Han sido varios los intentos de explicación de la aproximación psicosomática pero el Psicoanálisis ha sido quien a conformado un cuerpo teórico al respecto.
Aunque con anterioridad han existido distintos intentos por establecer la relación entre el soma y el psique, tal y como trataron de hacer desde la aproximación alemana de principios del siglo XIX, denominada de Medicina Antropológica, quienes desarrollan el término de “patología biográfica” que posteriormente será retomado, el cual indica que las patologías pueden ser comprendidas y entendidas si se atiende a la biografía del paciente. De ésta forma se incorpora, a los procesos médicos, la vida íntima del paciente, que hasta este momento no se había tenido en cuenta, como sus pasiones, conflictos y tensiones insatisfechas; igualmente se establece que la relación médico-paciente debe de tener en cuenta más a la sintomatología de la persona y no tanto a los signos.
A pesar de estos grandes aportes desde ésta aproximación alemana, no consiguieron establecer ninguna teoría explicativa sobre el origen y mantenimiento de las patologías psicosomáticas; para ello habrá que esperar al desarrollo del psicoanálisis, el cual ha ido evolucionando desde las primeras teorías explicativas de Freud en el que ya se vislumbraban dos corrientes, la que aplica el modelo de conversión histérica a los fenómenos psicosomáticos y la que separa ambos fenómenos por antagonistas.
– En la primera postura, lo psicosomático, no sería más que una expresión de lo psíquico sobre el organismo, tal y como sucede en la histeria de conversión.
– En el segundo caso, la ausencia de simbolismo de lo psicosomático, indica una carencia en la elaboración psíquica o simbólica y por lo tanto tangencialmente distinta de la simbología de la histeria de conversión.
De ahí se han ido conformando distintas ramas denominadas Escuelas, las cuales se clasifican en función del país donde se encuentran; así las principales Escuelas psicoanalíticas actualmente son las siguientes:
– Escuela de París, surge para dar cuenta de fenómenos, que no encajan con la histeria deconversión, ni de la neurosis, debido a una escasa mentalización de las patologías psicosomáticas, que impide la expresión psíquica de los conflictos; lo que hace que mediante un proceso de somatización pase de ser psíquico a físico, sin tener un componente que lo sustente simbólico, lo que le diferencia claramente de los síntomas por conversión.
– Escuela de Chicago, en donde se prima el estudio de las teorías de rasgos de personalidad, buscando perfiles psicológicos que sean más propensos a padecer una u otra enfermedad psicosomática. Para ello se tiene en cuenta la historia personal del paciente, atendiendo tanto a la constitución de la persona, las enfermedades y accidentes físicos padecidos, el clima emocional familiar y sus experiencias afectivas, con lo que se establece una “patobiografía”. Según ésta aportación, las alteraciones producidas por enfermedades o accidentes que van a afectar a una parte del organismo, van a quedar asociadas a emociones. Con posterioridad, los conflictos psíquicos que movilizan grandes cantidad de energía emocional provocan que esa asociación aflore causando los síntomas físicos del pasado.
– Escuela de Argentina, conocida también como Escuela Chiozza, donde se ha desarrollado el término de Estudio Patobiográfico; en donde se recupera la función simbólica de la enfermedad psicosomática, entendiendo al cuerpo como el lenguaje que utiliza para ello; siendo el síntoma una parte de la historia biográfica de la persona que le resulta insoportable, encontrando su liberación a través del cuerpo.
Para ésta escuela, la historia de episodios y vivencias personales anteriores, es tanto o más importante que el historial médico de signos y síntomas de enfermedad, ya que una no se puede comprender sin la otra.El proceso por el cual el afecto lleva a enfermar, al paciente se denomina desestructuración patosomática del afecto, proveniente de un afecto rechazado que no se convierte en consciente.
– Escuela de Inglaterra, retoman la diada madre-hijo, como eje fundamental para la estructuración de la persona, lo cual se produce a partir del primer año de vida, siendo la somatización la expresión a través del cuerpo, dado como modo de relación preexistente a la aparición de la palabra. Estas estructuras basadas en la experiencia del bebé, van a fijarse en una de estas dos posiciones, esquizoparanoide (ante un yo inmaduro guiado por sus instintos más básicos) y la depresiva (el yo percibe los matices y está expuesto a la realidad exterior).
Estas dos posiciones, según Klein, van a establecer cómo se va a ir relacionando la persona con la ansiedad, así como su mecanismo de defensa. La ansiedad para ésta aproximación va a ser crucial en los primeros meses de vida, ya que va a configurar el mundo interior y a determinar la forma de relacionarse de la persona con el mundo exterior en un futuro.
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