Etiqueta: anorexia

  • ¿Cuál es el papel de los padres en los trastornos de la alimentación?

    ¿Cuál es el papel de los padres en los trastornos de la alimentación?


    Cuando uno piensa en trastornos como la anorexia o la bulimia, se suele atribuir a un efecto de los modelos presentados a través de los medios de comunicación.

    Causas de los trastornos de la alimentación

    Aunque todavía no está claro sobre el origen de esta problemática, existen teorías que apuntan a la influencia social como mecanismo de distorsión de la talla ideal.
    Igualmente se apunta a algunas características de personalidad que facilitan que determinados jóvenes expuestos a estos modelos “imposibles” acaben desarrollando patologías asociadas a la ingesta de comida.
    Incluso existen teorías que apuntan a la propia familia como origen de este tipo de patologías, entendiéndose que aquellas familias rígidas y con una escasa comunicación entre sus miembros puede estar en el origen de estos trastornos de la alimentación, pero ¿Cuál es el papel de los padres en los trastornos de la alimentación?


    Vídeo Recomendado:Niñas con anorexia: La dieta más maligna / Bienvenidos

    La familia ante la anorexia y la bulimia

    Esto es lo que ha tratado de averiguarse con una investigación realizada desde
    el Departamento de Dinámica y Psicología Clínica, Universidad de Roma junto con el Departamento De Psicología, Universidad Telemática Internacional Uniettuno (Italia) cuyos resultados han sido publicados en el 2017 en la revista científica Journal of Child and Family Studies.
    En el estudio participaron doscientas cuarenta y tres familias, en las cuales había una hija con problemas de alimentación con edades comprendidas entre los 14 a 17 años.
    Se separaron a las familias en función de la patología de la menor, según fuese anorexia nerviosa, bulimia nerviosa o trastorno de atracón, siguiendo los criterios del DSM-V.
    A los menores se les administró el SCL90-R (Symptom Check-List) para evaluar sus características psicológicas; mientras que a las familias el FACES-IV (Family Adaptability and Cohesion Evaluation Scale) para evaluar la influencia de la familia en el menor.

    Con respecto a los perfiles más habituales hallados, se encuentra entre los que sufren de anorexia nerviosa de una mayor predisposición a padecer otro tipo de psicopatologías; por su parte los que sufren de bulimia nerviosa muestran mayores niveles de somatización, fobia ansiosa e ideación paranoide; mientras los que sufren de trastorno de atracón muestran problemas interpersonales y psicoticismo.
    Los resultados muestran que existe una disparidad entre el concepto del joven y de la familia en cuanto a lo que se considera una convivencia “normal”.
    Percibiendo los que sufren de anorexia nerviosa a la familia como disfuncional, rígida, con baja cohesión y comunicación entre sus miembros.


    La familia ante los trastornos de la alimentación

    Entre las limitaciones del estudio está el que únicamente se analizaron los resultados de aquellas familias que tenían hijas, no pudiendo extrapolar los resultados a las familias con varones con este tipo de problemática.
    Igualmente, el estudio se circunscribe a tres patologías del trastorno de la alimentación, dejando fuera del mismo otros problemas de la alimentación tan importantes como es la obesidad.
    A pesar de las limitaciones anteriores los resultados resaltan la importancia de detectar las características de personalidad asociadas a cada uno de los trastornos de alimentación, con lo que poder establecer campañas de prevención específica a esta población.
    Igualmente, y con respecto al tratamiento, se ha de tener en cuenta que existe en el menor una distorsión en cuanto a las relaciones familiares, y no tanto una realidad de familia distorsionada como hasta ahora se había planteado teóricamente, reduciendo así la “responsabilidad” de la familia en este tipo de problemática.

  • ¿Nuevas explicaciones para trastornos de la alimentación en hombres?

    ¿Nuevas explicaciones para trastornos de la alimentación en hombres?


    A pesar de que actualmente la prensa presta menos atención que hace unos años a los casos de los trastornos de la alimentación estos siguen produciéndose a diario.

    Trastrornos de la alimentación

    Quizás el más común y del que apenas nos demos cuenta sea el de la obesidad. Un fenómeno preocupante por sus altos índices de afectados, pero que la sociedad parece no querer o no darse cuenta de ello.
    En la siguiente gráfica interactiva se presenta la incidencia a nivel mundial de los trastornos de la alimentación, pudiéndose observar por género o por edad; mostrándose una mayor incidencia de estos trastornos entre los países «desarrollados» frene a los «no desarrollados».

    Hace unos años se dio mucha «publicidad» a la problemática de la anorexia, existiendo campañas de prevención al respecto en la televisión pública. Hoy en día, a pesar de que los efectos para la salud son los mismos, apenas hablan de ello y únicamente en las clínicas y asociaciones de afectados se enfrentan a esta problemática casi en «silencio».
    Tal y como sucedía con el cáncer de mama, en un principio se entendía que la anorexia era exclusiva de las mujeres, para luego comprobarse que no era así, si no que existía un bajo índice de casos entre varones.
    En la siguiente gráfica se puede observar cómo es número de fallecimientos causados por los trastornos de la alimentación en función de la edad separando entre hombres y mujeres.
    Como se puede ver en la gráfica a partir de la pre adolescencia se produce una separación progresiva del número de fallecimientos, aumentando rápidamente la en mujeres; mientras que en hombres lo hace progresivamente más lento.

    Algunos estudios indican que la incidencia de los trastornos de la alimentación en hombres entre el 0,2% y el 0,4% de casos de anorexia nerviosa; el 0,1 y el 0,9% de bulimia nerviosa; y entre el 1,0 y el 1,1% del trastorno de atracón.
    A pesar de las diferencias en cuanto a la incidencia de los trastornos alimenticios en función del género, las teorías explicativas con respecto al origen y mantenimiento han sido aplicadas a ambos géneros sin distinción, así se habla de las consecuencias de los medios de comunicación como factor social determinante, donde se muestran modelos «inadecuados» que «confunden» a los más jóvenes sobre unos cánones de belleza que no siempre van de la mano de la salud, pero ¿Existen nuevas explicaciones para trastornos de la alimentación en hombres?


    Vídeo Recomendado: Trastornos alimentarios Discovery en la escuela

    Trastornos de la alimentación en varones

    Esto es precisamente lo que se ha tratado de averiguar con una investigación realizada desde el Institute of Psychology, Department of Clinical Psychology and Psychotherapy, University of Fribourg junto con el Institute of Psychology, Department of Clinical Psychology and Epidemiology, University of Basel (Suiza) cuyos resultados acaban de ser publicados en la revista científica Psychiatry Research.
    Los autores plantean un modelo teórico que quieren comprobar si es respaldado por los datos. En este modelo teórico las emociones mal manejadas y los pensamientos distorsionados juegan un papel fundamental en los trastornos de la alimentación.
    En el estudio participaron ciento veintitrés hombres de edades comprendidas entre los 18 a 37 años.
    Los participantes tuvieron que rellenar diversos cuestionarios estandarizados, tanto para detectar síntomas depresivos a través del Beck Depression Inventory (BDI-II); la satisfacción con el propio cuerpo a través del Body Shape Questionnaire (BSQ-8C); los problemas de alimentación a través del Eating Disorder Examination Questionnaire (EDE-Q); problemas de regulación emocional a través del Difficulties with Emotion Regulation Scale (DERS); distorsiones cognitivas mediante el Short Trait Thought Shape Fusion Scale (TSF); así como el Índice de Masa Corporal calculado con los datos de peso y altura proporcionado por los participantes.
    Los resultados indican la validez del modelo planeando, superando así los modelos previos basados exclusivamente en la incidencia social y en la distorsión de la imagen personal.
    No se encontraron diferencias significativas en el Índice de Masa Corporal en función de la sintomatología depresiva o la edad de los participantes.


    Explicaciones a los trastornos de la alimentación

    Una de las limitaciones del estudio es que se centra exclusivamente en hombres, dejando a las mujeres fuera del mismo, por lo que no se puede conocer si este modelo es válido para ella también.
    Igualmente, en el estudio no se han diferenciado los resultados por el tipo de trastorno de alimentación de los participantes, por lo que no se puede conocer si este modelo es válido para todos los casos, o únicamente para la anorexia nerviosa o el trastorno de atracón.
    Si nueva investigación respalda los resultados anteriores, y tal y como señalan los autores, habrá que rediseñar los programas tanto de prevención como de intervención basado en este nuevo modelo, donde se dé más importante a los aspectos psicológicos que a los sociales.
    Aunque los autores no señalan cómo podría mejorarse la intervención actual en los trastornos de la alimentación, las variables de distorsión cognitiva y manejo de las emociones parecen ser los principales focos a tener en cuenta.
    Falta pues realizar pruebas con respecto a estas variables para comprobar si con ello se mejora la efectividad del tratamiento de los hombres con respecto a los trastornos de la alimentación.

  • ¿Se relaciona la conducta de comer con el deporte?

    ¿Se relaciona la conducta de comer con el deporte?

    Una de las preocupaciones de los padres con hijos con problemas de alimentación es que no saben cómo hacer que mantengan su peso saludable.

    El problema de la anorexia

    Los problemas de alimentación están creciendo en las últimas décadas, ya sea por exceso de comida, como en el caso de la obesidad, como por defecto de alimentación, en el caso de la anorexia o la bulimia.
    Los mayores afectados de estos problemas de alimentación los suelen sufrir los adolescentes, siendo en muchos casos superados cuando llegan a la edad adulta, en el caso de la bulimia o la anorexia.
    Aunque lo más preocupante son las consecuencias que sobre la salud va a generar estos problemas de alimentación, ya que, en el caso de la obesidad, ya que esta no sólo se mantiene si no que se convierte en crónica en la etapa adulta.
    Son muchas las consecuencias de la obesidad para la salud de la persona, y hasta el momento no se han detallado ningún beneficio para la misma.
    Especialmente preocupante la aparición de numerosos casos de pequeños con obesidad, situación que de no poner remedio le va a acompañar el resto de su vida, siendo una sobrecarga emocional, afectando a su nivel de autoestima y a las relaciones sociales, además de las consecuencias en la salud anteriormente apuntadas.
    Una situación que lejos de “controlarse” por parte de los poderes públicos parece que se ha hecho crónico, tal y como se puede observar en la gráfica interactiva siguiente sobre la evolución de la prevalencia de la obesidad en EE.UU.

    Evolución de la prevalencia de la obesidad en Estados Unidos | HealthGrove


    En la gráfica se puede observar cómo desde 1999 hasta la actualidad, la tasa de obesos mayores de 20 años se sitúa por encima del 30%, produciéndose un incremento paulatino cada año, alcanzando en el 2014 el 37% de los estudiados.
    En el caso de los menores de 20 años, el primer registro de 1999 informa sobre un 13,9% de afectados, produciéndose un incremento muy leve hasta llegar en 2014 al 17,2% de los menores.
    Muchos son los factores que se atribuido a los problemas de alimentación, siendo los principales la dieta que se sigue y el sedentarismo, pero ¿Se relaciona la conducta de comer con el deporte?


    Vídeo Recomendado: DOCTOR ANTONIO ESCRIBANO: ALIMENTACIÓN EN EL DEPORTISTA

    El deporte y la conducta alimenticia

    Esto es lo que se ha tratado de averiguar con una investigación realizada conjuntamente desde la University of Thessaly (Grecia) y la University of Jyväskylä (Finlandia) cuyos resultados han sido publicados recientemente en la revista científica Psychology.
    En el estudio participaron 361 adultos, de los cuales el 67,3% eran mujeres, con edades comprendidas entre los 24 a 48 años.
    Todos ellos tuvieron que responder una serie de cuestionarios para conocer sus hábitos deportivos y de alimentación, y estudiar la relación y las consecuencias de ambos, para ello se les administró el Self-reported exercise behavior para conocer los hábitos deportivos, el Self-reported healthy eating behavior para conocer los hábitos alimenticios, el TPB measures of exercise and healthy eating para conocer lar elación entre salud alimenticia y deporte, el Intention for exercise and healthy eating para estudiar las intenciones sobre la relación deporte-alimentación, el Attitude for exercise and healthy eating para conocer las actitudes hacia la relación deporte-alimentación, el Subjective norm for exercise and healthy eating con lo que analizar lo que se considera “normal” en la relación deporte-alimentación y por último el Perceived behavioral control for exercise and healthy eating para conocer la percepción del control sobre la relación deporte-alimentación.
    Igualmente, todos los participantes informaron de su peso y altura por lo que se pudo calcular el Índice de Masa Corporal, sabiendo que valores superiores a 25 kg/m2 se considera sobrepeso.
    Los resultados informan que el 48,7% de los participantes tenían sobrepeso. Sobre los cuestionarios empleados, se ha observado una relación significativa entre el ejercicio y la alimentación en función de la intención y la actitud.
    Esto es aquellas personas que tenían la intención de mantener una alimentación saludable con un ejercicio adecuado eran los que más posibilidades tenían de realizarlo. Igualmente, los que mostraban una actitud más positiva hacia esta relación eran los que luego tenían mayores probabilidades de mantener dicha relación entre deporte y alimentación. No encontrándose estas relaciones significativas entre el grupo de personas obesas, a los que les “faltaba” la intención o la actitud hacia el deporte y a alimentación sana.


    Relación deporte y alimentación

    Hay que tener en cuenta que en el estudio únicamente se han recogido información sobre lo que dicen los participantes, y no tanto lo que hacen con respecto al ejercicio físico, medida que sería más objetiva a la hora de poder establecer conclusiones al respecto.
    Hay que destacar que los análisis se han realiza sobre una población muy concreta, los griegos, con una dieta mediterránea saludable, que no se encuentra en otros países, por lo que para concluir al respecto es preciso realizar nuevas investigaciones.
    Tal y como indican los autores del estudio, el conocer los factores de intencionalidad y actitud hace que se deban de replantear los programas de intervención para incentivar el deporte centrado en estos dos factores.
    Igualmente hay que afrontar que las campañas deben de estar orientado hacia las personas que ya sufren de obesidad, ya que son estos los que más dificultades tienen para activar la intención por realizar deporte y comer sanamente, e igualmente los que tienen una peor actitud hacia los beneficios de ambos.

    Consejos para prevenir problemas de alimentación

    – Manen una dieta equilibrada, donde no faltan frutas y verduras
    – Procurar siempre quedarte con un poco de gana, sin llegar a la saciedad
    – Realizar ejercicio moderado diariamente y a ser posible al aire libre
    – Hidratarse bien antes y después del ejercicio
    – Si ve que su peso sube o baja más de tres kilos a la semana sin hacer nada para ello, acuda a un endocrino

  • ¿Puede el pensamiento controlar la obesidad?

    ¿Puede el pensamiento controlar la obesidad?


    Uno de los problemas de salud más importantes de los últimos años en determinados países desarrollado es el aumento de los casos de obesidad.

    Pensamiento obesdidad

    Aunque han sido muchos los factores que se han considerado como los causantes del sobrepeso que lleva a la obesidad.
    Si bien con anterioridad el único índice que se tenía para saber si la persona sufría de obesidad era el peso, con posterioridad se incorporó la evaluación de la altura, surgiendo así lo que se conoce como Índice de Masa Corporal (I.M.C.) que se calcula dividiendo el peso por la altura. El I.M.C. ofrece un porcentaje, el cual si es por debajo del 18% se considera desnutrición y por encima del 25% sobrepeso.
    Aunque el I.M.c. está ampliamente aceptado, hoy en día los médicos cuentan con índices más exactos que tienen en cuenta también el género de la persona, e incluso su edad, con lo que establecer más correctamente si se está ante una persona obesa o no, a la vez que ofrece información sobre el porcentaje de la grasa acumulada en exceso.
    La mala alimentación es una de las principales causas de la acumulación excesiva de grasa, y eso a pesar de la una mayor variedad de alimentos que permiten llevar sin mayores costes una dieta equilibrada. A pesar de lo cual el número de obsesos entre los países desarrollados sigue creciendo, habiéndose observado que empieza a afectar a edades cada vez más tempranas, pudiendo encontrarse niños obesos que van a arrastrar problemas de salud asociados durante toda su vida.
    Ya que la acumulación de grasa en sí tiene escasas consecuencias, pero el exceso tiene asociado la presencia de múltiples enfermedades que se incrementan a medida que lo hace el sobrepeso, y que en muchos casos se recupera la persona cuando pierde esos kilos de más.
    Muchas son las creencias al respecto, desde aquellos que piensan que es algo genético y que no se puede hacer nada, otros que afirman «haber probado de todo para bajar» sin haber conseguido anda, pensamientos que limitan la capacidad de la persona de poner en manos de un profesional de la salud especializado, pero ¿Puede el pensamiento controlar la obesidad?



    Controlar la obesidad

    Esto es precisamente lo que trata de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia) cuyos resultados han sido recientemente publicados en el 2014 en la revista científica The Journal of Social Psychology.
    El objetivo de este estudio es determinar si las creencias de las personas sobre las posibilidades o no de baja peso van a influir en la realidad de conseguirlo.
    En este estudio han participado ciento noventa y tres adultos reclutados a través de Internet, con edades comprendidas entre los 18 a 65 años, de los cuales 124 eran mujeres, con un índice de peso corporal medio de 25, lo que supone que se encuentra en el inicio de la obesidad.
    A los participantes se les distribuyó entre cuatro variables en donde leían sobre un obeso que intentaba perder peso, en situaciones en que lo atribuía a sí mismo o al exterior.
    Se registró y analizó la respuesta de todos los participantes según su condición experimental, opinando sobre el texto que les había correspondido en una escala de afectividad de -7 a +7 siendo la valoración más baja la correspondiente a fuertemente en desacuerdo y la más alta, fuertemente de acuerdo.
    Los resultados indican que aquellos obesos que leyeron un texto donde la persona se esforzaba por bajar su peso fueron mejor valorados que aquellos que leyeron un texto donde se explicaban los efectos negativos de la obesidad.
    Estos resultados va en la línea de recientes estudios que indican que entre los obesos se valora más a aquellos que consiguen con su esfuerzo bajar que aquellos que lo logran con una intervención externa como es la crujía.
    Por lo que los autores concluyen que el estigma que sufren las personas obesas no desaparecen cuando estas pierden peso, si los demás saben que lo han hecho empleado para ello métodos externos, que no requieren de ningún tipo de esfuerzo por su parte; en cambio cuando la persona se ha esforzado existe un gran consideración social por haber podido conseguir superar su problema de sobrepeso con sus propios medios y esfuerzo.


    Sin obesidad

    Esto es así probablemente por que los propios participantes, que tienen una media de sobrepeso han tenido la experiencia de querer perder peso y saben lo que cuesta bajarlos, tanto con lo que respecta al ejercicio físico como a llegar una dieta saludable con lo que corregir los desajustes que le llevaron a la persona al sobrepeso.
    Lo que no hace si no exponer la idea errónea que se puede tener de que uno pesa «lo que quiere», sin tener en cuenta que existen otros muchos factores de origen genético e incluso farmacológicos o médicos que puede estar influyendo en el mantenimiento y aumento del peso por parte de la persona, y no ser ella la responsable de bajarlo.
    Por lo que sería bueno y conveniente trabajar con estas ideas entre aquellas personas que por su condición no puedan perder peso, para que no se sientan mal por ello.
    Y para aquellos que quieran y puedan hacerlo, recordarles que el esfuerzo es una vía válida para que aparte de perder peso se sientan satisfechos consigo mismo por conseguir sus propias metas personales tan importantes como es la de recuperar la salud.
    A pesar de los resultados, el haber empleado personas por Internet en vez en presencial, además la selección de los participantes con un rango tan amplio de edad no permite conocer si estos resultados cambian o se mantienen durante el tiempo. Igualmente el número de participantes y el origen de los mismos, el 81% caucásico, hace que se requiera de nueva investigación para poder dar por válido los resultados.

  • ¿Están expuestos los deportistas a Trastornos Alimentarios?

    ¿Están expuestos los deportistas a Trastornos Alimentarios?

    Los deportistas están expuestos a mucha presión, tanto a la hora de entrenarse como por el logro de éxito deportivos, pero algunos sufren Trastornos Alimentarios.

    Alimentacion deportista

    La conducta del Trastornos Alimentarios se puede presentar de distinta manera, tanto como bulimia, anorexia o vigorexia, presentando cada uno de ellos características diferentes, aunque igual de perjudicial para la salud, debido a que en todos los casos se producen desajustes alimenticios que van a tener su reflejo en un perjuicio sobre la salud, que si no se trata a tiempo en algunos casos puede poner incluso en riesgo la vida de quien lo padece.
    Muchas son las teorías que han surgido alrededor del Trastornos Alimentarios, tanto sobre su origen como en su mantenimiento, pero todavía no se ha llegado a ninguna conclusión sobre el mismo, siendo además de difícil tratamiento, ya que la persona que lo sufre suele negar la realidad de su problema, y entender que aquello que hace es parte de su modo de vida, incluso es algo buscado.
    Es por ello que a la hora de tratar a estos pacientes lo primero que hay que «luchar» es contra esas ideas erróneas sobre la salud, la alimentación, y el poder que ellos creen tener en su vida, para que una vez rota esta, se puede reeducar en hábitos adecuados que ayuden poco a poco a recuperar de las carencias alimenticias que han sufrido.
    Aunque cuando uno piensa en persona afectadas por este tipo de trastorno, lo suele hacer con respecto a personas en algunos casos solitarias, o que se rigen por los cánones sociales de belleza al que se ven expuestos por la televisión o las revista, pero ¿Están expuestos los deportistas a Trastornos Alimentarios?


    https://youtu.be/4atAvSJotUQ

    Deportista trastorno

    Esto es lo que trata de averiguarse desde la Universidad Federal de Juiz de Fora junto con la Universidad São Paulo, cuyos resultados han sido publicado recientemente en la revista científica Paidéia.
    En el mismo participaron 580 adolescentes, de ambos sexos, con edades comprendidas entre los 10 a 19 años de edad, que practicaban deporte regularmente al estar inscritos en alguno de los cinco clubes deportivos de donde se extrajeron los mismos, entre los cuales practicaban campo a través, baloncesto, fútbol, esgrima, gimnasia artística, balonmano, judo, natación, waterpolo y voleibol entre otros.
    A todos ellos se les pasaron tres cuestionarios estandarizados diferentes, uno para evaluar el riesgo de sufrir un Trastornos Alimentarios denominado Questionnaire Eating Attitudes Test (EAT-26), otro para evaluar la satisfacción con su propio cuerpo Body Shape Questionnaire (BSQ) y por último, uno que evalúa el compromiso psicológico con el deporte Commitment Exercise Scale (CES). A lo anterior se incorporaron las medidas de peso y altura, además de el porcentaje de grasa corporal. Se incluyeron también datos demográficos y económicos de los participantes.
    Los resultados muestran un porcentaje de sufrir Trastornos Alimentarios del 18% en chicas y del 14% en chicos, igualmente existe diferencias en cuanto a la satisfacción con el propio cuerpo, siendo la insatisfacción del 14% en chicos mientas que en chicas alcanza el 38%.

    Deportista anorexia

    A pesar de contar con datos de chicos y chicas, el estudio no ha realizado un análisis comparativo entre ambos para comprobar si los resultados anteriores eran significativamente diferentes ente ellos o no.
    El estudio no incluye a un grupo control con el que comparar si los resultados son elevados o igual al obtenido entre la población que no practica deportes de forma regular. Aún y con eso se precisaría de comparar los resultados con los de otras poblaciones para poder concluir si los deportistas están más expuestos a sufrir Trastornos Alimentarios o no.

  • ¿Se puede prevenir la anorexia o la bulimia en la infancia?

    ¿Se puede prevenir la anorexia o la bulimia en la infancia?

    Uno de los grandes «males» de nuestra sociedad son los trastornos de la alimentación que provocan anorexia, bulimia u obesidad, ¿Pero cuándo se empieza a formar?

    Anorexia infancia

    Algunos autores atribuyen que es la consecuencia «lógica» de un exceso de disponibilidad de la alimentación, en referencia a la obesidad, no siendo tan fácil de explicarse por los mismos motivos en el caso de la anorexia o la bulimia, ya que a pesar de la disponibilidad la persona se niega a comer o a engordar.
    En estos casos los autores optan más por la presión social y los cánones de belleza autoimpuestos como el origen de estos trastornos, pero ¿Cuándo se inician?
    En países del «primer mundo» se ha observado cómo cada vez se producen estos trastornos de la conducta alimenticia a edades más tempranas, llegándose a considerar en alguno de ellos, la obesidad infantil un problema de salud nacional; en cambio la anorexia o la bulimia parece estar más relacionado con la pre-adolescencia y la adolescencia.
    Pero no hay que olvidar las graves consecuencias que sobre la salud va a tener el haber sufrido alguno de estos trastornos, así la obesidad infantil puede provocar problemas físicos de huesos, articulaciones, dificultad para respirar, problemas cutáneos o diabetes; en el caso de la bulimia o la anorexia, alteraciones cardiovasculares, gastrointestinales, debilitamiento óseo, alteraciones hormonales y hasta amenorrea (pérdida de la menstruación en mujeres), sabiendo además que en los casos más graves puede llevar al niño o al joven al ingreso hospitalario de urgencias. Además el padecer uno de estos trastornos de la conducta alimenticia puede además tener consecuencias negativas como una baja autoestima, al sufrir el aislamiento y la discriminación por parte de sus iguales, ¿Pero se puede hacer algo para prevenirlo o evitarlo?



    Bulimia en infancia

    Es lo que trata de averiguarse desde la Universidad de Leuven (Bélgica) recientemente publicado en la revista científica Frontiers in Psychology.
    En el estudio participaron 183 pequeños entre los 7 y 12 años, de los cuales el 49% eran niñas. A la mitad de los participantes, se les pasó por la condición de pre-exposición a la alimentación disponible, mientras que a la otra mitad no se les hizo nada, grupo control.
    La fase de pre-exposición consistió en que formasen palabras de dulces, a la vez que los tenían disponibles para su consumo, pero el experimentador estaba presente, por lo que ninguno de ellos comieron.
    Con posterioridad se realizó una fase de prueba donde se les dejaba a los pequeños comer lo que quisieran, mientras se les pedía que evaluasen tres características de los mismos.
    Los resultados informan que los niños que han sido pre-expuestos a la tentación de comer dulces en la fase de prueba muestran mayor autocontrol y comen menos dulces que los del grupo control.
    El estudio que se basaba en investigaciones previas que indicaban que los niños/as que habían sido pre-exposición a la comida, como forma de «educar» el auto-control.

    Anorexia y bulimia infancia

    Uno de los resultados más notables a la vez que desconcertantes, es que el efecto de pre-exposición fue válido únicamente entre los niños, no existiendo diferencias en cuanto al número de dulces consumidos entre el grupo de pre-exposición y control en el caso de las niñas.
    Aunque el objetivo del estudio no es de índole clínico, los resultados abren una puerta para incorporarlo en la prevención de trastornos de la alimentación como la obesidad, quedando fuera de sus resultados los casos de anorexia o bulimia que no se regirían por la disponibilidad de la alimentación tal y como se comentó en la introducción del estudio. Igualmente quedan fuera del estudio la aproximación que indica que entre las principales causas de la obesidad infantil se encuentra en el sedentarismo y la falta de actividad físicas desde pequeño, lo que hace que no se «queme» lo que se come.

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