Categoría: Psicologia Cientifica

En esta sección del Blog de Psicología de la Cátedra Abierta de Psicología se presentan las últimas novedades sobre los distintos temas de la Psicología y las Neurociencias, tratados desde el ámbito científico, omitiendo opiniones comentarios no demostrados por investigaciones científicas. Igualmente, que el autor del blog sea Doctor en Psicología, garantiza su formación en investigación y su aportación desde esta perspectiva. Además, cada uno de los artículos comentados provienen de publicaciones de reconocido prestigio internacional, con lo que se trata desde este medio de ofrecer la mejor información, pero con la mayor calidad posible para que las personas que lo lean, sean especialistas o no, conozcan los últimos avances en la psicología científica y en el área de las neurociencias. Aunque hay que recordar, que a pesar de la rigurosidad de los datos e informes presentados, esta información en ningún caso va a reemplazar a la que pueda ofrecer un especialista en consulta; ya que es este, quien conoce de primera mano la problemática de la persona, y atendiendo a su historial clínico va a determinar el diagnóstico y tratamiento en cada caso.

  • ¿Es la soledad causante del abuso de sustancias?

    ¿Es la soledad causante del abuso de sustancias?

    Algunos autores han definido al ser humano como un «animal social», por lo que la soledad se podría entender como contra-natura.

    Es cierto que en algunos momentos es bueno y deseado unos momentos de soledad, pero no así el aislamiento social del que se tiende a evitar.

    Aislamiento social

    Si pensamos en grupos de edad, probablemente supongamos que las personas cuanto más mayores pueden sentirse más solas, sobre todo a edades más avanzadas, donde el anciano a perdido a tantos por «el camino».
    Por el contrario, la época de la adolescencia y la juventud son las épocas de la exploración, donde el grupo de iguales se convierte en el referente, y donde parece que no hay momento para estar solos.
    A pesar de lo cual, el sentimiento de la soledad no es algo que dependa del número de personas con las que se esté en ese momento, sino de las relación íntima y de calidad con esas mismas personas, pudiéndose sentir aislado en una fiesta con desconocidos, o muy acompañado con una sola persona.
    Sentimientos de soledad que van a regir lo que pensamos y cómo nos comportamos, pero ¿Es la soledad causante del abuso de sustancias?



    Soledad y alcohol

    Esto es precisamente lo que se ha tratado de responder con una investigación realizada desde la University of New Brunswick, Saint John (Canada) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Journal of Depression & Anxiety.
    En el estudio participaron doscientos cuarenta y seis adultos, de los cuales el 71,3% eran mujeres, con edades comprendidas entre los dieciocho a treinta años.
    Todos los participantes tuvieron que rellenar un cuestionario estandarizado sobre el uso de sustancias denominado University Life and Substance Use Survey, sobre el uso y abuso de alcohol mediante el Alcohol Use Disorder Identification Test (A.U.D.I.T.), y el abuso de sustancias con el Drug Use Disorder Identification test (D.U.D.I.T.).
    Igualmente se evaluó el nivel de soledad percibido mediante el Social and Emotional Loneliness Scale for Adults- Short version (S.E.L.S.A.-S.), y el estilo de relaciones íntimas mediante el Experiences in close relationships scale (E.C.R.).
    Los resultados muestran una correlación positiva significativa entre el nivel de soledad y el abuso de sustancias, siendo las más común el alcohol, en un 49,8% de los participantes.
    Es decir, en la medida que existe una aislamiento social crónico se incrementa sustancialmente las posibilidades de que la persona acabe convirtiéndose en un alcohólico.

    Soledad y abuso de sustancias

    Entre las limitaciones del estudio está precisamente la selección de los participantes, ya que a edades tan jóvenes es difícil encontrar a personas que sufran aislamiento crónico, más frecuente a edades superiores, con lo que se esperaría hallar los mismos resultados en poblaciones de mayor edad en una nueva investigación.
    Igualmente la evaluación se realizó mediante autoinforme, sujeto al sesgo de la deseabilidad social, en donde el participante puede «maquillar» sus resultados según lo que cree que el experimentador busca.
    Un registro observacional o mediante informes de terceras personas podrían completar la información proporcionada.
    Este resultado puede parecer contradictorio con lo que se puede observar en bares o discotecas, en que los amigos se reúnen a celebrar bebiendo alcohol.
    Pero si recordamos la barra de los bares, aquellos que se quedan por horas son los más aislados del lugar, que escasamente entablan conversación más allá de solicitar una nueva copa.
    A pesar de que los autores resaltan los resultados no plantean ningún tipo de relación causa-efecto, ya que las personas que consumen alcohol en exceso acaban siendo «apartadas» y en ocasiones rechazadas por los demás, aumentando así su sentimiento de soledad y aislamiento.
    Igualmente queda por diseñar programas de prevención al respecto, donde se analicen las causas de la soledad crónica entre jóvenes, para darles «solución» y evitar así que acaben siendo bebedores crónicos, con todos los problemas para la salud que entraña.

  • ¿Existe relación entre el padecimiento del autismo y el de la epilepsia?

    ¿Existe relación entre el padecimiento del autismo y el de la epilepsia?

    Una de las dificultades de cualquier tratamiento es si existe comorbilidad con otras patologías, sobre todo si lo sufre un pequeño con Trastorno del Espectro Autista y además sufre epilepsia.

    Si pensamos en las importantes consecuencias que entraña el Trastorno del Espectro Autista, caracterizado por un retraso en el desarrollo de habilidades de comunicación, que además va a ir acompañado de problemas de coordinación motriz y dificultades en el manejo del mundo emocional.

    Autismo

    El padecer otras patologías, ya sean orgánica o psicológicas no va a hacer si no complicar el proceso de desarrollo del menor, pues va a tener que ser tratado de ambos.
    Si ya es complicado sufrir una patología orgánica o psicológica cuando se es menor, hacerlo cuando se sufre un trastorno del desarrollo es aún más complicado tanto para el menor como para sus padres.
    Uno de los padecimientos más desconcertantes para los progenitores y con importantes consecuencias para el menor es sufrir epilepsia, lo cual suele incluir ataques que se acompañan con pérdida de memoria, caídas y convulsiones.
    Una situación no agradable para ninguna persona, pero mucho menos para un pequeño en desarrollo, que ve cómo esto afecta a sus relaciones con los demás pero, ¿Existe relación entre el padecimiento del autismo y el de la epilepsia?


    https://youtu.be/GHFUYQo9WmY

    Epilepsia

    Esto es precisamente lo que trata de resolverse mediante una investigación realizada desde el Pediatric Neurology Department y el Pediatric Department, Pequeno Príncipe Children’s Hospital, junto con Otoneurology Laboratory, Tuiuti University of Paraná (Brasil) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Journal of Epilepsy and Clinical Neuropsychology.
    En el estudio participaron 65 pequeños con el diagnóstico de trastorno del espectro autista, según los criterios del D.S.M.-V. y que además sufrían epilepsia, de los cuales 23 eran niñas.
    Se analizó el EEG como modo de estudiar las diferencias neuronales realizando registro de actividad eléctrica cerebral en sesiones superiores a treinta minutos donde los pequeños no debían de hacer nada.
    Igualmente se recogió información sobre el historial médico del pequeño, problemas en el nacimiento e incluso el historial del problemas de sus progenitores.
    Entre estos pequeños con Trastorno del Espectro Autista, el 9,52% habían sido bebés prematuros; el 7,94% habían sufrido asfixia durante el parto; y el 15,87% tenían familiares con antecedentes de problemas neurológicos.
    Los resultados indican la presencia de epilepsia en un 17,4% de ellos, de los cuales el 63% eran niñas.
    Igualmente se ha establecido una clasificación entre los pequeños con epilepsia en función de las áreas afectadas, aunque en muchos de esos grupos sólo se incluía un menor.

    Autismo y epilepsia

    Aunque todavía no está suficientemente explicado el motivo, la presencia de epilepsia se encuentra dentro de los parámetros de estudios anteriores que lo sitúan entre un 5 a un 46% de los casos de autismo, mientras que la presencia de epilepsia en la población general se sitúa entre un 0,7 a un 1%.
    Igualmente la mayor presencia de casos en niñas, del 63% se corresponde con los hallazgos previos, y eso que la proporción de la presencia del trastorno del espectro autista en mujeres de de 1 a 4.
    Que exista una comorbilidad entre ambos, no es suficiente para establecer una relación de causa efecto, lo que sí parece claro es que las consecuencias que conlleva en el menor van a ser aún mayores.
    Algunos autores han señalado que esta comorbilidad puede deberse a una disfunción cerebral todavía no localizada, es decir, que los pequeños tengan problemas neuronales que sustenten tanto la aparición de la epilepsia como el sufrir el Trastorno del Espectro Autista.
    Hay que tener en cuenta que los pequeños que sufren autismo junto con epilepsia deben recibir la medicación correspondiente con antiepilépticos y/o antipsicóticos, de ahí la importancia de su diagnóstico, para lo cual únicamente se requiere de una prueba tan sencilla como es el análisis del EEG.

  • ¿Quiénes son más compasivos los hombres o las mujeres?

    ¿Quiénes son más compasivos los hombres o las mujeres?

    A pesar de los muchos descubrimientos todavía queda mucho por conocer entre las diferencias hombre-mujer, ¿Quiénes son mas compasivos?

    En una sociedad preocupada por los resultados individuales, en ocasiones «damos la espalda» el desarrollo de la compasión.

    Compasión

    La compasión es vista en muchas culturas como una «debilidad» del ser humano; pero si nos paramos a pensar, esto es precisamente lo que nos distingue de muchos animales.
    Cuando hay una persona anciana, enferma o discapacitada, se «activa» en nosotros la compasión, y tendemos a ofrecer ayuda y protección; algo que ya se ha observado desde nuestros ancestros, al encontrar en enterramientos a personas con huesos fracturados cicatrizados, señal de que el grupo atendió y cuidó al accidentado, el suficiente tiempo como para que se curase.
    A los compasivos se les moviliza también en las causas solidarias, cuando sucede un problema social o catástrofe, y se recibe ayuda de verdaderos desconocidos.
    Un protector contras las emociones negativas como la ansiedad, el enfado o el miedo, fomentando la amistad, y las relaciones sociales.
    Un constructo que está muy relacionado con la empatía, la capacidad de entender las emociones del otro y ponernos en su situación.
    Pero igualmente, está presente en nuestra vida diaria, y lo podemos usar en mayor o menor medida según nuestro desarrollo emocional, pero ¿Quiénes son más compasivos los hombres o las mujeres?



    Agresividad verbal

    Esto es lo que se ha tratado de responder con una investigación realizada por el Department of Communication, California State University, Fresno (EE.UU.) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Journal of Happiness & Well-Being.
    En el estudio participaron seiscientos trece estudiantes universitarios, de los cuales trescientos diez eran mujeres, con edades comprendidas entre los dieciocho a cuarenta y dos años.
    A todos ellos se les administraron una serie de cuestionarios estandarizados, para evaluar el nivel de compasión se empleó el Compassion Scale, para evaluar el nivel de tensión personal a la hora de comunicarse se empleó el Personal Report of Communication Apprehension (P.R.C.A.-24); para evaluar el nivel de neuroticismo se uso el Hypersensitive Narcissism Scale (H.S.N.S.) y por último para evaluar el nivel de agresividad verbal habitualmente empleado se usó el Verbal Aggressiveness Scale.
    Como factores principales, los resultados muestran diferencias significativas en función del género en cuanto a la compasión, siendo más elevada en mujeres.
    También se encontraron diferencias significativas en cuanto al nivel de tensión en la comunicación y en el uso de agresividad verbal, siendo en ambos casos mayor en hombres.
    Por último no se han encontrado diferencias en cuanto al narcisismo en función del género.
    Como factores de interacción, se encontró que cuanto se es más compasivo, se exhiben niveles más bajos de tensión en la comunicación, de agresividad verbal y narcisismo.

    Narcisismo

    Entre las limitaciones del estudio está el emplear únicamente evaluaciones de tipo cuestionario, en vez de emplear otras de tipo observacional o role-play para evaluar lo que realmente haría en una situación real.
    En el estudio no se ha evaluado la Inteligencia Emocional, factor fundamental para comprobar el desarrollo de habilidades de relaciones interpersonales; tampoco se ha evaluado el nivel de Alexitimia, relacionado con la capacidad de percibir las emociones en los demás y de dar una respuesta adecuada.
    Igualmente y tal y como indica la autora del estudio, la constatación de diferencias significativas no está acompañada de una teoría que explique dichas diferencias, ni sobre las implicaciones que esto conlleva.
    La autora también indica que para nuevas investigaciones queda analizar los distintos tipos de compasión, según la proximidad afectiva del destinatario de la misma, así como la autocompasión.
    A pesar de las limitaciones anteriores, a diario está surgiendo nuevos estudios que constatan las muchas diferencias hombre-mujer, sin que eso suponga una comparación de «mejor-peor», ni buscando degradar a ninguno de los dos.
    Dicho lo cual, el cultivo de la compasión, lo que nos hace ser más compasivos, mediante el desarrollo de la Inteligencia Emocional, va a hacer que se tengan menores comportamientos verbales agresivos, y tensiones en la comunicación.
    Algo que lejos de hacernos más «débiles» nos va a posibilitar establecer lazos afectivos, de amistad o íntimos más sólidos y duraderos, a la vez que tenemos una comunicación más cercana y directa, sin tensiones personales ni el empleo de la agresividad verbal.

  • ¿Conoces los riesgos para la salud de tener un hijo con síndrome de Down?

    ¿Conoces los riesgos para la salud de tener un hijo con síndrome de Down?

    Una de las situaciones más difíciles para los padres es cuando su hijo tiene algún tipo de problema, como es el caso del síndrome de Down.

    Si puede resultar agotador criar a un pequeño, cuando este sufre algún tipo de enfermedad o retraso en el desarrollo como en el caso del síndrome de Down, puede hacer la tarea de criarlo más complicado.

    Hijo con síndrome de Down

    Hay que tener en cuenta que los progenitores han de hacer frente a un «plus» en el cuidado del menor cuando este presenta algún tipo de problema, ya sea físico o psicológico.
    En ocasiones esto supone sufrir mayores niveles de estrés e incluso la presencia de depresión, aspectos que en ocasiones los familiares y amigos no son capaces de percibir y atender.
    El síndrome de Down en el 95% proviene de una alteración genética, trisomía del par 21, que tiene importantes repercusiones en el desarrollo físico y psicológico del menor, incluido dificultades de aprendizaje y problemas de comunicación.
    Con respecto a los problemas físicos se puede presentar además con defectos cardíacos congénitos, problemas gastrointestinales, hipotiroidismo, problemas respiratorios, de visión o audición.
    Todo lo cual va a suponer una mayor atención por parte de los progenitores, unido a que en algunas sociedades todavía se estigmatiza al pequeño y en ocasiones los padres por tener un pequeño con una discapacidad pero ¿Conoces los riesgos para la salud de tener un hijo con síndrome de Down?



    Pequeño con síndrome de Down

    Esto es precisamente lo que se ha tratado de responder con una investigación desde el Department of Rehabilitation Psychology, Albrecht-Ludwigs-University of Freiburg, Freiburg, junto con el Department of Quantitative Methods, University of Technology, Berlin, (Alemania) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Psychology.
    En el estudio cuarenta y nueve progenitores de hijos con síndrome de Down, de los cuales cuarenta y una eran madres, con edades comprendidas entre los veintisiete a cincuenta y dos años.
    Todos ellos debían de completar un cuestionario estandarizado para evaluar la presencia de depresión o ansiedad a través del Brief Symptom Inventory (B.S.I.); para evaluar complicaciones psicosomáticas se empleó el Freiburg Complaint List (the FBL-R); para evaluar el procesamiento emocional de los padres se empleó el Emotional Processing Scale of Stanton.
    Igualmente se observó si existían síntomas asociados a trastornos post-traumáticos a través del Posttraumatic Growth Status Inventory (P.G.S.I.) y por último se evaluaron las estrategias de afrontamiento empleadas a través del C.O.P.E.
    Los resultados indican que dependiendo de la estrategia empleada por los padres para afrontar el estrés extra que supone criar un hijo con síndrome de Down, así serán las consecuencias sobre su salud.
    Si los progenitores aceptan la situación de forma positiva, reajustando su visión sobre el niño «normal» a la situación real que vive, eso le va a ayudar a manejar mejor los niveles de estrés añadidos lo que le va a proteger de sufrir problemas de ansiedad y psicosomáticos asociados a tener un hijo con síndrome de Down.
    En cambio si emplean estrategias disfuncionales, es decir, no aceptando la situación y «sufriendo» por la situación que les ha tocado vivir, esto se va a reflejar en la presencia de depresión y trastornos psicosomáticos.

    Descendiente con síndrome de Down

    A pesar de los resultados anteriores hay que destacar que no sólo se han recogido datos mediante autoinformes, pudiéndose haber incluido información sobre el historial médico de los participantes.
    Igualmente, el escaso número de participantes masculinos hace que estos resultados únicamente se puedan extraer para las madres.
    El estudio no recoge si los padres tenían más hijos aparte del que sufre síndrome de Down, y de tenerlos, qué posiciones ocupan y qué edades tienen, variables pueden incrementar o reducir los niveles de estrés de los progenitores.
    Una vez identificada las limitaciones del estudio, y tal y como señalan los autores, es importante establecer programas de intervención entre las familias con hijos con síndrome de Down, para aplicarles programas de Inteligencia Emocional, donde enseñarles estrategias adecuadas de afrontamiento del estrés.
    Todo ello sabiendo que al aumentar la calidad de vida de los padres, se invierte igualmente en la calidad del cuidado hacia el pequeño.
    Ya que un progenitor «enfermo», con problemas de depresión o psicosomáticos, no va a poder responder de la misma manera que un padre «sano» y con una actitud positiva hacia su hijo y su problemática.

    Experto Colaborador:




    Las personas que viven con el síndrome de Down tienen una mayor incidencia de ciertos tipos de problemas de leucemia, cardíacas y de la tiroides, problemas de visión y audición, problemas gastrointestinales, y otros. La gente suele pensar de la discapacidad intelectual asociada con el síndrome de Down, síndrome de Down, pero no es sólo una discapacidad del desarrollo neurológico.
    También es una discapacidad neurodegenerativa. Dado que el tiempo de vida de las personas que nacen con síndrome de Down ha aumentado de manera significativa, se está prestando cada vez más atención a los efectos degenerativos físicos y mentales de la vida de más de 60 años con un cromosoma extra.

  • ¿Qué papel juega la personalidad en el abuso de sustancias?

    ¿Qué papel juega la personalidad en el abuso de sustancias?

    Una de las mayores dificultades a la hora de tratar a los adictos es cuando existen variables de la personalidad implicadas en el abuso de sustancias.

    Hay que tener en cuenta que la personalidad conforma lo que somos, cómo pensamos y actuamos. Si alguna de las características de nuestra personalidad favorece el abuso de sustancias vamos a estar más predispuesto para ello.

    Personalidad en el abuso de sustancias

    Aunque no hay que pensar en ningún tipo de determinismo de la personalidad en el abuso de sustancias, sí va a guiar nuestros pasos hacia aquello que queremos y buscamos.
    Son muchas las variables de la personalidad que podrían estar implicadas, en función del modelo teórico que empleemos; pero quizás el narcisismo esté destacando en los últimos años como característica determinante de nuestro comportamiento.
    El narcisismo es aquella percepción de uno mismo, muy relacionado con la autoimágen y la auoestima, que motiva conductas autocomplacientes.
    En el extremo se encuentra el narcisismo patológico, que conduce a una distorsión de la realidad, con pensamientos de grandiosidad, fantasías de tener capacidades ilimitadas, sentirse superior a los demás, e incluso perfecto.
    Donde se observa una escasa moral en aquello que le satisface, no considerando que se equivoca nunca, motivado únicamente por las recompensas y sin ningún remordimiento por lo que hace, pero ¿Qué papel juega la personalidad en el abuso de sustancias?



    Personalidad y adicción

    Esto es precisamente lo que se trata de averiguar con una investigación desde el Department of Psychology, University of Mohaghegh Ardabili, junto con el Department of Psychology, University of Guilan, y el Department of Clinical Psychology, Allameh Tabataba’i University, Tehran, (Iran) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Personality and Individual Differences.
    En el estudio participaron doscientos alumnos universitarios, de los cuales el 38,5% eran mujeres, con edades comprendidas entre los dieciocho a treinta y cinco años.
    A todos ellos se les administró un cuestionario estandarizado para evaluar los niveles de narcisismo patológico a través del Pathological Narcissism Inventory (P.N.I.); igualmente se evaluó su nivel de adicción al alcohol y otras drogas a través del Addiction Acknowledgment Scale; además se evaluó el autocontrol mediante el Cognitive Self-Control Scale y por último se administró la BIS/BAS scales para evaluar la sensibilidad a realizar o inhibir comportamientos en busca de recompensa.
    Entre los efectos principales se ha encontrado que el narcisismo patológico y el comportamiento activo se relacionan significativamente con el abuso de sustancias.
    Mientras que el comportamiento inhibitorio y el autocontrol se relaciona significativamente con la prevención el abuso de alcohol u otras sustancias.
    Los resultados sobre los efectos combinados muestran que existe una relación significativa positiva entre el narcisismo patológico y el comportamiento activo hacia las drogas, mediado por bajos niveles de autocontrol.
    Existe también una relación significativa negativa entre el comportamiento inhibitorio y el autocontrol.

    Narcisismo y adicción

    Hay que tener en cuenta que el análisis sobre el abuso de sustancias se realiza mediante un cuestionario estandarizado y no sobre otro tipo de evaluaciones más objetivas.
    No se ha evaluado el tipo de sustancia que se consume, la edad de inicio de su consumo, «motivos» por lo que lo hace,…
    Igualmente la población objeto de estudio, universitarios iranies, hace que se requiera de nueva investigación para comprobar si se mantienen las mismas relaciones en otras poblaciones.
    Por último, a pesar de que los autores han tratado de ofrecer un modelo con las relaciones significativas positivas y negativas de estas cuatro variables, este no ha ido acompañado de un modelo teórico que lo sustente.
    Aun y con las limitaciones anteriores hay que destacar la complejidad de la conducta de abuso de sustancia, y de cómo están implicadas en ella variables de personalidad, lo que va a dificultar el tratamiento para su desintoxicación.
    Así el narcisismo patológico va a jugar un papel destacado en el abuso de sustancias, aspecto que se habrá de trabajar si se quiere modificar estas conductas, sabiendo que tratar de cambiar la personalidad conlleva mucho esfuerzo y en la mayoría de los casos pocos resultados.
    Destacar que los resultados ofrecen una vía de trabajo, en cuanto al autocontrol como modo de prevenir el abuso de drogas, característica que se educa reforzando la Inteligencia Emocional.
    Por tanto, una correcta intervención con un programa de Inteligencia Emocional donde se refuercen las habilidades de autocontrol tendría que servir para prevenir el consumo de sustancias.

  • Entrevista con el Dr. Alfonso Mozos sobre un nuevo método de diagnóstico de la esquizofrenia

    Entrevista con el Dr. Alfonso Mozos sobre un nuevo método de diagnóstico de la esquizofrenia


    Entrevista con D. Alfonso Mozos. Psiquiatra. Doctor en la USC tras publicar la tesis doctoral «Perfil de los movimientos oculares en la Esquizofrenia», quien nos habla de un novedoso método de diagnóstico de la esquizofrenia.




    – ¿Qué es la esquizofrenia y que signos y síntomas presenta?

    La esquizofrenia es una enfermedad dramática y devastadora que afecta en torno al 1% de la población mundial.
    Es una patología que incluye síntomas positivos ( delirios, alucinaciones auditivas) y negativos ( contacto pobre, afecto aplanado. aislamiento social).

    – ¿Es un trastorno adquirido o genético?

    La etiología más plausible hasta el momento actual postula que existe una predisposición genética y que la enfermedad se desarrolla ante un factor desencadenante ( estresor vital: estudios universitarios, relación disarmónica de pareja o consumo de sustancias: cannabis, ketamina…).



    – ¿Cómo se diagnostica la esquizofrenia?

    Hasta la fecha no se ha encontrado ninguna prueba diagnóstica para la enfermedad.
    Lo que sí se está investigando en marcadores biológicos que son hallazgos cuantitativos que ayudan al clínico a reforzar el diagnóstico: niveles de glutamato, movimientos oculares, genes, sustancias inflamatorias.

    – ¿Qué limitaciones presentan los métodos actuales de diagnóstico?

    Hasta el momento el diagnóstico es clínico a través de la evaluación de un Psiquiatra, donde valoramos el conjunto de síntomas positivos y negativos.
    Con las consecuentes limitaciones de decirle al paciente » yo creo que usted padece una esquizofrenia».
    Por tanto estamos buscando marcadores para reforzar nuestro diagnóstico clínico y así minimizar el errores a la hora del diagnóstico.

    – ¿Qué relación tiene la esquizofrenia con los movimientos oculares?

    Nosotros hemos realizado un trabajo de investigación de los movimientos oculares en la esquizofrenia. 47 controles y 47 sujetos con esquizofrenia.

    – ¿Se puede emplear esta relación como método de diagnóstico?

    A través de la electronistagmografía encontramos que todos los controles estaban bien ubicados como controles y que un 87% por ciento de los esquizofrénicos estaban bien ubicados como tales.


    https://youtu.be/dsVhRZQlGd0

    – ¿Qué porcentaje de éxito tiene el diagnóstico a través de los movimientos oculares?

    Con el análisis discriminante podíamos afirmar que a través de los movimientos oculares acertábamos el diagnóstico en un 93% de los sujetos a estudio.

    – ¿Está ya el sistema suficientemente validado para poderse emplear en la práctica clínica diaria?

    Después de la publicación de la tesis doctoral estamos buscando financiación a través de diferentes vías para poder implantar este sistema en la práctica clínica diaria y usar este marcador biológico como ayuda diagnóstica de la enfermedad.
    Un aparato de videonistagmografía ronda los 35.000 euros. Haría hincapié en que la labor del clínico sigue siendo fundamental porque la alteración de los movimientos oculares puede aparecer en patologías como el Asperger o TDAH.




    Desde aquí mi agradecimiento a Entrevista con D. Alfonso Mozos Psiquiatra. Doctor en la USC tras publicar la tesis doctoral «Perfil de los movimientos oculares en la Esquizofrenia», por habernos acerdado a este novedoso método de diagnóstico de la esquizofrenia.

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