Categoría: Psicologia Infantil o psicopedagogia nfantil

  • ¿Es beneficiosa la meditación para los niños con autismo?

    ¿Es beneficiosa la meditación para los niños con autismo?

    Un reciente estudio analiza los beneficios de la práctica de meditación para los niños con autismo para reducir sus altos niveles de estrés.
    El Trastorno de Espectro Autista es un trastorno del desarrollo infantil en el que su principal síntoma son los problemas de comunicación con sus semejantes.

    Meditación para los niños con autismo

    La imposibilidad de comunicarse, unido a las constantes demandas del exterior, así como la continua estimulación del ambiente, hacen que el pequeño en muchos casos se encuentre desconcertado y «superado» por la situación, y todo ello sin poder expresarse y que los demás le entiendan.
    Una situación estresante que afecta a su calidad de vida, y que puede desembocar en un Trastorno de Ansiedad, el cual se ha estimado que afecta a un 40% de los pequeños en esta situación.

    La principal intervención en el Trastorno del Espectro Autista está centrada en mejorar las habilidades comunicativas del menor, tanto de comprensión de lo que los demás quieren decirle, como a la hora de expresarse adecuadamente.
    Además de ello, en aquellos pequeños donde los niveles de ansiedad son considerablemente elevados e interfieren con su vida, se realizan entrenamientos en el control del estrés.
    A raíz de ello han surgido algunos intentos por adaptar estos tratamientos de estrés al Trastorno del Espectro Autista, con mayor o menor éxito, debido a sus características «especiales», que en muchos casos le impide seguir instrucciones complejas o de introspección, pero ¿Es beneficiosa la meditación para los niños con autismo?


    https://youtu.be/5Mr533oZH74

    Meditación infancia

    Esto es lo que se ha tratado de averiguar desde el Centro de Evaluación y Tratamiento y la Escuela de Medicina Georgetown (EE.UU.) junto con la Universidad de Newcastle (Australia), cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Cogent Psychology.
    En el estudio participaron 6 niños entre los 10 y 30 años, todos ellos diagnosticados con Trastorno del Espectro Autista, siguiendo los criterios diagnósticos del DSM IV-R.
    A todos ellos se les pasó por un entrenamiento que se extendía durante tres meses.
    Cada día debía realizar dos sesiones de Meditación Transcendental, con una duración entre 15 a 20 minutos.
    Se realizó una entrevista semiestructurada a los padres y a los niños para evaluar el nivel de desempeño funcional, así como los niveles de estrés percibido, mediante informe retrospectivo de seis meses antes y de un mes previo a la misma.
    Los resultados informan de notables mejoras en cuanto a la reducción del nivel de estrés de los pequeños, lo que les ayuda en su autoregulación, mejorando su tolerancia y productividad, ayudándolo además a mejorar la calidad del sueño.

    Meditación y autismo

    Hay que tener en cuenta el escaso número de participantes, y la gran horquilla de edad contemplada en el estudio, lo que no permite extraer conclusiones claras sobre la eficacia de la meditación para los niños con autismo, por lo que se requiere de un mayor número de participantes, así como una separación por franjas de edad, como mínimo entre la infancia, la adolescencia y la edad adulta, para poder comprender mejor la eficacia de la meditación en la reducción y el control del estrés.
    Igualmente los métodos empleados para la evaluación de la eficacia a través de autoinformes de niños y padres, dan poca fiabilidad a los datos, ya que actualmente existe todo un abanico de métodos de evaluación, empleando para ello cuestionarios y escalas estandarizadas, para evaluar los cambios tanto en el desempeño funcional del menor con Trastorno del Espectro Autista, como del nivel de estrés y de la sintomatología que le acompaña.
    Es por ello, que para «cuantificar» ese cambio, se requiere del empleo de estos métodos estandarizados.

    A pesar de las limitaciones comentadas con anterioridad,hay que tener en cuenta que pone el enfoque de la intervención en un aspecto importante, y en ocasiones desatendido, el nivel de estrés.
    Buscar vías de reducción y control del estrés, sin duda es un paso que va a ayudar a los pequeños y a sus familias para sobrellevar las consecuencias de este trastorno del desarrollo.

    Un trastorno del que cada vez se conoce más, y que parece estar teniendo una mayor presencia social, de ahí la importancia, de cada avance en cuanto al diagnóstico y tratamiento se refiere.
    Por lo tanto, si se consigue realizar un diseño correctamente y se alcanzan los mismos resultados, se puede dar por válida la relación entre la reducción de los niveles de estrés y la práctica de la meditación, como método de control del mismo.

  • ¿Interpretan los autistas correctamente las caras de otros?

    ¿Interpretan los autistas correctamente las caras de otros?

    Son muchas las limitaciones que muestran los niños autista, pero los avances van permitiendo comprenderlos más y poder así ayudarles mejor.

    Cara y Autismo

    Algunas de las limitaciones más notables con respecto al Trastorno del Espectro Autista es el escaso contacto visual, algo que desespera a las personas que no estén en sobreaviso, ya que mucho de nuesro mundo emocional se basa en interpretar correctamente la cara del otro. A lo que añadimos el comportamiento verbal, que nos sirve para conocer correctamente el estado de ánimo del otro, y así podremos saber si está contando un chiste o enfadado por algo.
    Pero para ello hay que mirar a la cara de la otra persona, si obviamos esa información resulta más difícil poder realizar un correcto análisis del otro, y por tanto no podemos adaptar nuestra respuesta a las circunstancias concretas del momento, pero ¿Interpretan los autistas correctamente las caras de otros?


    https://youtu.be/G8-9hrYpeh4

    Faz Autista

    Esto es lo trata de averiguarse desde la Universidad Keio, la Sociedad Japonesa para la Promoción de la Ciencia y Agencia Japonesa de Ciencia y Tecnología (Japón) cuyos resultados se han publicado en la revista científica Autism Research and Treatment.
    El estudio participaron 29 niños, 18 diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista, y 11 sin ello, que servirán como grupo control con el que comparar.
    Se comprobó el diagnóstico de T.E.A. a través del Autism Diagnostic Interview−Revised y el Autism Diagnostic Observation Schedule.
    Todos los participantes tuvieron que atender a la presentación de imágenes de caras humanas con expresiones que iban desde la neutralidad, a la sorpesa, la felicidad, el enfado o la tristeza.
    Un total de 25 imágenes presentadas cada tres segundos, de caras tanto masculinas como femeninas, donde el participante únicamente debía de atenderlas, sin hacer nada más con ellas, siendo evaluado el tiempo que permanecían atendiendo a cada una de las imágenes.
    Los resultados muestran que no existen diferencias significativas entre el tiempo de fijación de la mirada hacia las caras y el contenido emocional de estas, a excepción de las caras que mantenían expresiones de enfado, donde existía una relacción significativa negativa, esto es, miraban significativamente durante menos tiempo las caras emocionalmente de enfado con respecto a los pequeños de su misma edad, del grupo control.

    Emocion Autista

    Hay que tener en cuenta que el escaso número de participantes no permite establecer una conclusión al respecto, e igualmente al haber realizado el estudio en una población con características emocionales muy concretas, como la japonesa, impiden poder extrapolar los resultados a otras poblaciones.
    Igualmente la medida de tiempo de atención, no necesariamente va a requerir que el pequeño no capte esas emociones, luego el procesamiento emocional de los pequeños con autismo y de los que no lo son, es diferente.
    Dicho lo cual, los resultados no aporta nada nuevo con respecto al procesamiento emocional de caras en niños con autismo, pues ya se conoce que estos no mantienen la mirada, lo que les puede provocar problemas de relaciones sociales.
    Sería preciso explorar cómo realizar entrenamientos al respecto, mediante aproximaciones sucesivas, tal y como plantean los programas A.B.A., donde se trabaja con micromovimientos, entrenandolas poco a poco, para que al final se pueda establecer un comportamiento de adcorde a su edad.

  • ¿Se diagnostica el autismo a tiempo?

    ¿Se diagnostica el autismo a tiempo?

    Una de la principales preocupaciones es si se diagnostica el autismo a tiempo, para poder así mejorar la intervención en el pequeño.

    Diagnostica el autismo

    A pesar de los muchos avances que se han realizado en los últimos años en relación con el Trastorno del Espectro Autista, todavía quedan cuestiones sin resolver, sobre todo en cuanto al diagnóstico y el tratamiento.
    A pesar de lo cual, no todos los avances son conocidos y compartidos por todos los profesionales, y menos por los progenitores, por lo que en ocasiones se produce un fenómeno de «cuello de botella», donde el profesional se «acostumbra» a realizar una determinada prueba a pesar de los años que hayan pasado y los avances que se hayan realizado al respecto.
    Es cierto que las pruebas estandarizadas son revisadas periódicamente, para comprobar si todavía mantienen su validez; pero igualmente es cierto que cada cierto tiempo surgen nuevas y mejoradas herramientas que tratan de ser más específicas y sensibles a las distintas temáticas que evalúan.
    Las cuales no siempre están disponibles para el profesional, ya sea por falta de recursos o de domonio en dicha herramienta.
    Además las evaluaciones suelen siempre a requerimiento de los progenitores, es decir, son estos los que se percatan de que algo no va bien en el menor, y que no mejora con el tiempo, y es ahí cuando deciden ir al especialista. Un proceso que de forma involuntaria se puede retrasar hasta varios años, desde que se presentan los primeros síntomas del autismo, pero ¿Se diagnostica el autismo a tiempo?


    https://youtu.be/aKv21B9F5Rc

    Diagnostico del autismo

    Esto es lo trata de averiguarse desde el Hospital Universitario de Oslo (Noruega) cuyos resultados se han publicado en la revista científica Scandinavian Journal of Child and Adolescent Psychiatry and Psychology.
    En el estudio participaron quince especialistas en la salud mental infantil, habiendo diagnosticados entre todos ellos a 114 niños con Trastorno del Espectro Autista durante el año 2011; 78 de ellos con Autismo, 28 con Autismo Atípico, 11 Trastornos del Desarrollo No Especificado y 2 con el síndrome de Asperger, según la clasificación anterior del D.S.M.
    A todos ellos se les adminitró un cuestionario especialmente diseñado para evaluar la herramienta empleada para evaluar el Autismo y la edad en que lo diagnostican.
    No se encontraron diferencias significativas en cuanto a la herramiento encontrada entre los profesionales.
    Se encontraron diferencias significativas en cuanto a la edad de diagnóstico, siendo la edad media de 46 meses, de los cuales únicamente un 3,5% fue diagnosticado antes de los 24 meses, y un 27,2% entre los 24 a 36 meses; es decir, dentro de los tres primeros años de vida únicamente han recibido el diagnóstico de T.E.A. el 30,7% de los pequeños. Y eso a pesar de que se puede obtener un diagnóstico fiable y sin duda a partir de los 24 meses. Por lo que se está produciendo un «retraso» en el diagnóstico de casi el 70% de los pequeños a manos de estos profesionales.

    Diagnosis autismo

    Hay que reconocer la innovación de este estudio, en cuanto que no centra su atención no tanto en el pequeño con autismo ni siquiera en los progenitores, si no en los especialistas, que al fin y al cabo son los que van a administrar las pruebas neuropsicológicas pertinentes, cuyos resultados deben ser analizados e interpretados para poder obtener el diagnóstico oportuno, y establecer con ello el tratamiento a seguir. Es pues, su labor fundamental para que el pequeño reciba cuanto antes el diagnóstico lo antes posible.
    A pesar de ello se trata de un número reducido de profesionales los que han participado en el estudio, y estos pertenecen estan focalizados en una única población con características propias del sistema de salud de Noruega, por lo que se precisa de nueva investigación al respecto en otras latitudes para comprobar si los datos se mantienen.
    A pesar de lo anterior hay que tener en cuenta que los resultados revelan cierta tendencia personal del especialista a realizar o no el diagnóstico antes de una edad, por lo que los progenitores tendrían que plantearse siempre una segunda opinión con respecto al diagnóstico, no conformándose con la primera opinión profesional recibida, ya que puede que se encuentre con uno de los que prefieren diagnosticarlo más tiempo, aspecto que puede ir en detrimento de la intervención y la calidad de vida del pequeño.

  • ¿Tienen los niños con autismo problemas visuales y de imitación?

    ¿Tienen los niños con autismo problemas visuales y de imitación?

    Cada día se va descubriendo nuevas limitaciones en los pequeños con autismo, sobre los que se puede intervenir incluso en la escuela.

    Imitación Autismo

    Cuando uno piensa en problemas relacionados con el autismo, lo suele hacer en relación con la comunicación, principalmente con el habla, pero además existen una serie de problemas asociados que en ocasiones no se tienen en cuenta debido a que la intervención se focaliza en el «principal» problema comunicativo. Entre la sintomatología que se puede observar entre los pequeños con autismo son deficiencias sensoriales, de percepción, de motricidad gruesa e incluso de imitación.
    La capacidad visual, es esencial en el mundo en que nos movemos, pero más en el ámbito de las relaciones sociales, ya que es a través de la vista como vemos los gestos y movimientos de los demás; igualmente en el ámbito educativo, es fundamental poder seguir las enseñanzas que se escriben en las pizarras y que tan usadas son por los maestros.
    Igualmente en cuanto a la imitación, hay que tener en cuenta que vivimos en un mundo social, y que la forma de relacionarnos se aprende observando e imitiando el comportamiento de los demás.
    Ya desde los años setenta se conoce la importancia «del otro», en lo que se ha denominado «aprendizaje vicario», por el cual somos capaces de aprender sobre las consecuencias de los actos que otros realizan, imitando así los comportamientos con los que el otro consigue su recompensan y no imitando aquellos en los que el otro no lo recibe, o a cambio tiene un castigo por dicho comportamiento.
    Por tanto, la imitación se convierte en una herramienta social fundamental, sobre la que se sustentan los más pequeños para desarrollarse.
    Procesos que de por sí pudiesen parecer «menores» pero que van a dificultar que pueden dificultar en sobremanera el «normal» desarrollo de los pequeños con autismo, pero ¿Tienen los niños con autismo problemas visuales y de imitación?



    Capacidad Motora Autismo

    Esto es precisamente lo que ha tratado de analizarse desde la Universidad Tecnológica MARA (Malasia) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Procedia – Social and Behavioral Sciences.
    En el estudio participaron 20 pequeños, 11 niños y 9 niñas, con edades comprendidas entre los 4 a 9 años y seis meses, todos ellos diagnosticados con autismo leve siguiendo los criterios del DSM-IV, evaluados con el cuestionario estandarizado Childhood Autism Rating Scale (CARS) y con una inteligencia normal, evaluado mediante la escala estandarizada Stanford-Binet Intelligence Scale.
    Además eran capaces de seguir instrucciones verbales, y realizar copias de diseños geográficos simples. Quedando excluidos del estudio aquellos que mostraban baja capacidad visual o enfermedades visuales, y aquellos que no estaban integrados en un ambiente educativo reglado.
    Todos ellos pasaron por cuatro pruebas, la primera para evaluar la capacidad visual mediante el Developmental Test of Visual Perception: Second Edition (DTVP-2); las dos siguientes, para evaluar la capacidad de imitación motor mediante el Motor imitation assessment (MIS) y el Unstructured Motor Imitation Assessment (UIA); y la última para evaluar el desempeño del menor en el ámbito escolar mediante el School Functional Assessment (SFA).
    Los resultados muestran una relación significativa entre el rendimiento escolar y la habilidad visual y motora, especialmente en cuanto a la capacidad de imitación. E igualmente existe una relación significativa entre la habilidad visual y la capacidad de imitación, sin especificarse quién es la causante de cual.

    Rendimiento Escolar Autismo

    Al no existir un grupo control con el que comparar los resultados, no se puede concluir de que este resultado sea exclusivo del ámbito del autismo, o se de también en otros pequeños que no lo sufren.
    Aunque los resultados son prometedores a la hora de tratar de explicar alguna de las disfunciones presentadas por los pequeños que tienen autismo, hay que tener en cuenta que no se han diseñado una estrategia de corrección al respecto.
    Una intervención incluiría quizás la incorporación de gafas, o un entrenamiento visual para corregir las deficiencias visuales detectadas. Si a los mismos pequeños, se les evalúa en su desempeño de imitación, y se observan mejoras al respecto, se puede concluir que efectivamente existe esa relación directa, pero lo más importante, se ha diseñado un método eficaz para combatir un de los muchos síntomas que presentan los pequeños con T.E.A.
    Hay que indicar que al excluir precisamente a los pequeños con T.E.A. que tenían problemas y enfermedades visuales, no se puede comprobar si es determinante un normal desarrollo visual para que se presente esta relación o no.

  • ¿Se producen cambios en el apego en el autismo?

    ¿Se producen cambios en el apego en el autismo?

    En el autismo se presentan deficiencias en varias áreas del desarrollo, entre ellas la capacidad de relacionarse correctamente con los demás.

    Apego Autismo

    El apego es la relación que se establece entre el neonato y su cuidador, ya sea este su progenitor o no. Se trata de un mecanismo evolutivo, por el cual se establece una relación de codependencia entre un ser que necesita que le hagan todo para sobrevivir, alimentarle, protegerle, darle calor,…
    Una conducta que se ha observado en muchas otras especies y gracias a ello se garantiza la supervivencia de la especie, ya que el recien nacido consigue sobrevivir protegido y alimentado el tiempo suficiente hasta que es capaz de valerse por sí mismo.
    Unas circunstancias que en los humanos es especialmente extensa en el tiempo, en comparación con otras especies, donde a los pocas semanas o meses, es un ser totalmente válido e independiente para buscarse su propia comida y protegerse de los ataques de los depredadores.
    En el caso de los humanos, este período de cuidado y protección se alarga por años, gracias al apego, ese vínculo que hace que uno o varios adultos se hagan respongables del menor hasta que este se valga por sí mismo.
    Pero esta relación de apengo puede presentarse de forma sana o no, así dependiendo del tipo de apego parece ser que el pequeño desarrollará un comportamiento futuro, que incluso puede llegar a marcar su forma de relacionarse con los demás de adulto pero, ¿Se producen cambios en el apego en el autismo?


    https://youtu.be/7R3M_fmsOrY

    Madre Autismo

    Esto es lo que se trata de averiguar desde la Universidad de Messina (Italia)cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Life Span and Disability.
    Se realizó un estudio con 20 niños de edades comprendidas entre los 32 a 54 meses, de ellos 10 niños estaban diagnosticados con Trastorno del Espectro Autista segun los criterios del DSM-V, y otros 10 no tenían el diagnóstico anterior, estos últimos servirán como grupo control.
    A los pequeños se les pasó por distintas condiciones sociales para observar y registrar su comportamiento, para ello en una habitación cerrada, donde el pequeño permanecía con su madre, mientras el pequeño estaba jugando y la madre permanecía alejada de este, entraban y salían «extraños» del cuarto durante 20 minutos, otra situación por la que pasan los pequeños es dejarles a solas en la habitación para ver si reacción, tanto cuando sale la madre, como cuando esta regresa al cuarto.
    Todo ello siguiendo el procedimiento de evaluación denominado Strange Situation Procedure (SSP) desarrollado por Ainsworth (1978), que permite clasificar las relaciones observadas de apego en cuatro categorías: Seguro, Evitación, Resistencia o Desorganizado.
    Igualmente durante la prueba se analizó la relación madre-hijo mediante el Attachment Behavior Form (ABF) desarrollado por Akdemir en el 2012, lo cual permite recoger una subclasificación del comportamiento en cada categoría del SSP.
    Los resultados muestran diferencias significativas en cuanto al comportamiento de los pequeños con autismo, que mantienen menores relaciones sociales con la madre cuando esta sale de la habitación y luego regresa.
    No se hallaron diferencias significativas entre las reacciones de seguridad/inseguridad entre los dos grupos.

    Social Autismo

    Hay que tener en cuenta el pequeño número de participantes en el estudio, lo que no permite extraer conclusiones generalizadas al respecto, haciéndose necesaria nueva investigación sobre esta temática.
    Hay que tener en cuenta que la evalución ha sido en una etapa evolutiva muy concreta, faltando una evaluación longitudinal donde se pueda observar si ese estilo comportamental se mantiene en el tiempo, convirtiéndose en una característicade comportamental que va a acompañarle en la vida adulta o no.
    Explorar este comportamiento «típico» entre los menores con Trastorno del Espectro Autista, va a ayudar tambien a los progenitores y cuidadores a saber qué esperar en cada caso, y no sentirse que existe un rechazo por parte del pequeño, si no simplemente, es una consecuencia más de dicho trastorno.

  • ¿Qué consecuencias tiene vivir con padres con depresión?

    ¿Qué consecuencias tiene vivir con padres con depresión?

    La salud física y mental de los menores depende mucho de la influencia del ambiente, especialmente de su progenitores, pero ¿Qué pasa si hay padres con depresión?

    La depresión de los padres

    La familia, ha sido tradicionalmente el núcleo de desarrollo del pequeño, tanto de su forma de sentir, pensar y actuar, ayudándolo así a conformar su personalidad. Los progenitores y cuidadores tienen así un papel fundamental en el futuro del pequeño. En el caso específico de la depresión se ha observado cómo este tiene una incidencia cada vez mayor entre los adolescentes, consecuencias que transcienden los problemas de salud mental, y que se asocian con un incremento de consumo de sustancias adictivas e incluso comportamiento que atentan contra la propia integridad del joven, es por ello que se realizan esfuerzos por tratar de prevenir su aparición incluso antes de que surja, especialmente en el núcleo familiar.
    Existen muchas teorías que tratan de explicar si existe o no relación entre la depresión de los progenitores y la de los adolescentes, buscando para ello causas genéticas, de desarrollo o ambientales, aunque no se tiene claro el porcentaje que cada una de estas teorías explicativas tienen al respecto, pero ¿Qué consecuencias tiene tener padres con depresión?



    Herencia de la Depresión

    Esto es precisamente lo que trata de investigar con una investigación realizada desde el Centro de Estudios de la Mujer, Universidad de Wellesley; el Departamento de Psiquiatría, Hospital Infantil de Boston y el Colegio de Salud Pública Bloomberg (EE.UU.) cuyos resultados han sido recientemente publicados en el 2015 en la revista científica Depression Research and Treatment.
    En el estudio participaron 105 familias incluidas monoparentales, todos ellos con hijos entre los 8 y los 15 años.
    Al menos uno de los progenitores había sufrido un episodio depresivo en los últimos 18 meses. Se excluyeron de estudio a las personas que además mostraban conductas adictivas, esquizofrenia o crisis matrimoniales severas, variables que podrían enrarecer los resultados.
    Se evaluó la salud mental de los menores a través del cuestionarios estandarizados como fueron el Schedule for Affective Disorders and Schizophrenia for School-Age Children, Epidemiologic Version-Revised (Kiddie-SADS-E-R) y el Kiddie-Streamlined Longitudinal Interval
    Continuation Evaluation (KSLICE), esta evaluación se realizó antes y después de la intervención.
    Igualmente se evaluó la conciencia y sus sentimientos sobre la depresión de sus padres a través de Youth Self-Report (YSR) y la Semistructured Child Interview (SCI).
    A los padres por su parte se les administraron los cuestionarios Stream lined Longitudinal Interval Continuation Evaluation (SLICE) y el Global Assessment Scale (GAS) para ver cómo progresaba la enfermedad.
    Todos los participantes pasaron por sesiones de intervención donde se trabajaba la comunicación entre padres e hijos, facilitando la expresión de los sentimientos de ambos, y la comprensión de la situación por la que atravesaban los padres, evitando en todo caso los sentimientos de culpa.
    Los resultados informan que el cambio de comportamiento de los adolescentes está directamente relacionado con sus actitudes hacia la depresión de sus padres. Igualmente se llevaban una intervención exclusivamente con los progenitores para enseñarles cómo su comportamiento tiene consecuencias futuras en los más jóvenes, para que tomen conciencia y puedan actuar al respecto.
    La intervención resultó significativamente más positiva entre los progenitores más jóvenes, las madres solteras, y los que llevaban más tiempo con este trastorno del estado de ánimo.
    No mostrándose mejoras significativas en aquellas parejas en que ambos miembros padecían depresión.

    Depresión madre

    Los resultados destacan la importancia de la intervención temprana tanto en los adolescentes como en sus progenitores como forma de prevención de problemas de salud mental de los jóvenes.
    Según indican los autores, estos estudios abren una puerta de esperanza a la prevención de muchas de las problemáticas que van a surgir durante la adolescencia como consecuencia del padecimiento de este trastorno del estado de ánimo por parte de los progenitores.
    A pesar de los resultados positivos, el estudio no ha contemplado un grupo control, por lo que no se puede concluir que los resultados positivos se deban exclusivamente a los efectos de la intervención.
    Tal y como comentan los autores, el 93% de los progenitores eran de raza blanca, por lo que los resultados no se pueden extender a toda la población, igualmente no el estudio no se menciona ningún dato referente a modelos educativos e incluso religiosos que pueden afectar en el modo de desarrollo de la familia, y por tanto en las consecuencias de la depresión de los padres en los menores.
    Este estudio pone en evidencia la importancia de una intervención familiar en el caso de la presencia de un trastorno por depresión mayor, ya que la consecuencias van más allá de la persona afectada, siendo un «ejemplo» para los menores en desarrollo.
    Queda excluido de esta investigación un aspecto importante dentro de este ámbito como es el caso de la depresión post-parto, que tiene una relación directa con la calidad del cuidado y la atención que va a recibir el neonato en sus primeros meses de vida.

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