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  • ¿Qué explica las diferencias de Inteligencia, la genética o la cultura?

    ¿Qué explica las diferencias de Inteligencia, la genética o la cultura?

    La inteligencia ha sido definida tradicionalmente como la capacidad de resolución de forma satisfactoria de una serie de cuestionarios «estandarizados» para la población «diana» determinado por la genética, pero ¿Cual es el papel de la cultura?.

    Esto quiere decir, que el cuestionario o test ha sido validado con muestras menores antes de administrarse a la población general, y que cuenta con validez interna y externa, es decir, mide lo que se quiere medir, y además está especialmente diseñada para un determina colectivo y rango de edad.
    Si bien el uso de los cuestionarios de inteligencia surgieron ya en el siglo XIX, han sido muchos los detractores de estas pruebas por considerarlas «injustas», al querer evaluar a toda la población «por el mismo rasero».
    A principios del siglo pasado se creó una polémica sobre los estudios realizados por las fuerzas armadas que analizaban la relación entre la inteligencia y la raza, es decir, analizaban los resultados obtenidos entre la población americana en función de si el participante era blanco o negro, y entre los «nativos» americanos y los inmigrantes, concluyendo que los blancos de procedencia anglosajona tenían mejores resultados que otros grupos raciales y que los inmigrantes cuya lengua materna no era el inglés. Todo ello motivó la modificación de las políticas educativas encaminadas a «compensar» dichas diferencias.
    Estudios posteriores dejaron en evidencia dichos resultados debidos a los «fallos» en las pruebas empleadas los cuales no tenían en cuenta el «argot» propio de las población diana que se quería analizar, siendo necesario adaptar dicho test en función de a quién se dirigía.
    En los últimos meses se ha creado un gran revuelo en EE.UU. con respecto a la medida de la inteligencia. Un reciente estudio indica que los latinos (americanos de procedencia hispana) muestran niveles de inteligencia por debajo de los blancos y por encima de la de los negros. Unos resultados que han «encendido» a los medios de comunicación y movilizado a la población, en contra de éste «racismo intelectual», que resalta las diferencias y pone a unos sobre otros.


    https://youtu.be/vwVEvi_FFiE

    El coeficiente de inteligencia es una medida de nuestra capacidad de resolución de una serie de pruebas diseñadas y preparadas por los psicólogos, las cuales siguen unas estrictas normas de control establecidas por la psicometría (ciencia de la medida) de forma que sus resultados son válidos y fiables para la población que se aplica.
    Gracias a ello, se puede predecir el nivel de éxito académico, y con ello también el futuro profesional de los alumnos, mucho antes de que éstos sean capaces de ser conscientes de sus habilidades y posibilidades; igualmente se usa en el campo de la selección de personal como encontrar al candidato ideal para el puesto, que no tiene porqué ser ni el mejor cualificado ni el que más experiencia tiene.
    A lo largo de los años se ha ido perfeccionando y mejorando la psicometría de forma que su fiabilidad es bastante alta, es por ello que las empresas deciden «su futuro» en función de los resultados de las evaluaciones realizadas por los servicios de Recursos Humanos.
    El concepto mismo de inteligencia ha sido cuestionado, entendiéndose que no es algo unitario sino que existen inteligencias múltiples, inteligencia espacial, inteligencia verbal, inteligencia matemática, inteligencia musical,… En los últimos años ha prestado especial atención la inteligencia emocional, la cual está muy relacionado con la relación materno-filial y el estilo educativo familiar.
    Otra polémica sobre la inteligencia es la que tiene que ver sobre la «base» de la misma, actualmente y después de grandes discusiones entre los que defendían un origen ambiental frente a los de origen genético, actualmente se considera que el 80% de la inteligencia es de base genética y que su desarrollo y potencialidad queda sujeto al esfuerzo y dedicación del 20% restante. Un reciente estudio conjunto realizado por Universidad VU de Amsterdam, Universidad de Amsterdam y la Universidad Tilburg, publicado en el 2014 Psychological Science donde se realiza un análisis bibliográfico de 23 estudios anteriores sobre ésta cuestión.
    Los resultados de este estudio contradicen las actuales teorías dominantes sobre la inteligencia, indicando que la genética tiene un mayor valor debido un homogéneo efecto de la cultura donde se vive, el cual va a potenciar determinados desarrollos que van a mantenerse en el tiempo en un determinado lugar.


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  • ¿Por qué huelen tan bien los bebés?

    ¿Por qué huelen tan bien los bebés?

    A pesar de que la relación madre-hijo ha sido estudiada desde hace mucho, todavía en la actualidad se realizan descubrimientos, como el relativo a la función de olor del bebé en el comportamiento de la madre.

    Una de las mayores dificultades que tiene la madre o su médico con relación a saber lo que le sucede al pequeño en los primeros años de vida del bebé, es que imposible que éste proporcione información verbal sobre qué es lo que le duele o necesita, por lo que la observación se convierte en una de las herramientas imprescindibles del pediatra. En los primeros mese de vida van a predominar comportamientos biológicos “preestablecidos” como los reflejos, los cuales, en la mayoría de los casos, desaparecerán gracias a los procesos madurativos del sistema nervioso central.
    Además de la auscultación u otras técnicas de diagnóstico, el desarrollo neurovegetativo se evalúa observando la aparición y desaparición de reflejos motores a lo largo de los primeros años de vida.
    Un reflejo es un acto motor involuntario y automático que responde ante un determinado estímulo, siempre y cuando el sistema nervioso encargado de dicho reflejo esté desarrollado adecuadamente.
    Ya desde los primeros momentos de vida se puede observar algunos de estos reflejos en los pequeños como es:
    – El reflejo de presión palmar, que consiste en que si se toca la palma de la mano del bebé, éste la cerrará agarrándo con fuerza. Éste reflejo suele desaparecer sobre los 4 a 5 meses.
    – El reflejo de sobresalto, por el cual, cuando a un bebé se le suelta brevemente (todo ello con cuidado) abre los ojos y los brazos por el sobresalto. Éste reflejo desaparece sobre los 5 meses.
    – El reflejo de presión plantar, por el cual cuando se le toca la planta del pie intenta agarrarlo. Éste reflejo desaparece bastante tarde, entre los 9 y 12 meses.
    – El reflejo de marcha automática, en donde el pequeño mueve las piernas como si estuviese andando cuando se le sujeta por las axilas. Éste reflejo desaparece a los 2 meses.
    – El reflejo de búsqueda, cuando se le acaricia la mejilla, gira hacia ese lado buscando comida y empieza a succionar aun cuando no haya nada. Éste reflejo desaparece entre el 2 y 4 meses.
    La no presentación de estos reflejos o su mantenimiento en el tiempo más allá de lo esperable, pueden dar indicios al pediatra de que algo no está funcionando de forma correcta a nivel neurológico.
    Otros reflejos van a permanecer con nosotros el resto de nuestra vida, como el del bostezo, el estornudo o el parpadeo cuando nos da el aire sobre un ojo.
    Además en ésta etapa, el bebé contacta por primera vez consigo mismo y con el mundo exterior, lo que se lleva a cabo principalmente a través de la madre, quien va a ser la proveedora de cariño y ternura, además del cuidado y la alimentación, y cuyas experiencias positivas y negativas van a influir en el resto del desarrollo del pequeño.



    Por ejemplo en el caso de la violencia intrafamiliar anteriormente comentada, esa agresividad dirigida hacia el pequeño (violencia vivida) o entre los progenitores (violencia percibida) va a quedar impresa dentro de ésta etapa de formación, del yo individual frente al mundo, y puede marcar su posterior evolución, desencadenándose de adulto una enfermedad psicosomática “sin causa aparente” (pasa saber más ver el artículo La Enfermedad Psicosomática).
    La vivencia de la madre, sus tensiones y ansiedades, los problemas por los que pueda pasar en los primeros momentos de la vida del pequeño van a transmitirse al bebé, el cual carece de ningún filtro que mitigue aquello, asumiéndolo como vivencias propias.
    Pero ésta no es sólo una relación “de dar” por parte de la madre, tal y como ha informado un reciente estudio realizado por la Université de Montréal en la revista Frontiers in Psychology.
    El estudio analiza la actividad del cerebro de 30 mujer, de los cuales la mitad de habían sido madres, a todas se les expuso al olor de un bebé recién nacido observando cómo se activaba el tálamo, en concreto las regiones neoestriadas por donde pasa la vía dopaminérgica encargada entre otras de la estimulación placentera, que se estimulan cuando se satisface alguna necesidad como comer, o ante la ingestión de alguna sustancia psicoactiva.
    De forma que la mujer va a recibir una estimulación agradable y satisfactorio cuando tiene contacto con el bebé, ya sea madre o no, lo que va a fortalecer el vínculo de apego madre-hijo, éste es parece ser un mecanismo biológicamente determinado para garantizar así la superviviencia del menor.

    Como vemos la «naturaleza» no deja la cirianza al azar, sino que prepara biológicamente tanto al bebé como a la madre para establecer una diana, en que uno va a afectarse al otro, y viceversa (para ampliar ver artículo Diada Madre-Hijo)

  • La Supresión de Peso es útil para prevenir la Anorexia y la Bulimia

    La Supresión de Peso es útil para prevenir la Anorexia y la Bulimia

    Hay avances que permiten predecir mejor las enfermedades futuras, entre ellas el Síndrome de Cushing, gracias al índice de la supresión de peso.

    Supresión de Peso

    Muchas personas a lo largo de su vida se han puesto a dieta con más o menos éxito, intentando quitarse esos «kilitos de más», que se cogen principalmente tras celebraciones y temporadas estivales, y que luego cuestan tanto perder.
    Son muchos los factores que influyen en que no mantengamos «la línea», entre los que se encuentra, una incorrecta alimentación, en el que se incluye demasiada grasa, escaso ejercicio diario en pro del sedentarismo, la genética de la persona, y en algunos casos por problemas de salud, como el hipertiroidismo o el síndrome de Cushing.
    En ocasiones éste intento por controlar el peso puede «escaparse de las manos», derivando en un trastorno de la alimentación, de los cuales los más conocidos son la anorexia nerviosa (ver artículo sobre ¿Cuál es el origen de la Anorexia Nerviosa?) y la bulimia. La primera caracterizada por una negación a ingerir alimentos, mientras que en la segunda, se utilizan mecanismos para «compensar» un atracón de comida previo, por ejemplo forzando el vómito, ¿Pero por qué se dan estos trastornos?



    Prevenir anorexia

    Un novedoso estudio realizado por la Drexel University (EE.UU.) recientemente publicado en Journal of Abnormal Psychology indica que las experiencias tempranas, con las dietas y la conducta de control del peso, pueden estar en la base de estos desórdenes.
    Los investigadores del estudio centraron sus esfuerzos en evaluar los pensamientos, sentimientos y emociones de pacientes con trastornos de alimentación, observando cómo jugaba un papel fundamental la experiencia previa en lo que se denomina como «supresión de peso», el cual es el resultado de restar al mayor peso histórico de la persona, el peso actual, lo que daría un índice de peso percibido.
    Ésto es, aquellas personas que han perdido más peso en el pasado, mostrando un mayor supresión de peso, van a ser las que más posibilidades tengan de sufrir trastornos de la alimentación, como la Anorexia Nerviosa o la Bulimia, ya que lo usan como medio para estar «saludables» o al menos «igual que el resto», cuando en realidad los efectos de estos trastornos pueden ser «devastadores».
    Jugando así un papel destacado el aspecto psicológico en el surgimiento y mantenimiento del estos trastornos de la alimentación, debido a una motivación para no volverse a ver de nuevo en el espejo con esos «kilos de más» y evitar así los efectos negativos que pudiese haber sufrido proveniente de su entorno social, sobre todo de los amigos.
    Como vemos la investigación ha encontrado que la experiencia previa, en cuanto al peso máximo alcanzado, va a ser determinante en cómo se ve ahora y cuánto quiere perder, más que el propio peso actual.
    Los investigadores señalan que éste índice es mejor predictor del comportamiento de las personas que sufren estos trastornos de la alimentación, que el que actualmente se utiliza que es el Índice de Masa Corporal (I.M.C.), definido como la diferencia entre el peso actual dividido entre la estatura al cuadrado. Índice que a pesar de seguirse utilizando, se han añadido otra serie de condicionantes que va a permitir comprobar si se está dentro del peso «esperable», como son el género y la edad.

    Prevenir bulimia

    Por todo lo anterior es importante que las primeras experiencias con el intento del control del peso sea de forma adecuada, atendiendo a criterios saludables, con un plan de comidas equilibrado, establecido por el dietista, acompañado de ejercicios moderado, sin buscar la «dieta milagro» por las consecuencias futuras que pueda traer.
    Evitando en primer lugar que se engorde, más de lo conveniente y saludable en edades tempranas, muy habitual en la sociedad actual en donde no siempre se incentivan hábitos de alimentación y ejercicios adecuados, y en el caso de que exista sobrepeso, hacer lo posible por ir reduciendo progresivamente el peso, dando tiempo a que el cuerpo se vaya acostumbrando a su nueva imagen.

  • ¿Baja autoestima por los éxitos de mi mujer?

    ¿Baja autoestima por los éxitos de mi mujer?

    Un estudio demuestra que los hombres tienen menor autoestima cuando su mujer tiene éxito profesional, mientras que las mujeres no se ven afectadas igual.

    Descubriendo la autoestima en la mujer

    La autoestima es un concepto psicológico, que hace referencia a cómo nos percibimos a nosotros mismos, ya sea por nuestras capacidades, habilidades y destrezas para desenvolvernos en el mundo que nos rodea, como por la comparación que hacemos dentro de nuestro grupo de referencia.
    “En el país de los ciegos, el tuerto es el rey”, éste refrán define perfectamente cómo funciona nuestra autoestima, es decir, si nuestro grupo de referencia es igual o inferior en habilidades, capacidades y destrezas, tendremos una buena autoestima, pues nos sentiremos parte del grupo, y si además tenemos alguna cualidad que los demás no tengan, o que sea apreciada por ellos, tendremos un nivel más alto de autoestima. En cambio si nuestro grupo de referencia, pertenece a un estatus económico superior, o muestra destrezas de las que carecemos o escasamente tenemos desarrolladas, nuestra autoestima se verá mermada, ya que no llegamos al nivel con lo que nos comparamos.
    Es cierto que algunos autores afirman, que la autoestima que se va construyendo socialmente, no tiene necesariamente que depender de la comparación con los demás, sino que es un constructo individual y que no precisa de otros para saberse uno mismo más o menos capaz y con ello tener una menor o mayor autoestima, pero la mayoría de autores admiten el destacable papel de la comparación social, con las personas de nuestro grupo de pertenencia y con aquellos que tenemos más cerca, pero ¿Qué pasa con nuestra pareja?, ¿afectan sus éxitos en nuestra autoestima?


    Vídeo recomendado: Autoestima de la Mujer – Había Una Vez Una Mujer – Canal 13 de Santa Fe.

    La autoestima en la relación de pareja

    Esto es lo que se ha cuestionado un grupo de investigadores de la University of Florida y la University of Virginia, publicado recientemente en el Journal of Personality and Social Psychology, para ello han estudiado las respuestas de 900 estudiantes, a los cuales se les hizo pasar por una serie de experimentos, donde tenían que narrar sus sentimientos ante los éxitos o fracasos de su pareja, para posteriormente evaluar mediante test estandarizados su nivel de autoestima.
    Los resultados fueron sorprendentes, al encontrar que los hombres se sentían “amenazados” por los éxitos de sus parejas, mostrando menores niveles de autoestima; en cambio las mujeres que estaban con hombres exitosos se sentían orgullosas y mostraban altos niveles de autoestima.
    Esto sería tanto como decir, que los las mujeres se alegran por los éxitos de sus parejas, pero por el contrario, los hombres no lo hacen.


    Competencias de autoestimas

    La “amenaza” sentida por el hombre puede ser explicado según el Modelo de Autoevaluación Mantenida (self-evaluation maintenance model) de Tesser, el cual plantea una teoría que da cuenta de cómo nos consideramos a nosotros mismos y cómo influyen los demás en ésta autoevaluación, indicando que nos comparamos con los más próximos, sintiéndonos más amenazados por los éxitos de nuestros amigos, que por los de desconocidos (si atendemos al factor comparación). Pero éste mismo modelo predice que nos alegramos y compartimos los éxitos de las personas más próximas, mientras que el de las que están más alejadas no nos afectan (si atendemos al factor reflexión).
    Por lo que si tenemos en cuenta éste modelo, podemos concluir que los hombres se rigen más por factores de comparación, incluso dentro de la pareja, por lo que les cuesta más alegrarse por los éxitos de su mujer, ya que estos los sienten como una amenaza. Mientras que las mujeres se regirían en mayor grado por un factor de reflexión, por el cual se alegran con los éxitos de su pareja, sintiéndolos como éxitos propios, y no como algo amenazante.
    El estudio además vincula ésta autoevaluación con los niveles de autoestima, encontrando que a mayores niveles del factor comparación dentro de la pareja, menor nivel de autoestima para el hombre, cuando la mujer tiene éxito profesional o social; en cambio a mayor factor reflexión se halla una mejor autoestima, es decir, la mujer tiene una alta autoestima cuando tiene a su lado un hombre exitoso.

  • ¿Cómo buscamos hoy el amor?

    ¿Cómo buscamos hoy el amor?

    Un reciente estudio publicado en el Journal of Personality and Social Psychology desata la polémica al cuestionar la existencia del amor romántico.
    Si hasta ahora se tenía la creencia, avalada por diversos estudios sobre la igualdad en la motivación que llevaba tanto a hombres como a mujeres a buscar pareja, éste estudio contradice los hallazgos previos revalidando los estereotipos existentes.
    El amor romántico, la pareja duradera, la compatibilidad de gustos y caracteres,… son signos en que se fijan tanto hombres como mujeres a la hora de enfrentarse a la difícil situación de buscar pareja, pero ¿es esto lo más importante?
    Según el profesor Li de la Singapore Management University, lo primero que tienen en cuenta las mujeres es el estatus social del hombre, desechando aquellos que tienen un nivel bajo, pudiendo optar a ser pareja los de nivel medio y alto, es decir, una vez que se supera ésta primera “criba” empiezan a entrar en juego todas las demás valoraciones anteriormente comentadas, el amor romántico,…
    En cambio, en el caso de los hombres, ellos se fijan primero en la belleza “externa”, descartando aquellas que consideran que tienen un nivel “bajo”, siendo posibles candidatas las que tienen un nivel medio o alto, igualmente que en la mujer, ahora jugarían esas otras cualidades que determinan qué tipo de pareja quiere.
    Aunque no existe un consenso en cuanto a cuál es la mejor pareja para uno, pues depende muchos factores, ya no sólo del gusto de cada cual, sino también de sus experiencias anteriores y expectativas futuras, a pesar de ello, todos y todas parecen realizar un primer “filtrado” de los candidatos, simplificando así la decisión.
    Aclarar que como características especiales de éste estudio, es que se llevaron a cabo mediante análisis de chats y de citas rápidas; en ambos casos una persona que está buscando pareja se encuentra con varios candidatos, durante un tiempo limitado, y al final debe de identificar entre todos ellos a cual o cuáles elegiría como una futura pareja indicado los motivos de su elección.


    Vídeo Recomendado:

    La investigación aporta como innovación, que incorpora un grupo de nivel económico bajo al estudio, aspecto que omiten los resultados previos donde se analizan a grupos homogéneos de pretendientes.
    Una de las características destacable es precisamente la metodología empleada para el estudio y que podría explicar por qué se hallan resultados diferentes y contrarios a los ya establecidos.
    El escaso tiempo de conversación con una persona hace que se prime el valor de la primera impresión, es decir, la persona que busca pareja debe de fijarse en unos pocas características del pretendiente y formarse una imagen global de la misma, y a partir de esos pocos datos considerarlo un candidato adecuado o descartarlo.
    Ésto que puede sonar novedoso, es precisamente lo que se lleva a cabo en una entrevista de trabajo, donde el entrevistador tiene que ver a veces a decenas de candidatos y de todos ellos quedarse con unos pocos para una segunda entrevista o directamente seleccionar al definitivo.
    Pues bien, en éstas circunstancias con una demanda temporal acuciante, se limita el análisis a las características más destacadas, como nivel de seguridad en un mismo, entonación, forma de sentarse o de vestir, todo lo cual va a conformar rápidamente esa primera impresión que va a determinar si el candidato consigue el puesto de trabajo o no.
    En la investigación que nos ocupa, la primera impresión del hombre y la mujer se rigen por claves diferentes, haciendo mayor hincapié en la belleza, en el caso de los hombres, y del estatus económico, en el caso de la mujer.
    Éste estudio, lejos de crear polémica, no hace sino completar la información que ya se tenía, teniendo una limitada validez ecológica, esto esto, afortunadamente la pareja la encontramos en un momento determinado, con la que nos formamos una primera impresión, pero en posteriores encuentros, esa imagen global que tenemos, se va a ir perfilando descubriendo nuevas cualidades e identificando carencias en la persona que estamos conociendo.

  • ¿Existe el estrés bueno?,  conoce cómo potenciarlo

    ¿Existe el estrés bueno?, conoce cómo potenciarlo

    Las emociones forman parte de nuestra vida, siendo la de mayor influencia el estrés, ¿en qué consiste es esa influencia?, ¿existe el estrés bueno?

    Existen numerosas situaciones a lo largo del día que requieren de nuestra máxima atención, en la que tenemos que dar la mejor respuesta posible, ya sea por la premura o por tener que atender a varios requerimientos a la vez, estas demandas nos producen estrés.
    El estrés mantenido a medio o largo plazo puede ser nocivo para la salud, es lo que se denomina como distres, pero también existe el estrés “bueno”, es decir, aquel que durante un corto espacio de tiempo potencia nuestras capacidades y nos hace dar respuestas más acertadas en las actividades que se deben desempeñar, a éste segundo tipo de estrés se denomina eustrés.
    Como vemos, el que sea “bueno” o «malo», depende tanto de nuestra valoración psicológica de los acontecimientos y situaciones estresantes como de que estas se mantengan durante un cierto tiempo. Así, una situación valorada como desafiante, pero atractiva como forma de superarse o de “lucirse”, motiva a dar lo mejor de uno mismo, obteniendo éxitos que de otra forma no se alcanzarían; pero si esa situación se mantiene en el tiempo, se produce el agotamiento de los recursos que explicaba Selye en su Sistema General de Adaptación, y con ello dejaría de ser motivador convirtiéndose en a algo “insufrible”, dando el éxito paso a la enfermedad.
    Además el estrés por sí solo puede ser fuente de enfermedades psicológicas, como en el caso de los trastornos de ansiedad, los cuales son un conjunto de trastornos cuya característica principal son niveles elevados de ansiedad y miedo.
    Dentro de ésta categoría tendríamos (según el D.S.M.), el trastorno de angustia, con y sin agorafobia (miedo a lugares de los que no se puede escapar), fobia social y específica, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno por estrés agudo o postraumático, trastorno por ansiedad generalizada o inducido por sustancias.



    Como ejemplo del efecto de una situación del estrés, destacamos el trastorno por estrés postraumático, se denomina a éste como un tipo específico de trastorno de ansiedad y se produce cuando una persona se ha visto implicada de forma directa o indirecta en un acontecimiento muy estresante, con amenaza para su integridad; es en estos casos donde se produce un “trauma”, entendido éste como un acontecimiento que la persona es incapaz de asumir.
    Esto va a provocar una serie de síntomas, el más importante de ellos es el revivir aquellos acontecimientos de forma esporádica o en sueños, lo que provoca irritabilidad, insomnio, dificultad para concentrarse; igualmente se presenta un intento de olvidar o negar la situación desencadenante, ya sea evitando hablar de ello o sufriendo amnesias parciales. Se ha podido constatar que en estos pacientes, existe una alteración en el eje Hipotálamo Hipófisis Adrenal (H.H.A.), donde se ha observado una hipersecreción del Hormona Liberadora de Corticotropina (C.R.H.) por parte de la hipófisis, generando mayores niveles de cortisol en el organismo, que una persona no afectada por éste trastorno.
    Como vemos hasta ahora, el estrés es fuente de motivación a corto plazo, pero su permanencia a medio y largo plazo pueden provocar daños generalizados en el organismo, debido al mantenimiento en el tiempo de la activación en los distintos sistemas implicados en el H.H.A., estimulados algunos e inhibidos otros por el sistema simpático; pero también a que dicha situación va a influir también en nuestros relojes internos, con lo que se verían afectadas además, funciones tan importantes como la frecuencia cardíaca, el sueño o incluso la tasa de regeneración celular, lo que podría desencadenar una mayor tendencia a padecer cáncer.
    Además el sistema inmune, que protege al organismo de infecciones externas e internas, es muy sensible a los procesos de estrés; cuando éste se genera, el organismo va a experimentar una inmunodepresión, reduciendo el consumo de estas funciones al mínimo, pero si se mantiene, se daña el sistema.
    Los primeros síntomas de que el sistema inmune no está funcionando correctamente, se pueden observar ante la aparición de síntomas como psoriasis o lupus; pero si no se pone remedio y la situación estresante continúa, no sólo se va a producir una ralentización de los procesos de cicatrización y de recuperación de las heridas que pudiese tener, sino que se deja la “puerta abierta” a todo tipo de infecciones, además de producirse un empeoramiento de los síntomas de las enfermedades autoinmunes, entre ellas la esclerosis múltiple.
    Como vemos el eje H.H.A., nos va a dar la medida de cómo funciona el organismo, si éste funciona correctamente, es decir, si se produce una activación puntual ante situaciones de estrés, la persona va a poder dar la respuesta adecuada al momento, ya sea de escape o de afrontamiento; mientras que si ésta se mantiene en el tiempo, debido a que el estresor sigue presente, se van a empezar a producir fallos en el proceso normal, y con ello se incrementa la probabilidad de sufrir enfermedades psicosomáticas.

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