Etiqueta: trastorno autista

  • ¿Interpretan los autistas correctamente las caras de otros?

    ¿Interpretan los autistas correctamente las caras de otros?

    Son muchas las limitaciones que muestran los niños autista, pero los avances van permitiendo comprenderlos más y poder así ayudarles mejor.

    Cara y Autismo

    Algunas de las limitaciones más notables con respecto al Trastorno del Espectro Autista es el escaso contacto visual, algo que desespera a las personas que no estén en sobreaviso, ya que mucho de nuesro mundo emocional se basa en interpretar correctamente la cara del otro. A lo que añadimos el comportamiento verbal, que nos sirve para conocer correctamente el estado de ánimo del otro, y así podremos saber si está contando un chiste o enfadado por algo.
    Pero para ello hay que mirar a la cara de la otra persona, si obviamos esa información resulta más difícil poder realizar un correcto análisis del otro, y por tanto no podemos adaptar nuestra respuesta a las circunstancias concretas del momento, pero ¿Interpretan los autistas correctamente las caras de otros?


    https://youtu.be/G8-9hrYpeh4

    Faz Autista

    Esto es lo trata de averiguarse desde la Universidad Keio, la Sociedad Japonesa para la Promoción de la Ciencia y Agencia Japonesa de Ciencia y Tecnología (Japón) cuyos resultados se han publicado en la revista científica Autism Research and Treatment.
    El estudio participaron 29 niños, 18 diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista, y 11 sin ello, que servirán como grupo control con el que comparar.
    Se comprobó el diagnóstico de T.E.A. a través del Autism Diagnostic Interview−Revised y el Autism Diagnostic Observation Schedule.
    Todos los participantes tuvieron que atender a la presentación de imágenes de caras humanas con expresiones que iban desde la neutralidad, a la sorpesa, la felicidad, el enfado o la tristeza.
    Un total de 25 imágenes presentadas cada tres segundos, de caras tanto masculinas como femeninas, donde el participante únicamente debía de atenderlas, sin hacer nada más con ellas, siendo evaluado el tiempo que permanecían atendiendo a cada una de las imágenes.
    Los resultados muestran que no existen diferencias significativas entre el tiempo de fijación de la mirada hacia las caras y el contenido emocional de estas, a excepción de las caras que mantenían expresiones de enfado, donde existía una relacción significativa negativa, esto es, miraban significativamente durante menos tiempo las caras emocionalmente de enfado con respecto a los pequeños de su misma edad, del grupo control.

    Emocion Autista

    Hay que tener en cuenta que el escaso número de participantes no permite establecer una conclusión al respecto, e igualmente al haber realizado el estudio en una población con características emocionales muy concretas, como la japonesa, impiden poder extrapolar los resultados a otras poblaciones.
    Igualmente la medida de tiempo de atención, no necesariamente va a requerir que el pequeño no capte esas emociones, luego el procesamiento emocional de los pequeños con autismo y de los que no lo son, es diferente.
    Dicho lo cual, los resultados no aporta nada nuevo con respecto al procesamiento emocional de caras en niños con autismo, pues ya se conoce que estos no mantienen la mirada, lo que les puede provocar problemas de relaciones sociales.
    Sería preciso explorar cómo realizar entrenamientos al respecto, mediante aproximaciones sucesivas, tal y como plantean los programas A.B.A., donde se trabaja con micromovimientos, entrenandolas poco a poco, para que al final se pueda establecer un comportamiento de adcorde a su edad.

  • ¿Se diagnostica el autismo a tiempo?

    ¿Se diagnostica el autismo a tiempo?

    Una de la principales preocupaciones es si se diagnostica el autismo a tiempo, para poder así mejorar la intervención en el pequeño.

    Diagnostica el autismo

    A pesar de los muchos avances que se han realizado en los últimos años en relación con el Trastorno del Espectro Autista, todavía quedan cuestiones sin resolver, sobre todo en cuanto al diagnóstico y el tratamiento.
    A pesar de lo cual, no todos los avances son conocidos y compartidos por todos los profesionales, y menos por los progenitores, por lo que en ocasiones se produce un fenómeno de «cuello de botella», donde el profesional se «acostumbra» a realizar una determinada prueba a pesar de los años que hayan pasado y los avances que se hayan realizado al respecto.
    Es cierto que las pruebas estandarizadas son revisadas periódicamente, para comprobar si todavía mantienen su validez; pero igualmente es cierto que cada cierto tiempo surgen nuevas y mejoradas herramientas que tratan de ser más específicas y sensibles a las distintas temáticas que evalúan.
    Las cuales no siempre están disponibles para el profesional, ya sea por falta de recursos o de domonio en dicha herramienta.
    Además las evaluaciones suelen siempre a requerimiento de los progenitores, es decir, son estos los que se percatan de que algo no va bien en el menor, y que no mejora con el tiempo, y es ahí cuando deciden ir al especialista. Un proceso que de forma involuntaria se puede retrasar hasta varios años, desde que se presentan los primeros síntomas del autismo, pero ¿Se diagnostica el autismo a tiempo?


    https://youtu.be/aKv21B9F5Rc

    Diagnostico del autismo

    Esto es lo trata de averiguarse desde el Hospital Universitario de Oslo (Noruega) cuyos resultados se han publicado en la revista científica Scandinavian Journal of Child and Adolescent Psychiatry and Psychology.
    En el estudio participaron quince especialistas en la salud mental infantil, habiendo diagnosticados entre todos ellos a 114 niños con Trastorno del Espectro Autista durante el año 2011; 78 de ellos con Autismo, 28 con Autismo Atípico, 11 Trastornos del Desarrollo No Especificado y 2 con el síndrome de Asperger, según la clasificación anterior del D.S.M.
    A todos ellos se les adminitró un cuestionario especialmente diseñado para evaluar la herramienta empleada para evaluar el Autismo y la edad en que lo diagnostican.
    No se encontraron diferencias significativas en cuanto a la herramiento encontrada entre los profesionales.
    Se encontraron diferencias significativas en cuanto a la edad de diagnóstico, siendo la edad media de 46 meses, de los cuales únicamente un 3,5% fue diagnosticado antes de los 24 meses, y un 27,2% entre los 24 a 36 meses; es decir, dentro de los tres primeros años de vida únicamente han recibido el diagnóstico de T.E.A. el 30,7% de los pequeños. Y eso a pesar de que se puede obtener un diagnóstico fiable y sin duda a partir de los 24 meses. Por lo que se está produciendo un «retraso» en el diagnóstico de casi el 70% de los pequeños a manos de estos profesionales.

    Diagnosis autismo

    Hay que reconocer la innovación de este estudio, en cuanto que no centra su atención no tanto en el pequeño con autismo ni siquiera en los progenitores, si no en los especialistas, que al fin y al cabo son los que van a administrar las pruebas neuropsicológicas pertinentes, cuyos resultados deben ser analizados e interpretados para poder obtener el diagnóstico oportuno, y establecer con ello el tratamiento a seguir. Es pues, su labor fundamental para que el pequeño reciba cuanto antes el diagnóstico lo antes posible.
    A pesar de ello se trata de un número reducido de profesionales los que han participado en el estudio, y estos pertenecen estan focalizados en una única población con características propias del sistema de salud de Noruega, por lo que se precisa de nueva investigación al respecto en otras latitudes para comprobar si los datos se mantienen.
    A pesar de lo anterior hay que tener en cuenta que los resultados revelan cierta tendencia personal del especialista a realizar o no el diagnóstico antes de una edad, por lo que los progenitores tendrían que plantearse siempre una segunda opinión con respecto al diagnóstico, no conformándose con la primera opinión profesional recibida, ya que puede que se encuentre con uno de los que prefieren diagnosticarlo más tiempo, aspecto que puede ir en detrimento de la intervención y la calidad de vida del pequeño.

  • ¿Tienen los niños con autismo problemas visuales y de imitación?

    ¿Tienen los niños con autismo problemas visuales y de imitación?

    Cada día se va descubriendo nuevas limitaciones en los pequeños con autismo, sobre los que se puede intervenir incluso en la escuela.

    Imitación Autismo

    Cuando uno piensa en problemas relacionados con el autismo, lo suele hacer en relación con la comunicación, principalmente con el habla, pero además existen una serie de problemas asociados que en ocasiones no se tienen en cuenta debido a que la intervención se focaliza en el «principal» problema comunicativo. Entre la sintomatología que se puede observar entre los pequeños con autismo son deficiencias sensoriales, de percepción, de motricidad gruesa e incluso de imitación.
    La capacidad visual, es esencial en el mundo en que nos movemos, pero más en el ámbito de las relaciones sociales, ya que es a través de la vista como vemos los gestos y movimientos de los demás; igualmente en el ámbito educativo, es fundamental poder seguir las enseñanzas que se escriben en las pizarras y que tan usadas son por los maestros.
    Igualmente en cuanto a la imitación, hay que tener en cuenta que vivimos en un mundo social, y que la forma de relacionarnos se aprende observando e imitiando el comportamiento de los demás.
    Ya desde los años setenta se conoce la importancia «del otro», en lo que se ha denominado «aprendizaje vicario», por el cual somos capaces de aprender sobre las consecuencias de los actos que otros realizan, imitando así los comportamientos con los que el otro consigue su recompensan y no imitando aquellos en los que el otro no lo recibe, o a cambio tiene un castigo por dicho comportamiento.
    Por tanto, la imitación se convierte en una herramienta social fundamental, sobre la que se sustentan los más pequeños para desarrollarse.
    Procesos que de por sí pudiesen parecer «menores» pero que van a dificultar que pueden dificultar en sobremanera el «normal» desarrollo de los pequeños con autismo, pero ¿Tienen los niños con autismo problemas visuales y de imitación?



    Capacidad Motora Autismo

    Esto es precisamente lo que ha tratado de analizarse desde la Universidad Tecnológica MARA (Malasia) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Procedia – Social and Behavioral Sciences.
    En el estudio participaron 20 pequeños, 11 niños y 9 niñas, con edades comprendidas entre los 4 a 9 años y seis meses, todos ellos diagnosticados con autismo leve siguiendo los criterios del DSM-IV, evaluados con el cuestionario estandarizado Childhood Autism Rating Scale (CARS) y con una inteligencia normal, evaluado mediante la escala estandarizada Stanford-Binet Intelligence Scale.
    Además eran capaces de seguir instrucciones verbales, y realizar copias de diseños geográficos simples. Quedando excluidos del estudio aquellos que mostraban baja capacidad visual o enfermedades visuales, y aquellos que no estaban integrados en un ambiente educativo reglado.
    Todos ellos pasaron por cuatro pruebas, la primera para evaluar la capacidad visual mediante el Developmental Test of Visual Perception: Second Edition (DTVP-2); las dos siguientes, para evaluar la capacidad de imitación motor mediante el Motor imitation assessment (MIS) y el Unstructured Motor Imitation Assessment (UIA); y la última para evaluar el desempeño del menor en el ámbito escolar mediante el School Functional Assessment (SFA).
    Los resultados muestran una relación significativa entre el rendimiento escolar y la habilidad visual y motora, especialmente en cuanto a la capacidad de imitación. E igualmente existe una relación significativa entre la habilidad visual y la capacidad de imitación, sin especificarse quién es la causante de cual.

    Rendimiento Escolar Autismo

    Al no existir un grupo control con el que comparar los resultados, no se puede concluir de que este resultado sea exclusivo del ámbito del autismo, o se de también en otros pequeños que no lo sufren.
    Aunque los resultados son prometedores a la hora de tratar de explicar alguna de las disfunciones presentadas por los pequeños que tienen autismo, hay que tener en cuenta que no se han diseñado una estrategia de corrección al respecto.
    Una intervención incluiría quizás la incorporación de gafas, o un entrenamiento visual para corregir las deficiencias visuales detectadas. Si a los mismos pequeños, se les evalúa en su desempeño de imitación, y se observan mejoras al respecto, se puede concluir que efectivamente existe esa relación directa, pero lo más importante, se ha diseñado un método eficaz para combatir un de los muchos síntomas que presentan los pequeños con T.E.A.
    Hay que indicar que al excluir precisamente a los pequeños con T.E.A. que tenían problemas y enfermedades visuales, no se puede comprobar si es determinante un normal desarrollo visual para que se presente esta relación o no.

  • ¿Se producen cambios en el apego en el autismo?

    ¿Se producen cambios en el apego en el autismo?

    En el autismo se presentan deficiencias en varias áreas del desarrollo, entre ellas la capacidad de relacionarse correctamente con los demás.

    Apego Autismo

    El apego es la relación que se establece entre el neonato y su cuidador, ya sea este su progenitor o no. Se trata de un mecanismo evolutivo, por el cual se establece una relación de codependencia entre un ser que necesita que le hagan todo para sobrevivir, alimentarle, protegerle, darle calor,…
    Una conducta que se ha observado en muchas otras especies y gracias a ello se garantiza la supervivencia de la especie, ya que el recien nacido consigue sobrevivir protegido y alimentado el tiempo suficiente hasta que es capaz de valerse por sí mismo.
    Unas circunstancias que en los humanos es especialmente extensa en el tiempo, en comparación con otras especies, donde a los pocas semanas o meses, es un ser totalmente válido e independiente para buscarse su propia comida y protegerse de los ataques de los depredadores.
    En el caso de los humanos, este período de cuidado y protección se alarga por años, gracias al apego, ese vínculo que hace que uno o varios adultos se hagan respongables del menor hasta que este se valga por sí mismo.
    Pero esta relación de apengo puede presentarse de forma sana o no, así dependiendo del tipo de apego parece ser que el pequeño desarrollará un comportamiento futuro, que incluso puede llegar a marcar su forma de relacionarse con los demás de adulto pero, ¿Se producen cambios en el apego en el autismo?


    https://youtu.be/7R3M_fmsOrY

    Madre Autismo

    Esto es lo que se trata de averiguar desde la Universidad de Messina (Italia)cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Life Span and Disability.
    Se realizó un estudio con 20 niños de edades comprendidas entre los 32 a 54 meses, de ellos 10 niños estaban diagnosticados con Trastorno del Espectro Autista segun los criterios del DSM-V, y otros 10 no tenían el diagnóstico anterior, estos últimos servirán como grupo control.
    A los pequeños se les pasó por distintas condiciones sociales para observar y registrar su comportamiento, para ello en una habitación cerrada, donde el pequeño permanecía con su madre, mientras el pequeño estaba jugando y la madre permanecía alejada de este, entraban y salían «extraños» del cuarto durante 20 minutos, otra situación por la que pasan los pequeños es dejarles a solas en la habitación para ver si reacción, tanto cuando sale la madre, como cuando esta regresa al cuarto.
    Todo ello siguiendo el procedimiento de evaluación denominado Strange Situation Procedure (SSP) desarrollado por Ainsworth (1978), que permite clasificar las relaciones observadas de apego en cuatro categorías: Seguro, Evitación, Resistencia o Desorganizado.
    Igualmente durante la prueba se analizó la relación madre-hijo mediante el Attachment Behavior Form (ABF) desarrollado por Akdemir en el 2012, lo cual permite recoger una subclasificación del comportamiento en cada categoría del SSP.
    Los resultados muestran diferencias significativas en cuanto al comportamiento de los pequeños con autismo, que mantienen menores relaciones sociales con la madre cuando esta sale de la habitación y luego regresa.
    No se hallaron diferencias significativas entre las reacciones de seguridad/inseguridad entre los dos grupos.

    Social Autismo

    Hay que tener en cuenta el pequeño número de participantes en el estudio, lo que no permite extraer conclusiones generalizadas al respecto, haciéndose necesaria nueva investigación sobre esta temática.
    Hay que tener en cuenta que la evalución ha sido en una etapa evolutiva muy concreta, faltando una evaluación longitudinal donde se pueda observar si ese estilo comportamental se mantiene en el tiempo, convirtiéndose en una característicade comportamental que va a acompañarle en la vida adulta o no.
    Explorar este comportamiento «típico» entre los menores con Trastorno del Espectro Autista, va a ayudar tambien a los progenitores y cuidadores a saber qué esperar en cada caso, y no sentirse que existe un rechazo por parte del pequeño, si no simplemente, es una consecuencia más de dicho trastorno.

  • ¿Es adecuado tener un perro con un niño con autismo?

    ¿Es adecuado tener un perro con un niño con autismo?

    Los perros han sido durante años empleados por sus beneficios en personas con necesidades especiales, ¿Pero conviene en el caso del autismo?

    Perro Alzheimer

    Que los animales de compañía, las mascotas, son un remedio para la soledad, es algo bien conocido, pero igualmente han mostrado ir más allá de este beneficio, siendo empleado con personas con necesidades especiales, de ahí que a nadie extrañe ver a un perro lazarillo con su dueño; incluso hoy en día incluso se usa en en el caso de enfermos con enfermedades neurodegenerativas, como es el caso del Alzheimer.
    Desde caballos, gatos o pájaros, se han empleado como complementos terapéuticos para mucho de los problemas de salud relacionados con la integración, la discapacidad e incluso la soledad, pero de entre todos los animales de compañía, quizás por su docilidad o por su inteligencia, el perro ha sido el que ha resultado ser una mejor compañía.
    Al respecto se han realizado diversas experiencias con resultados muy positivos, al incorporar visitas de perros amaestrados a centros geriátricos, donde se observa cómo el día que va el dueño con el animal, los ancianos parecen estar de mejor humor.
    Lo que ha motivado desde hace tiempo la colaboración entre centros caninos con los de cuidado de personas con necesidades especiales y geriátricos,
    pero ¿Es adecuado tener un perro con un niño con autismo?


    https://youtu.be/zv6OOS5o3PY

    Perro Autismo

    Esto es lo que trata de averiguarse desde las universidades de Lincoln y Bath, el Centro de Investigación del Autismo y la Asociación de Perros para Discapacitados (Inglaterra), cuyos resultados se han publicado en la revista científica Journal of autism and developmental disorders.
    En el estudio participaron 62 familias, todos ellos contaban con un hijo con edades comprendidas entre los 2 y 16 años, diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista.
    De ellos el 60% adquirieron un perro de compañía, mientras que el resto de las familias no lo hicieron, quedando como grupo control para comprobar los beneficios o no de contar con una mascota en casa.
    A todos ellos se les administraron pruebas antes y después para comprobar la influencia de la mascota, para ello se evaluó 17 semanas antes de empezar el experimento, como línea base; entre 3 a 10 semanas desde la adopción, y tras 25 a 40 semanas después, para comprobar que se mantengan los efectos.
    Se empleó el cuestionario estandarizado de evaluación de estrés para padres con hijos autistas denominado Parenting Stress Index, formador por 36 items que dan una puntuación global.
    12 items evalúan el estrés percibido por los padres, 12 items la relación paterno-filial, y los 12 restantes la dificultades o no de tratar con su hijo diagnosticado con trastorno del espectro autista.
    Los resultados indican que hay diferencias significativas en la puntuación global del estrés entre los dos grupos, produciéndose una disminución significativa de los niveles de estrés entre los progenitores que habían adoptado a un perro frente a los que no.
    Estos efectos se observaron únicamente en cuanto al nivel de estrés de los padres y las dificultades percibidas de los hijos diagnosticados, no afectando a la relación paterno-filial.
    Los resultados anteriores fueron significativos comparados con la línea base, y se mantuvieron igual en ambas medidas posteriores, lo que informa de la robustez de los efectos en el tiempo.

    Mascosa Autismo

    Parecen claros los resultados del estudio, pero hay que tener en cuenta en el estudio no se comenta ni el tipo de perro, el entrenamiento recibido, ni la edad de este, variables que pueden ser importantes a la hora de pensar en adoptar a un animal de compañía.
    El estudio no comenta nada sobre si alguna familia de los dos grupos pudiese tener otro tipo de animal de compañía que pudiese provocar efectos beneficiosos.
    Destacar también que toda la evaluación la han adquirido de un cuestionario, y no de ningún tipo de observación externa, por lo que las familias implicadas en el estudio con perros podrían haber «mejorado» sus resultados dado a un fenómeno de deseabilidad social, contestando aquello que creían esperaba el investigador, por lo que sería precio añadir otras medidas para corroborar sus efectos.
    A pesar de que se requiere de nueva investigación y mayores controles para poder establecer conclusiones al respecto, los beneficios de tener un perro en casa parecen claros en cuanto a la reducción del estrés que suponen.
    Igualmente sería conveniente analizar otros beneficios que pudiesen transferirse del contacto con el perro por parte del pequeño con autismo, más allá de la reducción de los niveles de estrés ya comentados.

  • ¿Se puede detectar el autismo durante el embarazo?

    ¿Se puede detectar el autismo durante el embarazo?

    El autismo es uno de los trastornos del desarrollo que más atención está recibiendo en los últimos años, y también el más desconcertante para los científicos.

    Embarazo y Autismo

    Algunos lo han considerado como uno de los retos más importantes de las neurociencias, junto con la esquizofrenia, ya que en ninguno de los dos casos, las teorías explicativas, ni los hallazgos encontrados hasta la fechan, han sabido explicar adecuadamente estos fenómenos.
    Con respecto al autismo, uno de las teorías explicativas que ha estado recogiendo más apoyos experimentales en los últimos años es con respecto a la sobre-masculinización del cerebro.
    El autor de esta teoría defiende que el cerebro de una persona con autismo, se parece más al masculino, pero potenciado en alguna de sus capacidades, y a su vez, potenciado las limitaciones de este tipo de cerebro frente al femenino.
    La teoría se basa en datos anecdóticos, sobre las diferencias cerebrales hombre-mujer, e incluso en las diferencias en cuanto al número de casos de varones diagnosticado como autistas, frente a las féminas.
    Proceso que debería de suceder durante las primeras semanas del embarazo, y que se podría constatar con los distintos niveles hormonales a los que estuviese expuesto el bebé, pero ¿Se puede detectar el autismo durante el embarazo?


    https://youtu.be/wpUpJCJbpvg

    Cerebro y Autismo

    Esto es lo que trata de averiguarse a través de un reciente estudio realizado por el Hospital Real de Mujeres, la Universidad del Oeste de Australia, la Universidad de Melbourne y la Universidad Curtin(Australia) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Journal of Neurodevelopmental Disorders.
    Para ello entre 1989 y 1991, se analizaron el contenido de los cordones umbilicales de 860 mujeres que acaban de dar a luz. Se buscaron marcadores hormonales en la sangre, en concreto los niveles de estrógenos citados por algunos estudios y por la teoría de la sobre-masculinzación del cerebro, en el caso del autismo.
    Pasados casi veinte años de esta primera fase del estudio se ha contactado con estos pequeños, para comprobar cuántos de ellos habían presentado síntomas del autismo, para ello se empleó un cuestionario estandarizado denominado Autism-spectrum quotient (AQ), para aquellos que no tenían ya un diagnóstico clínico de Trastorno del Espectro Autista (TEA).
    De todos ellos, se extrajeron los datos de 183 varones y 189 féminas, de los cuales se analizaron y compararon los resultados de los niveles hormonales tanto de andrógenos como estrógenos en el momento de nacer, para comprobar si estos resultados podrían ser predictivos del surgimiento del TEA.
    Se observaron diferencias significativas en el grupo de varones, en cuanto a una mayor presencia de andrógenos, frente a las féminas.
    Pero estos resultados no resultas significativamente diferentes de los obtenidos por los varones sin diagnóstico ni sintomatología autista.
    Por lo que los resultados van en contra de la teoría de la super-masculinización del cerebro, al no encontrar diferencias entre varones.
    Igualmente el informe indica de diferencias significativas a nivel hormonal entre el grupo de mujeres con y sin sintomatología autista, aunque no indica qué posibles implicaciones pueda tener en este trastorno.

    Masculinizacion y Autismo

    A pesar de los resultados, los autores del estudio no plantean ninguna teoría explicativa sobre estos niveles diferenciales encontrados, ni de las posibles vías de influencia de estos en el desarrollo del bebé y de sus capacidades.
    Igualmente hay que señalar que se trata todavía de un estudio exploratorio, que no sirve como método de diagnóstico, ni tampoco es útil para desarrollar ningún tipo de tratamiento farmacológico con lo que tratar de controlar los distintos niveles hormonales y con ello sus resultados.
    Previamente al tratamiento es preciso conocer mejor cuáles son los factores que intervienen y cómo afectan a las distintas partes del desarrollo, especialmente al cerebro del bebé, para una vez conocido, poder establecer hipótesis de intervención.
    Señalar igualmente que exista una predisposición genética, o una base biológica de esta enfermedad, no menosvalora el papel medioambiental en el mismo, tanto como potenciador o limitador de las posibilidades del pequeño. Donde el papel de los progenitores, y sobre todo de la estimulación adecuada que puedan proporcionar o dejar de ofrecer al pequeño, parece ser un factor determinante en el avance del trastorno del desarrollo.

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