que se producen cambios de humor y alteraciones del sueño entre 5 y 10 años antes de ser diagnosticado el síndrome de piernas inquietas.
    Las alteraciones de la salud provocadas por este síndrome van a tener asociada una mayor presencia de hipertensión, artritis, dolor crónico, y diabetes.
    Estos resultados empeoraban cuando se producía la presencia conjunta del síndrome de piernas inquietas y la enfermedad de Párkinson en el mismo paciente.
    Retrasándose la edad de inicio del síndrome de piernas inquietas en aquellos pacientes que con posterioridad van a desarrollar la enfermedad de Párkinson.

    Síndrome de las Piernas Inquietas y Enfermedad de Párkinson

    Hay que tener en cuenta que los resultados han sido obtenidos sólo de población femenina, luego sus resultados no pueden ser extrapolables a los hombres hasta que no se lleve a cabo investigación al respecto.
    Igualmente no se ha incorporado ninguna separación de la población en función de la edad, no permitiendo conocer si las relaciones significativas anteriores varían en función de la edad, reforzándolas o haciéndolas más débiles.

    A pesar de las limitaciones comentadas con anterioridad, destacar la grave incidencia de este síndrome, a pesar de que no es tan conocido como la enfermedad de Párkinson. Consecuencias que van más allá de las molestias propias del síndrome, si no que abarcan a muchos ámbitos, tanto de tipo cognitivo, como médico.
    El conocimiento al respecto debe de ayudar, primeramente a crear conciencia sobre esta problemática y sus importantes consecuencias. Igualmente hay que establecer planes de atención multidisciplinar, para atender a cada una de las áreas afectadas, para así mantener el mayor tiempo posible la independencia de la persona y su calidad de vida.

  • ¿Se pueden superar los problemas de sueño del Parkinson?

    ¿Se pueden superar los problemas de sueño del Parkinson?

    Uno de los problemas relacionados con el Párkinson son los síntomatología no relacionado con los de la movilidad como es el problema del sueño.

    Parkinson y Sueño

    Los problemas de movilidad aumentan a medida que avanza el Parkinson, que al tratarse de una enfermedad neurológica negativa trae como consecuencia un incremento de las dificultades que ha de padecer el paciente, que va reduciendo progresivamente su independencia.

    Aunque los síntomas más evidentes de la enfermedad de Parkinson son precisamente los temblores, existen otros no relacionados con los movimientos como es el problema del sueño, con una prevalencia que afecta entre un 40 a 90% de los que padecen esta enfermedad ya sea con insomnio, exceso de somnolencia diurna, apnea del sueño, o problemas durante el mismo.
    Para aquellas personas que no sufren este tipo de problemas, no suelen llegar a entender lo invalidante que resulta no recuperarse, descansar, y poder iniciar un nuevo día.

    Una de las dificultades que tienen los pacientes con la enfermedad de Parkinson es que cuando se muestran los problemas del sueño estos no se pueden tratar adecuadamente, ya que tal y como se ha salvado la medicación que se suele emplear para tratar el sueño, suele ser incompatibles con la que se recibe por el tratamiento de la propia enfermedad del Parkinson.
    Igualmente algunos ejercicios indicados para estos pacientes, no resultan todo lo prometedores que se esperaría, manteniendo así las dificultades del sueño, y los problemas que eso conlleva a cualquier persona, pero ahora agravado por la enfermedad de Parkinson, pero ¿Se pueden superar los problemas de sueño del Parkinson?


    K-88RA2SoF8 https://youtu.be/K-88RA2SoF8

    Párkinson y Sueño

    Esto es precisamente lo que se ha estado de averiguar conjuntamente desde por el hospital de “S.Isidoro”, la Fundación S. Maugeri IRCCS, el Hospital “Le Terrazze”, el Hospital Moriggia Pelascini, el Insituto Clínico de Perfeccionamiento (Italia) y el Instituto de rehabilitación JFK Johnson, el Centro de Desórdenes de Movimiento NYU, y la Universidad de la ciudad de Nueva York (EE.UU.), cuyos resultados acaban de publicarse en la revista científica Journal of Clinical Movement Disorders.
    En el estudio participaron 138 pacientes, 77 mujeres y 61 hombres, con una edad media de 69 años. Se separaron en dos grupos a los participantes, el primero con 89 pacientes, que recibió conjuntamente tratamiento farmacológico y entrenamiento físico, y el otro, con 49 participantes, que únicamente recibió tratamiento farmacológico.
    A todos se les examinó para comprobar su diagnóstico, a través de pruebas estandarizadas la escala de sintomatología de Párkinson denominada Hoehn-Yahr y el Mini-Mental State.
    Después de 28 días se volvieron a examinar a todos los participantes para comprobar si se producen efectos diferenciales entre los dos grupos, empleando en esta ocasión la escala estandarizada denominada Unified Parkinson’s Disease Rating Scale (UPDRS).
    Los resultados muestran mejoras significativas en el tratamiento conjunto entre farmacológico y ejercicios diseñados al efecto, produciéndose un decremento de los problemas de sueño, en cambio no se encontraron diferencias en el grupo control que solo recibieron tratamiento farmacológico para tratar los problemas de sueño asociados.

    Mejorar Sueño del Párkinson

    Entre las limitaciones del estudio está el no tener un tercer grupo de investigación, que reciban exclusivamente el entrenamiento, para comprobar si se producen o no efectos positivos deseados.
    Igualmente el realizar una única evaluación a los 28 días, no garantiza que los efectos positivos en la mejora de los problemas del sueño se mantengan a lo largo del tiempo, por lo que se requeriría de una o dos posteriores evaluaciones, para ver si se mantienen en el tiempo.

    Igualmente falta establecer distintas fases de la enfermedad de Párkinson, para comprobar en qué momento es más o menos efectivo este tratamiento conjunto.
    También hay que diseñar nuevas investigaciones con las que aumentar el número de pacientes analizados, con lo que poder llegar a una conclusión definitiva al respecto.


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  • ¿Se puede diagnosticar la enfermedad del Párkinson por la piel?

    ¿Se puede diagnosticar la enfermedad del Párkinson por la piel?

    Una de las mayores dificultades a la hora de diagnosticar el Párkinson es distinguirlo de otras patologías que muestran síntomas positivos similares.

    Diagnósticar Párkinson

    Cuando uno piensa en las implicaciones de una enfermedad como el Parkinson rápidamente recordamos esos movimientos involuntarios de manos o brazos, o esas dificultades a la hora de andar por realizar algunas labores manuales.
    Se suele generalizar estos síntomas con respecto a la enfermedad de Parkinson, pero cuando se trabaja en el área clínica hay que saber distinguir esta enfermedad de otras con sintomatología diferente.

    Ya que no sólo va a poder llegar a tener un diagnóstico diferente, sino incluso el tratamiento que ha de seguir el paciente puede ser totalmente distinto y contraindicado a otros padecimientos.
    Por lo tanto la sintomatología tanto activa, es decir aquella que se puede ver y medir con una capacidad, aquella que no está presente pero que si debía producirse, es suficiente indicativo para una primera aproximación, pero en algunos casos no es todo lo determinante que se requiere.

    Otros trastornos negros degenerativos, o de otro tipo como el producido por accidentes cerebrovasculares, o por la intoxicación de algunas sustancias, también producen temblores en las extremidades, o dificultades en el andar.
    Es por ello que se requiere de nuevas técnicas que faciliten el diagnóstico y con ello poder establecer un tratamiento adecuado a cada caso, pero ¿Se puede diagnosticar la enfermedad del Párkinson en función de la piel?


    fHpTMUwwbuA https://youtu.be/fHpTMUwwbuA

    Diagnóstico diferencial de Párkinson

    Esto es precisamente lo que está tratando de averiguar conjuntamente desde la Faculta de Medicina de la Universidad de Hirosaki, el Hospital Ohta Nishinouchi y el Hospital Central de la Preceptura Aomori (Japón) cuyos resultados han sido recientemente publicados en la revista científica Parkinson’s Disease.
    En este estudio participaron 51 pacientes, de los cuales 26 estaban diagnosticados con la enfermedad de Parkinson (23 mujeres y 15 hombres, con una edad media próxima a los 65 años) mientras que otros 13 de similares características socio demográficas sufrían atrofias musculares no debidas al Parkinson.
    En los pacientes con Parkinson a pesar de ya tener el diagnóstico fueron vueltos a evaluar con un test estandarizado denominado Unified Parkinson’s Disease Rating Scale (UPDRS) para comprobar su destreza motora.
    A todos ellos se les extrajo una muestra de piel para tratar de comprobar si es posible determinar a qué grupo pertenecía cada uno simplemente observando dicha muestra.
    Dos son las técnicas empleadas para determinar si existen evidencias en cuanto a la piel para el diagnóstico diferencial del Parkinson.
    La doble inmunofluorescencia, método que revela depósitos anormales de α-sinucleína en las fibras nerviosas de los pacientes, no permitió realizar la distinción correctamente. Esta proteína sináptica se encuentra en la demencia de los cuerpos de Lewy y en el Párkinson.
    El análisis microscópico intraepidermal para la densidad de las fibras nerviosas mostraron resultados significativamente diferentes entre la enfermedad de Parkinson y el grupo control que mostraba sintomatología motora no asociada al Parkinson.
    Por lo tanto los autores descartan la primera técnica como válida para el diagnóstico diferencial, mientras recomiendan la segunda para poder realizar esta labor tan importante.

    Diagnósticar la enfermedad de Párkinson

    Aunque los resultados son claros en cuanto al objetivo de distinguir entre distintas patologías, el uso exclusivo de un grupo control con sintomatología dispersa, impide realizar un análisis más fino entre cada uno de las otras patologías que pueden conllevar síntomas motores.
    Igualmente indicar que se trata de un estudio con un número poblacional bastante limitado, por lo que habrá que realizar nuevas investigaciones en donde se incluya un mayor número de pacientes para poder dar por válida estas conclusiones.
    Por último señalar que el padecimiento de los pacientes que han pertenecido al grupo de Parkinson llegaban como media casi seis años padeciendo dicha enfermedad, mientras que los del grupo control, con sintomatología parecida, únicamente llegaban tres años padeciéndolo.

    Un elemento que puede estar jugando en contra de los resultados mostrados ya que el diagnóstico puede estar basado no tanto en elementos diferenciales, como en el tiempo en que la enfermedad está haciendo mella en la salud. Es por lo que se recomienda que nuevas investigaciones se empleen grupos de controles más precisos y homogéneos.
    A pesar de todo lo anterior, sin duda es un gran avance, que con un simple análisis de piel, una biopsia, se pueda pensar en establecer un diagnóstico diferencial.
    Todo ello, por supuesto, complementado con los resultados de las pruebas neuropsicológicas por las que ha de pasar el paciente antes de obtener el diagnóstico de la enfermedad del Parkinson.

  • ¿Es efectivo el tratamiento de Párkinson mediante el Tai Chi?

    ¿Es efectivo el tratamiento de Párkinson mediante el Tai Chi?

    Un reciente informe científico trata de comprobar los efectos beneficiosos de la práctica del Tai Chi en pacientes con Párkinson.

    Tai Chi

    El Tai Chi es una práctica milenaria que se puede practicar de forma individual o en grupo, donde se realizan ejercicios establecidos considerado como una meditación en movimiento.
    Muchos han sido los beneficios que se han atribuido a este arte marcial milenario sobre todo los relacionados con la relajación y el control interno, indicado para el tratamiento complementario de patologías como el dolor crónico, la ansiedad, la artritis o la depresión.
    El control de la respiración, la focalización en los movimientos y la práctica al aire libre parecen estar detrás de estos beneficios, a lo cual se le suma la flexibilidad y destreza motora que se va adquiriendo con la práctica y la repetición de los movimientos.
    En algunas culturas orientales su práctica es habitual desde jóvenes, lo que facilita que sus efectos beneficiosos se extiendan a lo largo de toda la vida, sirviendo como preventivo de algunas patologías, sobre todo aquellas relacionadas con el sedentarismo y la hipertensión.
    Pero cuando alguien piensa en una enfermedad neurodegenrativa como es el Párkinson, no suele hacerlo en ejercicios como los del Tai Chi, si no en la búsqueda de un tratamiento farmacológico que detenga el avance de la enfermedad y con ello proporcione más tiempo o que por lo menos pueda ofrecer una mejor calidad de vida a los pacientes.
    La pérdida progresiva del control de la motricidad final y gruesa suelen ser los síntomas más evidentes de esta enfermedad, que se expresa con temblores, así como con dificultad para realizar actividades tan simples como la de llevarse la cuchara a la boca para comer, por lo que se produce un progresivo deterioro que mengua su independencia, requiriendo de una mayor asistencia de un familiar o profesional, preocupado más por suplir las carencias que por buscar cómo mejorar su control sobre la motricidad, pero ¿Es efecto el tratamiento de Párkinson mediante el Tai Chi?



    Parkinson

    Esto es precisamente lo que trata de averiguarse desde el Centro Médico Overlook (EE.UU.) cuyos resultados han sido recientemente publicados en la revista científica Advances in Parkinson’s Disease.
    En el estudio participaron 44 pacientes diagnosticados con Párkinson, a la mitad de los cuales se les entrenó en la práctica del Tai Chi, mientras que al resto no se les entrenó.
    A los que aprendieron Tai Chi, siguieron un entrenamiento de 16 clases semanales de una hora cada sesión.
    A todos los participantes se les adminitraron pruebas estandarizadas para evaluar su desempeño motor a través de Unified Parkinson’s Disease Rating Scale (UPDRS), la calidad de vida del paciente mediante PD Questionnaire-39 (PDQ-39), igualmente para comprobar su estado de ánimo se administró el Geriatric Depression Scale (GDS).
    Los resultados a pesar de mostrar beneficios entre los que recibieron el entrenamiento en Tai Chi, no fue suficientemente significativo, sobre todo en cuanto a mejora del estado de ánimo.

    Ejercicio parkinson

    A pesar de los resultados positivos hay que tener en cuenta que se trata de un número pequeño de participantes, por lo que se requiere de mayor investigación antes de poder dar por establecida esta relación beneficiosa.
    Una de las limitaciones del estudio es en cuanto a que no informa, por que no ha sido evaluado, en qué fase de la enfermedad se encuentra, normalmente clasificado en cinco etapas, a cada cual más incapacitante, ya que no es lo mismo encontrar beneficios entre los pacientes de las primeras etapas que entre los de las últimas.
    Tampoco se especifica en el estudio el tiempo de duración del entrenamiento, ya que si los pacientes siguen su practica durante un tiempo considerable, unos meses e incluso años, es posible que sí resulten significativos los efectos positivos apuntados por los estudios anteriores, sobre todo en cuanto al estado de ánimo, como en el caso de la depresión. Algo que por otra parte es muy importante debido a la alta incidencia de depresiones entre los pacientes que sufren la enfermedad de Prákinson, que agravada aún más la situación, pues ahora el paciente se debe enfrentar a dos enfermedades por superar.
    Igualmente sería conveniente comprobar si en aquellos países donde existe una práctica habitual del Tai Chi, el porcentaje de la población afectada por la enfermedad de Párkinson es menor, lo que daría cuenta de unas propiedades preventivas beneficiosas, y aun manteniendo la misma tasa de incidencia, si la edad de inicio es superior a la media, informaría de un beneficio en cuanto al retraso en la aparición de la enfermedad.

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