Categoría: Psicología Clínica y Psicoterapia

Temática de la Psicología Clínica

  • ¿Modifica la depresión el cerebro de los pacientes con la enfermedad de Párkinson?

    ¿Modifica la depresión el cerebro de los pacientes con la enfermedad de Párkinson?

    El sufrir una enfermedad crónica tiene importantes consecuencias en el ámbito familiar y social, ya que a medida que la enfermedad va avanzando sus efectos pueden ser cada vez más evidentes, lo que en algunos casos se responde por parte del paciente con un retraimiento social, como por ejemplo en el caso de los pacientes con la enfermedad de Párkinson quienes para no tener que explicar su enfermedad prefieren en muchos casos no exponerse a eventos públicos, retirada de la vida social que perjudica a su red de contactos, los cuales son un factor de protección de la depresión.

    Igualmente, el ver cómo poco a poco va deteriorando su salud y volviéndose más dependiente va a afectar al estado de ánimo del paciente.

    Hay que recordar que la depresión mayor es un problema que lleva asociado cambios en la calidad del sueño, en la alimentación, anhedonia, pero también pensamientos negativos, en algunos casos pensamientos suicidas, es decir, se trata de un problema de salud grave que se suma a la enfermedad crónica del paciente, pero ¿Modifica la depresión el cerebro de los pacientes con la enfermedad de Párkinson?

    Esto es lo que se ha tratado de responder con una investigación realizada desde la Universidad de Toronto (Canadá) junto con el Instituto de Investigación Sanitaria Biocruces; la Fundación Vasca para la Ciencia; la Universidad de Deusto; el Hospital Universitario Cruces; y el Hospital de Galdakao (España) cuyos resultados acaban de ser publicados en la revista científica PJ Parkinson’s Disease.

    En el estudio participaron 161 adultos con edades comprendidas entre los 45 a 75 años, de los cuales 99 sufrían la enfermedad de Párkinson.

    A todos ellos se les administraron el Geriatric Depression Scale (GDS-15) y el Beck Depression Inventory (BDIII) para evaluar sintomatología depresiva; el Montreal Cognitive Assessment (MoCA) y el Mini-mental State Examination (MMSE) para evaluar aspectos cognitivos; a los pacientes con la enfermedad de Párkinson además se les administró el UPDRS III y el Hoehn and Yahr para determinar la gravedad y la fase de la enfermedad respectivamente.

    Los resultados obtenidos se compararon entre los que tenían y no tenían la enfermedad de Párkinson con similares características sociodemográficas, mostrando que la depresión tiene un impacto significativo en las primeras etapas de la enfermedad siendo en la Fase 1 cuando tiene un impacto más negativo sobre el cerebro, observándose una reducción en la actividad neuronal en las áreas somatomotoras, visual, y del ejecutivo central. No teniendo un impacto significativo sobre las vías subcorticales, auditivas o a nivel de cerebelo.

    Es decir, aquellos pacientes que además de la enfermedad de Párkinson en las primeras etapas sufren sintomatología depresiva van a encontrarse con dificultades de pensamientos, de comprensión y expresión del habla además de problemas visuales y de destreza motora, todo ello debido a la depresión y no tanto a la enfermedad de Párkinson.

    Aunque los autores no han entrado a valorar las implicaciones de estos hallazgos, sin duda cabe pensarse que el recibir el diagnóstico y empezar a sufrir los primeros síntomas de la enfermedad van a tener un impacto psicológico y del estado de ánimo importante, ya que se trata de una enfermedad neurodegenerativa que actualmente no tiene cura.

    Es por ello por lo que estos pacientes, sobre todo en las primeras etapas, deberían de recibir el apoyo de un profesional especializado, tal y como tienen los pacientes de cáncer con el psico-oncólogo.

    Este apoyo psicológico buscará evitar que la sintomatología depresiva se convierta en un trastorno de depresión mayor que vaya en detrimento del propio avance de la enfermedad de Párkinson por la afectación a nivel neuronal comentada.

    Diez-Cirarda, M., Gabilondo, I., Ibarretxe-Bilbao, N., Gómez-Esteban, J. C., Kim, J., Lucas-Jiménez, O., Del Pino, R., Peña, J., Ojeda, N., Mihaescu, A., Valli, M., Acera, M. A., Cabrera-Zubizarreta, A., Gómez-Beldarrain, M. A., & Strafella, A. P. (2021). Contributions of sex, depression, and cognition on brain connectivity dynamics in parkinson’s disease. NPJ Parkinson’s Disease, 7(1), 117-117. https://doi.org/10.1038/s41531-021-00257-9

  • ¿Comentarías tu diagnóstico si tuvieses autismo?

    ¿Comentarías tu diagnóstico si tuvieses autismo?

    Si bien desde el sistema educativo se trata de dar respuesta a los alumnos con necesidades educativas especiales como en el caso de los menores con Trastorno del Espectro Autista, cuando estos abandonan el sistema educativo estos pueden llegar a ser «invisibles» ante la sociedad, la cual normalmente no realiza un seguimiento ni atiende a las necesidades de los adultos.
    Si bien hay que indicar que en el autismo existen tres niveles en que se puede clasificar el trastorno según su sintomatología, así se puede diagnosticar como leve, moderado o grave, siendo estos últimos los que mayores necesidades presentan durante toda la vida.
    Si bien actualmente el TEA no tiene cura, en el caso de los diagnosticados como moderado, estos pueden mejorar con la práctica y el entrenamiento adecuado, al igual que le pasa con los leves que pueden llevar una vida «normal».
    A pesar de lo anterior, todavía existe lo que se denomina estigma social, es decir que a las personas por su condición pueden llegar a discriminarla tanto en el ámbito laboral como afectivo, pero ¿confesarías que tienes Autismo?

    Esto es lo que ha tratado de averiguarse desde la Universidad de Nueva Gales del Sur, junto con la Universidad La Trobe y el Centro de Cooperación para la Investigación de la Vida con Autismo (Australia) cuyos resultados han sido recientemente publicados en la revista científica Journal of Autism and Developmental Disorders.
    En la investigación participaron 393 adultos con edades comprendidas entre los 17 a 83 años, a los cuales se les preguntó mediante el Autism-spectrum Quotient-Short (AQ-28) sobre si habían compartido con otros su diagnóstico.
    Los resultados muestran que el 71,6% de los diagnosticados con TEA antes de los 18 años compartió su condición en el ámbito educativo. Mientras que este porcentaje baja al 57,8% en el ámbito universitario, es decir, casi uno de cada dos nunca revela que tiene TEA, mientras que en el ámbito laboral llega al 64,1%.
    El análisis en función del género indicó que los varones son los que están más dispuestos a compartir que tienen TEA frente a las mujeres.
    Entre los motivos indicados por los entrevistados en un análisis cualitativo se extrajo que el principal motivo por el que se revela que se tiene la condición de TEA es para que la sociedad aprenda sobre sus necesidades, además de tratar de reducir el estigma social existente.
    Una vez revelada su condición el 62,2% indican que tuvieron una reacción positiva, recibiendo la atención y ayuda que necesitaba, mejorando sus condiciones laborales en un 31,8% y sociales en un 15,9%.

    Resultados que evidencia que si bien, en la sociedad actual, se ha avanzado mucho en dar visibilidad a otro tipo de problemática, en el caso del autismo no se le ha dado la importancia que se requiere para evitar los efectos de la discriminación social y eso que según algunas investigaciones el número de casos de niños con TEA ha ido en incremento en la última década, aspecto que todavía no está claro si se debe a un incremento en el número de casos, o que las técnicas de detección han mejorado, diagnosticando a niños que con anterioridad no se hacía.
    Sea como fuere, el miedo a revelar la condición de TEA sigue presente en la actualidad, tal y como lo ha mostrado esta investigación, lo que es indicativo de que todavía no se ha «normalizado» la visión de este trastorno y que se siguen produciendo casos de discriminación hacia estas personas.

    Huang, Y., Hwang, Y.I.(., Arnold, S.R.C. et al. Autistic Adults’ Experiences of Diagnosis Disclosure. J Autism Dev Disord (2022). https://bv.unir.net:2133/10.1007/s10803-021-05384-z

  • ¿Son efectivas las terapias psicológicas online?

    ¿Son efectivas las terapias psicológicas online?

    Cada día son más las personas que conocen y se acercan a la psicología a través de los medios electrónicos, ya sea por el ordenador o el smartphone.

    Los motivos de este avance son varios, por parte del profesional, le ayuda a organizar mejor su agenda, sabiendo qué día y horas tiene libre y cuáles debe atender consulta online. En el caso del paciente, evita tener que desplazarse para acudir a consulta, además el horario suele ser más flexible.

    Ventajas para ambos lados a pesar de lo cual todavía existen muchas personas que son reticentes a este tipo de terapia ya que argumentan (tanto por parte de los profesionales como de los pacientes) que hacen perder la relación cara a cara entre terapeuta y paciente, pero ¿Son efectivas las terapias psicológicas online?

    Esto es lo que ha tratado de averiguarse con una investigación realizada conjuntamente desde el Departamento de estudios sociales de la Universidad de Karlstad (Suecia), junto con el Departamento de Psicología de la Universidad de Jyväskylä (Finlandia) cuyos resultados han sido publicados en enero del 2020 por la revista científica Journal of Contextual Behavioral Science.

    En el estudio participaron 74 padres de hijos a su cargo, menores de edad y que padecen una enfermedad crónica (diabetes tipo 1). Sólo se seleccionaron aquellos padres que exhibieron niveles elevados de estrés, ansiedad y sentimiento de estar superado por la situación de salud de su hijo, para lo cual se administró un cuestionario estandarizado al efecto denominado Shirom-Melamed Burnout Questionnaire (SMBQ).

    En la investigación se centran en una terapia cognitiva conductual de tercera generación denominada Terapia de Aceptación y Compromiso, de forma que a la mitad de los padres se le aplicó esta técnica psicológica de manera virtual, mientras la otra mitad no recibió tratamiento alguno.

    https://youtu.be/YP8q_KxTJxc

    La intervención se llevó a cabo durante 10 semanas donde se les enseñaba a los padres a desarrollar estrategias de prevención y manejo del estrés; . Separado en 5 módulos, cada uno de los cuales contenía texto, audios, vídeos, ejercicios, cuestionarios y tareas para ser realizados a través del ordenador.

    Para evaluar la eficacia de la intervención se administró, antes y después, y pasado cuatro meses, los siguientes cuestionarios para la detección de sintomatología depresiva a través del Depression, Anxiety and Stress Scale (DASS-21); sobre la flexibilidad psicológica mediante el  Acceptance and Action Questionnaire (AAQ-II);  el mindfulness mediante el Five-Facet Mindfulness Questionnaire (FFMQ)  y el Cognitive Fusion Questionnaire (CFQ) para la evaluación de las funciones cognitivas.

    Los resultados muestran una eficacia en la intervención en cuanto a la sintomatología depresiva y la sensación de estar superado por la situación de salud de su hijo; no resultando significativa para la reducción de los niveles de estrés y ansiedad en los padres.

    Tal y como afirman los autores, estos resultados vienen a apoyar las escasas investigaciones que tratan de validar los resultados de este tipo de terapia a través de los medios telemáticos, teniendo en cuenta que dicha intervención no ha conseguido todos los objetivos propuestos, por lo que habría que plantearse combinarlo con otras técnicas para la reducción de los niveles de estrés y ansiedad entre los padres, aún siendo administrados de forma telemática.

    Referencia:

    Sairanen, Essi; Lappalainen, Raimo; Lappalainen, Päivi; Hiltunen, Arto (2020). Mediators of change in online acceptance and commitment therapy for psychological symptoms of parents of children with chronic conditions : An investigation of change processes. Journal of Contextual Behavioral Science, 15, 123-130. DOI: 10.1016/j.jcbs.2019.11.010

  • ¿Existen diferencias de género a nivel neuronal en el autismo?

    ¿Existen diferencias de género a nivel neuronal en el autismo?

    Una de las preocupaciones de los padres a la hora de tener descendencia es saber si su hijo va a padecer o no autismo, sobre todo si ya han tenido algún descendiente previo con esta problemática, e incluso la misma preocupación surge cuando han existido antecedentes en otros familiares.
    Igualmente comentar sobre la existencia de diferencias de género recogida en la literatura en cuanto al número de caso, siendo la relación de 2 o 3 casos en varones frente a un caso en mujeres, por tanto, ser mujer parece ser que tiene un efecto “protector” junto con otros factores en el caso del autismo.
    Igualmente, a nivel conductual se han observado diferencias en cuanto a que las mujeres exhiben conductas repetitivas con menor frecuencia y estas son menos graves, pero ¿Existen diferencias de género a nivel neuronal en el autismo?

    Esto es lo que se ha tratado de responder con una investigación realizada desde la División de Neuropsiquiatría, Departamento de Salud de Mujeres y Niños, Centro de Trastornos del Neurodesarrollo y el Departamento de Epidemiología Médica y Bioestadística del Instituto Karolinska, Instituto Karolinska; el Centro de Investigación en Psiquiatría, Servicios de Salud de Estocolmo; el Departamento de Psiquiatría Infantil y Adolescente, Servicios de Salud de Estocolmo (Suecia); junto con el Departamento de Genética humana y funciones cognitivas, Instituto Pasteur; la Universidad Diderot de Paris; el Laboratorio de Psicología del Desarrollo y Educación Infantil, Universidad Paris-Descartes y Universidad Caen (Francia); y la Facultad de Terapia Ocupacional, Trabajo Social y Patología del Habla, Universidad de Curtin (Australia) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Molecular Autism en Diciembre del 2019.
    En el estudio participaron 75 gemelos, 46 de ellos monocigóticos, con edades comprendidas entre los 9 a 24 años, de los cuales 62 eran mujeres, extraídos de una base de datos denominado Child and Adolescent Twin Study in Sweden (CATSS).
    A todos ellos se les administraron una serie de pruebas para determinar la presencia de síntomas de autismo mediante el Autism Diagnostic Observation Schedule-2, el Kiddie Schedule for Affective Disorders and Schizophrenia; el Diagnostic Interview for ADHD in Adults; además de evaluar la inteligencia mediante el Wechsler Intelligence Scales for Children and Adults y la dominacia manual mediante el Edinburgh Handedness Inventory.
    Aunque en la literatura algunos trabajos habían informado de diferencias de género a nivel de la sustancia blanca, y en algunas áreas como las regiones motoras, el estudio se ha centrado en determinar si existen diferencias asociadas a uno de los rasgos más característicos del autismo, los movimientos repetitivos de estos, sabiendo que a nivel conductual se produce con mayor frecuencia e intensidad en varones.
    Específicamente para determinar la frecuencia e intensidad de conductas repetitivas se empleó el Autism Diagnostic Interview-Revised (ADI-R); y para detectar si existían o no diferencias cerebrales se empleó la resonancia magnética funcional.

    Los resultados muestran diferencias significativas a nivel cerebral entre aquellos que tenían una mayor y menor frecuencia e intensidad de conductas repetitivas, específicamente en el aumento del grosor del surco intraparietal derecho y reducción del volumen del giro orbitario derecho, diferencias que únicamente se observaron en mujeres frente a varones.
    Diferencias que los autores señalan que no es posible atribuir únicamente a características del ambiente, sino a un componente genético y heredado.
    Por todo lo anterior, los autores concluyen que, a pesar de la influencia ambiental en la sintomatología del autismo, no es posible descartar el componente genético sobre todo en aquellos síntomas más graves como es el caso de las conductas repetitivas.

    Referencia: van’t Westeinde, A., Cauvet, É., Toro, R. et al. Sex differences in brain structure: a twin study on restricted and repetitive behaviors in twin pairs with and without autism. Molecular Autism 11, 1 (2020) doi:10.1186/s13229-019-0309-x

  • ¿Cuántas personas están afectadas por problemas de salud mental?

    ¿Cuántas personas están afectadas por problemas de salud mental?

    Cuando uno piensa en la salud mental puede creer que es algo que no va a ver en su vida ni va a padecer uno mismo, una situación ajena a la familia e incluso a su círculo de trabajo y amigos.
    Una falsa creencia que trata de combatirse desde las asociaciones de familiares de pacientes con problemas de salud mental, que buscan dar visibilidad a la existencia de esta realidad, tanto para aumentar la conciencia social sobre ello como para que las administraciones públicas dediquen más recursos para su atención.
    Esto es debido a que en muchas ocasiones es la propia familia la que tiene que sufragar los gastos del tratamiento de determinados problemas de salud, a la vez que asistir las veinticuatro horas al paciente mientras se mantenga la patología, sabiendo que en ocasiones es de larga duración.
    Una familia que no sólo se tiene que enfrentar al “drama” de tener un familiar enfermo, sino que han de ajustar y amoldar su realidad a dicho paciente para tratar de ofrecerle la mayor calidad de vida posible, pero ¿Cuántas personas están afectadas por problemas de salud mental?

    Esto es lo que se ha tratado de responder con un informe emitido en octubre del 2019 desde el Gobierno de Australia basado en el Intergenerational Health and Mental Health Study donde se detalla la realidad de los problemas de salud mental en dicho país.
    Realizando una comparativa a nivel mundial y con datos del Institute for Health Metrics and Evaluation sobre 20 países desarrollados de la OCDE, Australia es el segundo país después de Nueva Zelanda en incidencia de problemas de salud mental, seguido de Estados Unidos y Noruega, estando en el extremo contrario, es decir entre los que tienen una menor incidencia de problemas de salud mental Israel, Singapur y Japón.

    Con respecto a la edad donde existe una mayor prevalencia, esta se da entre los 16 a 25 años, lo que va a tener una incidencia directa sobre el desempeño educativo y el posterior desarrollo socioeconómico.

    https://youtu.be/BscDgG8MTfg

    Sobre la gravedad de los afectados, se estima que el 3,1% de la población tiene un problema de salud grave; el 4,6% moderado y el 9% leve; estando el 23,1% en riesgo de padecer un problema de salud mental.

    Entre el perfil de los afectados, se estima que el 50% en algún momento han estado sin hogar; casi el 20% no tienen estudios; el 40% han pasado por la cárcel y el 30% están desempleados.

    Por último este informe identifica los problemas de salud mental más frecuentes en los últimos doce meses en el país, así el caso más común son los problemas de ansiedad que afecta al 14% de los adultos; desórdenes de la alimentación a un 9%; problemas de personalidad a un 7%; desórdenes del estado de ánimo a un 6%; problemas de abuso de sustancias a un 5%; problemas de conducta a un 2% en la infancia y adolescencia; y problemas psicóticos a un 0,5% de los adultos.
    Con ello el gobierno de Australia quiere dar visibilidad a la realidad de la salud mental, ya que basado en estos datos se pueden implementar políticas encaminadas a la detección e intervención temprana, además de establecer recursos para tener personal especializado en su tratamiento.

  • T.D.A.H. y Dificultades del Sueño

    T.D.A.H. y Dificultades del Sueño

    A continuación comparto la entrevista realizada a la Dra. Denise Medici (Cerebrosactivos.com), quien va a impartir una conferencia el 13 de septiembre a las 18:00 horas Auditorio Hospital VITHAS NISA 9 de octubre (Valencia) bajo el título: ¿Cómo duermen los niños y adolescentes con diagnóstico en Trastorno por Déficit de Atención/Hiperactividad (TDAH)? ¿Dificultades puntuales en el sueño o anécdotas aisladas?

    -¿Cuál es la relación entre TDAH y las dificultades de sueño?
    Desde hace unos años, la investigación está demostrando una asociación entre el diagnóstico en TDAH y las dificultades de sueño, pero estas dificultades comunes entre los niños con TDAH, pueden contribuir a la disfunción cognitiva y conductual. Por lo tanto, es un desafío determinar si la disfunción neuro-conductual debe atribuirse a los síntomas del TDAH, a los trastornos del sueño o a ambos.

    -¿Qué dificultad en el sueño es más frecuente en el diagnóstico en TDAH?
    Las dificultades en el sueño más frecuentes en el diagnóstico en TDAH en niños y adolescentes es las apneas obstructivas del sueño (OSA en su sigla en inglés) con una prevalencia del 25-30%, el síndrome de piernas inquietas (RLS en su sigla en inglés) con una prevalencia de un 40% y el insomnio representa una proporción de un 70% en los denominados trastornos en el ritmo circadiano. OSA y RLS deben ser descartados antes de diagnosticar y/o tratar un TDAH.

    -¿A partir de qué edad pueden aparecer las dificultades de sueño en el niño con diagnóstico en TDAH?
    Las dificultades de sueño en el niño con diagnóstico en TDAH pueden estar presentes desde la primera infancia e incluso cuando era un bebé. Es significativa la disminución de la duración del sueño en niños en comparación con los centiles normativos en niños de 3 a 5 años y es un predictor de un posterior diagnóstico en TDAH.

    -¿Existen características diferenciales del sueño entre niños y adolescentes con diagnóstico en TDAH?
    Los niños y adolescentes con diagnóstico en TDAH reúnen las mismas características en cuando a los posibles factores precipitantes y perpetuantes, la diferencia radica en que a medida que van creciendo y entran en la pubertad y adolescencia, la profilaxis del sueño resulta más difícil de ser aplicada y ejercitada.

    -¿Cómo se tratan las dificultades de sueño cuando está presente el TDAH?
    No se llevará a cabo ningún tratamiento en un niño con TDAH y dificultades en el sueño hasta haberse reconducido con intervención profiláctica sobre las costumbres o dinámica familiar para que no comprometa el horario y el buen descanso nocturno y también, haberse descartado una base orgánica evidente como son las hipertrofias adenoideas y/o amigdalinas. Finalmente, un estudio neurofisiológico, actigrafía y/o polisomnografía, colaborará en el diagnóstico y se planteará un tratamiento.

    -¿Tiene alguna incidencia sobre el sueño un tratamiento farmacológico empleado en el TDAH?
    Es primer lugar es importante recalcar que las dificultades en el sueño suelen estar presentes en niños y adolescentes cuyo diagnóstico en TDAH reúne varias comorbilidades, por lo tanto, la medicación no sería el problema, sino la gravedad en estos casos y la amplia heterogeneidad donde no siempre y todos los psicoestimulantes (metifenidato) y los no psicoestimulantes (atomoxetina, guanfacine), mejoran o afectan el descanso nocturno.

    -¿La eficacia de la intervención en el sueño entre quienes están diagnosticados de TDAH?
    La intervención precoz en psico-educativa y la higiene del sueño en niños, demuestra luego de unos meses, una evidente mejoría en la sintomatología cognitiva y conductual. La intervención de tipo cognitivo-conductual demuestra una reducción en la severidad de la disomnias, es decir, en los trastornos primarios de inicio o mantenimiento del sueño. Y finalmente, la melatonina es un tratamiento efectivo y seguro independientemente del género, la edad y las comorbilidades.

    Para saber más puede acudir a la conferencia titulada «¿Cómo duermen los niños y adolescentes con diagnóstico en Trastorno por Déficit de Atención/Hiperactividad (TDAH)? ¿Dificultades puntuales en el sueño o anécdotas aisladas?» que se celebrará el próximo el 13 de septiembre a las 18:00 horas Auditorio Hospital VITHAS NISA 9 de octubre (Valencia).

    Desde aquí mi agradecimiento a la Dra. Denise Medici por habernos ofrecido esta información novedosa con respecto a los problemas de sueño asociados al T.D.A.H.

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