En los últimos años se ha producido un importante cambio en cuanto al uso de los dispositivos y medios tecnológicos por parte de las escuelas y centros de formación.
La idea que hay detrás es aprovechar los avances que día a día se van produciendo en el ámbito de la tecnología tanto en lo que respecta a los dispositivos (hardware) como a los programas (software).
A raíz de este interés han surgido nuevas empresas especializadas en ofrecer contenidos adaptados a cada ciclo formativo pero basado en exclusivo en la tecnología, pasando así de los libros de textos de papel, que tradicionalmente se han empleado, a los documentos escaneados, luego al pdf, y ahora a los libros interactivos.
Estos nuevos contenidos permiten un mayor avance en el desarrollo del estudiante, o al menos eso es lo que se espera, pero ¿Usan adecuadamente la tecnología los centros de estudio?
Hay que tener en cuenta que cuanto a avances se refiere, no se debe simplemente adoptar todo lo «nuevo» que vaya saliendo, sino que se requiere de cierta metodología detrás para saber si aquello efectivamente está o no siendo útil para el curso en concreto en donde se incorpora esta.
De ahí la importancia de los estudios científicos, los cuales mediante metodología experimental o cuasi experimental permiten comprobar la eficacia de la tecnología en el aula.
Es por ello que para responder a la pregunta anterior hay que saber qué tanto se ha avanzado en cuanto a investigación se refiere en el ámbito de la aplicación tecnológica en el aula.
Esto es precisamente lo que ha tratado de responderse con una investigación realizada desde la Universidad Nacional de Ciencia y Tecnología de Taiwán (Taiwán) cuyos resultados han sido publicados en el 2019 en la revista científica International Journal of Mobile Learning and Organisation.
Chang, C. Y., & Hwang, G. J. (2019). Trends in digital game-based learning in the mobile era: a systematic review of journal publications from 2007 to 2016. International Journal of Mobile Learning and Organisation, 13(1), 68-90.
En el estudio se realiza un análisis bibliográfico de las publicaciones científicas sobre el uso tecnológico en el aula desde el 2007 hasta el 2016, para ello emplearon la base de datos Web Of Science (WOS).
De los 204 estudios sobre tecnología se rechazaron 91 que no estaban orientados al aula, con lo que se analizaron al final 113 publicaciones científicas.
Lo primero que hay que señalar es el creciente interés de este ámbito, pasando de 3 publicaciones en el 2008 a 27 en el 2016.
Con respecto al tipo de implementación tecnológica, la que más se ha investigado con buenos resultados han sido los juegos de rol-play en clase, seguidos de juegos de simulación y de gamificación.
Igualmente destacar que el medio más empleado para la incorporación de esta tecnología en clase se ha realizado principalmente en smartphones seguido de lejos por las tabletas.
Siendo las áreas donde más se ha investigado las relacionadas con la Ciencia, la Computación e incluso las Ciencias Sociales, y en donde menos se ha incorporado, las áreas relacionadas con el arte, las matemáticas o la gestión y dirección.
Entre las desventajas del uso de la tecnología es la escuela se puede observar cómo estas van orientadas al desarrollo individual, habiendo tenido las actividades colaborativas un menor desarrollo.
Por último, los estudios muestran un mayor interés y satisfacción por parte de los alumnos cuando se usa la tecnología educativa, lo que va acompañado de un desarrollo de determinadas habilidades y mejora el análisis causal.
En cambio, no facilita la cooperación o la comunicación, ni el pensamiento abstracto o el desarrollo de conductas específicas.
En cuanto a su implementación en función del nivel educativo, al contrario de lo que se podría pensar, se ha incorporado en mayor medida en aquellos estudios de adultos, seguidos de los niveles intermedios e inferiores y en último lugar a nivel universitario.
EDULLAB publica su vídeo divulgativo sobre la Tecnología Educativa y su trabajo de investigación https://t.co/wJzAACPSDQ vía @Edullab
— Silvia López Gómez (@Silvia_LG) 28 de enero de 2019
Todo lo anterior ofrece una perspectiva muy diferente a lo deseable en el aula, lo que permite conocer lo que se está realizando bien, y en qué se puede mejorar.
Así se precisaría de un mayor uso del smartphone en clase, además de incorporar programas orientados al desarrollo de conductas y del pensamiento abstracto.
Igualmente, la universidad es la institución en donde se ha observado una menor incorporación de la tecnología educativa según esta investigación, por lo que se requeriría de un mayor esfuerzo por parte de los docentes en cuanto a preparación personal para incorporar esta tecnología con lo que el alumno pueda tener un mayor aprovechamiento de los desarrollos que se producen en su área.
Entre las limitaciones del estudio, está el haber consultado únicamente una base de datos, y no haber realizado ningún análisis comparativo para conocer qué tipo de tecnología es mejor en función del nivel educativo, por ejemplo.
A pesar de lo anterior, este estudio ofrece una radiografía de lo que se está investigando en cuanto a tecnología educativa se refiere, resaltando tanto lo que se trabaja efectivamente como lo que queda por lograr.