Categoría: Enfermedad de Alzheimer o Demencia Senil

La enfermedad de Alzheimer, también denominado Mal de Alzheimer, es una de las principales demencias en la actualidad, tanto por número de pacientes afectados, como por la conciencia que existe sobre esta problemática. Si bien es cierto, esta enfermedad era casi desconocida hace unos años, hoy en día han realizado grandes avances tanto en la detección temprana como en el tratamiento. Muchos de estos avances no llegan a la opinión pública debido a que requieren de cierto nivel de especialización en cuanto al lenguaje técnica que no siempre dominan los profesionales de la comunicación. De ahí surge este espacio que es consultado asiduamente por federaciones y asociaciones tanto profesionales como de pacientes, para conocer cuáles son los últimos avances presentados en jornadas, congresos y publicaciones científicas. Algo que rápidamente podrá comprobar es que, de la mayoría de las investigaciones presentadas, apenas existen blogs o foros que hablen de ello, muchas veces “limitados” a repetir lo que indican los manuales al respecto. Este espacio se convierte así en una fuente imprescindible para todos aquellos profesionales o no, que quieran estar al día de los últimos avances explicado con un lenguaje claro y sencillo, de forma que puedan conocer qué esfuerzos se están realizando para enfrentar a la problemática del Alzheimer, tanto desde el ámbito de la investigación como de la intervención; para que así, entre todos, y sabiendo lo último sobre esta demencia, se pueda hacer por dar la mejor atención a los pacientes, ofreciéndole las últimas técnicas en detección temprana e intervención, incluso informando sobre la forma de prevenir esta enfermedad y su avance, a pesar de ser neurodegenerativa.
Contando para ello con la participación de especialistas que trabajan alrededor del mundo y ofrecen sus últimos descubrimientos al respecto, para mejorar la calidad de vida de los pacientes, y facilitar así la labor de los profesionales y los familiares.

  • ¿Cómo afecta el Alzheimer a la escritura?

    ¿Cómo afecta el Alzheimer a la escritura?


    Son muchos los procesos que se van a ir viendo afectado por el avance de la enfermedad neurodegenerativa de el Alzheimer.

    La escritura y las enfermedades neurodegenerativas

    Cuando uno piensa en la escritura, lo hace en un proceso automatizado desde la infancia, en donde no hace falta pensar para dibujar en un folio una letra tras otra, hasta formar una palabra y detrás de esta otra, hasta formar una oración y tras esta otra, hasta forma un texto escrito.
    Algo que puede parecer sencillo, pero que lleva todo un proceso de aprendizaje que suele coincidir con la etapa de la infancia, dificultades que se hacen patentes cuando uno trata de aprender otro idioma que usar ideogramas diferentes al propio, por ejemplo el chino o el coreano, es entonces donde se evidencian las dificultades a la hora de representar ideas en esos idiomas.
    Hay que tener en cuenta que si uno piensa en la escritura y enfermedades que puedan afectarle, pensaría inicialmente en aquellas que tuviesen que ver con la musculatura o la coordinación fina, tal y como sucede con la enfermedad de Párkinson, donde, a medida que esta avanzan, los trazos en la escritura van siendo cada vez más irregulares, causados por los temblores distales y la falta de control muscular progresivo, pero ¿Cómo afecta el Alzheimer a la escritura?


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    La escritura y la enfermedad de Alzheimer

    Esto es lo que ha tratado de responderse con una investigación realizada desde el Departamento de Psiquiatría de Elderly, Centro Hosppitalario Regional de la Universidad de Brest,junto con el Hospital de San Luis y el Centro de Investigación Semiótica, Universidad de Limoges (Francia) cuyos resultados han sido publicados en septiembre del 2017 en la revista científica Open Journal of Psychiatry.
    En el estudio participaron ciento cincuenta y un pacientes con la enfermedad de Alzheimer, con edades por encima de los 73 años, de los cuales ciento dos eran mujeres.
    A todos se les administraron el Folstein Test (MMSE) empleado para determinar la gravedad de la enfermedad de Alzheimer; el Dubois’s 5-word test (D5WT) para evaluar la memoria de trabajo; el Dubois’s Frontal Battery (DFB) para evaluar la flexibilidad mental y la independencia; el Cornell’s scale, para evaluar la presencia de sintomatología depresiva; el Barbizet’s test para determinar la discriminación de objetos y el “The lion’s tale” para evaluar la memoria y la capacidad narrativa.
    Los resultados muestran mayores niveles de sintomatología depresiva en los casos más severos de la enfermedad, igualmente se detectan problemas en la expresión de texto al producirse inversiones e intrusiones de palabras que no corresponden, dado por la presencia de problemas de memoria, mostrando un lenguaje escrito con una fluidez formal desorganizada, siendo menores los efectos cuando el contenido expresado es emocional.


    La escritura como diagnóstico de las enfermedad de Alzheimer

    Entre las limitaciones del estudio está que no analiza le lenguaje hablado para comparar si este se deteriora antes, después o a la vez que el lenguaje escrito ante la evolución de la enfermedad de Alzheimer.
    A pesar de lo anterior, el análisis de la escritura puede ser un buen indicativo indirecto para ver cómo va avanzando la enfermedad, a pesar que externamente no se vean cambios evidentes. Queda también por determinar si la escritura y su análisis pueden servir para detectar la presencia de esta enfermedad en las primeras etapas, donde existe una escasa sintomatología asociada a la pérdida de memoria.
    Estos resultados van en la línea de los hallazgos anteriores en donde los pacientes con la enfermedad de Alzheimer van viéndose cada vez más impedido en la expresión hablada, lo que se refleja en una lentitud a la hora de responder, y a la larga al silencio.
    Hay que tener en cuenta que a medida que la persona va siendo cada vez más dependiente, la comunicación va siendo el único medio por el que expresar lo que siente y necesita, y es en el habla y en la escritura donde también van a ir incidiendo los efectos del avance la enfermedad, impidiendo que el paciente reciba las atenciones necesarias por falta de una vía de comunicación adecuada.
    Esta pérdida de habilidades de compartir sentimientos y necesidades, tal y como señalan los autores del estudio, va acompañado de un aumento del sufrimiento psicológico al no poder reclamar la ayuda requerida.

  • ¿Se puede prevenir el Alzheimer desde una intervención social?

    ¿Se puede prevenir el Alzheimer desde una intervención social?


    Muchos son los factores que se han relacionado con el avance de la enfermedad de Alzheimer, siendo importante también analizar aquellos que sirven para su prevención.

    Programas de prevención del Alzheimer

    Aunque las investigaciones no parecen establecer unos resultados claros en cuanto a la prevención, se ha conseguido demostrar cómo introducir algunos cambios en la vida del adulto ayuda a retrasar la aparición de la enfermedad, esto quiere decir que no la evita pero sí da más años de calidad de vida al anciano.
    Así se ha relacionado con un mayor uso gracias a los programas de rehabilitación o entrenamiento mental, así como en la ingesta de determinadas verduras y pescados, todo ello sin lograr conseguir definir un programa claro y universal a aplicar a todos los mayores.
    Es por eso que se siguen realizando investigaciones al respecto para aumentar el conocimiento sobre la enfermedad y con ello ayudar a que esta se presente lo más tarde posible, pero ¿Se puede prevenir el Alzheimer desde una intervención social?


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    Factor social y el Alzheimer

    Esto es lo que ha tratado de responderse con una investigación realizada desde la Faculta de Gestión de la Salud, el Centro de Investigación Médica del Deporte, el Departamento de Gestión y Políticas de Salud junto con el Departamento de Neuropsiquiatría, Facultad de medicina, Universidad de Keio (Japón) cuyos resultados se han presentado en junio del 2017 en la revista científica
    En la investigación participaron ciento cuarenta y cinco ancianos, con edades comprendidas entre los 69 a 81 años, de los cuales ciento treinta eran mujeres.
    A todos ellos se les evaluó mediante el Cognitive Assessment for Dementia, iPad versión 2 (CADi2) para comprobar la presencia de sintomatología asociada a la demencia; el Zung’s Self-Rating Depression Scale (SDS) para la evaluación de la presencia de sintomatología depresiva.
    Los resultados anteriores se separaron en función de la disponibilidad o no de ayuda social que se haga cargo cuando el anciano tenga algún problema.


    Prevención social del Alzheimer

    Los resultados muestran diferencias significativas en cuanto al deterioro cognitivo en función de la ayuda percibida, así lo que no tienen a nadie que les ayude tienen mayores índices de sintomatologia asociada a la demencia frente a los que cuentan con apoyo social suficiente.
    No encontrándose diferencias entre la sintomatología depresiva en función de la ayuda percibida.
    Entre las limitaciones del estudio, tal y como comentan los propios autores, está la selección de la población objeto de estudio, pertenecientes todos a pueblos, por lo que no se puede extrapolar dichos resultados a poblaciones más grandes.
    Igualmente, a pesar de ser evaluado, el artículo no informa sobre si existen diferencias en función de la edad o el género del participante, tanto en cuanto a la sintomatología asociada a la demencia como a la depresión.
    A pesar de lo cual los resultados parecen claros en cuanto a los beneficios de tener una red social con la que contar cuando así se requiera.
    Aunque, y tal y como señalan los autores, no se puede hablar de una relación causa efecto, entre la red social y la menor sintomatología, no al menos con los datos de esta investigación, por lo que es necesario seguir realizando nuevos estudios para poder demostrar dicha relación.

  • ¿Pueden las actividades de ocio prevenir el Alzheimer?

    ¿Pueden las actividades de ocio prevenir el Alzheimer?


    Muchos son los factores que actualmente se están explorando con respecto al Alzheimer, tanto para la prevención como detención de su avance, incluido el ocio.

    El ocio a lo largo de la vida

    Cuando uno piensa en el ocio, en ocasiones lo hace en un tiempo perdido, un momento de esparcimiento y descanso.
    A lo largo de nuestra vida, el ocio ha ido jugando un papel importante casi sin darnos cuenta, así cuando jugamos de pequeños estamos desarrollando habilidades motoras o cognitivas como la imaginación; en la adolescencia, el ocio se convierte en el vehículo para compartir y experimentar con los iguales; en la vida adulta, el ocio parece casi ser relegado a los fines de semana, perdiendo en muchos casos su sentido; en la ancianidad, el ocio parece convertirse en el único momento de ocupación del día.

    Desde las distintas instituciones y organismos públicos se han realizado esfuerzos por aumentar la calidad de vida de los mayores, ya jubilados a través del ocio, ya sea en los centros de día, donde acuden para realizar diversas actividades como bailar, leer y jugar con sus semejantes; igualmente las excursiones y estancias vacacionales son promovidas como forma de ofrecer alternativas a permanecer en sus casas, muchas veces solos, pero ¿Pueden las actividades de ocio prevenir el Alzheimer?


    Vídeo Recomendado: Asociación para la Cultura y el Ocio de la Tercera Edad

    Ocio en la tercera edad

    Esto es lo que ha tratado de responderse con una investigación realizada desde el Departamento de Educación y Psicología, Centro de Investigación Didáctica y Tecnología en la Formación Docente, Centro de Tecnología y Servicios de Investigación de la Salud, Universidad de Aveiro (Portugal) cuyos resultados han sido publicados en el 2017 en la revista científica Open Journal of Social Sciences.
    En el estudio participaron sesenta y un ancianos, de los cuales veintitrés tenían el diagnóstico de demencia, sufriendo el 43,5% la enfermedad de Alzheimer, el 4,3% demencia vascular y el 52,2% demencia senil; perteneciendo el resto al grupo control.
    La mayoría de los usuarios (el 76,9%) realizaban actividades de ocio diariamente, ya fuesen de corte cognitivo, físico o social.
    A todos se les evaluó mediante el M.M.S.E (Mini Mental State Exam) para comprobar los efectos en las distintas capacidades cognitivas y el C.D.R. (Clinical Dementia Rating) para detectar la sintomatología asociada a la demencia.
    Los resultados muestran una relación significativa entre la realización de actividades de ocio y la presencia de demencia.
    Esto es, los ancianos que están implicados en un mayor número de actividades de ocio son los que muestran menos indicios de demencia.


    Relación Ocio y Alzhiemer

    Entre las limitaciones del estudio comentar que se trata de una población muy concreta la portuguesa, que se encuentra entre las más envejecidas de Europa y con una gran conciencia social sobre la necesidad de las actividades de ocio en los mayores, por lo que se refiere de nueva investigación en otras poblaciones para ver si se mantienen los resultados antes de poder concluir al respecto.
    Aclarar que las relaciones significativas halladas no se pueden asumir de forma directa, tal y como, si se realiza actividad de ocio no se tendrá demencia, pues existe un sesgo importante en dicha interpretación y es que la demencia va imposibilitando al anciano poder desarrollar actividades, por lo que a mayor demencia menos actividades se realizarán.
    Luego, para aclarar qué es consecuencia de cuál, es preciso establecer una investigación de tipo experimental donde se manipulen las variables relativas al ocio a lo largo del tiempo, teniendo un grupo con baja actividad de ocio y otro con alta actividad, y comprobar en 3, 5 o 7 años, el número de participantes de cada grupo que muestran sintomatología de demencia.
    De encontrarse diferencias significativas entre el grupo con bajas frente a altas actividades de ocio, sí se podría aventurar una relación entre el ocio y la enfermedad, pudiendo afirmar que dichas actividades permiten prevenir la enfermedad de Alzheimer.

  • ¿Qué factores afectan al desarrollo del Alzheimer temprano?

    ¿Qué factores afectan al desarrollo del Alzheimer temprano?


    Si bien es conocido que el Alzheimer es una enfermedad de ancianos, esto no siempre es así.

    La edad en el Alzheimer

    Aunque la separación puede llegar a ser artificiosa, se suele separar la edad de aparición de la enfermedad entre temprana, antes de los 65 años y de curso normal después de los 65 años.
    Otros autores atribuyen el concepto de Alzheimer temprano a los casos que aparecen antes de los 45 años, debido a su rápida propagación y con escasa respuesta de las intervenciones actuales.
    Actualmente se han determinado algunos factores que facilitan o enlentecen el avance de la enfermedad, al menos con respecto a las que tienen su inicio en la ancianidad, pero ¿Qué factores afectan al desarrollo del Alzheimer temprano?


    Vídeo Recomendado: Diagnóstico temprano de demencia

    La enfermedad de Alzheimer en personas menores de 65 años

    Esto es precisamente lo que ha tratado de responderse con una investigación realizada desde la Clínica de la Memoria, Hospital Universitario Skåne (Suecia) cuyos resultados se han publicado en el 2017 en la revista científica Dementia and Geriatric Cognitive Disorders.
    En el estudio participaron mil doscientos cincuenta y ocho adultos mayores de 40 años, que acudían a clínicas de memoria en Suecia.
    A todas se les administró el M.M.S.E. (Mini-Mental State Examination) para conocer la presencia de deterioro cognitivo; igualmente se administró el N.I.N.C.D.S.-A.D.R.D.A. (National Institute of Neurological and Communicative Disorders and Stroke and the Alzheimer’s Disease and Related Disorders Association) para determinar la presencia de la enfermedad de Alzheimer; el I.A.D.L. (Instrumental Activities of Daily Living) para la evaluación del nivel de desempeño en las actividades diarias.; el P.S.M.S. (Physical Self-Maintenance Scale) para el desempeño físico; igualmente se tomaron medidas de tipo sociodemográficos, sobre el tratamiento farmacológico que seguían y la frecuencia en que recibían ayuda a domicilio por parte de personal especializado.
    Se separaron a los participantes en dos grupos, memores y mayores de 65 años.
    Estas mismas medidas se recogieron pasados tres años para ver el progreso del mismo.
    Los resultados indican una clara diferenciación en los factores determinantes de progreso de la enfermedad de Alzheimer entre los menores de 65 y los mayores de dicha edad.
    Así los menores de 65 mostraron más tiempo de problemas cognitivos leves antes de presentarse la enfermedad de Alzheimer.
    No se observaron diferencias significativas en función de la edad, en cuanto a la independencia en las actividades diarias, el tiempo de supervivencia o la ayuda recibida a domicilio.
    Entre los factores que ralentizaban el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer se encuentra, la administración de una mayor dosis de tratamiento con inhibidores de la acetilcolinesterasa; el no uso de antidepresivos y un menor nivel educativo.
    En cambio, los factores que facilitaron el progreso de la enfermedad fueron, la presencia temprana de deterioro cognitivo leve, el uso de antidepresivos y el tratamiento para problemas cardíacos.


    Facotres en la evolución del Alzheimer temprano

    Hay que tener en cuenta que este estudio está encuadrado dentro de una política sanitaria concreta, que no comparten otros países, debido al alto desarrollo de Suecia en materia sanitaria.
    Igualmente, el estudio carece de una explicación teórica que le acompañe para explicar por qué estos factores tienen dicho efecto en la enfermedad de Alzheimer.
    Hay que tener en cuenta que el uso de medicamentos como antidepresivos, a pesar de los perjuicios aparecen tés que tiene en la evolución del Alzheimer, son empleados debido a la gravedad sintomatológica emocional del paciente, quizás sería conveniente diseñar y administrar terapias psicológicas específicas para pacientes con Alzheimer, para evitar el uso de estos medicamentos y sus efectos contraindicados.
    Igualmente, el tratamiento de problemas coronarios tan frecuente entre pacientes de Alzheimer, parece ser contraproducente ya que acelera el avance de la enfermedad, por lo que se deberían de diseñar modelos de intervención alternativos donde garantizar la calidad de vida del paciente, sin acelerar la progresión del Alzheimer.

  • Entrevista a Silvia Santiago Sacristán y Mª Isabel Martinez sobre Ateroma

    Entrevista a Silvia Santiago Sacristán y Mª Isabel Martinez sobre Ateroma


    Entrevista a Dª Silvia Santiago Sacristán y Dª. Mª Isabel Martinez Castro quienes nos presentan las últimas investigaciones sobre la Enfermedad de Ateroma.






    – ¿En qué consiste la Enfermedad de Ateroma?

    La Enfermedad de Ateroma (o comúnmente conocida como Enfermedad Aterosclerótica o Aterosclerosis) es la causa subyacente a la mayoría de los Eventos Cardiovasculares. Se trata de un proceso inflamatorio, en el que se desarrollan placas de Ateroma en las Arterias. Estas placas, compuestas por grasas, colesterol, calcio y otras sustancias que se encuentran en la sangre, pueden ir estrechando el diámetro de las arterias (limitando así el flujo de sangre rica en oxígeno a los órganos y a otras partes del cuerpo) o bien las bloquea completamente, desencadenando un EVC (Evento CardioVascular).

    – ¿Qué síntomas provoca la Enfermedad de Ateroma?

    La Enfermedad de Ateroma tarda décadas en desarrollar sintomatología creando un periodo de latencia hasta que se presenta clínica, por lo que se considera que toda sintomatología asociada es debido a un estadío avanzado de la misma siendo un preludio del Evento Cardiovascular. Así mismo, al ir estrechándose el paso de la sangre en grados más avanzados de la enfermedad, el paciente puede ir notando diferente sintomatología dependiendo de la zona donde se produzca el estrechamiento (por ejemplo, sensación de dolor en pantorrillas al caminar), pero son síntomas que o bien se repiten continuamente o se les suele prestar tanta atención. Teniendo esto en cuenta, los estudios actuales están trabajando en la Investigación de la Enfermedad Aterosclerótica Subclínica, esto quiere decir, sin sintomatología, que es como vive un alto porcentaje de la población hasta que los pacientes sufren una situación de urgencia médica como un Infarto de Miocardio o bien un Accidente Cerebrovascular (ICTUS). Así, se están realizando estudios en nuestro país como el Estudio PESA (The Progression and Early detection of Subclinical Atherosclerosis), que trabaja en la evaluación de la prevalencia y progresión de la misma, valorando las lesiones que produce en las Arterias y sus posibles consecuencias a medio o largo plazo valoradas por novedosas y no invasivas técnicas de imagen.


    Vídeo reccomendado: Ateroma de carótida

    – ¿Qué perfil (edad, género,…) tienen los pacientes de la Enfermedad de Ateroma?

    En cuanto al perfil de las personas que padecen la Enfermedad Aterosclerótica, se conoce que la prevalencia correlaciona con la presencia de ciertas características, que pueden elevar el riesgo de padecer la enfermedad. Cuantos más factores de riesgo tenga una persona, más probabilidades tendrá de padecer aterosclerosis. Entre ellos encontramos:
    – concentraciones poco saludables de colesterol en la sangre (colesterol LDL alto y colesterol HDL bajo).
    – presión arterial alta (si permanece en 140/90 mmHg o más por un período de tiempo).
    – hábito de fumar.
    – resistencia a la insulina.
    – diabetes.
    – sobrepeso u obesidad.
    – falta de actividad física.
    – sedentarismo
    – alimentación poco saludable.
    – edad avanzada (en los hombres, el riesgo aumenta después de los 45 años; en las mujeres aumenta después de los 55 años. A pesar de ello, los estudios actuales están estudiando a participantes de entre los 40 y los 60 años de edad con el fin de valorar la Enfermedad Aterosclerótica Subclínica, en edades precoces.
    – en cuanto al género, los hombres son más proclives a padecer aterosclerosis; en cambio, cuando las mujeres alcanzan el estado de la menopausia, el riesgo se iguala entre hombres y mujeres.
    – antecedentes familiares de enfermedad coronaria de aparición temprana.

    – ¿Cómo se interviene en la Enfermedad de Ateroma?

    La intervención sobre la Enfermedad de Ateroma va de la mano de 3 tipos de intervenciones:
    – Primaria, donde se intenta evitar que aparezcan los factores de riesgo comentados anteriormente. Este nivel de intervención preventivo, tiene un componente predominante de carácter psico-educativo. Desafortunadamente, esta línea de actuación no adquiere protagonismo en el Sistema Nacional de Salud en la actualidad.
    – Secundaria, donde se interviene principalmente a nivel médico una vez que los factores de riesgo han aparecido. En estos casos, se recurre a la medicación para disminuir los niveles de colesterol LDL, controlar la presión arterial, etc… ya que, de esta manera, se podría prevenir la aparición de los problemas derivados de las Enfermedad de Ateroma (aunque aquí recordemos que no existiría forma de diagnosticar dicha enfermedad, sólo se ven sintomatología que podría estar relacionada con ella y se interviene, junto a la vuelta a un Estilo de Vida Saludable).
    – Terciaria donde se interviene una vez que se ha producido el EVC de forma individual para cada paciente. En casos en los que la Enfermedad de Ateroma sea grave, se podría recurrir a una intervención quirúrgica, con el principal objetivo de ensanchar las arterias coronarias que estén bloqueadas u obstruidas.

    – ¿Qué papel juega el aspecto psicológico en la Enfermedad de Ateroma?

    En la actualidad sabemos que los factores comportamentales tienen una clara relación con la Enfermedad de Ateroma, por lo que las líneas de investigación van de la mano de la prevención. En concreto, el Estudio TANSNIP-PESA (Trans-Atlantic Network to study Stepwise Non-invasive Imaging as a tool for CVD Prognosis and prevention) quiere valorar si un programa Psicoeducativo de Promoción de Hábitos de Salud, en el que se trabaja la mejora de los Estilos de Vida (como adquirir rutinas saludables de alimentación, una actividad física adecuada, combatir el sedentarismo…), podría suponer cambios en el desarrollo de la Enfermedad de Ateroma. Así mismo, la combinación con una de las técnicas psicológicas más relevantes (debido a
    los resultados significativos que se han obtenido en Investigación gracias a ella,) en cuanto a procesos de cambio se refiere, como es la Motivational Interview, consideramos que pudiera aumentar la eficacia del programa primario.


    – ¿Qué beneficios tiene la intervención psicológica en la Enfermedad de Ateroma?

    Es lo que estamos estudiando en la actualidad. Concretamente, el objetivo principal del estudio TANSNIP-PESA es conocer la eficacia de este programa de intervención en una población con riesgo respecto a la Enfermedad de Ateroma. Por lo tanto, no podemos dar información al respecto, debido a la fase en la que se encuentra el estudio. Una vez que se obtengan datos y se concluyan resultados podremos hablar de ellos y emitir una valoración de los mismos, determinando la efectividad o no de la Intervención.

    – ¿Está relacionado la Enfermedad de Ateroma con otras patologías como el Alzheimer?

    Nos parece muy buena pregunta, poco podemos decir a día de hoy al respecto, salvo que parece que hay líneas de investigación que pudieran comenzar a plantearse a este respecto ya que algunos investigadores están sugiriendo la convergencia de estas dos enfermedades…ojalá la investigación continúe por estas líneas y nos ayude a conocer para poder actuar en consecuencia en el futuro.






    Desde aquí mi agradecimiento a Entrevista a Dª Silvia Santiago Sacristán, Psicóloga. Experta en Gestión del Cambio. Desarrollo de Personas 4.0; y Dª. Mª Isabel Martinez Castro, Doctora en Psicólogía Clínica, Coach e Investigadora en CNIC (Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares) por haber compartido su investigación sobre la Enfermedad de Ateroma.

  • ¿Se puede predecir matemáticamente el avance del Alzheimer?

    ¿Se puede predecir matemáticamente el avance del Alzheimer?


    Uno de los principales problemas con respecto al Alzheimer es que es crónico y neurodegenerativo, es decir, que poco a poco sus consecuencias van a ir siendo más graves.

    Biomarcador en el Alzheimer

    Mucho se ha avanzado en los últimos años en cuanto a la identificación de biomarcadores, es decir, índices que están presentes cuando se diagnostica la enfermedad de Alzheimer y que sirven para buscar pistas de cómo se va produciendo este avance.
    La aproximación tradicional busca encontrar el factor más destacado de esta progresión, para que, una vez identificado se pueda intervenir sobre el mismo para detener sus consecuencias sobre el cerebro.
    Hasta ahora ha existido multitud de biomarcadores detectados, algunos relacionados con la edad, ya que el Alzheimer se suele producir a edades muy avanzadas; y otras exclusivas del Alzheimer, pero que por sí sólo no explica la progresión de la enfermedad, entonces ¿Se puede predecir matemáticamente el avance del Alzheimer?


    Vídeo Recomendado: Biomarcadores para detección temprana de la Enfermedad de Alzheimer.

    Matemática en el Alzheimer

    Esto es lo que ha tratado de responderse mediante una investigación realizada desde el Departamento de Informática Biomédica, Universidad de Tesalia (Grecia); junto con la Fundación Educativa Comunitaria Novela Global y Enzymoics(Australia); el Centro de Investigación Biomédica (EE.UU.); y la Unidad de Metabolómica y Enzimología, Grupo de Biología Fundamental y Aplicada, Centro de Investigación Médica Rey Fahd, Universidad Rey Abdulaziz (Arabia Saudita) cuyos resultados han sido publicados en marzo del 2017 en la revista científica Frontiers in Aging Neuroscience.
    En este estudio no se contemplaron a los participantes en sí, pues se trata de una aproximación matemática basada en la estadística bayesiana, sobre los distintos biomarcadores que actualmente se conocen que tienen un papel destacable en el avance de la enfermedad de Alzheimer.
    La idea es asumir que todos los biomarcadores que hasta ahora se han descubierto reflejado en la literatura científica, tienen su papel en el avance del Alzheimer, pero con una importancia diferencial, esto es, puede que haya unos biomarcadores más importantes y relevantes para el avance, mientras que otros a pesar de tener presencia, no es tan destacable su papel.
    Para ello se han adoptado ocho posibles situaciones en la enfermedad de Alzheimer, siguiendo la revisión de (Abbott y Folgan, 2016).

    – Enfermedad de Alzheimer en su fase Prodrómica: con síntomas clínicos, trastornos de la memoria, pérdida de volumen del hipocampo y biomarcadores del fluido cerebroespinal que conducen a la patología de la Enfermedad de Alzheimer.
    – Enfermedad de Alzheimer con demencia: donde se ve afectada la función social, con dificultad a la hora de realizar las actividades complejas de la vida cotidiana. Es un estado límite entre los cambios de memoria y factores más cognitivos.
    – Enfermedad de Alzheimer Típica: con pérdida progresiva de la memoria, con trastornos cognitivos y modificaciones neuropsiquiátricas.
    – Enfermedad de Alzheimer Atípica: con afasia progresiva, afasia logopénica, morfología frontal de la Enfermedad de Alzheimer y atrofia cortical en la sección posterior; donde destacan los biomarcadores amiloidosis en el cerebro o del fluido cerebroespinal.
    – Enfermedad de Alzheimer Mixta: cuya incidencia cursa con los requisitos diagnósticos de la Enfermedad de Alzheimer junto con otros trastornos tales como una enfermedad cerebrovascular o la enfermedad de cuerpos de Lewy.
    – Estados preclínicos de la Enfermedad de Alzheimer: en donde existe evidencia de amiloidosis in vivo del cerebro, o individuos cuyas familias tienen la mutación autosómica dominante de la Enfermedad de Alzheimer.
    – Alzheimer patológico: con presencia de placas seniles y ovillos neurofibrilares, con pérdida de las sinapsis neuronales, y defectos amiloides en la corteza vascular cerebral.
    – Defecto cognitivo leve, donde no existe un carácter biológico clínico, aunque existe sintomatología medible. Esas personas pueden sufrir de Enfermedad de Alzheimer, pero no hay evidencia que lo diferencie del envejecimiento normal.

    Una vez identificado las distintas formas en que se puede expresar la enfermedad de Alzheimer, se recogieron todos los biomarcadores que hasta ahora se conocen, en concreto se analizaron hasta 30 biomarcadores diferentes, en los que se incluía la presencia de otros trastornos como los cuerpos de Lewy, Hipertensión, Diabetes o Depresión entre otros.
    Además de ciertos factores que se ha comprobado que correlacionan con ello como por ejemplo la obesidad, la inflamación, el fumar tabaco, …
    De cada uno de estos treinta biomarcadores se estableció el porcentaje de su presencia en la enfermedad de Alzheimer y se realizó un diseño matemático donde se buscaba un modelo predictivo válido.
    Los resultados informan que no existe un modelo único y válido para todos los casos, teniendo que ser separados estos en función del tipo de Alzheimer
    Así la presencia de depresión, obesidad y consumo de tabaco explican hasta el 46% de la fase promódica y mixta de la enfermedad de Alzheimer.
    Ante la presencia de alteraciones en las actividades de la vida diaria, se tiene un 99% de sufrir Defecto cognitivo leve; y por encima del 50% de sufrir la Enfermedad de Alzheimer a excepción de la Atípica y la Patológica.
    En el caso de las alteraciones en Ab, Tau APP, APOE4 y desórdenes vasculares se tiene un 100% de sufrir la Enfermedad de Alzheimer a excepción de la Atípica, la Patológica y el Defecto cognitivo leve.


    Modelo Matemático para predecir el Alzheimer

    Entre las limitaciones del estudio está que no se ha llevado a cabo ninguna prueba con pacientes para comprobar sus resultados, más allá de constatar lo que se recoge en la bibliografía científica.
    Igualmente, que se produzca la presencia de varias variables a la vez no indica que todas sean necesarias, ni causas ya que alguna puede ser origen de otra, por lo que no resulta un modelo viable sin reducir el número de variables incluidas en el mismo.
    A pesar de ello supone un gran avance en cuanto a tener una idea global de los biomarcadores, no limitándose a identificar uno u otro, como muchos estudios hacen.
    Todo para mejorar el diagnóstico de la enfermedad, procurando que este se pueda obtener lo antes posible para con ello iniciar el tratamiento preceptivo y evitar el avance de la enfermedad de Alzheimer.


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