Categoría: Psicología Clínica y Psicoterapia

Temática de la Psicología Clínica

  • Entrevista a D. Luís Abad Más sobre la intervención en el TDA

    Entrevista a D. Luís Abad Más sobre la intervención en el TDA


    Entrevista a D. Luís Abad Más, director de Red Cenit, centros desarrollo cognitivo, quien nos va a hablar sobre la intervención psicopedagógica en el TDAH.




    – ¿A qué edades suele acudir el paciente con TDAH para recibir ayuda profesional?

    Las edades de los pacientes que acuden a Red Cenit oscila entre los 4 y los 16 años de edad pero también tratamos a muchos adultos. Siendo mayoritarios los niños de 8 a 12 años.

    – ¿Cuáles son las principales quejas y demandas de los pacientes con TDAH que acuden a consulta?

    Los padres siempre se quejan de los médicos; la mayoría de ellos refieren que han ido a un psiquiatra o a un neuropediatra y que han salido de su consulta con el niño medicado sin hacerle ninguna prueba objetiva. Desde mi punto de vista, esto es una de las cosas que le resta credibilidad al TDAH, ya que genera muchas dudas a los padres, (con toda la razón del mundo).
    El diagnóstico es la fase más importante y debe basarse en un estudio profundo de las funciones cerebrales superiores del niño y de la conducta que presenta en todo su entorno, familiar, escolar y de ocio.
    Emitir un juicio diagnóstico en una consulta médica en 10-15 minutos por lo que te cuentan unos padres, (en muchas ocasiones superados por la conducta de sus hijos), sin tener en cuenta lo mencionado, no es profesional ni honesto.
    Respecto al colegio, los padres refieren en general que observan falta de formación en los profesores de sus hijos, así como falta de credibilidad en el trastorno.
    La frase más común que a los padres les dicen en el colegio es: «¡Otro TDAH más. Está de moda!»
    Mostrar esta predisposición desde el colegio a las familias no es oportuno puesto que genera más angustia y frustración en unos padres, ya de por sí, muy preocupados por el futuro inmediato de sus hijos.


    Vídeo Recomendado: Luis Abad y Fernando Mulas (Valencia Radio)

    – ¿En qué consiste la intervención psicopedagógica en el TDAH? ¿Cómo se estructuran las sesiones en la intervención psicopedagógica en el TDAH?

    En base a los resultados obtenidos en la valoración diagnóstica se establece un plan terapéutico individualizado, adecuado a cada caso, que incluye:

    • Tratamiento cognitivo-conductual
    Técnicas de modificación de conducta a nivel individual y en el ámbito familiar; técnicas cognitivas, (autocontrol, auto instrucciones, solución de problemas); técnicas conductuales; incremento de la autoestima; y desarrollo de habilidades sociales.

    • Tratamiento neurocognitivo
    Entrenamiento cognitivo mediante ejercicios con o sin ordenador para facilitar el desarrollo de funciones ejecutivas como la atención, la memoria, la capacidad de resolución de problemas, de estrategias, la flexibilidad cognitiva, la planificación y los procesos de control inhibitorio, entre otros.

    • Abordaje psicopedagógico
    Desarrollo de las habilidades de aprendizaje de lectura, comprensión lectora, escritura, cálculo y matemáticas. Programas de técnicas y hábitos de estudio.
    En este apartado es fundamental la Orientación Educativa y la mediación con el colegio y la familia. La coordinación eficaz de todos los implicados en la educación y desarrollo de los niños con TDAH va a suponer una mejora muy significativa respecto a un modelo de intervención solo farmacológico el cual desaconsejo sin un estudio neuropsicológico que valide ese tipo de intervención.
    Proporcionar información a los profesores sobre las características y manifestaciones del TDAH para comprender las limitaciones de estos niños y adecuar así las expectativas. Facilitar las herramientas y estrategias de abordaje de situaciones difíciles para obtener un buen control y una mejora en el comportamiento del niño con TDAH dentro del aula.

    • Tratamiento farmacológico
    Se suelen emplear diferentes fármacos psicoestimulantes y no psicoestimulantes para estimular las distintas áreas cerebrales que se han observado inmaduras por su bajo rendimiento funcional tras la realización de una valoración Neuropsicológica adecuada y de la aplicación de las pruebas neurofisiológicas pertinentes en cada caso.


    – ¿Durante cuánto tiempo se ha de seguir la intervención psicopedagógica en el TDAH?

    La intervención psicopedagógica o neuropsicológica en pacientes con Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad varía de unas personas a otras.
    Está ligada a la severidad del trastorno y sobre todo a la comorbilidad, es decir, a los trastornos asociados que el TDAH provoque. Generalmente, los trastornos asociados más frecuentes suelen ser, por este orden:
    – los trastornos del aprendizaje, (hasta el 80% de los niños con TDAH lo presentan)
    – trastornos de conducta (hasta el 55% de los niños con TDAH lo presentan)
    – trastornos de ansiedad (hasta el 35% de los niños con TDAH lo presentan)
    Cuanta más comorbilidad exista, mas frentes hay abiertos y mas necesidad de intervención intensiva se precisa.

    – ¿Cuáles son las principales dificultades que surgen en la intervención psicopedagógica en el TDAH?

    La duración de la intervención es una de las grandes dificultades. Al ser un trastorno de las funciones ejecutivas, éstas requieren de un entrenamiento, muy bien acotado y controlado por especialistas.
    Es importante siempre que haya un coordinador de toda la intervención, que sea el principal terapeuta del niño con TDAH; que esté en continua coordinación con los profesores y con los padres del niño; y que haga llegar un informe de la evolución del niño cuando los padres acudan a las revisiones médicas, así como una reevaluación anual que certifique los avances clínicos, ya que estos avances van a suponer una reducción de la intensidad del tratamiento en todos los sentidos: frecuencia de la intervención neuropsicológica o psicopedagógica y reducción de la cantidad de fármaco (si es que lo toma)
    Si esto se cumple, los padres van a sentir el apoyo del especialista, van a aumentar la confianza en el mismo, fidelizando su proyecto terapéutico y no tendrán que hacer el peregrinaje a otros especialistas buscando profesionalidad.


    Vídeo Recomendado: Red Cenit (Adolescentes con problemas – TDAH)

    – ¿Cuáles son los objetivos alcanzables con la intervención psicopedagógica en el TDAH?

    El principal objetivo de la intervención psicopedagógica en el TDAH es conseguir, en el menor tiempo posible, (pero sin prisas), la completa autonomía de los niños que presentan este trastorno. Siempre teniendo como fin último que la familia vuelva a tener estabilidad, que dejen de hacer una terapia específica, y que puedan volver a tener sus propias rutinas, (no impuestas por la necesidad de terapia)
    No hay niños ni familias perfectas, pero si niños y familias equilibradas. En todas las casas cuecen habas, eso lo asumimos, pero en estos casos tenemos que dotar tanto al niño como a su entorno más cercano, (padres y profesores), de las herramientas necesarias para conseguir ese equilibrio, principalmente emocional, pero también conductual y académico.




    Desde aquí mi agradecimiento a D. Luís Abad Más, director de Red Cenit, centros desarrollo cognitivo por habernos acercado a la realidad de la intervención psicopedagógica en el TDAH.

  • ¿Son fiables las evaluaciones de Párkinson?

    ¿Son fiables las evaluaciones de Párkinson?


    La evaluación del Párkinson es fundamental para conocer la gravedad de esta enfermedad, así como el tratamiento a aplicar.

    La evaluación de la enfermedad de Párkinson

    Aunque en la enfermedad de Párkinson existen síntomas evidentes como los temblores, estos deben ser evaluados para conocer en qué fase de la enfermedad se encuentran los pacientes.
    Una realidad que parece afectar de forma desigual según la raza de pertenencia de la persona, tal y como se puede ver en la gráfica interactiva siguiente:

    Incidencia de la enfermedad de Parkinson por raza | HealthGrove

    Los métodos tradicionalmente empleados para esta evaluación son dos, el Hoehn and Yahr staging (HY) y la Clinical Impression of Severity Index for Parkinson’s disease (CISI-PD).
    Acompañando a estas evaluaciones se suelen emplear otras genéricas como Clinical Global Impression-Severity (CGIS) y el Patient Global Impression-Severity (PGIS).
    Estos instrumentos no son siempre empleados, quedando a la discreción del profesional o a las normas del centro el uso de una u otra herramienta. De hecho, algunos profesionales, con un corte más médico en ocasiones ponen en duda la necesidad de la evaluación de los aspectos emocionales o de la percepción de la independencia personal pero ¿Son fiables las evaluaciones de Párkinson?


    Vídeo Recomendado: Libro Blanco del Párkinson

    Tests aplicados para el Párkinson

    Esto es precisamente lo que se ha tratado de averiguar con una investigación realizada desde el National Center of Epidemiology and CIBERNED, Carlos III Institute of Health junto con el Department of Statistics, Centre of Human and Social Sciences, Spanish Council for Scientific Research, Movement Disorders Unit, Department of Neurology, Hospital Ramon y Cajal y el Movement Disorders Unit, Department of Neuroscience, Hospital Xanit International, (España); el Movement Disorders Unit, Instituto Nacional de Neurologia y Neurocirugia (Mexico); el Movement Disorder and Biostatistics Units, Neurological Service, Carlos Andrade Marín Hospital and Medicine Faculty, Pontifical Catholic University of Ecuador (Ecuador); el Department of Neurology, Hospital Ramos Mejia, Centro Universitario de Neurología de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Movement Disorders Section, Raul Carrea Institute for Neurological Research (FLENI), (Argentina); el Movement Disorders Unit, Department of Neurology, Universidad Nacional de Colombia (Colombia); el CETRAM, Facultad de Ciencias Médicas, Universidad de Santiago de Chile (Chile); el Department of Movement Disorders and Neurodegeneration, CIREN, (Cuba); y el National Parkinson Foundation International Centre of Excellence, King’s College Hospital, King’s College (Inglaterra) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica npj Parkinson’s Disease.
    En el estudio participaron trescientos ochenta y cuatro adultos, de los cuales el 44.5% eran mujeres, con edades comprendidas entre los 22 a 91 años, todos ellos diagnosticados con la enfermedad de Párkinson y sin otras psicopatologías asociadas.
    A todos ellos se les pasaron las cuatro pruebas anteriormente comentadas HY, CISI-PD, CGIS y PGIS, además del Schwab and England Scale (SES) y el el Barthel Index (BI) para evaluar el nivel de independencia personal; el Hospital Anxiety and Depression Scale (HADS) para evaluar el estado emocional predominante en el paciente; el EQ-5D-3L para evaluar el nivel global de salud clínica y económica; y el Parkinson’s Disease Questionnaire—8 items (PDQ-8) sobre la presencia de síntomas de la enfermedad de Párkinson.
    Los resultados informan sobre relaciones del 0.60 entre los resultados de las pruebas HY y PGIS; y de un 0.91 entre CGIS y CISI-PD.
    PGIS y CISI-PD correlacionan con la presencia de síntomas depresivos y de ansiedad.
    A pesar de lo anterior, no se puede escoger una sola de las pruebas anteriores ya que evalúan aspectos diferentes de la evolución y gravedad de la enfermedad de Párkinson.


    Las escalas para el Párkinson

    Entre las limitaciones del estudio está en que, a pesar de su conclusión, no ofrece un mecanismo único de evolución que recoja los índices anteriormente analizados, lo que simplificaría el proceso de evaluación y diagnóstico.
    A pesar de lo cual, destacar el importante número de participantes y de centros de investigación implicados. Igualmente, los resultados muestran cómo los procedimientos estandarizados actuales son correctos, y la evaluación de la sintomatología debe acompañarse de la evaluación de las vivencias emocionales y de la independencia percibida por el paciente.

  • ¿El autismo en adulto qué características tiene?

    ¿El autismo en adulto qué características tiene?


    Si bien cuando pensamos en autismo, lo solemos hacer en la época de la infancia, ya se trata de un trastorno del desarrollo que afecta principalmente a las habilidades de comunicación.

    El autismo por edades

    Hay que tener en cuenta que, si no se interviene, estas habilidades no se van a desarrollar por sí mismos, e incluso aunque se intervenga puede tener un efecto limitado la terapia ya que va a depender mucho de la gravedad de los síntomas del autismo y si se produce comorbilidad con otras patologías como el retraso mental.
    Algo que afecta en mayor medida a los niños frente a las niñas, tal y como se puede observar en la gráfica interactiva siguiente sobre la incidencia del autismo en función del género en EE.UU.

    Trastorno del Espectro Autista por género en Estados Unidos | HealthGrove

    De hecho, se ha llegado a afirmar que cada pequeño con autismo es un mundo totalmente diferente al resto, de ahí el esfuerzo por conocer lo más posible, tanto sobre el origen como las técnicas de intervención más eficaces, sabiendo que cuanto antes se inicie el tratamiento mejor pronóstico va a tener.
    Dicho lo cual, algunas de estas características que van a definir al menor con Trastorno del Espectro Autistas van a permanecer mucho más allá de la infancia, y dependerá del éxito de la intervención que dichos efectos sean lo menor posible, pero ¿El autismo en adulto qué características tiene?


    https://youtu.be/tFuo38h9wgo

    Vídeo Recomendado: VIDA ADULTA EN AUTISMO (TEA)

    El autismo infantil

    Esto es precisamente lo que ha tratado de averiguarse con una investigación realizada desde Department of Psychology y The Centre for the Advancement of Teaching and Learning, University of Manitoba (Canadá) cuyos resultados acaban de ser publicados en la revista científica Research in Autism Spectrum Disorders
    En el estudio participaron dieciséis adultos, de los cuales cinco era mujeres, con edades comprendidas entre los 20 a 34 años, todos ellos diagnosticados con T.E.A. en ausencia de retraso mental, para lo cual se realizó una evaluación de la inteligencia a través de una escala estandarizada denominada Wechsler Abbreviated Scale of Intelligence (WASI).
    A todos ellos se les pasaron una serie de cuestionarios estandarizados para evaluar qué características diferenciales tenían con respecto a la población “normal” para lo cual se empleó el Autism spectrum quotient (AQ), y para comprobar los niveles de empatía se usó el Empathy quotient (EQ).
    Por último, pasaron por una prueba frente al ordenador, donde se presentaban imágenes de actores, donde se evaluó el tiempo que dedicaban a ver el rostro de los mismo o alguna parte de su cuerpo.
    Los resultados informan de una menor atención tanto a los personajes como a sus caras, dedicándole menos tiempos a las mismas que la población “normal”. Siendo este resultado mayor cuanto mayores características diferenciales del autismo (AQ), y una menor empatía (EQ) exhibían los participantes.


    El autismo en adultos

    Tal y como señalan los autores del estudio, actualmente y a pesar de los grandes avances en cuanto a la creación de instrumentos de evaluación para el caso del T.E.A., a pesar de ello, existe un escaso conocimiento sobre el autismo en adultos, de ahí la importancia de esta línea de investigación.
    Señalar que la exclusión de la comorbilidad de adultos con T.E.A. ha sido acertada para mostrar los efectos de dicho trastorno de forma más clara, pero ello reduce su validez ecológica, debido al elevado porcentaje de pequeños con T.E.A. que además tienen retraso mental, lo que puede hacer presentar un cuadro totalmente diferente al planteado por los resultados de esta investigación en el adulto, aspecto que queda para próximas investigaciones.
    A pesar de estas limitaciones del estudio, parecen claro los resultados en cuanto al mantenimiento de los efectos del T.E.A. en el tiempo y de sus consecuencias en la empatía y la propia atención hacia los estímulos sociales.
    Queda todavía por investigar sobre la forma de intervenir a estas edades para reducir la «brecha» social que todavía les separa y facilitar así la integración, incluso en el ámbito laboral.

  • Dime como piensas y te diré qué sustancia consumes

    Dime como piensas y te diré qué sustancia consumes


    Hoy en día existe un mayor acceso a la información sobre los efectos de las drogas.

    El problema de la adicción al tabaco

    A pesar de ello, hay personas que piensan que son “exageraciones” o que viven “de espaldas” a la información sobre sus efectos.
    Los jóvenes parecen ser los más tolerantes sobre la realidad del consumo de sustancias, llevados por el deseo de experimentar o romper las reglas, sin percatarse o querer enterarse de los riesgos para la salud física y mental de este consumo.
    Es cierto que no todas las sustancias (tabaco, alcohol u otras drogas) van a tener las mismas consecuencias personales y sociales, de hecho, alguna de ellas ha sido clasificada como una “droga social” ya que su consumo es “bien visto” socialmente o al menos permitido, mientras que otras son rechazadas públicamente.
    Luego están las drogas “polémicas” en el que “parece” no existir un consenso sobre los beneficios o perjuicios que provoca, como en el caso del cannabis. Una polémica social que no está fundamentada en la ciencia y sus resultados; a pesar de ello, los últimos estudios indican que los jóvenes están siendo cada vez más tolerantes hacia esta droga, asumiéndola como “poco peligrosa” y “beneficiosa” a pesar de los datos científicos en contra de su uso y abuso.
    A esta polémica se une que desde los poderes públicos no exista un consenso al respecto, así lo demuestra en EE.UU. donde existen estados donde el uso y consumo de la marihuana es legal y en otros no, tal y como se puede ver en la gráfica siguiente:

    Legalidad de la marihuana en EE.UU. | InsideGov

    La conciencia social ha sido el pilar fundamental sobre el que se ha basado las campañas de sensibilización de las instituciones y asociaciones contra la droga, asumiendo que cuanta más información esté disponible sobre las mismas y sus efectos, menos consumidores habrá, pero, ¿Existe relación entre nuestra forma de pensar y lo que se consume?


    Vídeo Recomendado: México abre la puerta a la legalización de la marihuana

    La adicción al alcohol

    Esto es lo que ha tratado de averiguarse con una investigación realizada desde el Department of Psychiatry and Human Behavior, School of Medicine Atma Jaya Catholic University of Indonesia (Indonesia) junto con el Nijmegen Institute for Scientist Practitioners in Addiction (NISPA), Radboud University, y el Department of Psychiatry, Donders Institute for Brain, Cognition and Behavior, Radboud University Medical Centre (Países Bajos) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Journal of Child & Adolescent Behavior.
    En el estudio participaron 306 estudiantes universitarios, de los cuales el 82.1% eran mujeres, con edades comprendidas entre los 19 a 23 años.
    Todos ellos tuvieron que contestar un cuestionario estandarizado sobre creencias en relación a las drogas denominado Illness perception questionnaire revised version for addiction (IPQ-A), para evaluar el consumo de sustancias en los treinta días previos a la evaluación se empleó el cuestionario estandarizado denominado CIDI.
    Los resultados muestran que las sustancias más consumidas entre los jóvenes son el alcohol (89%), el café, la nicotina (21%) y el cannabis (11%).
    Con respecto a la diferencia de género, se encontraron diferencias de género en el consumo de té (mayor en mujeres); el cannabis y los estimulantes (mayor en hombres).
    Para el análisis comparativo sobre las creencias sobre las drogas se separaron los participantes en función de si eran consumidores habituales (91 participantes) o no de sustancias (217 estudiantes).
    Los resultados mostraron diferencias significativas entre los consumidores y no consumidores a la hora de “comprender la adicción”, siendo significativamente más “comprensivos” los consumidores habituales. Igualmente, estos obtenían puntuaciones significativamente más elevadas en cuanto a la creencia de control sobre la adicción, pensando que podían dejarlo cuando quisieran.


    La adicción al cannabis

    Entre las limitaciones del estudio comentar que únicamente se basaron los resultados en las pruebas escritas y no en la observación ni en información de terceras personas.
    Igualmente, la selección de los estudiantes como sujetos de análisis, deja fuera a muchos otros jóvenes, por lo que no se puede concluir sobre la generalidad de los mismos.
    A pesar de las limitaciones anteriores hay que destacar la relación entre las creencias y el consumo de drogas, por tanto, los objetos de las campañas de sensibilización tendrían que ir más encaminadas a “luchar” contra estas dos creencias que son las que significativamente se muestran en los consumidores habituales.
    La creencia de la permisibilidad social, en que “todo vale” y la creencia de “falso control” que se puede dejar cuando se quiera deberían de ser los pilares de las campañas de lucha contra la droga, en función de los resultados de este estudio.
    Ya que la creencia contaría, es decir, no hay porqué ser tan “comprensivos” con los que consumen habitualmente drogas, o no es cierto que uno pueda dejar la droga cuando se quiera, estas dos creencias parecen haber “protegido” a los no consumidores.

  • ¿Es efectiva el Mindfulness en el TDA?

    ¿Es efectiva el Mindfulness en el TDA?


    Si pensamos en el T.D.A. lo hacemos en problemas atencionales, por lo que la intervención parece clara, lograr una mayor atención.

    El TDA

    El Trastorno por Déficit de Atención (T.D.A.) puede presentarse con problemas hiperactividad (T.D.A.H.) o sin ella, por lo que la característica principal no es tanto las “molestias” que puedan causar por no “estarse quieto” tanto en clase como en casa, si no la falta de atención.
    En ocasiones puede ser “fácil” confundir ambos síntomas, pensando que, si uno no se está quieto, difícilmente puede atender, priorizando así el tratamiento en aquello que se entiende más urgente, como es el control personal; con la idea de, si consigo que esté sentado y callado durante cinco minutos, al menos algo va a aprender.
    En cambio, si la concepción es que estos pequeños sufren problemas atencionales, y que son incapaces de una atención sostenida sobre una sola fuente de estimulación durante demasiado tiempo, el permanecer “parado” en un sitio no va a hacer que por sí vaya a atender lo que explica el profesor y aprender, ya que rápidamente se pondrá a “pensar en las musarañas” y seguirá sin prestar atención. Es por ello que a la hora de priorizar la intervención en el caso del T.D.A. se debe de hacer en el aspecto atencional.
    Hay que tener en cuenta que las consecuencias del TDA no se circunscribe a la infancia, sino que estas dejan “secuelas” para la vida adulta interfiriendo en el normal desarrollo y la calidad de vida de la persona, de ahí la importancia de realizar un diagnóstico adecuado para establecer así su tratamiento.
    Con respecto al tratamiento este normalmente ha ido asociada a la administración de psicofármacos unido a la terapia psicológica, al respecto han surgido algunas técnicas para lograr focalizar la atención y fortalecer el mayor tiempo posible dicha atención, como el caso del Mindfulness que se ha visto efectivo en el tratamiento del dolor, la ansiedad e incluso la depresión, pero ¿Es efectiva el Mindfulness en el TDA?


    Vídeo Recomendado: Déficit de Atención del Adulto, Mindfulness para regular las emociones y la impulsividad.

    Mindfulness y TDA

    Esto es lo que se ha tratado de averiguar desde la University of Windsor (Canadá) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Journal of Attention Disorders.
    En este caso se trata de un análisis bibliográfico, por lo que no existen pacientes a analizar, únicamente resultados presentados en publicaciones científicas y recogidos en las bases de datos más importantes en esta área como PsycINFO, PubMed o Google Scholar.
    Se analizaron diez estudios sobre los efectos de la aplicación del Mindfulness en pequeños con T.D.A. y nueve con T.D.A.H.
    Los resultados informan que en ambos casos existe una reducción significativa de la sintomatología asociada al TDA, siendo esta mayor en los casos de TDA frente a TDAH.


    Vídeo Recomendado: Mindfulness y TDAH. Marvin Belzer, PhD. (UCLA)

    Aplicación del Mindfulness en el ámbito del TDAH

    Hay que tener en cuenta que no se trata de un estudio clínico propiamente dicho si no de un análisis bibliográfico, por lo que sería conveniente realizar investigación al respecto donde se incluyesen tres grupos, pequeños con TDA, con TDAH y sin diagnóstico de TDA (grupo control). De esta forma podría concluir al respecto.
    Igualmente hay estudios que señalan una eficacia desigual dependiendo de la edad de los practicantes del Mindfulness, por lo que para conocer si esta variable también afecta en el caso del TDA se debería diseñar una investigación que comparase la eficacia de este tratamiento en adultos con TDA frente a niños con TDA.
    Si los resultados de los diseños anteriores resultan igualmente significativos, se puede afirmar que la aplicación de la técnica Mindfulness es útil para la aplicación en el caso del TDA, con lo que mejora su capacidad atención, y, por ende, favorece su desarrollo, a la vez que reduce otra sintomatología.
    Aspectos positivos que quedan reducidos cuando además el TDA se presenta con hiperactividad, en estos casos se tendría que analizar si con una intervención conjunta empleando Mindfulness y técnicas de corte cognitivo-conductuales son la más indicadas y efectivas en estos casos.
    Un último comentario es con respecto al orden de la intervención, en ocasiones se confunde el diagnóstico del T.D.A. con otros de similares características, sobre todo cuando el T.D.A. tiene hiperactividad asociada. Tal es el caso de los trastornos del comportamiento con inicio en la infancia o la adolescencia, como los trastornos hipercinéticos o los trastornos disociales recogidos en el CIE-10.
    En tales casos, se trata de un problema previo de diagnóstico, por lo que la intervención no se debe de centrar en la aplicación de técnicas para el manejar de la atención como la anteriormente presentada, si no en los problemas conductuales mostrados por los pequeños.

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