Si bien desde el sistema educativo se trata de dar respuesta a los alumnos con necesidades educativas especiales como en el caso de los menores con Trastorno del Espectro Autista, cuando estos abandonan el sistema educativo estos pueden llegar a ser «invisibles» ante la sociedad, la cual normalmente no realiza un seguimiento ni atiende a las necesidades de los adultos.
Si bien hay que indicar que en el autismo existen tres niveles en que se puede clasificar el trastorno según su sintomatología, así se puede diagnosticar como leve, moderado o grave, siendo estos últimos los que mayores necesidades presentan durante toda la vida.
Si bien actualmente el TEA no tiene cura, en el caso de los diagnosticados como moderado, estos pueden mejorar con la práctica y el entrenamiento adecuado, al igual que le pasa con los leves que pueden llevar una vida «normal».
A pesar de lo anterior, todavía existe lo que se denomina estigma social, es decir que a las personas por su condición pueden llegar a discriminarla tanto en el ámbito laboral como afectivo, pero ¿confesarías que tienes Autismo?
Esto es lo que ha tratado de averiguarse desde la Universidad de Nueva Gales del Sur, junto con la Universidad La Trobe y el Centro de Cooperación para la Investigación de la Vida con Autismo (Australia) cuyos resultados han sido recientemente publicados en la revista científica Journal of Autism and Developmental Disorders.
En la investigación participaron 393 adultos con edades comprendidas entre los 17 a 83 años, a los cuales se les preguntó mediante el Autism-spectrum Quotient-Short (AQ-28) sobre si habían compartido con otros su diagnóstico.
Los resultados muestran que el 71,6% de los diagnosticados con TEA antes de los 18 años compartió su condición en el ámbito educativo. Mientras que este porcentaje baja al 57,8% en el ámbito universitario, es decir, casi uno de cada dos nunca revela que tiene TEA, mientras que en el ámbito laboral llega al 64,1%.
El análisis en función del género indicó que los varones son los que están más dispuestos a compartir que tienen TEA frente a las mujeres.
Entre los motivos indicados por los entrevistados en un análisis cualitativo se extrajo que el principal motivo por el que se revela que se tiene la condición de TEA es para que la sociedad aprenda sobre sus necesidades, además de tratar de reducir el estigma social existente.
Una vez revelada su condición el 62,2% indican que tuvieron una reacción positiva, recibiendo la atención y ayuda que necesitaba, mejorando sus condiciones laborales en un 31,8% y sociales en un 15,9%.
Resultados que evidencia que si bien, en la sociedad actual, se ha avanzado mucho en dar visibilidad a otro tipo de problemática, en el caso del autismo no se le ha dado la importancia que se requiere para evitar los efectos de la discriminación social y eso que según algunas investigaciones el número de casos de niños con TEA ha ido en incremento en la última década, aspecto que todavía no está claro si se debe a un incremento en el número de casos, o que las técnicas de detección han mejorado, diagnosticando a niños que con anterioridad no se hacía.
Sea como fuere, el miedo a revelar la condición de TEA sigue presente en la actualidad, tal y como lo ha mostrado esta investigación, lo que es indicativo de que todavía no se ha «normalizado» la visión de este trastorno y que se siguen produciendo casos de discriminación hacia estas personas.
Huang, Y., Hwang, Y.I.(., Arnold, S.R.C. et al. Autistic Adults’ Experiences of Diagnosis Disclosure. J Autism Dev Disord (2022). https://bv.unir.net:2133/10.1007/s10803-021-05384-z