Son muchos los efectos de la depresión, sobre todo cuando este se presenta incurso con otros padecimientos lo que agrava la situación.
Sintomatología depresiva
Cuando uno piensa en depresión, normalmente lo suele asociar a un problema aislado fácilmente identificable y tratable, pero hay que tener en cuenta sobre la alta incidencia del trastorno de Depresión Mayor en el curso de otras enfermedades tan importantes como es el padecimiento del cáncer.
Un aspecto de lo que son conscientes los profesionales de la salud es sobre el limitado efecto del tratamiento de la depresión, sobre todo cuando este se presenta junto con otro trastorno o enfermedad.
Investigaciones anteriores han tratado de comprender por qué existe esta escasa eficacia encontrando que existen una diferencia a la hora de elegir el mejor tratamiento, así los pacientes suelen preferir la psicoterapia como primera elección, mientras que los profesionales de la salud prefieren recetar medicamentos para tratar la depresión.
Un tercer agente del que en ocasiones no se le da la suficiente relevancia es con respecto al cuidador, quien está con el paciente y ve el avance o no del tratamiento de la depresión, pero ¿Cuál es el mejor tratamiento para superar la depresión?
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Depresión y Tratamiento
Esto es lo que se ha tratado de responder con una investigación realizada desde la Department of Psychiatry, Program for Mood Disorders, Academic Medical Center, University of Amsterdam; junto con el Department of Research and Quality, Arkin Mental Health Care Services; el Department of Psychiatry, Radboud University Medical Center, y el Donders Institute for Brain, Cognition and Behavior, Radboud University (Países Bajos) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Plos One.
En el estudio participaron ciento cinco adultos, de los cuales treinta y tres eran pacientes diagnosticados con Trastorno de Depresión Mayor en remisión según el Hamilton Depression Rating Scale (H.D.R.S.), veintidós cuidadores, y cincuenta profesionales relacionados con dicha psicopatología.
A todos ellos se les solicitó que realizasen un ejercicio de lluvias de ideas, donde expusiesen sus opiniones sobre los tratamientos empleados, su eficacia y cómo mejorarlos, obteniéndose un total de setecientas noventa y cinco ideas que fueron agrupadas en doscientas cincuenta y seis ideas genuinas.
Unas selecciones de los anteriores priorizaron las ideas anteriores, y tras un análisis estadístico se obtuvieron cuatro factores determinantes de la eficacia del tratamiento de la depresión, el terapeuta, la terapia, la estructura del proceso terapéutico y la organización de la terapia.
Por tanto, no basta simplemente por administrar un medicamento, sino que se ha de crear un “vínculo terapéutico” entre el paciente, su cuidador y el terapeuta, que ayuden al correcto desempeño del tratamiento.
Una de las limitaciones es con respecto a la forma de extraer información, a través de la lluvia de ideas, existiendo otras técnicas más precisas para ello, como el panel de expertos.
Igualmente, no se realizó ningún análisis en función del género para conocer si esta es una variable que tenga alguna influencia en la percepción del mejor tratamiento para la depresión.
A pesar de lo anterior hay que resaltar que el estudio pone el acento en el punto de vista de los pacientes y sus cuidadores, quienes en muchos casos no son tenidos en cuenta a la hora de elegir el mejor tratamiento.
Por último, indicar que estos datos anteriores deben de ser revisados en función de la eficacia de los tratamientos empleados, es decir, hay que observar si la selección del mejor tratamiento siguiendo los cuatro factores anteriormente mencionados sirven para aumenta la eficacia de la cura de la depresión, que al fin y al cabo es el objetivo último.
Artículo escrito por el Doctor Juan Moisés de la Serna para el canal de Novedades en Psicología
Entrevista a D. José Manuel Sánchez Olid, Psicólogo y Formador en Terapias Contextuales, quien nos introduce en el mundo de las Terapias Contextuales.
¿Qué son las Terapias Contextuales?
En el campo de la psicología de la salud, nos referimos a terapias contextuales como aquellas intervenciones que amplían y actualizan el modelo cognitivo-conductual de tratamiento, asumiendo la filosofía de base tanto del contextualismo funcional como del conductismo radical, haciendo uso del análisis funcional del comportamiento, y utilizando procedimientos avalados empíricamente.
Actualmente, las Terapias Contextuales con mayor evidencia empírica, y que en mayor grado asumen las características de las mismas, son las siguientes:
Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT). Steven Hayes (1999). Basada en la Teoría del Marco Relacional, añade además el concepto y objetivo de Flexibilidad Psicológica.
Psicoterapia Analítico Funcional (PAF). Kohlenberg y Tsai (2001). Terapia basada en el seguimiento de reglas terapéuticas para aprovechar al máximo la relación terapéutica entre psicólogo y paciente como herramienta propia para el cambio.
Terapia de Activación Conductual (AC). Dimidjan (2006). Especialmente orientada para el trastorno depresivo, aísla y mejora los componentes clásicos de la terapia cognitiva para aumentar la eficiencia, sobre todo a largo plazo, de la intervención.
Terapia Integral de Pareja (TIP). Jacobson (1998). Mejorando la Terapia Conductual de Pareja, que mayor evidencia empírica había recibido, se incluyen estrategias de aceptación y tolerancia, que complementan y mejoran los resultados obtenidos gracias a las herramientas clásicas de solución de problemas y entrenamiento en habilidades de la pareja.
En menor medida, y con cierta controversia en cuanto a su inclusión o no como Terapia Contextual, tenemos a la Terapia Dialéctico-Conductual (Linehan, 2001) para el Trastorno Límite de Personalidad.
Quizás de manera más controvertida, se encontraría cualquier intervención cuya principal estrategia sería el uso de Mindfulness o Atención plena en consulta. Casi todas las terapias contextuales incluyen Mindfulness entre sus estrategias, pero Mindfulness por si mismo no es una Terapia ni, de hecho, una Terapia Contextual establecida (o al menos no tan establecida como las anteriores).
¿En qué marco teórico se basan las Terapias Contextuales?
Cuando hablamos de contextualismo funcional, hacemos referencia a una corriente filosófica que entiende que un comportamiento tiene sentido en el conjunto de variables que lo componen, es decir, de manera conjunta a su contexto, por lo que si sacamos al comportamiento de su contexto y lo tenemos en cuenta en otro, sus propiedades varían. También, se asume el principio de verdad pragmática: un evento no es bueno o malo, es útil para un fin determinado en un contexto concreto, y de nuevo si eso cambia, la utilidad del evento se cuestiona. Por último, cabe destacar el hecho de valorar el comportamiento según su función: si aumenta o reduce la probabilidad de otro comportamiento, por lo que dos comportamientos diferentes en forma (topografía) pueden, sin embargo, tener la misma función.
El conductismo radical (Skinner, 1957), a diferencia del conductismo metodológico, tiene en cuenta emociones, sensaciones, pensamientos y otros eventos como sujetos a las leyes del aprendizaje, en este caso condicionamiento clásico y condicionamiento operante. Sus objetivos son descripción, explicación y predicción del comportamiento, sujeto a contingencias, en función de la historia de cada organismo: en este sentido, «va a la raíz» de la conducta, renunciando a realizar explicaciones mentalistas o tautológicas (existe una base biológica, que es necesaria pero no causa ningún comportamiento per se).
Por último, como sustento teórico-experimental importante dentro de las Terapias Contextuales, se encuentra la Teoría del Marco Relacional (Hayes, 2001), una teoría conductista post-skinneriana sobre el lenguaje y la cognición humana, que explica las relaciones de equivalencia que se producen entre estímulos, y la transferencia de funciones entre los mismos, mediante el establecimiento de redes relacionales como comportamiento operante generalizado en seres verbales.
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¿Para qué tipo de problemática están indicadas las Terapias Contextuales?
A Marzo de 2017, la Terapia Contextual que mayor evidencia empírica ha recibido, reunida en 171 estudios controlados aleatorizados (RTC), es ACT, con eficacia probada en depresión, TOC, TAG y dolor crónico.
Para la depresión, la más indicada, de mayor eficacia y eficiencia, es la Terapia de Activación Conductual, siendo tratamiento de elección.
La Psicoterapia Analítico-Funcional está indicada para trastornos del yo, típicamente de personalidad, aunque no existe aún evidencia empírica suficiente (dada la naturaleza idiográfica de la propia PAF, en cambio sí que existen numerosos estudios de caso).
Para problemáticas de pareja, está especialmente indicada la Terapia Integral de Pareja (Barraca, 2016, en castellano)
¿Qué diferencia a las Terapias Contextuales de otras de tipo cognitivo o la logoterapia?
Empezando por las diferencias con la terapia cognitiva, la mayor separación quizás sea el mecanismo de cambio: mientras que en la cognitiva se establece el objetivo en el cambio, sustitución o eliminación de pensamientos como condición de éxito, en las terapias contextuales cualquier evento interno es correlación del comportamiento público observable, y si bien se produce un cambio cognitivo y emocional, el objetivo es que el individuo cambia su comportamiento público observable en presencia o ausencia de los eventos internos (pensamientos, emociones, sensaciones) indeseados. Se podría decir que las terapias contextuales se centran en cambiar el contexto social-verbal del individuo, y no tanto sus contenidos internos.
En relación a la logoterapia, sin duda tiene muchas similitudes, quizás sobre todo con ACT. Si alguien viera a un terapia utilizar logoterapia primero y después ACT seguramente no notaría cambio alguno, dado que gran parte de sus formas podrían ser idénticas. La mayor diferencia es la base: mientras que la logoterapia tiene su fundamento en una corriente filosófica existencialista, ACT y en general las terapias contextuales tienen el control de las variables en las leyes de aprendizaje y la Teoría del Marco Relacional; aunque el chasis se asemeje, tiene un motor bien distinto.
¿A partir de qué edad se pueden usar las Terapias Contextuales?
ACT puede utilizarse desde el momento en que las principales funciones verbales están establecidas, y el lenguaje se convierte en algo complejo capaz de crear problemas; se podría decir que a partir de los 11-12 años. Aún así, existe una proliferación de manuales utilizando ACT en edades tempranas, y cabe decir que en edades previas los procedimientos que mayor eficacia muestran son las técnicas de manejo de contingencias clásicas, se las vista como se las vista.
PAF está indicada en edades a partir de las cuáles la persona ha tenido suficiente historia de aprendizaje como para que existan construcciones tipo «yo» rígidas que causen problema a la hora de adaptarse al entorno, por lo que no se sugiere su uso antes de los 16-18 años.
Las demás terapias siguen unos criterios muy parecidos: en general, si la edad es menor a los 10-12 años, se sugiere trabajar con padres directamente, salvo excepciones y patologías claras.
¿Existe alguna contraindicación en las Terapias Contextuales?
Cualquier psicoterapia, aún las basadas en evidencia empírica, pueden ser utilizadas de manera irresponsable o «a la ligera». Cualquier causa de iatrogenia es igualmente aplicable, en este caso no hay ninguna diferencia con otras psicoterapias bien establecidas.
Para evitar caer en estos problemas de mala praxis, se recomienda recibir entrenamiento y/o formación reglada en Terapias Contextuales, y ser supervisado de manera regular por compañeros con mayor experiencia en el modelo.
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¿Dónde se puede formar en Terapias Contextuales?
En España existen referentes a varios niveles y en diferentes áreas:
Córdoba y Málaga: Ítaca Formación, con cursos de especialista y experto en Terapias Contextuales. www.itacaformacion.es
Almería: la Universidad de Almería oferta cursos de especialista y experto en Terapias Contextuales. www2.ual.es/contextual
Madrid: Instituto ACT son pioneros en formación en Terapias Contextuales, con varios máster a sus espaldas y una amplia oferta formativa. www.institutoact.es
Online: el Master Online en Terapias Contextuales, título propio de la Universidad Europea Miguel de Cervantes junto a la European Society of Psychology, es referente de calidad y formación totalmente práctica y aplicada. www.uemc.es/titulos_propios/master-en-terapias-contextuales-y-de-tercera-generacion
Desde aquí mi agradecimiento a D. José Manuel Sánchez Olid, Doctorando en Terapias Contextuales, Universidad de Málaga, por habernos acercado a estos modelos de terapia de tanta actualidad
El cáncer es una realidad cada vez más frecuente, de ahí la importancia de contar con profesionales cualificados desde el ámbito de la psicología.
La psicooncología
La psicooncología ha venido a cubrir una necesidad, de atender a pacientes y familiares que padecen cáncer, ayudándoles tanto a la adhesión al tratamiento como para controlar la ansiedad que este puede provocar.
El cáncer no distingue entre edad, género o raza, aunque sí es más frecuente entre varones el cáncer de próstata, y entre las mujeres el cáncer de mama.
Mucho se ha investigado y avanzado en los últimos años sobre el tratamiento del cáncer pero ¿Cuál es el papel de lo psicológico en el padecimiento del cáncer?
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Psicología y Cáncer
Esto es lo que ha tratado de averiguarse desde el Departamento de Bioquímica, Universidad de Costa Rica y Hospital Nacional Psiquiátrico (Costa Rica) cuyos resultados se han publicado en la revista científica Revista Médica de la Universidad de Costa Rica.
En este caso se trata de una investigación bibliográfica donde se han analizado todos los artículos científicos publicados entre el año 2000 a 2015 en las bases de datos Pubmed y Medline, que contuviese alguno de los términos: Cáncer, Psiquiatría, Psicología, Oncología Médica, Neuropsiquiatría, Depresión, Estrés, Psicoterapia y Psiconeuroinmunología.
Los resultados muestran que padecer cáncer suele ir acompañado en ocasiones de apatía, depresión, ansiedad, psicosis, insomnio, agitación o enlentecimiento motor.
Esta sintomatología puede provenir tanto de la propia evolución de la enfermedad, como de los tratamientos empleados para combatirlo; e incluso con el mero hecho de padecer cáncer lo que genera altos niveles de ansiedad, ante la incertidumbre sobre su evolución, o el miedo a la muerte entre otros.
Entre las intervenciones psicoterapéuticas más empleadas en este ámbito son:
– La terapia narrativa combinado con mindfulness, orientada a reducir el estrés y la ansiedad promoviendo la adhesión al tratamiento.
– La terapia C.A.L.M. (en inglés Managing Cancer and Living Meaningfuly, dirigida a pacientes con cáncer avanzado, orientada al control del estrés y a mejorar el bienestar personal.
– la terapia de Dignidad, orientada a dejar constancia sobre sueños, memorias y lecciones aprendidas en la vida.
– la terapia familiar, orientada a trabajar emociones de esperanza y desesperanza.
Indicando que no existe relación directa entre la intervención psicoterapéutica y un incremento en la supervivencia del paciente.
De ahí que siga empleándose una combinación de farmacoterapia y psicoterapia.
Entre las limitaciones del estudio es que se trata de una revisión de información no generando datos nuevos al respecto, igualmente no realiza distinción en función del género, la edad o cualquier otra información de tipo personal.
A pesar de lo anterior, el conocimiento en esta área es importante, así el autor señala cómo en el caso de la depresión, existe un infradiagnóstico, debido a que en ocasiones no se sabe diferenciar si se trata de una tristeza “normal” ante la enfermedad, si es algo secundario a la misma o cursa de forma paralela.
Igualmente comentar sobre la falta de relación entre psicoterapia y supervivencia del paciente, es que este tratamiento no busca curar la enfermedad, sino ayudar a la persona a sobrellevar la enfermedad, aumentando la calidad de vida del mismo y reduciendo sus niveles de ansiedad.
A pesar de los grandes avances en la conciencia sobre la labor de los profesionales de la salud mental, ya sean psiquiatras o psicólogos, todavía queda mucha reticencia en la sociedad.
Sobre la salud mental
Aún quedan personas que consideran que los psiquiatras y los psicólogos están para atender a «los locos»; y que si se acude a uno es porque «no debe de estar muy bien».
Es cierto el papel destacado de psiquiatras y psicólogos en el ámbito de la salud mental, pero el rango de personas es muy amplio ya que atiende problemas que van desde los emocionales, de ansiedad, de personalidad, adicciones, …
A pesar de ello, existen notables diferencias culturales en cuanto a dónde y cuándo acudir al profesional de la salud mental.
Dos son, a mi entender, los ejemplos de una mayor aceptación e integración de los psicólogos en la sociedad, la americana y la argentina.
Hay que tener en cuenta las diferencias entre estos modelos, de otros como la española.
En el sistema americano, el psicólogo funciona como «médico de cabecera» o mejor dicho «psicólogo de cabecera», es decir, alguien a quien se acude cuando se tiene el «mínimo» problema de pareja, familiar o personal; igualmente los psicólogos en EE.UU. pueden recetar medicamentos, casi todos relacionados con ansiolíticos y antidepresivos.
En Argentina, la fuerte tradición psicoanalítica hace que las personas acudan durante años a este profesional de forma periódica.
Algo impensable en localizaciones como en España donde sigue existiendo el «estigma» con respecto a la salud mental que hace que no se acuda a consulta tanto como haga falta, pero ¿Acudirías a un psicólogo por problemas mentales?
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Reticiencias para acudir a consulta
Esto es lo que se ha tratado de averiguar con una investigación desde el Relationships Australia Northern Territory, junto con la Charles Darwin University, y la Federation University (Australia) cuyos resultados se acaban de publicar en la revista científica Hellenic Journal of Psychology.
En el estudio se compararon dos poblaciones de adultos, la anglosajona (8 participantes) y la griega (9 participantes), ambos viviendo en Australia.
Todos fueron entrevistados, cuyas respuestas posteriormente se categorizaron y analizaron, teniendo en cuenta la visión de los participantes sobre la salud mental y sobre si acudían o no a consulta.
Los resultados muestran que los anglosajones tienen menos problemas a la hora de acudir a consulta, mientras que los griegos tratan de buscar ayuda informal, incluida la religiosa para tratar de solucionar este tipo de problemática.
Comportamiento que estaba de acorde con la visión de los problemas de salud mental, donde los griegos mostraban un mayor estigma al respecto, es decir, al verlo como un problema socialmente rechazado, eso podía hacer que no acudiesen a consulta, por si «alguien les veía» acudir a dicha consulta.
Entre las limitaciones del estudio se encuentra el escaso número de participantes. Igualmente la recogida de datos cualitativa podría haber sido completada con otro tipo de registro más cuantitativo que apoyase dichos resultados.
Dicho lo cual, y tal y como indican los autores, todavía se debe de trabajar mucho en la concienciación por parte de la población de que acudan a los profesionales de la salud mental cuando así lo requieran.
Existiendo una creciente problemática con respecto a la salud mental denunciado por la OMS, definida como la próxima epidemia mundial; es necesario que exista una mayor conciencia sobre qué es un profesional de la salud mental, y cuándo se debe de acudir.
Por último indicar que la aproximación psicológica en este estudio ha sido únicamente con respecto al área clínica, existiendo un gran abanico de profesiones diferentes en las que puede especializarse un psicólogo ya sea en el ámbito de la educación, el deporte, la empresa, … Por lo que sobreentender que alguien acude al psicólogo por problemas de salud mental, es no ser consciente de que puede acudirse por problemas emocionales, de relaciones de pareja, por un insuficiente desarrollo en la escuela, necesidad de autocontrol, … y tantas intervenciones que puede realizar el psicólogo sin que tenga que ver con la salud mental.
Por tanto y siguiendo la línea de los autores de este estudio, habría que reivindicar no solo la necesidad de acudir al profesional de la salud cuando así se necesite, si no al psicólogo cuando se quiera ayuda profesional en los distintos ámbitos en los que este trabaja.
El uso y consumo del cannabis ha sido en los últimos años tema de debate y confrontación, lo que ha permitido que exista una idea errónea de que no tiene consecuencias.
Drogas legales y drogas ilegales
Aunque existen muchas clasificaciones de las distintas sustancias, según su origen o sus efectos, por ejemplo, estas también se clasifican entre legales o ilegales, una clasificación que puede variar de país en país, ya que son las normas internas las que determinan qué sustancia puede ser comercializada y consumida como legal, frente a las demás, todo ello independientemente de si supone un riesgo o no para la salud del consumidor. En los últimos años se ha visto incrementado el interés por algunos países por legalizar el cannabis, una sustancia que que se ha comprobado de sus efectos negativos sobre la salud, y que únicamente en determinadas circunstancias, en personas que están sufriendo alguna patología asociada al dolor, ésta parece resultar conveniente e incluso indicado. El uso excesivo, y sin control de esta sustancia, en ningún caso se ha considerado adecuado ni conveniente para la salud, esta es la consecuencia esperable de la legalización del consumo del cannabis.
Tal como sucede con otras sustancias legales, ya sea el alcohol o el tabaco, en el que vemos como los más jóvenes experimentan, usan, y se exceden, sin ningún tipo de control, ya que es una sustancia legal. Algunos países intentando prevenir los efectos nocivos sobre los más jóvenes, establecen una edad mínima de consumo, así en Estados Unidos esta edad es de 21 años, mientras que en otros países como en España es de 18. Aun siendo la sustancia legal, su venta y consumo a menores de esta ciudad se considera un delito, ya que se busca el prevenir los efectos nocivos sobre la salud de los más indefensos, pero ¿Ha cambiado enlos jóvenes la opinión sobre el cannabis?
Opinión de cannabis
Esto es precisamente lo que se ha estado de averiguar conjuntamente desde la Universidad de Duke, la Universidad del Sur de California y el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas Americano, cuyos resultados acaban de publicarse en la revista científica Journal of Psychiatric Research. Los resultados del estudio se extrajeron de la encuesta nacional realizada por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas Americano, en donde participa mediante informes menores entre 12 y 18 años de edad. A todos ellos les preguntó su nivel de producción con respecto al consumo de mariguana, así como el nivel de aprobación percibido tanto por sus compañeros como por sus padres. Los resultados muestran que aquellos jóvenes en que sus amigos, y padres tienen un nivel de perfección interior con respecto al uso del cannabis son precisamente los que menos han usado y abusado de esta sustancia. En cambio aquellos en que sus amigos o sus padres tienen una opinión favorable, o al menos no desfavorable sobre el uso y consumo de cannabis, son los que han tenido ya experiencia en el consumo de esta sustancia. Igualmente señalan un avance favorablemente hacia el consumo del cannabis, año tras año, lo que revela que hay más amigos y padres favorables hacia estas sustancias.
Consumo del cannabis
Hay que tener en cuenta el papel fundamental que otorga este estudio a la opinión de los otros, es decir las personas de comparación o aquellas en las que se fijan para saber si es adecuado o no aquello que hacen. Papel que desempeñan principalmente los semejantes de su misma edad, compañeros de clase, conocido del barrio, o amigos, que suelen ser los que inciten o faciliten la prevención del inicio del consumo de esta sustancia. Igualmente el que los padres tengan claro los efectos negativos del cannabis y de su consumo, se ha visto que facilita la prevención del inicio de este consumo, es por ello que aparte de realizar campañas de concienciación entre los más jóvenes, habría que aclarar y explicar adecuadamente a los adultos, los padres con adolescentes, sobre los peligros del consumo y abuso de esta sustancia, para que ellos se lo puedan transmitir a sus hijos. Entre las limitaciones del estudio, está en que sus resultados se dividen y separan en cuanto al grupo racial, es decir blanco, hispanos, asiáticos, etcétera. Tratando de descubrir y conocer diferencias en función de la raza de origen, sin atender al nivel socio económico, ni al nivel de desarrollo de la población en donde se encuentra, factores que podrían ser más determinantes que la propia raza del adolescente. Que tener en cuenta que cuando se trabaja con otros informes, existe cierta tendencia a responder a aquello que se quiere escuchar, y no tanto a la realidad, sobre todo cuando se trata de afirmar que uno ha usado y consumido sustancias, que hasta el momento no son legales. Hay que tener en cuenta estos resultados para plantear políticas de prevención entre los más jóvenes, sobre todo para que tengan claro que perjuicios provoca esta sustancia, y que estos prejuicios pueden ir mucho más allá los momentos posteriores a su consumo.
¿Por qué se produce en jóvenes la adicción a la tecnología? Recientemente han surgido una serie de problemas de comportamiento relacionado con el uso y el abuso de la tecnología, pero ¿por qué se producen estos?
Adicción a la Tecnología
De hecho, son pocos todavía los países que lo consideran como un problema en el que deban de tener un plan de intervención al respecto.
La falta de estadísticas, e incluso de teorías explicativas sobre la presencia de este fenómeno tan reciente, hace que los profesionales no tengan unas pautas claras sobre cómo intervenir al respecto.
De ahí que cuando aparezca se utilicen los modelos generales de atención e intervención en adicciones, en este caso comportamentales.
Como una conducta adictiva, cumple con sus requisitos de ocupar demasiado tiempo la persona, incluso sus pensamientos cuando no dedica a esa actividad, con consecuencias para su vida laboral, social, personal y familiar.
Aunque todavía no existen demasiados reportes al respecto, si se puede observar como el uso de los medios tecnológicos se ha incrementado considerablemente en los últimos años.
Pero no hay ningún problema cuando se trata de un uso responsable, no deja de ser una herramienta que puede servir incluso para establecer nuevas relaciones sociales.
En cambio los jóvenes son los que más están expuestos a los efectos negativos de esta tecnología, cuando se produce un abuso de la misma, pero ¿Por qué se produce en la adicción a la tecnología?
Adicción Tecnológica
Esto es precisamente lo que ha analizado un reciente estudio realizado por la Universidad Nacional Kongju (Corea) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Advanced Science and Technology Letters.
En el estudio participaron 598 estudiantes de enfermería de dicha universidad. Todos los estudiantes se les pasó una prueba estandarizada para detectar adicción a la tecnología denominado he Korean Smartphone Addiction Proneness Scale for Youth and Adult, así como una prueba sobre la empatía más ya que estos autores consideran que esta debe ser la variable más relevante para explicar esta adición a las tecnologías, empleando para ello el cuestionario estandarizado adaptado al coreando Interpersonal Reactivity Index (IRI).
Los resultados fueron preocupantes, ya que un 17,5% de los estudiantes demostraban sufrir adicción al smartphone o estar en riesgo de padecerlo, es decir 105 estudiantes. Porcentaje inferior al que habían encontrado estudios precedentes que situaban la adicción a las tecnologías como en concreto para el smartphone entre los estudiantes universitarios alrededor del 24 al 27%.
Con respecto a los resultados de la empatía, encontraron que la adicción a las tecnologías se relacionaban positivamente con el número de amigos y el nivel de angustia personal, es decir cuánto más amigos o angustia personal parecía el estudiante mayor posibilidad de que sufriese una adición a la tecnología.
Igualmente se comprobó cómo existe una correlación negativa con el número de grupos en lo que facilitaba y el rendimiento académico, esto es actuar como factores de protección, en cuanto más número de grupos se participase o en cuanto el estudiante tuviese un mejor rendimiento académico, se parecía menos trastornos de adicción a las nuevas tecnologías.
RxLCdcJ8Ql0 https://youtu.be/RxLCdcJ8Ql0
Ciberadcción
Como carencias de esta investigación está precisamente en el que no informa ni sobre el género ni la edad de los participantes, aspecto importante sobre todo cuando los autores del mismo señalan que estas adiciones a los smartphone son más frecuentes entre las mujeres que entre los hombres.
Además la carrera de enfermería eminentemente ha sido una de las más elegidas por las féminas en muchos países, por lo que se podría deducir de que la mayoría de las respuestas de esta investigación ha sido otorgada por mujeres.
Aspecto que resultaría muy destacable, si se hubiese informado al respecto, realmente en la vida es otro dato importante ya que no es lo mismo el pensamiento y el comportamiento de un adolescente está iniciando estudios con 18 años, comparado con otros está apunto de acabar su carrera con 22 o 23 años.
El estudio está muy focalizado en una determinada población universitaria como estudiantes de enfermería, por lo que los estados deben ser considerados en este marco poblacional, no pudiendo extraer conclusiones con respecto de otras poblaciones e incluso edades inferiores al mismo, siendo necesario una investigación al respecto para poder dar una mejor explicación a este fenómeno de la adicción a la tecnología.
Igualmente entre las características de los estudiantes de inglés técnico de carrera, está la orientación hacia los demás, por lo que otras carreras, por ejemplo en las tecnológicas, pueden mostrar no sólo un mayor índice de personas afectadas por esta adicción a las tecnologías, si no unas teorías explicativas diferentes a las mismas.
También hay que señalar que la adición estos estudiantes únicamente se ha evaluado con respecto al uso de teléfonos inteligentes o smartphone, tan habituales entre los jóvenes, pero la tecnología va mucho más allá, estando disponibles también a través de computadoras o televisión, aspecto que no han sido tenidos en cuenta en esta investigación.
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