Etiqueta: Psicología

  • ¿Sabes que el alcohol detiene la regeneración cerebral?

    ¿Sabes que el alcohol detiene la regeneración cerebral?


    Muchos han sido los descubrimientos con respecto a la regeneración cerebral, buscando potenciarlo, pero el consumo de alcohol se comporta como neurotóxico.

    El cerebro puede ser estudiado y analizado desde distintos planos, ya sea desde el puramente anatómico, donde cada uno de sus dos hemisferios “encierran” distintas áreas especializadas, siendo su atrofia o malformación causa directa de disfunciones orgánicas y organizativas, cuanto mayor sea la lesión mayor, será el efecto que sobre el resto del cuerpo produce; aunque cuando esta se da a edades tempranas tiene mayores visos de “solución” entendida como, que el propio cerebro se va a reestructurar, gracias a la neurogénesis, de forma que algunas habilidades van a ser “asumidas” por otras estructuras próximas, manteniendo así su funcionamiento; en cambio en otras ocasiones en que ésto no es posible, el cerebro va a “compensarlo” con el desarrollo de otras habilidades.
    Por ejemplo en caso de los invidentes, cuando ésto ha sido de nacimiento o en edades tempranas, van a desarrollar una mayor capacidad de orientación espacial, así como de los restantes sentidos, el oído, el olfato, el gusto y el tacto, facilitado por la regeneración cerebral.
    La neurogénesis que recientemente se ha descubierto que también la tienen los adultos, aunque con una tasa de producción mucho menor, de ahí que “les cueste” más recuperarse de los traumatismos o episodios de ictus cerebrales; igualmente la reestructuración neuronal, donde ya “todo está en su sitio” dificulta que otras regiones puedan asumir nuevas funciones.
    Pero todas estas estructuras están interelacionadas por señales eléctricas y bioquímicas, las primeras conectan regiones próximas entre sí, mientras que las segundas se dirigen a zonas “alejadas” del cerebro donde promover los efectos deseados.
    Para ello existe toda una “batería” de neurohormonas encargadas de la regulación cerebral, comunicando excitaciones e inhibiciones de las distintas regiones, lo que va a “poner en marcha la maquinaria” que nos va a permitir, pensar, sentir y actuar. Un desequilibrio hormonal, una sobreproducción o disminución de alguna, o un bloqueo o hipersensibilización de los receptores correspondientes, van a alterar el normal desempeño de las funciones del cuerpo, que se puede expresar tanto a nivel orgánico, como motor o simplemente en el pensamiento o el mundo emocional de la persona que lo sufre.



    Un reciente estudio realizado conjuntamente por McLean Hospital, Harvard Medical School y Tulane University (EE.UU.) publicado en Journal of Addiction Research & Therapy en el que se analizan la eficacia en el aprendizaje entre bebedores ligeros y bebedores de botellona (binge drinkers), los cuales consumen gran cantidad de alcohol los fines de semana, cada vez más frecuente entre los preadoslescentes.
    Se analizaron los resultados en pruebas de habilidades del aprendizaje verbal y espacial comparando 22 binge drinkers frente a 29 bebedores ligeros. Encontrando diferencias en cuanto al aprendizaje verbal, pero no así en lo que respecta al aprendizaje espacial.
    Con anterioridad ya se ha establecido la relación entre el exceso de consumo del alcohol con problemas de aprendizaje, así como alteraciones del estado de ánimo, estando en el origen de depresiones, debido a un efecto neurotóxico del alcohol  que detiene los factores que promueven la neurogénesis y la plasticidad neuronal, impidiendo así la regeneración neuronal.
    Éste estudio permite diferenciar los efectos provocados en el aprendizaje y por ello en el proceso de memoria consecuente, aspecto que con anterioridad no había sido explorado en conjunto. Una limitación de este estudio surge en cuanto al medio empleado para la evaluación de la memoria espacial, a través de videojuego que se ve afectado por la destreza en el manejo previo en juegos similares.
    Queda abierta para nuevas investigaciones comprender el efecto neurotóxico del alcochol en la regeneración cerebral en cuanto al aprendizaje visoespacial.

    Bibliografía Recomendada:
    Sneider, J.T. y cols. (2013). Differential Effects of Binge Drinking on Learning and Memory in Emerging Adults. Journal of Addiction Research & Therapy.

  • ¿Diabetes causado por azúcar emocional?

    ¿Diabetes causado por azúcar emocional?






    El Impacto de las Emociones y el Estrés en la Diabetes: Un Análisis Profundo


    El Impacto de las Emociones y el Estrés en la Diabetes: Un Análisis Profundo

    Las emociones y el estrés juegan un papel crucial en la salud, especialmente en enfermedades crónicas como la diabetes. Este artículo explora en profundidad la compleja relación entre las emociones, el estrés y la diabetes, ofreciendo una visión integral de sus interacciones y consecuencias.

    1. Las Enfermedades Psicosomáticas y la Diabetes

    Las enfermedades psicosomáticas son aquellas en las que los factores psicológicos juegan un papel significativo en el inicio, curso y exacerbación de los síntomas físicos. La diabetes, aunque tiene una base fisiológica clara, puede ser fuertemente influenciada por factores psicológicos y emocionales.

    1.1 Definición y tipos de enfermedades psicosomáticas

    Las enfermedades psicosomáticas se clasifican generalmente en tres categorías:

    • Trastornos psicofisiológicos: Donde el estrés y las emociones afectan directamente la función corporal (ej. hipertensión, úlceras).
    • Trastornos de conversión: Donde los síntomas físicos representan conflictos psicológicos inconscientes.
    • Trastornos somatomorfos: Donde hay quejas físicas sin una base orgánica identificable.

    1.2 La diabetes como enfermedad psicosomática

    Aunque la diabetes tiene una base fisiológica clara, varios estudios han demostrado que los factores psicológicos pueden influir significativamente en su desarrollo y progresión:

    • El estrés crónico puede aumentar la resistencia a la insulina.
    • Las emociones intensas pueden alterar los niveles de glucosa en sangre.
    • La depresión y la ansiedad son más comunes en personas con diabetes y pueden afectar el manejo de la enfermedad.

    2. El Concepto de «Azúcar Emocional»

    El término «azúcar emocional» se refiere a la fluctuación de los niveles de glucosa en sangre que no se debe a causas dietéticas o metabólicas directas, sino a la influencia de las emociones y el estrés.

    2.1 Mecanismos fisiológicos del azúcar emocional

    El azúcar emocional se produce a través de varios mecanismos:

    • Activación del eje HPA: El estrés activa el eje hipotálamo-pituitaria-adrenal, liberando cortisol que aumenta la glucosa en sangre.
    • Sistema nervioso simpático: La activación del «modo de lucha o huida» aumenta la producción de glucosa hepática y disminuye la sensibilidad a la insulina.
    • Alteración de hábitos: El estrés puede llevar a cambios en la dieta y el ejercicio que afectan indirectamente los niveles de glucosa.

    Dato importante

    Un estudio publicado en el «Journal of Diabetes Science and Technology» en 2022 encontró que el estrés agudo puede aumentar los niveles de glucosa en sangre hasta un 40% en personas con diabetes tipo 2, incluso sin cambios en la dieta o medicación.

    2.2 Impacto a largo plazo del azúcar emocional

    La exposición prolongada al azúcar emocional puede tener consecuencias significativas:

    • Mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en personas predispuestas.
    • Dificultad en el control glicémico para personas ya diagnosticadas con diabetes.
    • Aumento del riesgo de complicaciones diabéticas a largo plazo.

    3. Estrés y Diabetes: Datos Estadísticos y Estudios Recientes

    3.1 Prevalencia del estrés en pacientes diabéticos

    Varios estudios han investigado la relación entre el estrés y la diabetes. Aquí presentamos algunos datos relevantes:

    3.2 Impacto del estrés en el control glicémico

    Un metaanálisis publicado en la revista «Diabetes Care» en 2023 analizó 45 estudios sobre el impacto del estrés en el control glicémico:

    • El estrés crónico se asoció con un aumento promedio de 0.7% en la HbA1c.
    • Pacientes con altos niveles de estrés tenían un 32% más de probabilidades de tener un control glicémico deficiente.
    • Las intervenciones de manejo del estrés mostraron una reducción promedio de 0.5% en la HbA1c.

    3.3 Tipos de personalidad y riesgo de diabetes

    El estudio de la Universidad de Bharathiar mencionado anteriormente encontró una relación entre ciertos tipos de personalidad y la diabetes:

    Tipo de Personalidad Prevalencia en Pacientes Diabéticos Prevalencia en Grupo Control
    Tipo A (competitivo, impaciente) 65% 35%
    Tipo B (relajado, paciente) 25% 45%
    Tipo C (supresión emocional) 10% 20%

    4. Mecanismos Biológicos que Conectan el Estrés y la Diabetes

    4.1 El eje hipotálamo-hipófiso-adrenal (HPA)

    El eje HPA es fundamental en la respuesta al estrés y tiene implicaciones directas en la regulación de la glucosa:

    • Cortisol: Hormona del estrés que aumenta la gluconeogénesis y reduce la sensibilidad a la insulina.
    • Hormona del crecimiento: Aumenta durante el estrés, antagonizando los efectos de la insulina.
    • Catecolaminas: Adrenalina y noradrenalina que incrementan la glucosa en sangre.

    4.2 Inflamación crónica

    El estrés crónico puede llevar a un estado de inflamación de bajo grado, que está implicado en la resistencia a la insulina y el desarrollo de diabetes tipo 2.

    4.3 Alteraciones en el microbioma intestinal

    Estudios recientes han mostrado que el estrés puede alterar la composición del microbioma intestinal, lo cual se ha relacionado con cambios en la sensibilidad a la insulina y el metabolismo de la glucosa.

    Investigación Reciente

    Un estudio publicado en «Cell Metabolism» en 2024 encontró que el estrés crónico altera específicamente la población de bacterias productoras de butirato en el intestino, lo cual se correlacionó con una disminución en la sensibilidad a la insulina en modelos animales.

    5. Estrategias Integrales para el Manejo del Estrés en Pacientes Diabéticos

    5.1 Intervenciones psicológicas

    • Terapia cognitivo-conductual (TCC): Ayuda a identificar y modificar patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen al estrés.
    • Mindfulness y meditación: Técnicas que han mostrado reducir el estrés y mejorar el control glicémico.
    • Terapia de aceptación y compromiso (ACT): Enfoque que combina la aceptación y la atención plena con estrategias de cambio de comportamiento.

    5.2 Modificaciones del estilo de vida

    • Ejercicio regular: Además de sus beneficios metabólicos directos, el ejercicio es un potente reductor del estrés.
    • Técnicas de relajación: Yoga, tai chi, respiración profunda, etc.
    • Mejora del sueño: El sueño adecuado es crucial para la regulación del estrés y el metabolismo.

    5.3 Apoyo social y educación

    • Grupos de apoyo: Compartir experiencias con otros pacientes puede reducir el estrés y mejorar el manejo de la diabetes.
    • Educación en diabetes: Un mejor entendimiento de la enfermedad puede reducir la ansiedad y mejorar el autocontrol.
    • Terapia familiar: Involucrar a la familia en el manejo de la diabetes puede mejorar el apoyo y reducir el estrés.

    5.4 Manejo farmacológico del estrés

    En algunos casos, puede ser necesario considerar intervenciones farmacológicas para manejar el estrés o la ansiedad asociada a la diabetes:

    • Antidepresivos (especialmente ISRS) para la depresión comórbida.
    • Ansiolíticos para el manejo a corto plazo de la ansiedad severa.
    • Betabloqueantes para síntomas físicos de ansiedad que pueden afectar el control glicémico.

    Nota: El uso de medicamentos para el manejo del estrés debe ser cuidadosamente evaluado y monitoreado por un profesional de la salud, considerando su potencial impacto en el control de la diabetes.

    6. Investigaciones Futuras y Direcciones Prometedoras

    6.1 Biomarcadores de estrés y control glicémico

    Se están investigando nuevos biomarcadores que podrían proporcionar una medida más precisa del estrés crónico y su impacto en el control glicémico:

    • Análisis de cortisol en pelo para medir el estrés a largo plazo.
    • Marcadores de variabilidad de la frecuencia cardíaca como indicadores de estrés crónico.
    • Perfiles de microARN circulantes como posibles biomarcadores de estrés y resistencia a la insulina.

    6.2 Intervenciones tecnológicas

    La tecnología está abriendo nuevas vías para el manejo del estrés en pacientes diabéticos:

    • Aplicaciones móviles que integran monitoreo de glucosa con técnicas de manejo del estrés.
    • Dispositivos wearables que detectan niveles de estrés y proporcionan intervenciones en tiempo real.
    • Terapias de realidad virtual para reducción del estrés y educación en diabetes.

    6.3 Medicina personalizada

    El futuro del manejo del estrés en la diabetes podría incluir enfoques altamente personalizados:

    • Perfiles genéticos para identificar individuos más susceptibles al estrés y sus efectos metabólicos.
    • Algoritmos de aprendizaje automático para predecir fluctuaciones de glucosa basadas en patrones de estrés individuales.
    • Terapias adaptativas que ajustan las intervenciones basándose en la respuesta individual al estrés.

    Investigación Innovadora

    Un equipo de la Universidad de Stanford está desarrollando un «páncreas artificial» que no solo monitorea los niveles de glucosa, sino que también incorpora sensores de estrés para ajustar la liberación de insulina en tiempo real basándose en los niveles de estrés del paciente.

    7. Conclusiones

    La relación entre las emociones, el estrés y la diabetes es compleja y multifacética. A lo largo de este artículo, hemos explorado cómo los factores psicológicos pueden influir significativamente en el desarrollo, progresión y manejo de la diabetes. Puntos clave a recordar:

    • El estrés crónico y las emociones intensas pueden afectar directamente los niveles de glucosa en sangre a través de mecanismos fisiológicos como el eje HPA y el sistema nervioso simpático.
    • El concepto de «azúcar emocional» resalta la importancia de considerar los factores psicológicos en el control glicémico.
    • Estudios recientes han demostrado una fuerte correlación entre altos niveles de estrés y un peor control de la diabetes.
    • Las intervenciones para el manejo del estrés, desde técnicas psicológicas hasta modificaciones del estilo de vida, pueden tener un impacto significativo en el control de la diabetes.
    • Las investigaciones futuras prometen enfoques más personalizados y tecnológicamente avanzados para abordar la interacción entre estrés y diabetes.

    En conclusión, un enfoque holístico que aborde tanto los aspectos fisiológicos como psicológicos de la diabetes es esencial para un manejo óptimo de la enfermedad. A medida que nuestra comprensión de la interacción entre mente y cuerpo continúa evolucionando, es probable que veamos avances significativos en el tratamiento integral de la diabetes en los próximos años.



  • ¿Qué papel juega la personalidad en la aparición del cáncer?

    ¿Qué papel juega la personalidad en la aparición del cáncer?

    La personalidad es aquello que nos define cómo somos, cómo nos comportamos, sentimos y pensamos, pero también puede ser el origen del cáncer.

    El cerebro juega un papel destacado en la salud, tanto por sus efectos reguladores, como por ser donde se aloja la conciencia de la persona y donde se conforman los recuerdos, memoria y aprendizajes, todo lo cual va a permitir el desarrollo de la personalidad del individuo.
    Un mal funcionamiento del cerebro debido a una lesión, infección o enfermedad, y por ende de los órganos regulados por éste, va a propiciar y facilitar la aparición de enfermedades; igualmente los trastornos psicológicos, van a estar en la base de la aparición de disrupcciones del normal desarrollo de los órganos y por consiguiente de la aparición de determinadas funciones.
    La personalidad, definida como la forma de pensar, sentir y actuar de la persona, la cual va a jugar un papel destacado en la presencia de unas determinadas enfermedades psicosomáticas frente a otras.
    Siguiendo la teorías de rasgos, las personas se pueden clasificar en alguno de los siguientes tipos:
    – Personalidad tipo A, donde predominan rasgos ansiosos, marcados por la competitividad y la agresividad. En éste tipo va a ser más frecuente que aparezcan patologías asociadas al estrés y a problemas coronarios, especialmente vulnerable a los ataques del corazón.
    – Personalidad tipo B, marcado por la estabilidad emocional y la calma de pensamiento, siendo sociable y afable. Se trata de una personalidad asociada a la protección y refuerzo del organismo, ya que la salud es un bien que cuida la persona.



    – Personalidad tipo C, donde se produce una exageración de la expresividad de sentimientos positivos, para ocultar y mitigar los negativos, mostrándose excesivamente cariñoso, afable y amistoso, pero además se muestra pasivo, obsesivo e inconformista. Asociado a padecer reumas, infecciones, alergias, afecciones cutáneas y cáncer.
    – Personalidad tipo D, marcado por altos niveles de alexitimia, autoexigencia, falta de asertividad y baja autoestima. Asociado a patologías como trastornos del estado de ánimo, depresión y ansiedad, úlceras pépticas, trastornos vasculares, como hipertensión, cardiopatías isquémicas o arritmias.

    Eso no quiere decir que si alguien tiene una de las personalidades anteriores vaya necesariamente a enfermar, pero sí es más probable.
    En un reciente estudio realizado por Marmara Üniversitesi (Turquía) publicado en Asian Pacific Journal of Cancer Prevention donde se analiza el papel de la personalidad en los casos de cáncer. Para ello se analizaron los cuadros clínicos y datos demográficos de 237 pacientes oncológicos, empleando para la evaluación de la personalidad el cuestionario Big Five, cuyas categorías son: extaversión, inestabilidad emocional, apertura a la experiencia, responsabilidad y amabilidad. Mostrando cada persona más o menos rasgos de cada categoría.
    Los resultados concluyen que los pacientes oncológicos muestran mayores puntuaciones en la categoría «apertura a la experiencia», mostrándose éstos como conciliables, responsables, moderadamente estables emocionalmente, abiertos y extravertidos, siendo estos rasgos más marcados en mujeres frente a hombres.
    Resultados que coinciden con los datos que correlacionaban a los pacientes oncológicos con la personalidad tipo D, donde se muestran más «positivos» de lo que son, de cara a los demás, siendo extrovertidos y abiertos, cuando en realidad están «ocultando» sus vivencias negativas, el dolor o el sufrimiento que padecen, o los conflictos que tiene, impidiendo que nadie sepa de ello. Aspecto que en ocasiones dificulta la comunicación médico-paciente, lo que lleva a dificultades en cuanto al conocer cómo va evolucionando realmente el tratamiento.
    Una de las debilidades de éste estudio es que no realiza distinción alguna entre distintos tipos de pacientes oncológicos, con lo que las aplicaciones clínicas de los resultados quedan bastante limitadas, igualmente el empleo de habitantes de una sola población (turca) hace que los resultados puedan ser fruto de aspectos culturales que juegen un papel importante en cómo se expresan las emociones en dicha sociedad, por lo que se requiere de nuevas investigaciones transculturales para dar por válidos los resultados de éste estudio.

    Bibliografía Recomendada:
    Turhal, N.S. y cols. (2013). Personality Traits in Cancer Patients. Asian Pacific Journal of Cancer Prevention.
    Serna, E.J.C. y cols. (2013). Relación entre la personalidad tipo c y el cáncer. Psicoespacios.
    Valls, E. y Rueda, B. (2013). Personalidad, afrontamiento y calidad de vida en pacientes con enfermedad cardiovascular. Boletín de Psicología.


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  • ¿Es posible enfermar por las vivencias emocionales?

    ¿Es posible enfermar por las vivencias emocionales?

    El mundo emocional juega un papel destacado en cómo sentimos y padecemos, pero las emociones negativas nos va a hacernos enfermar cuando estas se anquilosa.

    Los sentimientos internos, de activación, como euforia o rabia, van a sobreexcitar al organismo modificando su nivel basal de reposo, haciendo que pensemos y nos comportemos de forma distinta a cómo lo solemos hacer; igualmente sentimientos de desactivación como el duelo o la tristeza, van a reducir la actividad del organismo, modificando igualmente nuestros pensamientos y conducta.
    Modificaciones por activa o pasiva, que pueden acarrear cambios en los niveles de ansiedad, la respiración, el dolor y el tono muscular, lo que a su vez va a tener efectos sobre el ciclo de sueño o el sistema inmunitario, por lo que si se trata de algo transitorio no va a tener mayores consecuencias, pero si éstas emociones se mantienen pueden acarrear problemas psicosomáticos producidos y motivados por el sistema límbico.,
    Así una situación de dolor psicológico (duelo) o depresión, puede desencadenar estados ansiosos puntuales, pero normalmente se caracterizará por un estado decaído, respiración superficial y enlentecida, próxima al de la melancolía, con hipersensibilidad a los estímulos externos, como la luz, los sonidos y también al dolor, sintiéndolos estos como más intensos, estando más sensibles a cualquier “agresión” externa, también se va a perder el interés por cualquier actividad física, mostrando un tono muscular decaído y flácido.
    El sueño se va a ver entorpecido por pensamientos de culpa e inutilidad que acompañan a estos estados, con recuerdos sobre las circunstancias que han motivado ese duelo o depresión, con “rumiación mental” donde se repiten una y otra vez los mismos pensamientos negativos, todo lo cual va a impedir que se duerma bien, perjudicando en cantidad y en calidad el sueño, lo que entre otros va a reducir el funcionamiento del sistema inmune que no va a poder realizar sus funciones durante la noche. Situación que si se mantiene demasiado tiempo va a afectar a todos los órdenes del organismo, empezando por el sistema inmunitario.



    Una emoción de euforia o ira, va a expresarse con altos niveles de estrés, lo que va a proporcionar una “falsa” claridad de pensamiento, sintiendo que “ahora lo entiende todo”, y que puede tomar cualquier decisión sin errar. En estos estados se produce una hiperventilación, aumentando los niveles de oxígeno en sangre, con una respiración acelerada y superficial, donde se da un “estrechamiento” atencional, perdiendo mucha información que en un estado de ánimo normal le puede resultar interesante, descartando todo aquello que no sea “su objetivo”, con reducción de la sensibilidad al dolor, tanto físico como psicológico, con una sobreactivación de la tonalidad muscular, lo que le permite no “estarse quieto” y tener que deambular de un lugar a otro.
    Al tener altos niveles de estrés, el sueño se va a ver perjudicado tanto en cantidad como en calidad, debido a esa sobreactivación, lo que va a reducir la posibilidad de “trabajo” por parte del sistema inmune y con ello recuperarse de las heridas y facilitar el aprendizaje.
    Si se mantiene ésta situación, va a facilitar las infecciones al tener debilitado el sistema inmune, así como generar un agotamiento progresivo de los recursos del organismo, dado los altos niveles de ansiedad y por tanto de colesterol en sangre.
    La atrofia del sistema límbico, va a “descolorear” la vida de la persona, no sólo en el aspecto emocional, sino en todos los ámbitos. Lo que hay que distinguir de las personas con altos niveles de Alexitimia, que van a tener dificultades en relacionarse, en tomar decisiones, en conocer qué siente su propio cuerpo y los demás, lo que le va a convertir en un “incompetente” social, ya que el resto de las personas de su alrededor van a manejarse por claves emocionales, que él va a ser incapaz de “ver” ni de procesar, mostrándose frío y distante.
    Éste tipo de personas van a tener un correcto funcionamiento del sistema límbico, lo que sucede es que no han aprendido a “ponerlo en valor” o simplemente se ha “desecho” de su mundo emocional por considerarlo una “debilidad” o algo inútil.
    La toma de decisiones de éstas personas, sería lo más parecido a las decisiones lógicas, frías y calculadas, las que a todos nos convendrían y que escasamente tomamos, basadas en cálculos de pros y contras, donde aquella columna que más sume, se convierte en la decisión óptima, sin dar pie a la improvisación.
    Son personas que les da lo mismo aprender una receta de cocina, que un libro de derecho, que una novela “rosa”, ya que su vivencia va a ser la misma. Con marcados rasgos de personalidad encuadrados dentro del tipo D, hiperactivas, autoexigentes y con baja autoesitma.
    Pero estas personas lejos de “vivir sin emociones”, como cabría pensar, lo que sufren es una “desconexión” entre el mundo emocional interno y su expresión externa, con lo que el cuerpo se va a convertir en el vehículo a través del cual dar salida a dichas emociones, produciéndose una somatización de las mismas.
    Mostrando una mayor probabilidad de padecer llegar a enfermar psicosomáticamente, como la colitis ulcerosa, úlceras péptidas, trastornos vasculares como hipertensión o cardiopatías isquémicas, además de trastornos del estado de ánimo como depresión y ansiedad.
    Y todo ello precisamente por su incapacidad de darle salida por otros medios, como la palabra, la escritura, o simplemente “rompiendo a llorar”.
    Un reciente estudio realizado por la Banaras Hindu University (India) publicado en SIS Journal of Projective Psychology and Mental Health, analiza la relación entre la salud y la alexitimia. Para lo cual analizaron a 150 adultos donde se evaluaba la alexitimia, la salud mental y las vivencias de emociones positivas y negativas.
    Los resultados indican que altos niveles de alexitimia están relacionados con una mayor probabilidad de enfermar con trastornos psicológicos, explicado en parte, por el componente de anhedonía de la propia alexitimia, con el que se pierde la vivencia positiva de las emociones, favoreciendo de ésta forma mayores experiencias negativas.




  • Influencia del sistema límbico en nuestra vida

    Influencia del sistema límbico en nuestra vida

    La información proveniente del exterior va a pasar por un primer tamiz, en el cual el sistema límbico debe de “dar el visto bueno” antes de ser consciente.

    En éste sistema la amígdala juega un papel destacable, para identificar si los estímulos entrantes representan algún tipo de peligro o no, de serlo pone en marcha al organismo para que pueda dar lo antes posible una respuesta de huida o evitación, es decir, “quitarse de en medio” del peligro, o de quedarse “helado”, intentando así que ese peligro “no le vea”, lo cual son restos de nuestros ancestros que tenían que enfrentarse a animales que únicamente les podían ver en movimiento.
    Alegría, tristeza, rabia, culpa, son sentimientos que van a “teñir” nuestra forma de ser y pensar, y en definitiva guiar nuestro comportamiento, de hecho la publicidad busca precisamente incidir en las emociones del consumidor, asociándolas con un determinado producto o servicio, de forma que cuando vea éste, recuerde la emoción que le provocó el anuncio y con ello tenga una mayor predisposición a adquirirlo.
    Pero el mundo de las emociones, y por tanto la influencia del sistema límbico va mucho más allá de servir como filtro o para “sentir” emociones, ya sean estas positivas o negativas, además juega un papel fundamental en la atención, el aprendizaje o la toma de decisiones.
    – La atención se ve inmediatamente captada por aquellos estímulos afectivamente cargados, frente a los “neutros”, además de entre ellos, se atiende antes y con más intensidad a los que tienen una carga negativa, es decir, aquellos que pueden suponer un peligro para la persona y por ende, requieren de una respuesta más inmediata para su supervivencia.
    Una vez captada la atención, por parte del estímulo afectivo, es más fácil que aprendamos, o que estemos dispuestos a tomar la decisión, por lo que se trata de un proceso básico, necesario y previo a cualquier otro proceso, que se produce de forma “instintiva”, sin poder elegir aquello que nos llama la atención o no, aunque con posterioridad si se puede decidir, una vez que seamos consciente de lo que sucede a nuestro alrededor, seguir prestando atención o dejar de atenderlo.
    – El aprendizaje, cuando pensamos en ello, lo hacemos en los estudios “reglados”, donde se debe uno sentar delante de un libro para “engullir” lo allí escrito. Lejos de ser algo monótono y repetitivo, se puede aprender “de todo”, no sólo nombres, datos y fechas que es lo que se denomina conocimiento explícito, sino también a cómo realizar las cosas, por ejemplo conducir, conocimiento implícito. Todo lo anterior puede ser estimulado en un ambiente afectivo afable, agradable y positivo, o entorpecido, cuando no se dan las condiciones anteriores.



    Además de lo anterior, cualquier situación que vivamos o que nos hallan contado, va a quedar fuertemente registrada y por tanto aprendida, cuando ésta va acompañada de estímulos cargados afectivamente. Por ejemplo, casi todo el mundo puede describir multitud de detalles que se produjeron alrededor de aquellos acontecimientos positivos, como por ejemplo la boda, el nacimiento del primer hijo,…; aspectos que por muchos años que pasen, estarán “tan vívidos como el primer día”.

    Igualmente un acontecimiento desagradable como un robo, un accidente de tráfico,… va a hacer que recordemos esos momentos y los detalles de las circunstancias que lo rodearon, durante mucho tiempo. De ahí que a veces a las personas les cueste superar el duelo, por un familiar o amigo perdido, ya que tiene vívidos recuerdos de todo aquello durante largo tiempo, lo que le provocará un daño psicológico continuado.
    – La toma de decisiones, lejos de ser algo “frío y calculado”, en que se busca el máximo beneficio para la persona, está mayoritariamente influido por el mundo emocional de la misma. Si nos ponemos a pensar en las grandes decisiones de nuestra vida, con quien compartimos pareja, qué estudios realizamos, dónde adquirimos la vivienda,…., podemos “autoengañarnos” pensando que era la mejor opción y por eso la elegimos, si reflexionamos sobre ello, nos daremos cuenta de que existieron multitud de aspectos emocionales, implicados en dichas decisiones; ya sean sentidas por nosotros mismos, como aconsejadas por personas que nosotros estimamos y valoramos.

    Una reciente estudio realizado conjuntamnete por University of Cambridge (Inglaterra), Radboud Universiteit y U.M.C. St. Radboud (Netherlands)  publicado en Frontiers in Human Neuroscience en donde se realiza una exhaustiva revisión de los artículos publicados sobre la toma de decisión hasta la fecha. Así se analizan los distintos factores que influyen a la hora de decidir entre varias opciones, prestando especial atención a la influencia social del contexto como modulador de nuestros propias decisiones, ya sea desde el aprendizaje de conductas y valores dado por el aprendizaje social, como por fenómenos como la presión grupal, el conformismo social, la cooperación y estrés social entre otros, todo ello modulado por el campo de las emociones.

    Bibliografía Recomendada:
    Van Den Bos, R. y cols. (2013). Social modulation of decision-making: a cross-species review. Frontiers in Human Neuroscience.

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