Categoría: Psicologia Infantil o psicopedagogia nfantil

  • ¿Se superan las secuelas en personas con abusos infantiles?

    ¿Se superan las secuelas en personas con abusos infantiles?

    En ocasiones se sufren determinadas circunstancias para las que no está preparado ningún niño ni joven y que le van a marcar el resto de su vida si no se supera.
    Muchas son las consecuencias que sobre los menores va a tener, desde la aparición de trastornos del estado de ánimo como el trastorno de depresión mayor, el trastorno de estrés post-traumático, pero también se suelen producir enfermedades asociadas a altos niveles de ansiedad denominadas, enfermedades psicosomáticas, y todo ello por un hecho, que en algunos casos es puntual, pero para el que no está preparado el menor para asumirlo.
    Abusos, agresiones, e incluso abandono, pueden ser alguna de las causas que van a cambiar la forma de sentir, pensar y actuar de estos pequeños, alterando por completo su forma de en que se relaciona consigo mismo y con los demás.
    Algo que a veces, no se expresa externamente, llevando una vida relativamente normal, pero que por dentro sí existe un sufrimiento psicológico importante.
    Uno de los fenómenos encontrados al respecto en el caso de adultos es lo que se ha denominado sobre generalización en la memoria autobiográfica, en el caso de suicidas o en pacientes con depresión mayor. Éste consiste en teñir todos los recuerdos con un acontecimiento negativo, y considerar que todo lo vivido por aquella época era negativo, lo que se ha observado que facilita la presencia de trastornos del estado de ánimo.
    Teniendo en cuenta que la presencia de esa sobre generalización es indicativo que no se ha superado esas secuelas, entonces, ¿Sufren los pequeños que ha sido víctimas de agresiones o abusos de sobre generalización en la memoria autobiográfica?


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    Al menos así lo intenta comprobar desde la Universidad de Oxford, la Universidad de Bristol, y la Universidad College London (Inglaterra) publicado recientemente en Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry.
    En el estudio se realizó mediante cuestionarios enviados a 10.434 menores de 13 años, de los cuales 5.792 respondieron al mismo.
    Se realizaron varias medidas, una sobre la memoria autobiográfica a través del Autobiographical Memory Test, una sobre los eventos traumáticos vividos denominado Life events measures, una evaluación sobre la adaptación a la vida cotidiana denominado Development and wellbeing assessment, y un último cuestionario sobre el estado de ánimo de los participantes denominado Moods and Feelings Questionnaire.
    Los resultados informan que aquellos pequeños que habían sufrido un hecho como abuso físico o sexual van a provocar un cambio importante en la forma de percepción de los pequeños que puede observarse por la sobre generalización en la memoria autobiográfica, que afecta a más de un 60%, aspecto que está directamente relacionado con un mayor riesgo de sufrir un trastorno del estado de ánimo, ya se por estrés post-traumático o por depresión mayor.

    Aunque el estudio abarcado un amplio número de participantes, el haber realizado el mismo por correo, hace que no se puedan corroborar los datos allí aportados, y que tampoco exista un seguimiento de cada caso para comprobar cómo ha cambiado la persona y en qué medida le ha afectado. Dicho lo cual, es muy importante observar que existe una necesidad de intervenir terapéuticamente sobre estos menores ya que si no se así las consecuencias para el resto de su vida pueden ser muy importantes tanto en lo que respecta a su salud psicológica como en sus relaciones sociales.

  • ¿Qué porcentaje de acoso escolar se produce hoy en día?

    ¿Qué porcentaje de acoso escolar se produce hoy en día?

    Uno de los grandes problemas que pueden vivir en épocas tempranas los más pequeños es el buylling escolar, con las consecuencias que ello tiene sobre la salud.

    Acoso escolar

    El buylling o acoso escolar se ha convertido en algo «normal» dentro de la escuela, a pesar de las campañas de concienciación al respecto, primeramente para denunciarlo, y luego para crear mecanismos para evitarlo, tanto a nivel académico e incluso a nivel judicial.
    Aunque lo más evidente puede ser la agresión física, hay muchas modalidades de buylling más incluyendo insultos, bromas, amenazas, poner motes y difundir rumores entre otros.
    Pudiendo ser el buylling una actitud o conducta por parte de uno o varios compañeros de clase, dirigida hacia otra a la que convierte en objeto de insultos y vejaciones.
    Una circunstancias que van más allá del malestar escolar, y que transciende a la salud del pequeño, pudiendo observarse la presencia de enfermedades psicosomáticas ya desde muy temprana edad.
    Un porcentaje que según la población en donde se ha analizado puede ir desde el 8 al 46 %, pero ¿Cuál es la incidencia del buylling escolar entre la población India?



    Acoso escuela

    Esto es lo que trata de descubrirse desde el Instituto Universitario de Ciencias Médicas Krishna (India) según un reciente estudio publicado en International Journal of Health Sciences and Research.
    En el estudio participaron 400 niños escolarizados, 200 varones y 200 niñas entre 8 y 14 años. A cada uno de ellos se les preguntó con una entrevista semi-estructurada basado en un cuestionario estandarizado para detectar buylling escolar denominado Olweus Bully/Victim Questionnaire, de ahí se extrajeron dos grupos, aquellos que sufrían buylling o lo habían sufrido en el último año y los que no.
    A todos ellos se les pasó un cuestionario para evaluar los niveles de salud y de ansiedad a través del instrumento estandarizado KIVPA.
    Los resultados muestran un alto nivel de buylling ya que de entre los 400 participantes, 136 lo habían sufrido en el último año, de los cuales 77 eran niños y 59 niñas.
    Analizando el tipo concreto de bullying se observó cómo la agresión física directa fue la más común llegando al 60% de los casos, seguido de los insultos (37,5%) y los rumores (28%).

    Acoso colegio

    Entre los síntomas experimentados por los pequeños, estaba el dolor de estómago (24%), depresión (23%), dolor de cabeza (20%), y ausencias frecuentes de la escuela (18%).
    De todos los que sufría buylling únicamente el 24% habían informado a sus padres o profesores sobre su situación.
    Aunque el estudio está muy localizado y no se pueden extraer a otras poblaciones, es importante poner en evidencia los altos números de alumnos afectados, las distintas formas de expresarse, así como el bajo porcentaje de denuncia de los afectados.

  • ¿Sabes si tu hijo tiene un riesgo alto de sufrir depresión?

    ¿Sabes si tu hijo tiene un riesgo alto de sufrir depresión?

    Una de las preocupaciones más importantes de los padres es con respecto a la salud de sus hijos, sobre todo la salud mental, cuando ellos mismos lo han sufrido.

    Depresión en la familia

    Los padres que han sufrido algún tipo de psicopatología suelen tener mucho miedo de que sus hijos puedan pasar por lo que ellos mismos han pasado, tanto en lo que se refiere a la enfermedad, el diagnóstico y el tratamiento.
    Aunque no todas las enfermedades mentales tienen un elevado índice de heredabilidad, el porcentaje de casos en que un hijo pueda expresar un psicopatología aumenta en el caso de que alguno de los padres lo haya sufrido. Las causas, si no se explican por una base genética lo hacen por el ambiente, en este caso el ambiente familiar en donde se desarrolla el pequeño, el cual puede haber sido «testigo» de los episodios agudos de la enfermedad de alguno de sus padres lo que les puede haber servido de «modelo»; igualmente la forma en que una persona que sufre una psicopatología puede que no sea la más indicada y «sana» para su hijo, todo lo cual puede generar el germen sobre el que cimentarse una futura psicopatología por parte del pequeño cuando este crezca.
    Tal y como se ha observado en el caso de padres que sufren de trastornos de ansiedad o de depresión mayor, donde se ha observado un incremento significativo de padecer estas psicopatologías por parte de los hijos. Es decir, los hijos de los padres ansiosos muestran mayores niveles de ansiedad incluso llegando ser patológico, e igualmente con un estado deprimido que llega a transformarse en un trastorno de depresión mayor, pero ¿hasta que punto puede un padre advertir la presencia de su misma sintomatología en su hijo?



    Depresión en los hijos

    Esto es lo que se ha tratado de responder con una investigación realizada desde el Departamento de Psicología Clínica y Psicopatología, Universidad de Groningen; el Centro Médico Universitario Leiden (Países Bajos) y el Centro Médico Universitario VU (Amsterdam) cuyos resultados han sido publicados en el 2014 en la revisa científica BMC Psychology.
    En el mismo participaron 25 padres que habían sufrido un trastorno del humor unipolar o de ansiedad y con hijos entres lo 8 a 18 años.
    A todos ellos se les administró una entrevista semiestructurada sobre diversas cuestiones de su manera de educar y de la salud psicológica de sus hijos.
    Los resultados informan que pesar de que los padres consideran que ofrecen la misma calidad en el cuidado y atención de sus hijos que cualquier otro padre, están más preocupados por la presencia o no de la sintomatología que ellos han sufrido como parte de su psicopatología.
    Casi todos los padres coinciden en que sus hijos deberían de recibir atención especializada en cuanto surgiesen los primeros síntomas que pudiesen señalar que podían padecer su misma enfermedad mental, como medida preventiva y para evitar que se agravase.
    Especialmente polémico fue el punto sobre si contarían a sus hijos que ellos mismos han sufrido una psicopatología.
    Aunque el estudio es pionero en poner en evidencia los temores de los padres que han sufrido una psicopatología, el escaso número de participantes y el realizar una entrevista de forma semi-estructurada no permiten obtener conclusiones extrapolables al respecto. A pesar de ello hay que reconocer la ausencia de cursos orientados hacia éste colectivo, que les ayude en su tarea de crianza de sus hijos, para que sepan identificar correctamente los primero síntomas de sus propias enfermedades y con ello que mitiguen el miedo que ellos tienen sobre la salud psicológica de sus hijos.

  • ¿Se puede prevenir la anorexia o la bulimia en la infancia?

    ¿Se puede prevenir la anorexia o la bulimia en la infancia?

    Uno de los grandes «males» de nuestra sociedad son los trastornos de la alimentación que provocan anorexia, bulimia u obesidad, ¿Pero cuándo se empieza a formar?

    Anorexia infancia

    Algunos autores atribuyen que es la consecuencia «lógica» de un exceso de disponibilidad de la alimentación, en referencia a la obesidad, no siendo tan fácil de explicarse por los mismos motivos en el caso de la anorexia o la bulimia, ya que a pesar de la disponibilidad la persona se niega a comer o a engordar.
    En estos casos los autores optan más por la presión social y los cánones de belleza autoimpuestos como el origen de estos trastornos, pero ¿Cuándo se inician?
    En países del «primer mundo» se ha observado cómo cada vez se producen estos trastornos de la conducta alimenticia a edades más tempranas, llegándose a considerar en alguno de ellos, la obesidad infantil un problema de salud nacional; en cambio la anorexia o la bulimia parece estar más relacionado con la pre-adolescencia y la adolescencia.
    Pero no hay que olvidar las graves consecuencias que sobre la salud va a tener el haber sufrido alguno de estos trastornos, así la obesidad infantil puede provocar problemas físicos de huesos, articulaciones, dificultad para respirar, problemas cutáneos o diabetes; en el caso de la bulimia o la anorexia, alteraciones cardiovasculares, gastrointestinales, debilitamiento óseo, alteraciones hormonales y hasta amenorrea (pérdida de la menstruación en mujeres), sabiendo además que en los casos más graves puede llevar al niño o al joven al ingreso hospitalario de urgencias. Además el padecer uno de estos trastornos de la conducta alimenticia puede además tener consecuencias negativas como una baja autoestima, al sufrir el aislamiento y la discriminación por parte de sus iguales, ¿Pero se puede hacer algo para prevenirlo o evitarlo?



    Bulimia en infancia

    Es lo que trata de averiguarse desde la Universidad de Leuven (Bélgica) recientemente publicado en la revista científica Frontiers in Psychology.
    En el estudio participaron 183 pequeños entre los 7 y 12 años, de los cuales el 49% eran niñas. A la mitad de los participantes, se les pasó por la condición de pre-exposición a la alimentación disponible, mientras que a la otra mitad no se les hizo nada, grupo control.
    La fase de pre-exposición consistió en que formasen palabras de dulces, a la vez que los tenían disponibles para su consumo, pero el experimentador estaba presente, por lo que ninguno de ellos comieron.
    Con posterioridad se realizó una fase de prueba donde se les dejaba a los pequeños comer lo que quisieran, mientras se les pedía que evaluasen tres características de los mismos.
    Los resultados informan que los niños que han sido pre-expuestos a la tentación de comer dulces en la fase de prueba muestran mayor autocontrol y comen menos dulces que los del grupo control.
    El estudio que se basaba en investigaciones previas que indicaban que los niños/as que habían sido pre-exposición a la comida, como forma de «educar» el auto-control.

    Anorexia y bulimia infancia

    Uno de los resultados más notables a la vez que desconcertantes, es que el efecto de pre-exposición fue válido únicamente entre los niños, no existiendo diferencias en cuanto al número de dulces consumidos entre el grupo de pre-exposición y control en el caso de las niñas.
    Aunque el objetivo del estudio no es de índole clínico, los resultados abren una puerta para incorporarlo en la prevención de trastornos de la alimentación como la obesidad, quedando fuera de sus resultados los casos de anorexia o bulimia que no se regirían por la disponibilidad de la alimentación tal y como se comentó en la introducción del estudio. Igualmente quedan fuera del estudio la aproximación que indica que entre las principales causas de la obesidad infantil se encuentra en el sedentarismo y la falta de actividad físicas desde pequeño, lo que hace que no se «queme» lo que se come.

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