Autor: Dr. Juan Moisés de la Serna

  • ¿Influyen los pensamientos en la calidad de vida?

    ¿Influyen los pensamientos en la calidad de vida?


    Si bien nuestros pensamientos pueden llegar a modular cómo nos sentimos en un momento determinado, esto puede afectar en mayor medida cuando se sufre un trastorno como el bipolar.

    Sobre el Trastorno Bipolar

    El trastorno bipolar está caracterizad por cambios frecuentes de humor, en lo que se conoce como episodios maníacos seguidos o no de episodios depresivos.
    Estos cambios de humor van a ir acompañado de cambios en la forma de pensar e incluso de «ser» de la persona, dando como consecuencia un comportamiento distinto en cada caso.
    En el episodio maníaco los pensamientos de grandilocuencia e invulnerabilidad se mezclan con el de una «claridad» de pensamiento que le hace creer «comprender todo».
    En el caso de los episodios depresivos, la intrusión de pensamientos suelen ser del tipo ruina o inutilidad, donde la persona se infravalora y piensa que «no sirve para nada».
    Y todo ello se va sucediendo en un relativo corto espacio de tiempo, de forma que en la misma semana se pueden tener esos grandilocuentes pensamientos seguidos de pensamientos de inutilidad, pero ¿Influyen los pensamientos en la calidad de vida?


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    Pensamientos en el Trastorno Bipolar

    Esto es lo que se ha tratado de averiguar con una investigación desde la School of Nursing, Southern Medical University (China) cuyos resultados se acaban de publicar en la revista científica Psychiatry Research.
    En el estudio participaron doscientos quince adultos entre 16 a 60 años, de los cuales cien sufrían trastorno bipolar perteneciendo el resto al grupo control.
    A todos ellos se les pasó por una serie de prueba como el Hamilton Depression Rating Scale (HAMD) para evaluar la presencia de sintomatología depresivas, y el Bech-Rafaelsen Mania Rating Scale (BRMS) para determinar la presencia de manías.
    Complementando los anteriores también se les administró el Cognitive Complaints in Bipolar DDisorder Rating Assessment (COBRA) para comprobar la presencia de pensamientos intrusivos; el Montreal Cognitive Assessment scale (MoCA) para analizar su cognición y el Brief version of Quality of Life in Bipolar Disorder (Bref QOL.BD) para analizar su calidad de vida.
    Los resultados muestran que los niveles de intrusión de pensamiento y la calidad de los mismos van a tener una incidencia directa en la calidad de vida del paciente.
    Esto es a mayor presencia de pensamientos intrusivos peor calidad de vida por parte de los pacientes con trastorno bipolar.
    Igualmente unas creencias erróneas sobre su trastorno derivan en una peor vivencia de sus sintomatología.


    Intervención en el Trastorno Bipolar

    Hay que tener en cuenta que el estudio se hace sobre una población muy concreta, la China; e igualmente empleado únicamente cuestionarios como medida.
    Salvando las limitaciones anteriores, se puede observar de la necesidad de realizar una doble intervención entre los pacientes bipolares.
    Primeramente, y quizás lo más sencillo es en cuanto a la información sobre lo que le pasa, tratamiento y evolución.
    De forma que el paciente comprenda cuándo los síntomas remiten o no, y qué consecuencias va a tener en su futuro.
    Esta información va dirigida a disminuir la ansiedad que genera el desconocer lo que pasa, y con ello ayuda a aceptar su situación y a mejorar la calidad de vida del mismo.
    Una segunda, enfocada a la intrusión de pensamientos, donde se ha de trabajar desde el punto de vista terapéutico para normalizar dichos pensamientos, de forma que se consiga que la persona los adapte a la realidad.

  • Entrevista a D. José Ramón Ponce quien nos habla de los jóvenes

    Entrevista a D. José Ramón Ponce quien nos habla de los jóvenes


    Entrevista a D. José Ramón Ponce quien nos habla de los jóvenes y sus problemas desde un punto de vista psicológico.




    – ¿Cuáles son los problemas emocionales más presentes entre los jóvenes?

    Cuando se abandona la infancia comienza la etapa intermedia y de preparación para la vida adulta. Esta etapa, la cual abarca desde los doce hasta los dieciocho o veinte años de edad aproximadamente, es sumamente difícil. Los adolescentes se hallan inmersos en un torbellino de pasiones, sus desbalances emocionales son intensos y sufren por los cambios en los cuales se adentran. Los padres se equivocan a menudo al ver la sonrisa de sus hijos, pero en realidad esas manifestaciones son escape inconsciente a su incertidumbre, desorientación y angustia, por una sociedad que los espera pero no saben cómo enfrentar.
    Se muestran muy ansiosos, irritables, y a menudo agresivos. Se deprimen fácilmente debido a que es muy escabrosa la «tarea» de la inserción social. Sus intereses se modifican, lo que antes las gustaba, o donde se desenvolvían exitosamente, a partir de un momento dado le es indiferente. Sus miras corren en otra dirección, ya no interesa el estudio docente, orden en su habitación, o tareas del hogar.


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    – ¿A qué se cree que se debe?

    Las causas de conflictos emocionales en adolescentes, y su comportamiento peculiar, debe ser analizada desde dos ángulos diferentes. Por una parte, sus cambios internos, los cuales se inician con su modificación biológica, y por otra su interacción con el entorno socio-ambiental, incluidos padres, tutores y maestros.
    Los cambios internos, para mejor comprensión, siguen una secuencia sistémica. Se inician en la etapa preliminar de la pubertad, donde la maduración física y psíquica, promovida por el desarrollo endocrino, le imprime al joven nuevas características. Aparecen necesidades sexuales, determinadas por la producción de hormonas rectoras; andrógenos y testosterona en el masculino, y estrógenos en la femenina. Con ello surgen tendencias e impulsos que el púber requiere satisfacer, pero no comprende, no sabe cómo hacerlo, o no se atreve a lo ignoto para él.
    En consecuencia, trata de orientarse y conocer el mundo, requiere insertarse en la vida social que observa en adultos a su alrededor. En su conflicto, indaga y ensaya recursos para lograr sus objetivos, o apela a conductas compensatorias para ello. Por consiguiente, intenta obtener a cualquier costo el reconocimiento de quienes le rodean, explora modelos de identificación e intenta imitarlos, dado que estos lograron lo que él o ella no han logrado aún.
    Se acerca e integra al grupo de otros jóvenes de su edad y se amolda a estos, asume sus características para encontrar su orientación. Trata de sobresalir entre ellos de alguna manera, pretendiendo aceptación y admiración; incluso no solo en su entorno grupal sino también ante la comunidad y la sociedad en general. Por consiguiente es proclive a extravagancia, excentricismo y conductas bizarras.
    Se agrega la necesidad de negar la autoridad y la familia porque simbolizan su infancia, y aceptarlos es para ellos como regresar a su condición de niño. Desde luego, como resultado de todos estos conflictos disminuyen los intereses escolares, incluso resultados docentes.
    Tratan de lograr su reafirmación a cualquier costo, y en la medida que fracase en sus intentos, se siente intensamente frustrado. Puede por consiguiente ser factible a depresión, ansiedad, se torna distraído y angustiado, busca un “escape” a su estado, lo cual se hace más agudo si padres, tutores o maestros no lo comprenden.

    – ¿Qué papel tiene la tecnología en las emociones de los más jóvenes?

    Es evidente que el desarrollo tecnológico ha impuesto formas nuevas en las relaciones interpersonales, de lo cual no escapan los adolescentes; quizás estos cambios han encontrado en ellos mayor aceptación. Es natural que así sea, la necesidad de conocer el mundo, “estar en la cima”, insertarse al medio social, y la facilidad de comunicación misma, los hace proclives a acudir a la obtención del dominio y uso de las nuevas tecnologías.
    Se agrega que estos avances se erigen como medio de “escape” a su incertidumbre y ansiedad. La dedicación a la comunicación y uso digital constituye para ellos un mecanismo compensatorio a sus estados emocionales. Al mismo tiempo, constituyen un expedito canal de interacción con relaciones y grupos; de hecho es una vía para encontrar apoyo afectivo y orientación para el comportamiento eficiente.
    No hay que olvidar tampoco que la tecnología constituye un medio de realización personal, lo cual es muy útil en el adolescente. Eso le permite destacarse en la sociedad, un medio para hacerse sentir, y de manera constructiva.
    Sin embargo, ante esta nueva era comunicacional los padres se sienten a menudo impotentes, o al menos no comprenden la situación, y sienten que pierden el control de sus hijos y nietos. Más aun cuando, de la misma manera que la tecnología actual facilita la vida de los jóvenes, puede constituirse en un canal muy nocivo. Estos medios han servido para el abuso escolar, prostitución, y otras agresiones, desembocando en algunos casos en el suicidio de las víctimas.
    Claro está, el problema se complica por el hecho de que familiares de los adolescentes arrastran prejuicios y tabúes sexuales que pretenden infructuosamente impedir su circulación por carreteras digitales. No saben cómo abordar el problema, no comprenden, y en ocasiones las medidas tomadas son contraproducentes.
    Dada la situación como se presenta, no queda más alternativa que, en primer lugar, los padres obtengan conocimiento y destreza de los mismos medios tecnológicos que sus hijos operan. Segundo, educarlos en las consecuencias de su uso dañino e indiscriminado. Tercero, mantener, como se requiere sobre todo adolescente, un control prudencial de los contenidos comunicacionales que reciben o hacen circular; sin interferir su privacidad en lo posible. En fin, la tecnología tiene su lado favorable y el desfavorable, por lo cual se requiere un balance y control correcto de su uso, pero lo cierto es que no se puede negar ni impedir.


    – ¿Qué nivel de éxito tiene el tratamiento psicológico entre los jóvenes?

    El tema del nivel de éxito en el tratamiento de adolescentes es polémico por diversas razones. En primer lugar se requiere determinar la causa por la cual se acude a buscar ayuda profesional con respecto al hijo adolescente. Es muy común ver que los padres o tutores los conducen a psicólogos o psiquiatras simplemente porque no pueden “controlarlos”, son contestarios”, o presentan conductas divergentes con hogar o familia. Es diferente cuando presentan un franco trastorno, como esquizofrenia, estados obsesivo-compulsivos crónicos, u otros.
    Se agrega un hecho, no siempre comprendido, y es que las adversidades sufridas por sus miembros, como preocupaciones, problemas o fracasos, provocan irritaciones que tienden a desplazarse hacia el «eslabón débil», el «chivo expiatorio», la «oveja negra», y estos son usualmente adolescentes del hogar. Lo cierto es que los padres pretenden que el joven se comporte a su “imagen y semejanza”, y no es posible.
    Por otra parte, a menudo cuando existen realmente conductas anómalas o antisociales en el adolescente, los padres, tutores e incluso maestros, pretenden que el psicólogo resuelva en horas lo que ellos han fomentado durante años.
    De cualquier manera se requiere tomar en cuenta un hecho del cual me he percatado durante largo tiempo en el ejercicio profesional de la psicología. Los adolescentes calificados de “problemáticos” por su entorno, pueden presentar una conducta conflictiva en mayor o menor medida, incluso antisocial. Sin embargo, en la mayoría de los casos es solo apariencia. Es como si crearan una «coraza» defensiva, la cual es presentada a la familia y sociedad, pero debajo se encuentra el verdadero individuo. A medida que su entorno sea más desfavorable, dicha «coraza» penetra en su interior, y cuando alcanza su personalidad, ya es tarde.
    En consecuencia, al reflexionar sobre la conducta del adolescente se requiere primero definir, si hay un trastorno que merite tratamiento, son conductas normales de un adolescente, o es un comportamiento resultante de los errores de padres, maestros o tutores.

    – ¿Deja «secuelas» psicopatologías asociadas a la depresión o el estrés si no se tratan a tiempo?

    Sin embargo, el trastorno que constituye un llamado de alerta son las manifestaciones de depresión en el adolescente. Es explicable que el cumulo de conflictos que sufre propicien dicho estado, máxime si los padres no lo han capacitado suficientemente para afrontar los embates de la vida. En ello se incluyen tanto adversidades propias de su edad, como causadas por su entorno socio-ambiental; por ejemplo, el fallecimiento de sus padres, crisis sociales, carencias financieras en el hogar, víctima de guerra, migración, entre otras.
    No es necesario ofrecer cifras, todos saben que el índice de suicidio en esas edades es elevado, y en Conversando con adolescentes, se ofrecen ejemplos de las consecuencias de no tomar en cuenta estos cambios en los jóvenes. Se enumeran sus causas y señales, así como el modo de proceder cuando surge este trastorno.

    – ¿Qué relación existe entre los problemas emocionales y otras psicopatologías como los trastornos de la alimentación?

    Diferentes teorías indican asociación entre los conflictos emocionales y los trastornos alimentarios en los adolescentes, predominantemente mediando estados severos de ansiedad; principalmente en anorexia y bulimia. En mi opinión, puede existir un factor educativo en la etiología de estos trastornos, al margen de una explicación psicoanalítica.
    Se sugiere una relación estrecha entre el estado obsesivo por la figura, especialmente en mujeres jóvenes en su afán por una presencia física delgada. Esta actitud alcanza un nivel morboso, de enfermedad, cuando se produce férreo condicionamiento obsesivo-compulsivo por la delgadez. Desde luego, este estado puede conducir a la muerte si no es tratado con los medios psiquiátricos y psicológicos disponible; aunque el nivel de éxito sea bajo.
    Por otra parte, la bulimia sigue un curso similar. Incluso es común observar como numerosas personas sin llegar a ese nivel de enfermedad, aumentan de peso por la obsesión de comer. Sin embargo, en este trastorno el mecanismo parece ser diferente, el acto mismo de “llevar” porciones de alimento a la boca constituye en sí mismo liberador de ansiedad.


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    – ¿Cuál es la relación entre los problemas emocionales y las adicciones?

    Aunque no poseo vasta experiencia en drogadicción y abuso de sustancias, los pocos casos que he atendido encajan dentro de los planteamientos de la teoría y práctica clínica. Se indican varios factores fundamentales en general; entre ellos el exceso de permisividad desde la infancia, y la falta de autoridad. También se indica la carencia afectiva, concretada en la escasez de muestras de afecto, frialdad, abandono, o alejar al niño del hogar desde temprana edad. Quizás interviene en alguna medida el vecindario, grupo de amigos, y entorno social. Pero lo cierto es que si se consolidan las relaciones de la adolescente con su madre, y el adolescente con su padre, se siembre el antídoto contra conductas nocivas.
    En el libro Conversando con adolescentes (adquirible en amazon.com) se halla el epígrafe “Malos hijos”, y expongo el error que esa idea significa. Los hijos no “salen malos ni buenos”, sino que son producto del entorno familiar y social en que se desenvuelven. Al margen de la posibilidad de transmisión genética, las conductas relacionadas a su vínculo con la sociedad parecen ser más un producto de la educación que de la herencia biológica.
    Al respecto es necesario enfatizar que la educación y la identificación del adolescente con sus padres o maestros no se logra tanto por los sermones a los cuales son sometidos, sino por recursos habilidosos para hacer que presten atención; abundo en medidas prácticas para ello en ese libro. Por encima de todo debemos evitar que cuando “hablemos” mucho, digan para sus adentros “si, para que te calles”
    Es por ello sumamente importante, para padres y tutores, comprender, y saber influir y manejar al adolescente. Una Caja de caudales es muy difícil de abrir, y es casi impenetrable si no se tiene la combinación requerida, podemos estar días golpeándola sin poder abrirla. La mentalidad del adolescente es similar, es imposible que responda si no nos relacionamos con ellos correctamente.




    Desde aquí mi agradecimiento a D. José Ramón Ponce por habernos acercado a las dificultades psicológicas que se pueden presentar entre los más jóvenes.

  • ¿Qué papel juega la familia en el Alzheimer?

    ¿Qué papel juega la familia en el Alzheimer?


    Si bien es cierto que el mayor esfuerzo que se realiza es con respecto a retrasar la aparición del Alzheimer y su calidad de vida del paciente.

    La familia y el Alzheimer

    No hay que olvidar que dicho paciente va a estar atendido en su mayor tiempo por sus familiares, por lo menos durante las primeras fases de la enfermedad, ya que con posterioridad será necesario incorporar un profesional cualificado para atenderlo hasta en sus necesidades más básicas.
    Una familia que sufre y que se tiene que ir adaptando al avance de la enfermedad con todo lo que ello implica.
    Algo para lo que muchas familias no están preparadas y tampoco saben cómo hacerlo, ya que la mayoría de la información disponible al respecto se centra en exclusiva sobre la enfermad, tratamientos y sus consecuencias,


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    Cuidador y Alzheimer

    Esto es lo que se ha tratado de averiguar con una investigación realizada desde el Instituto San Lucas Neurociencias (Argentina) junto con la Virginia Commonwealth University (EE.UU.), el BioCruces Health Research Institute, Cruces University Hospital y el Basque Foundation for Science (IKERBASQUE) (España) cuyos resultados acaban de ser publicados en la revista científica International Journal of Alzheimer’s Disease.
    En el estudio participaron ciento cinco cudidadores de pacientes de Alzheimer, del los cuales el 74,3% eran mujeres.
    Todos ellos rellenaron una serie de cuestionarios y escalas estandarizadas como el FamilyAdaptabilityandCohesion Evaluation Scale—Fourth Edition (FACES-IV) para conocer la adaptación de los familiares a la enfermedad de Alzheimer; el Family Communication Scale (FCS) para evaluar la calidad de la comunicación; el Family Satisfaction Scale (FSS) para evaluar la satisfacción de cada uno de los miembros; Sense of Coherence Scale (SOC-13) para evaluar la coherencia de su conducta y su pensamiento; Resilience Scale for Adults (RSA) para detectar los niveles de resiliencia; el Life Orientation Test-Revised (LOT-R) para evaluar las motivaciones de cada uno de los miembros; el Relationship-Focused Coping Scale (RFCS) para analizar quién recibe más atención dentro de la familia y el Family Assessment Device—General Functioning (FAD-GF) para comprender cómo funcionan estas.
    Los resultados muestran que aquellas familias en donde sus miembros tienen mayores niveles de empatía existen menores problemas de convivencia y una mayor resiliencia.
    Igualmente a mayores niveles de comunicación menores de problemas interpersonales.


    Factores familiares y el Alzheimer

    Hay que tener en cuenta que los resultados están limitados a una población muy concreta, la argentina, lo que requiere de análisis en otras localizaciones para concluir al respecto.
    Igualmente la evaluación a través de cuestionarios y escalas conlleva una serie de sesgos que pueden ser superados con la observación de la dinámica familiar, por lo que será necesario complementar las medidas con nuevas.
    A pesar de lo anterior, se puede observar cómo los resultados señalan tres factores fundamentales para una buena convivencia con pacientes de Alzheimer, la empatía, la resiliencia y la comunicación.
    Hoy en día, y gracias al desarrollo de la inteligencia emocional se ha desarrollado multitud de técnicas que ayudan a las personas a mejorar su capacidad de comunicación y empatía, e igualmente se puede entrenar mediante técnicas de tipo cognitivo sobre la resiliencia.
    Esto abre una vía de intervención alternativa, donde no se trata directamente al paciente, si no que se trabaja con sus familiares, lo que va a repercutir en una mejor calidad de vida del paciente con Alzheimer.


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  • ¿Es beneficioso aplicar la danza al autismo?

    ¿Es beneficioso aplicar la danza al autismo?


    Uno de los problemas principales del autismo es la diversidad de sintomatología positiva y negativa que muestra.

    Síntomas en el autismo

    La sintomatología positiva, es aquella que no debería de estar ahí y que está presente precisamente por sufrir autismo; mientras que los síntomas negativos hace referencia a comportamientos o conductas que deberían de estar presentes en el autismo y no se hallan debido al trastorno.
    A parte de esta distinción, existen multitud de «deficiencias» que se han de trabajar una a una para ayudar al pequeño en su progreso.
    En ocasiones estos mini-procesos están encadenados, de forma que para lograr uno de orden superior se requiere de un entrenamiento dominio del de orden inferior, tal y como se conceptualiza don el método A.B.A.
    A pesar de este modelo de intervención actualmente se están explorando otras alternativas que sean más rápidas en cuanto al tiempo que se requiere, e igualmente que se traten más conductas de una vez.
    Un de estos modelos es la danza, algo que se ha observado beneficioso en otros tipo de intervenciones como en los casos de pequeños con Retraso Mental.
    Técnica que le confiere un mejor dominio de su cuerpo, a la vez que fomenta la interacción con los demás, pero ¿Es beneficioso aplicar la danza al autismo?


    Vídeo Recomendado: Trastornos del espectro autista

    La danza en el autismo

    Esto es precisamente lo que se ha tratado de resolver con una investigación realizada desde el Department of Psychology y el Department of General Psychiatry, University of Heidelberg, junto con el Department of Creative Arts Therapies and Therapy Sciences, Alanus University, y el Department of Therapy Sciences, SRH University Heidelberg (Alemania) cuyos resultados se acaban de publicar en Behavioral Sciences.
    En el estudio participaron setenta y ocho pacientes con trastorno del espectro adulto de los cuales doce eran mujeres, con edades comprendidas entre los 14 a 65 años.
    A la mitad de los mismos se les asignó al grupo experimentales: Con intervención de 10 semanas en un programa especifico para desarrollo de habilidades de danza; el resto perteneció al grupo control con el que comparar la efectividad de la intervención.
    Las sesiones de danzaterapia fueron de 60 minutos a razón de diez sesiones semanales durante 10 semanas.
    Se realizó una evaluación pre y post intervención y una última con un seguimiento de seis meses; esta evaluación se llevó a cabo con el Scale for the Assessment of Negative Symptoms (SANS) que evalúa la presencia de síntomas negativos del autismo.
    Los resultados muestran tendencias significativas hacia una reducción de la sintomatología negativa del autismo, siendo únicamente significativo para algunos subtipos de dicha sintomatología.


    Aplicación de la danza en el autismo

    Una de las limitaciones del estudio se encuentra en el rango tan amplio de edad de los participantes, lo que no permite conocer si estos resultados son específicos de una rango concreto o no.
    No se ha realizado un análisis de los resultados por género, por lo que no se puede conocer si la danza mejora más o menos la sintomatología del autismo en hombres o en mujeres, o lo hace por igual.
    Con todo lo anterior, parece que la danza como terapia en el autismo no da los resultados esperables; sí es cierto que sirva para mejorar algunos síntomas, pero son insuficientes para concluir sobre los beneficios de la danza en el tratamiento del autismo.
    Este tipo de investigación, aunque arrojen resultados negativos, permiten conocer y descartar entre aquellas intervenciones eficaces y las que no lo son; para de esta forma poder ofrecer a los pacientes y sus familias tratamientos efectivos con el que mejorar su sintomatología y calidad de vida.

  • ¿Qué consecuencias tiene la soledad sobre la salud mental?

    ¿Qué consecuencias tiene la soledad sobre la salud mental?


    Uno de los problemas más comunes entre la población adulto es la soledad, máxime cuando se trata de ancianos.

    La soledad, elección o imposición

    En ocasiones es algo buscado; al aislarse de los demás que «no le comprenden», o es algo «forzado» por un dolor provocado por una situación externa como un divorcio o separación.
    En otros casos es algo «que sucede» con el paso del tiempo, cuando poco a poco van falleciendo familiares y amigos a medida que se alcanza una edad considerable.
    Sea como fuere, el aislamiento impide a la persona obtener los muchos beneficios que las relaciones sociales ofrecen, no sólo de apoyo si no también de intercambio de ideas.
    A pesar de que es hasta recomendable cuando se vive un momento especialmente estresante, acuciado por las demandas externas; no todo el mundo lo vive como algo beneficioso si se prolonga en el tiempo, pero ¿Qué consecuencias tiene la soledad sobre la salud mental?


    Vídeo Recomendado: La soledad en los mayores

    Consecuencias de la soledad

    Esto es precisamente lo que se ha tratado de averiguar con una investigación realizada desde el Nathan S. Kline Institute for Psychiatric Research, junto con el Department of Psychiatry, New York University School of Medicine, el Department of Psychiatry, Columbia University, la University at Buffalo, State University of New York, el Institute for Social and Psychiatric Initiatives (InSPIRES), New York University School of Medicine cuyos resultados acaban de publicarse en la revista científica Psychiatry Research.
    En el estudio participaron ciento nueve adultos, con edades comprendidas entre los 18 a 65 años, de los cuales cincuenta y uno estaban diagnosticados con esquizofrenia, no teniendo el resto problemas de salud mental, siendo el grupo control.
    A todos se les administró una escala estandarizada sobre el grado de soledad percibido a través del Revised UCLA Loneliness Scale (UCLA-R); igualmente se evaluaron los pensamientos a través de Langdon and Coltheart’s task, el Tromsø Social Intelligence Scale y por último pasaron por una prueba en que veían imágenes emociones de caras humanas para observar su reacción.
    Los participantes con esquizofrenia además pasaro pruebas de evaluación emocional denominadas Positive and Negative Syndrome Scale (PANSS), Assessment of Negative Symptoms (SANS) CDSS for depression y Quick-IQ version 3.
    Igualmente se les preguntó sobre los hábitos de consumo de sustancias adictivas, droga, alcohol o tabaco; además de si sufrían o no problemas de salud como hipertensión o diabetes.
    Los resultados muestran niveles significativos de soledad entre los pacientes con esquizofrenia frente al grupo control.
    Además las personas con mayores niveles de soledad son los que muestran significativamente más propensión al consumo y abuso de drogas, tabaco y anti-psicóticos, y altos niveles de hipertensión.


    Soledad y Salud Mental

    Entre las limitaciones del estudio está en la selección de los participantes, ya que se da cuenta de un problema mental muy concreto, la esquizofrenia, con una baja incidencia en la población, por lo que sus conclusiones no se pueden extrapolar a otros problemas de salud mental.
    Igualmente hay que tener en cuenta que la población objeto de estudio es la americana, por lo que las conclusiones no pueden extrapolarse a otras poblaciones sin realizar la preceptiva replicación.
    A pesar de lo anterior, hay que destacar la fuerte relación entre la salud mental y la soledad, propio de la estigmatización, que lejos de buscar la integración de estos pacientes, los aíslan.
    Algo que no ayuda ni beneficia ni al paciente ni a sus familiares, y que además acarrear una serie de problemas de adicción e incluso de salud como es la hipertensión.
    Por tanto, no basta con dar visibilidad a los problemas de salud mental una vez al año, si no que es preciso crear planes de integración, al igual que se hace con otra población desfavorecida, con lo que luchar con la «lacra» de la soledad no buscada.

  • ¿Se modifican los recuerdos con los amigos?

    ¿Se modifican los recuerdos con los amigos?

    Si bien es cierto que todos tenemos un cierto sentido de libertad en nuestra forma de ser o pensar, a veces no nos damos cuenta que esta viene determinada en gran medida por nuestro pasado.

    La formación de la personalidad

    La forma en que pensamos, sentimos y actuamos determinan cómo somos, y nos hace diferente del resto, es decir, nuestra personalidad. Esta se forma durante la infancia y la adolescencia, aunque los acontecimientos actuales pueden influir decisivamente en un cambio «de rumbo» en cómo somos.
    Sobre todo, cuando se trata de hechos imprevistos y de gran relevancia, e incluso que puedan poner en riesgo la vida de la persona, esta puede variar su forma de sentir, pensar y actuar.
    Un atraco, un divorcio o un «simple» cambio de trabajo pueden generar suficiente estrés para hacer variar cómo la persona se ha ido comportando hasta el momento.
    Esto también se va a ver reflejado en nuestros recuerdos, o más bien, en cómo narramos estos. Así, antes y después de uno de estos acontecimientos «traumáticos» la persona puede narrar un hecho del pasado, por ejemplo, de diez años atrás, de forma totalmente diferente.
    Nada más hay que ver cómo cuando uno se casa, dice eso de «Es el día más feliz de mi vida», pero cuando tiene un hijo vuelve a decir «Es el día más feliz de mi vida»; pero lo mismo pasa si alguien, diez años después secuestra a su hijo y la policía lo rescata, diciendo de nuevo «Es el día más feliz de mi vida».
    Como vemos, los acontecimientos pasados, o al menos cómo los recordamos no son inmutables, si no que varían en función de cómo sentimos, pensamos y actuamos en esos momentos.
    Por ejemplo, después de un divorcio, sobre todo si este no ha sido amistoso, a nadie se le ocurre recordar el día de la boda como el «El día más feliz de mi vida».
    Pero si hasta ahora se ha comentado de vivencias personales que cambian nuestros recuerdos todavía queda por dilucidar ¿Se modifican los recuerdos con los amigos?


    Vídeo Recomendado: 26/12/2014 Desarrollo de la personalidad en el niño

    El recuerdo de hechos pasados

    Esto es lo que se ha tratado de resolver con una investigación realizada desde el Departamento de Ciencias de la Educación y Psicología y el Departamento de Ciencias de la Salud, Universidad de Florencia (Italia) junto con el Departamento de Psicología, Universidad Memorial de Newfoundland (Canadá) cuyos resultados han sido publicados en el 2016 en la revista científica The Open Psychology Journal.
    En el estudio participaron ciento setenta y siete estudiantes universitarios, con edades comprendidas entre los 18 a 24 años, de los cuales ochenta y ocho eran mujeres.
    A todos ellos se les solicitó que escribiesen episodios de su vida durante media hora.
    Estos episodios fueron analizados y codificados lingüísticamente en función del tema narrado, el número de personajes mencionados, la edad del participante cuando ocurrió el hecho narrado, el número de palabras, el tono afectivo del acontecimiento, …


    El papel de los amigos en la memoria

    Los resultados muestran cómo cuando narramos un acontecimiento familiar lo hacemos identificándonos con los participantes, mientras que cuando se hace de un acontecimiento entre amigos, se usa términos referentes al sentimiento de grupo.
    Esto es, a pesar de que en ambos casos se pueda tener la misma experiencia, el vivirlo en familia va a «marcar» el acontecimiento de forma totalmente diferente a si se vive con amigos.
    Siendo significativamente más fácil acordarse de aspectos positivos vividos entre amigos que en familia.
    Una de las limitaciones del estudio está en la edad de los participantes, donde los amigos juegan un papel destacado, sobre todo en lo que respecta a las «juergas» y momentos de ocio. Probablemente este resultado no se tendría con poblaciones más mayores donde la amistad significa otra cosa.
    Como vemos los amigos, van a modificar nuestros recuerdos, resaltando lo positivo que hemos vivido con ellos.
    Un aspecto que no se ha tenido en cuenta es el tiempo de convivencia entre uno y otro, así con la familia se vivencian acontecimientos positivos y otros que no lo son tanto, mientras que con los amigos se suele acudir únicamente a «pasarlo bien», lo que puede explicar las diferencias en el recuerdo.
    Sea como fuere, parece que nuestra memoria es más flexible de lo que hasta ahora se pensaba, siendo los recuerdos modulados por multitud de variables tal y como se ha constatado con esta investigación.

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