Etiqueta: depresión

  • ¿Sabes que controlando tu peso mejoras la depresión?

    ¿Sabes que controlando tu peso mejoras la depresión?


    La depresión tiene entre otros síntomas una variación del peso facilitando que se adquieran kilos, ¿pero qué pasaría si bajar ayuda a superar la depresión?

    Síntomas de la Depresión

    La depresión, técnicamente denominado Trastorno de la Depresión Mayor, es un trastorno del estado de ánimo que tiene importantes consecuencias sobre la forma de ser, pensar y actuar de la persona; caracterizado por sentimientos de culpa, desesperanza, inutilidad, pensamientos; además de un incremento de la sensibilidad al dolor, con malestar persistente, con problemas digestivos, y de sueño, además de fatiga, irritabilidad e inquietud.
    El desánimo generalizado que acompaña a la depresión, unido a la pérdida de de interés por aquello que antes le producía placer (anhedonía), hace que la persona se vaya poco a poco «abandonando», tanto en aspectos de higiene personal como de alimentación, incrementando las comidas calóricas y el consumo de alcohol, esto va a tener un efecto directo en el cambio de peso, que además si se acompaña de «atracones» como forma de «rellenar» la vida, va a dar como consecuencia un incremento del peso, que con el tiempo puede llevar a la obesidad. Aunque la depresión puede también provocar el efecto contrario, es decir, la «mala» alimentación puede llevar como consecuencia una pérdida de peso; además la pérdida de sueño y con tanto, estar más horas del día despierto que caracteriza a las personas con depresión, ha sido relacionado con una de la explicaciones por las que se reduce el peso, ya que mientras se está en activo se consume más calorías. Faltando todavía una teoría explicativa que de cuenta de porqué a unas personas la depresión le engorda mientras que a otras le adelgaza.
    Desde hace años se tiene constancia de una estrecha relación entre la depresión y la obesidad, encontrándose un mayor número de casos obesas que sufren de depresión, e igualmente, las personas que sufren depresión tienen un mayor porcentaje de obesidad, aunque todavía no se tiene claro qué es el detonante de cuál, es decir, si es la depresión quien origina la obesidad o viceversa.
    Las personas obesas suelen estar más expuestas a las burlas de los demás, sobre todo cuando se produce a edades tempranas, especialmente sensible en la preadolescencia, en que la opinión y valoración de los otros es fundamental. Un sentimiento de rechazo o de hacer el ridículo puede ser el detonante para mirar la autoestima del joven, lo que le puede conducirle al aislamiento y a evitar las relaciones sociales, a la vez que se «encierra» en la comida como modo de «rellenar» el cariño que le falta, pero ¿Cuál es el efecto de la intervención en la obesidad sobre la depresión?


    https://youtu.be/jg1ciC8a7Zk

    Depresión y Obesidad

    Esto es precisamente lo que se ha tratado de responder con una investigación realizada desde el Departamento de Psicología, Facultad de Humanidades, Universidad de Bond; la Universidad Mullumbimby (Australia) y la Fundación de Medicina Epigenética (EE.UU.) cuyos resultados han sido publicados en el 2013.
    En el estudio participaron 96 adultos que tienen obesidad, donde la mitad se les administró un tratamiento E.F.E. (técnica de liberación emocional en sus siglas inglesas) mientras que a los otros no se les hizo nada. El tratamiento que duró cuatro semanas, se intervenía sobre la obesidad, aunque se realizó una evaluación antes y después de los síntomas de la Depresión, para comprobar si afectaba y en qué medida.
    Además el estudio cuenta con un seguimiento de 12 meses en donde se observó cómo las mejoras sobre la depresión se habían mantenido durante éste tiempo; por lo cual se puede afirmar sobre los efectos positivos tanto sobre la obesidad como sobre la depresión.
    Todo lo cual hace replantearse la forma de abordar el tratamiento de la Depresión Mayor, pues, como ya se vio en un artículo publicado con título ¿Cuál es la relación entre el insomnio y la depresión?, en donde se encuentra que una intervención psicoterapéutica sobre el insomnio es suficiente para facilitar superar la Depresión; mismo resultado que el que se encuentra interviniendo sobre la obesidad, y en ambos estudios sin necesidad de una intervención farmacológica que suele ser la primera opción terapéutica «tradicional».
    Aún quedan estudios sobre los restantes síntomas de la depresión, si se encuentran los mismos efectos, es decir, que una intervención psicoterapéutica sobre estos síntomas consiguen hacer superar la Depresión, entonces sería ésta la vía terapéutica a utilizar ya que es «menos agresiva».

  • ¿Cuál es la relación entre el insomnio y la depresión?

    ¿Cuál es la relación entre el insomnio y la depresión?


    Un reciente informe pone en tela de juicio los efectos de los medicamentos en favor de la terapia contra el insomnio como forma de superar la depresión.

    Efectos de la depresión

    Entre los muchos efectos del trastorno por depresión mayor está la agitación, irritabilidad, fatiga, pérdida de interés por lo que antes le agradaba, sentimiento de desesperanza y dificultad para concentrarse, además de la alteración del sueño, que puede afectar tanto por exceso como por defecto.
    Siendo la depresión es el trastorno mental más común en Estados Unidos, de los cuales, más de la mitad muestran un defecto en la cantidad del sueño, denominado Insomnio, siendo éste definido por dificultad para conciliar el sueño, para permanecer dormido, o despertándose demasiado temprano, teniendo una reducción importante en cuanto a cantidad y calidad del sueño, ya que no es un sueño reparador.
    Lo que a su vez va a traer como consecuencias un aumento de irritabilidad, y cansancio, unido a una mayor «sensibilidad» hacia las infecciones, ya que el sistema inmune que se sobreactiva durante la noche, cuando el cuerpo está relajado y descansando; en cambio cuando no se concilia el sueño, el sistema inmune y el proceso de regeneración celular se ve interferido y perjudicado.
    El tratamiento del trastorno por depresión mayor incluye antidepresivos, el cual ha ido evolucionando para reducir el tiempo de tratamiento a la vez que aumenta su eficacia, además es recomendable seguir de psicoterapia, igualmente en algunos casos se utiliza terapia electroconvulsiva o fototerapia, aunque estos últimos están todavía aceptados por todas los terapeutas.



    Síntomas de la depresión

    Todos los síntomas asociados al trastorno de la Depresión Mayor, comentados inicialmente van a ir desapareciendo a medida que se va superando este trastorno, recuperando los niveles basales de sueño, además de los restantes síntomas como fatiga, irritabilidad y recuperación del peso inicial.
    Pero desde algunas universidades, varios grupos de investigación se han planteado si el insomnio es sólo un síntoma de la depresión o un trastorno por sí mismo que puede ser tratado de forma independiente y por tanto debe de aplicarse técnicas farmacológicas y terapéuticas específicas para el insomnio. Así se recomienda el tratamiento recetado con antihistamínicos, sedantes y antidepresivos, todo ello en bajo la supervisión del profesional de la salud y a dosis bajas, con los que evitar los problemas de tolerancia y dependencia.
    Al respecto un reciente estudio presentado en el National Institute of Mental Health informa de la interdependencia de ambos trastornos, considerándolos con entidad propia y que requieren tratamiento específico, a pesar de lo cual, la recuperación de uno de ellos va a repercutir en la recuperación de la otra. Algo que ya había sido recogido en la literatura, desde el tratamiento de la depresión, donde su mejora permite tener un nivel normal de sueño y con ello se supera el insomnio.
    El nuevo estudio realizado por la Universidad de Ryerson (Canadá) incorporado en el informe anteriormente indicado, plantea el efecto contrario en la relación de ésta dualidad depresión-insomnio, así mediante han desarrollado varios estudios, todavía con un numero reducido de pacientes, han comprobado cómo tratando el insomnio, los pacientes se recuperan de la depresión.
    Algo sorprendente, si se considera al insomnio como un mero síntoma de la depresión, pero que llega a ser «comprensible» si se consideran que tienen entidad independientes, pero interrelacionado entre sí, de ahí que se pueda encontrar dicho efecto, pero lo más sorprendente de éste grupo de investigación ha sido cuando han comparado la eficacia de dos tratamientos del insomnio, uno a base de farmacológico y otro empleando placebo, en ambos casos, apoyado por terapia psicológica.
    Los efectos encontrados son cuanto menos polémicos, ya que no sólo se consiguió la recuperación de los pacientes con insomnio independientemente del uso o no de medicamentos, sino que también, en casi el noventa por ciento de los participantes se recuperaron de la depresión.
    Un resultado que en ningún caso era esperable, ya que se estaría «curando» la depresión sin necesidad de medicamento ni intervención terapéutica específica ninguna, simplemente actuando mediante psicoterapia para tratar el insomnio.

  • ¿Cómo superar la pérdida de un padre o una madre?

    ¿Cómo superar la pérdida de un padre o una madre?

    Normalmente cuando se habla e dolor se piensa en el dolor “físico”, es decir, aquel que tiene una causa externa, percibida a través de los sentidos, y transmitida al cerebro para su procesamiento, pero existe otro dolor, de origen psicológico, denominado duelo.

    Ante la pérdida del Padre

    El duelo, que experimenta una persona cuando pierde a alguien o algo querido, cuanto mayor sea la proximidad física y emocional hacia esa persona, o la estima que se le tiene a ese objeto, mayor efecto tendrá sobre sus emociones. Es cierto, que “no se puede comparar” la pérdida de un familiar, con la de un perro, o la de un juguete que se tenía desde pequeño, pero la vivencia psicológica puede ser igual de intensa en los tres casos, ya que depende del cariño que se le tuviese.
    El “dolor” que se siente es tan profundo que puede llegar a ser incapacitante, lo que además va a ir acompañado de un estado de ánimo decaído, con pérdida de interés por las actividades que antes le resultaban “placenteras”, buscando el aislamiento y el distanciamiento de los demás, especialmente de aquellos que “le recuerden” la pérdida, llegando en ocasiones a querer cambiar de lugar de vivir para evitar encontrarse con “sus recuerdos”.
    Quizás los “dolores” más intensos para los hijos, provenga de la pérdida de sus progenitores, especialmente de la madre, ya que es sobre dicha figura donde recaen las tareas de atención, protección, alimentación y cuidado, además de ser la primera figura de apego.


    Vídeo recomendado: Programa Hoy – Pasos practicos para superar un duelo

    Ante la pérdida de la Madre

    Para lograr superar el “tránsito” del duelo, hay que ir pasando por una serie de etapas, que van a conducir al “superviviente” a aceptar su “nueva condición”, sabiendo que esa persona querida que ha pasado por su vida, nunca dejará de estar presente de una forma u otra. Según Kübler-Ross se ha de pasar cinco etapas: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
    Incluso aunque llegue un “sustituto”, un padrastro o madrastra, eso no va a hacer olvidar el dolor sentido por la pérdida, aunque sí lo mitiga en la medida que “rellena” parte del el vacío afectivo que dejó la “separación”, lo que va a permitir a la persona “descargarse” de los pensamientos recurrentes que suele acompañar al duelo, tales como “Si lo hubiese sabido….”, “Si en vez de…”, “Si le hubiese dedicado más tiempo…”; pensamientos que pueden generar “falsos” sentimientos de culpa, en el que la persona puede llegar a “caer”, atribuyéndose la responsabilidad de unos hechos, que en la mayoría de los casos son imprevistos y alejados a su control.
    En todas las sociedades se establecen determinados rituales en torno al difunto, que no hacen si no servir como manifestación pública de dolor, lo que a la larga va a ayudar a los “supervivientes”, ya que han tenido la oportunidad de comunicar sus sentimientos, y de que los demás le den muestras de apoyo y cariño, todo lo cual va a facilitar el “transito” que implica también un cambio de rol, donde el cónyuge se convierte en viudo/a, y el hijo/a en huérfano.
    Participar en dichos ritos hace que el menor sienta que está «actuándo», haciendo algo, para «honrar la memoria» de su progenitor fallecido, y que además cuenta con el apoyo de familiares y amigos que le acompañan, lo que le ayuda a asumir la «pérdida» y a hacerse conciente de ello.
    A cada edad se le tiene que ayudar al menor a asumir la noticia, aunque en el caso de los más pequeños todavía no tienen incorporado la noción de «muerte» como algo permanente, siempre hay que decirles la verdad, pero de forma que puedan entenderlo.


    Ante la pérdida de los padres

    Aunque el tiempo parece jugar un papel importante como «catalizador» produciendo efectos «sanadores» al distanciar a la persona del suceso doloroso, se han desarrollado una serie de técnicas que buscan ayudar a superar la situación; para ello, los centro educativos suelen contar con un counseling u orientador escolar, el cual emplea técnicas de juego para expresar los sentimientos del menor, así como para ayudarle mediante «metáformas» a comprender la nueva situación en su vida, facilitando así el «tránsito» del duelo, haciendo que éste no deje «secuelas» en la vida adulta.
    Al menos así lo afirma un reciente estudio realizado conjuntamente por Georgia Southern University y University of Alabama publicado recientemente Professional School Counseling, en donde diseñan un plan de intervención del duelo en la escuela, buscando que dentro de su «ambiente natural» de la escuela encuentren el apoyo y la ayuda necesaria en estos momentos difíciles.

  • La relación entre el estrés y la PNIE: La salud a juego

    La relación entre el estrés y la PNIE: La salud a juego


    Cada día se descubren nuevos efectos nocivos del estrés crónico. Descubre qué consecuencias tiene sobre tu salud, que puede facilitar la metástasis.

    La relación Mente y Cuerpo

    La relación entre el mundo psíquico y la salud, es de doble vía, es decir, las conexiones entre los sistemas permiten explicar, que si estamos físicamente enfermos, esto nos va a afectar en nuestra forma de pensar y actuar, usando para ello el mismo sistema PsicoNeuroInmunoEndocrino (PNIE). Por lo que es posible afirmar que cualquier alteración en alguno de los sistemas que componen el PNIE va a extenderse como un resorte al resto de los sistemas.
    Un caso prototipo de ello lo encontramos en el estrés; éste, es definido como una reacción natural de defensa del organismo para afrontar una situación en que se requiere una importante demanda. Éstas situaciones denominados estresores o factores estresantes pueden provenir tanto desde el exterior como del interior.

    Los estresores externos, que hacen referencia a elementos individuales como estimulación intensa de luz o sonido; o a situaciones en las que la persona tiene que dar una respuesta lo más rápido y acertada posible, por ejemplo en el caso de un examen.

    Los estresores interiores o psicológicos, que hace referencia a la evaluación personal como estresante o no de las situaciones a las que se tiene que enfrentar. Así, una persona puede considerar estresante y valorarlo como desbordante, una situación en que tiene que dar un discurso frente a un gran público, mientras que para otro no.
    El componente psicológico del estrés se puede modificar, aprendiendo a cambiar la valoración de la situación, por ejemplo pasando de ser agobiante a convertirse en un desafío a superar como parte de su desarrollo profesional. Esta nueva visión de la misma situación, hace que a la hora de afrontarlo, los niveles de estrés psicológicos sean menores y pueda conseguir un mejor resultado en su desempeño.

    La respuesta del estrés

    El estrés, que requiere de una respuesta de acción u omisión por parte de la persona ante una situación amenazante, va a conllevar una serie de respuestas fisiológicas casi de forma inmediata a la aparición de la demanda, entre las que se destacan en:
    El ámbito psicológico, aceleración de pensamiento, que puede llevar confusión e incluso al bloqueo.
    El sistema nervioso se divide, entre sistema nervioso central y el periférico (que conecta el central, con el resto del organismo). Dentro de éste segundo, se puede subdividir a su vez en sistema nervioso somático (encargado de transmitir la información sensorial) y sistema nervioso autonómico (en el que también se producen inervaciones desde el sistema nervioso central, y se encarga de regular los distintos órganos, vísceras, glándulas y musculatura lisa). Dentro del sistema nervioso autonómico se subdivide en sistema simpático y en parasimpático:

    * El sistema simpático, se ve afectado en situaciones de estrés, con un aumento de la frecuencia cardíaca, inhibición de la actividad digestiva, liberación de glucosa por parte del riñón y relajación de la vejiga.

    * El sistema parasimpático, al contrario, se activa en situaciones de relajación lo que conllevará, a una reducción de la de la frecuencia cardíaca, incremento de la actividad digestiva, estimulación de la vesícula biliar y contracción de la vejiga.

    El sistema inmunitario, se produce una reducción de los sistemas no básicos para la respuesta requerida entre ellos una inmunodepresión.

    El sistema endocrino, aumento de niveles de hormonas como encefalinas o catecolaminas, pero especialmente el cortisol, denominado hormona del estrés, que eleva la presión arterial y prepara al organismo para una respuesta de huida o lucha ante una amenaza.


    https://youtu.be/nx1HhrZtelY

    Vídeo Recomendado: Soluciones Médicas: ¿cómo el estrés afecta al sistema inmunológico?

    Como vemos, las situaciones de estrés van a afectar a cada uno de los componentes del PNIE, en preparación de una respuesta rápida y acuciante por parte de la persona, la cual, una vez emitida dicha respuesta y superada la situación de estrés pasa a un estado de “normalidad” donde se recuperan los niveles de actividad de los distintos sistemas implicados.
    Es por ello que el PNIE considera que la enfermedad se genera cuando existe un desajuste en la comunicación entre los sistemas, y no se producen estos cambios continuos de adaptación para con las demandas de cada momento, como en el caso del estrés.


    Un reciente estudio realizado en The Ohio State University publicado en el Journal of Clinical Investigation, demuestra cómo el estrés es capaz de modificar nuestra genética y las consecuencias que ello puede acarrear sobre la salud.
    Es estudio analiza a pacientes oncológicos que padecen cáncer de mama para analizar su evolución en función de un determinado marcador genético denominado AFT3. Las conclusiones a las que llega permite explicar cómo se produce la metástasis del cáncer de mama, debido a elevados niveles de estrés , los cuales van a activar el gen AFT3, lo que va a reducir las defensas del sistema inmune, permitiendo con ello la libre proliferación de las células dañadas. El estudio demuestra el mecanismo por el cual el estrés crónico va a alterar el normal desempeño del sistema inmune mediante la activación del gen AFT3.

  • La química de las emociones

    La química de las emociones






    Neurohormonas y Emociones: Comprendiendo el Cerebro


    Neurohormonas y Emociones: Comprendiendo el Cerebro

    Comprendiendo al cerebro

    El cerebro utiliza tanto conexiones eléctricas como químicas para funcionar. Las neurohormonas, sustancias químicas que actúan en diferentes áreas del cerebro, juegan un papel clave en la regulación de las emociones y comportamientos. A través de una compleja red de conexiones, estas sustancias afectan la forma en que percibimos y expresamos nuestras emociones, lo que impacta directamente en nuestro bienestar general.

    Principales Neurohormonas

    Dopamina

    La dopamina es fundamental en los sistemas de recompensa del cerebro. Está asociada al placer, la motivación y el deseo sexual, y su activación en el sistema nervioso simpático es crucial para el aprendizaje basado en recompensas.

    La dopamina es producida en el área tegmental ventral y proyecta hacia varias estructuras, como el núcleo accumbens, la amígdala y el córtex prefrontal. Cuando los niveles son altos, la persona experimenta motivación, euforia y mayor energía. Sin embargo, la falta de dopamina se ha relacionado con trastornos como el Párkinson y la depresión.



    Oxitocina

    Conocida como la «hormona del amor», la oxitocina es crucial para la creación de vínculos afectivos y la regulación de la conducta maternal y sexual.

    La oxitocina es producida en el hipotálamo y se libera a la hipófisis antes de ingresar al torrente sanguíneo. Participa en la formación de lazos emocionales, la empatía y en la reducción del estrés. También se ha investigado su papel en el tratamiento de trastornos como el autismo y la ansiedad social.



    Adrenalina

    La adrenalina prepara al cuerpo para enfrentar situaciones de «lucha o huida», aumentando la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

    Es liberada por las glándulas suprarrenales en respuesta al estrés. Los niveles elevados de adrenalina pueden causar ansiedad y problemas de sueño. Sin embargo, en situaciones controladas, puede mejorar la concentración y el rendimiento físico.



    Noradrenalina

    Implicada en la atención, el aprendizaje y la sensibilidad emocional. Actúa modulando la respuesta del sistema nervioso autónomo.

    Se produce en el locus coeruleus y afecta la excitación y la vigilancia. Niveles elevados están relacionados con la hipervigilancia y el estrés crónico, mientras que niveles bajos pueden afectar negativamente la motivación y la atención.



    Serotonina

    Juega un papel crucial en la regulación del apetito, el sueño y el estado de ánimo, siendo conocida por sus efectos calmantes.

    Producida en los núcleos del rafe, la serotonina influye en la estabilidad emocional. Una deficiencia de serotonina puede causar depresión, ansiedad y trastornos obsesivo-compulsivos (TOC). El uso de antidepresivos como los ISRS ayuda a elevar los niveles de serotonina en el cerebro.



    Acetilcolina

    Neurotransmisor clave para el aprendizaje y la memoria, facilitando la comunicación entre neuronas en el hipocampo y la corteza cerebral.

    Niveles altos mejoran la retención de memoria y la capacidad de aprendizaje. Su disminución está asociada con enfermedades neurodegenerativas, como el Alzhéimer, en las cuales la pérdida de acetilcolina contribuye a la deterioro cognitivo.



    GABA

    El ácido gamma-aminobutírico (GABA) es un neurotransmisor inhibidor que contribuye a la relajación y la reducción del estrés.

    GABA disminuye la actividad neuronal, promoviendo el sueño y la sedación. La falta de GABA se asocia con trastornos de ansiedad, insomnio y ataques de pánico. Los fármacos ansiolíticos, como las benzodiacepinas, aumentan la acción de GABA para tratar estos problemas.



    Endorfinas

    Las endorfinas actúan como analgésicos naturales, modulando la percepción del dolor y generando sensación de bienestar.

    Se liberan durante el ejercicio físico, la risa y otras actividades placenteras. La ausencia de endorfinas puede aumentar la sensibilidad al dolor y reducir la capacidad para disfrutar de la vida. También juegan un papel en la regulación del apetito y el ciclo menstrual.



    🎥 Vídeo Recomendado: Neurotransmisores



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