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  • ¿Es posible evitar los efectos nocivos del acoso escolar?

    ¿Es posible evitar los efectos nocivos del acoso escolar?

    El acoso escolar o Bullying es una de las mayores preocupaciones entre los educadores y psicólogos que tratan de evitar sus efectos en los menores que lo sufren.

    Acoso escolar

    Imagine que se levanta un día de la cama y le dice su madre que debe acudir a su centro de estudio, donde sabe que hay unos chicos que le acosan, insultan y pegan en el recreo, ¿Iría usted a clase?
    Esta es una realidad a la que se tienen que enfrentar cada vez más pequeños en las escuelas, ¿Y la solución?, de momento no se conoce que haya una, ya que de ser así, rápidamente se «exportaría» al resto de los centros del sistema educativo y se paliaría una realidad que se ha comprobado que deja «mella» en el pequeño que va a sufrir sus consecuencias incluso en la edad adulta.
    Ya no se trata únicamente de los moratones, hematomas u otras lesiones «menores» que pueda sufrir el menor, sino las más graves son precisamente las que no se ven, a nivel psicológico, ya que va a minar su autoestima en una etapa crítica de su formación de la personalidad, igualmente va a determinar cómo se relacionará en el futuro con los demás. Una situación tan estresante que puede ser origen incluso de enfermedades psicosomáticas así como de intentos de suicidios en los casos más dramáticos.
    Para dar respuesta a ésta situación han sido varios los intentos tanto desde una intervención directa sobre los menores acosados, o bien sobre los acosadores, sobre los «maestros» para que sean estos los que detecten las situaciones de acoso en el aula, o incluso para que sean ellos los que «lo paren», incrementado su autoridad y las consecuencias de las conductas inapropiadas en clase, e incluso realizando charlas de concienciación en los padres, para que sepan apreciar cuándo el pequeño da síntomas de que «algo no va bien» en clase. Todas estas intervenciones han tenido resultados desiguales, pero como se indicó al principio se ha encontrado una fórmula adecuada para «cortar de raíz» éste problema creciente.



    Acoso escuela

    Un reciente estudio realizado conjuntamente por la Universidad de Milano–Bicocca (Italia) y la Universidad de Manitoba (Canadá) publicado en Journal of Experimental Child Psychology aborda ésta cuestión desde una perspectiva diferente.
    Los autores del estudio entienden que para cuando aparece el acoso escolar o bullying escolar «es demasiado tarde», y que es mejor fijarse en las etapas anteriores de formación con las que trabajar para que se den estas situaciones, es decir, su «cura» consiste en prevenirlo.
    La investigación contó con 110 participantes, de 6 a 7 años, la mitad de ellos niños y la mitad niñas, a los cuales se les dividió en dos grupos, ambos grupos se les hizo leer una serie de textos sobre situaciones emocionales durante dos meses, al primer grupo se le pidió que comentasen los textos de forma abierta sobre la naturaleza, causas y regulación de las emociones; mientras que al segundo que lo representase mediante dibujos.
    Los resultados muestran que el primer grupo incrementó su comprensión sobre las emociones, la teoría de la mente (ponerse en el lugar del otro), así como su empatía, evaluado tras la fase de entrenamiento, resultados que se mantenían incluso seis meses después.

    Consecuencia acoso

    Aunque no fue evaluadas las consecuencias en la futura aparición del acoso escolar o bullying escolar, los autores esperan que una mayor comprensión de las propias emociones y de la empatía, sea «suficiente» para prevenir situaciones de acoso en un futuro, crítico por parte de otros autores, ya que una falta de empatía y de control de los impulsos estaría en la base del disruptivo comportamiento por parte del pequeño acosador.
    Un intento por paliar los efectos «devastadores» del acoso escolar, antes de que éste surja desde una perspectiva de la educación en la infancia, un modelo que de comprobarse que es «exportable» a otros lugares, sería bueno para los pequeños, ya que «garantizaría» un mejor desempeño social, sin llegar a situaciones de acoso.
    Aunque como los mismos autores indican, existen muchas limitaciones, además de que mientras no sea un modelo implantado en todas las escuelas, siempre se corre el riesgo de tener en clase alumnos procedentes de otros centros que no han recibido esta educación previa, y por lo tanto está más «expuesto» a convertirse en acosador.

  • ¿Riesgos de la salud mental en la migración?

    ¿Riesgos de la salud mental en la migración?


    Una de las preocupaciones de las autoridades de los países es la salud mental en la migración, ya que se ha observado cómo existen más casos de afectados.

    A nadie se le escapa que migrar, sobre todo cuando es por necesidad, es una decisión dura y difícil, máxime cuando se deja a la familia atrás. Llegar a un país nuevo, con costumbres y lenguas desconocidas hace que uno se sienta «descolocado», sin saber qué y cómo hacer.
    Incluso cuando se comparte la lengua y algunas costumbres, cambiar de lugar de residencia, buscar casa, trabajo y empezar «desde cero», supone una situación de estrés, que de mantenerse, puede desencadenar en la aparición de enfermedades mentales.
    La añoranza por su tierra añorada y por el cariño de sus familiares que quedaron atrás puede fácilmente generar sentimientos de desesperanza que conduzcan a estados de ánimos decaídos y de ahí a la depresión.
    Una vivencia que en ocasiones pasa de ser individual a convertirse en el sentir de un «pequeño grupo» definido por sus orígenes, cultura o lengua.



    Las minorías suelen presentar un comportamiento de «autodefensa» de su identidad y cultura, cerrándose sobre sí mismo, en muchos casos no permitiendo que ningún no miembro de su comunidad pueda ver ni compartir de sus prácticas y tradiciones, lo que puede llevar a aumentar el sentimiento de falta de integración de sus miembros.
    En ocasiones la cultura «mayoritaria» prima sobre las demás, provocando que las minorías se concentren en «guetos» o en barrios dentro de las ciudades, en donde expresarse libremente en su forma de ser, pensar y comportamiento, alejado de las opiniones y comentarios de los demás con los que no comparte su ideología, religión o lengua, como si de una «burbuja» se tratase.

    Un reciente estudio realizado por Tilburg Unversity (Paises Bajos) publicado en Europe’s Journal of Psychology analiza la cuestión de la salud mental de los inmigrantes prestando especial atención a los antecedentes familiares que pudieran incidir, para determinar el riesgo de la salud mental en la migración.
    En la línea de los estudios previos donde hallaban una relación de casi tres a una, entre inmigrantes y «nativos» del lugar, de forma que un inmigrante tenía tres veces más posibilidades de padecer trastornos como la esquizofrenia.
    En el estudio se analizaron a 62 inmigrantes frente a no inmigrantes, evaluando mediante pruebas estandarizadas de salud mental, así como el historial familiar de trastornos.
    Los resultados arrojan que los inmigrantes muestran más trastornos psicóticos tanto si tienen o no antecedentes familiares, aunque cuando estos se dan, el porcentaje de afectados es superior, grupo que además muestra un mayor número de situaciones de riesgos para la salud como el consumo de sustancias, así como sentimientos de ansiedad y depresión, percibiendo su situación como desesperanzadora.
    El estudio concluye que los inmigrantes que ya tienen en su familia antecedentes de problemas psicóticos son más sensibles de sufrirlo debido a la exposición crónica ante una adversidad social, que en circunstancias «normales» no se presentaría, o de hacerlo sería en menor grado.

    Queda pues corroborado la relación entre los factores ambientales y la genética en la aparición de trastornos como la esquizofrenia, donde a pesar de la importancia de la herencia es preciso que existan suficientes elementos «externos», como en éste caso, el de la inmigración y todo lo que conlleva, para poner en riesgo salud mental en la migración.

    Bibliografía Recomendada:
    Van der Stelt et al. (2013). Migration Status, Familial Risk for Mental Disorder, and Schizotypal Personality Traits. Europe’s Journal of Psychology 

  • ¿Diabetes causado por azúcar emocional?

    ¿Diabetes causado por azúcar emocional?






    El Impacto de las Emociones y el Estrés en la Diabetes: Un Análisis Profundo


    El Impacto de las Emociones y el Estrés en la Diabetes: Un Análisis Profundo

    Las emociones y el estrés juegan un papel crucial en la salud, especialmente en enfermedades crónicas como la diabetes. Este artículo explora en profundidad la compleja relación entre las emociones, el estrés y la diabetes, ofreciendo una visión integral de sus interacciones y consecuencias.

    1. Las Enfermedades Psicosomáticas y la Diabetes

    Las enfermedades psicosomáticas son aquellas en las que los factores psicológicos juegan un papel significativo en el inicio, curso y exacerbación de los síntomas físicos. La diabetes, aunque tiene una base fisiológica clara, puede ser fuertemente influenciada por factores psicológicos y emocionales.

    1.1 Definición y tipos de enfermedades psicosomáticas

    Las enfermedades psicosomáticas se clasifican generalmente en tres categorías:

    • Trastornos psicofisiológicos: Donde el estrés y las emociones afectan directamente la función corporal (ej. hipertensión, úlceras).
    • Trastornos de conversión: Donde los síntomas físicos representan conflictos psicológicos inconscientes.
    • Trastornos somatomorfos: Donde hay quejas físicas sin una base orgánica identificable.

    1.2 La diabetes como enfermedad psicosomática

    Aunque la diabetes tiene una base fisiológica clara, varios estudios han demostrado que los factores psicológicos pueden influir significativamente en su desarrollo y progresión:

    • El estrés crónico puede aumentar la resistencia a la insulina.
    • Las emociones intensas pueden alterar los niveles de glucosa en sangre.
    • La depresión y la ansiedad son más comunes en personas con diabetes y pueden afectar el manejo de la enfermedad.

    2. El Concepto de «Azúcar Emocional»

    El término «azúcar emocional» se refiere a la fluctuación de los niveles de glucosa en sangre que no se debe a causas dietéticas o metabólicas directas, sino a la influencia de las emociones y el estrés.

    2.1 Mecanismos fisiológicos del azúcar emocional

    El azúcar emocional se produce a través de varios mecanismos:

    • Activación del eje HPA: El estrés activa el eje hipotálamo-pituitaria-adrenal, liberando cortisol que aumenta la glucosa en sangre.
    • Sistema nervioso simpático: La activación del «modo de lucha o huida» aumenta la producción de glucosa hepática y disminuye la sensibilidad a la insulina.
    • Alteración de hábitos: El estrés puede llevar a cambios en la dieta y el ejercicio que afectan indirectamente los niveles de glucosa.

    Dato importante

    Un estudio publicado en el «Journal of Diabetes Science and Technology» en 2022 encontró que el estrés agudo puede aumentar los niveles de glucosa en sangre hasta un 40% en personas con diabetes tipo 2, incluso sin cambios en la dieta o medicación.

    2.2 Impacto a largo plazo del azúcar emocional

    La exposición prolongada al azúcar emocional puede tener consecuencias significativas:

    • Mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en personas predispuestas.
    • Dificultad en el control glicémico para personas ya diagnosticadas con diabetes.
    • Aumento del riesgo de complicaciones diabéticas a largo plazo.

    3. Estrés y Diabetes: Datos Estadísticos y Estudios Recientes

    3.1 Prevalencia del estrés en pacientes diabéticos

    Varios estudios han investigado la relación entre el estrés y la diabetes. Aquí presentamos algunos datos relevantes:

    3.2 Impacto del estrés en el control glicémico

    Un metaanálisis publicado en la revista «Diabetes Care» en 2023 analizó 45 estudios sobre el impacto del estrés en el control glicémico:

    • El estrés crónico se asoció con un aumento promedio de 0.7% en la HbA1c.
    • Pacientes con altos niveles de estrés tenían un 32% más de probabilidades de tener un control glicémico deficiente.
    • Las intervenciones de manejo del estrés mostraron una reducción promedio de 0.5% en la HbA1c.

    3.3 Tipos de personalidad y riesgo de diabetes

    El estudio de la Universidad de Bharathiar mencionado anteriormente encontró una relación entre ciertos tipos de personalidad y la diabetes:

    Tipo de Personalidad Prevalencia en Pacientes Diabéticos Prevalencia en Grupo Control
    Tipo A (competitivo, impaciente) 65% 35%
    Tipo B (relajado, paciente) 25% 45%
    Tipo C (supresión emocional) 10% 20%

    4. Mecanismos Biológicos que Conectan el Estrés y la Diabetes

    4.1 El eje hipotálamo-hipófiso-adrenal (HPA)

    El eje HPA es fundamental en la respuesta al estrés y tiene implicaciones directas en la regulación de la glucosa:

    • Cortisol: Hormona del estrés que aumenta la gluconeogénesis y reduce la sensibilidad a la insulina.
    • Hormona del crecimiento: Aumenta durante el estrés, antagonizando los efectos de la insulina.
    • Catecolaminas: Adrenalina y noradrenalina que incrementan la glucosa en sangre.

    4.2 Inflamación crónica

    El estrés crónico puede llevar a un estado de inflamación de bajo grado, que está implicado en la resistencia a la insulina y el desarrollo de diabetes tipo 2.

    4.3 Alteraciones en el microbioma intestinal

    Estudios recientes han mostrado que el estrés puede alterar la composición del microbioma intestinal, lo cual se ha relacionado con cambios en la sensibilidad a la insulina y el metabolismo de la glucosa.

    Investigación Reciente

    Un estudio publicado en «Cell Metabolism» en 2024 encontró que el estrés crónico altera específicamente la población de bacterias productoras de butirato en el intestino, lo cual se correlacionó con una disminución en la sensibilidad a la insulina en modelos animales.

    5. Estrategias Integrales para el Manejo del Estrés en Pacientes Diabéticos

    5.1 Intervenciones psicológicas

    • Terapia cognitivo-conductual (TCC): Ayuda a identificar y modificar patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen al estrés.
    • Mindfulness y meditación: Técnicas que han mostrado reducir el estrés y mejorar el control glicémico.
    • Terapia de aceptación y compromiso (ACT): Enfoque que combina la aceptación y la atención plena con estrategias de cambio de comportamiento.

    5.2 Modificaciones del estilo de vida

    • Ejercicio regular: Además de sus beneficios metabólicos directos, el ejercicio es un potente reductor del estrés.
    • Técnicas de relajación: Yoga, tai chi, respiración profunda, etc.
    • Mejora del sueño: El sueño adecuado es crucial para la regulación del estrés y el metabolismo.

    5.3 Apoyo social y educación

    • Grupos de apoyo: Compartir experiencias con otros pacientes puede reducir el estrés y mejorar el manejo de la diabetes.
    • Educación en diabetes: Un mejor entendimiento de la enfermedad puede reducir la ansiedad y mejorar el autocontrol.
    • Terapia familiar: Involucrar a la familia en el manejo de la diabetes puede mejorar el apoyo y reducir el estrés.

    5.4 Manejo farmacológico del estrés

    En algunos casos, puede ser necesario considerar intervenciones farmacológicas para manejar el estrés o la ansiedad asociada a la diabetes:

    • Antidepresivos (especialmente ISRS) para la depresión comórbida.
    • Ansiolíticos para el manejo a corto plazo de la ansiedad severa.
    • Betabloqueantes para síntomas físicos de ansiedad que pueden afectar el control glicémico.

    Nota: El uso de medicamentos para el manejo del estrés debe ser cuidadosamente evaluado y monitoreado por un profesional de la salud, considerando su potencial impacto en el control de la diabetes.

    6. Investigaciones Futuras y Direcciones Prometedoras

    6.1 Biomarcadores de estrés y control glicémico

    Se están investigando nuevos biomarcadores que podrían proporcionar una medida más precisa del estrés crónico y su impacto en el control glicémico:

    • Análisis de cortisol en pelo para medir el estrés a largo plazo.
    • Marcadores de variabilidad de la frecuencia cardíaca como indicadores de estrés crónico.
    • Perfiles de microARN circulantes como posibles biomarcadores de estrés y resistencia a la insulina.

    6.2 Intervenciones tecnológicas

    La tecnología está abriendo nuevas vías para el manejo del estrés en pacientes diabéticos:

    • Aplicaciones móviles que integran monitoreo de glucosa con técnicas de manejo del estrés.
    • Dispositivos wearables que detectan niveles de estrés y proporcionan intervenciones en tiempo real.
    • Terapias de realidad virtual para reducción del estrés y educación en diabetes.

    6.3 Medicina personalizada

    El futuro del manejo del estrés en la diabetes podría incluir enfoques altamente personalizados:

    • Perfiles genéticos para identificar individuos más susceptibles al estrés y sus efectos metabólicos.
    • Algoritmos de aprendizaje automático para predecir fluctuaciones de glucosa basadas en patrones de estrés individuales.
    • Terapias adaptativas que ajustan las intervenciones basándose en la respuesta individual al estrés.

    Investigación Innovadora

    Un equipo de la Universidad de Stanford está desarrollando un «páncreas artificial» que no solo monitorea los niveles de glucosa, sino que también incorpora sensores de estrés para ajustar la liberación de insulina en tiempo real basándose en los niveles de estrés del paciente.

    7. Conclusiones

    La relación entre las emociones, el estrés y la diabetes es compleja y multifacética. A lo largo de este artículo, hemos explorado cómo los factores psicológicos pueden influir significativamente en el desarrollo, progresión y manejo de la diabetes. Puntos clave a recordar:

    • El estrés crónico y las emociones intensas pueden afectar directamente los niveles de glucosa en sangre a través de mecanismos fisiológicos como el eje HPA y el sistema nervioso simpático.
    • El concepto de «azúcar emocional» resalta la importancia de considerar los factores psicológicos en el control glicémico.
    • Estudios recientes han demostrado una fuerte correlación entre altos niveles de estrés y un peor control de la diabetes.
    • Las intervenciones para el manejo del estrés, desde técnicas psicológicas hasta modificaciones del estilo de vida, pueden tener un impacto significativo en el control de la diabetes.
    • Las investigaciones futuras prometen enfoques más personalizados y tecnológicamente avanzados para abordar la interacción entre estrés y diabetes.

    En conclusión, un enfoque holístico que aborde tanto los aspectos fisiológicos como psicológicos de la diabetes es esencial para un manejo óptimo de la enfermedad. A medida que nuestra comprensión de la interacción entre mente y cuerpo continúa evolucionando, es probable que veamos avances significativos en el tratamiento integral de la diabetes en los próximos años.



  • ¿Es posible enfermar por las vivencias emocionales?

    ¿Es posible enfermar por las vivencias emocionales?

    El mundo emocional juega un papel destacado en cómo sentimos y padecemos, pero las emociones negativas nos va a hacernos enfermar cuando estas se anquilosa.

    Los sentimientos internos, de activación, como euforia o rabia, van a sobreexcitar al organismo modificando su nivel basal de reposo, haciendo que pensemos y nos comportemos de forma distinta a cómo lo solemos hacer; igualmente sentimientos de desactivación como el duelo o la tristeza, van a reducir la actividad del organismo, modificando igualmente nuestros pensamientos y conducta.
    Modificaciones por activa o pasiva, que pueden acarrear cambios en los niveles de ansiedad, la respiración, el dolor y el tono muscular, lo que a su vez va a tener efectos sobre el ciclo de sueño o el sistema inmunitario, por lo que si se trata de algo transitorio no va a tener mayores consecuencias, pero si éstas emociones se mantienen pueden acarrear problemas psicosomáticos producidos y motivados por el sistema límbico.,
    Así una situación de dolor psicológico (duelo) o depresión, puede desencadenar estados ansiosos puntuales, pero normalmente se caracterizará por un estado decaído, respiración superficial y enlentecida, próxima al de la melancolía, con hipersensibilidad a los estímulos externos, como la luz, los sonidos y también al dolor, sintiéndolos estos como más intensos, estando más sensibles a cualquier “agresión” externa, también se va a perder el interés por cualquier actividad física, mostrando un tono muscular decaído y flácido.
    El sueño se va a ver entorpecido por pensamientos de culpa e inutilidad que acompañan a estos estados, con recuerdos sobre las circunstancias que han motivado ese duelo o depresión, con “rumiación mental” donde se repiten una y otra vez los mismos pensamientos negativos, todo lo cual va a impedir que se duerma bien, perjudicando en cantidad y en calidad el sueño, lo que entre otros va a reducir el funcionamiento del sistema inmune que no va a poder realizar sus funciones durante la noche. Situación que si se mantiene demasiado tiempo va a afectar a todos los órdenes del organismo, empezando por el sistema inmunitario.



    Una emoción de euforia o ira, va a expresarse con altos niveles de estrés, lo que va a proporcionar una “falsa” claridad de pensamiento, sintiendo que “ahora lo entiende todo”, y que puede tomar cualquier decisión sin errar. En estos estados se produce una hiperventilación, aumentando los niveles de oxígeno en sangre, con una respiración acelerada y superficial, donde se da un “estrechamiento” atencional, perdiendo mucha información que en un estado de ánimo normal le puede resultar interesante, descartando todo aquello que no sea “su objetivo”, con reducción de la sensibilidad al dolor, tanto físico como psicológico, con una sobreactivación de la tonalidad muscular, lo que le permite no “estarse quieto” y tener que deambular de un lugar a otro.
    Al tener altos niveles de estrés, el sueño se va a ver perjudicado tanto en cantidad como en calidad, debido a esa sobreactivación, lo que va a reducir la posibilidad de “trabajo” por parte del sistema inmune y con ello recuperarse de las heridas y facilitar el aprendizaje.
    Si se mantiene ésta situación, va a facilitar las infecciones al tener debilitado el sistema inmune, así como generar un agotamiento progresivo de los recursos del organismo, dado los altos niveles de ansiedad y por tanto de colesterol en sangre.
    La atrofia del sistema límbico, va a “descolorear” la vida de la persona, no sólo en el aspecto emocional, sino en todos los ámbitos. Lo que hay que distinguir de las personas con altos niveles de Alexitimia, que van a tener dificultades en relacionarse, en tomar decisiones, en conocer qué siente su propio cuerpo y los demás, lo que le va a convertir en un “incompetente” social, ya que el resto de las personas de su alrededor van a manejarse por claves emocionales, que él va a ser incapaz de “ver” ni de procesar, mostrándose frío y distante.
    Éste tipo de personas van a tener un correcto funcionamiento del sistema límbico, lo que sucede es que no han aprendido a “ponerlo en valor” o simplemente se ha “desecho” de su mundo emocional por considerarlo una “debilidad” o algo inútil.
    La toma de decisiones de éstas personas, sería lo más parecido a las decisiones lógicas, frías y calculadas, las que a todos nos convendrían y que escasamente tomamos, basadas en cálculos de pros y contras, donde aquella columna que más sume, se convierte en la decisión óptima, sin dar pie a la improvisación.
    Son personas que les da lo mismo aprender una receta de cocina, que un libro de derecho, que una novela “rosa”, ya que su vivencia va a ser la misma. Con marcados rasgos de personalidad encuadrados dentro del tipo D, hiperactivas, autoexigentes y con baja autoesitma.
    Pero estas personas lejos de “vivir sin emociones”, como cabría pensar, lo que sufren es una “desconexión” entre el mundo emocional interno y su expresión externa, con lo que el cuerpo se va a convertir en el vehículo a través del cual dar salida a dichas emociones, produciéndose una somatización de las mismas.
    Mostrando una mayor probabilidad de padecer llegar a enfermar psicosomáticamente, como la colitis ulcerosa, úlceras péptidas, trastornos vasculares como hipertensión o cardiopatías isquémicas, además de trastornos del estado de ánimo como depresión y ansiedad.
    Y todo ello precisamente por su incapacidad de darle salida por otros medios, como la palabra, la escritura, o simplemente “rompiendo a llorar”.
    Un reciente estudio realizado por la Banaras Hindu University (India) publicado en SIS Journal of Projective Psychology and Mental Health, analiza la relación entre la salud y la alexitimia. Para lo cual analizaron a 150 adultos donde se evaluaba la alexitimia, la salud mental y las vivencias de emociones positivas y negativas.
    Los resultados indican que altos niveles de alexitimia están relacionados con una mayor probabilidad de enfermar con trastornos psicológicos, explicado en parte, por el componente de anhedonía de la propia alexitimia, con el que se pierde la vivencia positiva de las emociones, favoreciendo de ésta forma mayores experiencias negativas.




  • ¿Es peligrosa la tecnología en manos de los jóvenes para su salud mental?

    ¿Es peligrosa la tecnología en manos de los jóvenes para su salud mental?

    La tecnología es una herramienta y como tal depende del uso o del abuso que le demos, que pueda tener mayor influencia sobre nuestra vida y nuestras relaciones.

    Riesgos en Internet

    Sabiendo que cualquier sustancia o actividad humana puede convertirse en adictiva siempre que se den las condiciones de «perder el control» de nuestra voluntad, usar excesivo tiempo en dicha actividad quitándosela de otras ya sean relaciones laborales o sociales, cierto nivel de aislamiento a menos que sean «adicciones sociales», con consecuencias económicas, emocionales y familiares negativas, debido a dicha dependencia, donde se producen «inclusiones» de pensamientos, haciéndose difícil no pensar en ello, y creándose cierto nivel de ansiedad y desasosiego cuando está un tiempo sin acceder a dicha adicción. Todo ello explicado por los mismos mecanismos neuronales que permite tender a repetir conductas. dado por sus consecuencia agradables y positivas facilitando así el aprendizaje.
    Igualmente sucede con el uso de nuevas tecnologías, las cuales si dejan de ser útiles para el trabajo o la vida cotidiana, y pasan a ser «necesarios» o «imprescindibles» puede que se esté dando origen a una adicción tecnológica, ya sea al uso «excesivo» de nuevos terminales, teléfonos inteligentes, smartphones o tablets, así como del uso intensivo y «descontrolado» de servicios de mensajería instantánea, como mesenger, whatsapp, twitter o tuenti.



    Jóvenes e Internet

    Fenómenos tan actuales que se han tenido que crear nuevos términos para contemplarlo, como el F.O.M.O. (Fear of Missing Out), es decir, miedo a perderse lo último y no estar al día con lo más actual, identificado por primera vez por University of Essex.

    Por su parte la Villanova Unversity recientemente ha publicado un artículo donde se describe por primera vez un nuevo fenómeno denominado «Sleep Texting», que sería algo así como mandar mensajes mientras duermes. Analizando la frecuencia de ésta conducta, lo que favorece las continuas interrupciones del sueño debido a «mensajes entrantes» que tienen la «urgencia» de responder, más o menos rápidamente.
    En éste sentido y en Psychology of Popular Media Culture se acaba de publicar un artículo realizado por Washington and Lee University un estudio donde analiza la influencia del uso de textos por mensajería (m.s.n.) en la salud de los universitarios. Para ello se analizó a 83 participantes donde se analizaron tres índices de calidad de salud: el agotamiento, problemas de sueño  y la relaciones sociales.
    Se quería estudiar el efecto en estos tres índices del número de mensajes que se recibían y enviaban durante el día, encontrando que se veían afectados negativamente los tres índices a medida que crecían los mensajes que tenían que «administrar», pero donde mayores efectos se encontraron fue con respecto a los problemas de sueño, donde a partir de unos niveles «moderados» de mensajes ya empezaban a provocar altos niveles de ansiedad y con ello dificultades de conciliación del sueño.


    Riesgos en Jóvenes por Internet

    Esto sin duda va a afectar al sueño, tanto en la cantidad como en la calidad del mismo, lo que va a traer consecuencias en la «vida diurna» con una menor capacidad retentiva y de atención, y si se mantiene en el tiempo puede llegar incluso a afectar en la salud.
    De ahí la importancia de «educar» a los más jóvenes en el uso de estos dispositivos electrónicos, ya que como se ha indicado puede generar problemas de desempeño y concentración, sino también de relaciones sociales y los más graves, de salud, asociado al mantenimiento de altos niveles de estrés y a la falta de un sueño de calidad, conciliador y reparador.
    Y todo ello suponiendo que la persona, es «dueña de su voluntad», es decir, no ha caído en una adicción tecnológica, lo que acarrearía aún mayores efectos negativos, ya que, como cualquier otra adicción, la primera dificultad es que la persona se de cuenta de que tiene un problema y que pida ayuda para superarlo.

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