Una de las dificultades de cualquier tratamiento es si existe comorbilidad con otras patologías, sobre todo si lo sufre un pequeño con Trastorno del Espectro Autista y además sufre epilepsia.
Si pensamos en las importantes consecuencias que entraña el Trastorno del Espectro Autista, caracterizado por un retraso en el desarrollo de habilidades de comunicación, que además va a ir acompañado de problemas de coordinación motriz y dificultades en el manejo del mundo emocional.
Autismo
El padecer otras patologías, ya sean orgánica o psicológicas no va a hacer si no complicar el proceso de desarrollo del menor, pues va a tener que ser tratado de ambos.
Si ya es complicado sufrir una patología orgánica o psicológica cuando se es menor, hacerlo cuando se sufre un trastorno del desarrollo es aún más complicado tanto para el menor como para sus padres.
Uno de los padecimientos más desconcertantes para los progenitores y con importantes consecuencias para el menor es sufrir epilepsia, lo cual suele incluir ataques que se acompañan con pérdida de memoria, caídas y convulsiones.
Una situación no agradable para ninguna persona, pero mucho menos para un pequeño en desarrollo, que ve cómo esto afecta a sus relaciones con los demás pero, ¿Existe relación entre el padecimiento del autismo y el de la epilepsia?
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Epilepsia
Esto es precisamente lo que trata de resolverse mediante una investigación realizada desde el Pediatric Neurology Department y el Pediatric Department, Pequeno Príncipe Children’s Hospital, junto con Otoneurology Laboratory, Tuiuti University of Paraná (Brasil) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Journal of Epilepsy and Clinical Neuropsychology.
En el estudio participaron 65 pequeños con el diagnóstico de trastorno del espectro autista, según los criterios del D.S.M.-V. y que además sufrían epilepsia, de los cuales 23 eran niñas.
Se analizó el EEG como modo de estudiar las diferencias neuronales realizando registro de actividad eléctrica cerebral en sesiones superiores a treinta minutos donde los pequeños no debían de hacer nada.
Igualmente se recogió información sobre el historial médico del pequeño, problemas en el nacimiento e incluso el historial del problemas de sus progenitores.
Entre estos pequeños con Trastorno del Espectro Autista, el 9,52% habían sido bebés prematuros; el 7,94% habían sufrido asfixia durante el parto; y el 15,87% tenían familiares con antecedentes de problemas neurológicos.
Los resultados indican la presencia de epilepsia en un 17,4% de ellos, de los cuales el 63% eran niñas.
Igualmente se ha establecido una clasificación entre los pequeños con epilepsia en función de las áreas afectadas, aunque en muchos de esos grupos sólo se incluía un menor.
Autismo y epilepsia
Aunque todavía no está suficientemente explicado el motivo, la presencia de epilepsia se encuentra dentro de los parámetros de estudios anteriores que lo sitúan entre un 5 a un 46% de los casos de autismo, mientras que la presencia de epilepsia en la población general se sitúa entre un 0,7 a un 1%.
Igualmente la mayor presencia de casos en niñas, del 63% se corresponde con los hallazgos previos, y eso que la proporción de la presencia del trastorno del espectro autista en mujeres de de 1 a 4.
Que exista una comorbilidad entre ambos, no es suficiente para establecer una relación de causa efecto, lo que sí parece claro es que las consecuencias que conlleva en el menor van a ser aún mayores.
Algunos autores han señalado que esta comorbilidad puede deberse a una disfunción cerebral todavía no localizada, es decir, que los pequeños tengan problemas neuronales que sustenten tanto la aparición de la epilepsia como el sufrir el Trastorno del Espectro Autista.
Hay que tener en cuenta que los pequeños que sufren autismo junto con epilepsia deben recibir la medicación correspondiente con antiepilépticos y/o antipsicóticos, de ahí la importancia de su diagnóstico, para lo cual únicamente se requiere de una prueba tan sencilla como es el análisis del EEG.