Categoría: Psicología Clínica y Psicoterapia

Temática de la Psicología Clínica

  • Entrevista a D. José Ramón Ponce quien nos habla de los jóvenes

    Entrevista a D. José Ramón Ponce quien nos habla de los jóvenes


    Entrevista a D. José Ramón Ponce quien nos habla de los jóvenes y sus problemas desde un punto de vista psicológico.




    – ¿Cuáles son los problemas emocionales más presentes entre los jóvenes?

    Cuando se abandona la infancia comienza la etapa intermedia y de preparación para la vida adulta. Esta etapa, la cual abarca desde los doce hasta los dieciocho o veinte años de edad aproximadamente, es sumamente difícil. Los adolescentes se hallan inmersos en un torbellino de pasiones, sus desbalances emocionales son intensos y sufren por los cambios en los cuales se adentran. Los padres se equivocan a menudo al ver la sonrisa de sus hijos, pero en realidad esas manifestaciones son escape inconsciente a su incertidumbre, desorientación y angustia, por una sociedad que los espera pero no saben cómo enfrentar.
    Se muestran muy ansiosos, irritables, y a menudo agresivos. Se deprimen fácilmente debido a que es muy escabrosa la «tarea» de la inserción social. Sus intereses se modifican, lo que antes las gustaba, o donde se desenvolvían exitosamente, a partir de un momento dado le es indiferente. Sus miras corren en otra dirección, ya no interesa el estudio docente, orden en su habitación, o tareas del hogar.


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    – ¿A qué se cree que se debe?

    Las causas de conflictos emocionales en adolescentes, y su comportamiento peculiar, debe ser analizada desde dos ángulos diferentes. Por una parte, sus cambios internos, los cuales se inician con su modificación biológica, y por otra su interacción con el entorno socio-ambiental, incluidos padres, tutores y maestros.
    Los cambios internos, para mejor comprensión, siguen una secuencia sistémica. Se inician en la etapa preliminar de la pubertad, donde la maduración física y psíquica, promovida por el desarrollo endocrino, le imprime al joven nuevas características. Aparecen necesidades sexuales, determinadas por la producción de hormonas rectoras; andrógenos y testosterona en el masculino, y estrógenos en la femenina. Con ello surgen tendencias e impulsos que el púber requiere satisfacer, pero no comprende, no sabe cómo hacerlo, o no se atreve a lo ignoto para él.
    En consecuencia, trata de orientarse y conocer el mundo, requiere insertarse en la vida social que observa en adultos a su alrededor. En su conflicto, indaga y ensaya recursos para lograr sus objetivos, o apela a conductas compensatorias para ello. Por consiguiente, intenta obtener a cualquier costo el reconocimiento de quienes le rodean, explora modelos de identificación e intenta imitarlos, dado que estos lograron lo que él o ella no han logrado aún.
    Se acerca e integra al grupo de otros jóvenes de su edad y se amolda a estos, asume sus características para encontrar su orientación. Trata de sobresalir entre ellos de alguna manera, pretendiendo aceptación y admiración; incluso no solo en su entorno grupal sino también ante la comunidad y la sociedad en general. Por consiguiente es proclive a extravagancia, excentricismo y conductas bizarras.
    Se agrega la necesidad de negar la autoridad y la familia porque simbolizan su infancia, y aceptarlos es para ellos como regresar a su condición de niño. Desde luego, como resultado de todos estos conflictos disminuyen los intereses escolares, incluso resultados docentes.
    Tratan de lograr su reafirmación a cualquier costo, y en la medida que fracase en sus intentos, se siente intensamente frustrado. Puede por consiguiente ser factible a depresión, ansiedad, se torna distraído y angustiado, busca un “escape” a su estado, lo cual se hace más agudo si padres, tutores o maestros no lo comprenden.

    – ¿Qué papel tiene la tecnología en las emociones de los más jóvenes?

    Es evidente que el desarrollo tecnológico ha impuesto formas nuevas en las relaciones interpersonales, de lo cual no escapan los adolescentes; quizás estos cambios han encontrado en ellos mayor aceptación. Es natural que así sea, la necesidad de conocer el mundo, “estar en la cima”, insertarse al medio social, y la facilidad de comunicación misma, los hace proclives a acudir a la obtención del dominio y uso de las nuevas tecnologías.
    Se agrega que estos avances se erigen como medio de “escape” a su incertidumbre y ansiedad. La dedicación a la comunicación y uso digital constituye para ellos un mecanismo compensatorio a sus estados emocionales. Al mismo tiempo, constituyen un expedito canal de interacción con relaciones y grupos; de hecho es una vía para encontrar apoyo afectivo y orientación para el comportamiento eficiente.
    No hay que olvidar tampoco que la tecnología constituye un medio de realización personal, lo cual es muy útil en el adolescente. Eso le permite destacarse en la sociedad, un medio para hacerse sentir, y de manera constructiva.
    Sin embargo, ante esta nueva era comunicacional los padres se sienten a menudo impotentes, o al menos no comprenden la situación, y sienten que pierden el control de sus hijos y nietos. Más aun cuando, de la misma manera que la tecnología actual facilita la vida de los jóvenes, puede constituirse en un canal muy nocivo. Estos medios han servido para el abuso escolar, prostitución, y otras agresiones, desembocando en algunos casos en el suicidio de las víctimas.
    Claro está, el problema se complica por el hecho de que familiares de los adolescentes arrastran prejuicios y tabúes sexuales que pretenden infructuosamente impedir su circulación por carreteras digitales. No saben cómo abordar el problema, no comprenden, y en ocasiones las medidas tomadas son contraproducentes.
    Dada la situación como se presenta, no queda más alternativa que, en primer lugar, los padres obtengan conocimiento y destreza de los mismos medios tecnológicos que sus hijos operan. Segundo, educarlos en las consecuencias de su uso dañino e indiscriminado. Tercero, mantener, como se requiere sobre todo adolescente, un control prudencial de los contenidos comunicacionales que reciben o hacen circular; sin interferir su privacidad en lo posible. En fin, la tecnología tiene su lado favorable y el desfavorable, por lo cual se requiere un balance y control correcto de su uso, pero lo cierto es que no se puede negar ni impedir.


    – ¿Qué nivel de éxito tiene el tratamiento psicológico entre los jóvenes?

    El tema del nivel de éxito en el tratamiento de adolescentes es polémico por diversas razones. En primer lugar se requiere determinar la causa por la cual se acude a buscar ayuda profesional con respecto al hijo adolescente. Es muy común ver que los padres o tutores los conducen a psicólogos o psiquiatras simplemente porque no pueden “controlarlos”, son contestarios”, o presentan conductas divergentes con hogar o familia. Es diferente cuando presentan un franco trastorno, como esquizofrenia, estados obsesivo-compulsivos crónicos, u otros.
    Se agrega un hecho, no siempre comprendido, y es que las adversidades sufridas por sus miembros, como preocupaciones, problemas o fracasos, provocan irritaciones que tienden a desplazarse hacia el «eslabón débil», el «chivo expiatorio», la «oveja negra», y estos son usualmente adolescentes del hogar. Lo cierto es que los padres pretenden que el joven se comporte a su “imagen y semejanza”, y no es posible.
    Por otra parte, a menudo cuando existen realmente conductas anómalas o antisociales en el adolescente, los padres, tutores e incluso maestros, pretenden que el psicólogo resuelva en horas lo que ellos han fomentado durante años.
    De cualquier manera se requiere tomar en cuenta un hecho del cual me he percatado durante largo tiempo en el ejercicio profesional de la psicología. Los adolescentes calificados de “problemáticos” por su entorno, pueden presentar una conducta conflictiva en mayor o menor medida, incluso antisocial. Sin embargo, en la mayoría de los casos es solo apariencia. Es como si crearan una «coraza» defensiva, la cual es presentada a la familia y sociedad, pero debajo se encuentra el verdadero individuo. A medida que su entorno sea más desfavorable, dicha «coraza» penetra en su interior, y cuando alcanza su personalidad, ya es tarde.
    En consecuencia, al reflexionar sobre la conducta del adolescente se requiere primero definir, si hay un trastorno que merite tratamiento, son conductas normales de un adolescente, o es un comportamiento resultante de los errores de padres, maestros o tutores.

    – ¿Deja «secuelas» psicopatologías asociadas a la depresión o el estrés si no se tratan a tiempo?

    Sin embargo, el trastorno que constituye un llamado de alerta son las manifestaciones de depresión en el adolescente. Es explicable que el cumulo de conflictos que sufre propicien dicho estado, máxime si los padres no lo han capacitado suficientemente para afrontar los embates de la vida. En ello se incluyen tanto adversidades propias de su edad, como causadas por su entorno socio-ambiental; por ejemplo, el fallecimiento de sus padres, crisis sociales, carencias financieras en el hogar, víctima de guerra, migración, entre otras.
    No es necesario ofrecer cifras, todos saben que el índice de suicidio en esas edades es elevado, y en Conversando con adolescentes, se ofrecen ejemplos de las consecuencias de no tomar en cuenta estos cambios en los jóvenes. Se enumeran sus causas y señales, así como el modo de proceder cuando surge este trastorno.

    – ¿Qué relación existe entre los problemas emocionales y otras psicopatologías como los trastornos de la alimentación?

    Diferentes teorías indican asociación entre los conflictos emocionales y los trastornos alimentarios en los adolescentes, predominantemente mediando estados severos de ansiedad; principalmente en anorexia y bulimia. En mi opinión, puede existir un factor educativo en la etiología de estos trastornos, al margen de una explicación psicoanalítica.
    Se sugiere una relación estrecha entre el estado obsesivo por la figura, especialmente en mujeres jóvenes en su afán por una presencia física delgada. Esta actitud alcanza un nivel morboso, de enfermedad, cuando se produce férreo condicionamiento obsesivo-compulsivo por la delgadez. Desde luego, este estado puede conducir a la muerte si no es tratado con los medios psiquiátricos y psicológicos disponible; aunque el nivel de éxito sea bajo.
    Por otra parte, la bulimia sigue un curso similar. Incluso es común observar como numerosas personas sin llegar a ese nivel de enfermedad, aumentan de peso por la obsesión de comer. Sin embargo, en este trastorno el mecanismo parece ser diferente, el acto mismo de “llevar” porciones de alimento a la boca constituye en sí mismo liberador de ansiedad.


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    – ¿Cuál es la relación entre los problemas emocionales y las adicciones?

    Aunque no poseo vasta experiencia en drogadicción y abuso de sustancias, los pocos casos que he atendido encajan dentro de los planteamientos de la teoría y práctica clínica. Se indican varios factores fundamentales en general; entre ellos el exceso de permisividad desde la infancia, y la falta de autoridad. También se indica la carencia afectiva, concretada en la escasez de muestras de afecto, frialdad, abandono, o alejar al niño del hogar desde temprana edad. Quizás interviene en alguna medida el vecindario, grupo de amigos, y entorno social. Pero lo cierto es que si se consolidan las relaciones de la adolescente con su madre, y el adolescente con su padre, se siembre el antídoto contra conductas nocivas.
    En el libro Conversando con adolescentes (adquirible en amazon.com) se halla el epígrafe “Malos hijos”, y expongo el error que esa idea significa. Los hijos no “salen malos ni buenos”, sino que son producto del entorno familiar y social en que se desenvuelven. Al margen de la posibilidad de transmisión genética, las conductas relacionadas a su vínculo con la sociedad parecen ser más un producto de la educación que de la herencia biológica.
    Al respecto es necesario enfatizar que la educación y la identificación del adolescente con sus padres o maestros no se logra tanto por los sermones a los cuales son sometidos, sino por recursos habilidosos para hacer que presten atención; abundo en medidas prácticas para ello en ese libro. Por encima de todo debemos evitar que cuando “hablemos” mucho, digan para sus adentros “si, para que te calles”
    Es por ello sumamente importante, para padres y tutores, comprender, y saber influir y manejar al adolescente. Una Caja de caudales es muy difícil de abrir, y es casi impenetrable si no se tiene la combinación requerida, podemos estar días golpeándola sin poder abrirla. La mentalidad del adolescente es similar, es imposible que responda si no nos relacionamos con ellos correctamente.




    Desde aquí mi agradecimiento a D. José Ramón Ponce por habernos acercado a las dificultades psicológicas que se pueden presentar entre los más jóvenes.

  • ¿Es beneficioso aplicar la danza al autismo?

    ¿Es beneficioso aplicar la danza al autismo?


    Uno de los problemas principales del autismo es la diversidad de sintomatología positiva y negativa que muestra.

    Síntomas en el autismo

    La sintomatología positiva, es aquella que no debería de estar ahí y que está presente precisamente por sufrir autismo; mientras que los síntomas negativos hace referencia a comportamientos o conductas que deberían de estar presentes en el autismo y no se hallan debido al trastorno.
    A parte de esta distinción, existen multitud de «deficiencias» que se han de trabajar una a una para ayudar al pequeño en su progreso.
    En ocasiones estos mini-procesos están encadenados, de forma que para lograr uno de orden superior se requiere de un entrenamiento dominio del de orden inferior, tal y como se conceptualiza don el método A.B.A.
    A pesar de este modelo de intervención actualmente se están explorando otras alternativas que sean más rápidas en cuanto al tiempo que se requiere, e igualmente que se traten más conductas de una vez.
    Un de estos modelos es la danza, algo que se ha observado beneficioso en otros tipo de intervenciones como en los casos de pequeños con Retraso Mental.
    Técnica que le confiere un mejor dominio de su cuerpo, a la vez que fomenta la interacción con los demás, pero ¿Es beneficioso aplicar la danza al autismo?


    Vídeo Recomendado: Trastornos del espectro autista

    La danza en el autismo

    Esto es precisamente lo que se ha tratado de resolver con una investigación realizada desde el Department of Psychology y el Department of General Psychiatry, University of Heidelberg, junto con el Department of Creative Arts Therapies and Therapy Sciences, Alanus University, y el Department of Therapy Sciences, SRH University Heidelberg (Alemania) cuyos resultados se acaban de publicar en Behavioral Sciences.
    En el estudio participaron setenta y ocho pacientes con trastorno del espectro adulto de los cuales doce eran mujeres, con edades comprendidas entre los 14 a 65 años.
    A la mitad de los mismos se les asignó al grupo experimentales: Con intervención de 10 semanas en un programa especifico para desarrollo de habilidades de danza; el resto perteneció al grupo control con el que comparar la efectividad de la intervención.
    Las sesiones de danzaterapia fueron de 60 minutos a razón de diez sesiones semanales durante 10 semanas.
    Se realizó una evaluación pre y post intervención y una última con un seguimiento de seis meses; esta evaluación se llevó a cabo con el Scale for the Assessment of Negative Symptoms (SANS) que evalúa la presencia de síntomas negativos del autismo.
    Los resultados muestran tendencias significativas hacia una reducción de la sintomatología negativa del autismo, siendo únicamente significativo para algunos subtipos de dicha sintomatología.


    Aplicación de la danza en el autismo

    Una de las limitaciones del estudio se encuentra en el rango tan amplio de edad de los participantes, lo que no permite conocer si estos resultados son específicos de una rango concreto o no.
    No se ha realizado un análisis de los resultados por género, por lo que no se puede conocer si la danza mejora más o menos la sintomatología del autismo en hombres o en mujeres, o lo hace por igual.
    Con todo lo anterior, parece que la danza como terapia en el autismo no da los resultados esperables; sí es cierto que sirva para mejorar algunos síntomas, pero son insuficientes para concluir sobre los beneficios de la danza en el tratamiento del autismo.
    Este tipo de investigación, aunque arrojen resultados negativos, permiten conocer y descartar entre aquellas intervenciones eficaces y las que no lo son; para de esta forma poder ofrecer a los pacientes y sus familias tratamientos efectivos con el que mejorar su sintomatología y calidad de vida.

  • ¿Qué consecuencias tiene la soledad sobre la salud mental?

    ¿Qué consecuencias tiene la soledad sobre la salud mental?


    Uno de los problemas más comunes entre la población adulto es la soledad, máxime cuando se trata de ancianos.

    La soledad, elección o imposición

    En ocasiones es algo buscado; al aislarse de los demás que «no le comprenden», o es algo «forzado» por un dolor provocado por una situación externa como un divorcio o separación.
    En otros casos es algo «que sucede» con el paso del tiempo, cuando poco a poco van falleciendo familiares y amigos a medida que se alcanza una edad considerable.
    Sea como fuere, el aislamiento impide a la persona obtener los muchos beneficios que las relaciones sociales ofrecen, no sólo de apoyo si no también de intercambio de ideas.
    A pesar de que es hasta recomendable cuando se vive un momento especialmente estresante, acuciado por las demandas externas; no todo el mundo lo vive como algo beneficioso si se prolonga en el tiempo, pero ¿Qué consecuencias tiene la soledad sobre la salud mental?


    Vídeo Recomendado: La soledad en los mayores

    Consecuencias de la soledad

    Esto es precisamente lo que se ha tratado de averiguar con una investigación realizada desde el Nathan S. Kline Institute for Psychiatric Research, junto con el Department of Psychiatry, New York University School of Medicine, el Department of Psychiatry, Columbia University, la University at Buffalo, State University of New York, el Institute for Social and Psychiatric Initiatives (InSPIRES), New York University School of Medicine cuyos resultados acaban de publicarse en la revista científica Psychiatry Research.
    En el estudio participaron ciento nueve adultos, con edades comprendidas entre los 18 a 65 años, de los cuales cincuenta y uno estaban diagnosticados con esquizofrenia, no teniendo el resto problemas de salud mental, siendo el grupo control.
    A todos se les administró una escala estandarizada sobre el grado de soledad percibido a través del Revised UCLA Loneliness Scale (UCLA-R); igualmente se evaluaron los pensamientos a través de Langdon and Coltheart’s task, el Tromsø Social Intelligence Scale y por último pasaron por una prueba en que veían imágenes emociones de caras humanas para observar su reacción.
    Los participantes con esquizofrenia además pasaro pruebas de evaluación emocional denominadas Positive and Negative Syndrome Scale (PANSS), Assessment of Negative Symptoms (SANS) CDSS for depression y Quick-IQ version 3.
    Igualmente se les preguntó sobre los hábitos de consumo de sustancias adictivas, droga, alcohol o tabaco; además de si sufrían o no problemas de salud como hipertensión o diabetes.
    Los resultados muestran niveles significativos de soledad entre los pacientes con esquizofrenia frente al grupo control.
    Además las personas con mayores niveles de soledad son los que muestran significativamente más propensión al consumo y abuso de drogas, tabaco y anti-psicóticos, y altos niveles de hipertensión.


    Soledad y Salud Mental

    Entre las limitaciones del estudio está en la selección de los participantes, ya que se da cuenta de un problema mental muy concreto, la esquizofrenia, con una baja incidencia en la población, por lo que sus conclusiones no se pueden extrapolar a otros problemas de salud mental.
    Igualmente hay que tener en cuenta que la población objeto de estudio es la americana, por lo que las conclusiones no pueden extrapolarse a otras poblaciones sin realizar la preceptiva replicación.
    A pesar de lo anterior, hay que destacar la fuerte relación entre la salud mental y la soledad, propio de la estigmatización, que lejos de buscar la integración de estos pacientes, los aíslan.
    Algo que no ayuda ni beneficia ni al paciente ni a sus familiares, y que además acarrear una serie de problemas de adicción e incluso de salud como es la hipertensión.
    Por tanto, no basta con dar visibilidad a los problemas de salud mental una vez al año, si no que es preciso crear planes de integración, al igual que se hace con otra población desfavorecida, con lo que luchar con la «lacra» de la soledad no buscada.

  • ¿Se puede prevenir la anorexia?

    ¿Se puede prevenir la anorexia?

    Muchos son los intentos por explicar sobre el origen y mantenimiento de la anorexia, tanto desde el punto de vista genético como social.

    El problema de la anorexia nerviosa

    A pesar de que se ha logrado identificar alguno de estos factores que dan origen o facilitan la aparición del trastorno de anorexia, aún queda mucho en cuanto a la prevención se refiere.
    Una problemática que se extiende de forma desigual por el mundo, siendo los más afectados los países más desarrollados; e igualmente tiene una diferencia incidencia en función del género y de la edad de los pacientes, tal y como se puede observar en la gráfica interactiva siguiente:


    Intervención en la anorexia nerviosa

    Actualmente existe todo un protocolo de intervención, tanto desde los centros de salud como hospitales, sobre cómo actuar cuando se detecta a un paciente que sufre anorexia.
    Algo relativamente fácil de comprobar cuando se encuentra en fase avanzada, debido a la delgadez extrema de la persona.
    Con posterioridad, una vez atendido hospitalariamente, se les deriva a un especialista para empezar el tratamiento para la recuperación.
    Con muchas y diversas las técnicas empleadas para ello, ya sea con re-educación de la alimentación, supervisión de la comida y terapia propiamente dicha.
    En la terapia son varios los factores que se trabajan, desde la imagen persona, la autoestima, el autocontrol,…pero ¿Se puede prevenir la anorexia?


    Vídeo Recomendado: Baeza P&F | Anorexia – Causas y tratamientos

    Buscando indicios en la Anorexia Nerviosa

    Esto es precisamente lo que se ha tratado de resolver con una reciente investigación realizada desde el Department of Psychology, University of Connecticut (EE.UU.) cuyos resultados se han publicado en la revista científica Eating Disorders: The Journal of Treatment & Prevention.
    En el estudio participaron doscientas sesenta y dos mujeres que fueron reclutadas de dos ambientes diferentes en Internet, quienes buscaban información médica sobre causas y consecuencias de la anorexia (ciento treinta y tres mujeres entre 18 a 55 años); frente a los que buscaban métodos «extremos» para adelgazar (ciento veintinueve mujeres entre 18 a 40 años).
    Se invitó a sus usuarios a rellenar tres cuestionarios, uno en el que debían calcula el índice de masa corporal, uno sobre autoestima y un tercero sobre sintomatología depresiva.
    Igualmente se les hizo preguntas para detectar la presencia de anorexia, y sobre su posicionamiento personal hacia este trastorno.
    Los resultados muestran que aquellas personas que estaban «de acuerdo» con la anorexia, mostraban un menor índice de masa corporal, mayores niveles de sintomatología asociado a este trastorno y una menor autoestima.
    Entre las reclutadas que frecuentaban páginas «favorables» a la anorexia se observó que además tenían sintomatología depresiva.


    Diagnosticando la Anorexia Nerviosa

    Entre las limitaciones del estudio, está el que no se ha realizado ningún tipo de seguimiento de estas personas para ver si su opinión y las relaciones encontradas se mantienen en el tiempo o no.
    Igualmente tampoco se las ha preguntado sobre su historial clínico y si han sido diagnosticadas con este u otro trastorno de la alimentación.
    A pesar de lo anterior, parece claro que aquellas personas que «simpatizan» con la anorexia son más proclives a sufrirla, frente a los que únicamente se informan sobre ella.
    Una buena forma de detectar población en riesgo y por tanto que requiere de una mayor atención para ayudarla a que no caiga en dicho trastorno.
    Dejando fuera de este análisis estaría el qué hacer con este tipo de páginas, canales de youtube,… ya que queriéndolo o no, están fomentando este tipo de trastorno con todas las consecuencias tiene que sobre el paciente y sus familiares.
    Ya son varios los países que han regulado al respecto prohibiendo la «propaganda» que favorezca este tipo de trastornos, evitando que los más jóvenes se vean expuestos a información incorrecta, parcial y en algunos casos hasta falsa, que «promete» una figura más delgada, aún a riesgo de la salud de la persona.
    Igualmente queda fuera de este estudio, la necesaria educación de los progenitores para que sepan identificar los primeros síntomas de esta problemática, y por tanto tratar de buscar ayuda profesional en los primeros momentos de la misma.
    Para concluir y respondiendo a la pregunta de este artículo, parece que sí se puede conocer qué jóvenes están a sufrir anorexia, precisamente los que visitan este tipo de páginas de Internet que «simpatizan» con la anorexia y sus supuestos beneficios.

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  • ¿Es bueno tocar a los pequeños con autismo?

    ¿Es bueno tocar a los pequeños con autismo?


    Aunque cada pequeños con autismo se comporta de forma diferente, muchos de ellos evitan el contacto físico.

    El abrazo en el retraso

    A diferencia de otros trastornos del desarrollo, como el síndrome de Down, los cuales son predominantemente cariñosos, «tocones» y besucones; en el autismo suele existir cierto nivel de distanciamiento con los demás.
    Al principio se pensaba que este distanciamiento se debía a problemas del lenguaje, una especia de aislamiento autoimpuesto por el menor debido a sus limitaciones para comprender y compartir el mundo de los demás, basados principalmente en el habla.
    Con el tiempo y la observación, se ha comprobado cómo existen otros niveles de separación en el autismo, tal y como en el caso del mundo emocional e incluso del contacto físico.
    Con respecto al primero, al mundo emocional, los estudios señalan que estos pequeños parecen sentir como los demás, pero que tienen dificultades en integrar sus propias emociones y las de los demás.
    Con respecto al segundo, el contacto físico, son muchos los que rehuyen de dicho contacto, sintiéndose violentados si se les trata de abrazar, incluso por los familiares más próximos.
    Hay que tener en cuenta que el contacto físico no es sólo una forma de acercarse a otro, si no también de comunicar y compartir emociones. A través de ello podemos expresar cariño, protección e incluso amor, entre las emociones positivas.
    Todo un mundo que parece «vetado» para estos pequeños que parecen «rechazarlo», entonces ¿Es bueno tocar a los pequeños con autismo?


    Vídeo Recomendado: El laberinto autista

    Abrazando en el autismo

    Esto es lo que se ha tratado de resolver con una investigación realizada desde el Department of Psychotherapy and Psychosomatic Medicine, Technische Universität Dresden (Alemania) junto con el Center for Social and Affective Neuroscience, Department of Clinical and Experimental Medicine, Linköping University (Suecia) y el Laureate Institute for Brain Research (EE.UU.)cuyos resultados se han publicado en la revista científica Psychiatry Research.
    En el estudio participaron ciento treinta y nueve adultos, de los cuales setenta eran pacientes ambulatorios frente de diversa problemática, ansiedad, depresión,… y sesenta y nueve que actuarían como grupo control.
    A todos ellos se les administraron una serie de cuestionarios, el primero para la detección de sintomatología depresiva denominado BDI II; el segundo para detectar sintomatología de autismo a través del Autism spectrum quotient; y uno último sobre las experiencias traumáticas durante la infancia a través del childhood trauma questionnaire (CTQ).
    Igualmente sentados frente al ordenador, realizaban una tarea emocional de identificación de estímulos mientras recibían una estimulación táctil, registrándose el tiempo de respuesta.
    Los resultados indican interferencias significativas en el desempeño de la tares cuando recibían estimulación emocional tanto entre aquellos que había sufrido maltrato durante la infancia como entre los que tenían sintomatología de autismo.


    El abrazo entre los menores con autismo

    Una de las limitaciones del estudio está en la selección de los participantes, al no existir un grupo de adultos diagnosticados con TEA como tal, lo que daría mayor información que no solo entre aquellos que tienen sintomatología de autismo.
    Igualmente la incorporación de un grupo de menores podría dar idea sobre si estas interferencias se observan desde la infancia y se mantienen en el tiempo o no.
    A pesar de lo anterior, hay que destacar la importancia de este estudio en la constatación de que los adultos con autismo sufren «interferencias» en su procesamiento sobre las circunstancias que le rodean cuando son sometidos al contacto físico, es decir, cambia su mundo cuando son tocados.
    Algo que lejos de ser constatado debería ser objeto de estudio y análisis sobre qué hacer y cómo corregirlo, ya no solo para que pueda recibir el contacto de los demás, si no para que los que le rodean también puedan recibir el suyo.
    Tal y como se ha señalado, el contacto no sólo es una forma de acercarse al otro, sino que es una forma de comunicar afectos, por tanto es necesario tanto darlo como recibirlo dentro de la sociedad, pero especialmente dentro de la familia.
    Muchas veces los padres se quejan de que su hijo con autismo «los rechaza» porque no quieren ser tocados, pero lo que más echan en falta es que sus pequeños les demuestre algún tipo de afecto aunque sea con un abrazo.
    Por tanto en esta intervención de contacto habría que entrenar tanto a los pequeños con autismo como a los padres para que ayuden al menor en su desarrollo.

  • ¿Acudirías a un psicólogo por problemas mentales?

    ¿Acudirías a un psicólogo por problemas mentales?


    A pesar de los grandes avances en la conciencia sobre la labor de los profesionales de la salud mental, ya sean psiquiatras o psicólogos, todavía queda mucha reticencia en la sociedad.

    Sobre la salud mental

    Aún quedan personas que consideran que los psiquiatras y los psicólogos están para atender a «los locos»; y que si se acude a uno es porque «no debe de estar muy bien».
    Es cierto el papel destacado de psiquiatras y psicólogos en el ámbito de la salud mental, pero el rango de personas es muy amplio ya que atiende problemas que van desde los emocionales, de ansiedad, de personalidad, adicciones, …
    A pesar de ello, existen notables diferencias culturales en cuanto a dónde y cuándo acudir al profesional de la salud mental.
    Dos son, a mi entender, los ejemplos de una mayor aceptación e integración de los psicólogos en la sociedad, la americana y la argentina.
    Hay que tener en cuenta las diferencias entre estos modelos, de otros como la española.
    En el sistema americano, el psicólogo funciona como «médico de cabecera» o mejor dicho «psicólogo de cabecera», es decir, alguien a quien se acude cuando se tiene el «mínimo» problema de pareja, familiar o personal; igualmente los psicólogos en EE.UU. pueden recetar medicamentos, casi todos relacionados con ansiolíticos y antidepresivos.
    En Argentina, la fuerte tradición psicoanalítica hace que las personas acudan durante años a este profesional de forma periódica.
    Algo impensable en localizaciones como en España donde sigue existiendo el «estigma» con respecto a la salud mental que hace que no se acuda a consulta tanto como haga falta, pero ¿Acudirías a un psicólogo por problemas mentales?


    Vídeo Recomendado: COMO MEJORAR ATENCION DE SALUD MENTAL EN EL PERU

    Reticiencias para acudir a consulta

    Esto es lo que se ha tratado de averiguar con una investigación desde el Relationships Australia Northern Territory, junto con la Charles Darwin University, y la Federation University (Australia) cuyos resultados se acaban de publicar en la revista científica Hellenic Journal of Psychology.
    En el estudio se compararon dos poblaciones de adultos, la anglosajona (8 participantes) y la griega (9 participantes), ambos viviendo en Australia.
    Todos fueron entrevistados, cuyas respuestas posteriormente se categorizaron y analizaron, teniendo en cuenta la visión de los participantes sobre la salud mental y sobre si acudían o no a consulta.
    Los resultados muestran que los anglosajones tienen menos problemas a la hora de acudir a consulta, mientras que los griegos tratan de buscar ayuda informal, incluida la religiosa para tratar de solucionar este tipo de problemática.
    Comportamiento que estaba de acorde con la visión de los problemas de salud mental, donde los griegos mostraban un mayor estigma al respecto, es decir, al verlo como un problema socialmente rechazado, eso podía hacer que no acudiesen a consulta, por si «alguien les veía» acudir a dicha consulta.


    Acudir o no acudir a consulta

    Entre las limitaciones del estudio se encuentra el escaso número de participantes. Igualmente la recogida de datos cualitativa podría haber sido completada con otro tipo de registro más cuantitativo que apoyase dichos resultados.
    Dicho lo cual, y tal y como indican los autores, todavía se debe de trabajar mucho en la concienciación por parte de la población de que acudan a los profesionales de la salud mental cuando así lo requieran.
    Existiendo una creciente problemática con respecto a la salud mental denunciado por la OMS, definida como la próxima epidemia mundial; es necesario que exista una mayor conciencia sobre qué es un profesional de la salud mental, y cuándo se debe de acudir.
    Por último indicar que la aproximación psicológica en este estudio ha sido únicamente con respecto al área clínica, existiendo un gran abanico de profesiones diferentes en las que puede especializarse un psicólogo ya sea en el ámbito de la educación, el deporte, la empresa, … Por lo que sobreentender que alguien acude al psicólogo por problemas de salud mental, es no ser consciente de que puede acudirse por problemas emocionales, de relaciones de pareja, por un insuficiente desarrollo en la escuela, necesidad de autocontrol, … y tantas intervenciones que puede realizar el psicólogo sin que tenga que ver con la salud mental.
    Por tanto y siguiendo la línea de los autores de este estudio, habría que reivindicar no solo la necesidad de acudir al profesional de la salud cuando así se necesite, si no al psicólogo cuando se quiera ayuda profesional en los distintos ámbitos en los que este trabaja.

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