Categoría: Ramas de la psicologia

  • La cronopsicología: el tiempo psicológico

    La cronopsicología: el tiempo psicológico


    El tiempo va a influir en muchos de los eventos de nuestra vida, pero también de una forma que hasta ahora se desconocía, desarrollándose una nueva rama denominada Cronopsicología.

    Definiendo la cronobiología

    La cronobiología es la ciencia que estudia los ciclos biológicos y dentro del ámbito humano, estudia los movimientos cíclicos de nuestro sueño, de los músculos lisos o las hormonas, ¿Pero afecta alguno de estos ciclos al ámbito de la Psicología
    Pues bien, ya desde los primeros momentos del estudio de la atención y percepción del tiempo, allá por el siglo XIX, en los primeros laboratorios de biología aplicada al humano que se convertirían en el hito de la psicología experimental, se comprobó que existía una gran variabilidad individual, incluso en cuanto a la percepción del tiempo se refiere
    Por lo que el paso natural de la cronología, que es el estudio de cómo afecta el transcurso del tiempo en los seres vivos, se pasó a mediados de la década de los sesenta del siglo pasado, al estudio de la cronobiología, es decir, a descubrir cómo se producían determinados fenómenos, cíclicamente en los organismos



    La cronobiología médica

    No se tardó más de diez años en que ese interés se ampliase a la cronobiología médica, cuyo fin era averiguar cómo evolucionaban las enfermedades, cuál era su ciclo de propagación y de mortalidad; una rama de la ciencia que ha ido aportando información muy valiosa para la lucha contra las enfermedades, que ha dado como fruto el conocer que en determinados momentos del día es más probable que aparezcan ciertas enfermedades que en otros
    Pero no se quedó el estudio ahí, sino que se amplió al hecho de curar al organismo y se comprobó cómo el sistema inmunológico también actúa cíclicamente, con lo que se ha ido trabajando en la actualidad, para comprender cómo hacer para que interactue ese ciclo de defensa del organismo con los medicamentos que se administran. Por ello cuando vamos al médico, éste nos prescribe el medicamento, indicándonos las dosis diarias y el momento de su administración, por ejemplo, «Tómese una cada doce horas, o una antes cada la comida», buscando con ello aumentar el efecto del medicamento en el organismo ajustándolo mejor a sus ciclos.
    Un gran avance en la eficacia de los medicamentos, pues con anterioridad se había encontrado, que algunos no funcionaban con determinadas personas y era precisamente por el momento de la ingesta del mismo, lo que estaba reduciendo su efectividad.
    El campo de la cronopsicología ha tardado más en surgir como ámbito de investigación independiente, pero la influencia del tiempo en cada persona y en su mundo social ha jugado un papel destacable desde siempre, y aunque su estudio ha sido puntual y esporádico, actualmente se le está dando gran importancia porque se ha comprobado su eficacia en la vida diaria


    Ciclos naturales

    En la literatura médica desde hace tiempo, se ha recogido cómo no tener en cuenta los ciclos naturales va a afectar a la persona, provocando una serie de disrupciones que van a tener consecuencias negativas en la salud de quien lo padece, como por ejemplo:
    – Al desplazarse a otras localidad que tienen un ciclo de día-noche diferente va a provocar el fenómeno conocido como jetlag, lo que va a acarrear problemas de sueño y digestivos, fatiga y falta de concentración, hasta que el organismo se adecue al nuevo horario.
    – El trabajo en un sistema de turnos rotatorios, es decir, dentro de la misma semana, unos días se trabaja por la mañana, otros por la tarde y otros por la noche, en estas condiciones se ha comprobado cómo sufren determinados desajustes del organismo.
    – El trabajo nocturno en el que se invierte el momento de actividad, haciéndolo coincidir con el que habitualmente dedicamos para dormir, tiene también una serie de consecuencias negativas, tanto en el desempeño de sus funciones como en el ámbito de relaciones interpersonales.
    Ésta acumulación de datos dan cuenta de un fenómeno, que a pesar de estar basado en el ciclo día-noche, existe un reloj interno que se rige de forma independiente y que afecta a nuestras capacidades y habilidades, es lo que se ha venido en llamar cronopsicología, o psicología del tiempo.
    Esta ciencia trata del estudio de cómo la persona percibe el tiempo, así como de los factores que afectan a esta percepción. Por lo que podemos afirmar que el tiempo psicológico es cómo cada persona vive el paso del tiempo, que a pesar de ser el mismo para todos, se experimenta de forma particular y a veces distorsionada.


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  • ¿Qué es la colitis ulcerosa?

    ¿Qué es la colitis ulcerosa?

    Determinadas enfermedades tienen un importante componente psicológico,  denominadas enfermedades psicosomáticas, pero ¿Qué es la colitis ulcerosa?

    Se trata de una inflamación con ulceraciones de la última sección del sistema digestivo, el colon y el recto; acompañado de dolor abdominal y diarreas, en algunos casos con sangrado, que a su vez puede provocar anemia, cansancio severo, pérdida de apetito y de peso.
    Actualmente todavía se discute cuál es la causa de ésta enfermedad, que suele estar arraigada a un importante componente hereditario. Tres son las aportaciones que se han manejado como las más probables:
    – Infección bacteriana específica, tal y como sucede en los casos del ulcus gástrico.
    – Alteraciones en el funcionamiento del colon:
    – Desajustes vasculares de la membrana basal de la mucosa cólica.
    – Producción excesiva de enzimas.
    – Hipersensibilidad de la mucosa a determinados alimentos como leche.
    – Se trataría de una enfermedad autoinmune, donde se estimula una producción de anticuerpos que atacan a la pared cólica; aunque todavía no se tiene muy claro si se trata de un efecto o una consecuencia de la enfermedad.
    Por lo tanto, la colitis ulcerosa está muy relacionada con el correcto funcionamiento del sistema inmune, el cual, como ya sabemos pasa por una fase de inmunodepresión cuando está presente una vivencia de estrés, ya sea ésta interna o externa.



    Actualmente no existe cura más allá de combatir los síntomas, a través de farmacología, antiinflamatorios o inmunoreguladores; o bien extirpar mediante intervención quirúrgica la parte afectada.
    Como en otras enfermedades el componente psicológico del estrés juega un papel fundamental en el mantenimiento y agravamiento de los síntomas, estando todavía en discusión su relevancia como desencadenante y por lo tanto la causa de ésta enfermedad. Igualmente los aspectos psicológicos van a jugar un papel en el alivio y mejora de las sensaciones asociadas a la sintomatología de la colitis ulcerosa.
    A pesar de que, como se ha comentado, el papel de la psicología parece más destacable en el mantenimiento, agravamiento e incluso tratamiento de ésta enfermedad, algunos autores la han relacionado con determinadas características de personalidad en que sería más frecuente que apareciese.
    Estas personas serían más susceptibles a la opinión de los demás, especialmente vulnerables al rechazo, con dificultad para expresar los sentimientos y demandas personales (alexitimia), con baja autoestima, timidez y gran dependencia de los demás, sobre todo a nivel emocional.
    Igualmente se muestran escrupulosamente ordenados, limpios y responsables; con marcada tendencia a la obediencia y el conformismo, obstinados, con dificultades para decidir; con excesiva “intelectualización” de su vida emocional.
    Llevando una vida social dominados por una estricta moral, donde no tiene cabida la exacerbación de las emociones (dado también por su timidez), con carencia de sentido del humor.
    Como se ha comentado estas personas tienen una excesiva dependencia de aprobación de los demás, lo que les lleva a manifestaciones de amabilidad excesiva y casi de sumisión.
    En algunos casos, los pacientes de colitis ulcerosa, muestran una tensión constante, debido al miedo al rechazo o a las actitudes negativas de los demás, como reproches o desplantes, que le lleven a un enfrentamiento. Siendo la respuesta más habitual la de acatamiento de las normas sociales y sumisión a los demás; o todo lo contrario, es decir, se presentan como personas orgullosas, distantes e incluso arrogantes, como forma de mantener las distancias y evitar el conflicto.
    Dualidad que también se halla en otras características, como el del orden y la limpieza, pudiendo encontrar a pacientes, excesivamente cuidados y pulcros, mientras otros son desordenados, poco aseados y con actitudes hostiles ante el ambiente.
    Pero en ambos casos los pacientes son inseguros, llenos de angustia, con sentimientos de inferioridad y con una sensación de estar en deuda con los demás, actuando en busca de referentes que le den seguridad. Aspectos que contrastan con un logrado estatus profesional, sobre todo en aquellas actividades que requieren de mayor intelectualidad, estando bien considerado por sus compañeros gracias a sus cualidades y moralidad.
    Con respecto a su vida íntima de pareja y sus relaciones interpersonales más próximas, estas se basan en cuestiones prácticas y no tanto a sentimientos de amor, en el caso de la pareja, o de simpatía y amabilidad en el caso de los compañeros y amigos. Con un exceso de apego a las figuras de referencia, que generalmente son los progenitores, que usan como referentes para tomar cualquier decisión.
    En la relación en la diada madre-hijo, se muestra cómo ésta es fría, rígida y carente de expresión de emociones, permanentemente insatisfecha, atribuyéndose el papel de mártir sacrificada por la familia, lo que despierta un sentimiento de culpa en el hijo, desarrollando una hipersensibilidad por los sentimientos y deseos de la madre.




  • ¿Baja autoestima por los éxitos de mi mujer?

    ¿Baja autoestima por los éxitos de mi mujer?

    Un estudio demuestra que los hombres tienen menor autoestima cuando su mujer tiene éxito profesional, mientras que las mujeres no se ven afectadas igual.

    Descubriendo la autoestima en la mujer

    La autoestima es un concepto psicológico, que hace referencia a cómo nos percibimos a nosotros mismos, ya sea por nuestras capacidades, habilidades y destrezas para desenvolvernos en el mundo que nos rodea, como por la comparación que hacemos dentro de nuestro grupo de referencia.
    “En el país de los ciegos, el tuerto es el rey”, éste refrán define perfectamente cómo funciona nuestra autoestima, es decir, si nuestro grupo de referencia es igual o inferior en habilidades, capacidades y destrezas, tendremos una buena autoestima, pues nos sentiremos parte del grupo, y si además tenemos alguna cualidad que los demás no tengan, o que sea apreciada por ellos, tendremos un nivel más alto de autoestima. En cambio si nuestro grupo de referencia, pertenece a un estatus económico superior, o muestra destrezas de las que carecemos o escasamente tenemos desarrolladas, nuestra autoestima se verá mermada, ya que no llegamos al nivel con lo que nos comparamos.
    Es cierto que algunos autores afirman, que la autoestima que se va construyendo socialmente, no tiene necesariamente que depender de la comparación con los demás, sino que es un constructo individual y que no precisa de otros para saberse uno mismo más o menos capaz y con ello tener una menor o mayor autoestima, pero la mayoría de autores admiten el destacable papel de la comparación social, con las personas de nuestro grupo de pertenencia y con aquellos que tenemos más cerca, pero ¿Qué pasa con nuestra pareja?, ¿afectan sus éxitos en nuestra autoestima?


    Vídeo recomendado: Autoestima de la Mujer – Había Una Vez Una Mujer – Canal 13 de Santa Fe.

    La autoestima en la relación de pareja

    Esto es lo que se ha cuestionado un grupo de investigadores de la University of Florida y la University of Virginia, publicado recientemente en el Journal of Personality and Social Psychology, para ello han estudiado las respuestas de 900 estudiantes, a los cuales se les hizo pasar por una serie de experimentos, donde tenían que narrar sus sentimientos ante los éxitos o fracasos de su pareja, para posteriormente evaluar mediante test estandarizados su nivel de autoestima.
    Los resultados fueron sorprendentes, al encontrar que los hombres se sentían “amenazados” por los éxitos de sus parejas, mostrando menores niveles de autoestima; en cambio las mujeres que estaban con hombres exitosos se sentían orgullosas y mostraban altos niveles de autoestima.
    Esto sería tanto como decir, que los las mujeres se alegran por los éxitos de sus parejas, pero por el contrario, los hombres no lo hacen.


    Competencias de autoestimas

    La “amenaza” sentida por el hombre puede ser explicado según el Modelo de Autoevaluación Mantenida (self-evaluation maintenance model) de Tesser, el cual plantea una teoría que da cuenta de cómo nos consideramos a nosotros mismos y cómo influyen los demás en ésta autoevaluación, indicando que nos comparamos con los más próximos, sintiéndonos más amenazados por los éxitos de nuestros amigos, que por los de desconocidos (si atendemos al factor comparación). Pero éste mismo modelo predice que nos alegramos y compartimos los éxitos de las personas más próximas, mientras que el de las que están más alejadas no nos afectan (si atendemos al factor reflexión).
    Por lo que si tenemos en cuenta éste modelo, podemos concluir que los hombres se rigen más por factores de comparación, incluso dentro de la pareja, por lo que les cuesta más alegrarse por los éxitos de su mujer, ya que estos los sienten como una amenaza. Mientras que las mujeres se regirían en mayor grado por un factor de reflexión, por el cual se alegran con los éxitos de su pareja, sintiéndolos como éxitos propios, y no como algo amenazante.
    El estudio además vincula ésta autoevaluación con los niveles de autoestima, encontrando que a mayores niveles del factor comparación dentro de la pareja, menor nivel de autoestima para el hombre, cuando la mujer tiene éxito profesional o social; en cambio a mayor factor reflexión se halla una mejor autoestima, es decir, la mujer tiene una alta autoestima cuando tiene a su lado un hombre exitoso.

  • ¿Nos perjudica la televisión?

    ¿Nos perjudica la televisión?

    Pasar demasiado tiempo delante de la televisión aumenta la posibilidad de enfermar de los niños, según un reciente informe del Public Health England.

    A pesar de que ya lo decían los pediatras, psicólogos infantiles y educadores, y así lo corroboraban algunas investigaciones al respecto, el informe que se acaba de presentar del Public Health England no deja lugar a dudas sobre la influencia nociva de la televisión sobre la salud de nuestros pequeños.
    A pesar de los beneficios que puedan atribuirse al proporcionar información y entretenimiento, cuando se excede de las cuatro horas diarias va a producirse un retraimiento en otras actividades ya sean académicas o de esparcimiento, así como un aislamiento de su medio social.
    El estudio realizado a 42.000 ingleses de edades comprendidas entre los 8 y 15 años, no sólo informa de la deficiencia en los resultados académicos obtenidos, sino que también va más allá y atribuye una relación directa con el padecimiento de una baja autoestima y de enfermedades del estado de ánimo como depresión y ansiedad.



    Si bien es cierto, que el informe presentado no establece una relación causa-efecto, dejando abierto a nuevas investigaciones, el descubrir cómo se da ésta influencia, encontrándose entre las explicaciones posible, que a mayor tiempo delante del televisor, menor tiempo dedicado a la interacción social con sus semejantes, pudiéndose producir un efecto de aislamiento.
    El tiempo es limitado, tanto para los más pequeños como para los adultos, por lo que cuando dedicamos buena parte del día, necesariamente estamos desatendiendo otras actividades que podríamos desarrollar.
    En la etapa infantil son importantes las relaciones sociales, ya que éstas nos sirven para ir configurándonos como personas, a la vez que desarrollamos nuestras habilidades comunicativas, y formamos nuestra identidad mediante la comparación con otros y la pertenencia a grupos de iguales.
    El cultivo de la amistad, es una actividad fundamental en ésta etapa de la vida, que requiere de mucho tiempo, y que se ve mermada en la medida que se dedique más tiempo a la televisión, aunque sea para ver o a jugar con programas educativos.

    El aislamiento y la falta de establecimiento de relaciones de compañerismo y amistad, con todas las experiencias que ello conlleva, tanto positivas como no, podría estar detrás de por qué estos pequeños presentan unos niveles más bajos de autoestima, ya que no están desarrollando habilidades sociales y de interacción que otros, a su edad, ya manejan perfectamente.
    Quizás lo más preocupante de éste informe, es que se ha observado una relación entre el tiempo delante de la televisión y determinadas patologías psicológicas. Bien es cierto que con anterioridad se había relacionado el sedentarismo y la mala alimentación con la obesidad y en algunos casos con la aparición de diabetes temprana, lo que puede afectar a cualquier edad, pero que es especialmente preocupante en menores.

    Depresión o trastorno de ansiedad, son las consecuencias más graves sobre la salud psicológica del menor que se informan en éste estudio, al pasar demasiado tiempo aislado delante de la pantalla de la televisión o del ordenador.
    Con lo que se va a ir configurando un cuadro clínico de consecuencias, tanto físicas como psicológicas alrededor del menor que va a arrastrar durante la vida adulta, si no pone él o sus progenitores los medios necesarios para superar dicha situación.
    Una vez conocidas las conclusiones del informe presentado por el Public Health England, sólo queda reflexionar sobre el papel de los progenitores o cuidadores, a la hora de dejar al pequeño a solas delante del televisor durante horas, sabiendo que a partir de las cuatro horas de estar viéndola, el pequeño va tener mayores probabilidades de sufrir baja autoestima, y con el tiempo estará más expuesto a padecer depresiones y trastornos de ansiedad, cuadros clínicos que van a requerir de tratamiento adecuado por parte del especialista.

  • ¿Cómo buscamos hoy el amor?

    ¿Cómo buscamos hoy el amor?

    Un reciente estudio publicado en el Journal of Personality and Social Psychology desata la polémica al cuestionar la existencia del amor romántico.
    Si hasta ahora se tenía la creencia, avalada por diversos estudios sobre la igualdad en la motivación que llevaba tanto a hombres como a mujeres a buscar pareja, éste estudio contradice los hallazgos previos revalidando los estereotipos existentes.
    El amor romántico, la pareja duradera, la compatibilidad de gustos y caracteres,… son signos en que se fijan tanto hombres como mujeres a la hora de enfrentarse a la difícil situación de buscar pareja, pero ¿es esto lo más importante?
    Según el profesor Li de la Singapore Management University, lo primero que tienen en cuenta las mujeres es el estatus social del hombre, desechando aquellos que tienen un nivel bajo, pudiendo optar a ser pareja los de nivel medio y alto, es decir, una vez que se supera ésta primera “criba” empiezan a entrar en juego todas las demás valoraciones anteriormente comentadas, el amor romántico,…
    En cambio, en el caso de los hombres, ellos se fijan primero en la belleza “externa”, descartando aquellas que consideran que tienen un nivel “bajo”, siendo posibles candidatas las que tienen un nivel medio o alto, igualmente que en la mujer, ahora jugarían esas otras cualidades que determinan qué tipo de pareja quiere.
    Aunque no existe un consenso en cuanto a cuál es la mejor pareja para uno, pues depende muchos factores, ya no sólo del gusto de cada cual, sino también de sus experiencias anteriores y expectativas futuras, a pesar de ello, todos y todas parecen realizar un primer “filtrado” de los candidatos, simplificando así la decisión.
    Aclarar que como características especiales de éste estudio, es que se llevaron a cabo mediante análisis de chats y de citas rápidas; en ambos casos una persona que está buscando pareja se encuentra con varios candidatos, durante un tiempo limitado, y al final debe de identificar entre todos ellos a cual o cuáles elegiría como una futura pareja indicado los motivos de su elección.


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    La investigación aporta como innovación, que incorpora un grupo de nivel económico bajo al estudio, aspecto que omiten los resultados previos donde se analizan a grupos homogéneos de pretendientes.
    Una de las características destacable es precisamente la metodología empleada para el estudio y que podría explicar por qué se hallan resultados diferentes y contrarios a los ya establecidos.
    El escaso tiempo de conversación con una persona hace que se prime el valor de la primera impresión, es decir, la persona que busca pareja debe de fijarse en unos pocas características del pretendiente y formarse una imagen global de la misma, y a partir de esos pocos datos considerarlo un candidato adecuado o descartarlo.
    Ésto que puede sonar novedoso, es precisamente lo que se lleva a cabo en una entrevista de trabajo, donde el entrevistador tiene que ver a veces a decenas de candidatos y de todos ellos quedarse con unos pocos para una segunda entrevista o directamente seleccionar al definitivo.
    Pues bien, en éstas circunstancias con una demanda temporal acuciante, se limita el análisis a las características más destacadas, como nivel de seguridad en un mismo, entonación, forma de sentarse o de vestir, todo lo cual va a conformar rápidamente esa primera impresión que va a determinar si el candidato consigue el puesto de trabajo o no.
    En la investigación que nos ocupa, la primera impresión del hombre y la mujer se rigen por claves diferentes, haciendo mayor hincapié en la belleza, en el caso de los hombres, y del estatus económico, en el caso de la mujer.
    Éste estudio, lejos de crear polémica, no hace sino completar la información que ya se tenía, teniendo una limitada validez ecológica, esto esto, afortunadamente la pareja la encontramos en un momento determinado, con la que nos formamos una primera impresión, pero en posteriores encuentros, esa imagen global que tenemos, se va a ir perfilando descubriendo nuevas cualidades e identificando carencias en la persona que estamos conociendo.

  • ¿Existe un cerebro emocional?

    ¿Existe un cerebro emocional?

    El mundo emocional forma parte fundamental de nuestra vida, y se procesa de forma diferencial al resto de los estímulos, descubre dónde.
    Existe un componente “primitivo” que nos hace actuar de forma instintiva, sin pensar ni tener en cuenta, la moral, ni el bagaje cultural aprendido, estas son las emociones.
    Cuando pensamos en emociones, podemos hacerlo rápidamente en las más básicas y universales, el amor, el odio, la tristeza o el miedo, de hecho han sido muchos los que han intentado catalogarlas, buscando la clasificación más simple, agrupándolas todas en cuatro, y hay hasta quien ha llegado a recoger después de mucho trabajo más de cien emociones diferentes, las cuales no son sino combinaciones, matices sutiles y diferencias de intensidad o duración de las cuatro iniciales.
    Las emociones si por algo se caracterizan, es por ese componente de irracionalidad que roza lo instintivo, nadie se enamora preparando una ecuación, ni decide tener miedo a las alturas; son acontecimientos que suceden como si la persona tuviese dos realidades:
    – La racional y ordenada, lo que en palabras del psicoanálisis equivaldría al Ello, una parte de nuestra personalidad que acata y cumple con lo que se espera de ella, acorde a las normas sociales y la moral del momento.
    – Las emociones son instintivas e imprevisibles y llegan a dominar la voluntad de la persona, que en palabras de Freud equivaldría al Yo, y sería esa faceta de la personalidad la que nos lleva a querer, desear, buscar y conseguir lo que en cada momento se nos “antoja”.
    Y en medio de los dos, como si se tratase de un juez, el Superyo, encargado de evaluar y sopesar las influencias del Yo y el Ello, y de decidir en cada momento a cuál de los dos se le hace más caso.
    Algunos autores han querido equiparar a ese “juez central” con el prefrontal, ya que realiza una función “parecida”, el de ser quien toma las decisiones e inicia la acción. Otros ven en éste área la “mente racional” que sigue las indicaciones de la cultura en la que vive, equiparándolo al Ello, pero ¿Dónde está el Yo?, es decir nuestra parte instintiva o emocional.
    MacLean (1949) planteaba la evolución del cerebro en tres grandes etapas, el reptiliano, paleomamífero y el neomamífero; siendo el segundo (donde aparece el sistema límbico) el responsable del procesamiento emocional, lo que indicaría que este sistema emocional es anterior al prefrontal, y justificaría sus cualidades en el procesamiento de estímulos afectivos.



    Pero cuando hablamos de emociones normalmente lo hacemos refiriéndonos a un concepto unitario. Según Lang, Bradley y Cuthbert (1997a) las emociones están compuestas por tres dimensiones, la valencia, el arousal y el dominio:
    – La dimensión valencia, haría referencia a la calidad de estímulo en su componente placentero o displacentero (positivo o negativo).
    – La dimensión nivel de activación (arousal), se refiere a la intensidad o excitabilidad provocada por estímulo definido como activante o relajante (alto o bajo arousal).
    – La dimensión dominancia, hace referencia a la fuerza de sumisión o dominancia que provoca el estímulo.
    En la dimensión de valencia, es decir, la dicotomía estímulo positivo vs. estímulo negativo, estos estímulos parecen procesarse de forma distinta, reportándose una mayor activación de la amígdala ante estímulos emocionales negativos, mientas que en regiones frontales la activación resulta mayor ante la exposición a estímulos positivos. Esta diferencia entre el procesamiento de estímulos positivos frente a negativos, se observa también en el impacto que tiene cada uno en las tareas atencionales, existiendo un claro sesgo de negatividad, por el cual los estímulos negativos tienen mayor impacto atencional que los positivos.
    Con respecto a las bases neuronales de la actividad emocional, las áreas que tienen mayor implicación en el procesamiento de las emociones son las subcorticales (amígdala y ganglios basales) y algunas áreas corticales, principalmente la corteza prefrontal, la corteza temporal y cingulada .

    Respecto a la localización del procesamiento de los estímulos positivos frente a los negativos, no se ha llegado todavía a un consenso, así algunos autores defienden que la activación hemisférica se produce por igual ante los estímulos positivos y negativos. Davidson (1984) propuso un modelo de distribución hemisférica del procesamiento de estímulos afectivos según el cual, el lóbulo temporal derecho procesaría los estímulos negativos, mientras el izquierdo procesaría los positivos.
    Completando lo anterior, Heller (1993) postuló la existencia de un área cerebral más amplia (parieto-temporal) como la responsable de analizar el componente de la activación (arousal) de los estímulos; así las zonas frontales anteriores estarían implicadas en el procesamiento de la valencia y la experiencia emocional, mientras que las zonas posteriores lo serían del componente arosual y de los aspectos perceptuales de las emociones.

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