Categoría: Psicología Clínica y Psicoterapia

Temática de la Psicología Clínica

  • ¿Interfiere lo psicológico en el tratamiento del cáncer?

    ¿Interfiere lo psicológico en el tratamiento del cáncer?

    El tratamiento del cáncer es una enfermedad con graves consecuencias para la salud física y emocional de la persona.

    Según el tipo, su extensión o el lugar donde esté localizado este va a tener un mejor o peor pronóstico el tratamiento del cáncer.

    Tratamiento del cáncer

    En caso de que se pueda intervenir, según las características anteriores el especialista optará por la cirugía, la radioterapia o la quimioterapia.
    La quimioterapia es una técnica agresiva que busca detener el avance de la enfermedad a la vez que ataca a las células cancerígenas.
    Aunque actualmente se ha avanzado sobre la quimioterapia todavía tiene muchos efectos negativos sobre la salud física y mental de la persona, pero ¿Hasta qué punto interfieren los problemas psicológicos en el tratamiento del cáncer?



    quimioterapia

    Esto es lo que se trata de responder con una investigación realizada desde el Department of Psychiatry, Psycho-Oncology Unit, Coimbra University Hospital Centre (Portugal) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Advances in Pharmacoepidemiology & Drug Safety.
    En el estudio participaron ciento diez pacientes oncológicos que estaban recibiendo quimioterapia, de los cuales el 40,9% eran mujeres, con edades comprendidas entre los veintitrés a ochenta y dos años.
    Para evaluar la incidencia del aspecto psiquiátrico se tuvo en cuenta la medicación recibida al respecto, ya fuesen ansiolíticos como las benzodiazepinas, antidepresivos o antipsicóticos.
    Los resultados muestran que el 51,8% de los pacientes oncológicos que reciben quimioterapia además están siendo medicados por problemas psicológicos.
    De ellos el 90,5% reciben tratamiento asociado con los trastornos de ansiedad; el 59,6% asociado al Trastorno de Depresión Mayor y el 8,2% a trastornos psicóticos.
    Por tanto los problemas psicológicos, además de interferir en la calidad de vida del paciente, lo pueden hacer en la eficacia del tratamiento contra el cáncer tal y como señalan los autores.

    Psicotrópicos

    A pesar de que el estudio recoge el número de casos según el tipo de cáncer, esta información no se usa para separar los resultados anteriores, por lo que no se puede saber si un tipo específico de cáncer, por ejemplo el cáncer de mama acarrea más problemas psicológicos o no.
    Igualmente el estudio recoge información sobre el tipo de psicotrópico recibido, pero no así sobre el diagnóstico que ha conducido a dicho tratamiento.
    Aún y con las limitaciones anteriores hay que resaltar la importancia de la interacción entre los medicamentos a la hora de afrontar el tratamiento del cáncer, y de cómo los psicotrópicos pueden influir en la eficacia del mismo.
    Tal y como indican los autores del estudio, conocer el porcentaje de psicotrópicos empleados en el tratamiento de quimioterapia es un primer paso para diseñar terapias que tengan en cuenta esto y con ello reducir los efectos de interferencia que puedan provocar los psicotrópicos.


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  • ¿Cuál es el papel de los padres en el trastorno obsesivo-compulsivo?

    ¿Cuál es el papel de los padres en el trastorno obsesivo-compulsivo?

    En los últimos años se ha investigado mucho sobre las características de personalidad implicadas en el comportamiento obsesivo-compulsivo.

    La idea es conocer los factores que predisponen a la aparición de este trastorno del comportamiento obsesivo-compulsivo para evitar su aparición y cronificación.

    Trastorno obsesivo

    El trastorno obsesivo-compulsivo se caracteriza por un doble componente, uno conductual, con los comportamientos reiterativos denominados rituales y el cognitivo, con pensamientos invasivos que provocan altos niveles de ansiedad hasta que realiza el ritual correspondiente.
    Una combinación que en ocasiones dificulta el poder llevar una vida «normal» y adaptada a la persona que lo padece.
    Circunstancia que por otra parte parece ser sensible a los niveles de ansiedad, así, la persona en una situación de estrés va a ver incrementada su tendencia a tener rituales, pero ¿Cuál es el papel de los padres en el trastorno obsesivo-compulsivo?



    Trastorno compulsivo

    Esto es lo que se ha tratado de responder mediante una investigación realizada por el Center for Student Counseling y el Formerly at the Center for Developmental Clinical Psychology and Psychiatry, Nagoya University, junto con el Graduate School of Education, Naruto University of Education, y el Research Center for Child Mental Development, Hamamatsu University School of Medicine, Hamamatsu, Japan 5Sasagawado-ri General Clinic (Japón) cuyos resultados han sido publicdos en la revista científica Psychology.
    En el estudio participaron ciento dieciséis madres con hijos entre tres y cinco años.
    A todas ellas se les administró un cuestionario estandarizado para evaluar el comportamiento obsesivo de sus hijos denominado Child Routines Inventory (C.H.I.), igualmente rellenaron un cuestionario sobre la actitud de los padres hacia sus hijos a través del Parental Attitudes toward Child Rearing Scale (P.A.C.R.S.), para evaluar la presencia de síntomas depresivos en la madre se empleó la escala estandarizada denominada Center for Epidemiologic Studies Depression Scale (C.E.S.-D.) y por último se empleó una escala creada ad-hoc sobre las vivencias emocionales del menor.
    Los resultados informan sobre que no existe relación entre el estado de ánimo de las madres y el padecimiento de compulsiones por parte de los pequeños, el cual es también independiente de las actitud de los padres sobre el problema.
    Con respecto a las vivencias emocionales del menor, únicamente el enojo ha resultado significativo con el padecimiento de compulsiones.

    Trastorno obsesivo-compulsivo

    Queda señalar que existe una discusión en el ámbito científico sobre si realmente se puede considerar que un niño tan pequeño pueda sufrir un Trastorno Obsesivo-Compulsivo, sobre todo cuando no tiene desarrollado el componente cognitivo lo suficiente para sustentar dicho trastorno.
    De ahí que algunos expertos nieguen la posibilidad de ser clasificados como tal a edades tan tempranas, e igualmente desaconsejen el uso del tratamiento farmacológico empleado para el Trastorno Obsesivo-Compulsivo que le habrá de acompañar el resto de su vida.
    Hay que señalar que únicamente se ha entrevista a la madre, por lo que faltaría realizar las mismas entrevistas a los padres pare conocer su papel.
    Sería necesario incorporar alguna medida observacional para complementar la información basado en informes de la madre, para poder tener una panorámica más exacta del problema.
    Igualmente el haber realizado la investigación sobre una edad muy concreta, de tres a cinco años, no permite comprender si esta relación enojo-compulsión se va a mantener en el tiempo o no.
    La diada madre-hijo, tan importante en el desarrollo de las capacidades del pequeño no parecen jugar un papel relevante cuando se trata del comportamiento obsesivo-compulsivo del menor.
    A pesar de las limitaciones anteriores cabe destacarse de los resultados que el enojo va a ser un desencadenante decisivo en la aparición de compulsiones por parte del menor, de ahí la importancia de su educación mediante Inteligencia Emocional, con el que aprender a detectar las circunstancias que le enojan, y a responder de otra forma en esos momentos.

  • ¿Qué consecuencias emocionales tiene la sordera?

    ¿Qué consecuencias emocionales tiene la sordera?

    En una sociedad basado en la comunicación, parece que la sordera puede resultar un inconveniente.

    La pérdida de la audición es un problema frecuente en los ancianos, pero también entre los jóvenes que se ven expuestos a sonidos demasiados altos; igualmente entre las causas de la sordera están las genéticas.

    Dificultades auditivas

    Actualmente estamos continuamente bombardeados por sonidos provenientes de distintas fuentes, ya sea de otros vehículos al conducir, de la televisión al presentar las noticias, o de otra persona que intenta decirnos algo.
    Tal es así que hay ciudades consideradas como las más ruidosas, donde incluso se hace difícil separar el ruido de las palabras de una conversación, pero ¿Qué pasaría si no tuviésemos acceso a ese sonido?
    Esto que hace se años hubiese considerado un trauma, actualmente y gracias a los avances se considera un problema a superar.
    El lenguaje de signos ha permitido mantener la comunicación con los demás, para poder expresar lo que uno siente, piensa o quiere, lo que de otra forma supondría un gran problema de aislamiento, pero ¿Qué consecuencias emocionales tiene la sordera?


    https://youtu.be/4-el6oR1Ttg

    Sordera y emoción

    Esto es lo que se ha tratado de responder con una investigación realizada por el Department of Psychology, Göteborg University (Suecia) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Clinical and Experimental Psychology.
    En el estudio participaron cincuenta y tres adultos, treinta y tres de ellos eran sordos y el resto con dificultades auditivas, de los cuales cuarenta y dos eran mujreres, con una edad media de 42 años.
    Para evaluar la presencia de problemas emocionales se empleó una escala estandarizada denominada Positive Affect Negative and Affect Scale (P.A.N.A.S.), para evaluar el nivel de estrés se empleó el Stress and Energy (S.E.) y para evaluar el nivel de autoestima se usó el Rosenberg’s Self-esteem Scale (S.E.S.).
    También se recogieron datos sociodemográficos de los participantes, el nivel de educación o el consumo de tabaco o alcohol entre otros.
    Los resultados muestran que según evaluación de la salud mental siguiendo los criterios del D.S.M.-V., el 43% de los participantes sufrían Trastorno de Depresión Mayor; el 33% Trastornos de Ansiedad; el 33% sufrían Traumas relacionados con estresores; el 21,4% Trastorno de Déficit de Atención; el 12% Trastorno Obsesivo Compulsivo; el 7% Personalidad Esquizotípica; y el 21% Trastorno del Espectro Autista; comprobándose que en el 5% de los participantes se producía Adicción a Sustancias.
    Hay que señalar que la suma de los diagnósticos anteriores superan el 100%, ya que estos no son excluyentes, pudiéndose presentar en la misma persona, por ejemplo, el Trastorno de Depresión Mayor y el Trastorno de Ansiedad.
    En total el 42% de los participantes sordos o con dificultades auditivas mostraron más de una psicopatología.
    Con respecto de la evaluación de las escalas y cuestionarios, se obtuvo que la autoestima y el nivel de energía pueden predecir la presencia de patologías asociadas a la emoción.

    Sordera y trastorno emocional

    Una de las limitaciones es en cuando a la exposición de los resultados, no haciendo distinción entre los que eran sordos y los que tenían dificultades de audición.
    Cabría esperarse que a mayores dificultades auditivas mayores problemas psicológicos, pero al no realizar dicha distinción no se puede concluir al respecto.
    Igualmente no se ha tenido en cuenta criterios de integración que pueden estar afectando al estado de ánimo del participante; esperándose que las personas sordas integradas tengan menores problemas psicológicos que las no integradas, aspecto que tampoco se ha podido comprobar en este estudio.
    A pesar de las limitaciones del estudio, se ha comprobado como este colectivo es especialmente sensible a padecer problemas psicológicos, sobre todos a los relacionados con el estado de ánimo.
    Algo a tener en cuenta en los centros especializados de tratamiento de los problemas de audición, y centros de integración, donde deberían de conocer alguno de los síntomas principales de estas psicopatologías, para derivar a sus miembros al profesional de la salud cuando los detectasen.
    Igualmente cabría esperar que se diseñasen programas de prevención entre este colectivo, para que puedan tener una mejor calidad de vida, sin complicaciones psicopatológicas.

  • ¿Es la soledad causante del abuso de sustancias?

    ¿Es la soledad causante del abuso de sustancias?

    Algunos autores han definido al ser humano como un «animal social», por lo que la soledad se podría entender como contra-natura.

    Es cierto que en algunos momentos es bueno y deseado unos momentos de soledad, pero no así el aislamiento social del que se tiende a evitar.

    Aislamiento social

    Si pensamos en grupos de edad, probablemente supongamos que las personas cuanto más mayores pueden sentirse más solas, sobre todo a edades más avanzadas, donde el anciano a perdido a tantos por «el camino».
    Por el contrario, la época de la adolescencia y la juventud son las épocas de la exploración, donde el grupo de iguales se convierte en el referente, y donde parece que no hay momento para estar solos.
    A pesar de lo cual, el sentimiento de la soledad no es algo que dependa del número de personas con las que se esté en ese momento, sino de las relación íntima y de calidad con esas mismas personas, pudiéndose sentir aislado en una fiesta con desconocidos, o muy acompañado con una sola persona.
    Sentimientos de soledad que van a regir lo que pensamos y cómo nos comportamos, pero ¿Es la soledad causante del abuso de sustancias?



    Soledad y alcohol

    Esto es precisamente lo que se ha tratado de responder con una investigación realizada desde la University of New Brunswick, Saint John (Canada) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Journal of Depression & Anxiety.
    En el estudio participaron doscientos cuarenta y seis adultos, de los cuales el 71,3% eran mujeres, con edades comprendidas entre los dieciocho a treinta años.
    Todos los participantes tuvieron que rellenar un cuestionario estandarizado sobre el uso de sustancias denominado University Life and Substance Use Survey, sobre el uso y abuso de alcohol mediante el Alcohol Use Disorder Identification Test (A.U.D.I.T.), y el abuso de sustancias con el Drug Use Disorder Identification test (D.U.D.I.T.).
    Igualmente se evaluó el nivel de soledad percibido mediante el Social and Emotional Loneliness Scale for Adults- Short version (S.E.L.S.A.-S.), y el estilo de relaciones íntimas mediante el Experiences in close relationships scale (E.C.R.).
    Los resultados muestran una correlación positiva significativa entre el nivel de soledad y el abuso de sustancias, siendo las más común el alcohol, en un 49,8% de los participantes.
    Es decir, en la medida que existe una aislamiento social crónico se incrementa sustancialmente las posibilidades de que la persona acabe convirtiéndose en un alcohólico.

    Soledad y abuso de sustancias

    Entre las limitaciones del estudio está precisamente la selección de los participantes, ya que a edades tan jóvenes es difícil encontrar a personas que sufran aislamiento crónico, más frecuente a edades superiores, con lo que se esperaría hallar los mismos resultados en poblaciones de mayor edad en una nueva investigación.
    Igualmente la evaluación se realizó mediante autoinforme, sujeto al sesgo de la deseabilidad social, en donde el participante puede «maquillar» sus resultados según lo que cree que el experimentador busca.
    Un registro observacional o mediante informes de terceras personas podrían completar la información proporcionada.
    Este resultado puede parecer contradictorio con lo que se puede observar en bares o discotecas, en que los amigos se reúnen a celebrar bebiendo alcohol.
    Pero si recordamos la barra de los bares, aquellos que se quedan por horas son los más aislados del lugar, que escasamente entablan conversación más allá de solicitar una nueva copa.
    A pesar de que los autores resaltan los resultados no plantean ningún tipo de relación causa-efecto, ya que las personas que consumen alcohol en exceso acaban siendo «apartadas» y en ocasiones rechazadas por los demás, aumentando así su sentimiento de soledad y aislamiento.
    Igualmente queda por diseñar programas de prevención al respecto, donde se analicen las causas de la soledad crónica entre jóvenes, para darles «solución» y evitar así que acaben siendo bebedores crónicos, con todos los problemas para la salud que entraña.

  • ¿Existe relación entre el padecimiento del autismo y el de la epilepsia?

    ¿Existe relación entre el padecimiento del autismo y el de la epilepsia?

    Una de las dificultades de cualquier tratamiento es si existe comorbilidad con otras patologías, sobre todo si lo sufre un pequeño con Trastorno del Espectro Autista y además sufre epilepsia.

    Si pensamos en las importantes consecuencias que entraña el Trastorno del Espectro Autista, caracterizado por un retraso en el desarrollo de habilidades de comunicación, que además va a ir acompañado de problemas de coordinación motriz y dificultades en el manejo del mundo emocional.

    Autismo

    El padecer otras patologías, ya sean orgánica o psicológicas no va a hacer si no complicar el proceso de desarrollo del menor, pues va a tener que ser tratado de ambos.
    Si ya es complicado sufrir una patología orgánica o psicológica cuando se es menor, hacerlo cuando se sufre un trastorno del desarrollo es aún más complicado tanto para el menor como para sus padres.
    Uno de los padecimientos más desconcertantes para los progenitores y con importantes consecuencias para el menor es sufrir epilepsia, lo cual suele incluir ataques que se acompañan con pérdida de memoria, caídas y convulsiones.
    Una situación no agradable para ninguna persona, pero mucho menos para un pequeño en desarrollo, que ve cómo esto afecta a sus relaciones con los demás pero, ¿Existe relación entre el padecimiento del autismo y el de la epilepsia?


    https://youtu.be/GHFUYQo9WmY

    Epilepsia

    Esto es precisamente lo que trata de resolverse mediante una investigación realizada desde el Pediatric Neurology Department y el Pediatric Department, Pequeno Príncipe Children’s Hospital, junto con Otoneurology Laboratory, Tuiuti University of Paraná (Brasil) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Journal of Epilepsy and Clinical Neuropsychology.
    En el estudio participaron 65 pequeños con el diagnóstico de trastorno del espectro autista, según los criterios del D.S.M.-V. y que además sufrían epilepsia, de los cuales 23 eran niñas.
    Se analizó el EEG como modo de estudiar las diferencias neuronales realizando registro de actividad eléctrica cerebral en sesiones superiores a treinta minutos donde los pequeños no debían de hacer nada.
    Igualmente se recogió información sobre el historial médico del pequeño, problemas en el nacimiento e incluso el historial del problemas de sus progenitores.
    Entre estos pequeños con Trastorno del Espectro Autista, el 9,52% habían sido bebés prematuros; el 7,94% habían sufrido asfixia durante el parto; y el 15,87% tenían familiares con antecedentes de problemas neurológicos.
    Los resultados indican la presencia de epilepsia en un 17,4% de ellos, de los cuales el 63% eran niñas.
    Igualmente se ha establecido una clasificación entre los pequeños con epilepsia en función de las áreas afectadas, aunque en muchos de esos grupos sólo se incluía un menor.

    Autismo y epilepsia

    Aunque todavía no está suficientemente explicado el motivo, la presencia de epilepsia se encuentra dentro de los parámetros de estudios anteriores que lo sitúan entre un 5 a un 46% de los casos de autismo, mientras que la presencia de epilepsia en la población general se sitúa entre un 0,7 a un 1%.
    Igualmente la mayor presencia de casos en niñas, del 63% se corresponde con los hallazgos previos, y eso que la proporción de la presencia del trastorno del espectro autista en mujeres de de 1 a 4.
    Que exista una comorbilidad entre ambos, no es suficiente para establecer una relación de causa efecto, lo que sí parece claro es que las consecuencias que conlleva en el menor van a ser aún mayores.
    Algunos autores han señalado que esta comorbilidad puede deberse a una disfunción cerebral todavía no localizada, es decir, que los pequeños tengan problemas neuronales que sustenten tanto la aparición de la epilepsia como el sufrir el Trastorno del Espectro Autista.
    Hay que tener en cuenta que los pequeños que sufren autismo junto con epilepsia deben recibir la medicación correspondiente con antiepilépticos y/o antipsicóticos, de ahí la importancia de su diagnóstico, para lo cual únicamente se requiere de una prueba tan sencilla como es el análisis del EEG.

  • ¿Qué papel juega la personalidad en el abuso de sustancias?

    ¿Qué papel juega la personalidad en el abuso de sustancias?

    Una de las mayores dificultades a la hora de tratar a los adictos es cuando existen variables de la personalidad implicadas en el abuso de sustancias.

    Hay que tener en cuenta que la personalidad conforma lo que somos, cómo pensamos y actuamos. Si alguna de las características de nuestra personalidad favorece el abuso de sustancias vamos a estar más predispuesto para ello.

    Personalidad en el abuso de sustancias

    Aunque no hay que pensar en ningún tipo de determinismo de la personalidad en el abuso de sustancias, sí va a guiar nuestros pasos hacia aquello que queremos y buscamos.
    Son muchas las variables de la personalidad que podrían estar implicadas, en función del modelo teórico que empleemos; pero quizás el narcisismo esté destacando en los últimos años como característica determinante de nuestro comportamiento.
    El narcisismo es aquella percepción de uno mismo, muy relacionado con la autoimágen y la auoestima, que motiva conductas autocomplacientes.
    En el extremo se encuentra el narcisismo patológico, que conduce a una distorsión de la realidad, con pensamientos de grandiosidad, fantasías de tener capacidades ilimitadas, sentirse superior a los demás, e incluso perfecto.
    Donde se observa una escasa moral en aquello que le satisface, no considerando que se equivoca nunca, motivado únicamente por las recompensas y sin ningún remordimiento por lo que hace, pero ¿Qué papel juega la personalidad en el abuso de sustancias?



    Personalidad y adicción

    Esto es precisamente lo que se trata de averiguar con una investigación desde el Department of Psychology, University of Mohaghegh Ardabili, junto con el Department of Psychology, University of Guilan, y el Department of Clinical Psychology, Allameh Tabataba’i University, Tehran, (Iran) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Personality and Individual Differences.
    En el estudio participaron doscientos alumnos universitarios, de los cuales el 38,5% eran mujeres, con edades comprendidas entre los dieciocho a treinta y cinco años.
    A todos ellos se les administró un cuestionario estandarizado para evaluar los niveles de narcisismo patológico a través del Pathological Narcissism Inventory (P.N.I.); igualmente se evaluó su nivel de adicción al alcohol y otras drogas a través del Addiction Acknowledgment Scale; además se evaluó el autocontrol mediante el Cognitive Self-Control Scale y por último se administró la BIS/BAS scales para evaluar la sensibilidad a realizar o inhibir comportamientos en busca de recompensa.
    Entre los efectos principales se ha encontrado que el narcisismo patológico y el comportamiento activo se relacionan significativamente con el abuso de sustancias.
    Mientras que el comportamiento inhibitorio y el autocontrol se relaciona significativamente con la prevención el abuso de alcohol u otras sustancias.
    Los resultados sobre los efectos combinados muestran que existe una relación significativa positiva entre el narcisismo patológico y el comportamiento activo hacia las drogas, mediado por bajos niveles de autocontrol.
    Existe también una relación significativa negativa entre el comportamiento inhibitorio y el autocontrol.

    Narcisismo y adicción

    Hay que tener en cuenta que el análisis sobre el abuso de sustancias se realiza mediante un cuestionario estandarizado y no sobre otro tipo de evaluaciones más objetivas.
    No se ha evaluado el tipo de sustancia que se consume, la edad de inicio de su consumo, «motivos» por lo que lo hace,…
    Igualmente la población objeto de estudio, universitarios iranies, hace que se requiera de nueva investigación para comprobar si se mantienen las mismas relaciones en otras poblaciones.
    Por último, a pesar de que los autores han tratado de ofrecer un modelo con las relaciones significativas positivas y negativas de estas cuatro variables, este no ha ido acompañado de un modelo teórico que lo sustente.
    Aun y con las limitaciones anteriores hay que destacar la complejidad de la conducta de abuso de sustancia, y de cómo están implicadas en ella variables de personalidad, lo que va a dificultar el tratamiento para su desintoxicación.
    Así el narcisismo patológico va a jugar un papel destacado en el abuso de sustancias, aspecto que se habrá de trabajar si se quiere modificar estas conductas, sabiendo que tratar de cambiar la personalidad conlleva mucho esfuerzo y en la mayoría de los casos pocos resultados.
    Destacar que los resultados ofrecen una vía de trabajo, en cuanto al autocontrol como modo de prevenir el abuso de drogas, característica que se educa reforzando la Inteligencia Emocional.
    Por tanto, una correcta intervención con un programa de Inteligencia Emocional donde se refuercen las habilidades de autocontrol tendría que servir para prevenir el consumo de sustancias.

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