Las nuevas tecnologías han traído muchos beneficios en cuanto a conectividad entre usuarios, pero también algunos peligros.
Problemas de salud asociados a la tecnología
Cada día son más los casos de personas con patologías físicas asociadas a la tecnología, ya sea en las manos al usar repetidamente los Smartphone o de la vista, al tener que fijar la en un pequeño dispositivo como una Tablet.
Pero la tecnología también está afectando a la salud mental de los usuarios, así el principal problema observado es con respecto a la adicción a la tecnología o la ciberadicción, por la cual, la persona es incapaz de dejar de estar conectado, pero ¿Sabe qué es la Nomofobia?
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Descubriendo la Nomofobia
Esto es lo que ha tratado de responderse con una investigación realizada desde la University of California (EE.UU.) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica UC Merced Undergraduate Research Journal.
En este estudio se realizó un análisis bibliográfico al respecto, por lo que no se llevó a cabo investigación sobre participantes.
Para ello se analizaron las publicaciones presentes en PsycINFO y en Google Scholar, teniendo en cuenta que el término Nomofobia es de tan reciente creación que no está todavía recogido como adicción por el DSM-V.
El estudio indica que la nomofobia hace referencia al miedo generado por estar desconectado de las redes sociales o de Internet en general, causado por la imposibilidad de acceder a un dispositivo móvil o computadora para ello.
Tal es el caso de los sentimientos que se generan cuando se queda el Smartphone sin batería o se «pierde» la señal wifi.
Esta fobia se ha visto primeramente entre los jóvenes, aunque no es exclusivo de ellos.
A medio camino entre la obsesión y la adicción, la nomofobia provoca altos niveles de ansiedad entre quien lo sufre.
Hay que distinguir entre este tipo de fobia, que afecta principalmente al plano cognitivo aumentando los niveles de ansiedad generados por pensamientos «catastróficos» asociados a no poder conectarse; de la ciberadicción, la cual es una adicción comportamental, caracterizado por una incursión de pensamientos que generan ansiedad, seguidos de un comportamiento adictivo, que va a provocar la liberación de dicha ansiedad, a la vez que proporcionan satisfacción por conectarse, e inicia el ciclo de la adicción de nuevo.
A pesar de esta distinción entre la ciberadicción y la nomofobia, estas se pueden presentar a la vez en los pacientes; aunque no es exclusivo, ya que se ha observado que la ciberadicción se puede presentar además con trastornos obsesivos-compulsivos, desórdenes de la alimentación o depresión entre otros.
¿No puedes vivir sin tu móvil? ¡Cuidado! puedes sufrir de ‘Nomofobia’ #GrandesMedios https://t.co/64Ek6LF7EU
— Grandes Medios (@GrandesMedios) 10 de enero de 2017
Explicando la Nomofobia
Una de las explicaciones más aceptadas con respecto al origen y mantenimiento de esta fobia es la teoría basada en el FoMO (Fear of Missing Out), que es el miedo a perderse lo último, el último vídeo de YouTube, la última noticia, lo último compartido por tu contacto, …
Por lo que en muchas ocasiones se emplea indistintamente ambos términos Nomofobia o FoMO.
Otra explicación, aunque más en la dirección de las ciberadicciones se refiere al refuerzo social que supone estar continuamente conectado, ya que se recibe «noticias» de otros usuarios, así como sus comentarios y actualizaciones.
A pesar de lo anterior, y de que ya se han reportado numerosos casos al respecto todavía no existe un programa de prevención o intervención al respecto.
Al igual que sucede con otras adicciones comportamentales, como la adicción a las compras, esta fobia está socialmente aceptada y no considerada como un problema de salud.
En realidad, para los profesionales de la salud les crea el mismo dilema que tienen que afrontar frente a las drogas «legales», ya sea el tabaco o el alcohol, donde se conoce los efectos negativos sobre la salud a corto y largo plazo, pero no se puede hacer casi nada en cuanto a prevención porque es legal.
A medida que las leyes han ido cambiando, se ha podido mejorar la prevención al respecto, aunque todavía queda mucho por andar hasta que se concierta en ilegal, al igual que otras drogas con similares efectos dañinos sobre la salud.