Categoría: Psicología Social

Temática de la Psicología Social

  • ¿Son efectivas las campañas de vacunación?

    ¿Son efectivas las campañas de vacunación?

    Seguro que, en temporada de frío, habrás oído en la televisión las recomendaciones sobre Vacunarse para evitar la gripe.

    Promover la salud

    Algo a lo que estamos acostumbrados, pero que lleva detrás de un trabajo de análisis psicológico.
    Las Campañas de concienciación hacia determinados hábitos saludables, conlleva una planificación y estudio para conocer el objetivo y el destinatario, e intentar acercarlos lo más posible.
    A este respecto se ha avanzado mucho en cuanto a la aplicación de técnicas de venta o publicidad como medio de «llegar» al ciudadano, pero cuando se trata de salud no es tan fácil.
    Las grandes marcas, con una exposición repetida de anuncias puede «facilitar» que adquiramos o compremos un producto o servicio, pero ¿Funciona igual con la salud?
    Cuando las grandes instituciones de la salud como La O.M.S. o los departamentos de los gobiernos quieren implementar una campaña de salud para fomentar hábitos saludables, ya sean de ejercicio o alimentación, o de vacunación, se encuentran con un importante problema, El limitado efecto de sus campañas.
    Algunas veces se opta por orientar dichas campañas hacia los más pequeños, con el «deseo» de educarlos desde pequeño para que mantengan los buenos hábitos el resto de su vida.
    Lo malo de este tipo de intervenciones es que No se puede evaluar el beneficio a largo plazo, porque se requeriría de un seguimiento de años e incluso de décadas, para observar cambios en la población.
    Además, estas campañas deben de «luchar» contra todo tipo de creencias falsas o «habladurías» que se extienden a mayor velocidad que las propias campañas de concienciación.
    Tal es el caso de las vacunas, y de cómo «se habla» sin ningún rigor sobre sus efectos en la aparición de trastornos como el Autismo; o en el caso de la vacuna de la gripe, que «se piensa» que es cosas de mayores o que como ya se la puso hace un año sus efectos deben durar, pero ¿Son efectivas las campañas de vacunación?


    Vídeo Recomendado: Arranque de la Campaña Nacional de Vacunación contra la Influenza

    Eficacia de las campañas de vacunación

    Esto es precisamente lo que ha tratado de averiguarse con una investigación desde el Department of Health and Behavioral Sciences, University of Colorado Denver; el Center for Infectious Disease Modeling and Analysis, Yale School of Public Health; el Department of Psychology, Rutgers University (EE.UU.) junto con el Department of Infectious Disease Epidemiology, London School of Tropical Medicine and Hygiene (Inglaterra)
    cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Plus One.
    El objetivo del estudio es comprobar el efecto de la campaña de vacunación a través de Internet entre los usuarios, para comprobar si existe un cambio de tendencia.
    En el estudio participaron 4023 mayores de dieciocho años, de cinco países (Brasil, China, Francia, Israel, Japón, EE.UU., Inglaterra y Sur África).
    A los cuales se les asignó a cuatro grupos experimentales según distintos tipos de campañas publicitarias, donde en unos casos se usaba a «actores» jóvenes y en otros mayores; en unas situaciones los actores eran víctimas de los efectos de la gripe y en otros no.
    Se evaluaron tres aspectos, la simpatía que despertaba el anuncio, el contenido prosocial del mismo y la intención de vacunarse.
    Los resultados muestran una mayor simpatía hacia las escenas de víctimas de la gripe, siendo esta mayor ante actores ancianos.
    Con respecto al contenido prosocial evaluado como hasta qué punto estaría dispuesto a donar para esa causa, se observó una mayor disposición ante actores que mostraban las consecuencias de la no vacunación, no existiendo diferencias entre actores jóvenes y mayores.
    Por último, sobre la intención de vacunarse, no se produjeron cambioS significativos en ninguno de los grupos, siendo el mejor predictor, el haberse o no vacunado con anterioridad.


    Vacunarse o no vacunarse

    Hay que tener en cuenta que en el estudio no se ha realizado un seguimiento sobre si se produjo o no un cambio conductual en los participantes.
    Igualmente, la exposición «experimental» y limitada en el tiempo puede explicar el escaso efecto.
    Cuando se trata de una campaña «real» la repetición del mensaje por distintos medios tiene un mayor impacto en la sociedad.
    Dicho lo cual, parece que, según los resultados del estudio, las personas son poco flexibles a cambiar su opinión con respecto a temas de salud; por lo que habría que trabajar en «educar» a la población y «combatir» las falsas creencias como parte de las estrategias de concienciación.
    No se trata tanto de que puntualmente y en unas fechas muy concretas se realicen campañas de información sobre la vacunación, sino de que previamente haya habido un trabajo de «educación» para que las personas sepan de sus beneficios y no les quede «dudas» sobre los «falsos» efectos de estas vacunaciones.

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  • ¿Son todas las víctimas iguales?

    ¿Son todas las víctimas iguales?


    Una de las situaciones más dramáticas para la persona es cuando es agredida, pero más aún cuando no recibe el apoyo de los demás.

    Agresiones y víctimas

    Cuando sufrimos una agresión nos sentimos «Débiles e indefensos» y tratamos de buscar «Apoyo social«, un consuelo o una «palabra amiga».
    Pero no todas las víctimas parecen sentirse igualmente recibido por los vecinos. Así, cuando la agresión la sufre un vecino, el sentir general y la indignación parecen mayores que si lo sufre un extranjero o un turista.
    Algo que también pueden percibir las víctimas, de ahí que cuando a alguien le sucede algo en el extranjero trate de contactar con su embajada para recibir la ayuda y el apoyo necesario de «los suyos» pero ¿Son todas las víctimas iguales?


    Vídeo Recomendado: Las juventudes mexicanas. Exclusiones, violencias y sentido de pertenencia.

    Investigación sobre las víctimas

    Esto es lo que ha tratado de averiguarse con una investigación realizada desde el Department of Psychology & Educational Sciences, University of Tehran; junto con el Department of Psychology & Educational Sciences, Shahid Beheshti University (Irán) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica International Journal of Psychology.
    En el estudio participaron ciento cuatro mujeres, a las cuales se las dividió en cuatro grupos experimentales: víctima iraní, víctima de otro lugar; víctima «culpable» o inocente moralmente.
    A todos se las realizó una entrevista para conocer su forma de sentir, e igualmente se las evaluó mediante procedimiento implícito mediante la prueba de Implicit Association Test.
    Los resultados muestran que independientemente de que la víctima fuese «culpable» o inocente moralmente, era mayor el grado de empatía con la víctima si esta era de su población que si era extranjera.


    Empatía sólo para las víctimas propias

    Hay que tener en cuenta la idiosincrasia del pueblo iraní a la hora de interpretar los resultados, por lo que se requiere de nueva investigación en otras poblaciones antes de llegar a una conclusión sobre esta cuestión.
    Otra de las limitaciones del estudio es que únicamente participaron mujeres, por lo que se desconoce la opinión y sentir masculino de dicha población.
    Dicho lo cual y tal y como muestran los resultados La empatía hacia la víctima se ve mediada por nuestro sentimiento de pertenencia al grupo
    Esto podría explicar por qué a pesar de estar «bombardeados» por los medios de comunicación sobre la Tragedia de los refugiados, víctimas de todo tipo de abusos, Apenas existen movimientos sociales que denuncien dichas situaciones.
    Hay que tener en cuenta, que, a pesar del esfuerzo por parte de las autoridades del país de acogida por darle, los «vecinos» no sienten la misma empatía por estas personas de la que sentirían si son otros habitantes de su misma población desplazados por ejemplo por efecto de una inundación.
    Algo en lo que, sin darse cuenta, fermentan las propias campañas de concienciación hacia el refugiado al centrar su mensaje en que son extranjeros y no tanto en que son personas necesitadas, con lo que seguramente conseguiría un mayor impacto y con ello la acogida sería mejor.

  • ¿Es la culpa atractiva?

    ¿Es la culpa atractiva?


    La culpa tradicionalmente ha sido considerada como algo negativo, a ocultar y no compartir.

    El sentimiento de culpa

    Si de algo hay que arrepentirse es porque se ha cometido un error, una equivocación que no todas las personas saben y quieren perdonar.
    La infidelidad, las mentiras o cualquier otra conducta socialmente inadecuada puede llevar a un sentimiento de culpa.
    Cuando se comparte esa culpa en los demás se puede generar cierto nivel de rechazo por parte del interlocutor.
    Pero algunos estudios han señalado que la culpa puede llegar a ser un catalizador para entablar nuevas relaciones sociales, una forma de «romper el hielo» entonces ¿Es la culpa atractiva?


    Vídeo Recomendado: Juicios de justicia y desarrollo moral

    La culpa y la empatía

    Esto es lo que ha tratado de averiguarse con una investigación desde el Department of Psychology, University of Copenhagen (Dinamarca) junto con la Section of Psychology, Lillehammer University College (Noruega) cuyos resultados acaban de publicarse en Europe’s Journal of Psychology.
    En el estudio participaron quinientas sesenta y ocho personas, de los cuales el 69% eran mujeres, con edades comprendidas entre los 15 a 76 años.
    Todos ellos respondieron a cuatro pruebas por vía telemática, la primera relativa a la culpabilidad evaluado a través del cuestionario estandarizado Guilt and Shame Proneness Scale (GASP); la segunda para evaluar factores de personalidad altruistas, a través del Altruistic Personality Scale , para evaluar el nivel de empatía se empleó el Toronto Empathy Questionnaire y por último para evaluar el nivel de aceptación social se empleó el Brief Social Desirability Scale.
    Los resultados indican que las mujeres encuentran más «atractivo» socialmente a la culpa, que en el caso de los hombres.
    Así la culpa presenta unos mayores índices de empatía entre las mujeres, y por tanto facilita la conducta prosocial.


    La culpa y la atracción

    Una de las limitaciones del estudio es no haber realizado una separación por edades para ver si los resultados anteriores variaban en función de la edad del participante.
    Igualmente hay que tener en cuenta que se trata de respuestas a cuestionarios, alejado de la realidad, por lo que sería bueno incorporar alguna tarea de role-play para observar su reacción e interacción como medida más ecológica.
    Por último, señalar que el estudio, a pesar de su extenso número de participantes, está centrado en una población con características propias, como son los «nórdicos», tradicionalmente considerados «fríos» al contacto social por parte de los mediterráneos, por lo que se requiere de nueva investigación para corroborar estos resultados en otras poblaciones.
    A pesar de las limitaciones anteriores, parece que el expresar un sentimiento sincero de culpa, no sólo no es rechazado por parte de las mujeres, sino que lo llegan a encontrar socialmente «atractivo», ya que facilita la empatía y la conducta social.
    A diferencia de en los hombres, donde el reconocimiento de la culpa no se considera «atractivo» si no todo lo contrario, una señal de debilidad y por tanto puede ser negativo a la hora de iniciar una conducta social.


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  • ¿Cómo nos afecta el suicidio de un paciente?

    ¿Cómo nos afecta el suicidio de un paciente?

    Hay que tener en cuenta que como profesionales de la salud mental puede darse el caso de que uno de nuestros pacientes decida acabar con su existencia.

    Sobre la Conducta Suicida

    Aunque el objetivo de la terapia es ayudar al paciente con su problemática, permitiéndole comprender lo que le sucede, y vivir con ello, en ocasiones no se consigue.
    Quizás pueda ser una de las experiencias más descorazonadoras que como profesionales de la salud podemos vivir, similar al que puede vivir un médico cuando pierde a un paciente en la mesa de operaciones.
    Algo para lo que teóricamente debemos estar preparados, pero que en realidad nadie nos ha formado para afrontarlo, quizás porque el número de ocasiones que se produce esto es mínimo, pero ¿Cómo nos afecta el suicidio de un paciente?


    Vídeo Recomendado: COMO PREVENIR A TIEMPO EL SUICIDIO: PSICÓLOGOS

    El Suicidio en el trabajo

    Esto es lo que se ha tratado de averiguarse desde la School of Psychology y el Centre for Translational Neuroscience and Mental Health, University of Newcastle; junto con el Hunter New England Local Health District (Australia) cuyos resultados acaban de ser publicados en la revista científica Psychology, Community & Health (PCH).
    En el estudio participaron ciento treinta y cinco trabajadores de la salud, de los cuales el 65,9% eran mujeres, con edades entre los 21 a 64 años; entre los profesionales estaban psicólogos, psiquiatras, enfermeros, trabajadores sociales y terapeutas ocupacionales.
    Todos ellos contestaron a un cuestionario por vía telemática sobre sus niveles de ansiedad a través de la escala State version of the State-Trait AnxietyInventory(STAI-S), sus niveles de Bourout a través del Maslach Burnout Inventory – Human Services Survey (MBI-HSS) y sus creencias sobre el suicidio y su prevención a través de un cuestionario ad-hoc.
    Los resultados indican que el 70,4% de los participantes habían perdido a un paciente por suicidio, e igualmente en el ámbito de su vida privada el 50,4% habían tenido una experiencia relacionada con el suicidio.
    El 71,9% afirmaron nunca haber recibido ningún tipo de formación para afrontar el suicidio dentro de su contexto laboral.
    Entre las consecuencias de haber vivido un episodio de suicidio en el trabajo, los participantes mostraron mayores niveles de ansiedad, con una mayor sensación de burnout (estar quemados).


    Medidas de prevención suicidio

    Hay que tener en cuenta las características de Australia y su idiosincrasia con población eminentemente inmigrante, por lo que los resultados deben ser corroborados en otras poblaciones antes de poder extraer resultados hacia ello.
    Otro aspecto a destacar es que se les solicitó la participación de quinientos trabajadores de la salud mental y únicamente respondieron ciento treinta y cinco de ellos, lo que puede estar indicando un cierto “tabú” dentro de la profesión a hablar abiertamente sobre esta problemática del suicidio en el puesto de trabajo.
    Tal y como indican los autores del estudio, los resultados indican una clara necesidad de una formación especializada entre el personal sanitario para el manejo de las situaciones de suicidio, tanto en la detección de síntomas que ayuden a la prevención como a la hora de afrontar la pérdida del paciente.
    Ya que de no producirse esta formación, ni ningún tipo de intervención paliativa posterior sobre este personal, el trabajador va a sentirse desapegado de aquello que hace, perdiendo el sentido por su profesión, vivenciando altos niveles de ansiedad en el puesto, todo ello unido a una sensación de burnout.
    Una situación que de mantenerse puede llevar al profesional a plantearse el abandono de su puesto de trabajo, y de su profesión, y todo porque no se han establecido los mecanismos necesarios para la formación previa y para el apoyo posterior en dicho puesto de trabajo.

  • ¿Puede el deporte prevenir la violencia de género en adolescentes?

    ¿Puede el deporte prevenir la violencia de género en adolescentes?

    Uno de los problemas crecientes más preocupantes es el de la violencia de género entre los adolescentes.

    Definiendo la Violencia Machista

    Si bien no es un fenómeno nuevo, parece que en los últimos años se ha acuciado, aspecto que ha motivado que los poderes públicos traten de prevenirlo. En muchos casos esta violencia no es física si no psicológica, y suele producirse en las relaciones de íntimas y de pareja.
    A pesar de los esfuerzos de las últimas décadas por erradicar la violencia de género, el que esto se presente tan tempranamente como en la adolescencia hace que se requiera de nuevas intervenciones orientadas específicamente hacia este colectivo.
    Sabiendo que, si no se hace, el maltratador mantendrá su conducta en su vida adulta, y sus víctimas sufrirán su acoso y agresión, provocándolas secuelas físicas y psicológicas que requerirán de intervención psicológica especializada y de años para “cicatrizar” dichas heridas.
    Con respecto a las políticas públicas para combatir este problema, se centran principalmente en la información y en facilitar la denuncia, con campañas tanto publicitarias como en los propios centros educativos, incluso se han propuesto como alternativa al ocio el deporte, dado los grandes beneficios tanto físicos como sociales para quien lo practica, pero ¿Puede el deporte prevenir la violencia de género en adolescentes?


    Vídeo Recomendado: Fomentarán deporte en Coahuila para prevenir la violencia de género

    La violencia de género entre los jóvenes

    Esto es precisamente lo que se ha tratado de averiguar desde la Division of International Sport and Leisure, Hankuk University of Foreign Studies (Corea) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica International Journal of u- and e- Service, Science and Technology.
    Los datos se obtuvieron de un macro estudio de 3.449 estudiantes de secundaria, analizados entre 2003 y 2008 denominado Korean Youth Panel Data. Se analizaron hasta diez variables diferentes para ver si correlacionaban con la presencia de violencia física.
    Los resultados informan sobre las correlaciones significativas entre la violencia física y el género, siendo este mayor en varones frente a las mujeres; con la falta de autocontrol; con la propia valoración de la violencia, es decir, cuando alguien “justificaba” la violencia era más probable que la pudiese usar; y la aptitud frente a la escuela, de forma que cuanto mejor valoración tuviese hacia la escuela menor violencia exhibida. No encontrándose correlaciones significativas con la práctica del deporte.


    La relación entre la prevención de la violencia de género y el deporte

    Hay que tener en cuenta que a pesar del extenso número de participantes no se realizó un seguimiento sobre su evolución con respecto a la violencia mostrada y sus aptitudes.
    Igualmente, no es estableció un plan de intervención ni evaluó la eficacia del mismo, ya fuese este con el deporte o no.
    La falta de correlación negativa entre la práctica deportiva y la violencia es explicada por parte de los autores del estudio porque el deporte pueda “facilitar” los comportamientos antisociales sobre otros jóvenes.
    A pesar de lo anterior no hay que descartar el deporte entre los jóvenes debido a sus beneficios físicos, y quizás habrá que “mejorar” las estrategias deportivas para fortalecer las relaciones sociales, encaminadas hacia la integración; ya que, tal y como muestra el estudio, no es suficiente el deporte por el deporte.

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