Categoría: Blog de Articulos con Novedades de Neurociencias

  • ¿Qué dice la cara de ti?

    ¿Qué dice la cara de ti?


    La cara es nuestra mejor tarjeta de presentación, ¿Qué dice de nosotros?, en el siguiente artículo se analliza cómo las emociones quedan reflejado en él.

    La cara, el reflejo del alma

    La cara, y su gesticulación se ha convertido en un importante elemento que nos sirve tanto para expresar emociones como para identificarlas en el otro, tal es así que los bebés prestan más atención a los rostros que a cualquier otro estímulo, por lo que podemos afirmar que estamos predispuestos a analizar caras.
    Nuestra cara tiene más de treinta músculos que se controlan mediante nervios craneales como el facial, el oculomotor, el troclear, o el trigémino, de donde recibe información propioceptiva el cerebro que le sirve para identificar sus propias emociones a la vez que activa la musculatura para expresarlas.
    Aunque se han identificado algunos patrones sobre la expresión de las emociones, parece que existe un alto componente de aprendizaje social en las mismas, ya que según los estudios multiculturales, según en qué región del mundo nos encontremos la misma emoción se puede expresar de una forma u otra, a pesar de lo cual casi todos reconoceríamos estos rasgos:
    – Cierre de cejas, curvándolas y elevándolas , piel estirada bajo los ojos, arrugas horizontales en la frente, párpados y mandíbula abierta, ante una sorpresa.
    – Cejas cerradas contraídas, arrugas en el centro de la frente, párpado superior abierto, boca y labios abiertos o tensos, para el miedo.
    – Labio superior elevado, mejillas levantadas, cejas bajas, nariz arrugada, para el disgusto.
    – Cajas bajadas y contraídas sobre sí, párpado interior tenso, labios apretados, lineas verticales en las cejas, para la cólera.
    – Comisura hacia atrás y arriba, mejillas levantadas, arrugas bajo el párpado inferior, arruga de “pata de gallo”, pliegue naso-labial, para la felicidad.
    – Ojos hacia arriba, comisura de labios inclinada hacia abajo, angulo de los párpados superiores levantados, para la tristeza.



    ¿Cómo influye nuestro rostro en otros?

    Basado en que los miembros de una misma sociedad comparten rasgos claramente identificativos en cuanto a su expresividad de las emociones a través de la cara, se han desarrollado una serie de técnicas que automatizan éste proceso, pudiendo detectar cualquier emoción simplemente con una imagen de la cara de la persona. A estas técnicas se han denominado, técnicas de reconocimiento automático de emociones.
    Una capacidad, la de identificar las emociones en los rostros de los demás que desarrollamos desde los primeros momentos gracias al desarrollo de la capacidad de imitación de los bebé. Habilidad que lejos de ser estable en el tiempo va decreciendo con la edad, al menos así lo ha demostrado un recientemente publicado en el Psychological Science realizado por Max Planck Institute for Human Development de Alemania.
    El estudio inicia con una comprobación de los resultados previos, en que se observa cómo los hombres tienen mayores dificultades que las mujeres en el reconocimiento de emociones en el «otro», necesitando para ello mayor tiempo de exposición a la cara emocional a identificar antes de poder dar una respuesta correcta. Igualmente se constató cómo las personas mayores tienen mayor dificultad que los jóvenes en analizar las emociones de sus semejantes.

    El estudio realizado a 100 parejas en dos grupos de edad, entre los 20 y 30 (grupo de jóvenes) y entre los 70 y 80 (grupo de ancianos) en el que se observó cómo se comportaban y si eran capaces de identificar las emociones de sus parejas, observando un resultado similar en ambos grupos. Ésta aparente mejoría, ya que antes el grupo de ancianos tenían peores resultados, se explica debido a que la experiencia previa acumulada, dada por la convivencia de pareja hace que existan otras señales que se utiicen para conocer qué es lo que está sintiendo más alla de la expresión de su cara.


    Igualmente y también dentro de la búsqueda de características identificativas de las emociones, se han desarrollado técnicas de búsqueda de patrones de voz, donde se ha comprobado cómo se producen “distorsiones” en nuestra producción verbal cuando estamos sometidos a determinadas emociones como al estrés, pudiendo de ésta forma complementar los resultados del estudio de nuestra expresión facial.

  • La química de las emociones

    La química de las emociones






    Neurohormonas y Emociones: Comprendiendo el Cerebro


    Neurohormonas y Emociones: Comprendiendo el Cerebro

    Comprendiendo al cerebro

    El cerebro utiliza tanto conexiones eléctricas como químicas para funcionar. Las neurohormonas, sustancias químicas que actúan en diferentes áreas del cerebro, juegan un papel clave en la regulación de las emociones y comportamientos. A través de una compleja red de conexiones, estas sustancias afectan la forma en que percibimos y expresamos nuestras emociones, lo que impacta directamente en nuestro bienestar general.

    Principales Neurohormonas

    Dopamina

    La dopamina es fundamental en los sistemas de recompensa del cerebro. Está asociada al placer, la motivación y el deseo sexual, y su activación en el sistema nervioso simpático es crucial para el aprendizaje basado en recompensas.

    La dopamina es producida en el área tegmental ventral y proyecta hacia varias estructuras, como el núcleo accumbens, la amígdala y el córtex prefrontal. Cuando los niveles son altos, la persona experimenta motivación, euforia y mayor energía. Sin embargo, la falta de dopamina se ha relacionado con trastornos como el Párkinson y la depresión.



    Oxitocina

    Conocida como la «hormona del amor», la oxitocina es crucial para la creación de vínculos afectivos y la regulación de la conducta maternal y sexual.

    La oxitocina es producida en el hipotálamo y se libera a la hipófisis antes de ingresar al torrente sanguíneo. Participa en la formación de lazos emocionales, la empatía y en la reducción del estrés. También se ha investigado su papel en el tratamiento de trastornos como el autismo y la ansiedad social.



    Adrenalina

    La adrenalina prepara al cuerpo para enfrentar situaciones de «lucha o huida», aumentando la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

    Es liberada por las glándulas suprarrenales en respuesta al estrés. Los niveles elevados de adrenalina pueden causar ansiedad y problemas de sueño. Sin embargo, en situaciones controladas, puede mejorar la concentración y el rendimiento físico.



    Noradrenalina

    Implicada en la atención, el aprendizaje y la sensibilidad emocional. Actúa modulando la respuesta del sistema nervioso autónomo.

    Se produce en el locus coeruleus y afecta la excitación y la vigilancia. Niveles elevados están relacionados con la hipervigilancia y el estrés crónico, mientras que niveles bajos pueden afectar negativamente la motivación y la atención.



    Serotonina

    Juega un papel crucial en la regulación del apetito, el sueño y el estado de ánimo, siendo conocida por sus efectos calmantes.

    Producida en los núcleos del rafe, la serotonina influye en la estabilidad emocional. Una deficiencia de serotonina puede causar depresión, ansiedad y trastornos obsesivo-compulsivos (TOC). El uso de antidepresivos como los ISRS ayuda a elevar los niveles de serotonina en el cerebro.



    Acetilcolina

    Neurotransmisor clave para el aprendizaje y la memoria, facilitando la comunicación entre neuronas en el hipocampo y la corteza cerebral.

    Niveles altos mejoran la retención de memoria y la capacidad de aprendizaje. Su disminución está asociada con enfermedades neurodegenerativas, como el Alzhéimer, en las cuales la pérdida de acetilcolina contribuye a la deterioro cognitivo.



    GABA

    El ácido gamma-aminobutírico (GABA) es un neurotransmisor inhibidor que contribuye a la relajación y la reducción del estrés.

    GABA disminuye la actividad neuronal, promoviendo el sueño y la sedación. La falta de GABA se asocia con trastornos de ansiedad, insomnio y ataques de pánico. Los fármacos ansiolíticos, como las benzodiacepinas, aumentan la acción de GABA para tratar estos problemas.



    Endorfinas

    Las endorfinas actúan como analgésicos naturales, modulando la percepción del dolor y generando sensación de bienestar.

    Se liberan durante el ejercicio físico, la risa y otras actividades placenteras. La ausencia de endorfinas puede aumentar la sensibilidad al dolor y reducir la capacidad para disfrutar de la vida. También juegan un papel en la regulación del apetito y el ciclo menstrual.



    🎥 Vídeo Recomendado: Neurotransmisores



  • ¿Existe un cerebro emocional?

    ¿Existe un cerebro emocional?

    El mundo emocional forma parte fundamental de nuestra vida, y se procesa de forma diferencial al resto de los estímulos, descubre dónde.
    Existe un componente “primitivo” que nos hace actuar de forma instintiva, sin pensar ni tener en cuenta, la moral, ni el bagaje cultural aprendido, estas son las emociones.
    Cuando pensamos en emociones, podemos hacerlo rápidamente en las más básicas y universales, el amor, el odio, la tristeza o el miedo, de hecho han sido muchos los que han intentado catalogarlas, buscando la clasificación más simple, agrupándolas todas en cuatro, y hay hasta quien ha llegado a recoger después de mucho trabajo más de cien emociones diferentes, las cuales no son sino combinaciones, matices sutiles y diferencias de intensidad o duración de las cuatro iniciales.
    Las emociones si por algo se caracterizan, es por ese componente de irracionalidad que roza lo instintivo, nadie se enamora preparando una ecuación, ni decide tener miedo a las alturas; son acontecimientos que suceden como si la persona tuviese dos realidades:
    – La racional y ordenada, lo que en palabras del psicoanálisis equivaldría al Ello, una parte de nuestra personalidad que acata y cumple con lo que se espera de ella, acorde a las normas sociales y la moral del momento.
    – Las emociones son instintivas e imprevisibles y llegan a dominar la voluntad de la persona, que en palabras de Freud equivaldría al Yo, y sería esa faceta de la personalidad la que nos lleva a querer, desear, buscar y conseguir lo que en cada momento se nos “antoja”.
    Y en medio de los dos, como si se tratase de un juez, el Superyo, encargado de evaluar y sopesar las influencias del Yo y el Ello, y de decidir en cada momento a cuál de los dos se le hace más caso.
    Algunos autores han querido equiparar a ese “juez central” con el prefrontal, ya que realiza una función “parecida”, el de ser quien toma las decisiones e inicia la acción. Otros ven en éste área la “mente racional” que sigue las indicaciones de la cultura en la que vive, equiparándolo al Ello, pero ¿Dónde está el Yo?, es decir nuestra parte instintiva o emocional.
    MacLean (1949) planteaba la evolución del cerebro en tres grandes etapas, el reptiliano, paleomamífero y el neomamífero; siendo el segundo (donde aparece el sistema límbico) el responsable del procesamiento emocional, lo que indicaría que este sistema emocional es anterior al prefrontal, y justificaría sus cualidades en el procesamiento de estímulos afectivos.



    Pero cuando hablamos de emociones normalmente lo hacemos refiriéndonos a un concepto unitario. Según Lang, Bradley y Cuthbert (1997a) las emociones están compuestas por tres dimensiones, la valencia, el arousal y el dominio:
    – La dimensión valencia, haría referencia a la calidad de estímulo en su componente placentero o displacentero (positivo o negativo).
    – La dimensión nivel de activación (arousal), se refiere a la intensidad o excitabilidad provocada por estímulo definido como activante o relajante (alto o bajo arousal).
    – La dimensión dominancia, hace referencia a la fuerza de sumisión o dominancia que provoca el estímulo.
    En la dimensión de valencia, es decir, la dicotomía estímulo positivo vs. estímulo negativo, estos estímulos parecen procesarse de forma distinta, reportándose una mayor activación de la amígdala ante estímulos emocionales negativos, mientas que en regiones frontales la activación resulta mayor ante la exposición a estímulos positivos. Esta diferencia entre el procesamiento de estímulos positivos frente a negativos, se observa también en el impacto que tiene cada uno en las tareas atencionales, existiendo un claro sesgo de negatividad, por el cual los estímulos negativos tienen mayor impacto atencional que los positivos.
    Con respecto a las bases neuronales de la actividad emocional, las áreas que tienen mayor implicación en el procesamiento de las emociones son las subcorticales (amígdala y ganglios basales) y algunas áreas corticales, principalmente la corteza prefrontal, la corteza temporal y cingulada .

    Respecto a la localización del procesamiento de los estímulos positivos frente a los negativos, no se ha llegado todavía a un consenso, así algunos autores defienden que la activación hemisférica se produce por igual ante los estímulos positivos y negativos. Davidson (1984) propuso un modelo de distribución hemisférica del procesamiento de estímulos afectivos según el cual, el lóbulo temporal derecho procesaría los estímulos negativos, mientras el izquierdo procesaría los positivos.
    Completando lo anterior, Heller (1993) postuló la existencia de un área cerebral más amplia (parieto-temporal) como la responsable de analizar el componente de la activación (arousal) de los estímulos; así las zonas frontales anteriores estarían implicadas en el procesamiento de la valencia y la experiencia emocional, mientras que las zonas posteriores lo serían del componente arosual y de los aspectos perceptuales de las emociones.

  • El peligro de la hipertensión arterial

    El peligro de la hipertensión arterial


    Resumen: La hipertensión es un signo de que algo no está funcionando bien en nuestro organismo, pero ¿Cuáles son sus causas?, y ¿Cómo se trata?

    La presión arterial

    La presión arterial se define como la fuerza con la que la sangre choca con las paredes de las arterias, dado por el incesante bombeo de sangre proveniente del corazón. La Hipertensión, tal y como indica su nombre, se trata de niveles anormalmente altos de presión arterial.
    La importancia de ésta medida, es que una cantidad demasiado alta, podría estar indicando posibles problemas circulatorios en un futuro, debido a la mayor presión sobre el sistema y con ello, más posibilidades de que aparezcan lesiones en alguno de sus conductos, pudiendo provocar accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos, insuficiencia cardíaca, enfermedad renal e incluso la muerte temprana.

    La presión o tensión arterial se mide gracias a un tensiómetro o manómetro, que indica por dos medidas, la correspondiente a la contracción del corazón (sístole) y la de la relajación (diástole); siendo una medida normal entre 120 y 80 respectivamente; se considera prehipertensión cuando estas cantidades suben hasta 140 o 90, cuando llegan a ésta cantidad o la superan se denomina hipertensión.

    Existen dos tipos de hipertensión, la primaria o esencial y la secundaria, la primera, que es más común, está relacionada con el sobrepeso, la diabetes, estados ansiosos, y la ingesta de sal, alcohol o tabaco. Mientras que la secundaria, es producto de otros “achaques” que afectan a la salud, tal como enfermedades renales, trastornos del sistema endocrino, problemas congénitos o yatrogénia.
    Hay que tener en cuenta que la presión arterial aumenta con la edad, debido a la pérdida de la elasticidad de las arterias con el paso del tiempo; igualmente la presión no es estable a lo largo del día, sino que varía de hora en hora y en función de la actividad que estemos desempeñando.
    El Tratamiento de los problemas relacionados con la presión arterial se centra en tres aspectos:
    – Hábitos saludables de vida, entre los que se incluye la pérdida de peso en las personas que sufren de obesidad, ejercicios moderados, dieta de fruta, abandonar el alcohol, el tabaco, café, sal y alimentos ricos en grasas saturadas y colesterol.
    – Intervención farmacológica con diuréticos, beta bloqueadores o bloqueantes de canales de calcio.
    – Intervención psicológica, orientada principalmente a combatir las situaciones de estrés diario y a la consolidación de hábitos saludables de vida.


    https://youtu.be/BYjZFotp_54

    La hipertensión

    Desde la Perspectiva psicosomática, las personas hipertensas están más relacionadas con la hostilidad contenida, que con la ansiedad, empeñadas en luchar contra sus sentimientos agresivos que es incapaz de expresar, sintiéndose siempre amenazada y dispuesta a defenderse, viviendo una situación de atención crónica. Además estas personas van a estar caracterizadas por una escasa valoración de sí mismos, con elevada ambición, miedo constante de no alcanzar sus metas, tendencia a la perfección, y a adquirir responsabilidades. A pesar de su hostilidad, propiciada por ceder hacia los deseos de los demás, como forma de alcanzar los suyos propios y conseguir aceptación social, no es capaz de expresar ésta agresividad, mostrándose comprensivo y afable.


    Personalidad e Hipertensión

    Con respecto al Tipo de personalidad más habitual en éstos pacientes, se suele presentar tanto en la Personalidad tipo A como en la Personalidad tipo D:
    – La personalidad tipo A está relacionado con problemas coronarios, asociados a la agresividad y la competitividad.
    – La Personalidad tipo D está más relacionado con la probabilidad de sufrir trastornos del estado de ánimo, como depresión y ansiedad. Además estas personas se muestran hiperactivas, debido a una excesiva autoexigencia motivada por su baja autoestima, mostrando altos niveles de alexitimia.
    Sus rasgos de inhibición emocional de la Personalidad tipo D, podrían asemejarse con los de la Personalidad tipo C, donde también aparece un constante autocontrol, con falta de asertividad, con dificultad de expresar las emociones negativas. Pero en éste caso, en la Personalidad tipo C se dan además una excesiva aparición de expresividad de sentimientos positivos, para “compensar” a los negativos, mostrándose amoroso, solidario, amable y carente de problemas. Pero además se muestra pasivo, introvertido, obsesivo, con dificultad de iniciar nuevas relaciones sociales o de asumir cambios en su vida cotidiana, inconformista con sus propios logros, deseando el de los demás, complaciente e inseguro y propenso a sufrir depresiones.
    Como vemos es cuestión de matices, la diferencia entre ambos tipos de personalidad, pero esos rasgos distintivos son los que van a hacer reaccionar de forma diferente al organismo, así las personas con Personalidad tipo C son más propensas a sufrir reumas, infecciones, alergias, afecciones cutáneas y cáncer. Mientras que las pErsonas tipo D van a ser más propensas de sufrir trastornos del estado de ánimo, como depresión y ansiedad, úlceras pépticas y trastornos vasculares, como hipertensión, cardiopatías isquémicas o arritmias, con mayor riesgo a padecer infartos de miocardio.

  • La jaqueca: ¿Por qué me duele la cabeza?

    La jaqueca: ¿Por qué me duele la cabeza?

    Quien ha sufrido una jaqueca sabe lo incapacitante que puede llegar a ser un dolor agudo e intenso, descubre todas las claves sobre qué es y cómo se trata.
    La Jaqueca también conocida como hemicránea o migraña, es una afección de la cabeza caracterizada por un dolor intenso que puede llegar a ser incapacitante de duración entre 6 a 48 horas. Éste dolor se debe de distinguir de otros con sintomatología parecida, como las cefaleas.
    Además del síntoma principal de dolor, puede ir acompañado por otros, como trastornos visuales, entumecimiento, nauseas, vómito o fotofobia (sensibilidad a la luz).
    En ocasiones, antes de que aparezca la jaqueca, se suele dar un fenómeno denominado Aura, consistente en un conjunto de síntomas como la alteración en la visión, dificultad para concentrarse, náuseas o entorpecimiento del habla, que sirve como “aviso” de que la jaqueca va a presentarse a continuación.
    La jaqueca es una actividad anormal del cerebro con base genética, donde el estrés y otros estimulantes, como el tabaco, el café, los ruidos fuertes o las luces brillantes juega un papel fundamental en su desencadenamiento.
    Existen distintos tratamientos en función del momento de la intervención:
    * Previo a la aparición de la jaqueca, como medida preventiva:
    – Llevar a cabo una vida lo más saludablemente posible evitando los estimulantes, y el resto de factores desencadenantes. Dormir aproximadamente ocho horas y hacer ejercicio moderado con regularidad.
    – Intervención farmacológica para tratar un problema crónico instaurado, con el objetivo de reducir la aparición de ataques a lo largo de la semana, para ello se emplean betabloqueantes, anticonvulsionantes, antidepresivos tricíclicos o bloqueadores de canales de calcio.
    * Cuando se ha producido la jaqueca, en estado agudo,
    – Intervención farmacológica, a través de antiinflamatorios no esteroides; triptantes; ergotamina.

    Vídeo Recomendado: Dolores de cabeza – ¿Qué es la cefalea tensional y la migraña? – Causas y síntomas

    Igualmente y acompañando al tratamiento farmacológico, es conveniente aplicar una serie de Técnicas psicológicas orientadas a controlar situaciones que generen altos niveles de ansiedad, así como las orientadas al manejo del estrés, como:
    Técnica de relajación muscular, para controlar la ansiedad desencadenante de las jaquecas, ya sea la relajación muscular progresiva de Jacokson, entrenamiento autógeno, biofeedback, o de visualización de imágenes mentales.
    Técnica de restructuración cognitiva, donde se combaten los pensamientos inadecuados asociados que pueden desencadenar o mantener las migrañas.
    Técnicas de modificación de conducta, para instaurar las conductas saludables y reducir o eliminar aquellas que sean estimulantes para su aparición.
    Técnicas de gestión del estrés, para aprender a manejar las situaciones percibidas como amenazantes, teniendo herramientas para su correcto manejo, empleando entrenamiento en autoafirmación o el rol play.
    Además del papel de las situaciones de estrés, como desencadenantes de las jaquecas, han sido varias las aportaciones teóricas, principalmente desde la orientación psicoanalítica.
    Desde la perspectiva de la Personalidad de los que sufren la neurodistonía migranoide (jaqueca), Juan Rof Carballo, define a estos pacientes como obsesivos-compulsivos, caracterizados por una personalidad ambiciosa, meticulosa, con tendencia al perfeccionismo, con rigidez de pensamiento, pulcritud, e intolerancia al desorden, a lo inacabado o a la imperfección. Donde las jaquecas se producen ante situaciones que le provocan frustración de sus ideas obsesivas. Igualmente existe un componente depresivo importante que se manifiesta en los síntomas que acompañan a la jaqueca, como búsqueda de la soledad, evitando la luz o el ruido.

    Para Alexander, de la Escuela psicoanalítica de Chicago, las enfermedades psicosomáticas se producen por conflictos psíquicos, existiendo dos grandes grupos de éstas enfermedades, aquellas provenientes de tensiones agresivas reprimidas (hipertensión, migrañas y algunos tipos de diabetes) y las que provienen de la pasividad. Describiendo a los pacientes que sufrían jaquecas como perfeccionistas, delicados y tímidos en su niñez, obedientes y con rasgos de terquedad e inflexibilidad, dotados de un alto sentido de la justicia. En la vida adulta se acentúan estos rasgos, convirtiéndose en ambiciosos, necesitados de éxito, con un continuo afán de superación, constante, minucioso y perfeccionista. Unido todo ello con rasgos obsesivos como ser testarudo, maniático del orden, inflexible y resentido.
    Frommreichmann, también de la Escuela de Chicago, destaca además el papel de la hostilidad reprimida e inconsciente, dirigida hacia las personas queridas e importantes en su vida, lo que le genera un sentimiento de culpabilidad, energía que se introduce proyectando su odio sobre sí mismo, mediante una crisis de auto-castigo que provoca las jaquecas.

  • Colitis Espástica

    Colitis Espástica

    Colitis Espástica y la aproximación Psicosomática
    La influencia de los aspectos psicológicos en nuestra vida, es evidente.

    Estas marcan nuestro desarrollo personal y las relaciones sociales que establecemos, pero también va a jugar un papel importante en cómo surgen y evolucionan determinadas enfermedades, entre ellas la colitis espástica, también conocida como colon irritable, síndrome de intestino irritable o colitis nerviosa (por su relación directa con el estrés). Se trata de un trastorno funcional del intestino grueso (colon), y suele ser considerada como la primera causa de consulta del gastroenterólogo (especialista del aparato digestivo).
    El colon es la última porción del aparato digestivo encargada de extraer agua, sal y vitaminas del quimo (bolo alimenticio) antes de que éste sea expulsado del organismo. La colitis espática es una alteración crónica en el ritmo de funcionamiento del órgano, sin que haya alteración morfológica, metabólica ni infección vírica.
    Ya vimos en el artículo titulado Cronobiología: La Ciencia del Tiempo;  cómo funciona el reloj interno y los ciclos biológicos del organismo, pues bien, el intestino grueso se rige por su propio ritmo, que proporciona movilidad al bolo alimenticio, para dirigirlo a ser expulsado del organismo. Cuando éste ritmo interno se desajusta, se producen movimientos desordenados que pueden provocar espasmos y contracciones fuertes con dolor, de ahí el nombre de colitis espástica. Los movimientos desordenados pueden ser con mayor velocidad, generando diarreas o más lentamente, generando estreñimiento.
    Éste ritmo interno está interrelacionado con las hormonas, de forma que en algunas mujeres, se ve alterado durante los ciclos menstruales o durante el embarazo. Además tiene una estrecha relación con el estrés y algunas alteraciones psiquiátricas, jugando el estrés un papel predominante en el incremento de los síntomas, tal y como lo hacen determinados alimentos como lácteos, legumbres, además de tabaco, alcohol o café.
    Entre los síntomas de la colitis espástica están el dolor, distensión abdominal y alteración del ritmo intestinal, que se acaba de mencionar. Con respecto al dolor, éste suele ser difuso y punzante, de intensidad leve o moderada; y suele producirse transcurrida una o dos horas después comer, y disminuye tras evacuar.
    Igualmente los pacientes suelen tener intestino hipersensible de forma que experimentan más intensamente las sensaciones de dolor de esa zona.



    Hay que llevar a cabo un estudio del historial clínico del paciente antes de establecer un diagnóstico claro, que se suele realizar por exclusión, pues estos síntomas pueden presentarse también debidos a otras alteraciones, como colitis infecciosas, parasitarias o provocados por pólipos.
    Como se ha indicado anteriormente, la causa está más relacionada con factores psicológicos que con cualquier otra explicación orgánica o vírica, de ahí que el principal tratamiento aplicado sea desde la psicología clínica mediante psicoterapia específica, así como sugerencias sobre:
    – Abandono de alimentos que puedan provocar irritación o de otros estimulantes como alcohol, tabaco o café.
    – Incorporación de hábitos saludables contra el sedentarismo.
    – Incorporación a la dieta de fibra (frutas, verduras, cereales,…).
    Cuando sea recomendable, se pueden recetar algunos medicamentos antiespasmódicos, antidiarreicos o laxantes, para evitar los espasmos y ayudar a regular el movimiento intestinal adecuadamente.
    Desde la Perspectiva psicosomática, se presta especial atención a la relación que se establece entre médico-paciente, pues se ha comprobado que cuando se crea una buena relación de confianza entre ambos, se consigue una reducción significativa de la visitas al especialista.
    Igualmente queda establecida la relación anatómico funcional, entre el sistema digestivo y el cerebro a través del sistema simpático y del parasimpático. El primero de ellos, se pone en marcha ante la presencia de la activación del eje hipotálamo hipófiso adrenal, y tiene como consecuencia entre otras, que ante situaciones de estrés, se detiene la actividad digestiva; al contrario, en situaciones de relajación se recupera dicha actividad (con el sistema parasimpático).
    Basada en ésta relación entre el cerebro y el sistema digestivo, es en lo que se establece por exclusión el diagnóstico de colitis espástica debido al estrés, que como ya se sabe no sólo depende del agente externo o interno que lo provoque sino también de cómo se vivencia esa situación por la persona.
    Así un mantenimiento a medio o largo plazo de una vivencia de estrés, va a provocar graves alteraciones en el organismo, entre ellas, se puede producir un desorden en el ritmo o reloj interno del colon.




  • Este sitio web utiliza cookies para mejorar la experiencia del usuario y ofrecer servicios personalizados. Al continuar navegando en este sitio, aceptas el uso de cookies. Puedes obtener más información y configurar tus preferencias en nuestra   Política del Sitio.

    error: Content is protected !!