Categoría: Psicologia Cientifica

En esta sección del Blog de Psicología de la Cátedra Abierta de Psicología se presentan las últimas novedades sobre los distintos temas de la Psicología y las Neurociencias, tratados desde el ámbito científico, omitiendo opiniones comentarios no demostrados por investigaciones científicas. Igualmente, que el autor del blog sea Doctor en Psicología, garantiza su formación en investigación y su aportación desde esta perspectiva. Además, cada uno de los artículos comentados provienen de publicaciones de reconocido prestigio internacional, con lo que se trata desde este medio de ofrecer la mejor información, pero con la mayor calidad posible para que las personas que lo lean, sean especialistas o no, conozcan los últimos avances en la psicología científica y en el área de las neurociencias. Aunque hay que recordar, que a pesar de la rigurosidad de los datos e informes presentados, esta información en ningún caso va a reemplazar a la que pueda ofrecer un especialista en consulta; ya que es este, quien conoce de primera mano la problemática de la persona, y atendiendo a su historial clínico va a determinar el diagnóstico y tratamiento en cada caso.

  • ¿Sabes que si crees que vas a errar acabarás equivocándote?

    ¿Sabes que si crees que vas a errar acabarás equivocándote?

    Uno de los grandes problemas, a la hora de tomar una decisión, es saber cuál es la mejor alternativa.
    Cuanto más importante sea el asunto a tratar o menor tiempo se tenga para responder, más «difícil» parece ser asumir la «respuesta correcta».
    Aunque en la vida real, no existe una única alternativa, ni se tiene claro cuál es más correcta entre las diversas opciones, por lo que el nivel de ansiedad que puede generar puede llegar a bloquear a la persona.
    Un caso típico es el de los estudiantes, a la hora de enfrentarse a un examen, donde no sólo se está evaluando el nivel de conocimiento adquirido por el mismo sino el autocontrol, y la tolerancia al estrés del estudiante.
    Ya que un estudiante, por muy bien preparado que esté, si tiene un nivel demasiado elevado de estrés puede llegar a bloquearle e impedir tener un correcto desempeño, pero ¿Cómo se produce esto?

    Esto es lo que ha tratado de responderse con una investigación realizada desde la Facultad de Psicología, Universidad de Leiden y el Instituto de Cerebro y Cognición (Países Bajos) junto con la Facultad de Psicología, Universidad alemana del Deporte de Cologne cuyos resultados han sido publicados en febrero del 2019 en la revista científica Plos One.
    En el estudio participaron ochenta y seis mujeres, asignadas aleatoriamente a un grupo en que se induciría estrés previamente a una tarea mediante el Leiden Performance Anxiety Stress Procedure (L-PAST), quedando el resto en el grupo control, los cuales no tendrían la presión social y temporal que les generase estrés adicional al de la prueba.

    Los resultados muestran cómo a mayores niveles de estrés inducido peor ejecución en la tarea de memoria de trabajo, siendo este efecto mayor, cuando además las personas más sensibles al estrés frente a las menos sensible.
    Es decir, el efecto de la ansiedad y por lo tanto su interferencia en la ejecución de las tareas depende tanto de un componente estresante externo como de la mayor o menor sensibilidad al estrés de la persona.
    Así, y volviendo sobre el ejemplo anterior, el estudiante que tenga un rasgo sensible al estrés, es decir, que se ponga nervioso con un poco de estrés, estará en desventaja con respecto a sus compañeros a la hora de responder adecuadamente a un examen.
    Es decir, ante el mismo nivel de estrés externo elevado dado por la prueba de evaluación, los más sensibles además van a vivir la situación como más amenazante y con ello, su ejecución y al fin, su calificación puede ser menor que su nivel de aprendizaje real.
    Esto puede llevar a determinados estudiantes, sensibles al estrés, a mostrarse como «malos estudiantes», al no conseguir buenas calificaciones por mucho que se esfuercen en estudiar.

    De ahí la importancia de poder incorporar prácticas de relajación previo a los ejercicios y evaluaciones, con lo que reducir el nivel de estrés sentido y con ello, que pueda mostrar lo que realmente sabe.

  • Capítulo siete. La terapia en caso de ciberacoso

    Capítulo siete. La terapia en caso de ciberacoso

    Las víctimas del Ciberacoso o ciberbullying, una vez que ha cesado éste, deben de aprender poco a poco a recuperar su autoestima, así como la confianza en las relaciones interpersonales, antes de volver a la vida que llevaba. Se trata de un proceso lento, que dependerá mucho del tiempo en que ha estado expuesto al ciberacoso y de la merma que ha producido en su personalidad.
    Será preciso en todo caso que la víctima del Ciberacoso esté acompañada en este proceso de reestructuración de su vida por un psicólogo, que le enseñará y ayudará a enfrentarse a situaciones de estrés, a la vez que trabaja para reforzar su autoestima, buscando además la rehabilitación de las relaciones sociales, así como volver a recuperar un normal desempeño en sus tareas académicas, para lo cual se utilizarán una serie de técnicas como…

  • ¿Está relacionado el estilo parental con el alcoholismo?

    ¿Está relacionado el estilo parental con el alcoholismo?

    Muchos son los efectos en la conducta del menor en función del estilo parental, esto es, la forma de comportarse y «reaccionar» ante las demandas, necesidades y obligaciones del menor, existiendo un continuo que va desde aquellos padres que no atienden en absoluto a sus hijos hasta los sobreprotectores.

    Algunos estudios han señalado una suerte de «responsabilidad» de los padres con ciertas consecuencias futuras en sus hijos, como si educarlos de una u otra forma fuese «mejor» para el menor, y con ello de alguna manera determinase su futuro, aspecto no corroborado en todos los casos en que se han analizado distintas conductas.
    Según que autor se siga, existen distintas clasificaciones de estilos parental, pero ¿Está relacionado el estilo parental con el alcoholismo?

    Esto es lo que ha tratado de responderse con una investigación realizada desde la Universidad de Nueva Inglaterra (Australia) cuyos resultados han sido publicados en febrero del 2019 en la revista científica Health Psychology.
    En el estudio participaron doscientos cuarenta y cinco estudiantes universitarios, de los cuales el 38% eran mujeres.
    A todos ellos se les administró de forma onine un cuestionario para evaluar el estilo denominado Measure of Parental Style (MOPS); otro para evaluar el nivel de estrés mediante el Depression, Anxiety and Stress Scale (DASS-21); y el último para evaluar las creencias sobre el consumo de alcohol mediante el Rapid Alcohol Problem Screen.
    Los resultados muestran una alta correlación entre las tres medidas evaluadas, siendo el estilo parental quien media entre el nivel de estrés y el alcoholismo.
    Esto es, ante los mismos niveles de estrés sufridos por los estudiantes, hay determinados estilos parentales que «toleran» o «favorecen» que se consuma alcohol pudiendo llegar a convertirse este en un problema.
    En cambio, existen otros estilos parentales que previenen esta relación, es decir, a pesar de tener altos niveles de estrés, estos no van a desencadenar en alcoholismo.
    Entre las limitaciones del estudio comentar que no ha separado los resultados por edad o género, igualmente no ha realizado un análisis pormenorizado sobre qué estilo de los tres que evalúa la escala favorece o protege la aparición del alcoholismo.
    La escala MOPS permite distinguir tres estilos parentales, indiferente, abusivo o sobreprotector, medidos a su vez con una escala de 0 a 3.
    A pesar de estos matices evaluados no se ha realizado análisis al respecto, por lo que no se puede afirmar si los padres abusivos promueven más o menos el alcoholismo entre sus hijos que aquellos padres indiferentes o sobreprotectores.

    Aún y con esta limitación los autores destacan la importancia de atender al temperamento del menor, aspecto genético, muy relacionado con las reacciones que pueden provocar entre los adultos determinando así el estilo parental.
    Por lo que, ante aquellos niños que tengan una vivencia de elevada ansiedad, es en los que se ha de tener mayor cuidado, ya que ante unas condiciones familiares favorecedoras, como es el estilo parental puede desencadenar en alcoholismo.

  • ¿Influye la raza en la inteligencia?

    ¿Influye la raza en la inteligencia?

    Durante mucho tiempo en algunos países se ha mantenido la idea que determinadas razas tenían un nivel de inteligencia inferior a otras, idea extraída de la aplicación de determinados test de inteligencia que ofrecían un dato numérico comparable.
    Estos resultados con el tiempo fueron invalidados debido a que los propios test de inteligencia empleaban en los enunciados de las preguntas un vocabulario habitual en determinadas razas y no en otras lo que explicaba las diferencias en cuanto a los resultados obtenidos.
    Así, test construidos atendiendo a las peculiaridades de cada raza han permitido obtener niveles de desarrollo equivalente entre razas, desmintiendo el mito de que determinadas razas eran «superiores» o «inferiores» intelectualmente a otras.
    A pesar de lo anterior todavía quedan muchos aspectos relacionados con la raza a descubrir, así en las sociedades cosmopolitas es habitual la mezcla de ellas, lo que en algunos países se denomina mulato o criollo, lo que cabría preguntarse si estas personas van a tener influida su inteligencia es decir, ¿aquellas personas que tienen antecedentes de dos razas serán más o menos inteligentes?, entonces como ¿Influye la raza en la inteligencia?

    Los resultados muestran que tomando como punto de comparación la raza blanca, se obtienen resultados inferiores en los «casi blancos», seguido de los «casi negros», obteniendo la «peor» puntuación los de raza negra.
    Estas diferencias no se deben a factores como el nivel económico parental, la zona donde se viva ni el nivel educativo, ya que fueron factores controlados.
    Entre las limitaciones del estudio es que no realiza una comparación por género ni por edad, ni tampoco tiene en cuenta la inteligencia fluida.

    A pesar de lo anterior y al contrario de lo que cabría esperarse este estudio encuentra diferencias en cuanto a la inteligencia cristalizada, teniendo en cuenta que se ha equiparado el nivel educativo de los participantes.
    Esta investigación reabre una vieja «herida» por parte de los especialistas en psicometría con respecto a la «justificación» de las diferencias en función de la raza si son o no debidas al instrumento empleado o a que realmente distintas razas presentan distintos resultados.
    De hecho, los resultados escalados en función de un mayor grado de raza blanca o de raza negra irían en ese sentido.
    A pesar de ello, se precisa mayor investigación antes de poder extraer alguna conclusión al respecto, ya que no es el primer estudio que han señalado diferencias en este aspecto que luego han tenido que ser retirados por fallos metodológicos.

  • ¿Es posible determinar la intención de voto?

    ¿Es posible determinar la intención de voto?

    Lo primero que hay que tener en cuenta es que algunos informes publicados semanas o días antes sobre la intención de voto de la población han sido durante mucho tiempo parte de la campaña de determinados grupos políticos de forma que “motivan” a su electorado a acudir a votar, es decir, en ocasiones no refleja tanto la realidad de “la calle” sino la imagen que se quiere ofrecer de partido victorioso, por ejemplo.
    En otras ocasiones es, al contrario, mostrando estadísticas de resultado sin un claro vencedor lo que hace que los indecisos puedan cambiar su voto con el pensamiento de que así refuerzan a un determinado partido o evitan que entre otro.
    Y luego está la estadística “real” que refleja lo que los encuestados responden por la calle a los entrevistadores que desde semanas antes van preguntando a todo el que se cruza. Estas encuestas, si están bien hechas, deben de recoger un número suficientemente grande para ser significativo, y con ello representativo de la población, es decir, no se puede preguntar a diez y pretender con ello afirmar que la población de un país opina de esa forma.
    Suponiendo que la encuesta se ha realizado correctamente, con un suficiente número de entrevistados para que sea representativo y manteniendo los porcentajes correspondientes a las características demográficas de la población, suponiendo que todo lo anterior se cumple, luego llega el día de la elección y… sorpresa, los resultados no tienen nada que ver con las encuestas y sus predicciones, ¿Cómo es posible?

    Esto es lo que ha tratado de responder con una investigación realizada desde el Instituto de Ciencias del Comportamiento, Universidad Radboud (Países Bajos) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Frontiers in Psychology.
    Se llevaron a cabo tres estudios donde se ha tratado de validar un nuevo instrumento de medida denominado Self-Approach-Avoidance Task (Self-AAT) para determinar la actitud implícita y comparar si ofrece los mismos resultados que la actitud explícita.
    Es decir, se busca comprobar si es posible saber las «verdaderas» intenciones de la persona, más allá de lo que pueda declarar en una encuesta.
    Para ello se compararon los resultados obtenidos con instrumentos estandarizados como el Rosenberg Self-Esteem Scale (RSES) para la evaluación de las medidas explícitas y el Implicit Association Task (IAT) para la evaluación de las medidas implícitas.
    Entre las ventajas de este nuevo instrumento está el que es más rápido de aplicación y no precisa de tantos ítems.
    Los resultados muestran cómo se responde antes a estímulos familiares, frente a los desconocidos.
    Igualmente valida los resultados de la comparación entre este nuevo instrumento y los estandarizados.
    A pesar de lo anterior, sigue encontrando diferencias significativas entre los datos ofrecidos por los participantes en cuanto a la información explícita e implícita.
    Por lo que, a pesar de la novedad en cuanto al diseño de esta prueba, capaz de detectar las «verdaderas» intenciones, todavía no se puede emplear para el ámbito del estudio de opinión o para un sondeo de intención de voto, ya que requiere que cada votante se siente durante un determinado tiempo en el ordenador para realizar dicha tarea.
    Por lo que hasta que no se mejore el procedimiento se tendrá que seguir «fiándose» de los resultados de las encuestas realizadas a pie de calle, teniendo en cuenta las limitaciones que ello conlleva.

  • ¿Cómo funciona la mente del autista ante las matemáticas?

    ¿Cómo funciona la mente del autista ante las matemáticas?

    Son muchas las cuestiones que todavía faltan por conocer sobre el autismo.

    Igualmente hay muchos mitos que a pesar de las evidencias científicas perduran en nuestros días.
    Tal es el caso de, en ocasiones, asociar el autismo con una suerte de mente genial de las matemáticas capaz de visualizar los números y resolver problemas que ninguno otro ha podido antes.
    Quizás algunos libros y películas, e incluso documentales han destacado alguna capacidad matemática «llamativa» como la de indicar qué día de la semana cae cuando nació la persona; o aquella de saberle el número de teléfono de un listín telefónico, tal y como se presenta en la película de Rain Man.
    Pero hay que distinguir a los casos excepcionales de la generalidad en el autismo.
    Es cierto que hay autistas que pueden destacar, pero también hay no autistas que destacan, por ello asociar autismo con alguna especie de facilidad de las matemáticas no parece que sea un dato sostenido por la evidencia científica, pero ¿Cómo funciona la mente del autista ante las matemáticas?

    Esto es lo que se ha tratado de resolver con una investigación planteada desde la Universidad Muhammadiyah Gresik y la Universidad Negeri Surabaya (Indonesia) junto con la Universidad de Flinders (Australia) cuyos resultados han sido publicados en enero del 2019 en la revista científica International Journal of Instruction.
    En el estudio se presentan los resultados de dos pequeños con autismo, el primero un menor de 16 años y un coeficiente intelectual de 115; y el segundo tenía 18 años y un coeficiente intelectual de 95.
    En el estudio se trabaja mediante observación y entrevista conocer cómo funcionaba la cognición de cada uno de los participantes ante la resolución de problemas matemáticos.

    Los resultados muestran claras diferencias en cuanto a la habilidad matemática no asociado tanto a la edad como al nivel de desarrollo intelectual y a las experiencias inclusivas en el aula y la terapia que reciben.
    Así existían diferencias en cuanto a la lectura y comprensión de las propias instrucciones del problema matemático a resolver que determinaban su correcta resolución o no.
    Igualmente se mostraron diferencias en cuanto a la visualización del problema y planteamiento del problema a resolver.
    Por tanto y basado en esta investigación no se puede considerar que todos los autistas tengan la misma experiencia con las matemáticas tanto en cuanto a su lectura e interpretación como en su resolución, teniéndose que atender a otros factores como la experiencia previa con dicha materia o el nivel de inteligencia.

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