Etiqueta: evolucion de la enfermedad de parkinson

  • ¿Se pueden superar los problemas de sueño del Parkinson?

    ¿Se pueden superar los problemas de sueño del Parkinson?

    Uno de los problemas relacionados con el Párkinson son los síntomatología no relacionado con los de la movilidad como es el problema del sueño.

    Parkinson y Sueño

    Los problemas de movilidad aumentan a medida que avanza el Parkinson, que al tratarse de una enfermedad neurológica negativa trae como consecuencia un incremento de las dificultades que ha de padecer el paciente, que va reduciendo progresivamente su independencia.

    Aunque los síntomas más evidentes de la enfermedad de Parkinson son precisamente los temblores, existen otros no relacionados con los movimientos como es el problema del sueño, con una prevalencia que afecta entre un 40 a 90% de los que padecen esta enfermedad ya sea con insomnio, exceso de somnolencia diurna, apnea del sueño, o problemas durante el mismo.
    Para aquellas personas que no sufren este tipo de problemas, no suelen llegar a entender lo invalidante que resulta no recuperarse, descansar, y poder iniciar un nuevo día.

    Una de las dificultades que tienen los pacientes con la enfermedad de Parkinson es que cuando se muestran los problemas del sueño estos no se pueden tratar adecuadamente, ya que tal y como se ha salvado la medicación que se suele emplear para tratar el sueño, suele ser incompatibles con la que se recibe por el tratamiento de la propia enfermedad del Parkinson.
    Igualmente algunos ejercicios indicados para estos pacientes, no resultan todo lo prometedores que se esperaría, manteniendo así las dificultades del sueño, y los problemas que eso conlleva a cualquier persona, pero ahora agravado por la enfermedad de Parkinson, pero ¿Se pueden superar los problemas de sueño del Parkinson?


    K-88RA2SoF8 https://youtu.be/K-88RA2SoF8

    Párkinson y Sueño

    Esto es precisamente lo que se ha estado de averiguar conjuntamente desde por el hospital de “S.Isidoro”, la Fundación S. Maugeri IRCCS, el Hospital “Le Terrazze”, el Hospital Moriggia Pelascini, el Insituto Clínico de Perfeccionamiento (Italia) y el Instituto de rehabilitación JFK Johnson, el Centro de Desórdenes de Movimiento NYU, y la Universidad de la ciudad de Nueva York (EE.UU.), cuyos resultados acaban de publicarse en la revista científica Journal of Clinical Movement Disorders.
    En el estudio participaron 138 pacientes, 77 mujeres y 61 hombres, con una edad media de 69 años. Se separaron en dos grupos a los participantes, el primero con 89 pacientes, que recibió conjuntamente tratamiento farmacológico y entrenamiento físico, y el otro, con 49 participantes, que únicamente recibió tratamiento farmacológico.
    A todos se les examinó para comprobar su diagnóstico, a través de pruebas estandarizadas la escala de sintomatología de Párkinson denominada Hoehn-Yahr y el Mini-Mental State.
    Después de 28 días se volvieron a examinar a todos los participantes para comprobar si se producen efectos diferenciales entre los dos grupos, empleando en esta ocasión la escala estandarizada denominada Unified Parkinson’s Disease Rating Scale (UPDRS).
    Los resultados muestran mejoras significativas en el tratamiento conjunto entre farmacológico y ejercicios diseñados al efecto, produciéndose un decremento de los problemas de sueño, en cambio no se encontraron diferencias en el grupo control que solo recibieron tratamiento farmacológico para tratar los problemas de sueño asociados.

    Mejorar Sueño del Párkinson

    Entre las limitaciones del estudio está el no tener un tercer grupo de investigación, que reciban exclusivamente el entrenamiento, para comprobar si se producen o no efectos positivos deseados.
    Igualmente el realizar una única evaluación a los 28 días, no garantiza que los efectos positivos en la mejora de los problemas del sueño se mantengan a lo largo del tiempo, por lo que se requeriría de una o dos posteriores evaluaciones, para ver si se mantienen en el tiempo.

    Igualmente falta establecer distintas fases de la enfermedad de Párkinson, para comprobar en qué momento es más o menos efectivo este tratamiento conjunto.
    También hay que diseñar nuevas investigaciones con las que aumentar el número de pacientes analizados, con lo que poder llegar a una conclusión definitiva al respecto.


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  • ¿Se puede diagnosticar la enfermedad del Párkinson por la piel?

    ¿Se puede diagnosticar la enfermedad del Párkinson por la piel?

    Una de las mayores dificultades a la hora de diagnosticar el Párkinson es distinguirlo de otras patologías que muestran síntomas positivos similares.

    Diagnósticar Párkinson

    Cuando uno piensa en las implicaciones de una enfermedad como el Parkinson rápidamente recordamos esos movimientos involuntarios de manos o brazos, o esas dificultades a la hora de andar por realizar algunas labores manuales.
    Se suele generalizar estos síntomas con respecto a la enfermedad de Parkinson, pero cuando se trabaja en el área clínica hay que saber distinguir esta enfermedad de otras con sintomatología diferente.

    Ya que no sólo va a poder llegar a tener un diagnóstico diferente, sino incluso el tratamiento que ha de seguir el paciente puede ser totalmente distinto y contraindicado a otros padecimientos.
    Por lo tanto la sintomatología tanto activa, es decir aquella que se puede ver y medir con una capacidad, aquella que no está presente pero que si debía producirse, es suficiente indicativo para una primera aproximación, pero en algunos casos no es todo lo determinante que se requiere.

    Otros trastornos negros degenerativos, o de otro tipo como el producido por accidentes cerebrovasculares, o por la intoxicación de algunas sustancias, también producen temblores en las extremidades, o dificultades en el andar.
    Es por ello que se requiere de nuevas técnicas que faciliten el diagnóstico y con ello poder establecer un tratamiento adecuado a cada caso, pero ¿Se puede diagnosticar la enfermedad del Párkinson en función de la piel?


    fHpTMUwwbuA https://youtu.be/fHpTMUwwbuA

    Diagnóstico diferencial de Párkinson

    Esto es precisamente lo que está tratando de averiguar conjuntamente desde la Faculta de Medicina de la Universidad de Hirosaki, el Hospital Ohta Nishinouchi y el Hospital Central de la Preceptura Aomori (Japón) cuyos resultados han sido recientemente publicados en la revista científica Parkinson’s Disease.
    En este estudio participaron 51 pacientes, de los cuales 26 estaban diagnosticados con la enfermedad de Parkinson (23 mujeres y 15 hombres, con una edad media próxima a los 65 años) mientras que otros 13 de similares características socio demográficas sufrían atrofias musculares no debidas al Parkinson.
    En los pacientes con Parkinson a pesar de ya tener el diagnóstico fueron vueltos a evaluar con un test estandarizado denominado Unified Parkinson’s Disease Rating Scale (UPDRS) para comprobar su destreza motora.
    A todos ellos se les extrajo una muestra de piel para tratar de comprobar si es posible determinar a qué grupo pertenecía cada uno simplemente observando dicha muestra.
    Dos son las técnicas empleadas para determinar si existen evidencias en cuanto a la piel para el diagnóstico diferencial del Parkinson.
    La doble inmunofluorescencia, método que revela depósitos anormales de α-sinucleína en las fibras nerviosas de los pacientes, no permitió realizar la distinción correctamente. Esta proteína sináptica se encuentra en la demencia de los cuerpos de Lewy y en el Párkinson.
    El análisis microscópico intraepidermal para la densidad de las fibras nerviosas mostraron resultados significativamente diferentes entre la enfermedad de Parkinson y el grupo control que mostraba sintomatología motora no asociada al Parkinson.
    Por lo tanto los autores descartan la primera técnica como válida para el diagnóstico diferencial, mientras recomiendan la segunda para poder realizar esta labor tan importante.

    Diagnósticar la enfermedad de Párkinson

    Aunque los resultados son claros en cuanto al objetivo de distinguir entre distintas patologías, el uso exclusivo de un grupo control con sintomatología dispersa, impide realizar un análisis más fino entre cada uno de las otras patologías que pueden conllevar síntomas motores.
    Igualmente indicar que se trata de un estudio con un número poblacional bastante limitado, por lo que habrá que realizar nuevas investigaciones en donde se incluya un mayor número de pacientes para poder dar por válida estas conclusiones.
    Por último señalar que el padecimiento de los pacientes que han pertenecido al grupo de Parkinson llegaban como media casi seis años padeciendo dicha enfermedad, mientras que los del grupo control, con sintomatología parecida, únicamente llegaban tres años padeciéndolo.

    Un elemento que puede estar jugando en contra de los resultados mostrados ya que el diagnóstico puede estar basado no tanto en elementos diferenciales, como en el tiempo en que la enfermedad está haciendo mella en la salud. Es por lo que se recomienda que nuevas investigaciones se empleen grupos de controles más precisos y homogéneos.
    A pesar de todo lo anterior, sin duda es un gran avance, que con un simple análisis de piel, una biopsia, se pueda pensar en establecer un diagnóstico diferencial.
    Todo ello, por supuesto, complementado con los resultados de las pruebas neuropsicológicas por las que ha de pasar el paciente antes de obtener el diagnóstico de la enfermedad del Parkinson.

  • ¿Es efectivo el tratamiento de Párkinson mediante el Tai Chi?

    ¿Es efectivo el tratamiento de Párkinson mediante el Tai Chi?

    Un reciente informe científico trata de comprobar los efectos beneficiosos de la práctica del Tai Chi en pacientes con Párkinson.

    Tai Chi

    El Tai Chi es una práctica milenaria que se puede practicar de forma individual o en grupo, donde se realizan ejercicios establecidos considerado como una meditación en movimiento.
    Muchos han sido los beneficios que se han atribuido a este arte marcial milenario sobre todo los relacionados con la relajación y el control interno, indicado para el tratamiento complementario de patologías como el dolor crónico, la ansiedad, la artritis o la depresión.
    El control de la respiración, la focalización en los movimientos y la práctica al aire libre parecen estar detrás de estos beneficios, a lo cual se le suma la flexibilidad y destreza motora que se va adquiriendo con la práctica y la repetición de los movimientos.
    En algunas culturas orientales su práctica es habitual desde jóvenes, lo que facilita que sus efectos beneficiosos se extiendan a lo largo de toda la vida, sirviendo como preventivo de algunas patologías, sobre todo aquellas relacionadas con el sedentarismo y la hipertensión.
    Pero cuando alguien piensa en una enfermedad neurodegenrativa como es el Párkinson, no suele hacerlo en ejercicios como los del Tai Chi, si no en la búsqueda de un tratamiento farmacológico que detenga el avance de la enfermedad y con ello proporcione más tiempo o que por lo menos pueda ofrecer una mejor calidad de vida a los pacientes.
    La pérdida progresiva del control de la motricidad final y gruesa suelen ser los síntomas más evidentes de esta enfermedad, que se expresa con temblores, así como con dificultad para realizar actividades tan simples como la de llevarse la cuchara a la boca para comer, por lo que se produce un progresivo deterioro que mengua su independencia, requiriendo de una mayor asistencia de un familiar o profesional, preocupado más por suplir las carencias que por buscar cómo mejorar su control sobre la motricidad, pero ¿Es efecto el tratamiento de Párkinson mediante el Tai Chi?



    Parkinson

    Esto es precisamente lo que trata de averiguarse desde el Centro Médico Overlook (EE.UU.) cuyos resultados han sido recientemente publicados en la revista científica Advances in Parkinson’s Disease.
    En el estudio participaron 44 pacientes diagnosticados con Párkinson, a la mitad de los cuales se les entrenó en la práctica del Tai Chi, mientras que al resto no se les entrenó.
    A los que aprendieron Tai Chi, siguieron un entrenamiento de 16 clases semanales de una hora cada sesión.
    A todos los participantes se les adminitraron pruebas estandarizadas para evaluar su desempeño motor a través de Unified Parkinson’s Disease Rating Scale (UPDRS), la calidad de vida del paciente mediante PD Questionnaire-39 (PDQ-39), igualmente para comprobar su estado de ánimo se administró el Geriatric Depression Scale (GDS).
    Los resultados a pesar de mostrar beneficios entre los que recibieron el entrenamiento en Tai Chi, no fue suficientemente significativo, sobre todo en cuanto a mejora del estado de ánimo.

    Ejercicio parkinson

    A pesar de los resultados positivos hay que tener en cuenta que se trata de un número pequeño de participantes, por lo que se requiere de mayor investigación antes de poder dar por establecida esta relación beneficiosa.
    Una de las limitaciones del estudio es en cuanto a que no informa, por que no ha sido evaluado, en qué fase de la enfermedad se encuentra, normalmente clasificado en cinco etapas, a cada cual más incapacitante, ya que no es lo mismo encontrar beneficios entre los pacientes de las primeras etapas que entre los de las últimas.
    Tampoco se especifica en el estudio el tiempo de duración del entrenamiento, ya que si los pacientes siguen su practica durante un tiempo considerable, unos meses e incluso años, es posible que sí resulten significativos los efectos positivos apuntados por los estudios anteriores, sobre todo en cuanto al estado de ánimo, como en el caso de la depresión. Algo que por otra parte es muy importante debido a la alta incidencia de depresiones entre los pacientes que sufren la enfermedad de Prákinson, que agravada aún más la situación, pues ahora el paciente se debe enfrentar a dos enfermedades por superar.
    Igualmente sería conveniente comprobar si en aquellos países donde existe una práctica habitual del Tai Chi, el porcentaje de la población afectada por la enfermedad de Párkinson es menor, lo que daría cuenta de unas propiedades preventivas beneficiosas, y aun manteniendo la misma tasa de incidencia, si la edad de inicio es superior a la media, informaría de un beneficio en cuanto al retraso en la aparición de la enfermedad.

  • ¿Cómo cambia el cerebro ante el Párkinson?

    ¿Cómo cambia el cerebro ante el Párkinson?

    Una reciente investigación de la Universidad de Módena y Reggio Emilia contesta a esta pregunta sobre el Párkinson.

    Parkinson

    La enfermedad de Parkinson cuando se encuentra en una fase avanzada es rápidamente reconocible por los temblores característicos, aunque hay que recordar que no todos los temblores que pueda experimentar una persona van a indicar que se padece una enfermedad de Párkinson.
    Pero no es el único síntoma que se experimenta durante la enfermedad, ya que además va a ir acompañado de problemas del sueño, pérdida de la capacidad olfativa, dificultad para caminar o moverse, cambio de hábitos como al hablar o al escribir, rigidez en la expresión de emociones,…

    Estos síntomas van a ir siendo cada vez más fácilmente detectables a medida que va avanzando la enfermedad, y agravándose los que ya existe, lo que va a tener un efecto directo sobre la calidad de vida del paciente y de sus familiares, ya que el paciente cada vez va a ser más dependiente y va a requerir de un cuidado casi constante.

    Muchas son los cambios observables, aunque hay otros de ámbito psicológico no tan evidentes, como la presencia de cambios del estado de ánimo, con predominancia de la depresión, e incluso puede presentarse en las fases más avanzadas lo que se denomina como demencia de Párkinson, donde van a producirse una serie de fallos de memoria, además de afectar al razonamiento, el lenguaje y a la manera de comportarse socialmente la persona. Todo ello no hace más que agravar la calidad de vida del paciente pero ¿Cómo cambia el cerebro ante el Párkinson?



    Cerebro parkinson

    Esto es precisamente lo que trata de estudiarse desde la Universidad de Módena y la Universidad Reggio Emilia cuyos resultados han sido publicados en el presente mes de enero en la revista científica Parkinson’s Disease
    En el estudio participaron 40 personas, 25 pacientes con la enfermedad de Párkinson diagnosticados desde hace 5 años, con una edad media de 60 años, y 15 personas de su misma edad sin la enfermedad.
    A todos se les pasó por un registro con resonancia magnética funcional donde se escaneaba el cerebro en busca de diferencias morfológicas significativas de los cerebros de los pacientes con Párkinson frente a los sujetos control.
    Los autores encontraron diferencias en cuanto al volumen de la sustancia gris del cerebro especialmente reducida en los pacientes de Párkinson en la corteza parienta derecha y en la estructura interna del cerebro, en el putamen, responsable de la vía motora y encargada de ejecutar los movimientos aprendidos.
    Dos años después se volvió a realizar el mismo estudio con los mismos participantes para ver cómo habían cambiado sus cerebros, aumentando ahora la edad media a 62 años.
    Se encontraron ahora además diferencias significativas en el núcleo pedunculopontino y la región motora del mesencéfalo.
    Según los autores el observar cómo va afectando a nuevas áreas el avance de la enfermedad de Párkison es un gran avance, ya que permite conocer también cómo tratarlo, ya que actualmente se están desarrollando medicamentos que permitan detener el avance de la enfermedad, e incluso a largo plazo se plantean la posibilidad de hacer reversibles los efectos de la misma, y con ello alcanzar una verdadera cura.

    Cambio parkinson

    El estudio a pesar de presentar resultados significativos claros, no permite concluir sobre el avance del Párkinson, ya que no se realizaron en paralelo evaluaciones sobre el cambio de la enfermedad a través de pruebas neuropsicológicas que permiten determinar en cuál de las cinco fases de la enfermedad se encuentra.
    Igualmente el escaso número de participantes hace que sea difícil extrapolar los resultados, ya que estos efectos podrían verse condicionados por el medio ambiente donde se desarrolla la persona, el tratamiento que recibe, la alimentación,… variables no controladas que permiten extrapolar los resultados a otras poblaciones de personas afectadas con la enfermedad de Párkinson.

    Igualmente la observación solo de dos años en unos pacientes que llevan ocho sufriendo la enfermedad, hace que no se conozca si existían diferencias de partida entre los participantes.
    Igualmente, se conoce que la enfermedad va a ir avanzando aumentando la gravedad de los síntomas y la incapacidad que provoca en el paciente con Párkinson, igualmente el estudio debería continuar para acompañar a los pacientes y observar qué nuevas estructuras se ven implicadas en la enfermedad.

  • ¿Qué factores influyen en la enfermedad de Parkinson?

    ¿Qué factores influyen en la enfermedad de Parkinson?

    La enfermedad de Parkinson tiene consecuencias en la vida de la persona, tanto en cuanto a su independencia como en su autonomía, que es progresivo.

    Parkinson

    Cuando un paciente recibe el diagnóstico con Parkinson, se va a preocupar principalmente por la evolución de la sintomatología de los movimientos musculares, tanto en cuanto a temblor se refiere como a la rigidez muscular.

    Quizás sean estos los síntomas más evidentes, y temidos de esta enfermedad, pero no son los únicos que van a ir sufriendo poco a poco a medida que avanza la enfermedad, ya que también se va a sufrir bradicinesia, que se traduce en una lentitud motora, sobre todo visible a la hora de caminar, pero también va a sufrir inestabilidad, problemas al tragar o estreñimiento entre otras, en fases avanzadas de la enfermedad, pero además, y existen otras circunstancias que van a aparecer al mismo tiempo que la enfermedad que van a perjudicar su evolución, perjudicando la calidad de vida del paciente, pero ¿Qué factores influyen negativamente en la enfermedad de Parkinson?


    XIG4l8AlxQg https://youtu.be/XIG4l8AlxQg

    Factores parkinson

    Esto es precisamente lo que trata de investigar desde la Universidad de Cambridge, la Universidad de Newcastle (Inglaterra) y la Universidad de Griffith (Australia), cuyos resultados han sido recientemente en la revista científica Parkinsonism and Related Disorders.
    En el estudio participaron 216 pacientes diagnosticados recientemente con la enfermedad de Parkinson, cuyos resultados se van a comparar con 99 personas sin dicha enfermedad.
    A todos ellos se les administró una escala estandarizada para evaluar las capacidades congitivas a través del Mini-mental state examination (MMSE) y el Montreal Cognitive Assessment (MoCA), la calidad de vida de participante a través del Parkinson’s Disease Questionnaire (PDQ-39), sobre trastorno de depresión evaluado a través del Geriatric Depression
    Score (GDS-15), así como un análisis exploratorio de síntomas clínico y neuropsiquiátricos, a través de Cognitive Drug Research (CDR) battery y Cambridge Neuropsychological Test Automated Battery (CANTAB).
    Los resultados muestran que existe una importante pérdida en los distintos índices evaluados al comparar entre los pacientes con Parkison en sus fases iniciales frente al grupo control, mostrando que el paciente además debe enfrentarse a una serie de contratiempos añadidos a las propias de la enfermedad de Parkinson.
    Igualmente los resultados indican que los pacientes de Parkinson muestran significativamente peores resultados en cuanto a calidad de vida, mostrando una mayor incidencia de trastornos de depresión mayor.

    Influencia parkinson

    Aunque el objetivo del estudio no buscaba específicamente analizar la relación de la enfermedad de Parkinson con la salud mental, el estudio muestra una correlación positiva significativa con los trastornos de depresión mayor, lo que indica que estos pacientes son especialmente sensibles hacia estos trastornos, lo que indica que se deban establecer programas de prevención entre los reciente diagnosticados con Parkinson para evitar que se vea agravado además con este trastorno del estado de ánimo.

    Algo que por cierto ya ha sido observado con anterioridad, cuya dificultad añadida es que el tratamiento farmacológico de la Depresión Mayor perjudica a la evolución y la sintomatología de la enfermedad de Parkinson, lo que hace que se tenga que tener especial cuidado para evitar que aparezca la depresión mayor en estos pacientes.

  • ¿Se pierden emociones en las fases avanzadas del Párkinson?

    ¿Se pierden emociones en las fases avanzadas del Párkinson?

    En ocasiones el público en general conoce más las enfermedades por las consecuencias en sus fases avanzadas, tal y como sucede con la enfermedad del Párkinson.

    Parkinson

    Al ser el Párkinson una enfermedad neurodegenerativa con el tiempo, los efectos se van a ir poco a poco agravando, que avanza desde los primeros síntomas del Estadio I, con ligeros movimientos en sola una parte del cuerpo, arrastrando un poco los pies, empezando a mostrarse los primeros síntomas de rigidez. En el Estadio II empieza a inclinarse la persona hacia adelante, se empiezan a producir alteración del equilibrio y con dificultades para iniciar movimientos (bradicinesia). En la fase III y IV se complican los síntomas dificultando el equilibrio y en el andar. Hasta llegar a la última fase del Estado V, en donde la dependencia es máxima necesitando a una tercera persona para realizar cualquier actividad de la vida cotidiana, pasando la persona buena parte de su tiempo sentado o tumbado debido a sus temblores constantes.

    A medida que la enfermedad avanza las opciones del tratamiento del párkinson se reducen, empezando por el tratamiento farmacológico y rehabilitador hasta el quirúrgico. De entre estos últimos se pueden distinguir entre las reversivas como la estimulación cerebral profunda, frente a las irreversibles, que incluye cirugía en donde se intervienen ciertas partes del cerebro.

    Sobre estas intervenciones quirúrgicas la palidotomía es la más común, donde se realiza una incisión en globo pálido del cerebro, intervención que por otro lado se ha observado que tiene consecuencias emocionales en los pacientes intervenidos, luego ¿La intervención quirúrgica en el cerebro del paciente con Parkinson acarrea cambios emocionales?


    cmilXPVoNCc https://youtu.be/cmilXPVoNCc

    Emocion parkinson

    Esto es precisamente lo que trata de averiguar una reciente investigación desde el Hospital de Santa María (Portugal) publicado recientemente en la revista científica Parkinsonism & Related Disorders.
    En el estudio participaron 30 pacientes a los cuales se les realizó una intervención quirúrgica para tratar las fases avanzadas del párkinson.
    A todos ellos se les realizó un estudio previo y un seguimiento de un año tras la intervención en donde tenían que responder a un cuestionario estandarizado para detección de emociones denominado Comprehensive Affect Testing System (CATS) donde se evalúan 7 emociones básicas en tareas de reconocimiento de rostro y 4 sobre el lenguaje (prosodia). Los resultados muestran que no existen cambios significativos entre los datos obtenidos antes y después de la intervención quirúrgica.
    A pesar de lo cual se comenta que se habían observado a sintomatología de apatía o depresión en 6 de los participantes antes de la intervención, y que luego el número se amplió a 14 después de un año de la intervención. Lo que sin duda debería ser objeto de estudio el por qué en un año se ha duplicado el número de personas con sintomatología depresiva, y si esto se corresponde con una evolución «normal» de la enfermedad o es producto de la intervención quirúrgica.

    Avance parkinson

    Como carencias del estudio destacar que no se ha llevado a cabo ningún grupo control con el que comparar la evolución de la enfermedad a lo largo del tiempo, y que tampoco se ha realizado una evaluación exhaustiva del estado de ánimo del paciente ni antes ni después de la intervención quirúrgica.

    Debido a las limitaciones del estudio no se pueden generalizar los resultados hasta que no se amplíe el número de participantes, se incluya un grupo control y se analice la evolución del estado de ánimo de los pacientes participantes a los que se les ha sometido a una intervención quirúrgica como medida de afrontar la fase más avanzada de la enfermedad de párkinson.

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