Muchos son los intentos por explicar sobre el origen y mantenimiento de la anorexia, tanto desde el punto de vista genético como social.
El problema de la anorexia nerviosa
A pesar de que se ha logrado identificar alguno de estos factores que dan origen o facilitan la aparición del trastorno de anorexia, aún queda mucho en cuanto a la prevención se refiere.
Una problemática que se extiende de forma desigual por el mundo, siendo los más afectados los países más desarrollados; e igualmente tiene una diferencia incidencia en función del género y de la edad de los pacientes, tal y como se puede observar en la gráfica interactiva siguiente:
Intervención en la anorexia nerviosa
Actualmente existe todo un protocolo de intervención, tanto desde los centros de salud como hospitales, sobre cómo actuar cuando se detecta a un paciente que sufre anorexia.
Algo relativamente fácil de comprobar cuando se encuentra en fase avanzada, debido a la delgadez extrema de la persona.
Con posterioridad, una vez atendido hospitalariamente, se les deriva a un especialista para empezar el tratamiento para la recuperación.
Con muchas y diversas las técnicas empleadas para ello, ya sea con re-educación de la alimentación, supervisión de la comida y terapia propiamente dicha.
En la terapia son varios los factores que se trabajan, desde la imagen persona, la autoestima, el autocontrol,…pero ¿Se puede prevenir la anorexia?
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Buscando indicios en la Anorexia Nerviosa
Esto es precisamente lo que se ha tratado de resolver con una reciente investigación realizada desde el Department of Psychology, University of Connecticut (EE.UU.) cuyos resultados se han publicado en la revista científica Eating Disorders: The Journal of Treatment & Prevention.
En el estudio participaron doscientas sesenta y dos mujeres que fueron reclutadas de dos ambientes diferentes en Internet, quienes buscaban información médica sobre causas y consecuencias de la anorexia (ciento treinta y tres mujeres entre 18 a 55 años); frente a los que buscaban métodos «extremos» para adelgazar (ciento veintinueve mujeres entre 18 a 40 años).
Se invitó a sus usuarios a rellenar tres cuestionarios, uno en el que debían calcula el índice de masa corporal, uno sobre autoestima y un tercero sobre sintomatología depresiva.
Igualmente se les hizo preguntas para detectar la presencia de anorexia, y sobre su posicionamiento personal hacia este trastorno.
Los resultados muestran que aquellas personas que estaban «de acuerdo» con la anorexia, mostraban un menor índice de masa corporal, mayores niveles de sintomatología asociado a este trastorno y una menor autoestima.
Entre las reclutadas que frecuentaban páginas «favorables» a la anorexia se observó que además tenían sintomatología depresiva.
¿Crees que tu hij@ puede tener un trastorno de alimentación (#TCA)? Aquí se muestran algunas claves de qué… https://t.co/Z1jlVNkRir
Entre las limitaciones del estudio, está el que no se ha realizado ningún tipo de seguimiento de estas personas para ver si su opinión y las relaciones encontradas se mantienen en el tiempo o no.
Igualmente tampoco se las ha preguntado sobre su historial clínico y si han sido diagnosticadas con este u otro trastorno de la alimentación.
A pesar de lo anterior, parece claro que aquellas personas que «simpatizan» con la anorexia son más proclives a sufrirla, frente a los que únicamente se informan sobre ella.
Una buena forma de detectar población en riesgo y por tanto que requiere de una mayor atención para ayudarla a que no caiga en dicho trastorno.
Dejando fuera de este análisis estaría el qué hacer con este tipo de páginas, canales de youtube,… ya que queriéndolo o no, están fomentando este tipo de trastorno con todas las consecuencias tiene que sobre el paciente y sus familiares.
Ya son varios los países que han regulado al respecto prohibiendo la «propaganda» que favorezca este tipo de trastornos, evitando que los más jóvenes se vean expuestos a información incorrecta, parcial y en algunos casos hasta falsa, que «promete» una figura más delgada, aún a riesgo de la salud de la persona.
Igualmente queda fuera de este estudio, la necesaria educación de los progenitores para que sepan identificar los primeros síntomas de esta problemática, y por tanto tratar de buscar ayuda profesional en los primeros momentos de la misma.
Para concluir y respondiendo a la pregunta de este artículo, parece que sí se puede conocer qué jóvenes están a sufrir anorexia, precisamente los que visitan este tipo de páginas de Internet que «simpatizan» con la anorexia y sus supuestos beneficios.
Aunque cada pequeños con autismo se comporta de forma diferente, muchos de ellos evitan el contacto físico.
El abrazo en el retraso
A diferencia de otros trastornos del desarrollo, como el síndrome de Down, los cuales son predominantemente cariñosos, «tocones» y besucones; en el autismo suele existir cierto nivel de distanciamiento con los demás.
Al principio se pensaba que este distanciamiento se debía a problemas del lenguaje, una especia de aislamiento autoimpuesto por el menor debido a sus limitaciones para comprender y compartir el mundo de los demás, basados principalmente en el habla.
Con el tiempo y la observación, se ha comprobado cómo existen otros niveles de separación en el autismo, tal y como en el caso del mundo emocional e incluso del contacto físico.
Con respecto al primero, al mundo emocional, los estudios señalan que estos pequeños parecen sentir como los demás, pero que tienen dificultades en integrar sus propias emociones y las de los demás.
Con respecto al segundo, el contacto físico, son muchos los que rehuyen de dicho contacto, sintiéndose violentados si se les trata de abrazar, incluso por los familiares más próximos.
Hay que tener en cuenta que el contacto físico no es sólo una forma de acercarse a otro, si no también de comunicar y compartir emociones. A través de ello podemos expresar cariño, protección e incluso amor, entre las emociones positivas.
Todo un mundo que parece «vetado» para estos pequeños que parecen «rechazarlo», entonces ¿Es bueno tocar a los pequeños con autismo?
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Abrazando en el autismo
Esto es lo que se ha tratado de resolver con una investigación realizada desde el Department of Psychotherapy and Psychosomatic Medicine, Technische Universität Dresden (Alemania) junto con el Center for Social and Affective Neuroscience, Department of Clinical and Experimental Medicine, Linköping University (Suecia) y el Laureate Institute for Brain Research (EE.UU.)cuyos resultados se han publicado en la revista científica Psychiatry Research.
En el estudio participaron ciento treinta y nueve adultos, de los cuales setenta eran pacientes ambulatorios frente de diversa problemática, ansiedad, depresión,… y sesenta y nueve que actuarían como grupo control.
A todos ellos se les administraron una serie de cuestionarios, el primero para la detección de sintomatología depresiva denominado BDI II; el segundo para detectar sintomatología de autismo a través del Autism spectrum quotient; y uno último sobre las experiencias traumáticas durante la infancia a través del childhood trauma questionnaire (CTQ).
Igualmente sentados frente al ordenador, realizaban una tarea emocional de identificación de estímulos mientras recibían una estimulación táctil, registrándose el tiempo de respuesta.
Los resultados indican interferencias significativas en el desempeño de la tares cuando recibían estimulación emocional tanto entre aquellos que había sufrido maltrato durante la infancia como entre los que tenían sintomatología de autismo.
Emotivo momento en que un niño con autismo logra por primera vez en su vida dar un abrazo y fue a un perro https://t.co/k3Ya2CB2z4
Una de las limitaciones del estudio está en la selección de los participantes, al no existir un grupo de adultos diagnosticados con TEA como tal, lo que daría mayor información que no solo entre aquellos que tienen sintomatología de autismo.
Igualmente la incorporación de un grupo de menores podría dar idea sobre si estas interferencias se observan desde la infancia y se mantienen en el tiempo o no.
A pesar de lo anterior, hay que destacar la importancia de este estudio en la constatación de que los adultos con autismo sufren «interferencias» en su procesamiento sobre las circunstancias que le rodean cuando son sometidos al contacto físico, es decir, cambia su mundo cuando son tocados.
Algo que lejos de ser constatado debería ser objeto de estudio y análisis sobre qué hacer y cómo corregirlo, ya no solo para que pueda recibir el contacto de los demás, si no para que los que le rodean también puedan recibir el suyo.
Tal y como se ha señalado, el contacto no sólo es una forma de acercarse al otro, sino que es una forma de comunicar afectos, por tanto es necesario tanto darlo como recibirlo dentro de la sociedad, pero especialmente dentro de la familia.
Muchas veces los padres se quejan de que su hijo con autismo «los rechaza» porque no quieren ser tocados, pero lo que más echan en falta es que sus pequeños les demuestre algún tipo de afecto aunque sea con un abrazo.
Por tanto en esta intervención de contacto habría que entrenar tanto a los pequeños con autismo como a los padres para que ayuden al menor en su desarrollo.
A pesar de los grandes avances en la conciencia sobre la labor de los profesionales de la salud mental, ya sean psiquiatras o psicólogos, todavía queda mucha reticencia en la sociedad.
Sobre la salud mental
Aún quedan personas que consideran que los psiquiatras y los psicólogos están para atender a «los locos»; y que si se acude a uno es porque «no debe de estar muy bien».
Es cierto el papel destacado de psiquiatras y psicólogos en el ámbito de la salud mental, pero el rango de personas es muy amplio ya que atiende problemas que van desde los emocionales, de ansiedad, de personalidad, adicciones, …
A pesar de ello, existen notables diferencias culturales en cuanto a dónde y cuándo acudir al profesional de la salud mental.
Dos son, a mi entender, los ejemplos de una mayor aceptación e integración de los psicólogos en la sociedad, la americana y la argentina.
Hay que tener en cuenta las diferencias entre estos modelos, de otros como la española.
En el sistema americano, el psicólogo funciona como «médico de cabecera» o mejor dicho «psicólogo de cabecera», es decir, alguien a quien se acude cuando se tiene el «mínimo» problema de pareja, familiar o personal; igualmente los psicólogos en EE.UU. pueden recetar medicamentos, casi todos relacionados con ansiolíticos y antidepresivos.
En Argentina, la fuerte tradición psicoanalítica hace que las personas acudan durante años a este profesional de forma periódica.
Algo impensable en localizaciones como en España donde sigue existiendo el «estigma» con respecto a la salud mental que hace que no se acuda a consulta tanto como haga falta, pero ¿Acudirías a un psicólogo por problemas mentales?
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Reticiencias para acudir a consulta
Esto es lo que se ha tratado de averiguar con una investigación desde el Relationships Australia Northern Territory, junto con la Charles Darwin University, y la Federation University (Australia) cuyos resultados se acaban de publicar en la revista científica Hellenic Journal of Psychology.
En el estudio se compararon dos poblaciones de adultos, la anglosajona (8 participantes) y la griega (9 participantes), ambos viviendo en Australia.
Todos fueron entrevistados, cuyas respuestas posteriormente se categorizaron y analizaron, teniendo en cuenta la visión de los participantes sobre la salud mental y sobre si acudían o no a consulta.
Los resultados muestran que los anglosajones tienen menos problemas a la hora de acudir a consulta, mientras que los griegos tratan de buscar ayuda informal, incluida la religiosa para tratar de solucionar este tipo de problemática.
Comportamiento que estaba de acorde con la visión de los problemas de salud mental, donde los griegos mostraban un mayor estigma al respecto, es decir, al verlo como un problema socialmente rechazado, eso podía hacer que no acudiesen a consulta, por si «alguien les veía» acudir a dicha consulta.
Entre las limitaciones del estudio se encuentra el escaso número de participantes. Igualmente la recogida de datos cualitativa podría haber sido completada con otro tipo de registro más cuantitativo que apoyase dichos resultados.
Dicho lo cual, y tal y como indican los autores, todavía se debe de trabajar mucho en la concienciación por parte de la población de que acudan a los profesionales de la salud mental cuando así lo requieran.
Existiendo una creciente problemática con respecto a la salud mental denunciado por la OMS, definida como la próxima epidemia mundial; es necesario que exista una mayor conciencia sobre qué es un profesional de la salud mental, y cuándo se debe de acudir.
Por último indicar que la aproximación psicológica en este estudio ha sido únicamente con respecto al área clínica, existiendo un gran abanico de profesiones diferentes en las que puede especializarse un psicólogo ya sea en el ámbito de la educación, el deporte, la empresa, … Por lo que sobreentender que alguien acude al psicólogo por problemas de salud mental, es no ser consciente de que puede acudirse por problemas emocionales, de relaciones de pareja, por un insuficiente desarrollo en la escuela, necesidad de autocontrol, … y tantas intervenciones que puede realizar el psicólogo sin que tenga que ver con la salud mental.
Por tanto y siguiendo la línea de los autores de este estudio, habría que reivindicar no solo la necesidad de acudir al profesional de la salud cuando así se necesite, si no al psicólogo cuando se quiera ayuda profesional en los distintos ámbitos en los que este trabaja.
Entrevista a Dª. Valeria Moletto, Especialista en Intervención Temprana, Seguimiento Prematuros de Alto Riesgo Servicio de Neonatología, Hospital Evita Pueblo, quien nos va a hablar sobre el papel de la oxitocina en el desarrollo del menor, especialmente en el autismo.
¿Cómo es el proceso de desarrollo neuronal del bebé?
Mientras un bebé se encuentra en el útero materno, está en el medio ideal para que sus sistemas vitales se desarrollen. Una vez que alcanza la madurez necesaria para adquirir el oxígeno del ambiente de manera independiente, se ponen en marcha una serie de procesos bioquímicos que dan lugar al momento más importante que podría atravesar un ser humano: “El Parto”
Ese momento en el que la cría humana deja las comodidades del útero materno para poner en marcha todas las destrezas heredadas por la carga genética, marcará no solo la historia de ese ser, sino también la de su descendencia.
Podríamos entender al parto como un momento de crisis, aceptando que en el mismo se produce un cambio brusco y una modificación en el desarrollo tanto físico como emocional de un ser humano. Y para que pueda tener lugar hay una serie de procesos químicos que deben ponerse en marcha.
El Dr. Michel Oden, reconocido obstetra francés, defensor del parto natural, habla sobre el coctel de hormonas presente a la hora del parto, y de cómo es que la madre y el bebé se ven favorecidos por este.
“El coctel de hormonas es un conjunto de hormonas que se activan durante el proceso del parto, y está compuesto por:
– Oxitocina la “hormona del amor”
Esta es la hormona que se produce durante el orgasmo o cuando se experimenta una sensación de mucho amor. Es la hormona que nos hace estar más unidos a las personas y fomentar vínculos poderosos.
Durante el trabajo de parto, la oxitocina hace que la mujer dilate y contraiga.
Es la hormona más predominante en el trabajo de parto, tanto el bebé como la mamá reciben una gran dosis, así, cuando se ven por primera vez se establece ese vínculo afectivo materno-infantil muy fuerte.
Se ha descubierto que los niveles más altos de Oxitocina en toda tu vida se dan justo después del parto, aunque también se presenta, pero en menor nivel durante el sexo y la lactancia materna.
– Endorfinas “anestesia natural”
Estas hormonas presentan un nivel alto durante el sexo, embarazo, parto y lactancia.
Sirven para calmar el dolor, como la morfina. Es el anestésico natural más potente que existe para aliviar el dolor y las incomodidades.
El nivel se va adaptando a las necesidades de cada madre.
Gracias a las endorfinas, el bebé podrá atravesar el canal de parto sin sentir dolor. Las endorfinas actúan como una anestesia natural para evitar que el bebé experimente dolor cuando su cuerpo se comprima en el momento del parto.
– La beta-endorfina es la hormona que activa la prolactina, lo que hace que la madre produzca leche para poder alimentar al bebé.
– Adrenalina y Noradrenalina “alerta y sensible”
Estas hormonas surgen cuando el bebé está a punto de nacer. Actúan para que la madre esté alerta y lista en ese momento para recibir al bebé, en pocas palabras, le dan energía a la madre.
Esta misma hormona es la encargada de dar respuesta ante los peligros.
El estrés durante el parto provoca que los niveles de adrenalina suban y el resto de las hormonas bajen lo que a su vez ocasiona que se detenga el proceso del trabajo parto. Cuando la madre vuelve a sentirse segura, las hormonas se regulan y se vuelve a activar el trabajo de parto”
¿Cuál es el papel relavante de la oxitocina?
Sabemos que tanto la utilización de oxitocina sintética, utilizada para inducir los partos, como el índice de cesáreas presentan una tasa de crecimiento alarmante. Que tanto el número de partos prematuros como el índice de niños con diagnostico trastorno del espectro autista con antecedentes de prematurez crece día a día, motivo por el cuál deberíamos analizar cuál es relación entre déficit de Oxitocina, Prematurez y Trastorno del Espectro Autista.
El Dr. Michel Oden plantea que la medicina está neutralizando las leyes de la selección natural y que al interferir como lo estamos haciendo con la fisiología humana, estamos creando un mundo radicalmente nuevo. Cree que estamos en el borde del precipicio, atrapados en nuestra propia trampa… Y el resultado es que las capacidades humanas, las que hemos ido desarrollando de un modo natural durante miles de años, se van a volver más y más débiles. Las mujeres están perdiendo la capacidad para dar a luz y para amamantar a sus hijos. Se están volviendo más y más dependientes de los médicos. Las técnicas reproductivas y la genética lo invaden todo. Lo que está realmente en juego es el futuro y la evolución de nuestra especie.
El sistema fisiológico para producir oxitocina se está debilitando, y ésa es una hormona que afecta a nuestra vida sexual y a nuestra capacidad para socializar.
Si el déficit de Oxitocina podría pensarse como sinónimo de desamor debemos replantear el impacto de la prematurez en el desarrollo neurohormonal y emocional de un bebé.
Dentro del útero, a una temperatura ideal, entregándose al proceso de desarrollo según el ritmo regido por la frecuencia cardíaca de su mamá, abrazado mediante el suave estímulo táctil del endometrio envolvente, experimentando movimientos armónicos carentes de gravedad, coordinados y guiados por la postura de flexión fisiológica, ese bebé recibe todos los nutrientes a través del cordón umbilical y en el momento del parto la Oxitocina.
Un parto prematuro interrumpe todos los procesos de desarrollo. Las vías sensoriales continúan su proceso recibiendo estímulos muy diferentes a los recibidos en el útero.
Un bebé que nace prematuro pierde su hábitat natural. Los estímulos que ingresan como aferencias propioceptivas, táctiles y vestibulares se alejan de aquellas recibidas en el vientre materno; su sistema nervioso central, aún inmaduro, debe procesar esta nueva información para dar lugar a respuestas eferentes neuromotoras que le permitan adaptarse al nuevo medio. Un medio hostil, carente del abrazo endometrial materno. Que intentará asegurarle la sobrevida con nutrientes artificiales que se alejan de los provistos por el cordón que lo unía a su madre.
Los niveles de Oxitocina que reciba ese bebé ya no serán los establecidos por la naturaleza…
Por otro lado y más importante aún, la Oxitocina (Oxt) y la vasopresina (muy similares: ambas moléculas tan sólo se diferencian en dos aminoácidos) son cruciales en la transición que supone pasar a cuidar del recién nacido, mediante la activación de cambios en expresión de genes en el cerebro maternal (Caughey et al., 2011). La oxitocina es producida en el cerebro por dos tipos de neuronas, unas que se proyectan a la hipófisis posterior y secretan oxitocina a la circulación sistémica y otras que se proyectan dentro del cerebro y que regulan algunas conductas, especialmente el comportamiento materno, además de ejercer una función homeostática. Aunque el cerebro es la mayor fuente de Oxt, también se puede producir en el útero, las gónadas, el corazón y el timo. Hay receptores de Oxt y vasopresina en todo el tronco cerebral, interviniendo en todas las conductas reproductivas, sociales y adaptativas, así como en la regulación del sistema nervioso autonómico. A diferencia de otras sustancias, la Oxt solo tiene un tipo de receptor (mientras que la vasopresina tiene tres). La Oxt activa el sistema parasimpático, disminuye la ansiedad, la obsesividad y la reactividad al estrés, y puede servir para contrarrestar el sistema defensivo asociado al estrés.
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¿Qué consecuencias tiene el déficit de oxitocina?
Según estudios realizados por un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford, aunque existe una proporcionalidad entre niveles de oxitocina y habilidades sociales, esto no es algo exclusivo del autismo. Los estudios demuestran que los niveles de oxitocina son altamente heredables.
El déficit de Oxitocina implica y condiciona la capacidad de ejercer el rol materno!
Es necesario evaluar la Incidencia de TEA, la cual aumentó 300 veces en los últimos años, actualmente se calcula que 1 de cada 68 chicos tienen algún Trastorno del Espectro Autista o TEA. Y, por otro lado, que durante los últimos 10 años en 39 países de renta media y media alta, Argentina presentó el segundo incremento más elevado (+4,2%) de la tasa de nacimientos prematuros en el período.
Somos conscientes que el índice de diagnóstico de TEA es alarmante, sabemos ya que muchos de los niños que han recibido el diagnóstico de TEA tienen antecedentes de prematurez y tal vez sería oportuno evaluar si las manifestaciones que presentan tanto unos como otros no responden a desórdenes de integración y/o procesamiento sensorial.
¿En qué consiste la integración sensorial?
La integración sensorial es la capacidad del sistema nervioso para interpretar la información percibida por los sentidos y generar respuestas inmediatas. Cuando falla una de las piezas que componen ese mecanismo, los niños se enfrentan a más obstáculos de los habituales y se irritan, se retraen o explotan emocionalmente.
La capacidad de reaccionar ante estímulos constituye la base de la función de relación.
La facultad de percibir estímulos se denomina sensibilidad. Los seres humanos pueden tener sensibilidad frente a estímulos físicos y químicos. Además, estos estímulos pueden provenir tanto del exterior como del interior del propio organismo.
El conjunto de respuestas que ser humano desarrolla frente a los estímulos, principalmente externos, constituye el comportamiento.
Por otro lado, las respuestas a determinados estímulos, principalmente internos, son las responsables de la homeostasis, gracias a la cual los organismos se acomodan y adaptan a los cambios.
¿Como funcionan los receptores?
En los seres humanos, las estructuras encargadas de recibir los estímulos se llaman receptores.
Por tanto, los receptores son los que obtienen la información de las condiciones de su entorno y de las condiciones internas del ser humano, manteniéndolo informado de su estado y situación.
Los receptores se pueden clasificar de muchas formas. Dependiendo de la procedencia
del estímulo que capten pueden ser:
• Exterorreceptores. Son aquellos que captan información proveniente del medio externo.
• Interorreceptores. Son sensibles a informaciones del interior del organismo.
A su vez se pueden clasificar en:
– Propiorreceptores. Informan sobre la postura, la tensión muscular, etc. Se encuentran distribuidos en los músculos, tendones y articulaciones.
– Viscerorreceptores. Informan de la actividad visceral y los cambios en el medio interno, por ejemplo, variaciones de temperatura, pH* o concentración de gases (O2 y CO2). Se localizan diseminados por todo el organismo.
"La oxitocina conocida como 'la hormona del apego’ está detrás de la construcción de los lazos sociales" #autismohttps://t.co/0NgTtrmIUC
Cuando un ser humano recibe un estímulo a través de un receptor, este lo transforma en una señal nerviosa que es enviada a un centro nervioso. En estos centros, las señales nerviosas son procesadas y se interpreta la información que llevan, por tanto, es en los centros nerviosos donde se perciben las sensaciones captadas por medio de los receptores.
Así, por ejemplo, es el oído el que recibe el estímulo auditivo (onda sonora), pero son los lóbulos temporales del cerebro los que interpretan la señal que reciben a través del nervio auditivo. De esta forma, son los lóbulos temporales los que interpretan la información y perciben las sensaciones auditivas.
Efectores
Una vez que el centro nervioso correspondiente ha recibido e interpretado la información, la procesa y elabora una respuesta adecuada al tipo de estímulo percibido.
La respuesta puede ser de dos tipos:
• Respuesta motora. Implica un movimiento. Los órganos efectores de este tipo de respuestas son los músculos, que se contraen o relajan cuando reciben un impulso nervioso. Esta contracción o relajación provoca el movimiento de alguna parte del animal.
• Respuesta secretora. Implica la secreción de alguna sustancia. Los órganos efectores son las glándulas, que se encargan de producir y secretar diferentes sustancias químicas cuando reciben los impulsos nerviosos correspondientes.
¿Cuál es su propuesta con respecto a autismo?
La Dra. Jean Ayres, terapeuta ocupacional estadounidense, fue la primera en describir un conjunto de conductas atípicas relacionadas con un procesamiento sensorial deficiente. Quien en 1972 definió la integración sensorial como “la organización de la información sensorial para su uso”. Es un proceso neurológico que nos permite dar sentido a nuestro mundo, al recibir, registrar, modular, organizar e interpretar la información que llega a nuestro cerebro desde nuestros sentidos. Ayres se basó en la hipótesis de que algunos niños tienen un déficit en la integración sensorial que se manifiesta en las dificultades observadas en el comportamiento intencional. Esta disfunción en la integración sensorial, puede explicar por qué algunos niños tienen problemas para aprender nuevas habilidades, para auto-organizarse, regular su atención, participar en las actividades y juegos en la escuela o en experiencias sociales positivas.
La defensa táctil se encuentra dentro de los desórdenes de procesamiento sensorial, y su manifestación es un rechazo al contacto físico o a ciertas texturas. Se entiende que los receptores que captan las sensaciones de tacto superficial y profundo se encuentran más permeables, motivo por el cual el mínimo estímulo actúa como disparador de una intensa sensación que podría llegar a causar desagrado y hasta dolor motivo por el cuál la respuesta adaptativa será la evitación.
Si entendemos al sistema táctil, como sistema comunicativo y analizamos la relación entre la permeabilidad de dicho sistema y los niveles de oxitocina como neuropéptido asociado a la interacción social tal vez abramos un nuevo juego de probabilidades. El estímulo táctil genera un aumento de los niveles de Oxitocina.
Una posible solución al déficit de Oxitocina tanto en prematurez como en niños con TEA sería la indicación de ingesta de leche materna, ya sea prolongando el período de amamantamiento como adquiriéndola en los bancos de leche de los Hospitales Públicos. Sabemos que esta hormona está presente durante el período de amamantamiento motivo por el cuál, mediante la administración de leche humana estaríamos asegurando la incorporación de Oxitocina y en cierto modo la capacidad neuroquímica de amar. Y el estímulo táctil podemos brindarlo de la manera más hermosa que pueda existir, a través de un cálido y amoroso ABRAZO!
La vorágine social, las nuevas tecnologías aplicadas en pos de los sistemas consumistas y capitalistas nos están alejando a unos de otros. Olvidamos mirarnos a los ojos al hablar, abrazarnos. Olvidamos conectarnos con nuestras capacidades preceptivas y creer en nosotros mismos. Dependemos cada vez más de lo que dictamina la ciencia. Y en el medio de todo eso están los inocentes niños, pidiendo a gritos que abramos nuestros niveles de conciencia y que amemos más!
Mi más profundo agradecimiento al Sr Martín Abalos por brindar sus aportes empíricos con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los niños que presentan estas características. Y por acompañarme a su manera en este proceso de investigación.
Bibliografía sobre la Oxitocina
Daniel Comin (2014) Los niveles de oxitocina en sangre predicen problemas sociales no solo en el autismo. Autismo Diario.
https://ecologiadelnacer.cl/michel-odent/
https://juanmoisesdelaserna.es/psicologia/altos-niveles-de-oxitocina-regulando-el-cerebro-del-autista
http://www.lanacion.com.ar/1900861-michel-odent-hay-un-correlato-entre-como-nacemos-y-el-presente
http://www.laprovincia.es/sociedad/2013/11/08/michel-odent-parto-amor-admite/569806.html
http://amesweb.tripod.com/relacion_reproduccion_animales.pdf
https://autismodiario.org/2015/01/15/abordaje-del-trastorno-sensorial-en-el-autismo/
Desde aquí mi agradecimiento a Dª Valeria Moletto, Especialista en Intervención Temprana, Seguimiento Prematuros de Alto Riesgo Servicio de Neonatología Hospital Evita Pueblo, por habernos acercado a esta aproximación con respecto al papel de la oxitocina entre los menores.
Uno de los problemas fundamentales con respecto a las drogas es la adicción, esto es, la persona va a consumirlo una y otra vez.
El problema de las adicciones
Cuanto antes se inicie en el consumo, según algunos estudios, más duradera va a ser en el tiempo esta adicción, ya que el joven lo ve como «normal».
Una circunstancia que no hace si no «minar» cualquier intento por dejarlo, ya sea por parte del propio consumidor como por parte de sus familiares y amigos.
Hay que tener en cuenta, hasta donde yo sé, que no existe ninguna droga que «sea buena» para la salud a medio o largo plazo.
Es cierto que algunas drogas han surgido de medicamentos, como el tabaco o la morfina, pero su uso fuera del control médico lo convierten en peligroso para la salud de quien lo consume.
Cuanto más tiempo se lleve a cabo dicho consumo peores serán las consecuencias que sobre la salud física y mental tendrán.
Una preocupación que para no afectar a los jóvenes, pero que con el tiempo va a acarrear importantes problemas de salud entre los adultos, acortando su vida, pero sobre todo perjudicando su calidad en sus últimos años.
Al respecto se han realizado muchos análisis para comprobar por qué unas personas son capaces de «dejar de fumar» o no han vuelto a «tomar ni una gota de alcohol» mientras que otras parece que por mucho que lo intenten son «incapaces» de dejar sus adicciones.
Algunos estudios lo atribuyen a componentes de personalidad, otros incluso a aspectos genéticos que «conducen» a los hijos de adictos a consumir,… pero ¿Cómo evoluciona la adición a drogas con el tiempo?
Vídeo Recomendado: Conferencia Prevención a las Adicciones en los Jóvenes. Jorge Piñeros
Factores que facilitan las adicciones
Esto es lo que ha tratado de responderse con una investigación desde el Department of Psychology, Arizona State University; junto con el Department of Psychology and Neuroscience y el Department of Medicine,Duke University Medical Center; y el Department of Emergency Medicine,Violence Prevention Research Program,University of California Davis (EE.UU.) junto con el Dunedin Multidisciplinary Health and Development Research Unit,Department of Psychology,University of Otago (Nueva Zeland) y el University of Queensland Centre for Clinical Research, University of Queensland (Australia) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Psychological Medicine.
En el estudio participaron mil treinta y siete «kiwis» (que es como se denominan a los nacidos en Nueva Zelanda), de los cu cuales el 48% eran mujeres, nacidos entre 1972 y 1973.
Todos ellos tuvieron que responder al cuestionario Diagnostic Interview Schedule (DIS) en donde se les preguntaba sobre el consumo de tabaco, alcohol y cannabis.
Se realizó un seguimiento en varios años, cuando tenían 21, 26, 32 y 38 años.
Se analizaron nueve factores para comprobar su papel en la presencia de adicción a lo largo del tiempo, para determinar si alguno de ellos sirve como factor de riesgo sobre el que intervenir.
Así se analizó los recursos familiares; los antecedentes familiares de adicción; los problemas de conducta durante la infancia; episodios depresivos durante la infancia; la edad de inicio de consumo; la frecuencia de consumo de cada una de las drogas analizadas.
Los resultados muestran que los factores anteriores son importantes para el mantenimiento de la adicción a lo largo del tiempo, siendo más «fácil» predecir cuando se presenten más factores de riesgo analizados.
Así, si no tiene ninguno de los factores anteriores, el joven tiene un 3% de posibilidades de consumir alcohol, tabaco o cannabis.
Si tiene tres de estos factores de riesgo, el porcentaje de consumo a largo plazo aumenta hasta un 27% de los jóvenes, es decir, más de uno de cada cuatro.
Si tiene seis o más factores de riesgo, el porcentaje de mantener la adicción a largo plazo aumenta a un 74% de los jóvenes.
Una de las limitaciones del estudio es que los resultados se centran en una población muy especifica, los nacidos y que viven en Nueva Zelanda, un país con una idiosincrasia difícil de encontrar en otras localizaciones.
Igualmente en el estudio únicamente se atendieron a tres de las adicciones más comunes, el alcohol, el tabaco y el cannabis, siendo dos de ellas «drogas legales», por lo que las conclusiones al respecto no se pueden extrapolar al resto de las drogas cuya característica fundamental es que no son legales.
Los resultados del estudio plantean un complejo panorama para poder intervenir, a pesar de ello, el ser capaz de identificar los factores de riesgo, y el peligro de su acumulación permiten conocer qué se puede hacer al respecto.
Es decir, se puede realizar estudios de screening para conocer qué jóvenes tienen un mayor número de factores de riesgo, siendo estos los más probables para que continúen su adicción a los largo de la vida, y por tanto los que más ayuda necesitan para su desintoxicación.
Cuanto antes se realice estos estudios en la población, más fácil será prevenir entre los que más riesgo sufren y con ello evitar las importantes consecuencias que sobre su salud física y mental van a tener.
Muchas han sido las variables analizadas en relación con las enfermedades neurodegenerativas.
Causas de las enfermedades neurodegenerativas
Si bien las explicaciones de tipo genético y hereditarias han dominado en los últimos años, sobre para determinado tipo de demencias; este modelo se ha visto insuficiente para explicar esta problemática tan complejo.
Igualmente se han planteado factores medioambientales, contaminantes y estresores que pueden facilitar la aparición de estas enfermedades neurodegenerativas, que aunque no son causa directa, sí parecen jugar un papel de «activación» de la genética.
Pero las últimas investigaciones van por una línea más personal, donde se estudia las características individuales de cada paciente para determinar en cada caso qué puede haber sido lo que le ha generado este tipo de enfermedades.
La alimentación se ha visto como un factor de prevención, pero también de riesgo, si no se lleva una correcta dieta de alimentos que previenen este tipo de enfermedades.
En esta línea, de estudiar lo que se come, algunos estudios están empezando a dar la «voz de alerta» con respecto al sobrepeso en relación con las enfermedades neurodegenerativas.
Algo que puede ir en contra de la lógica, que muchos pacientes de enfermedades como el Alzheimer padecen de problema de falta de peso, pero este no sería más que uno de los muchos síntomas de la enfermedad, que provoca que el paciente «olvide» que tiene que comer pero ¿Existe relación entre la Obesidad y Enfermedades Neurodegenerativas?
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Sobrepeso y enfermedades neurodegenerativas
Esto es lo que se ha tratado de responder con una investigación realizada desde el Instituye of Public Health; el MRC Cognition and Brain Sciences Unit, Cambridge Center for Ageing and Neuroscience (Cam-CAN); el Department of Clinical Biochemistry, Institute of Metabolic Sciences y el Brain Mapping Unit, Department of Psychiatry, University of Cambridge (Inglaterra) junto con la Yale School of Medicine, Yale University (EE.UU), cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Neurobiology of Aging.
En el estudio participaron quinientos veintisiete adultos, de los cuales doscientos treinta y siete eran mujeres, entre los 20 a 87 años.
Se realizó un estudio mediante neuroimagen de cada participante, analizando tanto la sustancia gris como blanca empleando la técnica de reconstrucción cortical.
Además se calculó el Índice de Masa Corporal baso en su peso y su estatura.
Igualmente se recogieron los antecedentes de diabetes, cáncer, ataques cardíacos, presión arterial alta o alto colesterol.
Se separaron los participantes en tres grupos, los que tenían un peso «normal» (246); los que tenían sobrepeso (150) y los que tenían obesidad (77).
Los resultados muestran que aquellas personas con sobrepeso y obesidad muestran una mayor atrofia neuronal localizada en la sustancia blanca, sobre todo a partir de la mediana edad.
Esto es, las personas con sobrepeso u obesas entre los cincuenta a sesenta años ven incrementadas sus posibilidades de sufrir trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer debido al deterioro neuronal.
Hay que tener en cuenta que el estudio no realiza un seguimiento de los participantes para comprobar esta aportación teórica, por lo que es preciso de nueva investigación al respecto.
Igualmente, no se han incluido ninguno de los cuestionarios y test estandarizados para evaluar el desempeño cognitivo aportado desde la neuropsicología.
Con la salvedad anterior, este estudio presenta datos contundentes sobre los problemas asociados del sobrepeso y la obesidad, fijando su incidencia en una edad muy concreta, por lo que se deberían de implementar programas de prevención del sobrepeso en esas edades como forma de prevenir enfermedades como el Alzheimer.
Aunque este estudio no es concluyente entre la relación de obesidad y Alzheimer sí se une al conjunto de estudios que están explorando y señalando que es posible que se produzca esta relación. Aún quedaría por determinar si se trata de una relación directa, o mediada por alguna variable, en la que pueda intervenirse para romper dicha relación.
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