El Alzheimer es una neurodegenerativa por lo que sus efectos van a ir progresivamente siendo cada vez más importantes y limitantes para el paciente.
El procesamiento emocional
La emoción, a pesar de lo que pueda pensarse es una actividad compleja que nos permite distinguir si el estímulo que se aproxima es peligroso o no, y todo ello antes de que nos demos cuenta de dicho estimulo.
Es por ello que el cerebro cuenta con un circuito en paralelo de procesamiento emocional que facilita poder atender a otros aspectos mientras estamos “seguros”.
Este base de procesamiento emocional se ha ido refinando a lo largo de los años, y actualmente es una pieza fundamental en el desarrollo social, lo que nos permite comprender cómo nos sentimos nosotros mismos y expresarlo a los demás, así como interpretar correctamente cómo se sienten los demás y actuar de acuerdo a ello.
Pero el procesamiento emocional no está exento del paso del tiempo, así las personas mayores se muestran más inflexibles a las emociones, pero ¿Cómo afecta el Alzheimer a las emociones?
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Emoción y cerebro
Esto es lo que ha tratado de responderse con una investigación realizada desde Departamento de Neurociencias Molecular, Instituto de Neurología, Universidad de Londres (Reino Unido); la Facultad de Ciencias Cognitivas, Instituto de investigación de Ciencias Fundamentales; junto con el Instituto de Medicina Científica y Tecnológica junto con el Instituto de Ciencias Cognitivas y del Cerebro, Universidad Shahid Beheshti (Irán); el Centro de Imagen Genética, Facultad de Medicina, USC junto con el Departamento de Radiología y Ciencias de la Imagen, Centro de Neuroimagen; el Centro de la Enfermedad de Alzheimer, y el Departamento de Medicina y Genética Molecular, Facultad de Medicina, Universidad de Indiana(Estados Unidos) cuyos resultados han sido publicados en septiembre del 2017 en la revista científica bioRxiv.
El estudio se realizó sobre mil ochocientos noventa y dos resonancias magnéticas para extraer las mofometrías basada en tensores, provenientes de mil cien participantes; trescientos sesenta y uno con la enfermedad de Alzheimer; cuatrocientos cincuenta y seis con deterioro cognitivo leve; y trescientos ochenta y tres sin demencia ni deterioro cognitivo, que hicieron de grupo control, de los cuales cuatrocientos noventa y uno fueron mujeres.
Los resultados muestran cómo la degeneración cognitiva leve tiene una incidencia significativa en las áreas del sistema límbico.
Siendo las regiones más afectadas por la enfermedad de Alzheimer, la amígdala, seguido por el hipocampo, los cuerpos mamilares y la sustancia blanca.
Siendo significativa la diferencia del volumen del hipocampo para distinguir entre participantes sin problemas cognitivos, con deterioro cognitivo leve y paciente con la enfermedad de Alzheimer.
Además se investigó la posible causa genética de estas diferencia encontrando una proteína alternada denominada SHARPIN, además de EPHA7 y FRMD4A que correlacionan con la presencia de la enfermedad de Alzheimer.
¿Un indicador más preciso del Alzheimer?: Una prueba genética podría algún día… https://t.co/h7JX2VkW8f #HOMASALUD
— HOMASALUD (@HOMASALUD) 3 de octubre de 2017
Emoción y Alzheimer
Es de destacar la labor realizada más allá de la mera descripción, ya que buscan el sustento genético de estas alteraciones, a la vez que informan de los riesgos de las atrofias cerebrales encontradas.
A pesar de lo anterior, no plantean ningún tipo de intervención paliativa ni programa de prevención que permita un diagnóstico e intervención temprana para reducir los efectos y la incidencia de la enfermedad de Alzheimer.
Por tanto, una de las primeras áreas que se van a ver afectadas por el deterioro cognitivo y la posterior presencia de la enfermedad de Alzheimer son las implicadas con el procesamiento y la respuesta emocional a través de las amígdalas, mucho antes y con más intensidad de verse afectado el hipocampo, cuya función es primordial para la memoria.
Es por ello que se debería de entrenar a los profesionales a detectar cambios emocionales en los ancianos, ya que estos podrían dar pistas de un deterioro cognitivo no diagnostico, y que puede derivar en una enfermedad de Alzheimer.
Recordar que la vida emocional es fundamental en las relaciones humanas, luego el deterioro neuronal de este procesamiento va a tener un impacto directo en la calidad de vida y las relaciones sociales del anciano.