Entrevista a Dª. Encarni Iglesias Pereira, Presidenta en Asociación «Stop Violencia de Género Digital» quien nos presentan la problemática de la Violencia de Género Digital.
-Qué es la Violencia de Género Digital?
Es toda aquella violencia, que se sufre por medios digitales o telemáticos.
– ¿Qué distingue la Violencia de Genero Digital de otras violencias?
El medio por el que se sufre la agresión. Tampoco el tipo de agresión es la misma, hablamos de temas sicológicos muy importantes que son los que se derivan de este tipo de violencia. No tenemos que olvidar la gran difusión y la rapidez con la que se propagan las cosas por internet.
Pensemos que, ante un caso de difamación, por ejemplo, en pocos minutos pueden ser muchas las personas que ya lo hayan visto
– ¿Qué incidencias de casos de Violencia de Genero Digital se producen en la actualidad?
Actualmente son muchísimos los casos, que se están denunciando por Violencia Digital en todos los ámbitos. Aunque el más grave bajo nuestro punto de vista es el tema del Ciberbullyng.
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– ¿Cuáles son los síntomas para detectar que se sufre Violencia de Genero Digital?
Son muchas las ocasiones, que nos encontramos en que la persona no es consciente que está sufriendo Violencia Digital, cualquier tipo de acoso, difamación, suplantación de identidad etc.… que se sufra puede ser denunciable.
El desconocimiento en muchas ocasiones respecto a las nuevas tecnologías, es lo que mayoritariamente lleva a pensar a la gente que por las redes vale todo. Os aseguro que las redes no son Anónimas, todo deja huella digital.
– ¿Qué consecuencia entraña la Violencia Digital?
Es un daño sicológico brutal. Todavía en la sociedad actual, a los maltratos sicológicos no se les da la consideración necesaria.
Sinceramente no creo que se pueda evitar. Podemos protegernos e intentar navegar por internet de manera segura. Lo que, si ocurre, que cuando tú conoces el funcionamiento y navegas de una manera segura, te sientes mucho más fuerte, y esto conlleva el que si en un momento dado sufres o intuyes algo cortes con ello de raíz.
Desde aquí mi agradecimiento a Entrevista a Dª. Encarni Iglesias Pereira, Presidenta en Asociación «Stop Violencia de Género Digital» por haber compartido su conocimiento y experiencia con respecto a la Violencia de Género Digital.
Entrevista a Dª. Maria Manrique de Lara Ochoa, Coach de Empleo, Personal y Educativo, quien nos comenta sobre la intervención para el empleo en el ámbito de la violencia de género.
– ¿Cuál es el perfil de los usuarios del programa de formación para el empleo en el ámbito de la violencia de género?
Los perfiles son muy variados, a nivel profesional van desde limpieza hasta ingeniero nuclear. En cuanto a edades, desde 24 años hasta 54, la formación más alta corresponde a extranjeras que no la tienen homologada. En lo que coinciden todas es en estar pasando un momento muy crítico, no solo por la condición de víctima de sino por una situación económica precaria. La mayoría cobran la RAI y algunas ni eso. La mayoría llevan tiempo sin trabajar y como mucho hacen limpieza por horas sin asegurar.
– ¿Qué beneficios se busca con el programa de formación para el empleo en el ámbito de la violencia de género?
Se busca sobre todo empoderarlas y el objetivo es la formación e inserción laboral. En este programa tienen un curso de formación a elegir entre limpieza, tareas administrativa y atención al cliente comercial. Después pasan por un periodo de prácticas y orientación laboral.
– ¿Cómo se estructura en temáticas y sesiones el programa de formación para el empleo en el ámbito de la violencia de género?
Estamos haciendo talleres de orientación laboral en grupo, dos días en semana y hemos conseguido que haya un ambiente muy distendido, vienen muy contentas. Aparte tienen sesiones individuales donde se trabaja el propio itinerario de inserción y a continuación la etapa formativa. También sesiones de coaching para empleo. En total pasan por unas 20 horas de atención como mínimo.
– ¿Cuál es la duración del programa de formación para el empleo en el ámbito de la violencia de género?
La duración es de Diciembre hasta el 31 de Julio.
– ¿Cuáles son las principales dificultades de los usuarios del programa de formación para el empleo en el ámbito de la violencia de género?
Las principales dificultades que hemos tenido otras veces con este colectivo es el grado de absentismo. Se comprometían, pero después venían menos de la mitad. Este programa les otorga una pequeña beca por venir y lo cierto es que participan más que nunca. Sin embargo, debido a que la mayoría tienen hijos, poco apoyo familiar porque muchas están solas, el propio estado anímico, hacen que la inserción laboral sea complicada. Por eso intentamos trabajar otros aspectos aparte de los propios de orientación.
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– ¿Cuál es el éxito del programa de formación para el empleo en el ámbito de la violencia de género?
El éxito de momento es la participación, el compromiso y el nivel de satisfacción que estamos viendo. Hay una enorme cohesión grupal, se han hecho amigas, van a tomar café juntas, se ayudan entre ellas… Respecto a la formación e inserción laboral aún es pronto para evaluarlo, comienzan la formación a finales de esta semana y después las enviaremos a ofertas.
– ¿Se realiza un seguimiento en el tiempo de los usuarios del programa de formación para el empleo en el ámbito de la violencia de género?
Al acabar este programa que está subvencionado por el servef y el Fondo Social Europeo, ellas se quedan inscritas en la agencia de colocación de Valencia Activa y pueden seguir en programas propios con lo cual si lo desean pueden seguir atendidas, también las seguimos llamando para sucesivos programas en los que pueden participar si no están trabajando.
Desde aquí mi agradecimiento a Dª. Maria Manrique de Lara Ochoa, Coach de Empleo, Personal y Educativo, por habernos acertado al innovador programa de formación para el empleo en el ámbito de la violencia de género.
Al respecto se analizan a continuación los informes provenientes del I.N.E. (Instituto Nacional de Estadística) de España, sobre la Violencia Doméstica y Violencia de Género desde el 2011 hasta el 2015 (último informe publicado en junio del 2016).
Violencia de Género
Según el I.N.E. la violencia de género hace referencia a cualquier tipo de violencia física o psicológica (incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de libertad) por parte de un hombre sobre una mujer con la que hay o haya habido algún tipo de relación afectividad con o sin convivencia.
Estos son los casos más conocidos sobre todo cuando acaban en la muerte de la mujer, lo que en Italia denominan feminicidios.
Los registros muestran una tendencia negativa en la evolución de casos, pasando de treinta y dos mil doscientos cuarenta y dos casos en 2011 a veintisiete mil seiscientos veinticuatro en 2015.
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Violencia en España
Con respecto a las víctimas de violencia de género (con orden de protección o medidas cautelares) por edad, informar que se ha producido un incremento llamativo entre las víctimas menores de 18 años, pasando de cuatrocientos noventa y nueve en 2013 a seiscientos treinta y siete en 2015; entre los 45 a 49 años, pasando del dos mil cuatrocientos noventa y cinco en 2013 al dos mil seiscientos treinta y dos en 2015; y entre 50 a 54 años pasando de mil doscientos setenta y dos en 2013 a mil quinientos veintiuno en 2015.
En cambio, se ha producido una notable reducción en el número de casos en las edades comprendidas entre los 25 a 29 años pasando de tres mil novecientos sesenta casos en 2013 a tres mil setecientos ochenta y cinco en 2015.
Siendo el perfil de mujer víctima de violencia de género en 2015, mujer, nacida en España (el 67,4% de los casos) entre 25 a 34 años (el 48,3% de los casos).
Con respecto al agresor de violencia de género en el 2015 el perfil es hombre, con edades entre nacida en España (el 68,4% de los casos) entre 30 a 44 años (el 48,4% de los casos).
Con respecto a la relación entre víctima y agresor, se ha producido una reducción de casos entre conyugues (del 27,0% en 2013 al 25,0% en 2015) y excónyuges (del 7,2% en 2013 al 6,8% en 2015) lo que supone un total del 34,2% en 2015.
Por su parte ha aumentado el número de casos en parejas de hecho (del 22,9% en 2013 al 23,2% en 2015) y expareja de hecho (del 20,7% en 2013 al 21,1% en 2015) lo que supone un total del 44,3% en 2015.
El conocimiento de estos perfiles permite establecer programas de prevención tanto en lo que respecta a las víctimas como sobre los agresores, de forma que se produzca una reducción significativa entere el número de casos registrados año por año.
Hay que prestar especial atención a esas edades donde se ha producido un incremento de casos para tratar de comprender el porqué se ha producido y realizar campañas especialmente dirigida a esta franja de edad con la que compensar la tendencia alcista.
Igualmente cabe realizar una reflexión sobre las formas de pareja, pues existen evidentes diferencias entre aquellos que se han casado y aquellos que tienen una convivencia como pareja de hecho. Algo que a priori no debería suponer ninguna diferencia, pero que años tras año muestra que sí tiene mucho que ver con el respecto hacia la pareja y la violencia que se ejerce.
Entrevista a Dª. Virginia Mora. Psicóloga de la Red de Puntos Municipales del Observatorio Regional de la Violencia de Género de la Comunidad de Madrid. Experta en Violencia y Trauma. Fundadora de Iptra (Instituto Psicoterapia y Trauma).
– ¿Qué es el trauma?
Ante un acontecimiento estresante o una situación de naturaleza excepcionalmente amenazante o catastrófica (catástrofes naturales, accidentes, atentados terroristas, agresiones, malos tratos, abuso o agresión sexual, tortura, secuestro etc) vivido ya sea de forma directa o indirecta, se produce en las víctimas un sentimiento de miedo intenso, indefensión, amenaza y pérdida de control que tendrá unas consecuencias traumáticas en la persona que lo sufre.
Cuando ha ocurrido un episodio único, el trauma o daño psicológico habitualmente cursa en fases. En una primera fase hay una primera reacción de sobrecogimiento y embotamiento generalizado, que se caracteriza por lentitud en las reacciones y mecanismos de negación. Es lo que se denomina estado de “shock”. En una segunda fase, aparecen fuertes reacciones emocionales de dolor, rabia, impotencia, culpa, miedo que alternan con periodos de profunda tristeza y abatimiento. Por último, pueden aparecer las reexperimentaciones del suceso de forma espontánea o ante estímulos relacionados. Estas reacciones pueden dar lugar al Trastorno de Estrés Postraumático.
Cuando la situación de violencia está cronificada en el tiempo, como ocurre en el abuso sexual o maltrato infantil y en la violencia de género, las víctimas pueden presentar alteraciones en la personalidad en cuanto a su capacidad para relacionarse y a su propia identidad. Esto es lo que se ha denominado Trauma complejo.
Es importante señalar también que, en ocasiones, puede ocurrir un daño psicológico ante situaciones que aparentemente no son traumáticas pero que la persona las vive como tal debido a sus propias características personales, momento evolutivo, consecuencias para su vida etc.
– ¿Por qué se produce el trauma?
El trauma o daño psicológico ocurre a consecuencia de que el suceso negativo que ha experimentado la persona desborda su capacidad de afrontamiento y de adaptación. Cuando nos enfrentamos a una situación que nos genera de forma abrumadora dolor, miedo, vergüenza, indefensión o pánico bien sea por su intensidad, por el momento vital en el que ocurre o porque no exista posibilidad de defenderse o de huir de la situación que nos daña, el sistema de defensa de nuestro organismo puede verse colapsado y no es capaz de procesar adecuadamente lo ocurrido ni de elaborar una respuesta de control. Debido a lo cual, el sistema de defensa se mantiene en un inadecuado estado de alerta permanente que va a provocar que ante cualquier estímulo relacionado con la situación traumática se disparen las mismas reacciones a nivel fisiológico, cognitivo, comportamental y emocional que se pusieron en marcha ante el acontecimiento traumático.
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– ¿Qué relación existe entre la violencia y el trauma?
Si cualquier experiencia traumática hace que la víctima se cuestione conceptos fundamentales como que el mundo es un lugar lo suficientemente seguro, el valor positivo de uno mismo como persona y el sentido de la vida, en los casos en los que el daño ocurre provocado por otro ser humano de manera intencionada y violenta, las consecuencias traumáticas son mucho más graves.
– ¿Por qué a unas personas que sufren violencia se traumatizan y otras no?
La mayor o menor repercusión psicológica de una conducta violenta va a depender de varios factores. Por un lado, depende de la vulnerabilidad tanto psicológica como biológica de la persona, que se refiere a un desequilibrio emocional preexistente a la situación traumática y a contar con un umbral más bajo de activación psicofisiológica. En estos casos, el impacto de la violencia va a ser mayor y/o más incapacitante.
También la duración e intensidad del suceso violento y el significado que se dé al mismo va a influir, así como que el incidente concurra con otras experiencias negativas actuales o pasadas. Un insuficiente apoyo familiar y/o social y utilizar estrategias de afrontamiento inadecuadas van a empeorar la sintomatología postraumática.
Por otro lado, existen personalidades más resistentes al estrés y por tanto a la traumatización, que se caracterizan por tener un adecuado control de las emociones, valoración positiva de sí mismo, estilo de vida equilibrado y contar con apoyo social entre otras características. Es a lo que nos referimos cuando hablamos de las capacidades de resiliencia o resilientes de una persona, la capacidad de los seres humanos sometidos a los efectos de una adversidad, de superarla e incluso salir fortalecidos de la situación.
– ¿Son más sensibles los pequeños a sufrir traumas?
Indudablemente, los niños y las niñas tienen menos recursos de afrontamiento ante una situación traumática y por ello son más vulnerables ante una vivencia violenta. Muchos adultos piensan equivocadamente que los niños no son conscientes de lo que ocurre, que se adaptan rápidamente, que no sienten la pérdida…, sin embargo, las consecuencias del trauma en los niños pueden ser más graves que en un adulto. Lo que pasa es que el reflejo del daño psíquico en los niños no es igual que en los adultos y por ello puede pasar desapercibido, síntomas disociativos, somatizaciones, irritabilidad, aislamiento, comportamientos disruptivos..
Tal como señala Judith Herman, si en un adulto el trauma provoca un daño en la estructura de personalidad, en la infancia la forma y la deforma.
En cualquier caso, la repercusión de un evento traumático en un niño y la repercusión en su vida va a depender principalmente del apoyo y la contención que le presten sus figuras de referencia (madre, padre u otros adultos significativos).
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– ¿Qué consecuencias futuras tiene el trauma?
Las consecuencias psicológicas en la vida adulta de un trauma en la infancia son difíciles de predecir con exactitud, pero, sin duda, todo acontecimiento traumático ocurrido en la vida de un niño o una niña provoca una “herida psíquica” que puede incidir o activarse de nuevo en la adultez.
Que aparezcan consecuencias negativas en el futuro va a depender de si existen más traumas previos, haber sufrido malos tratos en la infancia o si la persona presenta un trastorno de personalidad. Habrá también un peor pronóstico cuando la persona haya sido revictimizada porque la exposición haya sido continuada en el tiempo (es el caso de la violencia familiar, abuso sexual infantil, secuestros prolongados…), o que hayan ocurrido diferentes situaciones traumáticas a lo largo de su desarrollo, que la sintomatología postraumática haya sido intensa o de carácter disociativo, como por ejemplo, amnesia psicógena.
– ¿Cómo se trata el trauma?
La intervención psicológica con las personas que han sufrido un trauma va a depender en gran medida del enfoque y abordaje terapéutico que utilice cada profesional.
Diferentes autores especializados en trauma como Pierre Janet, Van del Kolk o Herman, establecen la necesidad de abordar la intervención por fases.
En una primera fase de Estabilización, el objetivo será la reducción o eliminación de sintomatología postraumática. Se trata de dotar a la persona de recursos y herramientas para la regulación y autocontrol emocional, aprendizaje de estrategias de afrontamiento y fortalecimiento de sus recursos personales. En definitiva, tiene que ser una fase de empoderamiento.
En una segunda fase nos centraremos más en una intervención sobre el hecho traumático. Se trata de superar la fobia al recuerdo, procesando adecuadamente lo vivido de tal forma que pueda ser “engranado” en la narrativa biográfica de la persona. La memoria traumática suele estar fragmentada, sin narrativa, con recuerdos sensoriales de gran impacto y sin integración. El objetivo por tanto es integrar. En esta fase pueden utilizarse técnicas como el EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) que están demostrando una gran eficacia en el abordaje del Trastorno por Estrés Postraumático y otros trastornos derivados de una situación traumática.
Finalmente, se trata de consolidar la integración, facilitar el duelo y reconectar a la persona de nuevo con su ambiente consiguiendo una adaptación óptima a su vida diaria y en sus relaciones interpersonales.
Desde aquí mi agradecimiento a Dª Virginia Mora, Psicóloga Sanitaria. Experta en violencia y trauma, por habernos acercado al mundo del trauma.
Entrevista: Efectos Psicológicos de la Violencia de Género
Entrevista con Dª. Mariola Fernández Sánchez: Efectos Psicológicos de la Violencia de Género
Entrevista con Dª. Mariola Fernández Sánchez, licenciada en Psicología, cursando actualmente el doctorado en Violencia de Género y superación emocional en la Universidad de Jaén.
¿Qué secuelas psicológicas provoca la violencia de género?
Lo cierto es que en aquellas mujeres que viven experiencias de esta naturaleza, aparecen síntomas de trastornos psicológicos como depresión, ansiedad o re-experimentación traumática, entre otros. No obstante, éstos son síntomas que aparecen como consecuencia de dicha vivencia. Por lo que una vez que abandonan esta situación, con trabajo personal y asesoramiento psicológico, en general terminan por superarse y reestablecer su funcionamiento vital.
¿Cuál es el papel de la resiliencia en la prevención de estos efectos?
La resiliencia es una capacidad que consiste en superar una situación adversa y volver a la normalidad; saliendo incluso la persona fortalecida. En este sentido, el papel de la resiliencia es muy importante, debido a que entendiéndola como una característica personal que se encuentra en constante crecimiento, desde la psicología podemos favorecer que muchas mujeres puedan desarrollar o fortalecer tales características y consigan salir adelante. Así como recuperar su vida y funcionamiento normales.
Vídeo titulado: «Libérame» – Video contra la violencia de género (AbreraStreet Films)
¿Cómo se trabaja con las personas que sufren violencia de género?
El trabajo inicial está basado en la recuperación de la estabilidad emocional, que las mujeres en el momento de iniciar su reconstrucción personal no suelen presentar. En este sentido, cuando dan el primer paso e inician su carrera hacia una nueva vida, se les plantean nuevos retos y posibilidades de crecimiento futuro, que van acompañadas del desarrollo de habilidades personales, familiares, sociales y laborales que favorecen su integración y la de sus hijas e hijos.
¿Qué problemas de salud mental tiene asociado el sufrir violencia de género?
Los problemas de salud mental no se asocian directamente con violencia de género. Hay que erradicar la idea equivocada de que las mujeres que sufren, como ejemplo, malos tratos en la pareja, es debida a que tienen problemas mentales. En todas las mujeres, incluidas las de diferentes estratos sociales y laborales, se encuentran episodios de violencia de género en cualquiera de sus formas. Es la construcción patriarcal de nuestra sociedad la que favorece que haya discriminación de mujeres por parte de los hombres, debido a su consideración de ciudadanas de segunda; y por tanto inferiores. En este sentido, sería apropiado revisar los sistemas de creencias, actitudes y sobrevaloración, que socialmente hay establecida. Y que favorece que los hombres lleven a la práctica conductas machistas de tipo vejatorio, entre otras, que llegan a ocasionar la muerte de las mujeres. Cabe no olvidar que la violencia de género no solo abarca el ámbito de la pareja. Sino que también lleva asociada, las discriminaciones laborales, salariales, publicitarias, o culturales en general; por poner algunos ejemplos.
Vídeo titulado: Intervención psicológica en casos de violencia de género
¿Cambia la forma en que se relacionan con nuevas parejas las personas que han sufrido violencia de género?
Sí. Las mujeres que han sufrido estos ataques en la pareja aprenden a detectar signos de una pareja machista y maltratadora de cualquier tipo. Elementos como insultos, humillaciones o prohibiciones que luego son convertidas en muestras de arrepentimiento, las ponen en alerta de que la situación solo irá a peor y que es mejor dejarla cuanto antes.
¿Las secuelas psicológicas y los problemas de salud mental que ocasionan son permanentes o temporales?
Depende de la persona, la situación o las características de su vida. Haber vivido situaciones de violencia de género no te convierte en una enferma. Hay cosas que nunca se olvidan, pero de ahí a considerarlas problemas de salud mental permanentes, hay un trecho. Todo puede ser superable. Pero hace falta luchar y ayuda.
¿Cuánto se tarda en superar las secuelas provocadas por la violencia de género?
En este aspecto, sí que hay variabilidad de unas personas a otras. No obstante, esto ocurre en cualquier aspecto de la vida. No solo aquí. Como todo, diferentes aspectos psicosociales (autoestima, apoyo social o recursos económicos) y características personales, determinarán el proceso de recuperación.
Una de las preocupaciones más importantes hoy en día es con respecto a frenar el aumento de casos de violencia de género que está sufriendo la sociedad.
Violencia de Genero
Aunque la realidad de la violencia de género no es nueva, en los últimos años se a tomado conciencia del problema, e implementado multitud de políticas para paliar sus efectos, desde la creación de normativas especiales para la protección de las víctimas, así como para la persecución y condena del agresor; de lo cual se encargar tribunales especiales. Igualmente desde los organismos públicos se han desarrollado políticas de protección y cuidado de las víctimas, una vez que estas han denunciado, y buscan salir del medio ambiente en donde se encuentran.
El principal problema de estas políticas es dar el primer paso, es decir, denunciar, ya sea por parte de la víctima o de sus familiares o amigos. Denuncia que activa una serie de mecanismo sociales que tratan de separar al agresor de su víctima, proporcionando a este ayuda social y psicológica para hacer frente a las secuelas que le haya podido provocar estas agresiones.
Por lo que desde el campo de la psicología también se ha avanzado mundo, tanto en el conocimiento del perfil del agresor y de la víctima, como en el desarrollo de programas especialmente orientados a trabajar la autoestima, las emociones y la autoimagen de estas víctimas, todo ello con el objetivo de ayudarles para superar esta situación traumatizante y que puedan llevar una vida lo más normal posible, a pesar de la historia vivida, pero ¿Se da violencia de género entre los ancianos?
https://youtu.be/QzMMsZuE8BY
Violencia a Mujer
Esto es lo que trata de averiguarse desde la Universidad de Sao Paulo (Brasil) y la Universidad de Ryerson (Toronto), cuyos resultados se han publicado en la revista científica International Journal for Equity in Health.
El estudio se realizó a veintiuna mujeres, de las cuales únicamente se tuvieron en cuenta los resultado de once de ellas.
El perfil de las participantes fueron, mujeres, entre los 66 a 85 años, con una media de 5 hijos, y diez años de viudedad. Viviendo en sus propias casas, y con un nivel educativo elemental. Todas ellas víctimas de violencia doméstica.
A todas se les realizó una entrevista semiestructurada, que luego fue categorizada para su análisis.
Los resultados indican, que la violencia doméstica, proviene principalmente de los familiares, tanto de hombres como de mujeres, siendo estos, hermanos/as, hijos/as e incluso nietos/as; pero también provienen de sus cuidadores.
Las formas más comunes detectadas son el abuso psicológico, financiero y la falta de respeto hacia las ancianas, lo que provocaba en ellas sentimientos de tristeza, ira, dolor e incluso miedo hacia su agresor.
Situación que por otra parte no podían cambiar, primeramente por que dependían de dicho abusador tanto emocional como financieramente, y segundo, porque los cambios que habían intentado incluir los propios ancianos para evitar el maltrato no habían dado el resultado esperado.
Violencia Ancianidad
Como en el estudio solo se incluyen a mujeres que viven sola o que conviven con sus familiares, pero sin pareja, debido a su viudedad, lo que hace dudar que sea reflejo de la sociedad en donde se vive, o impide analizar el caso más común de violencia de género dentro de la propia pareja.
Hay que destacar el escaso número de participantes en el estudio, lo que limita la extrapolación de sus resultados al resto de la población.
Igualmente hay que tener en cuenta las características de la población objeto de estudio, Brasil, por lo que para poder concluir al respecto se precisa nueva investigación en otros países, para ver si se trata de un fenómeno local o es algo global.
A pesar de todo lo anterior destacar la importancia de esta investigación en el ámbito de la violencia de género, que normalmente se circunscribe a la vida adolescente y adulta, olvidándose en muchos casos a los de la tercer edad, como si a ellos no les afectase.
Igualmente destacar de este estudio la necesidad de establecer políticas de detección, denuncia e intervención para poder paliar en la medida de lo posible el sufrimiento que el/la anciana están sufriendo.
Igualmente, y tal y como señalan los propios autores del estudio, se deben diseñar intervenciones de rehabilitación de estas personas, basados en el apoyo comunitario.
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