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  • Efectos psicosomáticos del Bullying escolar

    Efectos psicosomáticos del Bullying escolar

    El Bullying es una de las situaciones más difíciles que puede vivir un pequeño fuera del ámbito familiar, y origen de enfermedades psicosomáticas.

    Acoso escolar

    Los pequeños en ocasiones están expuestos a situaciones de estrés que «les supera» como es en el caso del Bullying o Acoso Escolar donde uno de sus compañeros o un grupo de ellos le hacen «la vida imposible», con conductas que tratan de humillarlo y minar su autoestima, todavía en formación.
    Éste estrés producido por el continuo acoso, va a tener una serie de consecuencias en el menor, como va a ser una reducción de la autoestima lo que va a afectar a su estado de ánimo, el rendimiento escolar,… , además puede llegar a desencadenar en trastornos psicosomáticos.
    Éstos son manifestaciones físicas de enfermedad producido por conflictos internos, los cuales van a ir cambiando en función de la edad:
    – En los más pequeños, de 0 a 6 meses, se restringe prácticamente al área de la alimentación, con cólicos, vómitos e incluso anorexia, además puede ir acompañado de insomnio (área neurológica) y atopías (área dermatológica).
    – De 6 a 12 meses, el área de la alimentación cambia hacia las diarreas rebeldes, colitis ulcerosas, rumiaciones o mesmerismo; incorporándose el área de la respiración con asmas y espasmos de sollozo.
    – En la infancia (más de 12 meses) y la adolescencia, se mantienen las afecciones del área de la respiración, cambiando en el área de la alimentación a anorexia y bulimia, obesidad, ulcus, caprichos alimenticios o abdominalgia; ampliando el abanico en el área neurológico con algias, migrañas, y síntomas de Gilles de Tourette; y mostrando nuevas patologías, como en el área endocrino, con retraso psicógeno del crecimiento o diabetes; el área de la excreción, con enuresis, estreñimiento, encopresis o megacolón; y en el área de la dermatología con alopecias, psoriasis, tricotilomanía, acné, dermatitis o puritos.
    Como se puede observar a medida que crece la persona, se va ampliando la variedad de síntomas psicosomáticos que puede experimentarse, algunos autores lo explican debido a un mejor conocimiento del esquema persona de nuestro propio cuerpo y por tanto, en un mayor dominio de él.
    A pesar de estas diferencias, entre los signos expresados en edades más tempranas o en la adolescencia, el origen del mismo sigue siendo idéntico, atribuyéndose a:
    – un conflicto interno entre pulsión y conciencia, defendido por el psicoanálisis.
    – una carencia afectiva en los primeros años de vida, más allá de recibir los cuidados y atenciones debidos.
    – un reflejo de una personalidad tipo C de la madre, que va a conformar la del pequeño.
    – un reflejo de la conflictividad externa que se “proyecta”, debido a un ambiente inadecuado.



    Bullying escolar

    Es precisamente en éste último punto donde se enmarcaría el Bullying o Acoso Escolar, es decir, los efectos psicosomáticos producidos antes un medio ambiente inadecuado, así lo afirma un reciente estudio de la Università di Padova (Italia) en el que se publicado en Pediatric. Los autores realizaron un meta-análisis con 30 estudios previos extraídos de 119 publicaciones científicas sobre los efectos psicosomáticos del Bullying. Las conclusiones del estudio informan de los resultados claros sobre los efectos en la salud comparando a los niños y niñas acosados por sus iguales frene a otros pequeños de la misma edad.

    Consecuencia acoso

    Un dato curioso de éste estudio es que los efectos en el tiempo son menores en las niñas frente a los niños, aunque no especifica claramente cuáles pueden ser los motivos de estas diferencias, el prematuro desarrollo de capacidades lingüísticas y comunicativas pueden proporcionarle herramientas adecuadas para poder «quejarse» a los adultos de la situación de acoso, y contar un mayor grupo de apoyo que los niños de su misma edad.
    Recordar que los trastornos psicosomáticos surgen inicialmente cuando la persona no es capaz de poner palabras y expresar aquello que siente y que le está provocando gran tensión, y es el cuerpo el que se expresa y «comunica».
    Los síntomas más habituales que puedan surgir en éstos pequeños que sufren acoso escolar son, dolores de cabeza difusos, pérdida de apetito, dolor abdominal y eneuresis (micciones nocturnas).




  • ¿Qué es la colitis ulcerosa?

    ¿Qué es la colitis ulcerosa?

    Determinadas enfermedades tienen un importante componente psicológico,  denominadas enfermedades psicosomáticas, pero ¿Qué es la colitis ulcerosa?

    Se trata de una inflamación con ulceraciones de la última sección del sistema digestivo, el colon y el recto; acompañado de dolor abdominal y diarreas, en algunos casos con sangrado, que a su vez puede provocar anemia, cansancio severo, pérdida de apetito y de peso.
    Actualmente todavía se discute cuál es la causa de ésta enfermedad, que suele estar arraigada a un importante componente hereditario. Tres son las aportaciones que se han manejado como las más probables:
    – Infección bacteriana específica, tal y como sucede en los casos del ulcus gástrico.
    – Alteraciones en el funcionamiento del colon:
    – Desajustes vasculares de la membrana basal de la mucosa cólica.
    – Producción excesiva de enzimas.
    – Hipersensibilidad de la mucosa a determinados alimentos como leche.
    – Se trataría de una enfermedad autoinmune, donde se estimula una producción de anticuerpos que atacan a la pared cólica; aunque todavía no se tiene muy claro si se trata de un efecto o una consecuencia de la enfermedad.
    Por lo tanto, la colitis ulcerosa está muy relacionada con el correcto funcionamiento del sistema inmune, el cual, como ya sabemos pasa por una fase de inmunodepresión cuando está presente una vivencia de estrés, ya sea ésta interna o externa.



    Actualmente no existe cura más allá de combatir los síntomas, a través de farmacología, antiinflamatorios o inmunoreguladores; o bien extirpar mediante intervención quirúrgica la parte afectada.
    Como en otras enfermedades el componente psicológico del estrés juega un papel fundamental en el mantenimiento y agravamiento de los síntomas, estando todavía en discusión su relevancia como desencadenante y por lo tanto la causa de ésta enfermedad. Igualmente los aspectos psicológicos van a jugar un papel en el alivio y mejora de las sensaciones asociadas a la sintomatología de la colitis ulcerosa.
    A pesar de que, como se ha comentado, el papel de la psicología parece más destacable en el mantenimiento, agravamiento e incluso tratamiento de ésta enfermedad, algunos autores la han relacionado con determinadas características de personalidad en que sería más frecuente que apareciese.
    Estas personas serían más susceptibles a la opinión de los demás, especialmente vulnerables al rechazo, con dificultad para expresar los sentimientos y demandas personales (alexitimia), con baja autoestima, timidez y gran dependencia de los demás, sobre todo a nivel emocional.
    Igualmente se muestran escrupulosamente ordenados, limpios y responsables; con marcada tendencia a la obediencia y el conformismo, obstinados, con dificultades para decidir; con excesiva “intelectualización” de su vida emocional.
    Llevando una vida social dominados por una estricta moral, donde no tiene cabida la exacerbación de las emociones (dado también por su timidez), con carencia de sentido del humor.
    Como se ha comentado estas personas tienen una excesiva dependencia de aprobación de los demás, lo que les lleva a manifestaciones de amabilidad excesiva y casi de sumisión.
    En algunos casos, los pacientes de colitis ulcerosa, muestran una tensión constante, debido al miedo al rechazo o a las actitudes negativas de los demás, como reproches o desplantes, que le lleven a un enfrentamiento. Siendo la respuesta más habitual la de acatamiento de las normas sociales y sumisión a los demás; o todo lo contrario, es decir, se presentan como personas orgullosas, distantes e incluso arrogantes, como forma de mantener las distancias y evitar el conflicto.
    Dualidad que también se halla en otras características, como el del orden y la limpieza, pudiendo encontrar a pacientes, excesivamente cuidados y pulcros, mientras otros son desordenados, poco aseados y con actitudes hostiles ante el ambiente.
    Pero en ambos casos los pacientes son inseguros, llenos de angustia, con sentimientos de inferioridad y con una sensación de estar en deuda con los demás, actuando en busca de referentes que le den seguridad. Aspectos que contrastan con un logrado estatus profesional, sobre todo en aquellas actividades que requieren de mayor intelectualidad, estando bien considerado por sus compañeros gracias a sus cualidades y moralidad.
    Con respecto a su vida íntima de pareja y sus relaciones interpersonales más próximas, estas se basan en cuestiones prácticas y no tanto a sentimientos de amor, en el caso de la pareja, o de simpatía y amabilidad en el caso de los compañeros y amigos. Con un exceso de apego a las figuras de referencia, que generalmente son los progenitores, que usan como referentes para tomar cualquier decisión.
    En la relación en la diada madre-hijo, se muestra cómo ésta es fría, rígida y carente de expresión de emociones, permanentemente insatisfecha, atribuyéndose el papel de mártir sacrificada por la familia, lo que despierta un sentimiento de culpa en el hijo, desarrollando una hipersensibilidad por los sentimientos y deseos de la madre.




  • El papel psicológico en el ulcus gástrico

    El papel psicológico en el ulcus gástrico

    El ulcus gástrico se produce principalmente por la bacteria Helicobacter pylori, aunque también juega un papel destacado lo psicológico, descubre cómo.

    El ulcus gástrico más conocido como ulceraciones gastro-intestinales o úlceras pépticas.

    Las úlceras son lesiones en la piel, o en la membrana mucosa, que recubre el estómago (úlcera gástrica), en el duodeno (úlcera duodenal) o en el esófago (úlcera de esófago). Éste revestimiento es necesario contra los ácidos irritantes producidos por el propio estómago. Normalmente las úlceras afectan a la primera capa del revestimiento, pero pueden darse complicaciones con sangrado (hemorragia digestiva) expulsado a través de las deposiciones o vómitos con sangre, que puede desencadenar en anemia; e incluso pueden atravesar el estómago denominándose perforación.
    Los síntomas que se experimentan, son la aparición de un dolor en la parte superior del abdomen, de media a una hora después de comer; acompañados en ocasiones de náuseas, vómitos y pirosis (sensación de quemazón en el estómago); éste dolor puede mantenerse durante semanas, siendo percibido con mayor intensidad por la noche.
    Sus Causas son debidas tanto  por una infección bacteriana como por afecciones tumorales.
    Aunque existe un componente biológico que predispone a la persona a padecer ésta afección, en la mayoría de los casos, se produce por hábitos inadecuados, como por ejemplo la ingesta prolongada de algunos medicamentos antiinflamatorios no esteroides (yatrogenia), ingerir habitualmente bebidas alcohólicas o por el tabaco.
    Igualmente el mantenimiento de las ulceras está asociado a la ingesta de determinados alimentos, así como a situaciones de estrés que impiden su cicatrización.
    El Tratamiento, según sea el caso, se realiza con protectores gástricos, antibióticos (en el caso de infección bacteriana) e inhibidores de secreción gástrica; primeramente para eliminar los síntomas, y luego para reducir la acidez del estómago permitiendo la cicatrización de las úlceras.
    Para ello se recomienda evitar todos aquellos factores que están asociados al mantenimiento de las úlceras, como son beber alcohol, café o té, u otras bebidas que contenga cafeína, así como comidas copiosas o picantes y fumar.
    En los casos más extremos en que haya perforación, lo que provoca una peritonitis aguda, con un dolor intenso, se requiere de intervención quirúrgica de urgencia.


    Vídeo Recomendado: ¿Qué es una úlcera gástrica/péptica?

    Desde la Medicina convencional se considera que el origen y mantenimiento de las úlceras son exclusivamente de tipo biológico; en cambio, la Medicina psicosomática va un poco más allá, atendiendo además al componente psicológico de la persona, que va a afectar tanto al origen (hábitos inadecuados) como al mantenimiento.
    La Psicología clínica por su parte, ha desarrollado una serie de técnicas de modificación de conducta y de trabajo para el manejo del estrés como forma de intervención terapéutica complementaria, como son:
    Técnicas operantes, en que se utilizan procedimientos como reforzamiento o castigo para instaurar, mantener o reducir determinados comportamientos.
    >- Técnicas de resolución de conflictos, en donde se entrenan habilidades de orientación, búsqueda de alternativas y generación de soluciones de problemas, así como toma de decisiones, puesta en práctica y seguimiento.
    Técnicas aversivas, según sean estímulos condicionados e incondicionados; las cuales buscan enfrentar al paciente con las consecuencias negativas de su conducta.
    Estas técnicas se van a administrar en paralelo al tratamiento médico correspondiente, buscando con ello reducir la presencia y frecuencia de los hábitos inadecuados que provocan el mantenimiento de las úlceras.
    Con respecto a las causas se relaciona la aparición de úlceras gástricas a tres dimensiones del paciente, la física, la psíquica y la social:
    – En la física se tiene en cuenta tanto la secreción gástrica como la predisposición genética.
    – En la psíquica, se asocia con personas competitivas, que tienen altas aspiraciones y que se someten a mayores responsabilidades.
    – En la social, se equipara a la sociedad “moderna” como generadora de estrés, contraponiendo las grandes urbes frente a las áreas rurales; donde los individuos que viven en las ciudades se ven sometidos a demandas constantes, tensión emocional, agotamiento crónico o sentimiento de fracaso al compararse con otros.
    Ésta relación entre lo psíquico, que influye directamente sobre lo físico, ha convertido al ulcus gástrico en el mejor exponente de la patología psicosomática. Llegándose a observar cómo en estados de enojo, preocupación o tensión mantenida, provoca una disminución de la mucosa protectora del estómago, aumentando además la acidez en el contenido gástrico; situación que si se prolonga en el tiempo va a desembocar en la aparición de úlceras gástricas.

    Algunos autores han minusvalorado el papel psicológico como causante del ulcus gástrico, debido a que más del 80% de los casos son producidos por infecciones bacterianas, en concreto por la presencia de la bacteria Helicobacter pylori, siendo los restantes casos atribuidos al estrés generado como consecuencia de otras enfermedades; a pesar de lo cual, hay que tener en cuenta que las posibilidades de infección se ven incrementadas en situaciones de estrés, donde el sistema inmunológico está infrautilizado, por lo que en condiciones “normales” no se producirían estas úlceras.

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