Categoría: Anorexia o anorexia nerviosa

Artículos y entrevistas sobre la anorexia o anorexia nerviosa

  • ¿Esta relacionado el TDA con la alexitimia?

    ¿Esta relacionado el TDA con la alexitimia?

    La persona que sufre TDA además va a tener que soportar la incomprensión de los demás e incluso su rechazo./strong>

    TDA y Alexitimia

    El trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDA), suele acompañar a quien lo padece durante el resto de su vida, aunque sus síntomas pueden ser controlados mediante medicación.
    Estas personas además de tenerse que enfrentar a su falta de concentración, a su mala memoria de los hechos más recientes, o a su continua distracción por cualquier ruido o incluso los propios pensamientos.
    Eso le va a generar frustraciones, ansiedad, e incluso sentimientos de aislamiento, al no poder compartir y convivir como el resto.
    Sentimientos que se van a acentuar especialmente en la adolescencia, donde los demás juegan un papel fundamental en como nos vemos a nosotros mismos.
    A pesar de ello se tienen que enfrentar a los sentimientos de los demás, algo que no les resultaría nada fácil, si además padecen de Alexitimia, definida esta como la incapacidad para comprender y expresar adecuadamente nuestras propias emociones, y también para entender las emociones en los demás y responder adecuadamente a las mismas.
    La Alexitimia se considera un tipo de personalidad, es decir, define cómo se ve, se siente y se expresa la persona, consigo mismo y con los demás.
    Al respecto se ha encontrado evidencia de su presencia en determinaras psicopatologías, con en el Trastorno de Espectro Autista, o en trastornos de la conducta alimentaria como la Anorexia, pero ¿Esta relacionado el TDA con la alexitimia?


    https://youtu.be/w6y_rd7a2kE

    TDA y las Consecuencias Emocionales

    Esto es precisamente lo que trata de averiguarse desde la Universidad Mohaghegh y la Universidad Azad cuyos resultados han sido publicados recientemente en la revista científica International Journal of Medical Science.
    En el estudio participaron 94 estudiantes, de entre 13 a 15 años, la mitad de ellos tenían el diagnóstico de TDA y el resto conformaba el grupo control.
    A todos ellos se les adminitraron cuatro pruebas estandarizadas, una escala de TDA para comprobar la adecuada pertenencia a cada grupo mediante pruebas ad-hoc, la Toronto Alexithymia Scale, para evaluar la presencia de Alextimia en los participantes, además se administraron una sobre el sentido de coherencia (SOC) y una sobre la satisfacción de la vida mediante la Satisfaccion with life Scale (SWLS).
    Los resultados muestran diferencias significativas entre los resultados de la presencia de la Alextimia entre los alumnos con TDA y entre los que no lo tiene, grupo control.

    TDA e Inteligencia Emocional

    Hay que tener en cuenta que el estudio ha sido realizado sobre una población con unas características culturales muy específicas, por lo que se requiere de nueva investigación, para comprobar si se mantienen los resultados en otras poblaciones.
    Igualmente en el estudio no se identifica cuántos de los participantes eran hombres y cuántos mujeres, variable fundamental, para poder establecer la relación entre el TDA y la Alextimia, sobre todo por las diferencias en cuanto al género halladas de cada una de ellas por separado.
    A pesar de las limitaciones del estudio, este abre una nueva línea de trabajo, para poder ofrecer una nuevo forma de intervención sobre los que padecen el TDA, mediante una adecuada reeducación emocional, con lo que mejorar los niveles de Alextimia, facilitando así la convivencia con sus semejantes.
    La presencia de estos dos problemas conjuntamente no hace si no mostrar la complejidad de este fenómeno y la necesidad de una intervención conjunta, tanto desde la psicofarmacología como desde la psicoterapia, con lo que mejorar la calidad de vida de las personas que viven con TDA.

  • Entrevista a la Fundación Temehi sobre su labor

    Entrevista a la Fundación Temehi sobre su labor


    Entrevista a la Fundación Temehi, quienes nos comentan sobre esta fundación española especializada en el tratamiento de dependencias y toxicomanías.

    – ¿Qué es y cómo surge la fundación TEMEHI?

    Fundación Temehi se constituye como Centro de especialidad en psicoterapia, para rehabilitación de adicciones , lleva acabo tratamientos en Comunidad Terapéutica (residencial) exclusivo para mujeres, en Centro de Día para hombres y mujeres y ambulatoriamente también para ambos sexos.
    Surge de la necesidad básicamente, de la carencia/escasez de instituciones especializadas en el tratamiento de la adicción y otros trastornos en el género femenino, sabiendo que cada vez son más las mujeres que padecen este tipo de problemas entre ellos podemos enumerar los trastornos de alimentación (anorexia y bulimia nerviosa y obesidad), abuso de sustancias (cocaína, alcohol, fármacos…) y la violencia de género.

    – ¿Hacia quién va dirigido la fundación TEMEHI?

    Va dirigida a toda aquélla persona que padezca de manera directa o indirecta la problemática de la adicción y resto de trastornos que hemos comentado, es decir no sólo atendemos al enfermo/a sino también al familiares y presionas cercanas a éste/a, que son claras víctimas del consumo (u otro trastorno/problema) del sujeto paciente.

    – ¿Qué servicios ofrece la fundación TEMEHI?

    Los servicios de la Fundación son varios y adecuados al perfil de cada usuario, ya que queremos dar cabida a cualquier persona que necesite de nuestra ayuda:
    * Régimen residencial:
    Indicado para mujeres con problemas de adicción y otros problemas como ya hemos explicado que vayan unidos al consumo, como son los trastornos de alimentación y la violencia doméstica. Con horario ininterrumpido, 365 días al año, 24h al día.
    * Centro de Día:
    Tratamiento de estancia diurna con un horario de 9,00 pm a 19,00 pm, de lunes a lunes, para hombres y mujeres.
    * Tratamiento Ambulatorio:
    Sesiones psico y socioterapéuticas de 1hora de duración y “X” Días/semana dependiendo de la necesidad de el o la paciente.
    * Programa de Psicoeducación Familiar:
    Sesiones semanales para familias con análogos problemas, dando cabida en ellas tanto a familiares y allegados de nuestros pacientes como a cuidadores de dichos enfermos que no llevan a cabo tratamiento en nuestra fundación.
    * Sesiones unifamiliares:
    Se llevan cabo según necesidad y en ellas se pretende ayudar a enfrentar los problemas que de los trastornos del enfermo se deriven y tengan relevancia en su núcleo familiar y de amistades.
    * Sesiones de Grupo para usuarios de nuestros tratamientos:
    Psico y socioeducación grupal para pacientes.



    – ¿Cuáles son las principales adiciones presentes en las mujeres y si ha cambiado en los últimos años?

    Las principales adicciones presentes a día de hoy siguen siendo el alcohol por estar bien aceptado y ser accesible, la cocaína cada vez en gente más joven , las droga de síntesis que entran en el mercado pisando fuerte por su bajo coste y el hachís consumido tanto por menos como por adultos de manera diaria.
    Además estamos viendo muchos casos de mujeres en edad adulta (45-60) que consumen en sus casas y a espaldas de sus familiares y amigos alcohol y psicofármacos.

    – ¿Cuál es el perfil de usuarias de la fundación TEMEHI y si ha cambiado en los últimos años?

    En el tiempo que nuestro centro lleva abierto (2011) no hemos detectado cambios sustanciales seguimos atendiendo a personas cuya problemática ha hecho mella ya en su entorno más cercano, la mayoría vienen empujados por este hecho y por el lógico descontento y sufrimiento de los familiares del que no son conscientes en muchas ocasiones; si decir que el / la paciente que acude a Temehi buscando ayuda cada vez es más joven.

    – ¿Qué tratamiento reciben las mujeres con adicciones en la fundación TEMEHI y cuáles son las principales dificultades que muestran?

    Nuestro método de trabajo se basa en la reeducación del paciente, combinamos la psicoterapia con la socioterapia, las responsabilidades y buen manejo del tiempo de ocio. Las principales dificultades que encontramos en los pacientes es que tardan en ser realmente conscientes de que tienen un problema, posteriormente a muchos les cuesta ser constantes en su intento por salir adelante, los tratamientos son de larga duración y exigimos compromiso, muchas veces falta perseverancia indispensable para lograr su objetivo: llevar una vida abstinente y autónoma, ordenada y de calidad en todos los sentidos.

    – ¿Qué herramientas terapéuticas aprenden para desenvolverse en su vida cotidiana porcentaje de recaída presentan las mujeres que acuden a la fundación TEMEHI?

    Como ya hemos comentado las herramientas de nuestro programa parten de la psico y socioeducación , importante es enseñarles a manejar situaciones de conflicto, a ser menos impulsivos y meditar antes de tomar una decisión y a que una vez que la tomen la lleven a cabo, ni que decir tenemos que las personas con este tipo de trastorno toman decisiones “a salto de mata” como se dice coloquialmente sin prever las consecuencias y mucho menos valorarlas, prevenir las recaídas forma parte de un largo proceso en el que muchas veces tienen que caer para volver a levantarse.
    NO podemos cuantificar el número de recaídas de pacientes, pero si podemos decir que prevemos sería análogo al de abandonos y en este caso nos encontramos con un 30% (20% de ello/as no vuelven tras la 1ª entrevista debido a que tal como explicamos en anteriores preguntas la mayor dificultad con la que nos encontramos es la poca consciencia del problema que tienen el propio enfermo, el no querer ver o reconocer que necesita ayuda y la poca disposición para realizar ningún tipo de sacrificio).

    Desde aquí mi agradecimiento a la Fundación Temehi por responder a las preguntas plantedas sobre la labor que realizan.

  • ¿Están expuestos los deportistas a Trastornos Alimentarios?

    ¿Están expuestos los deportistas a Trastornos Alimentarios?

    Los deportistas están expuestos a mucha presión, tanto a la hora de entrenarse como por el logro de éxito deportivos, pero algunos sufren Trastornos Alimentarios.

    Alimentacion deportista

    La conducta del Trastornos Alimentarios se puede presentar de distinta manera, tanto como bulimia, anorexia o vigorexia, presentando cada uno de ellos características diferentes, aunque igual de perjudicial para la salud, debido a que en todos los casos se producen desajustes alimenticios que van a tener su reflejo en un perjuicio sobre la salud, que si no se trata a tiempo en algunos casos puede poner incluso en riesgo la vida de quien lo padece.
    Muchas son las teorías que han surgido alrededor del Trastornos Alimentarios, tanto sobre su origen como en su mantenimiento, pero todavía no se ha llegado a ninguna conclusión sobre el mismo, siendo además de difícil tratamiento, ya que la persona que lo sufre suele negar la realidad de su problema, y entender que aquello que hace es parte de su modo de vida, incluso es algo buscado.
    Es por ello que a la hora de tratar a estos pacientes lo primero que hay que «luchar» es contra esas ideas erróneas sobre la salud, la alimentación, y el poder que ellos creen tener en su vida, para que una vez rota esta, se puede reeducar en hábitos adecuados que ayuden poco a poco a recuperar de las carencias alimenticias que han sufrido.
    Aunque cuando uno piensa en persona afectadas por este tipo de trastorno, lo suele hacer con respecto a personas en algunos casos solitarias, o que se rigen por los cánones sociales de belleza al que se ven expuestos por la televisión o las revista, pero ¿Están expuestos los deportistas a Trastornos Alimentarios?


    https://youtu.be/4atAvSJotUQ

    Deportista trastorno

    Esto es lo que trata de averiguarse desde la Universidad Federal de Juiz de Fora junto con la Universidad São Paulo, cuyos resultados han sido publicado recientemente en la revista científica Paidéia.
    En el mismo participaron 580 adolescentes, de ambos sexos, con edades comprendidas entre los 10 a 19 años de edad, que practicaban deporte regularmente al estar inscritos en alguno de los cinco clubes deportivos de donde se extrajeron los mismos, entre los cuales practicaban campo a través, baloncesto, fútbol, esgrima, gimnasia artística, balonmano, judo, natación, waterpolo y voleibol entre otros.
    A todos ellos se les pasaron tres cuestionarios estandarizados diferentes, uno para evaluar el riesgo de sufrir un Trastornos Alimentarios denominado Questionnaire Eating Attitudes Test (EAT-26), otro para evaluar la satisfacción con su propio cuerpo Body Shape Questionnaire (BSQ) y por último, uno que evalúa el compromiso psicológico con el deporte Commitment Exercise Scale (CES). A lo anterior se incorporaron las medidas de peso y altura, además de el porcentaje de grasa corporal. Se incluyeron también datos demográficos y económicos de los participantes.
    Los resultados muestran un porcentaje de sufrir Trastornos Alimentarios del 18% en chicas y del 14% en chicos, igualmente existe diferencias en cuanto a la satisfacción con el propio cuerpo, siendo la insatisfacción del 14% en chicos mientas que en chicas alcanza el 38%.

    Deportista anorexia

    A pesar de contar con datos de chicos y chicas, el estudio no ha realizado un análisis comparativo entre ambos para comprobar si los resultados anteriores eran significativamente diferentes ente ellos o no.
    El estudio no incluye a un grupo control con el que comparar si los resultados son elevados o igual al obtenido entre la población que no practica deportes de forma regular. Aún y con eso se precisaría de comparar los resultados con los de otras poblaciones para poder concluir si los deportistas están más expuestos a sufrir Trastornos Alimentarios o no.

  • ¿Se puede prevenir la anorexia o la bulimia en la infancia?

    ¿Se puede prevenir la anorexia o la bulimia en la infancia?

    Uno de los grandes «males» de nuestra sociedad son los trastornos de la alimentación que provocan anorexia, bulimia u obesidad, ¿Pero cuándo se empieza a formar?

    Anorexia infancia

    Algunos autores atribuyen que es la consecuencia «lógica» de un exceso de disponibilidad de la alimentación, en referencia a la obesidad, no siendo tan fácil de explicarse por los mismos motivos en el caso de la anorexia o la bulimia, ya que a pesar de la disponibilidad la persona se niega a comer o a engordar.
    En estos casos los autores optan más por la presión social y los cánones de belleza autoimpuestos como el origen de estos trastornos, pero ¿Cuándo se inician?
    En países del «primer mundo» se ha observado cómo cada vez se producen estos trastornos de la conducta alimenticia a edades más tempranas, llegándose a considerar en alguno de ellos, la obesidad infantil un problema de salud nacional; en cambio la anorexia o la bulimia parece estar más relacionado con la pre-adolescencia y la adolescencia.
    Pero no hay que olvidar las graves consecuencias que sobre la salud va a tener el haber sufrido alguno de estos trastornos, así la obesidad infantil puede provocar problemas físicos de huesos, articulaciones, dificultad para respirar, problemas cutáneos o diabetes; en el caso de la bulimia o la anorexia, alteraciones cardiovasculares, gastrointestinales, debilitamiento óseo, alteraciones hormonales y hasta amenorrea (pérdida de la menstruación en mujeres), sabiendo además que en los casos más graves puede llevar al niño o al joven al ingreso hospitalario de urgencias. Además el padecer uno de estos trastornos de la conducta alimenticia puede además tener consecuencias negativas como una baja autoestima, al sufrir el aislamiento y la discriminación por parte de sus iguales, ¿Pero se puede hacer algo para prevenirlo o evitarlo?



    Bulimia en infancia

    Es lo que trata de averiguarse desde la Universidad de Leuven (Bélgica) recientemente publicado en la revista científica Frontiers in Psychology.
    En el estudio participaron 183 pequeños entre los 7 y 12 años, de los cuales el 49% eran niñas. A la mitad de los participantes, se les pasó por la condición de pre-exposición a la alimentación disponible, mientras que a la otra mitad no se les hizo nada, grupo control.
    La fase de pre-exposición consistió en que formasen palabras de dulces, a la vez que los tenían disponibles para su consumo, pero el experimentador estaba presente, por lo que ninguno de ellos comieron.
    Con posterioridad se realizó una fase de prueba donde se les dejaba a los pequeños comer lo que quisieran, mientras se les pedía que evaluasen tres características de los mismos.
    Los resultados informan que los niños que han sido pre-expuestos a la tentación de comer dulces en la fase de prueba muestran mayor autocontrol y comen menos dulces que los del grupo control.
    El estudio que se basaba en investigaciones previas que indicaban que los niños/as que habían sido pre-exposición a la comida, como forma de «educar» el auto-control.

    Anorexia y bulimia infancia

    Uno de los resultados más notables a la vez que desconcertantes, es que el efecto de pre-exposición fue válido únicamente entre los niños, no existiendo diferencias en cuanto al número de dulces consumidos entre el grupo de pre-exposición y control en el caso de las niñas.
    Aunque el objetivo del estudio no es de índole clínico, los resultados abren una puerta para incorporarlo en la prevención de trastornos de la alimentación como la obesidad, quedando fuera de sus resultados los casos de anorexia o bulimia que no se regirían por la disponibilidad de la alimentación tal y como se comentó en la introducción del estudio. Igualmente quedan fuera del estudio la aproximación que indica que entre las principales causas de la obesidad infantil se encuentra en el sedentarismo y la falta de actividad físicas desde pequeño, lo que hace que no se «queme» lo que se come.

  • Enfermedades provocadas por una vida llena de agresividad

    Enfermedades provocadas por una vida llena de agresividad

    El sentimiento de agresividad se convierte en algo primario dentro de nuestro desarrollo, que nos sirve para definirnos como individuo, con lo que poder establecer los límites de territorialidad y posesión, aspectos que la sociedad actual ha educado para realizarlo de forma más “civilizada”, pero que cuando se dan las circunstancias de desinhibición, por el consumo de alcohol u otra sustancia, reaparecen como un instinto de supervivencia.
    Todavía no está claro sobre el papel que juega la genética o el ambiente social en la “determinación” de la agresividad, entendiéndose que es una combinación de ambos, el desarrollo en un ambiente “marginal” en donde el miedo por la inseguridad es constante, la agresividad se va a “activar” como forma de autodefensa de sí mismo y de los demás, vivenciando desde pequeño como “normal” actos delictivos, ofensivos y agresivos.
    Además la violencia conlleva un plus, al ir revestida de poder, aquel que es más agresivo es temido y “respetado” por los demás, que procuran no contrariarle en nada ni “ponerse en su camino” para no sufrir las consecuencias.
    Los pequeños que han sido víctimas de ésta agresividad intrafamiliar, cuando crecen van a tender a repetir dicho modelo con sus parejas, sobre todo en la adolescencia temprana van a “rebelarse” contra su posición de víctima para convertirse ahora en los agresores, buscando que los demás le teman y “respeten” tanto como lo hacían con su agresor.

    En ocasiones no es capaz de “devolver” la agresividad recibida a quien le ha estado “castigando” injustamente, porque es más fuerte o porque ya no está, lo que genera gran frustración, en este caso orienta toda esa “rabia” contenida en otra tercera persona o en un objeto.
    Por lo que se convierte en un círculo vicioso dentro de las familias y en los barrios “marginales”, donde la forma de sobrevivir es con y para la agresividad.
    La agresividad puede ser directa o indirecta, en el primer caso estamos hablando de golpear, pegar a algo o a alguien física o verbalmente, en el segundo caso, más empleado por las mujeres, se trata de una agresión “psicológica”, en el que con murmuraciones, comentarios a la espalda,… trata de minar la credibilidad de la persona y burlarse de ella ante los demás.
    Pero si hasta ahora hemos hablado de agresividad hacia alguien o algo externo, también hay que mencionar la posibilidad de que ésta agresividad esté dirigida contra uno mismo, ya sea por un alto nivel de frustración, unido a una baja autoestima o un elevado sentimiento de culpabilidad que le hace sentirse constantemente mal consigo mismo.
    Los pequeños aprenden desde etapas muy tempranas, cómo canalizar la frustración de sus deseos, y es mediante la corrección y supervisión de sus progenitores, especialmente del padre, cuya ausencia puede facilitar la agresividad.
    La agresividad a parte de las consecuencias físicas que entraña al golpear a otro, va a conllevar una serie de problemas en la salud provenientes de la expresión de la conflictividad interna mostrándose como enfermedades psicosomáticas, dependiendo de la intensidad sentida va a influir:
    – A nivel digestivo, con expresiones como anorexia, bulimia, “bola esofágica”, náuseas, vómitos o diarreas, ante los casos “más leves” de agresividad; a niveles “intermedios”, obesidad y colitis espasmódica; y a niveles “elevados” de agresividad úlceras gastroduodenales y rectocolitis hemorrágica.
    – A nivel cardiovascular con taquicardia, palpitaciones, alteraciones de la presión arterial, a nivel más “superficial”; dolores precondiales, lipotimias, desvanecimientos, distonía vegetativa o trastorno vasosimpático, a nivel “intermedio”, y a niveles altos de agresividad, infartos de miocardio e hipertensión arterial crónica.
    Un elevado nivel de agresividad contenida, además de los efectos psicosomáticos citados, va a afectar a otros órganos, siendo generador de enfermedades como, a nivel respiratorio provocando asma; o en la piel, alergia con manifestaciones de palidez y sonrojo.


    Vídeo Recomendado:

    Las consecuencias de las Enfermedades psicosomáticas, asociadas a altos niveles de ansiedad, debido a la relación del sistema P.N.I.E., es aplicable en el caso de personas con altos niveles de agresividad, ya que van a estar “siempre” dispuestas para la lucha, lo que va a provocar un agotamiento prematuro de los órganos del cuerpo, producido por los niveles de estrés elevados, que con ello facilita la aparición de las enfermedades psicosomáticas. Es por ello, que hay que enseñar a los más pequeños a canalizar correctamente su frustración y agresividad, no sólo porque eso le ayudará a su desarrollo en sociedad, sino porque así se le ayuda a prevenir la aparición de enfermedades psicosomáticas.

    Un reciente estudio realizado por la Universidad Case Western Reserve (EE.UU.), publicado en el 213 en la revista científica Child Abuse & Neglect, analiza la relación de la violencia intrafamiliar con la que luego expresan pequeños entre los 3 y 8 años de edad. Los resultados informan de que los pequeños exhiben más comportamientos agresivos cuando la madre tenía problemas psicológicos y mostraba baja calidez hacia el menor, en cambio, y al contrario de lo que se podría esperar, no encontraron una mayor agresividad entre los menores que vivían en un ambiente con violencia intrafamiliar ni entre los que habían sufrido abusos físicos.

    Ésta agresividad como se ha indicado se puede generar desde pequeño por vivir en un ambiente “inadecuado” e inseguro, pero también ante la ausencia del padre, quien al no poner “límites” va a hacer que el pequeño no refrene sus deseos, lo que va a “chocar de frente” con el “mundo exterior”, que le generará gran frustración que va a exteriorizar a través de la agresividad. Igualmente una figura rigurosa y estricta va a provocar que durante la adolescencia se produzca una respuesta “inversa” con agresividad como forma de “liberarse”.
    Incluso los sentimientos de culpa que para unos es invalidante, “aplanando” su quehacer diario por esa excesiva carga que le “atormenta”, para otros en cambio se convierte en escusa para expresar su agresividad, debido a la frustración que los pensamientos recurrentes le generan sobre su “mal hacer”.
    Realizar una breve mención en éste momento sobre la estrecha relación existente entre la agresividad y la ansiedad, definida ésta segunda, como la preparación para la acción, ya sea de huida o de evitación en el caso de que “venga” un peligro, pero también cuando es la propia persona quien “inicia” la acción.




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